Secuestro intergaláctico - cero
El siguiente relato puede, NO ser apropiado para todo público; se aconseja discreción- Este relato es una precuela de uno que publiqué anteriormente y...
Este relato es una precuela de uno que publiqué anteriormente y lo pueden encontrar aquí ( www.todorelatos.com/relato/140961/ ) si gustan leerlo siéntanse libres, sin embargo, pronto publicare una versión nueva de el.
Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo eterno, y yo permanezco eternamente. ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!
— Saquen a ese hijo de puta de aquí – dijo Daaros pateando la inerte pierna del joven Buldariano tendido en el suelo – llévenlo a reciclaje
— Que hacemos con este? – preguntó el guardia, estrujando el hombro del otro pequeño ser verde musgo
— Evapórenlo – respondió el petulante capitán de la nave de recolección Mostrono
— Esperen! – exclamó el fisiólogo – yo me haré cargo
— Asesinaron a 3 de mis hombres – espetó el capitán Daaros – quiero verle retorcer antes de desaparecer
— Hay cosas peores que la muerte – respondió Sprex, fisiólogo de los Tertium de Tarcaxia – él vendrá conmigo
— Malditos Ganimidianos – mascullo Daaros – si no fuera porque pagan, los echaría de la nave
Los mercenarios de la Mostrono, ataviados con trajes de batalla Vrio color negro, levantaron el cadáver sangrante de ko´ren y lo condujeron arrastrando sus pies por el piso metálico color granate. Sin advertencias, otros 2 soldados Jerasios sujetaron a Ta´ar y lo llevaron, mientras, con desconsuelo veía como transportaban a su hermano dejando un reguero de sangre violeta.
Como pudo pasar esto, pensó el Buldariano llevado casi en volandas por los fornidos soldados. No hacia 3 ciclos que él y su hermano Ko´ren se habían infiltrado en la nave Ganimidiana en busca de su familia. Y ahora él era su prisionero y Ko´ren yacía muerto, llevado como alimento de Yawari.
El ser color verde musgo recordó los antiguos relatos de su tribu, relatos de demonios venidos de las estrellas que, llegaban a robarse las hembras de las tribus de la tundra de cristal. Pensó que eran cuentos de viejos pero, la leyenda se convertía en una terrible realidad.
Demonios pensó, solo demonios pudieron dar muerte a ko´ren de los Trakis, su hermano, guerrero del viento, cazador de las colinas azules.
Al menos se llevo 3 enemigos con él, murió con honor de guerrero. En cambio él, fue capturado sin derramar sangre enemiga, igual a un cobarde.
El fisiólogo, cubierto por un ceñido traje metálico gris rojizo, guiaba a los soldados entre los oxidados corredores de la Mostrono, en dirección a la bodega de la nave.
Una vez allí, le mostró con depravado desdén los módulos de estasis, en donde sus hermanas y su madre viajaban completamente dormidas.
— Llegaremos a Tueris en unos 15 ciclos, salvaje – dijo el Fisiólogo, apuntando su huesudo dedo color celeste limoso, hacia la madre de Ta´ar – mientras, disfruta tanto como puedas de ellas
Ta´ar asustado, se pego al vidrio reforzado de las cápsulas intentado, desesperadamente, despertar a su desvanecida familia.
La Mostrono salio del hiperespacio sacudiéndose y rechinando, Aquel temblor sacó de balance al aterrado Buldariano, cayendo del contenedor donde viajaba su madre y en donde se había acurrucado para dormir. Temeroso se pegó a la porta de cristal blindado de la nave y con horrorizada admiración, contemplo como aquel envoltorio metálico en el que viajaba, se adentraba audaz entre cúmulos de gases condesados, de colores tan prodigiosos que conmovieron su corazón, por unos instantes.
Los suficientes para que la Nostromo los atravesara, exponiendo del otro lado a una gigantesca y repulsiva masa metálica que se formaba a lo lejos, fulgurando y palideciendo para volver a resplandecer en una multiplicidad de colores centellantes.
La estación espacial de placer Tueris. Era el lugar donde los más depravados, retorcidos y adinerados de la galaxia, se reunían a satisfacer sus corruptos deseos, por una buena cantidad de dinero y fuera de los márgenes de cualquier sistema policial intergaláctico. La estación reúne a los traficantes y comerciantes de los mercados negros más importantes y poderosos del sistema. Sin mencionar a Agartha, el burdel más grande de este brazo de la galaxia.
La Mostrono descendió dando un medio giro en la cubierta c, dentro del hangar 13 de la Tueris.
Los sistemas de anclaje, se engancharon a los acoples de la nave de recolección y la depositaron suave en la rampa de aterrizaje, segundos después, la escotilla se abrió y de ella descendió el capitán Daaros, un par de guardias Jerasios y Sprex acompañado de su mascota, Ta´ar.
En la plataforma le esperaba el Tertium Blorum gerente de financias y de adquisiciones de la Tueris
— Bien hecho Sprex, los 3 activos que conseguiste – inspiró pesadamente el ser regordete – se los adjudicó el Conde Xorento por 500 mil fidem
— Es un placer servir a los Tertium – respondió sonriente
— Más placentero será tú bono mi querido – inspiró - amigo
La larga capa cobriza que Blorum engalanaba, cubriendo su brazo derecho, ondeo debido al rápido giró que su portador realizo, ubicándose ágilmente tras Sprex y el nervioso Buldariano. Los 2 metros y 20 centímetros de rolliza piel gris mortecina, viraron con tan ímpetu que, el vientecillo que desencadeno, rompió contra el ya asustado Ta´ar
— Dime fisiólogo ¿quien es el pequeñín que te acompaña? – pregunto Blorum acariciando la aleta membranosa que recorría la verde cabeza de Ta´ar
— Un familiar de los nuevos activos – respondió Sprex
— Que particular subvenir –
— Aja…señor, me permitiría asistir a la actividad que el buen conde Xorento tiene preparada
— Pero…ya veo – inspiró – tú si tienes una mente perturbadora mi buen amigo, haré los arreglos pero, no encuentro que nuestro querido conde tenga problemas
El joven Buldariano se estremeció al escuchar las estruendosas carcajadas de los enormes sujetos que lo flanqueaban, seguidos por unos guturales gruñidos que el Tertium emitía al intercomunicador que colgaba, de lo que parecía ser su oído.
Los 5 hombres abordaron uno de los 8 elevadores de servicios ubicados a lo largo del hangar 13, ascendiendo hasta la cubierta 127.
El elevador se detuvo y las puertas se abrieron emitiendo un plácido siseo. Blorum y Sprex fueron los primeros en descender, seguidos por Ta´ar y los 2 guardias Jerasios a unos 6 pasos de distancia.
— Ya esta todo preparado, ve al cuarto de proyección, tendrás una conexión holográfica esperándote, y tú pequeño – inspiró – espero que lo disfrutes
Los negros ojos del Tertium se calaron en el alma de Ta´ar, erizándole la aleta cefálea, la imagen de aquel enorme y pálido ser, se grabo en su retina, ocasionándole un fulminante colapso,
Cuando recobró el conocimiento, se encontró amarrado a una especie de sillón, de un material sintético negro, con sus manos atadas a los laterales de la butaca y unas gafas cubriendo sus ojos.
— ¡Suéltenme! ¡Que me suelten! – gritó Ta´ar forcejeando con las amarras
— Cálmate salvaje - dijo el fisiólogo sentado a su lado,
Sprex, presionando los controles del apoya brazos de su sillón, encendió el comunicador y las gafas virtuales. Estremecido por las imágenes que se presentaban ante él. Ta´ar abrió los ojos al máximo, impresionado, hace medio siclo se hallaba sentado, atado a ese extraño aparato y ahora se encontraba de pie, rodeado de una espesa niebla junto a Sprex y otras sombras que, como espectros infernales lo rodeaban, criaturas oscuras y sin forma.
— No lo intentes, sus conexiones están encriptadas – dijo el fisiólogo – nosotros no los podemos ver, así como ellos no pueden vernos a nosotros
— ¿Que es esto? – pregunto desorientado Ta´ar
— Es el salón de carga, esperamos que él – indico a una sombra que sobresalía de entre las otras – nuestro anfitrión, el Conde Xorento inicie la sesión
— ¿De que habla? ¿Qué sesión?
— Silencio salvaje, ya comienza
La espesa bruma se disipó al instante, las paredes se encendieron dejando ver un cuarto gigantesco, completamente iluminado por unos paneles de un brillo blanco amarillento, inundando el lugar de una calida luz día, las paredes revestidas en metal azul grisáceo brillaban opacas. Rodeando el enorme cuarto se encontraban 5 Ganimidianos, mirando pantallas multicolores en cubículos independientes, tras ellos Ta´ar logro contar 25 sombras dispersa, algunas en solitario, otras en grupos de 2 ó 4 charlando entre ellas.
En un momento la estructura de las paredes de la tecnológica mazmorra comenzó a cambiar, volviéndose un bioma de ciénagas pantanosas.
Desde el centro se elevo una trampilla, y de ella emergió la hermana mayor de Ta´ar completamente desnuda dentro de un halo circular de luz azul. El joven Buldariano pareció desfallecer, al ver a su querida hermana en esa pose tan aberrantemente sumisa, intento correr pero, sus esfuerzos eran inútiles, los músculos no respondieron por más esfuerzo que hiciese
— Aún no lo entiendes, salvaje – gruño el fisiólogo – no puedes correr, gritar ó ayudarle. Ni tú, ni yo, ni ellos, están aquí, somos avatares holográficos, lo único real es tú hermana y la bestia que la violará
Al comprenderlo, Ta´ar lloro en silencio, este es el infierno que pagan los cobarde pensó, debió morir igual Ko´ren, como un guerrero, como un señor de la tundra de cristal, como deberían morir sus mujeres.
Unas enormes pantallas semi transparentes, emergieron sobre las cabezas de los asistentes a este espectáculo demencial, logrando sacar al Buldariano de sus pensamientos.
Espécimen 1:
Ta´ar alzó la vista, admirando la holeopantallas en las cuales su hermana era expuesta en imposibles acercamientos, inclusive, desde dentro de su interior.
Nuevamente Ta´ar olvidó lo anterior e intentó, con todas sus fuerzas arrancarse los ojos para no ver el inminente desenlace.
Da´ari asustada, conciente de su desnudes se tapaba a duras penas sus partes pudendas, caminando tambaleándose, aturdida entre el musgo y el lodo. La Buldariana al igual que su hermano, poseía una sedosa piel color verde musgo, una aleta membranosa, algo más pequeña que la de Ta´ar le cruzaba la cabeza desde la frente hasta la nuca, como humanoides tenía, al igual que toda su raza, un par de senos pequeño en forma cónica, del porte de naranjas de buen tamaño, terminados en gordos pezones, su sexo constaba de un agujero cloacal ubicado entre las nalgas, una membrana separaba los conductos de su intestino y útero.
— Da´ari, la hembra humanoide del planeta Buldar se apareara con un Arionido de los pantanos de Agharta – retumbaron los alto parlantes.
— Interesante elección – dijo el fisiólogo
De pronto, una nueva trampilla se abrió a unos metros de donde Da´ari se encontraba, llamando la atención de la joven, caminó lentamente, pensando que podría ser una vía de escape, en vez de ello, emergió una masa informe y gelatinosa, parecía palpitar tendida sobre el lodo. La pequeña Buldariana miró a su alrededor, con una mezcla de temor y alivio al ver que se encontraba sola hasta donde perdía la vista. Fue entonces cuando la masa amorfa se retorció, y de ella emergió una criatura gasterópada, de 1.5 metros de largo por 40 cm. de ancho y 80 kilos de peso, similar a una babosa solo que, contaba con 3 pares de tentáculos segmentados en forma de puntiagudos apéndices. La criatura se agitó y extendiendo su cuerpo, agarró las piernas de la joven, asiéndola con los apéndices frontales arrojándola de espaldas al lodo.
— ¿Pero que coños es eso? – gritó Da´ari al ver como la criatura, ubicándose entre sus pierna, trepaba por su cuerpo aplastándola con el peso
Más aterrado que su hermana, Ta´ar observaba con asco a la criatura asirse, con unas pinzas de sus tentáculos frontales, de los gordos pezones de Da´ari y utilizándolos de anclaje, se impulsaba con ellos estirándolos al máximo. La joven horrorizada se agitaba y gritaba a todo pulmón, rogando que alguien la rescatase, mientras continuaba luchando desesperada, tratando de liberarse de la criatura que le aplastaba y le provocaba tanto dolor.
— Esta es la mejor parte – dijo el Fisiólogo – veras, luego que el Arionido se aferra a su victima, buscara la entrada a su sexo
— Son unos despreciables hijos de puta – sollozó Ta´ar intentando apartar la vista del desagradable espectáculo
— Por más que intentes, no podrás despegar la vista de la función – continuó – pero mira, las apuesta por tú hermana están altas
— ¿Apuestas? ¿Por que están apostando? –
— Cuanto tiempo continuara la salvaje con vida, por supuesto – dijo Sprex con una maligna sonrisa
Da´ari luchaba angustiada, por eternos minutos encorvando su espalda y retorciéndose. Su cuerpo era bañado por la baba viscosa que secretaba la criatura mientras, el bicho sobredimensionado se arrastraba cubriéndola.
— ¿Qué haces sucia bestia? - gritó la joven – ¡noooo! Esta entrando dentro de mí
— Ya era hora – farfullo Sprex
Ta´ar veía con horror por las múltiples pantallas como, un apéndice de la masa gelatinosa iba lentamente penetrando la intimidad de su hermana.
Las manos de la joven Buldariana se enterraban en los costados del Arionido quien, ya harto de la débil pero, molesta defensa de la hembra, le clavó las puntiagudas extremidades traseras en las tersas piernas de Da´ari, sujetándolas y obligándole a abrirlas. La joven chilló agónicamente, tanto por el dolor de la herida como al sentir el pene de la criatura adentrándose entre sus prietas carnes.
— Hijos de puta – murmuró Ta´ar llorando
— ¿Has dicho algo? ¿no?...bien – dijo el fisiólogo entre risillas macabras
Las imágenes en rayos x mostraban, la polla de la criatura ingresar entre movimientos constantes hacia adelante y atrás. Los gritos de la joven abarcaban el gigantesco recinto pantanoso, causando el jolgorios de los despiadados asistentes.
El pesado gemido que Da´ari emitió, lo acompaño un…
— Que mal para tú hermana – dijo Sprex – el adeago del Arionido ha atravesado la membrana, ingresando por el recto y no por su vagina, sabias que sus penes pueden medir 3 veces el largo de su cuerpo
— ¿de que hablas? – preguntó Ta´ar hastiado
— ¿no lo entiendes?, el pene, si no encuentra resistencia continuara ingresando
— ¿Cómo? – se preguntó Ta´ar
La criatura seguía aferrada, tironeando los tiernos pezones de la Buldariana, ocasionado que gotas de sangre violeta brotaran de su lacerada piel, afirmándose de ellos, el Arionido curvó su orondo cuerpo en torno a la entrepierna de la joven, ocasionando que ella se contorsionara, se apoyara en los hombros y el cuello dejando su culo y piernas levantadas.
— Suélteme, por amor a los dioses del este, suélteme – gritaba la joven verde musgo con lastimera entonación
Da´ari no paraba de llorar intentando, inútilmente liberarse de su tortura. Golpeando, tironeando y forcejeando con el enorme insecto.
— Jajajaja…esta es la mejor parte – dijo el fisiólogo indicando la pantalla en rayos x donde, se veía el viscoso miembro saliendo y adentrándose, serpenteando dentro de los intestinos de la Buldariana
Ta´ar pasaba frenético de una pantalla a otra, observaba como una mezcla de baba transparente, flujo vaginal e hilillos violetas se deslizaban del coño maltrecho de su hermana mientras, en todo momento la gelatinosa verga entraba y salía.
— Por Guran´ardar, estas entrando muy profundo, detente por favor, siento que me revientas por dentro – gritaba con terror Da´ari al notar como su vientre se hinchaba y revolvía – me rasgas, me rasgas las entrañas ¡DETENTE!
La criatura sin parar, continuaba las constantes arremetidas contra el lastimado chocho de Da´ari que, por cada ciclo, el pene del Arionido se adentraba unos cuantos centímetros dentro de las viseras de la joven quien, sintiendo con impotente sumisión, como sus intestino eran despedazados por la criatura.
— PARA!!! cabrón, me estas matando – gritó la Buldariana convulsionando
Unos segundos después, la desmesurada polla del insecto, engroso el cuello de la joven para luego emerger por su boca acompañada de chorros de sangre violeta, los ojos de Da´ari se voltearon quedando del blanco más puro que Ta´ar alguna vez hubiese visto.
La criatura prosiguió con el brutal folleteo dentro del inerte cuerpo de Da´ari por unos minutos hasta que, soltando una viscosa lefa blanca, se corrió sobre el lodo color brea.
La abominable babosa soltó a su victima, y se alejó deslizando hasta la trampilla, donde desapareció, descendiendo dentro de los laberínticos corredores de la estación espacial Tueris.
Da´ari quedó tendida entre el semen y el pestilente lodo, los intercomunicadores se encendieron inundando los oídos de Ta´ar con el murmullo de los espectadores, continúo unos momentos hasta que, la densa niebla volvió a cubrir la cubierta y las fantasmales sombras. Desapareciendo así el lúgubre pantano y llevándose con sigo, el cadáver de Da´ari ante los lagrimosos ojos de Ta´ar.
Espécimen 2:
Anunció las gigantes holopantallas en fulgurantes letras rojas
— Ga´eri, la hembra humanoide del planeta Buldar se apareara con un Lahuda de los bosques de PTX 437 - anunciaron los altoparlantes
La espesa y mortecina niebla gris comenzó a disiparse, dejando ver un bioma bosquecino, los gruesos y añosos árboles se erguían decenas de metros sobre las nubes, una suerte de frondosas enredaderas envolvían los troncos hasta las copas, cubriéndolos de exóticas hojas multicolores y colgajos de bayas de matices vibrantes, destellos de una luz rojiza lograba colarse entre la tupida foresta, iluminado tenuemente los estrechos senderos. Allí se despertó Ga eri, la hermana menor de Ta´ar, su cabeza daba vuelta como resultado del hipersueño. Lo primero que notó fue su desnudes, extrañada, tanto por su estado, como por su ubicación.
Empezó a vagar entre las enormes hojas que la rodeaban y las anormales flores bulbosas que nunca había visto antes. Fue entonces que un ensordecedor gruñido la aterró, al igual que a su hermano. Aprisionado en la butaca, miraba con horror el destino de su pequeña hermana, sus ojos cubiertos de lágrimas, escurrían por sus verdes mejillas bañando su pecho, ya había soportado la muerte de Da´ari frente a sus ojos, no creía ser tan fuerte para volver a pasar por lo mismo otra vez.
Un siniestro bramido retumbo entre los claustrofóbicos senderos, helando la sangre de Ga´eri y la de su hermano que, descorazonado observaba cuando, desde el interior del denso follaje, aparecía una criatura similar a un varano, de 4 metros de largo hasta la cola, un grueso cuerpo color verde terroso, cabeza pequeña, hocico y cuello alargado, cola larga y poderosa por donde emergía una cresta espinada que se extendía hasta la cabeza.
El reptil al percatarse de la Buldariana agazapada entre las hojas, corrió a pleno galope, saltando contra la desprotegida joven.
— ¡Ayuda! – gritó Ga´eri cayendo por el embiste de la criatura
La menuda joven verde musgo, quedó apresada bajo las poderosas extremidades de la bestia. El lagarto plantó su hocico contra el rostro de la aterrada Buldariana, extendiendo su larga lengua y restregándola contra los labios de la joven, descendiendo y olfateando con ella el cuerpo inmóvil de Ga´eri quien, presa del pánico se dejaba hacer sin oponer resistencia, cuando la rasposa lengua rozó el lampiño pubis de la joven, una descarga de adrenalina le proporcionó el valor para huir.
Forcejeando con el Lahuda, logró girar su cuerpo y dispuesta a escabullirse gateando de entre las patas del lagarto. Inició una aparatosa carrera, desgraciadamente al levantarse dejo expuesto su redondo culito. El reptil en un frenesí empujó la espalda de la joven, haciendo que sus tetas se aplastaran contra el suelo y su rostro golpeara con una roca.
El chillido que libero del susto y el dolor, al golpear sus puntiagudos pezones con el pedregoso sendero, produjo al unísono carcajadas silentes entre los sádicos espectadores.
El lagarto desenfundo una polla de 30 cm de largo y 15 de ancho. El enorme miembro reptaba sobre las nalgas de la joven como si tuviese vida propia, al igual que una serpiente buscando una guarida donde colarse.
— Ayúdenme, ayúdenme, ayúdenme, ayúdenme, ayúdenme, ayúdenme – repetía Ga´eri en un susurro casi agónico
La enorme verga del Lahuda encontró el agujerito trasero, oculto entre las macizas nalga, y enfrentando el capullo contra la entrada de su sexo, arremetió rompiendo la resistencia de su estrecho agujero cloacal, de una sola estocada, estrellándose violentamente contra su útero y lanzando un profuso chorro de sangre violeta.
El bramido que Ga´eri lanzó, al sentir el agudo y punzante dolor de las entrañas laceras, fue la delicia de los espectadores.
— Nooooo! Alto, me duele – chilló Ga´eri, rompiendo en un desconsolado llanto
La criatura comenzó a arremeter con ímpetu, intentando meter todo el volumen de su larga polla, cosa que, con mucho esfuerzo y tardando unos minutos a que, el canal vaginal, se dilatara lo suficiente para acoger su polla, dentro de las entrañas de su atormentada presa.
Luego de empalarla con su verga y evitar que la joven Buldariana escapase, el Lahuda posicionó las patas delanteras sobre la espalda de Ga´eri, aplastándola contra la árida superficie, eso también ayudó a la bestia para levantar su tronco, facilitando las penetradas, haciendo que fueran inclusive más profundas.
— Por favor detente, maldito engendro –suplicaba Ga´eri entre cortado, debido a la falta de aire
— Tu hermana es resistente – dijo el fisiólogo, viendo el cruel espectáculo – mira como soporta el apareamiento, aún cuando su cloaca esta cubierta de sangre
Las furiosas acometidas se extendieron por 80 minutos, en todo ese momento Ga´eri bramaba, insultaba, gemía y suplicaba clemencia, sin respuesta alguna.
Por el contrario, expectantes las sombras aplaudían cuando el reptil intensificaba el ritmo de las embestidas.
— Ya basta, no lo resisto por favor, detente – susurró Ga´eri luego de soportar las incansables acometidas
Los brazos de la Buldariana se flexionaban tratando de liberarse del peso de la bestia y de la terrible cópula, su cara brillaba por el sudor y las lágrimas que continuaba derramando.
— ya no más por favor, no más
Unos minutos después, aumentando las arremetidas y dando un grotesco rugido se corrió dentro de la joven, un potente chorro de lefa cristalina, salpicadas con abundantes manchas violetas, salieron expulsadas de la cloaca de Ga´eri. El Lahuda mantuvo unos segundos su verga en el interior de la joven, para luego sacarla y marcharse de vuelta a la trampilla sin perder tiempo.
— logró sobrevivir – farfullo Sprex – ahora sin duda la llevaran a Agartha
Ta´ar no respondió, solo bajó los ojos y se lamentó continuar aún con vida. La niebla cubrió por completo la cubierta, el siniestro bosque y las sombras.
Los brumosos asistentes se acercaban, como murmurando sordamente, comentando lo visto segundos antes, el daño que el horrible reptil propino a la indefensa Ga´eri y la cruel muerte de Da´ari pero. Todavía quedaba una y el repulsivo fisiólogo se lo hizo saber sádicamente al destruido Buldariano.
Espécimen 3:
Anunció las gigantes holeopantallas en fulgurantes letras rojas
— Na´uri la hembra humanoide del planeta Buldar se apareará con un Thalanos de las montañas de Grudar - anunció los altoparlantes
La densa niebla gris se desvaneció frente a los ojos de Ta´ar, mostrando un bioma rocoso, una enorme montaña se alzaba hasta rozar las nubes anaranjadas, la fumarola del volcán que habitaba en su interior, expelía ponzoñosos celajes grises de los que llovían copos de ceniza volcánica, ríos de magma ardiente horadaba la roca basáltica hasta perderse en ciclópeas cataratas de fuego liquido.
Ta´ar sabia que esperar cuando observó a su madre desnuda, de pie entre 2 ríos de lava naranja rojiza.
Para lo que no estaba preparado, fue ver emerger de una enorme escotilla en la roca, al Thalanos, una ingente bestia plomiza, cuadrúpeda, de 2 metros de alto y 4 de largo, robustas patas terminaban en grandes zarpas y filosas garras, su ancha cabeza alojaba 2 ojos negros a cada lado del cráneo y una poderosa mandíbula de largos dientes, entre el cuello y el torso se extendían 2 extremidades que utiliza para aferrarse a la presa mientras la devora viva.
Na´uri como una Buldariana promedio, lucía una piel verde musgo sin vellos, humectada constantemente por una serie de glándulas (como toda evolución de anfibio) convertían su tez en sedosa y nacarada, gracias a su cuerpo delgado se realzaban un par de senos medianos y puntiagudos, sus ágiles piernas tonificadas no le respondieron cuando observó con horror a la gigantesca bestia, acechándola, oculta entre enormes rocas oxidadas. Na´uri retrocedió unos pasos casi por inercia, aunque asustada, se sentía segura rodeada de infranqueables ríos de lava, a salvo entre ellos podía apreciar con asombro el tamaño del monstruo que recorría inspeccionando los márgenes de la corriente.
La bestia sin quitarle los ojos de encima, se acercó analizando el entorno, ese era su hábitat y sabia perfectamente como desplazarse por el.
Se encaramo sobre una enorme roca negra petróleo, flexionó sus extremidades traseras y dando un enorme salto, atravesó la vertiente incandescente.
A Na´uri se le escapo un aterrador chillido cuando el Thalanos, se posó pesadamente frente a ella, intentó correr, alejarse de aquella temible bestia pero, sus tersos pies a cada paso eran lacerados por las cortantes piedras puntiagudas, los rastros de sangre marcaban los metros que la hembra logro correr antes de tropezar y caer.
El monstruoso animal detuvo su galope y en forma desafiante, se plantó frente a la Buldariana que se encontraba tendida cual larga era sobre las afiladas rocas.
Ta´ar veía con espanto, sentado en aquella cripta sintética que le retenía, obligándole a observar el tétrico espectáculo que se presentaba frente a él, esperando el momento en que la criatura violara salvajemente a su madre, cosa que no tardo en llegar.
Dando un sordo gruñido, el Thalanos se abalanzó sobre ella cogiéndola con fuerza por su cintura, e izándola como muñeca de trapo con sus poderosas extremidades, sujetándola violentamente.
Ta´ar lanzo un conmovedor alarido cuando advirtió como un grueso apéndice emergía desde el vientre de la bestia, la verga exhibía un enorme capullo, del tamaño de un puño adulto y de un color rojo sangre. El tronco se extendía por una abertura entre las carnes grises y al salir, era lubricado por un fluido viscoso que colgaba pegado entre el rugoso falo y el cuerpo del Thalanos.
El animal la posiciono frente a sus fauces, una rugosa lengua recorrió el verdoso cuerpo de Na´uri resbalándose por su vientre ascendiendo hasta los senos, prestándoles mayor atención, los lamió con ahínco y cada vez que su áspera lengua le rozaba, laceraba la delicada piel de la Buldariana, cuando su lengua pasó por cuarta vez sobre el pezón derecho, este comenzó a emanar gotillas de sangre violeta.
— suéltame bestia de mierda – gritó la madre de Ta´ar, al percatarse como la criatura saboreaba el liquido que brotaba de su seno
Cautivado por el apetitoso sabor del líquido, el Thalanos cerró sus fauces y hundió los filosos colmillos en el esponjoso tejido de la areola derecha. La bestia volvió a abrir las mandíbulas unos centímetros hasta casi sacar los dientes por completo, para luego enterrarlos más profundo en la teta hasta mutilar el pezón, llevándose consigo un colgajo de carne sanguinolenta.
— haaaaa! - aulló Na´uri echándose a llorar
El grito de la Buldariana se unió al de su hijo, visionando el terrible espectáculo brindado a ese grupo de espectadores que, ahora se quedaban expectantes.
— Guran´ardar ayúdame! - suplicaba la hembra luchando contra las garras que le sostenían – que alguien me ayude, me devora…me devora viva
Sin esperar engullir el bocado, la bestia volvió a morder la misma teta pero, más que morder apretaba el contorno, obligando al brebaje violeta fluir. Saboreando golosamente la sangre que escurría de la herida supurante.
— ayudaaaaaaa por favor ayudaaaa! – aullaba histérica
Na´uri gritaba desesperada, contorsionándose, luchando contra las zarpas que la aprisionaban cuando, sintió nuevamente las puntiagudas dagas ardientes, esta vez atravesando su piel y sin querer, soltó un breve chorro de orina sobre la dura estaca de carne áspera y rugosa. Esto llamo la atención del Thalanos, liberando el mutilado seno y con curiosidad, inspecciono el agujerito encharcado por la descarga, tras comprender de qué se trataba, confronto el grueso capullo contra la estrecha cloaca de la Buldariana y sin perder tiempo. Hundió el rabo violentamente, ingresando profundo, desgarrando el conducto vaginal hasta estrellarse contra el útero.
— NOOOOOO! – gritó la Buldariana a todo pulmón
La sangre violeta comenzó a escurrir por el tronco del monstruoso cipote, en el momento que los alaridos agónicos incrementaban su intensidad, retumbando en los oídos de las vaporosas sombras que, atónitas observaban el salvaje encuentro.
— piedad, piedad, ya no me hagas daño - fue lo último que la madre de Ta´ar logro articular
La criatura enterró sus garras el la cintura de Na´uri aforrándola con la firmeza suficiente para comenzar una despiadada monta. Ta´ar veía por las pantallas a la bestia, sacando y metiendo el congestionado cipote, en toda su inmensa longitud en el interior de su madre, golpeando su útero en reiteradas ocasiones, haciéndolo sangrar y convirtiéndolo en una masa sanguinolenta, la Buldariana ya solo dejaba escapar guturales bramidos por cada ciclo de embistes mientras, la ingente polla entraba y salía con vertiginosa cadencia, acarreando consigo borbotones de sangre desde las desgarradas entrañas de la hembra verde musgo.
Las imágenes de la pequeña hembra rebotando, despatarrada sobre la monstruosa polla, y sobre todo las en rayos x, eran tan grotescas que muchos espectadores, luego de decenas de minutos, se desconectaron antes de seguir viendo y escuchando por más tiempo el macabro show.
Solo las sombras del conde Xorento, su sequito y el depravado fisiólogo junto a su martirizado juguete, eran tan retorcidos para seguir observando con atención por más de dos horas terrestres, el violento sube y baja de la ya inerte Na´uri, acompasados por unos ahogados gemidos de dolor todo hasta que, dando un espantoso aullido, el Thalanos se corrió abultando el vientre de la Buldariana con lefa, para luego brotar a chorros por su cloaca, salpicando el suelo de roca negra.
El impacto del líquido deformando sus intestinos, hizo que Na´uri se retorciera y gimiera por el daño, esto estimuló al animal a que, de un mordisco clavara sus filosos colmillos en la teta izquierda, arrancando la mitad del volumen, para luego introducir la lengua por la herida y lamer la sangre que emanaba de ella
— mátame…mátame de una vez, por piedad – farfullo Na´uri.
Como era escaso el dulce néctar que la bestia engullía gustosamente, volvió a trajinar el seno derecho, metiendo su lengua en la cavidad y mordiendo el contorno hasta, por furia, arrancarlo de cuajo, lo que produjo unas intensas convulsiones en la Buldariana que, sollozaba intentando pronunciar palabras de clemencia, entonces, el Thalanos abriendo las fauces, de las cuales escurrían gotas de liquido violeta, mordió con cólera el cuello de la madre de Ta´ar, rebanando una arteria con sus colmillos afilados, la sangre que brotaba tibia de la herida, la bebió sediento placer.
La conmoción resultante de todo este insano espectáculo para Ta´ar, culminó en un agudo grito de dolor que, el propio Ta´ar no lo sintió, como si otra persona lo hubiera gritado desde un agujero tan profundo que nadie pudiese haberlo oído nunca.
Las imágenes se volvieron negras. Sprex se desconecto cuando el Thalanos le arrancaba la cabeza a Na´uri y hundía la lengua dentro de su desmembrado cuello.
La sala de conexión holográfica se sumió en un silencio sepulcral, solo la risilla sardónica del fisiólogo se escuchaba chirriante al momento que desconecto el visor de Ta´ar y vio con orgullo como los ojos del pobre Buldariano se volvían negros y sin vida, como si su mente se hubiese ido a un lugar mucho más feliz.
EPILOGO:
1548 ciclos después, dentro de la nave de recolección Mostrono
— Este lugar está más muerto que los huesos de Libria – dijo el capitán Daaros bostezando – recuérdame ¿quien fue el de la idea de venir a este cuadrante?
— Sprex – respondió el segundo al mando
— Malditos Ganimidianos, si no fueran los dueños de la nave, los echaría a patadas
— Un escaneo más y los largamos – exclamó el especialista
— 8 saltos desde Apolaxia, ¡8!, ¿ahí algo más lejos?
— Espere capitán, el tercer planeta desde la estrella amarilla, es una roca clasificación Beta
— Puede que no los vayamos con las manos vacías después de todo – dijo Daaros sonriendo