Secuestrada en la Mazmorra (Part 1)

Bondage, virginidad, dominacion...

Soy Patricia Polanco. Vivo en una ciudad tranquila a pocos kilómetros de la playa. Una playa hermosa a la que frecuento cada vez que me siento sola o menos preciada.

Cuando tenia 25 años a pocos días de recibirme de medico bucal, era la única virgen de mi grupo de amigas y la única que jamas había tenido novio.  Tras el robo de mi diario, este secreto se hizo a voces... me humillaron y por tal motivo fue a la playa a refugiarme como cada vez que algo logra herirme.

Era de noche, la playa estaba cerrada, pero se el lugar exacto donde una se puede escabullir y poder entrar sin ser visto. El sonido de las olas me relajaban y me hacían sentir reconfortada. me senté a pocos metros de la orilla sobre mi esterilla de Yoga y trate de meditar un poco para encontrar paz. Y conseguí relajarme tanto que me quede dormida sobre la arena para despertarme en lo que podría ser una pesadilla...

Al abrir mis ojos, no podía enfocar bien nada delante de mi,  el miedo me invadió cuando sentía que no podía estirar mis extremidades, estas estaban atadas con cuerdas y cada movimiento que hacia me hacia mecer extrañamente como si estuviera suspendida, intentando mantener la calma trate de enfocar y ubicar el lugar. Y me di cuanta que ¡colgaba de cabeza! pues pude ver un suelo rocoso lleno de heno, en la pared del fondo una pequeña ventanilla desde donde se colaba el murmullo del oleaje ¡aun estaba en la playa! pero ¿Que era esto? alce mi cara para mirar un poco más y mi sorpresa fue darme cuanta que pendía en forma horizontal de una polea ubicada en el techo de una mazmorra.

Mis piernas estaban dobladas con las rodillas al nivel de mis senos, atados con cuerdas uniendo mis pantorrillas con mis muslos y dejando una distancia a mis senos; entre las rodillas tenia una vara que evitaba que cerrara mis piernas por lo que tenia mi sexo al descubierto. Sin embargo una fina cuerda los atravesaba y se envolvía en mis antebrazos unidos en mi espalda cada muñeca estaba atada al codo contrario dejando mis manos sueltas. Esta misma cuerda iba entonces hasta la polea y se unía luego a las cuerdas que estaban en mis piernas.

Mi cabello rojizo, lago hasta mi cintura estaba

recogido

en una trenza.

No

comprendía

porque estaba así, me estaba desesperando, porque todo eso significaba que estaba secuestrada y probablemente por ¡dementes!... Y no tarde mucho tiempo en confirmarlo...

Se escucharon unos pasos dentro de la mazmorra, eran pasos pesados acompañados con sonidos metálicos; una risa malvada, amortiguada resonó. Sentí entonces, que tocaban uno de mis muslos internos, a lo que reaccioné agitándome para que quitaran sus manos de encima. Conseguí que mi captor se alejara, sin embargo, acto seguido las cuerdas de mis rodillas se tensaron y mis piernas se abrieron brutalmente más de lo que estaban, cayendo la vara que estaba entre mis piernas directo al suelo. Grité por el dolor y el miedo. Un poco después, sentí que tocaban mi intimidad, volví a agitarme y una mano fuerte me sostuvo el cuello y lo apretó con fuerza; el pánico llego a mi helandome por completo. Me quede quieta. Volví a sentir como palpaban mi zona intima, incluso mi zona anal. No podía mover mi cabeza, no podía ver nada más que la pared del fondo con la ventanilla alta. Pero, por la manera en que me palpaban y la mano que sostenía mi cuello no era una sola persona mi captor... habían más.

El sonido de una maquinilla comenzó a sonar en la mazmorra, mi corazón se aceleró; la maquinilla resultó ser una depiladora eléctrica con la que comenzaron a limpiar mi zona intima, me dolía cada vez que esta me jalaba desde raíz cada vello que tomaba, comencé a agitarme pero me di cuenta que era peor,  mis captores, que hasta los momentos, eran dos, me sujetaron mas fuerte, como si fuera una oveja renuente a ser rasurada. Cuando completaron su trabajo, mi zona me ardía, yo estaba llorando; soltaron mi cuello y acto seguido sentí que derramaban un liquido en mi zona que me hizo arder todo, grite y lloré más fuerte, omitiendo el sonido de mi llanto, comenzaron a untar un gel frió que al comienzo me hizo sentir algún tipo de alivio pero poco después incrementó el ardor. Sollocé por eso.

Un tiempo después (no sé cuanto), sentí que uno de ellos colocó su dedo en el centro de mi ano; esto me hizo dar un respingo y como respuesta, tensaron más las piernas abriéndolas aun más. Alcé mi cara y lo que logré ver fue la imagen de un hombre sin camisa y con una mascara de látex que solo dejaba ver sus ojos y la punta de su nariz, esto me aterró y quise zafarme, pero este hombre me sostuvo por la nuca, y me metió una mascara de cuero que tenia una bola roja, la cual empujo en mi boca, amarró la mascara en mi nuca y ya no pude hablar y mis gritos estaban totalmente amortiguados.

A continuación, uno de ellos sostuvo firmemente una de mis piernas y otro sostuvo la otra pierna asegurándose que las mantuviera abiertas y que mis movimientos no estropearan lo que haría después. El dedo de un tercer captor, volvió a tocar el centro de mi ano, grite pero la bola en mi boca apago el sonido de mi garganta. Mis lagrimas llenaron más mis ojos. El captor, fue hundiendo lentamente su dedo en mi ano y sus risas sonaron en mis oídos; cuando tuvo un poco mas de la punta de su dedo dentro de mi, comenzó a hacer círculos, como intentando abrir y lo retiró rápidamente para después empujar algo frió y metálico grite por el dolor que causaba el aparato al enterrarse en mi, ya que tenia la punta delgada pero su cuerpo parecía tener una bola, este aparato parecía un tapón, mi respiración estaba agitada, no podía moverme a causa del pánico. Sentí que realizaban algo en el extremó que sobresalía de mi culo, luego me soltaron y se alejaron de mi.; presentí que algo malo venia y comencé a llorar mucho más, casi en la histeria, lloraba quiera, pues sabia que aunque me moviera no iba lograr zafarme.

Sin lograr aun acostumbrarme al grosor de la bola en mi interior, sentí que esta se expandió dentro de mi, causando un dolor muy fuerte y que me hizo gritar nuevamente, en seguida, sentí que un liquido frió entraba en mi por medio de aquel aparato. Aquello era como si me llenaran de agua, y en efecto, así era.

Sentí como el agua llenaba mis intestinos llegando a mi estomago, incluso puedo jurar que llenaron mi esófago, con mi cabeza colgando hacia tras, me sentí mareada y con nauseas, sentía como si el agua quisiera salir por mis oídos y mi nariz  por mis ojos... Paranoica, comencé a moverme no quería que eso siguiera. Fui nalgueada tan fuerte que deje de moverme. Volvieron a mover algo en el tapón, alcé mi cara para intentar ver que hacían: Fugazmente los vi a los tras parados frente a mi intimidad, completamente al descubierto para ellos.

Uno de ellos, comenzó a pasar dos de sus dedos por mi conchita, los movía de abajo arriba recorriendo toda mi rajita. Sintiéndome muy enferma, cerré mis ojos con fuerza, lo que temía desde el comienzo estaba apunto de suceder. Sin embargo, abanderaron mi rajita, comenzaron a elevarme un poco con las cuerdas y poco a poco fueron alzando mas las cuerdas de mi espalda haciendo que quedara como si estuviera sentada con las piernas dobladas hacia los lados y completamente abierta, esto agudizó el dolor que sentía en mi ano. Entonces, tuve de frente a mis captores, eran tres: dos de ellos vestían pantalones de cuero, uno solo llevaba jean negro, sus botas eran de cuero y eran como las de los moteros, llevaban, los tres, mascaras de látex y guantes.  Quise suplicarles que dejaran todo esto, que no continuaran, que tuvieran piedad... pero la mordaza me lo impedía.

Dos de ellos se posicionaron, cada uno a un lado mío, vi que llevaban guantes hechos de terciopelo negro, el que estaba a mi derecha comenzó a tocarme el cuello, dándome caricias, al tiempo que el que estaba a mi izquierda, acariciaba mis pechos, me movía intentando alejarlos pero ellos se las arreglaban y me apretujaban, me tocaban buscando excitarme.  Pero me sentía mareada, entonces, sentí que el tercero, con un guante de látex azul tocaba mi vagina y llevo su mano al aparato que introdujeron en mi, lo movió y sentí que se cerró y en un jalón que me hizo aullar de dolor, lo saco, heces, liquido sucio y sangre salieron de mi.

Mientras esa agua drenaba de mi interior, los otros dos continuaban con sus caricias, que luego comenzaron a darme lametazos, mordiscos que aunque me rehusaba provocaban escalofríos en mi.

Mi malestar interno, a causa del agua fue cediendo, sin embargo, el mismo que retiró el aparato de mi, volvió acercarse con una manguera metálica con una regadera metaliza con punta aguda, como la de un lápiz, y la hundió en mi ano, y el aparato entro con facilidad, sin embargo fue inevitable no estremecerme y comenzaron a llenarme de agua nuevamente, y cuando comencé a hacer muecas de nauseas, el que sostenía la manguera comenzó a masturbar mi vagina, mi piel se erizo, entre resignación y malestar eche mi cabeza atrás buscando absorber aire, mis pezones estaban muy rígidos, duros, ellos mi lamían, me mordían, pasaban sus manos por mi piel y las cuerdas, sus guantes aterciopeladas provocaban escalofríos. Retiraron la manguera y nuevamente salio liquido sucio pero más limpio que el anterior y mientras este liquido se drenaba de mi interior, los hombres se retiraron y quien tenia la manguera comenzó a rociarme agua en todo el cuerpo, soltaron la trenza de mi cabello y comenzaron a mojarme desde la cabeza, el agua fría erizo mi piel y me dio frío.

al tener mi vagina a su merced, el que manejaba la manguera hizo que el chorro fuera mas potente que golpeaba, se agachó hasta tener mi vagina al nivel de su cara y comenzó a golpear con el chorro mi clítoris, mi raja, mi vagina completa,   oleadas de placer me hacia sentir, apesar de la incomoda posición; temblaba de placer y frío, los tres reían  burlonamente, incluso golpeaban mi ano adolorido, el agua lo acariciaba excitantemente...  eché mi cabeza hacia tras, sin explicación gemía y segundos más tarde experimente el primer orgasmo de mi vida.

Nota: Es mi primer relato en esta categoria... espero sus comentarios.

Saludos.-

@theflame_01