Sedientos de sangre 5

Tod deja el castillo de Prusia para encargarse de cierto asunto... Algo le está ocurriendo... Algo que no entiende... ¿Qué podrá ser...? No se lo pierdan...

Buenas, público. Soy Batdark, y este es el quinto episodio de esta serie de vampiros tan extravagantes. Hoy tendremos un episodio sobre Tod, es decir, sobre la muerte. Pero antes de nada echadle un vistazo al mensaje del autor:

Siento el parón de la semana pasada, he estado muy ocupado y no he podido escribir, y lo siento, pero no puedo asegurar el relato de ¿Amor o Maldición? para este viernes. Pero haré todo lo posible para que lo tengáis cuanto antes. Sé que dije que en todas mis series las temporadas serían de diez capítulos, pero claro… En esta serie hay varias parejas… Así que he decidido seguir hasta que la gente se aburra o hasta que yo me aburra de escribirla. Además, al final del relato haré un anuncio especial, ¡así que no os lo perdáis!

Recordad que podéis comentar a través de e-mail:

latumbadelenterrador@gmail.com

Menos mal que al autor se le ha pasado su pequeña depresión… Ya pensaba que nos iba a matar a todos por su estado de ánimo…. ¡En fin, aquí tenéis el relato!

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Alt Krank era un hombre que nació en 1712, su familia era muy pobre y él había estado trabajando duro como agricultor para poder darles una buena vida. Aunque la realidad era que sus 75 años de esfuerzo trabajando no le habían dado una vida mejor, es más, su patética vida no le había traído más que disgustos, su primer hijo, sternocleidomastoid, cuyo nombre era muy desafortunado, se clavó un rastrillo en el cuello y murió, su segunda hija, Blutende Muschi, fue violada por un noble hasta la muerte, y su tercer y único hijo que le quedaba vivo, Unglück, era retrasado mental, por lo que no podía trabajar.

A sus 80 años de edad, estaba muy enfermo, y la única que podía cuidarlo, Schlechte Hündin, su mujer, le abandonó por un simple pescador. Sólo, en la cama de su soso y mugroso cuarto, sólo podía preguntarse por qué, si había un Dios, podía permitir que su vida hubiera sido tan desgraciada. Ahora tenía que ser cuidado por Unglück, que se encargaba de él, no muy bien… Llegó un día en que el estado de Alt era muy grave y Unglück volvió a casa del mercado.

-Unglück, hijo mío, ¿has traído la cena?-dijo el hombre cansado.

-¡No, papá! ¡He hecho algo mucho mejor!-dijo Unglück sonriendo dejando a la vista sus enormes paletas.

-Madre de Dios…-dijo esperando lo peor-¿Qué has hecho?

-Un señor me ha cambiado las vacas que me diste por unas judías mágicas-dijo emocionado el hijo.

-¿Judías… Mágicas? Coff, coff…-dijo el padre agotado.

-¡Sí, papá! ¡Judías! Ajiá-dijo sonriendo.

El padre no podía enfadarse con su hijo… Después de todo, comprendía que la culpa no era suya… Había nacido así y no había nada que pudiera hacer él… Así que le sonrió y dijo:

-Bien, hijo. Ve al jardín a plantarlas.

-¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!-dijo Unglück dando saltitos.

-Ay… ¿Qué será de ti, hijo mío… Cuando yo muera?-dijo el hombre mirando al techo.

De repente, comenzó a hacer mucho frío en la habitación, parecía como si el invierno siberiano hubiera llegado a Prusia en pleno agosto. El hombre miró a su alrededor y no vio nada extraño, pero oía un ruido… Era algo indescriptible… Como si algo le llamara… Un sonido metálico que sonaba una y otra vez… El hombre no sabía por qué, pero eso le llenó de nostalgia, poco a poco el sonido se fue haciendo más claro… “Tolón, tolón”, era una campana… Una campana que sonaba una y otra vez… De repente, la campana paró de sonar y la habitación se oscureció… No podía ver nada…

-....Krank….. Krank… Alt Krank… ¡Ha llegado tu hora!-oyó una voz.

De repente, la habitación volvía a estar iluminada y un hombre estaba justo delante de su cama, tenía el pelo largo y la piel muy pálida, parecía no mostrar ninguna expresión. Alt ya sabía lo que le esperaba, y tenía miedo, tenía miedo a la muerte… Pero no porque él fuera a morir, sino porque su pobre hijo Unglück no sobreviviría.

-P-por favor… Aún no puedo morir… Y-yo… Mi hijo me necesita…-comenzó a llorar el anciano.

-Tu hora ha llegado… Debes aceptar tu destino-dijo el hombre acercándose a la cama.

-P-pero… U-usted no lo entiende…-dijo el anciano con lágrimas en los ojos.

-Usted debería saber que en la época en la que vivimos es rarísimo que alguien viva hasta su edad, los 80 años. Ha vivido suficiente-dijo acercando su cara a la del anciano.

Alt no se resistió, no tenía ni fuerzas ni razón para hacerlo… El hombre lo besó y así le extrajo el alma… Alt Krank murió el 15 de agosto de 1792… y su hijo Unglück murió el mismo día una hora después, puesto que al no estar su padre unos hombres del pueblo que le odiaban por ser disminuido mental lo mataron con extrema crueldad y lo dejaron tirado en la calle, como un perro. Si ese día Tod Schmerzlich, alias la muerte, hubiera dejado vivo a Alt Krank su hijo hubiera podido seguir viviendo, pero así es la muerte. La muerte, no tiene piedad de nadie…

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Sedientos de sangre

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Un relato del Enterrador

Sediento de almas

Capítulo V: El despertar de la muerte

Salí del castillo de Prusia después de haberme presentado al nuevo, no me gustaban las interacciones sociales, pero Rufus me había obligado, así que fui, saludé y me largué. Mientras iba por los pasillos oí gritos… Pensé que serían ese cocinero loco y ese murciélago… Le avisé, pero por lo visto no me hizo caso… Miré mi lista de la muerte y todavía estaba ahí, su nombre, Leben Ewig… No había podido hacerlo… No había podido arrebatarle su alma como hacía con todo el mundo… La lista parecía burlarse de mí… Me había vuelto un blando y no era capaz de hacer algo tan sencillo como era extraer el alma de una persona… ¿Por qué? La muerte nunca tiene piedad… Jamás conocí la compasión, pero ahora…

Mientras pensaba apareció otro nombre en mi lista de la muerte, Mutter Ewig… La madre de Leben… Si ya no era capaz de matar a las personas… ¿Por qué intentarlo? Era un inútil que moriría de hambre por no poder saciar su sed de almas… Aunque pensaba todo eso decidí ir a casa de Leben… Para intentarlo una vez más.

No había podido matarlo, por lo que debería estar vivo y sano, pero le apliqué un hechizo de descanso eterno para que no pudiera escapar a la muerte y estar sano… Quería seguir intentándolo. Volví a paralizar el lugar y llegué a la habitación donde estaban los dos… Leben seguía vivo pero enfermo, al borde de la muerte. Al verme entrar sonrió.

-Tod… Has vuelto-dijo mirándome.

-Lo siento mucho… Te tengo en este sufrimiento eterno porque no puedo matarte…-dije sin expresión.

-No tiene importancia-dijo sonriendo.

Me acerqué a él y le besé de nuevo, pero era incapaz, no es que no pudiera hacerlo, pero cuando lo intentaba, mi estómago ardía, como si hubiera algo que me impidiera matarlo. Rápidamente me aparté de él…

-Agh… No puedo hacerlo… No puedo…-dije cansado.

-No te fuerces… No pasa nada-dijo sonriendo de nuevo.

Su sonrisa era una sonrisa de cansancio, y eso hacía que mi estómago me doliera más… No entendía nada… ¡¿Qué me estaba pasando!? Entonces vi a su madre paralizada en la cama de al lado y me acerqué a ella.

-¿Tod? ¿Qué haces?-dijo Leben extrañado.

Me acerqué a su lado y me incliné para besarla.

-¡¿T-Tod?! ¡No, por favor! ¡¡¡No lo hagas!!!-dijo Leben comenzando a llorar.

Otra vez me invadió el dolor de estómago y rápidamente me aparté de ella.

-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¡¡Ya no puedo matar!!!-dije en el suelo.

-Ah… Gracias a Dios…-dijo Leben cansado.

Me fui de allí lo más rápido que pude. No podía aguantar todo eso, había perdido mi poder y ahora el que se moriría sería yo… De repente, tres guardias me rodearon en mitad de la calle.

-¡Oye, tú! Estamos buscando a la familia Ewig, ¿sabes dónde viven?-dijo el guardia de mal humor.

Mi dolor de estómago volvió y de repente, mi lista de la muerte se actualizó. Miré y ponía: “Ein Soldat  Zwei Soldaten y Soldat Drei” Los nombres de los tres soldados que me rodeaban. Entonces decidí que si no podía acabar con ellos, me retiraría para siempre y moriría, mi muerte no es como la muerte de un mortal. Es la muerte más dolorosa que os podáis imaginar, multiplicada por 1000. Así que, como pensaréis, no me apetecía mucho morir, al ver que no les contestaba el soldado jefe se puso nervioso.

-¡Tú! ¡Te estoy hablando!-dijo de mal humor.

ADVERTENCIA : a partir de aquí el relato puede tornarse gore, así que si no les gustan este tipo de cosas, salten al siguiente asterisco:

El soldado corrió para golpearme con su puño, pero le agarré del brazo con una mano y con la otra a modo de cuchillo se lo corté por la zona del sobaco. Me quedé con el brazo en la mano, los tres guardias se sorprendieron enormemente, sobre todo al que le había arrancado el brazo, que emitió un grito de dolor que hubiera sido oído por todo el reino si no fuera porque paralicé el tiempo. Los otros dos soldados corrieron a defender a su jefe, pero éste les gritó:

-¡Nooo! ¡Este hombre no es humano! ¡¡¡Es un monstruo!!! ¡Nadie normal podría haber hecho algo así! Será mejor que nos retiremos-dijo el soldado jefe.

-¡Si, señor!-dijeron los dos a la vez.

-Pobre almas desafortunadas…-dije.

-¡¡¡CORREEEED!!!-gritó el jefe.

Echaron a correr, pero a los dos metros se dieron contra algo, estaban horrorizados, delante suya seguía habiendo calle, pero era como si hubiera una pared invisible que no les dejase continuar, entonces se dieron cuenta de que la gente no se movía.

Yo me acerqué a ellos paso a paso, con el brazo del jefe en la mano, aunque no había dejado de sangrar a una velocidad pasmosa, no estaba muerto, estaba claro por qué… Aún no le había robado su alma…

-¡¿Q-qué demonios eres?!-dijo el jefe de los soldados asustado.

-¿Yo? Un simple ciudadano anónimo que solo pretendía dar un paseo-dije sin expresión.

-¡¡¡Te daré 20 corderos!!!-oí de repente.

-¿Eh?-me quedé sorprendido.

-¡¡¡Si nos dejas vivir, te daré 20 corderos!!!-dijo uno de los soldados.

-Déjame que me lo piense…. Eh…. ¡No!-dije irónico.

Se quedaron muy asustados y quietos, entonces con una sola uña de los dedos del pie, les corté la cabeza a las tres, y éstas salieron rodando. Su dolor era insoportable, pero aún así, seguían vivos. Me acerqué a cada uno de ellos y los besé.


Extraje sus tres almas sin ningún problema… Parecía como si mi poder hubiera vuelto, o quizás nunca había desaparecido… Pero entonces… ¿Por qué no pude matar a esos dos? No tenía ningún sentido… Decidí volver a casa de Leben para aclarar las cosas.

Al llegar a su casa, estaba dormido, así que decidí empezar por su madre, me acerqué a su lecho y junté mis labios con los suyos, noté como su alma se deslizaba por mi boca y bajaba por mi garganta hasta mi estómago. ¡Lo había hecho! Rápidamente su nombre desapareció de la lista de la muerte, y ya solo quedaba uno… Leben Ewig… Me puse a su lado y lo llamé:

-Despierta, Leben, despierta-dije sin expresión.

-¿Tod…?-dijo abriendo los ojos.

-He venido a matarte…-dije mirándolo fijamente.

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Su sonrisa volvió a aparecer en su rostro, su sonrisa cansada, y mi estómago comenzó a dolerme de nuevo, “¡No! ¡Otra vez no!” pensé. Se me quedó mirando extrañado y me preguntó qué me pasaba, a lo que yo respondí que no podía, que no entendía por qué, primero a los guardias, después a su madre, pero a él no podía…

-¿H-has matado a mi madre?-dijo sorprendido.

-Claro. Estaba en mi lista después de todo-dije mostrándole la lista.

-¿C-cómo has podido matarla antes que a mí? Y-yo… Yo no quería sufrir su muerte… Sniff-dijo comenzando a llorar.

De repente, un dolor aún más agudo atravesó mi estómago de nuevo, me estaba destruyendo por dentro, no lo entendía… ¿Por qué? ¿Qué es lo que provocaba ese dolor de estómago? Entonces lo miré y me di cuenta de que era la primera vez que lo veía llorar, había aguantado todo el dolor de su enfermedad, y el hecho de que iba a morir sin derramar una sola lágrima, era un chico muy fuerte… Estos pensamientos me provocaron aún más dolor…

-¡Aaaaaaaagh!-me quejaba por el dolor.

-Sniff… ¿Tod?-dijo mirándome con los ojos llorosos-¿Estás bien?

-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué solo a ti?! ¡¿Por qué no puedo matarte?! ¡¿Por qué me duele cuando te veo sufrir?! ¡¿Q-qué me está pasando?!-dije fuera de mí.

-T-Tod… ¿T-Te has enamorado de mí?-preguntó secándose las lágrimas.

-¿E-na-mo-ra-do?-dije yo sin entender muy bien el concepto.

Era normal que no conociera ese concepto, pues eso fue una invención del Romanticismo, época artística en la que nos encontrábamos en aquel momento, antes la gente se juntaba una con otra por los intereses económicos, pero ahora, hablaban de algo llamado “amor”.

-¿No sabes lo que es el amor?-dijo él sorprendido.

-No exactamente… Solo sé que es algo así como cuando un hombre y una mujer se atraen juntan sus cositas...-dije confuso.

-Eh… Más o menos… Aunque si tienes más de 5 años, deberías saber un poco más…-dijo sonriendo.

-Pues explícamelo-dije sin expresión.

-A ver… No sé cómo explicarlo… Es… Un sentimiento… Verás… Cuando dos personas… Osea… Pene… No, espera…-dijo confuso.

-No te sigo…-dije aún más confuso.

-A ver… El amor no es solo entre hombres y mujeres, también se da entre hombres, y por supuesto entre mujeres… Cómo explicarlo… ¿Recuerdas que te dije que estaba enamorado de ti? Pues… Yo siento… Me siento bien cuando te veo… Una sensación de felicidad invade mi cuerpo-dijo intentando explicar un concepto abstracto.

-¿Ese dolor de estómago que siento… Es amor?-dije extrañado.

-No exactamente… Eso que sientes es porque yo…-se puso rojo-Soy importante para ti y no quieres verme sufrir…

-Lo entiendo… ¿Quieres decir que el amor es como tener una joya muy valiosa? No quieres que nadie te la quite ni que se rompa…-dije dejando claro el concepto.

-Esto… No exactamente, pero creo que podríamos decirlo así… Por ahora…-dijo cansado.

Entonces, sin que él se lo esperara para nada salté sobre él en la cama y le miré a los ojos.

-¿S-se p-puede saber qué haces?-dijo nervioso.

-Leben Ewig, eres el primer mortal que ha conseguido causar ese efecto en mí, por lo tanto-le acaricié la mejilla-Por favor, sé mi joya valiosa.

-T-Tod… Y-yo… E-esto… Siempre he deseado esto… Pero… ¿Estás seguro?-dijo nervioso.

No le respondí, al menos no con palabras, sino que le besé, los besos de la muerte suelen ser fríos y rígidos, pero por primera vez en toda mi vida, que es bastante larga, sentí la necesidad de dar calor a la persona a la que besaba, llenarla de mi calor, y fundirnos en un beso apasionado.

-Estoy seguro-dije separándome.

Entonces chasqueé los dedos y anulé el hechizo de descanso eterno, así que Leben no murió, y su enfermedad acabó de un plumazo. Entonces me sonrió, y acto seguido miró a su lado, donde estaba el cadáver de su madre. Su sonrisa desapareció y su expresión era triste. Entonces ese dichoso dolor de estómago volvió a mí.

-No sufras, si sufres, yo sufriré-dije dolorido.

Volvió a sonreír, esta vez era una sonrisa triste, me acarició la mejilla y una lágrima descendió por la suya.

-No quería verla morir… Pero… No estoy enfadado, era su hora, y tampoco quería que siguiera sufriendo… Así que… Puedes estar tranquilo…-dijo mirándome con los ojos llorosos.

-Yo te haré olvidar el dolor-le susurré al oído.

En ese momento hice que toda la habitación se oscureciera, solo se veía la cama en la que estábamos. Su mala cara por la enfermedad había desaparecido, su estado de salud había mejorado enormemente.

-¿Q-qué piensas hacer?-dijo nervioso.

-Según tengo entendido cuando se está enamorado se hace “eso”, ¿no?-dije yo tranquilamente.

-¿Por qué hablas de estas cosas como un niño de 5 años?-dijo él levantando una ceja.

-No sé…-dije distraído.

-Además, tú no sabes cómo lo hacen dos hombres-dijo él mirándome extrañado.

-Ja… No te preocupes, sé que lo básico lo podemos hacer-dije mirándole fijamente.

-¿L-lo básico?-dijo nervioso otra vez.

Entonces bajé las sábanas y le quité la camiseta a Leben. Su cara se puso toda roja, pero por alguna extraña razón, mis mejillas se tensaron, era algo que jamás, por lo menos desde que tenía memoria, había hecho, sonreír. Su rostro pasó del rojo al blanco.

-¡T-tienes una sonrisa terrorífica!-dijo asustado.

-Lo siento… La sonrisa de la muerte es legendaria por ser terrorífica, pero es la primera vez que yo…-dije nervioso.

-Espera… ¡¿Jamás habías sonreído?-dijo extrañado.

-Pues… No…-dije un poco avergonzado.

Su cara se puso roja de nuevo y me besó, a lo que yo le correspondí con mi lengua, mientras él estaba abrazado alrededor de mi cuello mis manos le acariciaban el vientre. Su cuerpo era delgado y lampiño, algo inusual en esa época, pero tópico en este tipo de relatos… Deslicé mi mano por su pecho hasta poder rozar sus pezones y jugar con ellos pellizcándolos suavemente, primero uno y después otro, me encantaba sentir cómo jadeaba en mi boca. Nunca había sentido el calor de otro cuerpo queriendo más y más de mí, separé nuestro beso y lo tumbé en la cama. Entonces comencé a lamerle los pezones, despacio y recreándome en cada milímetro de los mismos. Él no podía contener sus gemidos y se retrajo un poco un par de veces, por lo visto era muy sensible… Y eso no hizo más que encender más.

Mientras lamía y mordisqueaba sus sensibles pezones, deslicé una de mis manos hasta su pantalón y le acaricié su bulto por encima de éste. Sus gemidos aumentaron de intensidad, y parecía estar disfrutando bastante. Cuando vi que ya estaría suficientemente caliente, le bajé los pantalones y calzoncillos y deslicé mi lengua desde sus pezones, pasando por su pecho y su vientre, hasta su polla.

-A-ah… A-ah… No sabía que… Sabrías hacer todo esto, ¡y tan bien!-dijo cuando comencé a chuparle la polla.

-Siempre se me ha dado bien aprender rápido-dije sonriendo agarrando su pene.

De repente, su pene se puso flácido y pequeño.

-¡E-esa sonrisa!-se puso blanco.

-Lo siento… Procuraré no sonreír-dije recuperando la seriedad.

Le estimulé un poco la polla y enseguida se calentó de nuevo, entonces comencé a lamerla desde la base hasta la punta recreándome en cada centímetro de la misma mirando a Leben a los ojos, su cara estaba toda roja y él no paraba de jadear. No hacía más que pedirme que siguiera, que quería más, que necesitaba más.

Cumplí su deseo y sin previo aviso me metí toda su polla, de unos 16 cm en la boca de una vez. Él simplemente bufó ante el placer que le estaba dando, metía y sacaba ese trozo de carne una y otra vez disfrutando de la fricción que hacía en mi boca. Quería que él estuviera en el cielo y olvidara el dolor y creo que lo conseguí, entonces noté cómo su polla empezaba a vibrar dentro de mi boca.

-Agh… T-tod… Agh.. V-voy a correrme… Agh… S-sácala…-dijo entre gemidos.

No la saqué, simplemente la estimulé aún más y en cuanto se corrió me tragué todo su esperma. Él me miró sorprendido y yo me controlé para no sonreír, después me acerqué a su cabeza para besarle de nuevo.

-¡Espera! Acabas de tragarte mi semen… E-es asqueroso… Que yo ahora… Te bese…-dijo tímido.

-Está bien-dije tranquilamente.

Iluminé la sala y el cadáver de su madre estaba tendido aún en la otra cama. Yo no pude salvarla, después de todo, la muerte nunca tiene piedad de nadie.

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Aquel día, Mutter Ewig, fue enterrada en el cementerio de la ciudad de Berlín, incluso yo asistí al entierro, porque Leben parecía destrozado y yo debía asegurarme de que no sufría, no quería que mi joya se rompiera. Nunca había asistido a un entierro, había un aire lúgubre y todo el mundo estaba muy serio… ¡Qué fiesta tan divertida! Estuve muchos años perdiéndome ceremonias tan divertidas… Eso me dio rabia… El padre de Leben al verme allí al lado de su hijo vino corriendo hacia mí.

-¡¡¡Leben!!! ¡¿Se puede saber qué hace aquí este vagabundo?!-dijo cabreado.

-Papá… Hoy no, por favor… Estoy demasiado sensible para discutir contigo-dijo Leben arrancando a llorar.

Entonces lo paralicé todo excepto al padre de Leben.

-¡¿Qué demonios?!-dijo mirando a su alrededor.

-Señor Ewig...-dije sonriendo.

-¡A-aaaaaaaaaaagh!-dijo asustado.

-No permitiré que haga sufrir a Leben, si lo hace, tendré que arrancarle los órganos internos uno a uno-dije sin perder la sonrisa-¿Entendido?

-E-entendido-dijo asustado.

Todo volvió a la normalidad. Había descubierto un filón interesante, al devolverme Leben la capacidad de sonreír, había descubierto que esa sonrisa podía serme útil. Aunque seguía sin poder sentir, solo sentía por Leben.

-¿Está claro, papá?-dijo Leben triste.

-Eh…. P-pors upuesto…-dijo asustado mirándome.

El padre de Leben se asustó, y durante el resto de la ceremonia Leben estuvo abrazado a mí, algunos nos miraban mal, pero les sonreía y dejaban de mirarnos asustados. Jamás permitiría que nadie hiciera sufrir a Leben jamás… Él era mi joya más preciada…

CONTINUARÁ….

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Bien, parece que se acabó… Ah, no, esperad… Hoy hay extra… Aunque es corto también es intenso, estrenamos el extra:

Capítulo extra: TOMA FALSA

Leben y Tod: Posible final que hubiera podido tener esta historia

Entonces, sin que él se lo esperara para nada salté sobre él en la cama y le miré a los ojos.

-¿S-se p-puede saber qué haces?-dijo nervioso.

-Leben Ewig, eres el primer mortal que ha conseguido causar ese efecto en mí, por lo tanto-le acaricié la mejilla-Por favor, sé mi joya valiosa-dije sin expresión en la cara.

-T-Tod… Y-yo… E-esto… Siempre he deseado esto… Pero… ¿Estás seguro?-dijo nervioso.

No le respondí, al menos no con palabras, sino que le besé, los besos de la muerte suelen ser fríos y rígidos, pero por primera vez en toda mi vida, que es bastante larga, sentí la necesidad de dar calor a la persona a la que besaba, llenarla de mi calor, y fundirnos en un beso apasionado.

Noté algo raro, como una cosa que se me colaba en la boca…

-Ahí va… Me he tragado su alma sin querer…-dije sorprendido.

El cadáver de Leben se quedó con los morros hacia fuera y con los ojos cerrados.

-Bueno… Da igual… Al menos murió feliz…-dije para mí.

Desde aquel día seguí mi camino matando gente, y tuve cuidado con enamorarme. Que no gano para disgustos y como descubran que casi no mato a uno, seguro que me quedo en el paro y con los tiempos que corren… Casi que prefiero la muerte…

FIN

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Esto… Bueno… Menos mal que esto no ha pasado así, si no… Pues vaya final, ¿no? En fin, antes de despedirnos al autor le gustaría hacer un anuncio:

Me gustaría anunciar que estoy trabajando en la creación de un blog donde colgar mis relatos, por supuesto, no dejaré la página, pero los colgaré primero en el blog. Cuando lo tenga listo os pasaré la dirección. Aunque primero subiré los capítulos que ya tengo escritos aquí al blog, y cuando me ponga al día subiré los nuevos antes allí. Pero para los que ya hayáis leído todos mis relatos os diré que algunos, los más antiguos sobre todos, los editaré, mejorándolos un poco. ¡Y puede que incluso añada algún extra! Además, en los primeros capítulos de ¿Amor o Maldición? en los que nadie presentaba el relato añadiré la presentación. Así que ya sabéis, estad atentos, porque muy pronto, ¡estreno blog!

OS SALUDA

EL ENTERRADOR

Mmmm…. Estrenará blog… A ver si así nos sube el sueldo porque a mí no me llega ni para las ratas que componen mi dieta… En fin, ¡hasta la semana que viene, lectores!