Secuestrados en la casa rural (3)

Varias parejas y sus hijas pasan unas vacaciones en una apartada casa rural. Todo transcurre en paz y armonía hasta que son secuestradas por los dueños de la casa abusando sexualmente de todos y cada uno de los veraneantes. Lorena será violada delante de sus hijitas y su marido, que no podrá evitar excitarse de ver como dos hombres disfrutan de su recatada esposa.

Secuestrados en la casa rural (III)

Varias parejas y sus hijas pasan unas vacaciones en una apartada casa rural. Todo transcurre en paz y armonía hasta que son secuestradas por los dueños de la casa abusando sexualmente de todos y cada uno de los veraneantes. Lorena será violada delante de sus hijitas y su marido, que no podrá evitar excitarse de ver como dos hombres disfrutan de su recatada esposa.

Erick y Edu volvieron a colocar a todos los veraneantes en sus respectivos sitios, debidamente esposados y silenciados, dejando a Lorena la última. A ella, en lugar de colgarla de la viga junto a su marido y a sus hijitas, le sellaron la boca con cinta adhesiva y la llevaron a la cama. Adriana y Teresa empezaron a llorar. Sabían que su madre iba a ser violada... Erick se acercó a las niñas -No lloréis... vais a ver lo zorra que es vuestra madre. Le vamos a meter nuestros rabos por todos sus agujeritos y ella nos va a suplicar que lo hagamos... Ante estas palabras, las dos adolescentes lloraron con más fuerza.

Imma estaba cansada, así que se sentó en una silla a contemplar el espectáculo. Mientras, Erick y Edu se dedicaron a atar a Lorena a la cama. En unos minutos quedó con las manos atadas a ambos lados de la cama, lo mismo que las piernas, la boca tapada con cinta adhesiva y completamente desnuda. Lorena se agitaba con temor.

¡Vamos Erick! Dijo Edu. Tenemos que hacerlo ahora, con esta muñequilla.

Estaba realmente aterrorizada. Los miró como suplicándoles. pero ellos procedieron a sacarse la ropa. Los vio desnudarse. Erick terminó primero. Se dio vuelta hacia ella, y le vio un pene enorme. Iván tenía una aceptable, de unos 17 cm., pero el que estaba viendo ahora era enorme, mediría unos 23 cm. y era bastante más grueso, como un salchichón. Se la acariciaba, diciéndole ¿te gusta?. Ella movía la cabeza en son de negar y las lágrimas corrían por sus mejillas. Le tomo uno de sus senos y lo acarició. Le apretaba el pezón.

-¡Que rico tienes estas tetitas, putilla! Decía. ¡Veras que rico vas a encontrar este pedacito de carne que te voy a meter en tu coño de zorra!

Y acto seguido, bajo su mano a la entrepierna de Lorena. Ella trataba de juntar sus piernas pero estando atada, no podía hacer nada. Edu, se puso al otro lado de la cama, y acarició su otro seno, bajó su cabeza y con su boca empezó a chuparle el pezón. ¡Eres una zorrona, Lorena! Le dijo. Su miembro no era menos que el de Erick. Y con una gran mata de pelos negros. ¡Esta tarde, te haremos gozar, como nunca has gozado, puta! Decían. Durante esta pasada semana nos has dejado muy calientes, zorrita.

Erick, empezó a besarle los senos, luego bajo a su estomago. Pasándole la lengua bajó a la entrepierna de la pelirroja. Abrió los labios de su vagina y comenzó a jugar con su clítoris. Ella se movía con desesperación tratando de esquivarlo, pero nada podía hacer. Sentía la lengua de Erick, en su vagina, la recorría de arriba hacia abajo. Le echaba saliva, que sentía caliente recorriendo por su rendija hacia su ano. Le chupaba el clítoris, lo lamía, metía un dedo en su interior. Todo lo hacia suavemente, tratando de calentarla, pero ella no respondía. No podía hacerlo. Mientras tanto Edu, pasaba su miembro por sus senos, luego por su cara. Lorena sentía que estaba mojado, estaba goteando, y lo seguía pasando por sus mejillas.

Como Lorena no respondía a sus caricias, Erick, se separó de ella y atrajo un bolso que tenía a un lado de la cama. Sacó una pluma de ave y empezó a rozarle por el interior de sus muslos. En realidad le estaba haciendo cosquillas. Trataba de esquivarlo pero le era imposible. ¡Así, así, muévete puton! Le decía. Luego subió la pluma al estomago de su víctima, y a sus senos, rozaba sus pezones, en sus axilas. Bajó nuevamente a su sexo. Abrió sus labios vaginales y la pasó por su botoncito. Lorena empezó a sentir que no tardaría en responder a esas suaves caricias, que eran demasiado insistentes.

-¡Pídenos que te hagamos el amor, muñequilla! Le decían. Ella se negaba. Pero esas caricias estaban derrumbando su resistencia. ¿Te la meto ahora, puta? Y seguía con sus caricias. ¡Dímelo, pídemelo!

Se colocó entre sus piernas, y empezó a pasar la punta de su pene por el clítoris de ella. Lo rozaba, y seguía pasándolo de arriba hacia abajo. Ya no podía aguantar más. Realmente estaba excitada, quería que se lo metiera. ¿Ahora mi amor? La indefensa mujer asintió llorando, pensando en su marido y sus hijas que iban a ser testigos de excepción del espectáculo... Pero tenía temor por el tamaño de su pene. Era inmenso. Con una mano Erick le abrió la vagina, y empezó suavemente a empujar, trataba de dilatarla al máximo para que no le doliera, pero ella sentía un dolor inmenso. Era demasiado grande. Empujó otro poco, y llegó a tener un cuarto de su miembro dentro del cuerpo de Lorena. ¡Que apretadita, estás putita! Le decía. ¡Edu, vas a tener que probarla, para que veas como está de apretadita esta muñequilla! Le dijo Erick. Lo sacó, se paró y fue buscar unos almohadones que puso bajo las nalgas de su juguete sexual. Ella quedó totalmente arqueada. Sus talones tocaban la cama lo mismo que su cabeza. Y su sexo estaba totalmente expuesto para él, mojado por la excitación y totalmente limpio de pelos...

Nuevamente se colocó entre sus piernas. Puso su pene entre los labios de la vagina y empezó a empujar. Estaba el sexo de Lorena a la altura de su miembro. La tomó de las caderas y empezó a empujar. Ella lloraba de dolor. Pero también tenía la necesidad de aplacar la excitación que le había provocado con sus caricias. Empujó nuevamente y se lo metió hasta la mitad. Suavemente, lo metía y lo sacaba dentro de su cuerpo. Ella quería sentirlo. Aunque le doliera, debía calmar esta excitación. De pronto no pudiendo aguantar mucho más, dio un solo empujón y lo metió hasta que Lorena sintió sus pelos juntarse con los de ella. Casi quedó sin respiración. Un grito ahogado salió de su garganta. Nadie más que ella lo escucho. Su boca seguía con cinta adhesiva. Erick empezó el movimiento de entrar y salir.

¡Aaahhhggg... que cosita más rica... lo sientes puta! Le decía. ¡Muévete... muévete.... así.... asiiiiiii...... siento que te toco el útero, y lo tienes tan calentito! ¡Tómalo.... tómalo....... uuuhhhhmm..... apretamelo... apretamelo... zorrita! Lorena ya sentía el placer de tenerlo todo dentro de su cuerpo. Quería pedirle que lo hiciera más fuerte, que la partiera en dos. Cerraba los ojos. Trataba de mover las caderas, para seguir su ritmo. Se dio cuenta de ello y de un tirón le saco la cinta adhesiva de la boca. Si gritas estás muerta, le dijo. Ella lo único que quería era decirle: ¡No voy a gritar, pero métemelo más fuerte, que me tienes caliente, ......más fuerte....más...maaaaassss......así...asiiii.....asiiiiiiii agggggghhhhh!

Soltó sus piernas de sus ataduras, y las puso sobre sus hombros. Estaba realmente tocándole el útero con la punta de su miembro. Sus movimientos eran acompasados. Lorena estaba empalada a fondo. O mejor dicho estaba envergada. Lo sacaba hasta sentir la punta de su pene a la entrada de su sexo y lo hundía de un golpe. ¡Aaaaaagggghhhhh........damelo.....damelo.....así.. así...asii...asiii...más fuerte...más fuerte...métemelo más adentro......que rico....que riiiiicoooooo.! Le pedía la madre que se había convertido en un autentico putón ante la excitación de su marido y de Marco y la mirada atónita de sus hijitas, que no paraban de llorar.

Erick acercó su boca a la de Lorena y le dio un beso. Chupaba su lengua, le daba su saliva, la que tuvo que tragar. Ella sentía que pronto llegaría al orgasmo. Llegaría al éxtasis. ¡Ahora.... ahora.... ya viene.... ya... ay... ayyyyy..... aaaaaahhhhhyyyyy...... más... más.... viene..... damelo... más... maaaaaass...... agggghhhhhh..... mételo... mételo... más fuerte mi amor... más fuerte..... ya... ya.. yaaaaa.... ahhhhgggggg...... uuuuuugggggg.....me voy...me voy...ya...ya viene...... yaaaaaahhhhhh! Y sintió en ese momento que llegaba a un orgasmo brutal, quería arañar su espalda pero no podía... apretaba su miembro para no dejarlo escapar. Y él también llegó al orgasmo, empujando con toda su fuerza, Lorena sintió que la estaba mojando completamente por dentro, llenándola con su semen.

Luego de sacarlo, aun lo tenía erecto, lo acerco a la cara de la mujer y le dijo: -Chúpamelo! Ella le rogó que no le hiciera eso, que nunca lo había hecho. Y era cierto, Iván muchas veces se lo había pedido, pero le daba asco. Pero Erick insistió. Lo acercó a sus labios y le ordenó abrirlos, ella giró su cara hacia el otro lado. Él le dio un tortazo y le dio vuelta hacia él. Apretó las mandíbulas de su víctima e hizo que abriera la boca. Puso su enorme tranca entre sus labios, ella trataba de esquivarlo pero le volvió a pegar, y la introdujo en su boca. Apenas si cabía entre sus labios.. Se colocó con las piernas abiertas sobre la cabeza de Lorena y tomándola del pelo se la acercaba hacia su pene. Empujaba y ella sentía su boca llena de su miembro. Con sus movimientos se ponía cada vez más duro. Llegaba ya a la garganta de la indefensa mujer. Sentía que quería vomitar, sentía asco. Pero a él nada le importaba. Avanzó de pronto, y Lorena sintió que su pene latía con furia., y agitado descargó su semen nuevamente, ahora en su boca. Ella quería vomitarlo, sentía repulsión, pero él no sacó su miembro y lo dejo allí. Lorena trataba de no tragar. Pero de pronto apretó su nariz y la dejo sin respiración. No le quedó más remedio que tragar su semen. Edu a todo esto sólo miraba y se acariciaba el miembro, masturbándose. Luego de quedar extenuado. Erick se recostó al lado de la mujer...

Edu se acercó a ella, la besó en la boca. Luego le puso nuevamente la cinta adhesiva en la boca. Desató sus manos he hizo que se diera la vuelta en la cama. Quedó boca abajo, y Edu amarró las manos de Lorena nuevamente a la cama. También lo hizo con sus piernas. Ahora era Edu el que se disponía a gozarla a su manera. Colocándole los almohadones bajo su vientre Lorena quedó con la cara pegada a la cama. Con la piernas de la mujer abiertas, se puso entre medio, y empezó a acariciarle con su miembro por detrás los labios de la vagina, que estaban mojados con el semen de Erick. Lo pasaba por entre medio, y luego subía hacia las nalgas. Ella sintió que le echaba saliva que corría por entre sus nalgas hacia su ano. Realmente no se imaginaba lo que le haría. Metió su pene en la vagina, mientras con uno de sus dedos, acariciaba el ano de la sumisa hembra, metiéndoselo suavemente. De pronto Lorena sintió el pene completamente dentro de su vagina, y el dedo entero en su ano. Edu sacó su dedo, y también su pene de la vagina. Lo tomó con una mano, y con la otra abrió las nalgas de la mujer. Sus intenciones eran claras. Ella se agitaba tratando de que desistiera, si se lo metía por allí la mataría. Pero en realidad nada les importaba. Puso la punta de su miembro a la entrada del ano de Lorena y empezó a empujar. El dolor era tremendo. Pero a él no le importaba. La pobre mujer estaba siendo sodomizada por primera vez en la vida, contra su voluntad, por un negro enorme y delante de su marido y sus hijitas... Lorena quería gritar, sentía que se desgarraba, el ardor era tremendo. Edu se agarró de las caderas de la mujer y la atrajo hacia él. La pobre sentía por lo menos la mitad de su pene dentro de su ano.

-Muevete zorra! -le decía. Estaba realmente agitado. Empujó otro poco, y el ano cada vez se dilataba más. Con una de sus manos acariciaba los senos de Lorena, apretaba con fuerza sus pezones, el dolor era insoportable. Dio un empujón llegando a lo más profundo de su ano, que sintió el enorme miembro totalmente dentro. Era terrible. Tenía casi 20cm de pene dentro del ano. Todo lo que en algún momento le había negado a Iván, se lo estaban haciendo estos dos desgraciados. Con todo su miembro dentro, empezó a moverse. Lo metía y lo sacaba. -Aquí si que estas apretadita!-le decía. -Este hueco estaba virgen!, ¿verdad? Uhhhhhgggg .... tan apretadito. La soltó de las manos y de los pies. Pasó sus piernas bajo de ella, y quedó sentada sobre su miembro. Luego la tomó de los senos y la hizo recostar sobre el.

Erick, miraba la escena. Tenía su miembro totalmente erecto. Se acercó al lado de la pareja. Subió sobre la cama, y se puso entre las piernas de Lorena. Abrió sus labios vaginales, y metió su miembro en ella. La indefensa mujer estaba siendo atacada por sus dos lados. Erick, le mordía los pezones, ella trataba de gritar, pero su boca estaba sellada con cinta adhesiva. De tanto movimiento, de entrar y salir tanto de su vagina como de su ano, el deseo empezó a brotar en Lorena. Sentía que quería llegar nuevamente al orgasmo. Su instinto de hembra reclamaba lo suyo. Quería gozárselos también. Extenuada, ya no pudiendo soportar más, sintió que Erick la llenaba con su semen, otro tanto hacia Edu dentro de su ano, inundando sus entrañas con su semen. Luego de acabar los dos. Se tendieron al lado de Lorena. Sus penes yacían flácidos. Agotados. La sala estaba llena de olor a semen y sexo.

La pobre mujer se sentía avergonzada. Había sido violada por dos animales, delante de su marido y sus hijitas. Se había portado como un auténtico putón, había hecho cosas que nunca se le habían pasado por la imaginación... pero lo peor de todo es que había disfrutado como nunca. Miro a su marido y vio que estaba empalmado. Al muy hijo de puta le había puesto cachondo que violasen a su mujer... Erick la devolvió al mundo real. La levantó y empezó a besarla. Ella se dejaba. -Mira zorrita lo caliente que has puesto a los muchachos- Ella miró a Marco y vio que también estaba empalmado. Al lado, su mujer, no paraba de gimotear.

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erick-66@hotmail.com

En los siguientes relatos podré introducir las variantes que me indiquéis.