Secuestrados en la casa rural (2)
Varias parejas y sus hijas pasan unas vacaciones en una apartada casa rural. Todo transcurre en paz y armonía hasta que son secuestradas por los dueños de la casa abusando sexualmente de todos y cada uno de los veraneantes. Ahora le toca a Paula, una recién casada de 24 años que estaba disfrutando de su luna de miel y que será violada delante de su marido.
Secuestrados en la casa rural (II)
Varias parejas y sus hijas pasan unas vacaciones en una apartada casa rural. Todo transcurre en paz y armonía hasta que son secuestradas por los dueños de la casa abusando sexualmente de todos y cada uno de los veraneantes. Ahora le toca a Paula, una recién casada de 24 años que estaba disfrutando de su luna de miel y que será violada delante de su marido.
Después de una hora Erick, Edu e Imma volvieron a la sala donde seguían colgados los seis veraneantes. Se dirigieron directamente a donde se encontraba Paula. Ésta notó como le agarraban el brazo, mientras se le helaba la sangre en las venas.
-Ven aquí, zorrita -dijo Erick quitándole las esposas de cuero y la bola de goma-espuma de su boca-. Ven a demostrarnos lo bien que la chupas... Sin apenas tiempo para reaccionar, Paula se vio arrastrada hacia la cama y, de un fuerte empujón, fue lanzada contra el suelo. Cuando alzó la vista vio como Erick se estaba desabrochando los pantalones, luciendo en el rostro una mueca despiadada. Rápidamente, la cogió del pelo, la obligó a ponerse de rodillas y puso una enorme navaja en su cuello. - Ni se te ocurra gritar, puta.- Sin darse cuenta verdaderamente de lo que la esperaba, Paula se encontró con una polla tiesa y enorme apretada contra sus labios. Era bastante mayor que la de su recién estrenado marido.
-Abre la boca, zorra!... Ella, terriblemente asustada, obedeció y entonces Erick metió su polla en la boca de la chica tan profundo como podía...- Y ahora a chuparla como sabes...
Paula con la boca casi desencajada, notaba como aquello la llenaba completamente, le producía arcadas. Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, mientras que el violador, sin soltarla nunca del cabello, empezó a moverle la cabeza hacia delante y detrás, consiguiendo con cada movimiento que su polla saliera a medias de la boca para volverse a introducir profundamente. Edu e Imma se reían de la escena y hacía todo tipo de comentarios insultantes que Paula, prácticamente ni escuchaba, asqueada y asustada como nunca lo había estado en toda su vida. Mientras tanto, el negro besaba a la rubia...- Venga Imma -le dijo-, hazle compañía a la chupapollas. Ella se arrodilló junto a Paula y dejó entrar la polla de Edu dentro de su boca. Allí, al lado de la cama, con la televisión proyectando constantemente imágenes de preciosas mujeres follándose entre ellas, cualquiera que hubiera mirado por la ventana en ese momento, habría podido observar como dos jovencitas juntas, de rodillas, les chupaban la polla a sus dos amantes. La única diferencia es que, mientras una lo hacía con placer y parecía disfrutar bastante de la situación, la otra lloraba y gemía, obligada a una relación no consentida. En un momento dado, Erick, que seguía penetrándola en la boca, demostró haber tenido una idea nueva para hacer más divertida aquella terrible noche.
-Oye Imma -dijo- a ti te gusta que te laman el coño y que te metan la polla, pero, ¿a qué nunca te han hecho las dos cosas a la vez? Pues hoy tienes la oportunidad...
Ellos rieron la ocurrencia, y Paula se vio de nuevo empujada contra el suelo, con violencia, donde escupió la saliva que se le había acumulado en la garganta mientras estaba obligada a comerse una polla. Edu le arrancó el sujetador de un tirón. Los pechos redondos y firmes de Paula quedaron expuesto al aire de la montaña. Después le bajaron las braguitas mientras le sujetaban boca abajo contra el suelo, pisándole el cuello. Ella, humillada, se sentía especialmente indefensa sabiéndose allí completamente desnuda, con su culito claro y respingón brillando a la luz del sol de medio día. Con los ojos inundados por las lágrimas, pudo ver como su marido estaba, de nuevo, empalmado, al igual que Iván. Esto le hizo llorar más desconsoladamente. A su marido le estaba excitando ver como la violaban.
Sus agresores le abrieron las piernas y pasando por alto su terrible vergüenza le examinaron el coñito rosado, coronado por unos finos pelos de color castaño...-Bonito coño tiene la cabrona -dijo Erick -que ganas tengo de meterla la polla... Ante ella, Edu se sentó en el suelo, con la polla apuntando hacia el cielo. Dándole la espalda, Imma se le sentó encima y lentamente se fue dejando caer permitiendo que la negra polla la fuera penetrando hasta que estuvo totalmente dentro de ella. Paula fue obligada a ponerse a cuatro patas, y cuando de otro fuerte tirón en el pelo levantó la vista, ante ella, en un morboso primer plano, se encontró con los genitales de ambos, al alcance de su cara. Edu, con ambas manos comenzó a subir y bajar a Imma, follándola lentamente. Ella gemía y Erick empujó a Paula hasta que su boca se puso en contacto directo con la vagina de Imma...
- ¡Chúpales o te mato! -gritó el hombre que la sujetaba por el cabello, y Paula, sin dejar de llorar por un momento, obedeció pasando la lengua por el pequeño clítoris de Imma.
Ésta empezó a gemir con más fuerza y ella misma agarró la cabeza de Paula para atraérsela con más fuerza contra su coño penetrado. Paula, casi sin poder respirar, notó como Erick la agarraba fuertemente de las caderas, como le separaba aún más las piernas, restregaba su miembro contra los labios de su coñito y violentamente, entraba dentro de él. Notó cada centímetro de su polla que entraba con fuerza en su coño. Erick empezó a follársela con todas sus ganas, sacándola casi completamente en cada uno de sus bombeos y volviendo a hundírsela completamente de manera que ella notaba el contacto de su cuerpo peludo contra sus propias nalgas. Entonces, de repente, se la sacó. Apuntó claramente hacia el pequeño agujero del culo de Paula, que nunca había sido penetrado anteriormente. Empujó con la misma violencia que lo había hecho anteriormente hasta que consiguió introducir la cabeza del capullo dentro de su cuerpo. Ella acababa de ser desvirgada por el culo y no pudo reprimir un grito de dolor y angustia, y la respuesta que recibió fue un fuerte manotazo en su cabeza...
-¡Calla zorra, que te mato!...Paula hizo todas las fuerzas que pudo para repeler la agresión, apretando el esfínter desesperadamente, pero la presión se hizo aún más fuerte y su torturador consiguió hundir milímetro a milímetro la polla en este orificio nunca antes visitado. El dolor se multiplicaba a cada paso, pero, al fin, tanta resistencia provocó, al menos, una corrida anticipada del hombre que forzaba su ano.
Paula sintió oleadas de algo caliente dentro de su intestino, mientras el estómago se le revolvía, estando a punto de vomitar sobre la vagina de Imma y paradójicamente, sintió a la vez una sensación alegre que se apoderó durante un segundo de ella, al pensar que por lo menos aquel hombre no se la había corrido dentro de la vagina, con todo lo que eso implicaba. Casi a la vez, Edu, que seguía subiendo y bajando a Imma cada vez más deprisa, se puso a punto de correrse. Entonces, rápidamente, levantó a su amante, sacando la polla de su interior y se corrió con chorros largos y tibios en la cara de Paula. Deliberadamente, esparció su semen por la cara y el pelo de la chica, hasta que hubo agotado toda su descarga. Volvieron las risas y sin dejar que se limpiara la cara la obligaron a quedarse a cuatro patas para terminar su faena con Imma, que se tumbó ante ella con las piernas muy abiertas para que le lamiera el coño. La joven levantaba sus caderas invitando a Paula a que le lamiera también el agujero del culo, que, a juzgar por el sabor que provocó arcadas en ella, no estaba excesivamente limpio, ya que aun tenía gusto a esperma. Ante el delirio de sus violadores, se mezclaron los jugos del coñito de Imma, con el semen que pringaba el rostro de Paula y sus propias lágrimas y saliva. Los otros se divertían dándole azotes en el culo, hasta que se lo dejaron rojo como un tomate, escociéndole desagradablemente. Aquello era un infierno que ni siquiera iba a acabar cuando Imma, tras unos gemidos entrecortados, se dejó caer desmadejada y feliz en el suelo.
Edu se había desnudado completamente y mostraba de nuevo una potente erección. Dio la vuelta a Paula y abriéndole completamente las piernas, se hincó dentro de ella, empezando a follarla por el coño. Ella, ya agotada por los anteriores episodios, no opuso resistencia y se dejó follar pasivamente, lo que los otros interpretaron como que le estaba gustando. El negro se la metía con fuerza contra el suelo y Paula, con los ojos entrecerrados, vio como Erick, con la polla aún medio caída, se montaba sobre su cara ofreciéndole el agujero del culo para que la chica se lo chupara. Ella lo lamió casi mecánicamente tratando de olvidarse del asco que sentía ante el evidente sabor de esa parte de su cuerpo, mientras el otro se la seguía metiendo y sacando a un ritmo constante. Erick se había vuelto a empalmar con estos lametones y entonces, montado sobre su pecho, le puso la polla en la boca. Paula estaba siendo follada por dos sitios diferentes a la vez y se sintió morir de desesperación e impotencia cuando notó inequívocamente que Edu se estaba corriendo dentro de sus entrañas, frustrando sus esperanzas anteriores, sembrando quizás una semilla maldita en su vientre. El otro seguía moviendo la polla dentro de su boca hasta que también se corrió, pero no por eso permitió salir la polla. Paula, en la posición que estaba, boca arriba, se vio obligada a tragarse el semen para no ahogarse, pero no podía con todo y espesos regueros blancos le caían por la comisura de los labios. Volvieron las arcadas, las toses, el vómito que no pudo contener en esta ocasión, y en un momento, todo quedó negro y se desmayó.
Cuando Paula recobró el conocimiento se encontraba dentro de una bañera mientras Erick la limpiaba con la ducha. Ella intentó quejarse, pero su secuestrador le hizo ademán de que se callara. Paula, en silencio, se encogió y dejó que ese horrible hombre que momentos antes la había violado, la limpiara. No podía quitarse de la cabeza la imagen de su marido, totalmente excitado mientras abusaban de su cuerpo. Se sentía traicionada. Además, tampoco podía olvidar como se había corrido en la boca de Imma...
Después de limpiarla y secarla, Erick llevó a Paula a una habitación en la que ya se encontraban los demás veraneantes. Estaban todos sentados ante una gran mesa de madera, sus piernas estaban atadas a las patas del banco, pero tenían las manos libres y en la boca no llevaban las mordazas. Nadie decía una palabra... Paula pudo ver que encima de la mesa había platos, vasos y cubiertos de plástico. La sentaron a la mesa y al igual que a sus compañeros le ataron las piernas al banco. Ella tampoco se atrevió a hablar. Al poco tiempo Edu llegó con la comida. Nadie tenía hambre pero todos intuían que el día sería largo, así que hicieron un esfuerzo por comer algo. Cuando terminaron los volvieron a llevar a la sala donde habían violado a Paula.
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