Secuestrada en la Mazmorra III

Continua la defloración y dominación.// Gracias por sus comentarios, disfruten la lectura.

Mis captores se reían de sus logros;

mi llanto era insaciable, crucificada

y con mis tobillos atados en cada muñeca, mis piernas hacían una dolorosa "V" exponiendo completamente mi culo y mi vagina, vagina que nunca había sido tomada por una verga,

vagina que nunca había sido masturbada...

Siendo una joven criada bajo doctrinas muy fuertes la sexualidad representaba un tabú y algo que por miedo relegue de mi. Engañada por quienes consideraba mis amigas, me quedé dormida en una playa mientras lloraba por descubrir el engaño y ser victima de las bromas de quienes estudiaban conmigo.... fui capturada y llevada una mazmorra en un lugar en donde, no importa cuan fuerte grite... nadie podrá escucharme, y mis miedos, angustias y dolores eran solo las distracción de quienes tomaban a merced mi cuerpo virgen.

A suertes, decidieron quien

tomaba mi boca dejando un sabor agrio, vaciando sus mieles en mi piel, un enmascarado de espalda pecosa

. Del mismo modo, se supo quien, con su verga abriría mi culo al placer desconocido y quien no dudo en explorar mi boca con su pija, era tan blanco como la nieve y poseía los brazos mas fornidos.

Ahora, era el turno de desvirgar mi vagina, mi deseo de cerrar las piernas provocaba reflejos dolorosamente involuntarios... Entonces, unas manos, tan oscuras como el ópalo, se apoyaron sobre

mis femorales, vi su sonrisa maldita, amplia y blanca, atreves de su mascara de cuero pude ver sus ojos mirar con morbo mi intimidad, con pesadez deslizo sus manos hasta mi entrepierna y con sus pulgares e

xtendió la entrada de mi vagina, dejando ver así mi himen, los tres hombres se deleitaron viéndolo durante unos segundos; después, colocó su glande sobre mi himen, y abriendo nuevamente mi entrada, dejando ver mejor la mem

brana... empujó fuertemente, arrebatándome un grito de dolor, mi virginidad había sido acabada sin dilatación, sin preparación.

Mi corazón latía con tal rapidez que sentía podría detenerse en cualquier instante, mi llanto era mas ruidoso, pero el mismo desvirgado

, saco lo poco que penetro de su pene

en mi (el cual parecía ser mucho) bordeo la mesilla en donde me encontraba, me sostuvo la barbilla y enterró su glande y buena parte de su verga en mi boca, dejándole a mi paladar el sabor de mi sangre y fluidos.

Uno de los otros dos violadores, aprovecho que mi desvirgado

vaginal buscaba placer con mi boca, comenzó a hundir su glande en mi conchita lastimada, la metía unos pocos centímetros lentamente y la sacaba rápido. Sentía con dolor como esa pija se abría paso en mi estreches y salía rápidamente. Y cuando este se cansó se turnó con el que estaba en mi boca y comenzó a meter su pija en mi boca, apartando al de piel negra. E

l tercer captor, comenzó hacer lo mismo, con el agregado de hundir también parte de su pene en mi ano, intercalando cada penetrada en cada hueco. al turnarse nuevamente, este metió en un rápido movimiento su verga en mi boca llevándola completamente dentro hasta mi garganta provocándome

arcadas

y dolor,  pues era el de la pija mas pequeña y cabía completa, sin impórtale su yo podía respirar o no, comenzó a follar mi garganta dejando los sabores de mis fluidos en mi boca, golpeando mi cara con sus huevos; acabando en mi garganta hundiéndola lo más que podía, y aprontando mis senos como si se trataban de un par

de frutos al cual pretendía sacarle todo el jugo.

A

l retirar su verga, pude respirar mejor, pero mi reacción solo fue toser, pues teniendo la boca abierta con

los ganchos en mi boca, no podía cerrarla ni para tragar, ni para escupir. Pero eso no les importaba en lo absoluto. Sin darme oportunidad de recuperarme, sentí nuevamente unas manos grandes en mis femorales, y pude ver que era del chico de color quien ahora hundía dos de sus dedos en mi vagina,

los hund

í

a

y los sacaba

a su anto

jo

hasta aburrase de esto; tomó su pija, la frotó para endurecerla y la hundió en mi concha

del modo más tosco que pudo lograr, en un empujón y dolorosamente pues aquella pija negra, larga y gruesa penetró mi estreches rasgando mis paredes, por primera vez sentía en mi una completa verga caliente, palpitante, chocando en mi coño. se quedó quieto disfrutando el momento de tener

su verga envuelta en una apretada vagina; saco solo unos pocos centímetros y volvió a

hundirla con fuerza, golpeando con su glande lo más profundo de mi intimidad, volvió a repetir el movimiento y

poco a poco fue aumentado la frecuencia, la fricción hacia arder mi interior y mis labios vaginales, sentía humedad y dolor, ardor y calor, gritaba y lloraba quería que parar pero no lo hizo hasta que su verga derramó dentro de mi dejándome mojada, cuando saco su verga sentía como su semen se derramaba fuera de mi concha.

Como sus compañeros, también llevó su verga a mi boca, llena de mi y de su semen, el sabor no era agradable y me provoco nauseas, metió su verga, incluso invadiendo mi garganta,  me follo la boca como me folló la

chochita

, acabando dentro nuevamente y retirándose con algarabía y festejo; dejándome adolorida y con la boca llena de semen.

El más alto de los chicos blancos se acercó con una cámara y me tomó fotografías. Abrieron una botella de licor derramaron parte sobre mi haciendo arder

mi zona intima desvirgada y bebieron.

Cuando acabaron de celebrar, desataron mis tobillos de mis muñecas y me desataron de la mesilla,

me lanzaron al suelo como un bulto sucio golpeándome la cara, pues mis brazos atados al tubo me impidió detener la caída con mis manos; el golpe fue muy fuerte, incluso comencé a sangrar, pero esto era algo de nulo interés para mis captores; mis piernas estaban acalambradas

, mi entrepierna ardía y dolía, mi espalda estaba destruida, mi cuello estaba muy solido también, debido a que el golpe y todo el malestar de mi cuerpo

estaba muy desorientada y débil, así que sin esfuerzo, me quitaron el tubo de mis brazos que también estaban rígidos como mis piernas jalándome por los cabellos, arrastrándome por el suelo, sin darme oportunidad de levantarme, me echaron dentro

de la jaula. al cerrar la puerta me acercaron dos recipientes para perros: uno lleno de comida para canes y otros con agua.

Me abracé a mis piernas y comencé a llorar

.