Sedientos de sangre 4

Kilian ha llegado al castillo de los vampiros de Prusia, conocerá a sus nuevos compañeros, y tendrá que pasar la iniciación... No se lo pierdan...

Ahora es el momento de que llegue a vuestras pantallas el cuarto episodio de esta serie de vampiros. Y yo, Batdark, os lo mostraré. Pero antes siquiera de empezar, echadle un vistazo al mensaje del autor:

Quiero probar cosas nuevas en mis historias, pero ahora mismo no se me ocurre nada en concreto, aunque claro… Me dicen que últimamente estoy más cruel que de costumbre, y yo digo… ¿En serio? Pues todavía no he llegado al nivel de sadismo al que me gustaría llegar, a ser un verdadero monstruo, pero claro… Soy humano y tengo compasión… Aunque a partir de ahora voy a pensar en la manera de “deshumanizar” mis relatos. Eso no quita que siga habiendo romances y esas cosas… Pero la crueldad va a ser clave para mí, siempre lo ha sido, y me lo tomo muy en serio. Quiero ser más cruel.

Recordad que podéis comentar a través de e-mail:

latumbadelenterrador@gmail.com

Duras palabras… En fin, la pareja de hoy son nuevamente Kilian y Rufus, así que en este capítulo saldré yo. ¡Leedlo con ganas!

____________________

Dicen que en este mundo no hay nada más querido para el corazón de una persona que el amor de sus padres, pero… ¿y si no lo tienes? ¿Qué te ocurre? ¿Te conviertes en un monstruo? Ser un monstruo… ¿Es realmente malo? Todas aquellas preguntaban pululaban por la cabeza  del pequeño Kilian, que tenía tan solo 7 años.

Aquel día su padre llegaría tarde del trabajo así que tenía que prepararle la cena, que él comiera era irrelevante… Su objetivo debía ser que su padre comiera, y nada más. Le estaba preparando un poco de carne, algo simple… Porque recordemos que era un niño.

Su padre llegó de madrugada, y Kilian tenía que esperarle despierto… Allí estaba, sentado en la mesa, muerto de sueño, sonriéndole, el joven sonreía, pero no lo sentía, no sentía nada por dentro, pues por dentro… Estaba muerto. El padre le dio unos toquecitos de aprobación en la cabeza y se sentó. Pero su cara cambió al mirar el plato.

-¿De qué es esta carne?-dijo el padre mirando el plato fijamente.

-Pues… No sé… Se la he comprado a una señora en el mercado…-dijo el niño, al que pesaban los ojos.

-Valiente hijo de puta… Esto es carne de águila…-dijo el padre con cara de asco.

-Ah… Muy rica, ¿no?-dijo el niño cansado.

El padre se levantó de la mesa y agarró al niño del cuello de la camisa, después le escupió en la cara, la cual no tenía expresión, su joven cuerpo infantil no exteriorizaba lo que sentía, no podía llorar, no podía reir. Se había convertido en una marioneta, sin alma, y sin corazón.

-Cacho de mierda… El águila es el símbolo de Prusia, nuestro reino, ¡¿cómo te atreves a deshonrarla?!-dijo el padre enfadado.

-Haz lo que quieras conmigo, ya no siento nada… Nada que me hagas me hará sentir… Si de verdad fueras un padre y me quisieras, me matarías… Pero sé que harás que sufra-dijo el niño sin expresión.

En padre no dijo nada, simplemente sonrió y llevó a su hijo hasta su cuarto, lo arrojó contra el suelo. El niño se quedó mirándolo fijamente, roto, sin decir nada. Entonces el padre recostó a el niño sobre un panel de madera y le encerró a una rata encima de su estómago con la ayuda de una cápsula de metal. El niño miró al padre extrañado y éste sonrió.

La rata comenzó a mirar en todas direcciones, nerviosa, intentando escapar, lo cual era normal, quería salir de su encierro. Lo que Kilian no sabía es que pensaría que excavar un túnel en su estómago sería la mejor manera de salir de allí. La rata comenzó a arañar la barriga de Kilian. El increíble dolor le hizo reaccionar y rompió su armadura de hielo. Comenzó a llorar y a gritar.

-¡Padre! ¡Padre! ¡¡¡Por favor!!!! ¡¡¡Me va a matar!!!-gritaba el niño a todo pulmón llorando.

-Que te quede bien claro, yo siempre que quiera te puedo hacer llorar, y la cicatriz que tendrás en tu estómago te recordará que yo soy tu dueño. Y tú siempre me pertenecerás-dijo el padre sonriendo.

El padre dejó que la rata cavara superficialmente y ni se inmutó ante el llanto de su hijo, cuando vio que la rata estaba cerca de matarlo, la sacó. Y ella salió corriendo. Cogió a su hijo y lo subía en la cama, y con un hilo de coser le cosió la herida del estómago. Kilian estaba roto de tanto llorar, sólo quería morir, morir y morir. Pero esa no era su elección. Eso solo podía decidirlo su amo, su padre.

____________________

Sedientos de sangre

________________

Un relato del Enterrador

Sediento de sangre real

Capítulo IV: El príncipe de los novatos

Estaba bastante nervioso, Rufus me iba a llevar al castillo de Prusia de los vampiros, por fin iba a conocer a mis nuevos compañeros. Avanzamos por un camino de tierra hasta la puerta del castillo y Rufus comenzó a tocar la aldaba.

-Eres famoso por aquí, ¿sabes?-dijo Rufus sin apartar la mirada de la puerta.

-¿Y-yo? ¿Famoso?-dije nervioso.

-¿Y yo? ¿Y yo?-dijo Batdark saltando en mi hombro.

-¿Cómo va a hacerse famosa una rata con alas?-dijo Rufus de mal humor.

-¡Me vas a comer mi peluda po…!-dijo Batdark saltando a la defensiva.

-Por favor, no empecéis… Dime Rufus, ¿por qué soy famoso?-pregunté suspirando.

-Tu espectáculo de cucarachas ha sorprendido a todo el mundo y ahora te llaman el chico cucaracha-dijo Rufus suspirando también.

-¿Si? ¿Quién es?-dijo una voz tras la puerta.

-Soy yo, abre Bitterkeit-dijo Rufus seriamente.

-¡Oh, es usted, señor Rufus! ¡Ahora mismo le abro!-dijo la voz con energía.

La puerta se abrió y tras ella apareció un chaval de unos 15 años con un collar con una cruz roja. El chaval era vampiro, por lo tanto, debía ser pálido, pero tenía la cara toda roja y tenía una expresión de admiración, miraba a Rufus con los ojos como platos y sonriendo.

-Kilian, este es Liebevoll Bitterkeit, un vampiro caza-caza-vampiros-dijo Rufus tranquilamente.

-Vaya titulito…-murmuró Batdark en mi hombro.

-Eh… Esto, encantado-le ofrecí la mano pero él no apartaba la mirada de Rufus.

-Bitterkeit, este es Kilian, el nuevo-dijo sin inmutarse.

-Si, claro…-dijo dándome la mano sin dejar de mirar a Rufus sonriendo.

-Ejem…-empezó Batdark-Y yo soy…

-Bien, te enseñaré el interior, sígueme-dijo Rufus comenzando a andar.

-¡Eh! ¡Calavérico hijo de perra, no me interrumpas!-dijo Batdark enfadado.

Rufus seguía andando sin mirar atrás y el otro chico le estaba siguiendo así que decidí ir tras ellos, a pesar de que Batdark estaba que echaba humo por las orejas. Llegamos a un gran salón donde había varios sofás y había varios vampiros reunidos.

-Escuchadme todos-dijo Rufus llamando la atención de todos-Hoy ha llegado a nuestro clan un nuevo miembro, Kilian Darkill, hijo de la reina.

-¿El chico de las cucarachas?-dijo uno riendo.

Todos se quedaron mirándome y yo me quedé en blanco, no sabía que hacer hasta que uno se acercó a mí.

-Encantado-me dio la mano-Me llamo Tod Schmerzlich, aunque se me conoce vulgarmente como la muerte.

-¿L-la muerte?-dije nervioso.

-Verás… Tod se encarga de recolectar el alma de los difuntos para los vampiros, sin él no tendríamos poder-me explicó Rufus.

-Así es-dijo sin expresión.

-Bueno… ¿Y qué tal te fue con aquel chico al que estabas siguiendo? El de la posada…-preguntó Rufus.

-Qué pregunta más absurda, está muerto, como todos mis objetivos. Siempre me preguntas y siempre te respondo lo mismo-dijo Tod apartando la mirada.

-Ejem… Yo soy Batdark-dijo mi murciélago amigo.

-Tú, pequeño, deberías tener cuidado con el cocinero. Bueno, me voy. La gente no para de morir, ¿sabéis?-dijo alejándose.

-¿Qué habrá querido decir?-preguntó Batdark extrañado.

Los demás vampiros se fueron presentando. Era muy difícil quedarme con sus nombres.

-No te preocupes, yo tampoco me sé la mayoría de sus nombres-dijo Rufus tranquilamente.

-¡Te parecerá bonito! ¡Son tus compañeros!-dije alterado.

-¿Qué más da, Vilian?-dijo encogiéndose de hombros.

-¡Es Kilian! ¡Y lo has hecho a propósito!-dije enfadado.

-¡Cómo enfades a Kilian te mato!-dijo Batdark.

-Tú y esa rata estáis muy unidos…-dijo rascándose la barbilla.

-Si. He acompañado a Kilian desde aquel día, ¡y jamás permitiré que nadie le haga daño!-dijo Batdark decidido.

-Rufus….-dijo el chico de antes emocionado.

-¡¿Sigues ahí?!-dije extrañado.

-Ahora que lo pienso… Eres muy joven, ¿no? ¿Cómo es que ya te has graduado para ser vampiro?-preguntó Batdark extrañado.

-Rufus…-dijo el chico.

-Ah… Veréis… Bitterkeit es un prodigio. No necesitó ir a la escuela para desarrollar sus habilidades. A los 10 años ya era un vampiro completo, él y Verrat Grausam eran los mejores… Cuando ambos solo tenían 10 años… Los encontramos en la calle juntos-explicó Kilian.

-No… No vuelvas a hablar de Verrat, sabes que no quiero volver a oír ese nombre nunca más-dijo aquel chaval cambiando completamente su actitud.

-¿Era tu hermano?-pregunté yo.

-Era su amigo, pero ahora es miembro de los caza-vampiros del vaticano-dijo Rufus.

-¡Basta! ¡He dicho que pares de hablar de él! ¡Es un traidor, y punto!-dijo enfadado-Yo me largo de aquí.

Ese chico se perdió entre la multitud de vampiros que había en la sala.

-Vaya cambió de actitud…-dijo Batdark levantando una ceja.

De repente, un cuchillo sobrevoló la estancia, menos mal que Batdark saltó en el último segundo y el cuchillo no le dió, finalmente fue a parar a clavarse contra la pared.

  • ¡¿Qué… Qué coño?!-gritó Batdark asustado.

De la otra punta de la sala vino corriendo un tío con un cuchillo en la mano, era un vampiro que no me habían presentado.

-¡Tú, suelta esa cosa! ¡Será la cena de esta noche!-dijo aquel tío.

-¿Te refieres a Batdark?-dije sorprendido.

-Así es, deliciosa carne de murciélago-dijo relamiéndose.

-¡¿D-Deliciosa!?-dijo Batdark nervioso.

-Entrégamelo por las buenas-dijo el cocinero.

-Kilian… Tengo miedo…-dijo Batdark escondiéndose detrás de mi cabeza.

Miré a Rufus para ver si hacía algo, pero estaba ahí de brazos cruzados, me levantó una ceja. Y entonces supe que no me iba a ayudar, bah… ¿Quién lo necesitaba? Podía encargarme perfectamente de ese pequeño problema.

-Oye…-dije levantando un dedo.

Otro cuchillo voló por los aires, éste iba hacia mi cabeza, pero rápidamente lo esquivé. Lo miré con odio y exclamé:

-¡¿Qué demonios te pasa?! ¡¿Estás loco?!-alcé la voz como loco.

-Ese murciélago será mío, quieras o no-dijo el tipo.

-¡Ni se te ocurra acercarte a él!-grité cabreado.

-¿O qué? ¿Me llenarás de cucarachas? Qué patético…-dijo con una sonrisa arrogante.

-Yo… Yo…-titubeé.

-Si tengo que matarte no creas que me temblará el pulso-dijo mirándome fijamente.

De repente pegó un salto y se lanzó contra mí. Envainó su cuchillo y fue a matarme. Pero entonces, fue lanzado por una fuerza invisible contra la pared.  Miré a mi lado y Rufus estaba ahí, mirando.

-No permito que haya violencia entre vampiros en mi castillo-dijo Rufus de mal humor.

-Ru-Rufus… ¿A-acabas de salvarme?-dije sorprendido.

-Tsk. Ni de broma, no soy tu niñera. Solo que no quiero altercados en mi castillo-dijo apartando la mirada.

-Si esperas que te dé las gracias, espera sentado-dijo Batdark cruzado de brazos…. Eh… ¿Alas?

-¡Batdark! ¡No seas desagradecido! Eh… Espera… ¿Tu castillo?-dije extrañado.

-Así es, este es el castillo de Rufus, el conde de los vampiros de Prusia-dijo uno de los vampiros.

-¿Qué? ¿¡Quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?!-dije totalmente desconcertado.

En ese momento el cocinero que había quedado inconsciente, recuperó la consciencia. Un vampiro fue a ayudarle a levantarse.

-¿Kochin? ¿Estás bien?-preguntó el vampiro al cocinero.

-Agh… Ma-maldición… ¡Tú! ¡Murciélago! ¡No te librarás tan fácilmente! ¡Algún día te comeré!-dijo el cocinero exaltado.

-¿Por qué será que tengo tantos enemigos?-dijo el murciélago.

-¿Te ayudo, Kochin?-dijo el vampiro que le ayudaba.

-¡Ni se te ocurra, Speichellecker!-dijo el cocinero de mal humor mientras se alejaba.

Batdark salió de detrás de mi cabeza dejando de temblar.

-¡Jajajaja! ¡Eso, eso, lárgate! ¡Cobarde! ¡No te atreves a enfrentarte a mí!-dijo el murciélago con sonrisa arrogante.

Rufus se quedó mirando a Batdark, y éste harto de que lo mirara fijamente exclamó:

-¡¿Qué?!

-Patético… Y tú que decías que protegerías a Kilian de todos los que quisieran hacerle daño…-dijo Rufus suspirando.

-¡C-cállate!-dijo Batdark enfadado.

-Oye, Rufus. Todavía no ha pasado la iniciación, ¿no?-dijo uno de los vampiros.

-No-dijo tajantemente Rufus.

-¿Iniciación?-pregunté extrañado.

-¿No se lo has dicho?-preguntó el vampiro.

-Aún no, pero será esta noche-dijo tranquilamente.

-¡¿Y cuándo pensabas informarme?!-dije enfadado.

-Ahora…-dijo él.

-¡Ya, claro!-dije irónicamente.

-¿Quién se ocupará?-dijo el vampiro de nuevo.

-Yo mismo-respondió Rufus.

-¡¿Tú?! ¡Pero si siempre te niegas!-respondió el vampiro sorprendido.

-Es el hijo de su majestad, y ella me ha pedido expresamente que sea yo-dijo serio.

-¿Y-y en qué consiste la iniciación exactamente?-pregunté un poco asustado.

-Pues… En tener sexo-dijo el vampiro.

-E-espera… ¿T-tendré que acostarme con Rufus?-dije nervioso.

-Así es-respondió Rufus mirándome con una expresión seria.

____________________

Iba a tener que acostarme con Rufus, lo cual era mi sueño. Pero… No quería… No quería hacerlo así… Quería hacerlo porque los dos estuviéramos enamorados, no por una iniciación… Me había mantenido virgen hasta ahora en la academia, y eso que oportunidades no me habían faltado… Pero cuando estaba muy caliente me masturbaba pensando en Rufus, en sus ojos penetrantes, en su aliento en mi cuello… En su… Agh… Solo de pensar en todo eso me excito…

Llegó la noche, y la hora de la iniciación. Rufus me llevó a la que sería mi habitación y todos los vampiros dijeron que estarían en silencio para no molestarnos, se ve que todo eso formaba parte del ritual…

-¡No, no, no y no! ¡No voy a permitir que mancilles el virgen e inocente cuerpo de Kilian!-dijo KIlian enfadado.

-¡Yo no soy inocente!-dije enfadado.

-Pero tu cuerpo sí…-dijo Batdark.

-Rata con alas, tú no te metas. Esto es algo entre él y yo-dijo Rufus seriamente.

-¡Que no!-dijo cerrando los ojos con fuerza.

Cuando los abrió se vio rodeado por una jaula, Rufus lo había hecho. Lo sacó del cuarto y lo dejó en el pasillo.

-No tardaremos mucho, no te preocupes-dijo Rufus cerrando la puerta.

-Bien, ¿comenzamos?-dijo mirándome fijamente.

-Eh... Esto… C-creo que no deberíamos hacer esto, Y-yo…-dije nervioso.

Entonces él me calló besándome en los labios. Me dio un beso de esos que te quitan el aliento, me dejó sin fuerzas completamente. Al ver que yo dejaba de oponer resistencia (si, bastante rápido, pero es que estaba enamorado, entendedlo, ¿vale?) metió su lengua en su boca.

Me pilló un poco por sorpresa, pero finalmente reaccioné y comencé a restregar mi lengua por la suya. Nunca había dado un beso, así que era bastante torpe. Entonces rompió el beso y me tiró contra la cama, quedando él encima de mí.

-Es tu primera vez, ¿verdad?-dijo mirándome.

-A-así es…-dije nervioso.

-Eso lo hará más divertido-dijo sonriendo.

Era la primera vez que lo había visto sonreír, y no sé por qué, pero en aquel momento me quedé hechizado por su sonrisa. Entonces se me quedó mirando.

-¿A qué esperas? Quítate la ropa-dijo sonriendo.

-A-ah… Claro…-dije nervioso.

Me quité los pantalones y los calzoncillos ante su mirada y… su sonrisa, la cual no parecía que pudiera dejar de mirar.

-Ejem… La camisa también-dijo señalando mi camisa.

No podía quitarme la camisa, vería la cicatriz de costura de lo que mi padre me hizo con la rata… Quería olvidar aquello, no quería recordarlo, pero estaba ahí, y eso era algo que no iba a cambiar.

-Eh… Esto… ¿No puedo dejarme la camisa puesta?-dije nervioso.

-¿Eh? ¿Y eso por qué?-preguntó frunciendo el ceño.

-Es que… Me da vergüenza…-dije a ver si colaba.

Se acercó a mi y me abrazó por la espalda.

-No te preocupes por lo que te hizo tu padre, que lo vea no cambiará nada…-me susurró al oído.

-¡¿Qué?!-dije sorprendido-¡¿Cómo sabes…!?

No me dejó terminar, me quitó la camisa y la cicatriz quedó expuesta. Yo me puse muy nervioso al verla. Pero él la ignoró completamente y comenzó a jugar con mis pezones. Me aparté inmediatamente.

-No… ¡No puedo! ¡No puedo hacerlo!-dije nervioso.

Cogí mi ropa y me la puse de nuevo bajo su mirada, él no dijo una sola palabra, salí de la habitación, solté a Batdark y nos fuimos del castillo, no quería que él viera esa cicatriz… La que representaba lo que realmente era, un esclavo. Y los esclavos no podemos ser vampiros. Si tenía que renunciar a ser vampiro para que él no viera la cicatriz, lo haría.

CONTINUARÁ….

____________________

Menos mal…. Jamás hubiera perdonado a ese cabezón de Rufus por violar a mi pequeño Kilian… ¿He dicho mi pequeño? Ejem… El caso es que nos las arreglaremos solos… La semana que viene volverá a parecer la muerte, o sea, Tod. Así que bueno, eso es todo por hoy. Ahora, el mensaje del autor:

El capítulo iba a culminar con una escena sexual, pero he visto que igual me quedaba largo, así que he decidido haceros esperar un poco más para que haya sexo… Este capítulo ha tenido sobre todo elementos de humor, pero os aseguro que intentaré hacer los siguientes más crueles aún, y todavía más cuando presente a la tercera pareja. Además, esta serie tendrá un número de parejas indefinido, iré creando personajes, y si alguno merece ser una pareja de la serie, lo crearé, aunque siempre podéis sugerírmelos, y si me dáis una buena razón, los haré protagonistas. Aparte, debo informaros de que puede que este viernes no haya capítulo de ¿Amor o Maldición? Por problemas de tiempo y de inspiración tendré que retrasarlo un poco, y no sé para cuándo estará listo, estad atentos. Siento las molestias que esto os cause, pero bueno, nos vemos en el próximo.

OS SALUDA

EL ENTERRADOR

Muchas gracias por leernos, ¡hasta la semana que viene!