Seducido por un viuda caliente

Nunca pensé que la mujer, que sentó al lado mío, era viuda y mucho menos que me la cogería por todos sus bellos y humedos huequitos.

SEDUCIDO POR UNA VIUDA CALIENTE

Todo sucedió en mi último viaje a ciudad de México, cuando supervisaba unas competencias deportivas, con un compañero tico.

Las competencias se realizaban en horas de la mañana, retornando al Hotel a las 3 de la tarde, cuando almorzaba, luego me retiraba a mi habitación hacer mis anotaciones para el informe final del evento y me acostaba a descansar hasta las 7 de noche, cuando salía a cenar y a conocer la ciudad.

Luego de tres días en la misma rutina, fuimos invitados por una de las delegaciones participantes a una Parrillada de Carne Asada, cosa que hicimos esa noche asistiendo a la casa de Berta, una de la anfitriona de la competencia.

Al llegar fuimos recibidos por los amigos que nos habían invitado y por Berta (la anfitriona), luego de pasar un buen rato, tomando cervezas y comiendo los asados, comenzaron a retirarse algunos de los jóvenes atletas y uno que otros invitados, eran casi las 9 de noche.

Cuando decidí retirarme con Juan (tico), llegó Alicia, una linda mexicana acompañada por dos amigos y una niña. (Alicia, es una mujer de estatura dentro del promedio, con un cuerpo bien torneado y muy atractiva)

Pensé que uno los caballeros sería su esposo y como la niña, le decía mamá, deduje que era su hija. Cosa que confirme después. (La niña tenía 8 añitos.

Cuando me levantaba de la mesa para despedirme, se me acercó Alicia, y me preguntó.

¿Para donde vas? ? Contesté, para el Hotel, mañana debemos levantarnos temprano a supervisar las competencias.

Me agarró el brazo y me hizo sentar, diciéndome. Usted, no cree que es de mal gusto que uno llegue a una fiesta y que otras se vayan, cuando uno acaba de llegar.

¿ Cómo te sentiría? ? Dije, mal. Así, me siento yo.

Me sentía muy mal, le pedí disculpas porque que ella tenía mucha razón, así que volví a sentarme, y Alicia, hizo lo propio al lado mío.

Yo estaba un poco confundido, los dos compañeros de Alicia, se habían sentado en otra mesa alejados de nosotros.

Berta, trajo más cerveza y varios platos de carne asada, colocándola enfrente de nosotros, al lado izquierdo estaba sentado mi amigo Juan, impresionado por Alicia.

Luego de un rato de estar conversando, le pregunté su nombre y él de su esposo.

Me contestó, no tengo marido, soy viuda.

Mi sorpresa fue mayor, ante su contestación.

Dije, viuda tan joven. Si viuda, mi esposo murió en un accidente de tránsito, hace cinco años.

Pero debes tener novio, dije. Alicia, contestó no, solo amigos riéndose. Por eso estas bien acompañada.

Los caballeros que ves ahí, le alquilo unas habitaciones en la casa donde vivo.

Como así. Pregunté

Dijo, tengo una casa de dos pisos, una independiente de la otra, en la planta baja tengo dos habitaciones, que alquilo y la parte de arriba la uso yo y mi hija.

Dije, comprendo. Pensaba que uno de ellos era tu esposo.

Alicia, dijo, mal calculo, uno es casado y el otro es un amigo, pero hasta ahí, cuando vienen a ciudad de México, le alquilo el piso y son gente muy seria.

Pregunté, Alicia una mujer tan atractiva como tú, debes tener muchos enamorados.

He tenido varios novios pero nada serio. Y no me interesa nada permanente, tan así, que me opere para no tener más hijos, suficiente con mi bella hijita.

Contesté. Entonces somos dos. Como así, respondió.

Dije, me hice la vasectomía hace un par de año.

¿Eres casado?. Si soy casado, ¿tienes hijos? Tengo dos hijas.

Me interrumpió, Juan, diciendo. Soy soltero y sin compromiso riéndose.

Alicia, contestó que raro un hombre de tu edad, no se haya casado.

¿Cuánto años cree que tengo?. Preguntó, Juan.

Alicia, contesto, parece un hombre de unos 50 años aproximadamente. No tanto tengo 43 dijo Juan. Alicia, preguntó y cuantos años me pones.

Juan, dijo por lo que veo como unos 35 años. Y tu José cuando años me pones, dije, creo que unos 30 años.

Dijo tengo 28 años, tuve mi niña a 20 año, cuando me case. Y tú José, cuantos tienes.

Tengo 45 años. Alicia, me contestó, parece con muchos menos.

Gracias, por el piropo, dije.

Continuamos conversando, aunque Juan, era el que más se insinuaba, tratando de ver hasta donde podía llegar. Y yo, en el medio de los dos, escuchando los piropos y los avance de Juan hacía Alicia.

No obstante, Alicia procuraba entablar conversación conmigo. Cuando estaba comiendo un trozo de carne asada, siento la mano de Alicia sobre mi muslo. La Mire en la cara, ella sonría, pegando una su pierna a mi muslo y su pecho contra mi antebrazo, mientras continuaba moviendo su mano hacía mi pubis, hasta tocar mi pene, en ese momento solo era un bulto dormido, que fue despertando a medida que Alicia, comenzaba a mover su mano sobre mi pene.

Decidí, bajar mi mano con mucho disimulo hasta que toque la rodilla de Alicia, pegándome más a la mesa, moviendo mi mano por encima del muslo, cuando sintió mi mano, se pego a la mesa acercando unos de los platos de carne asada, con su tenedor tomó unos trozos y los colocó en su plato.

Diciéndome, quiere José. Dije sí. Dame los más chamuscaditos.

Cuando terminó de repartir, comenzó a comer. Yo comencé a mover mi mano hacía su cueva. Tratando de subirle el traje, quería llegar a su raja. Alicia cerró las piernas, así, que retrocedí mi mano hasta su rodilla.

Ella, levanto su cuerpo un poco de la silla, disimulado tomar la botella de chile (picante), momento que aproveche para subirle un poco el traje, y colocar mi mano en su rodilla desnuda.

Alicia, volvió a sentarse, continúe moviendo mi mano a lo largo tocando la parte interna de su muslo desnudo. Abrió, más las piernas y mi mano siguió su ascenso hasta llegar a tu tanga humedad, coloque dos dedos en el centro de concha por encima de tanga y lo moví de arriba abajo. Alicia, cerró los muslos, para volver abrirlos, continué lo que estaba haciendo.

Alicia, se inclino hacía adelante pegándose a la mesa, yo hice mismo procurando que nadie se percatara lo que pasaba debajo de la mesa.

Ella, abrió más las piernas, pude separar la tanga a hacía un lado y tocar su concha con pocos vellos, pero mojada.

Trate de meter un dedo en su vagina, pero Alicia, reaccionó cerrando los muslos e impidiendo que lograra mis propósitos.

Alicia soltó el tenedor, me apretó el brazo que tenía aprisionado y acercándose a mi oído. Dijo, no, aquí no, me oíste. Dije, sí.

Lentamente, fui moviendo mi mano hacía afuera, a medida que ella abría las piernas.

Cuando liberé mi mano. Dije, Berta, donde esta el baño.

Berta, contestó. Tienes que entrar a mí recamara y al lado derecho hay una puerta.

Cuando me levantaba, Alicia, dice me permite ir primero que tú, me estoy ¡¡¡¡¡ he tomado muchas cervezas, al menos que este muy apurado José.

Conteste no, puedes ir primero. Dijo, entonces vamos. ¿Como? No te asuste hombre, no vamos a entrar los dos. Puedes acompañarme, pero yo entro primero dijo, Alicia, riéndose.

No hay problema, conteste y nos fuimos a la recamara de Berta.

Era una habitación muy espaciosa y todas las luces estaban encendidas.

Alicia, dijo, espera un momento. Entró al baño, dejando la puerta entre abierta a propósito, mientras yo me sentaba en la cama a esperar. Pude ver Alicia, levantarse el traje dándome la espalda y bajarse la tanga. Me llamó la atención sus dos nalgas blancas duras y bien formadas.

Luego se sentó en la taza del baño, ahí no podía verla ya que la puerta la cubría.

Cuando termino, se colocó frente la puerta, levantándose el traje dándome el frente, y fue subiendo la tanga lentamente, para que la viera, así pude verle él triangulo de venus depilado parcialmente, y sonriéndose salió del baño. Te toca a ti.

Me levante de la cama y entre al baño. Preguntándome ¿Te gustó lo que viste?.

Contesté, te ves bien muy bien. Me alegro, riéndose, apartándose para que yo pasara.

Oriné, rápidamente con cierta dificultad, mi verga estaba dura, Alicia, me había excitado.

Cuando termine y sacudía mi pene, Sentí la presencia de Alicia, en el baño, cerrando la puerta me agarro la verga y dijo, déjame que termine de sacudírtela ante mi asombro, había entrado sin darme cuenta.

Dije, pensé que te había ido, no puedo contestó, ¿ porque?

Se acercó a mí y me beso en la boca. Mientras con la mano me manoseaba la verga erecta, nos besamos ardientemente. Dijo, pon el seguro a la puerta, cosa que hice, Alicia se sentó en la tasa del baño, dijo, acercarte corazón.

Tomó mi verga y comenzó a lamerla y a chuparla, pasando su lengua alrededor de mi glande rojo y duro, lo lamía a lo largo del tronco, para subir y meterlo en su boca. Decía, que rico sabe esto, señalando mi verga bien parada ya. Siguió, mamando como si fuera un caramelo, lentamente al principio y acelerando su ritmo después, sin quitar su vista de mi cara, yo había cerrado mis ojos para disfrutar la mamada, era una sensación indescriptible.

Dije, me va hacer venir, pero Alicia no se detenía, continuaba sus movimientos con su boca y la lengua, dije, voy a venirme Alicia, ella se detuvo para abrir más la boca, hasta que explote en lo profundo de su garganta, descargas largas y abundantes, Alicia, tuvo que apretar mi verga con la mano, para detener momentáneamente mi leche, y tragar la que pudo retener en la boca, cuando aflojo la mano seguí expulsando semen dentro de su boca hasta que ella, que sacó mi verga de la boca y dirigió los últimos chorritos hacia un lado de su cara, mientras se tragaba la que tenía dentro de la boca.

Cuando termine, me limpio con su boca los residuos que quedaban en mi verga.

Te gustó, José, sí. Alicia se levantó y dijo, préstame tu pañuelo para limpiarme un poco.

Nos arreglamos la ropa, ella se limpio la cara. Se acercó y me beso introduciendo su lengua dentro de mi boca, restregando su cuerpo contra mi verga.

Mejor salimos. Dije, ve tú primero, te alcanzo ahora. Esta bien, José, te espero en la mesa.

Cuando retorné, encontré a Juan, sentado en mi puesto. No dije, nada y me senté en el puesto de Juan.

Juan, continuaba enamorándola con más agresividad, Alicia, solo se reía de las cosas que le decía, sin dejar de mirarme.

Media hora después, Berta, anunció. Bueno muchachos voy a llevarlos al Hotel. A Juan y a mí.

Alicia, dijo, Berta no te preocupe yo los llevo. Caben todos en tu carro y que vas hacer con tus dos invitados y la niña.

Alicia, dijo, no te preocupe que mi carro es grande.

Nos despedimos de Berta, y salimos hacía el auto de Alicia, yo iba conversando con ella, le pregunté, tus amigos no se pondrán bravo. No me importa, ese es problema de ellos.

Me subí al auto, en el asiento detrás de Alicia que conducía.

Nos acomodamos los cinco, la niña iba sentada en la rodilla de unos de los amigos de Alicia.

Llegamos primero a la casa de Alicia, donde dijo, a sus dos amigos que se bajaran que ella nos iba a llevar al hotel.

Uno de ellos dijo. Vas a regresar sola. Dijo. No te preocupes, que José me va acompañar a casa.

Todos quedaron sorprendido por la contestación de Alicia.

Juan, se me queda viendo y sé sonriéndose. Dijo que suerte tienes.

Dejamos a Juan, en el Hotel, diciéndole que antes de la 9 de la mañana estaría de vuelta, y que me esperara para asistir a los campos de juegos.

Regresamos, a casa de Alicia, su hija venía dormida. Al llegar la cargue y subimos al segundo piso, eran casi las 12 de la noche.

Entramos a su casa, llevé a la hija a una de las recamara, y salí, mientras Alicia le ponía la ropa de dormir.

Cuando cerró la puerta del cuarto de su hija, se arrojo contra mí besándome ardientemente y apretándose contra mi cuerpo. Seguimos besándonos por un rato hasta que dije, vamos a tu cuarto.

Nos desnudamos rápidamente y comenzamos a besarnos y a tocarnos por todo el cuerpo. besaba los senos, el cuello, las orejas, comencé a bajar con mi lengua, hasta llegar a sus muslos, Alicia, gemía sí amor AHAAAAAAAAHHH UUUUUUUMMMM sigueeeee. Rico, rico, ricoooo.

Busque sus labios vaginales los separe con la mano y coloque mi lengua en su gruta rosada y mojadita, moví mi lengua hacía arriba y hacía abajo. Seguía gimiendo oooooaaassssssi rico papi, siiiii. Aprisioné con mis labios el clítoris y lo chupe fuertemente, todo el cuerpo de Alicia tembló para estremecerse después, tuvo una corrida larga y profunda. AAAHHHHHHHA OOOO.

Seguí pasando mi lengua a lo largo de la concha y con la punta le estimulaba el clítoris, cosa que la hacía estremecerse y volvió a correrse en mi boca.

Que rico lo haces José, dijo. Te gusto mucho, si contestó Alicia.

Me acosté a su lado, mientras ella me manoseaba mi verga erecta. La tienes dura y con ganas de coger. Si, dije.

Ella, se levantó sin soltar mi verga dura, y se la metió en la boca. Luego, se separo. Sabe bien, te gusta dije. Si, pero primero la quiero aquí señalando su concha mojada y trepándose sobre mí, fue empujando poco a poco con su mano, mi verga dentro de su concha.

Fue bajando lentamente hasta tenerla toda adentro.

La tiene más grande de lo que pensaba. Quédate quieto, quiero disfrutar este momento.

Comenzó a mover sus caderas hacia delante y hacía atrás, restregándose contra mi pubis-

Luego se levantaba, dejándose caer suavemente, sobre mí.

Cuando quise tomar la iniciativa. Dijo, quieto, déjame a mi corazón.

Se acomodó mejor sobre mi cuerpo, para besarme la boca, mientras iniciaba su movimiento hacía arriba y hacía abajo, acelerando sus movimientos. Yo apretaba sus nalgas con mis manos.

Comenzó a suspirar cerca de mis oídos. Rico papi, ricoooooo OOOOOO UUUUUU

Volvió a correrse. Diciendo, me vengo me vengoooooooo uuuuUUUUUUUuuuuuUUU.

Mientras mi venida estaba acercándose. Cuando detuvo su movimiento, yo inicie los mío, agarrando sus caderas para poder moverme. Pase un dedo por su culito, y lo quite. Al sentir mis dedos ahí, ella tomo mi mano y la dirigió hacía la entrada de su culo.

Dijo, déjala ahí, José me gusta. Comencé a meter mi dedo dentro de culo, entraba con cierta dificultad, le sacaba y le metía el dedo, mientras seguía empujando mi verga en su concha.

Suave, José, que no estoy lubricada. Pregunte te gusta por ahí. Sí, y solo con mi esposo

Te gustó, si contestó. ¿ Porque no lo hiciste nuevamente?.

Por la torpeza de algunos y me dolía un poco. Y otros novios míos, no le gustan coger por ahí.

A ti si te gusta coger por ahí José. Dije sí.

Quiere hacerlo ahora o después que te vengas. Porque lo preguntas. Dijo, porque quiero saborear tu leche nuevamente en mi boca.

Como estoy hoy, con algunos tragos encima, me puedo demorar algo en venirme.

Entonces dame por el culo primero, pero me avisa, para saborear toda tu leche papi.

Pregunte, como quieres hacerlo. Dijo, espera vengo ahora, cuando regreso traía una crema.

Me la puso a todo lo largo de verga, y se puso un poco en la entrada de su culo.

Ahora ven. Se acostó de boca abajo, yo me acomodé detrás de ella, con mi verga erecta, le abrí las piernas y coloque la punta de mi verga en la entrada.

Cuando lo sintió, abrió mas las piernas, y comencé a empujar suavemente ayudado por mi mano para que entrara la cabeza.

Pregunté, estas bien, si dale corazón va bien, solo empújalo más, más, si poco a poco así.

Fue entrando con poca resistencia en su estrechos culo, hasta que sentí sus nalgas.

Dije, esta todo adentro. Si amor sigue, sigue, inicie él mete y saca suavemente, mientras ella pujaba y gemía uuuummmmmmmmMMMMMmMMmm. Incremente mi ritmo sabiendo que en cualquier momento mi venida era eminente, Alicia se retorcía sus nalgas contra mi cuerpo, era un volcán en erupción.

Continuamos, ese ritmo por varios minutos más, cuando dije, me vengo Alicia, me vengo, dale José, dale no pares amor, no pares, que yo estoy llegando también, más, más, más, si, sii sigue, sigue, cuando de pronto explote y descargue mi semen en su culo, mientras ella convulsionaba todo su cuerpo acompañada de un grito de placer AAAAHHAHAHHHHHHHMMMMMMM.

Ambos quedamos agotados.. Me fui inclinando hacía un lado, quedando boca arriba, mientras Alicia, mientras ambos respirábamos profundamente.

Diciendo, OH ándale mi cuate ha sido soberbia la culiada que ha regalado José.

Tocando con su mano mi caído y flácida verga. Dijo, se ha portando muy bien. Así, parece contesté. Y eso que estamos comenzando dijo, Alicia.

Volvimos a coger un par de veces más, por la concha y su hermoso culo.

Finalmente Alicia, me limpio con su boca mi verga hasta dejarla flácida totalmente, antes de quedar dormido y cansado.

No supe más de Alicia, hasta que la hijita vino a tocar la puerta al día siguiente, vi mi reloj, eran las 8 de la mañana.

El resto de los días fueron espectaculares, tan así, que cada vez que voy a México, a la primera que llamo es Alicia. Arriba las Mejicanas.

Agradecemos todos los comentarios recibidos... Si desea intercambiar experiencias sexuales... Con mucho gusto le contesto... Solo a las mujeres, sin importar la edad... Todas son bellas... chao

José

apolo02@hotmail.com