Sedientos de sangre 7

Rufus y Kilian... Una cama... ¿Qué pasará? No se lo pierdan... Por cierto, ¿he de aclarar que este capítulo tiene sexo? Je...

Bueno, volvemos una vez más con un capítulo de Sedientos de sangre, soy yo, vuestro querido amigo Batdark, ya sabéis… El murciélago más sexy del mundo… Antes de entrar en materia, por favor, echadle un vistazo rápido al mensaje del autor.

Me gustó tanto escribir sobre Bitterkeit y Verrat que si por mí fuera escribiría por lo menos tres capítulos sobre ellos, pero la historia no me lo permite por ahora, así que este episodio será de Rufus y Kilian, por ahora según tengo entendido, éstos dos son la pareja más popular entre los que leéis el relato, me alegro, pues bien. ¡Que lo disfrutéis!

Si queréis, podéis comentar a través de email a la dirección de correo:

latumbadelenterrador@gmail.com

o por twitter:

@Enterradorelato

Jeje… En este capítulo ya salgo yo… Bueno, también salí en el anterior, pero eso no quita que no pueda salir en este también, así que ahí va, en exclusiva, para todos vosotros, ¡el séptimo capítulo de Sedientos de sangre!

____________________

Ah… La llegada de la primavera… Era hermoso ver cómo a la llegada de la primavera la gente en Prusia se iba enamorando, el joven Kilian miraba desde la ventana de su habitación a las parejas que iban cogidas del brazo y soñaba con encontrar una mujer con la que casarse y ser feliz… Quería una familia con la que poder ser cariñoso. A veces su padre entraba en su cuarto y lo pillaba mirando por la ventana, pero le daba igual lo que hiciese…. Hasta aquel fatídico día…

Kilian miraba cómo dos chicos se habían escondido en un callejón que se veía desde su cuarto, los dos hombres eran más bien jóvenes, de 20 años o así… El joven Kilian se quedó mirando asombrado cómo estos dos jóvenes se besaban, a sus 8 años le asombró lo que vió, al principio creyó sentir asco, pero eran sus ideas sociales preconcebidas, después se dio cuenta de que… Aquello le atraía, pero su experiencia de aprender tendría que esperar, su padre le llamó.

-¡Kilian! ¡Tienes que comprar la cena de esta noche!-dijo el padre desde fuera del cuarto.

-¡Sí, papá! ¡Voy!-dijo el joven Kilian.

Kilian salió a comprar y su padre aprovechó para asomarse por la ventana, más por curiosidad que por otra cosa, para ver qué era lo que tanta atención le suscitaba a su hijo… Y entonces vio algo que le llenó de asco… Y de odio… Aquellos jóvenes estaban teniendo sexo en el callejón. Cogió sus cuchillos de cocina y fue al callejón a arrinconar a los dos jóvenes.

Los mató sin contemplaciones, hincó la hoja del cuchillo en sus cuerpos sin ningún remordimiento… Ellos no pudieron defenderse… Aquel hombre era más grande y fuerte que ellos… Su cara mientras los mataba no tenía expresión… Parecía un monstruo… Un auténtico monstruo sin corazón…

Kilian llegó a casa media hora después. Dejó las cosas en la cocina y fue a su cuarto, pensaba que con suerte podría ver a los dos hombres aquellos otra vez… No se equivocaba, volvió a verlos… Ensartados con un cuchillo encima de su cama. La sangre estaba por toda la habitación… Estaba escrito con sangre:

MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN, MARICÓN,

Su cuerpo no reaccionaba, estaba en shock, aquello… Era horrible… Esos dos chicos… Estaban muertos… Sobre su cama… De repente, notó una mano en su hombro.

-Dios… Los ha castigado…-dijo alguien a su espalda.

Se dio la vuelta rápidamente y vio a su padre cubierto de sangre, con una cara sin expresión, mirándole con ojos desaprobadores, Kilian comenzó a temblar.

-No… Es mentira… Dios no existe… Has sido tú…-dijo temblando-Si hubiera un Dios, tú deberías estar muerto.

-Te equivocas…-dijo poniendo la otra mano en su hombro-Dios sí existe… ¡Yo soy tu Dios y tú debes obedecerme!

ADVERTENCIA : a partir de este punto el relato se vuelve un tanto violento, puede que con escenas gore incluso, si no son muy fans de este tipo de cosas, ya saben, ¡al asterisco!

Empujó a su hijo hacia la cama, y éste cayó entre los cadáveres, que parecían mirarle con cara de súplica… Su padre se acercó a él y le bajó los pantalones y los calzoncillos… Su pequeño pene de niño quedó al aire…

Cogió un remo de los que se usan para remar en barca y le golpeó a su hijo en el pene. El niño gritó con todas sus fuerzas.

-¡ESTO TE PURIFICARÁ!-gritaba el padre fuera de sí.

Los golpes le hacían doblar el cuerpo y sin querer entraba en contacto con los cadáveres, llenándose de su sangre, el pequeño Kilian no podía más… Aquello era demasiado.. Lloraba y sollozaba pidiéndole a su padre que parara. El padre no paraba, seguía golpeando sin piedad el pene de su hijo.

Cuando su hijo estaba a punto de desmayarse lo cogió del brazo y le puso la cara al lado del la polla de uno de los cadáveres.

-Vamos, chupa-dijo el padre seriamente.

-¡Por favor, no…!-dijo el niño llorando.

-¡Que chupes!-le metió la polla en la boca a la fuerza.

El pequeño Kilian perdió su inocencia aquel día. Nada más meterse en la boca aquel pene putrefacto, vomitó.

-Así aprenderás a no ser un puto maricón-dijo el padre enfadado.

Sacó su cuchillo, entonces cortó la cabeza de uno de los chavales, el músculo se quedaba pegado, así que tuvo que cortar bien, sacó la cabeza y le dijo a su hijo con una sonrisa psicótica.

-Bébete su sangre.


Aquel día Kilian Darkill se bebió toda la sangre de esos dos chavales, llorando y pidiendo a su padre que parara, pero éste permaneció a su lado todo el rato porque era su forma de castigarlo, Kilian debía aprender cuál era su lugar, el de un objeto, un objeto que pertenecía a su padre.

____________________

Sedientos de sangre

________________

Un relato del Enterrador

Sediento de sangre real

Capítulo VII: El príncipe de la iniciación

Estábamos en la habitación de Rufus, todo había pasado, ese tal Bitterkeit dormiría fuera, Rufus me rodeó con sus brazos y me abrazó, me sentí protegido en aquel momento, como si nada pudiera pasarme… Rufus había vuelto  a encerrar a Batdark en una jaula y le había dejado en el pasillo.

Entonces en ese momento de un movimiento brusco me tiró sobre la cama y con una mano me agarró los dos brazos, como… Eh.. Como a las gallinas… Y la otra la deslizó por debajo de mi camisa.

-¿Q-qué estás haciendo?-dije nervioso.

-Lo siento, pero no puedo hacerlo con alguien que no está completamente entregado a mí. Si lo hacemos, tienes que entregarme TODO tu cuerpo-dijo mirándome con cara seria.

-¡P-pero prometiste...!-dije asustado.

-Regla número 237 de los vampiros: los vampiros son mentirosos por naturaleza-dijo acercando su cara a la mía.

Intenté resistirme, pero era mucho más fuerte que yo, y me besó antes de que pudiera hacer nada… Por donde él tocaba… Se ponía caliente… Me estaba dejando mis fuerzas… No podía hacer nada… Pero quería impedírselo con todas mis fuerzas…

-Kilian… Ni lo intentes…-dijo agarrándome de la parte de abajo de la camisa del uniforme escolar, el cual era la única ropa que tenía.

-P-por favor… No…-dije llorando.

De repente, se sonrojó, y paró, me soltó y se echó a un lado sentándose en la cama.

-¿Eh?-dije asombrado.

-Tsk. Llorica…-dijo de malas pulgas.

-¡¡¡Pues claro que lloro, imbécil, me estabas violando!!!-dije furioso.

-Si quieres ser un vampiro debes aprender a ser un hombre…-dijo Rufus con el ceño fruncido.

-Lo sé… Pero… Es difícil… En un solo día…-dije triste.

-Mira, Kilian, pondré las cartas sobre la mesa. Si no te quitas esa camisa, no serás vampiro, y si no eres vampiro no podrás enfrentarte al vaticano, ya te están buscando…-dijo cruzando los brazos.

-¿El vaticano?-dije sorprendido.

-¿No prestabas atención a lo que ocurría a tu alrededor?-dijo cansado.

-¡¡¡Perdóname por estar muerto y no poder verlo!!!-grité enfadado.

-Je… Estás muy irritable…-dijo sonriendo.

-L-lo siento…-dije nervioso-Es que...

En ese momento me besó, sus besos me nublaban la vista y también me impedían pensar… Cerré los ojos dejándome llevar durante un segundo y cuando los abrí…. ¡NO tenía camiseta!

-¡¡¡Aaaaaaaagh!!! ¡Me has engañado como a un chino!-dije sorprendido.

-Regla número 436 de los vampiros: los vampiros son mentirosos por naturaleza-dijo sonriendo.

-¡¡¡¿¿¿Pero esa no era la 237!!!???-dije exaltado.

-Regla número 316: los vampiros utilizan distracciones-dijo apareciendo por mi espalda.

¡Aquello no iba bien! ¡Iba a ver mi cicatriz de costura! Cuando su mano tocó mi piel rodeándome con sus brazos olvidé todo el malestar que tenía y olvidé todo el dolor que tenía acumulado… Por una noche…

-Haré que lo olvides todo… Y solo me tengas a mí…-me susurró al oído.

Me derretí al oír su voz. Se sentó y me colocó encima suya, entonces comenzó a jugar con mis pezones desde atrás, acariciándolos y pellizcándolos. Su lengua comenzó a deslizarse por mi cuello mientras notaba la presión de sus colmillos en el mismo.

-Quiero hacerte el amor…-me susurró.

-S-sí…-respondí.

En ese momento deslizó su mano hasta mi polla y la comenzó a acariciar por encima del pantalón. Oía su respiración agitada mientras me acariciaba, me estaba perdiendo en todo aquello y estaba olvidando todo el dolor y sufrimiento por el que tuve que pasar.

-S-sácala…-dije jadeando.

De nuevo volvió a lamerme el cuello de arriba a abajo y pude notar que estaba sonriendo, metió su mano en mi pantalón y comenzó a acariciar mi polla. Mi cuerpo tembló justo en el momento en el que su mano me la tocó.

-Bájate los pantalones…-me susurró.

Sin mediar palabra, me bajé los pantalones y él comenzó a pajearme la polla, su mano hacía maravillas, era suave y sabía cómo moverse… Mi respiración se estaba agitando cada vez y de repente noté cómo su polla se ponía dura contra mis nalgas. Suspiré y entonces él me dio la vuelta y me empujó la cabeza para que me agachara.

-Ya sabes lo que tienes que hacer…-dijo mirándome desde arriba.

Le bajé los pantalones y le quité la ropa. Su cuerpo, con unos abdominales perfecto, me embelesó por un instante, pero rápidamente volví a la realidad y me metí su polla en la boca. Hay veces en esta vida en las que los deseos se cumplen, y aquella fue una de esas veces, pude tener su polla en mi boca. Me metí la mitad de su rabo de una sola vez, pues entero era inabarcable, debía de medir más de 20 cm, así a ojo…

Hacía lo que podía con esa monstruosidad, pero era la primera polla que me chupaba, así que era difícil, lamía la punta y chupaba como podía el tronco.

-No se te da muy bien esto, ¿eh?-dijo suspirando.

-Lo siento…-dije triste.

-No importa… Aún podemos hacer otra cosa…-dijo sonriendo.

-¡¿O-otra cosa!?-dije sorprendido.

Sin decir nada se levantó y me puso a 4 patas sobre la cama, después metió su lengua en mi culo, la restregaba por mi interior y lamía todo mi ojete, aquello era una sensación muy placentera… Como vio que respondía bien, me metió un dedo en el culo… Emití un pequeño grito, pero con su otra mano me tapó la boca.

-Shhh… Los demás ya estarán durmiendo…-me susurró.

Poco a poco fue metiendo más dedos en mi culo para dilatarlo, dolía… Pero tenía que aguantar… Porque yo le quería… Tenía que aguantar por él…

-Bien… Prepárate… Como es tu primera vez, seré cuidadoso, pero esta polla destrozaría a cualquiera…-me susurró de nuevo.

Noté como ponía la polla en la entrada de mi culo y empezaba a meterla poco a poco.

-¿Te duele?-dijo dulcemente.

-E-estoy bien…-dije intentando parecer que estaba bien.

Él sabía que no estaba bien, pero aún así siguió forzando mi entrada para meterme su monstruosa polla por el culo. No os mentiré, aquello me dolió a horrores, era gigantesco y estaba entrando en mi culo, pero una vez que mi culo se acostumbró, comenzó a moverse y esa sensación de dolor se fue convirtiendo en placer.

-Ah… Ah… Así, así…-dije jadeando.

-Vaya… Qué vicioso nos ha salido el chaval…-dijo sonriendo.

-C-cállate y s-sigue-dije disfrutando.

Me folló cuanto quiso y cómo quiso, embistiéndome con fuerza, y lo peor es que yo lo disfruté y le pedí más y más. En aquel momento debí volverme loco. Noté como su polla comenzaba a vibrar.

-Quiero correrme dentro de ti…-me susurró de nuevo.

-V-vale…-dije sin creerme lo que me había dicho.

Su polla vibró con más y más fuerza hasta que noté un líquido caliente que me llenaba por dentro. Aquel líquido se escurrió por las paredes de esfínter y en cuanto Rufus sacó su polla de mi culo, su semen también salió. Era una sensación muy extraña, aquel líquido caliente deslizándose por mi cuerpo…

-Lo has hecho muy bien, KIlian… Tienes un culo muy tragón…-dijo tumbándose a mi lado.

-Por favor… No digas esas cosas…-dije poniéndome rojo.

-Aunque la chupas como el culo-dijo suspirando.

-¡Perdóname por no ser perfecto como tú!-dije enfadado.

-Me lo pensaré-dijo secamente.

-¡Que era una ironía!-dije mosqueado.

-Ese mal genio tuyo… Es lo que te ayudará a gobernar a los vampiros-dijo sonriendo.

-Solo tengo mal genio porque me provocas…-dije frunciendo el ceño.

-Ese es mi trabajo. Convertirte en el príncipe de los vampiros-dijo levantándose.

-¿A dónde vas? ¿No te quedas a dormir?-le dije triste.

-¿Qué pasa? ¿El niño pequeño le tiene miedo a la oscuridad?-dijo mirándome de reojo.

-¡¡¡Idiota!!!-dije tirándole un cojín.

Lo esquivó y con una sonrisa en la boca salió de la habitación, pero me dejó con la duda… ¿Éramos novios o aquello era un polvo que no significaba nada? Por su culpa… Me estuve torturando toda la noche…

____________________

Me desperté bastante tarde porque casi no había podido perga ojo en toda la noche, abrí la puerta de la habitación para dirigirme al salón central y en el pasillo me encontré una jaula en la que Batdark estaba en el suelo desmayado.

-Agua... Por favor… Necesito agua…-dijo medio muerto.

-¡¡¡Batdark!!! ¡Me había olvidado de ti!-dije asustado.

-Kilian… Recuerda que yo siempre te he querido… No me olvides jamás…-dijo mirándome con una sonrisa triste.

-¡¡¡Batdaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaark!!! ¡¡¡¡¡¡NO TE MUERAS, POR FAVOR!!!-grité con todas mis fuerzas.

Corrí hasta el salón con la jaula y allí encontré a Rufus hablando con el vampiro que me había intentado matar el día anterior… Bitelchús.

-¡¡¡Bitterkeit!!!-gritó.

-¡¿Cómo sabes lo que estaba pensando?!-dije alterado.

-Tienes una cara muy expresiva… Es muy fácil saber lo que piensas…-dije Bitterkeit frunciendo el ceño.

-¿Ah, sí?-dije extrañado-¡Agh! ¡Eso ahora no importa! ¡¡¡Rufus, por favor, libéralo!!! ¡Se va a morir!

-Ah, cierto… Como era algo tan insignificante, me olvidé de la rata con alas-dijo tranquilamente.

Puso su dedo en el candado de la jaula y la jaula se abrió. Sujeté a Batdark entre mis brazos y comencé a llorar.

-¡¡¡Batdark, despierta por Dios!!!-dije asustado.

-Exagerado…-dijo Rufus entredientes.

-¡Tú te callas! ¡Todo es culpa tuya!-dije enfadado.

-A-agua…-dijo Batdark casi sin respiración.

-¡¿Dónde hay agua, Rufus!?-dije alterado.

-Supongo que en la cocina…-dijo sin muchas ganas.

Corrí hacia la cocina toda velocidad y los dejé allí hablando.

-Como te iba diciendo, Bitterkeit…

Al llegar a la cocina noté como un cuchillo se clavó en la pared a escasos milímetros de mi cara.

-¡A-a-a-aaaaaaaaaaaagh!-grité con todas mis fuerzas.

-¡Ahora sí que será mío ese murciélago!-dijo Kochin, el chef que me atacó la otra vez.

-¡¿Pero qué demonios te pasa!? ¡Solo quiero agua! ¡Para que se ponga bien!-grité como loco.

-¿Crees que me vas a amedrentar?-dijo sonriendo y lamiendo la hoja de un cuchillo.

- ¡¡¡YA-ME-ESTOY-HARTANDO!!! -grité con rabia.

Toda la cocina comenzó a temblar, los utensilios flotaban en el aire y el cocinero flotó hasta la pared donde se dio cabezazos contra ella. Todo era obra mía, pero claro… Yo ni me daba cuenta... La ira actuaba por mí… Yo estaba como en trance, con los ojos en blanco.

De repente, noté cómo alguien se abalanzaba sobre mí y me tiraba al suelo.

-¿Mmm? ¿Q-qué pasa?-dije sorprendido saliendo del trance sin recordar nada.

-Al fin… Tu poder ha despertado…-dijo Rufus.

-Eso me parece genial, pero… ¡¿Podrías quitarte de encima?!-dije enfadado.

-Ah, perdón… Te he visto así tan blandito que me han dado ganas de tumbarme…-dijo tranquilo.

-No sé si eso es un halago o un insulto…-dije para mí.

Rápidamente me acordé de lo más importante, salté por encima del cocinero que estaba inconsciente en el suelo y cogí un poco de agua de un barril y se la eché en un vaso, corrí hasta Batdark y le metí el vaso a presión en la boca. Se tragó el vaso entero y sus ojos se abrieron como platos.

-Coff.. Coff… ¡Bestia! ¡¿Querías rematarme?!-dijo casi atragantándose.

-Batdark… Me alegro de que estés bien…-dije dándole un abrazo con lágrimas en los ojos.

-M-me ahogas…-dijo dolorido.

-Oye, ¿los murciélagos beben agua?-preguntó Rufus extrañado.

-Ni idea, pero eso es lo que menos me importa ahora… Batdark…-dije sonriendo con lágrimas en los ojos.

Batdark se había desmayado de lo que lo había apretado con el abrazo, pero ya estaba bien así que podía estar tranquilo.

-Kilian… Tu poder ha despertado…-dijo Rufus acercándose a mí.

-¿M-mi poder?-dije sorprendido.

-A partir de ahora, ya eres un vampiro…-dijo dándome la mano para que me levantara.

-Ya te tengo murcielaguito…-dijo el chef metiendo a Batdark en la olla.

-¡Aaaaaaagh!-gritó Batdark saltando con el culo echando humo por el agua hirviendo.

Batdark saltó y se abrazó a la cara del chef.

-¡Ay, ay, ay! ¡Quita, quemas! ¡¡¡Quemaaaaaaaaaaaas!!!-gritó el chef.

CONTINUARÁ…

____________________

Y eso es todo, caralodo, este ha sido el séptimo episodio de Sedientos de sangre. Debo aclarar que el próximo capítulo será de Bitterkeit y de Verrat. Sé que estáis deseando ver qué nos pasa a mí y a Kilian, pero así hacemos crecer el ansia… O quizá es una excusa del autor para coger ideas… Bueno, gente, se lo preguntáis a él, aquí tenéis su mensaje.

Pronto empezará lo verdaderamente interesante de la serie, en el capítulo 10. Esto solo era el prólogo… Ah, debo decir que no sé si tendré el capítulo de ¿Amor o Maldición? para el viernes, pero ese es mi objetivo. ¡Espero que os haya gustado!

OS SALUDA

EL ENTERRADOR

Bueno, este murciélago tan sexy se despide, ¡nos vemos la semana que viene!