Seducción en el trabajo
En la empresa que trabando. Aparece una practicante que me excita, y aprueba todas mis ideas de seducción.
Una tarde de seducción
Reciente llegó de vacaciones encontré en mi escritorio sentada una mujer gruesa, de espalda ancha, y con grandes caderas. Aunque el uniforme que portaba no la dejaba detallar bien, note que llevaba una blusa con un escote en la espalda, y al voltease vi sus hermosos pechos que me desubicaron las orbitas de los ojos cuando salude -buenos días- ella no me respondió el saludo.
Me acerqué para preguntarle del porque no saludaba -con cara de impresión y susto me respondió - que pena no me di cuenta.
Sé sonrojo al mirarla, note sus ojos pequeños, y claros, un rostro muy dulce y cautivador y además muy sensual que combinada con su mirada me puso él pené a bombear sangre a mil y a desprender liquido todo el momento que nos miramos, las respiración por un momento se acelero y me quede congelado. Creo que se dio cuenta de esto ya que me dijo - que té pasa, - luego de eso reaccione y me despedí.
no deje de tener pensamientos de morbo esa tarde, con ella en la hora del almuerzo me encontraba tan excitado que por poco y me masturbo.
Ansioso de que llegara la tarde para verla nuevamente, ya que el mero echo de pensarla me producía muchas sensaciones.
Pero es tarde no la volví a ver, cuando la recobraba podía notar como mi cuerpo reaccionaba de una forma especial, mi mente divagaba, teniendo sueños eróticos, con ganas de timármela, de tener una noche de frenesí sexual.
Luego de unos días se dio la oportunidad, en la cual hablamos de un tema muy caliente "sexo" el cual me excito tanto a tal punto que mi pené se puso los mas de erecto y empezó a soltar un liquido cristalino y calientito que mojo toda la punta del pené, y se estaba pasando para le pantalón, el delantal no dejaba ver como poco a poco se humedecía la parte del pantalón de mi verga mi respiración me delato, ya que mire que los ojos le brillaron y una sonrisa salió de su sensual voz.
!Hablamos de las posiciones sexuales que más nos gustaba, -la carretilla, el misionero, la mujer sentadas enzima del hombre, y la que más nos gustaba, (la que era la mujer acostada con los pies sobre los hombros del hombre), tarde mucho en saber cual era, realizamos una pequeña demostración en la oficina, sobre el escritorio mío, eso¡ sin quitarnos la ropa, pero pude sentir como su rajita se encontraba calientita y aprovechando esto le comprimí fuerza a mi abdomen para hacer que mi pené la frotara y de una forma disimulada decirle que estaba, deseoso de tener sexo y disfrutar de las posiciones que mencionábamos que tanto nos gustaban. !
no nos podíamos quedar así, ella me confeso que también se encontraba excitada, y que también quería tirar con migo.........