Seducción a mi jefe
Mi primera experiencia tenia que ser con el.
SEDUCCIÓN AL JEFE
Decidí que mi primera vez seria con mi jefe, estaba tremendo, se paró al lado de la cama y de un solo movimiento me la metió toda, era rico sentir ese calor dentro de mí
No había tenido una relación gay nunca, pensaba en ello pero nada más, me imagino que todos lo hacemos alguna vez, tenía algún sueño y alguna vez había visto uno que otro paquete y me imaginaba como sería. En un viaje que hice la semana pasada, pude descubrir que en el fondo no solo era mi imaginación, en realidad yo deseaba probar esta experiencia. Viajé por negocios con mi jefe, un hombre de unos 40, bien distinguido, de buen ver, siempre oliendo a perfume fino, en fin todo un galán, fuimos a un poblado, realizamos el trabajo primero y descuidamos el hotel. Como fuimos tarde, solamente quedaban dos camas en una habitación, tomamos las mismas, primero me bañé yo, al salir con la toalla solamente, esta era pequeña y dejaba ver mis piernas, estas no eran precisamente muy masculinas que digamos. Mi cola también se calcaba, él me vio de un modo diferente del que siempre lo había hecho, esto me excitó, él entró a la ducha, yo me puse un calzoncillo ajustado, me lo subí un poco más de lo normal. Me eché de costado, dejando a la vista mi cola con ese calzoncillo negro que resaltaba con mi blanca piel, me acaricié y se sentía suave, redondito, entonces cuando apagó la ducha, yo me hice el que leía y saqué lo más que pude la cola, él salió y quedó impactado con el paisaje. No podía dejar de mirarme, me habló algunas cosas del trabajo, pero hasta tartamudeaba, me di la vuelta, al mejor estilo de una mujer sensual, me movía en la cama, él empezó a cambiarse después de secarse, me dijo, ¿apago la luz?, le dije que no por favor, que estaba leyendo. ¿Me visto en el baño?, le dije que cual era el problema, que si tenía vergüenza o algo así, él rió, me dijo que no, estamos entre hombres y no hay vergüenza, dejó caer su toalla, tenia una verga de buen tamaño, un abundante y brilloso pelo púbico y unas piernas de futbolista. Yo seguía con mis movimientos, me eché pecho a tierra y él me miraba, su miembro empezó a crecer, se acercó a mi, se sentó a mi lado y empezó a sobar mis nalgas, yo me movía más y más excitado, con mi mano alcancé su verga, lo empecé a masturbar. Él quitó mis calzoncillos y empezó a besar mi espalda, luego las nalgas, me enloquecía, su lengua llegó a mi debutante hendidura, ¡con que habilidad lo hacia!, yo empecé a dar pequeños gemidos. Me hizo poner de cuatro, rápidamente trajo una crema del rostro que tenia y se untó y me untó como pudo, se paró al lado de la cama y de un solo movimiento me lo metió todo. Me quedé sin aire, apoyé mi cara en la almohada, me dolía, pero era rico sentir ese calor dentro de mí, él se movía y yo trataba de que la penetración sea más profunda, en unos minutos sentí dentro de mi un líquido muy caliente, era la leche que entraba toda. Él me apretó contra si, fuimos a la ducha, nos bañamos nuevamente, se hincó y me empezó a chupar, no tardé nada en acabar, no era yo quien importaba en ese momento, yo le quería dar placer, por ser el primero en tenerme, nos acostamos, me penetró unas cuatro veces en la noche. Al día siguiente continuamos con el trabajo, hablamos, me dijo que nunca le había pasado, pero que había sido bueno, le dije lo mismo, él tenia un conflicto por ser casado, le dije que no se aflija, que todo quedaba allí, me dijo claro que no, de esto tiene que haber más, mucho más.