Secuestrados en la casa rural (4)

Después de violar a Lorena, los dos secuestradores permiten a Marco, el recién casado, que se folle a la deliciosa mujer delante de sus hijitas.

Secuestrados en la casa rural (IV)

Después de violar a Lorena, los dos secuestradores permiten a Marco, el recién casado, que se folle a la deliciosa mujer delante de sus hijitas.

La pobre mujer se sentía avergonzada. Había sido violada por dos animales, delante de su marido y sus hijitas. Se había portado como un auténtico putón, había hecho cosas que nunca se le habían pasado por la imaginación... pero lo peor de todo es que había disfrutado como nunca. Miró a su marido y vio que estaba empalmado. Al muy hijo de puta le había puesto cachondo que violasen a su mujer... Erick la devolvió al mundo real. La levantó y empezó a besarla. Ella se dejaba.

-Mira zorrita lo caliente que has puesto a los muchachos-

Ella miró a Marco y vio que también estaba empalmado. Al lado, su mujer, no paraba de gimotear.

Entonces Edu cogió a Lorena y de nuevo la tumbó en la cama. Con la ayuda de su compañero la ataron en cruz a la cama de pies y manos y cuando la amarraron bien empezaron a vestirse. El negro fue a donde estaba Imma y se sentó a su lado, mientras, Erick fue hasta el lugar en que Marco estaba atado... Le bajó los calzoncillos dejando al aire su empalmado miembro, le liberó de las esposas y le quitó la bola que le impedía hablar de la boca.... Tenía entumecidos los brazos, y empezó a frotárselos para sentirlos, estaba de lo más estúpido allí en pelotas delante de toda esa gente, completamente empalmado, tenía la polla empapada en liquido preseminal...

Entonces Erick le dio una mochila que estaba en una esquina y le dijo "Vale, tío, has sufrido como un cabrón. Has visto como nos fallábamos a tu mujer... Estoy seguro de que estás muy cabreado. Ahora te vamos a dejar que descargues toda tu ira en el cuerpo de Lorena. La vas a violar delante de tu mujer, su marido y sus inocentes hijitas. Podrás hacer con su cuerpo todas las oscuras perversiones que se te pasen por la imaginación. Dentro de esta mochila encontrarás todo lo necesario para ayudarte". Marco cogió la mochila y Erick se fue con Edu e Imma.

Lorena le miraba con gesto un poco asustado, estaba a su disposición. Puso ese gesto tan angelical e inocente, pero a la vez tan excitante muy propio de las mujeres, que hacía que la polla de Marco se pusiera como una piedra cada vez que lo veía. Le pidió que la soltase, pero el rostro de él cambió poco a poco de la incredulidad inicial a la más terrible de las lujurias y vicio. Ella pareció comprenderlo, empezó a lloriquear y suplicar, pero era demasiado tarde, ahora iba a satisfacer no sólo todos sus deseos con ella, sino las más ocultas y bajas pasiones que había tenido.

Marco abrió la mochila y cual fue su sorpresa al encontrarse una surtida y abundante variedad de aparatos de placer y de tortura sexual,. Aquello iba a estar mucho más divertido de lo que pensaba. De momento lo que más le apetecía era gozar un poco del cuerpo de aquella atemorizada mujer, chuparle el coñito, comerle los pezones magrearla. Miró a su esposa Paula que no dejaba de llorar, a las niñas y a su padre... giró la cabeza y vio que en el vídeo habían cambiado de película... ahora se podía ver como una negra con unas tetas enormes estaba botando sobre el enorme rabo que un tío tenía ensartado en su culo.

Todas estas imágenes le calentaron aun más, así que se tiró encima de Lorena, metió la cabeza entre sus piernas atadas y comenzó a comerle el coñito Ella se movía intentando liberarse. A Marco le excitaba mucho el que intentase luchar contra él, tenía el coño empapado de sus líquidos y del semen de Edu y Erick, pero estaba tan salido, que le daba igual. Luego subió por el cuerpo de la suplicante hembra y empezó a comerle los pechos... era un auténtico festín, a bocado limpio, sobre todo le encantaba mordisquearle los pezones. Después, mientras le magreaba una teta con una mano, y metía varios dedos de la otra en su coño, empezó a besarla apasionadamente. Ella seguía revolviéndose, y eso excitaba a Marco todavía más. La verdad es que después de tanto tiempo excitado y al empezar a gozar de aquel maravilloso cuerpo, estaba a punto de estallar, así que decidió parar.

Marco se sentó en la cama y empezó a investigar en la mochila, lo primero que surgió fue un enorme consolador. Media aproximadamente unos 30 cm. de largo y 10 de diámetro. Era una autentica monstruosidad... aquello sería un buen principio. Se lo enseñó a Lorena que empezó a gritar horrorizada, lo paseó por todo su cuerpo, la piel se le ponía de gallina, al final puso la punta a la entrada del coño de la mujer y mirando a las desconsoladas niñitas empezó a metérselo. Era tan grande que costaba meterlo en aquel coñito depilado... ella gritaba, pero a cada grito el consolador se introducía un centímetro más, al final una buena parte del infernal instrumento quedó fuera, ya que Marco se temió que con toda la cantidad que había entrado ya, fuese a reventar. Ella lo pensó en muchos momentos. Aquello le dolía mucho y gritaba como una fiera.

Lo siguiente que encontró eran como dos aritos unidos por una barrita, los aritos eran regulables con unos palometas y se podían hacer más grandes o pequeños, al principio le extrañó, pero en seguida comprendió que eran para los pechos, así que los abrió a tope, se los puso en aquellos maravillosos melones y empezó a apretarlos. Los aros empezaron a apretar sus pechos que se disparaban hacia arriba, cada vez más apretados y más... lo cierto es que sentía el dañar aquellos senos tan bonitos, pero le podía la lujuria. Lorena seguía gritando más y más. al final cuando empezaban a ponerse colorados, Marco abrió un poquito los aros y los dejó así. Los pezones estaban disparados y enormes, así que el hombre cogió unas pincitas unidas, y se las aplicó a estos. No sabía si apretaban mucho o poco, pero por el terrible aullido, el aumento de sus quejas y la manera en que se retorcía, parece que apretaban bastante. Luego encontró algo muy curioso, era como un bozal del cuero, de manera que se ataba detrás del cuello, se ponía en la boca y hacia que ésta tomase una forma perfectamente circular. Al violador le resultaba muy curioso, y en su continuo afán científico y de investigación, decidió ponérselo a la mujer que tenía en su poder. Le costó un poco, ya que no cooperaba mucho, pero al final quedó perfectamente aplicado a la castigada boca de Lorena. Sus gritos sonaban muy extraños... Marco se puso de pies mirándola... empezó a pajearse un poco... sabía exactamente cual era el siguiente destino de su polla, si, efectivamente, su boquita circular.

Así que se puso encima de la cara de su víctima, se agarró a los barrotes de la cama, y se la metió toda en la boca... Ella intentaba mover la cabeza y eso hacía que la dura polla rozase contra toda su boca y le excitaba todavía más. AL final no pudiendo resistir más, después un día entero de excitación... se corrió en la boca de Lorena, no quería sacarla y aunque la mujer intentó escupir todo con lo que aquel horrible hombre le había regado, éste le dejó la polla bien clavada en su boquita de puta, obligándola a tragarse todo, sino quería morir ahogada. Luego procedió a quitarle el bozal... -Hijo de puta, cabrón... quien te has creído que eres... qué quieres, matarme...- Lorena no dejaba de insultarle, pero aquello únicamente lograba excitar más a su torturador. Le quitó las pinzas, muy despacio, incluso llegó a retorcerlas un poco, para que dejase de insultarle y gritase un poco más. Liberó muy poquito a poco sus pechos, y finalmente le sacó muy despacio el consolador.

La indefensa madre lloraba como una magdalena, le decía, que ya había sido suficiente, pero él quería más. Buscó algo dentro de la mochila, y no tardó en encontrarlo, eran unas esposas. Entonces la desató... ella intentó realizar un último esfuerzo para escapar, pero a Marco no le costó nada sujetarle con una mano mientras que le ponía las esposas que luego pasó con otra cadena para anclarla a la cama. Le desató los pies, pero simplemente fue un momento... la ató boca abajo, abrió un poco más sus pierna, y midió para que pudiese ponerse de rodillas... más precisamente a cuatro patas. Le ajustó la cadena que unía las esposas a la cabecera de la cama y la puso de rodillas, con el culo levantado y el resto del cuerpo estirado. Parecía una perra.

Una vez en esa posición, sacó unas bolas chinas. Lorena al verse en esa postura imaginó cual iba a ser el centro de la atención de su violador y empezó a suplicarle

-Por favor, por el culo no, otra vez no... no me gusta- gemía la indefensa mujer, pero Marco le daba igual. Puso una bolita a la entrada de ese delicioso trasero y apretando con el dedo gordo la metió en su ano. Ella se estiró de dolor al sentir aquello en su culito, luego el hombre la fue introduciendo más y más con el dedo índice, hasta que la segunda bolita quedo a la entrada de su ano. Repitió la operación con el resto de las bolitas, hasta que sólo quedo fuera el cordelito con una anilla. Cada bola dentro de su culo le producía más y más dolor, y ella gritaba con desesperación. Marco soltó el cordelito, y metió su ya de nuevo excitada polla en el precioso coño de Lorena, y comenzó a follarla... Se tiraba encima de su espalda para sentir la piel de su víctima contra su pecho, le apretaba las tetas y las sentía palpitar y recuperarse de la presión que habían sufrido, Ella gritaba como una perra, el sentir las bolitas en su culo y aquel enorme miembro en su coño era una horrible experiencia. Cuando la polla de Marco estaba ya suficientemente endurecida, volvió a coger la anilla de las bolitas y empezó a estirar. Fueron saliendo una detrás de otra, cada una con un gemido por parte de Lorena.

Su culito estaba más dilatado y la polla tremendamente dura. Era el momento de terminar de romperlo, así que sin más dilación ni contemplaciones se la sacó del coño, abrió cuanto pudo sus nalgas y sus piernas, se puso encima de ella y clavándosela entera -AAAGGGHHHHH, CABRROOONNN-, vaya grito, eso era romper un culo, y el sufrimiento de ella era cada vez mayor con cada una de las embestidas que aquel animal le daba... cada vez más salvaje... Estiraba más de la cadena para estirar más su cuerpo y ponerlo más en tensión... o al revés. Aquella situación se prolongó durante 20 minutos. Marco destrozando el culito de la pobre Lorena y ésta gritando y maldiciendo ante la mayor tortura que jamás había recibido. Al final acabó corriéndose como un animal en aquel maravilloso culito, entre los gritos de dolor de la impotente víctima.

Después de su tremenda corrida, Marco vio que Iván le miraba con cara de odio. Acababa de violar a su mujer y, aunque excitado, no había podido hacer nada. Pero a Marco ya todo le daba igual. Acababa de gozar de un culito maravilloso y eso era lo único que le importaba. De repente Erick y Edu le agarraron y le obligaron a ponerse de nuevo los calzoncillos. Inmediatamente cogieron a Lorena, que agotada y llorosa casi no se podía ni tener en pie. Erick la cogió y la llevo al baño para adecentarla un poco. Allí le ofreció algo de comer y la dejó en la bañera para que se relajara ante la atenta mirada de su secuestrador... aun le quedaba mucho por sufrir. Mientras, Edu había llevado a los demás prisioneros al comedor y les había dado de cenar. Cuando Lorena llegó a la sala, todos estaban perfectamente atados y silenciados metidos en sus respectivos sacos... Era la hora de dormir, pero Edu no se quedó con ellos. Debía solucionar unos asuntos en un pueblo cercano, así que todos se quedaron bajo los cuidados de Erick e Imma, que había sacado a relucir la viciosa que llevaba dentro.

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En los siguientes relatos podré introducir las variantes que me indiquéis.