Secretos y familia 1
Sebastián comienza a conocer mejor la familia de su padre y mas que nada va descubriendo su sexualidad
SECRETOS Y FAMILIA 1
Las clases de Alejandro
Sebastián un joven de veinticuatro años, es médico veterinario y actualmente se hace cargo del rancho ganadero de su padre Raúl . su madre se juntó con Raúl cuando ella tenía dieciocho años y Raúl veinticuatro años, Raquel la madre de Sebastián no pensaba casarse con Raúl, ya que él no es guapo “se describe en el desarrollo del relato”, Raquel anduvo con él por conveniencia, ya que Raúl al ser el hijo de don Manuel el dueño de un rancho ganadero y dueño de varias carnicerías, las mujeres que seguían a Raúl solo lo hacían por su posición económica más no por ser un galán, una de esas mujeres fue Raquel, y aunque ella no tenía intenciones de casarse con Raúl, después de una noche de pación y sexo, resultó embarazada, así que se tuvo que casar con Raúl.
después de seis años la pareja se separa, Raquel se mudó a la ciudad y a los tres años se volvió a casar con Sergio que se encargó de hacerle la vida imposible a Sebastián, el único escape de Sebastián era irse algunos fines de semana y en vacaciones al rancho de su padre, en el rancho quien se hacían cargo de Sebastián eran sus abuelos, Raúl era el encargado de los castigos de Sebastián, la relación entre ellos dos era como la de un general con un novato.
a sus once años a Sebastián no le gustaba ir a misa de domingo, pero aun así su madre lo obligaba a ir, un domingo que su madre sus dos hermanos y el fueron a misa, Sebastián logra escapar de la vista de su madre y sale de la iglesia en dirección a su casa, cuando llega a su casa ve que la puerta de la entrada está abierta, así que decide ser cuidadoso y entrar en silencio ya que si Sergio su padrastro lo llega a ver lo delatara con su madre, y así Sergio tendrá una excusa más para que sea castigado, Sebastián entra a la casa con cuidado para recoger el celular que Raúl le diera al cumplir los diez años, cuando Sebastián sale para ir en busca de su amigo Jaime escucha quejidos de la voz de una mujer, Sebastián va a investigar de que se trata, al acercarse se da cuenta de que esos extraños ruidos provienen de la habitación de su madre, sin ser visto se asoma un poco y ve que Sergio está teniendo sexo con la vecina, confundido y conmocionado no sabe cómo reaccionar pero toma su celular toma un video y algunas fotos de aquella escena, pensando en usarlo como prueba cunado se necesitara, ya que la relación entre Sergio y Sebastián no es nada buena, pues Sergio siempre ha tratado de convencer a Raquel para que lo saque para siempre de su vida, Sebastián sale de la casa con mucho cuidado, pero en su cabeza esta aquella escena de sexo, más que nada el haber visto la verga de un hombre por primera vez.
Sebastián permaneció callado y en espera de que Sergio quisiera hacer algo en su contra y el revelaría las fotos y el video a su madre, esa semana cuido del celular como nunca, Sebastián es inteligente y estratégico así que decidió permanecer al margen, y no dar motivos a Sergio para que su mama lo castigue, si permanecía así ganaría tiempo para pensar que hacer con lo que tenía gravado, la semana paso sin ningún problema.
Sebastián estaba ansioso por que llegara el viernes ya que ese fin lo pasaría en el rancho con la familia de su papa, llego el viernes y después de salir de clases se preparó para esperar la llegada de Raúl, se dieron las cinco de la tarde y llego Raúl, Sebastián bajo en seguida con sus cosas y se subió al carro, espero por un momento sentado en la camioneta de Raúl, de pronto llego Raúl saludo a su hijo y se pusieron en marcha, ya en el camino Raúl se puso a platicar con si hijo.
- Raúl; ¿Como te has portado Sebastián? Tu madre me dio algunas quejas y sabes lo que pasa cuando no haces lo correcto, habrá consecuencias. – dijo a su hijo con su voz grave y una mirada inquisitiva y fulminante
- Sebastián; pues me he portado un poco mal con mis hermanos y Sergio, sé que hago mal no ser considerado con mis hermanos, pero Sergio siempre me hace menos que a sus hijos, y pues yo exploto. – respondió su voz fue de triste y temerosa, agacho su cabeza y encogió los hombros, y se vino a su mente la primera vez que Raúl le pego, cuando niño al estar jugando con sus primas con las muñecas, Raúl le grito y le puso tres cintarazos, siempre le decía que las cosas de niña eran para las niñas y las de niño para niño.
- Raúl; mira Sebastián tienes que ser más paciente y aguantar un poco por tu bien, sé que no te trata bien ese imbécil, no te dejes que te maltrate, pero trata de no hacerle caso a sus provocaciones.
- Sebastián; Esta bien, papa tratare de no hacerle caso a sus provocaciones, valla por fin llegamos -aquella mirad de tristeza se volvió de alegría corrió a abrazar a sus abuelos.
Al día siguiente Sebastián se dirige a la casa del capataz para encontrarse con sus amigos, Alejandro y Rolando hijos de José. Encontró que solo estaba Alejandro y que Damián el más chico había ido al pueblo a comprar víveres con su madre, así que Alejandro y Sebastián se dirigieron a un arroyo que está cerca de la casa, en medio del arroyo existe un árbol grande con raíces huecas que sirven como escondite, Sebastián y Alejandro se metieron entre las raíces del árbol y se sentaron quedado ocultos de las miradas.
- Alejandro; ¿Sebastián a ti ya se te para tu pito? – pregunto Alejandro con la mirada clavada en Sebastián y masturbándose.
- Sebastián; Si, seguido se me pone dura más en las mañanas o cuando veo cosas – las imágenes de Sergio teniendo sexo con la vecina pasaron por su mente,
- Alejandro; ¿La traes parada ahora? – pregunto Alejandro volteando para ver si Sebastián reaccionaba.
- Sebastián; no. esta normal - la respuesta fue en seco, y tenía un poco de nervios por la plática que estaban teniendo, ya que era la primera vez que tenía ese tipo de conversación entre ellos.
- Alejandro; te enseño algo que me enseñaron en me colegio – alejando cada vez tenía más interés en ver la erección de Sebastián.
- Sebastián; ¿qué fue lo que te enseñaron? – pregunto con interés Sebastián.
- Alejandro; Saca tu pito – Alejandro no dejaba de ver a Sebastián
- Sebastián; listo – Sebastián saco su pene que ya se estaba poniendo algo duro.
- Alejandro; de todo lo que hagamos no digas nada a nadie, ¿porque si le dices alguien nos va a ir mal de acuerdo? – sentencio Alejandro muy serio, pero con mucho interés.
- Sebastián; Si está bien no diré nada, - por primera vez Sebastián sentía nervios, miedo y ansiedad a la misma vez.
Alejandro agarro el pene se Sebastián y poco a poco lo masturbaba, de pronto Alejandro comienza a chuparle el pene a Sebastián. la sensación de Sebastián al sentir aquellas mamadas de Alejandro hizo que comenzara a sacudirse leve mente y sintió como algo salía de su pene, después de eso no supo que era aquella sensación, fue una serie de sensaciones como cansancio, relajación, vergüenza, miedo y desagrado a ser tocado por Alejandro, se separó de Alejandro y vio como su amigo aún seguía masturbándose.
- Alejandro; Ahora te toca a ti hacer lo mismo – Alejandro se volvió a acercar a Sebastián
Sebastián no sentía ganas de hacer lo que Alejandro le había hecho, pero se la agarro y me la metió a la boca y se la chupo, sin embargo, le dio asco y el saco de su boca, vio que Alejandro se la agarro y se masturbo le salió un líquido trasparente, y después se le fue haciendo más pequeña. después salieron de ahí jugaron un a rato en el arroyo y ya casi a la hora de comer, cada uno se fue a su casa
Sebastián al sentirse seguro se olvidó del celular, pero a la hora de la comida se acordó del celular y volvieron aquellos pensamientos y con eso una pequeña erección, trato de calmarse y dejar de pensar en ellos, el resto de la tarde se la paso con su abuela ayudándola a limpiar el coral de las aves y de los borregos, los lasos de Sebastián eran más grandes con sus abuelos que con su padre y su tío Manuel, tanto Manuel como Raúl eran solteros y Vivian en la casa del rancho, una casa grande con varias habitaciones. Cuando elena y Sebastián terminaron de limpiar los corrales, dar comida y agua, Elena la abuela de Sebastián lo mando a bañarse, Sebastián subió a su habitación para preparar su ropa y poder bañarse, la habitación de Sebastián estaba al lado de la de su padre, pero su habitación no tenía baño así que tenía que salir al baño del piso superior, después de haberse bañado se metió a su habitación y volvió a pensar en los videos y fotos de Sergio, poco después de pensar que hacer con el video y las fotos, cuando escucho que Raúl había llegado a casa, así que pensó en pedirle una computadora, así que corrió a hablar con su padre.
- Sebastián; Papa espera, oye ¿papa me compras una computadora? – Sebastián miro a su padre con ilusión esperando una respuesta positiva.
- Raúl; ¿Qué dices Sebastián estás loco? tu aun no necesitas una computadora espera que me bañe y hablamos – el tono de Raúl fue serio y de cansado.
- Sebastián; Esta bien papa esperare a que te bañes – sus esperanzas se desvanecieron, pero se puso a pensar en cómo hacer para convencerlo.
- Tío Manuel; Valla que el niño llorón quiere un nuevo regalo – entro en la conversación su tío Manuel haciendo burla de Sebastián que seguía de pie afuera de la habitación de su padre.
- Raúl; Vamos Sebastián entra – anuncio su padre después de un rato dando permiso a Sebastián para que entrara.
- Sebastián; Gracias papa, - dijo Sebastián entrando a la habitación de su papa, pues pocas veces ha entrado en ella, ya que nadie entra sin el permiso de Raúl.
- Raúl; ¿Y dime Sebastián por que necesitas una computadora? -pregunto Raúl con tono despreocupado y mirada inquisitiva.
- Sebastián; ¿A no sé, para guardar cosas? – a pesar de ser un niño inteligente y seguro cuando estaba con su padre Sebastián se sentía intimidado al igual que le pasaba con su tío.
- Raúl; ¿Guardar cosas? Vamos Sebastián no eres tonto y tampoco yo, se más inteligente, ¿qué quieres hacer con una computadora? - seguía en tono serio y su mirada penetrante en espera de un error.
- Sebastián; Lo que pasa es que tengo muchas fotos y videos que quiero conservar, pero la memoria de mi celular esta casi llena y me pesaría perderlos – la voz de Sebastián era nerviosa y algo débil,
- Raúl; Mira Sebastián me gustaría comprarte una pero no es correcto, aun no tienes la edad, pero aremos lo siguiente, podrás guardar lo que quieras en mi computadora, para eso cada uno tendrá su cuenta. ¿De acuerdo? – Raúl veía con inquietud y dudas a su hijo.
- Sebastián; Esta bien papa, gracias por darme permiso. ¿Puedo empezar de una vez? – pregunto Sebastián con su voz frágil y temerosa.
- Raúl; Nada más te advertiré una cosa, podrás usar la computadora solo con mi permiso y bajo mi vigilancia hasta que tengas edad o confié en ti – lo dijo en tono serio y viendo de frente a Sebastián.
Mientras Sebastián comenzó a trabajar en la computadora de su padre, Raúl se recostó en la cama, Sebastián creo una cuenta más en la misma computadora, guardo los documentos y algunas fotos de él y sus compañeros así como unas que tenía con su amigo Jaime, termino de guardar todo, le dijo a su padre que ya había terminado, agradeció y le dijo que se iría a su habitación, su padre se incorporó y ordeno Sebastián que se detuviera quería decirle unas cosas.
- Raúl; Mira Sebastián esta por demás decirte lo siguiente, si el uso que le das a ese aparato es para hacer cosas que no debes sabes lo que te espera, sabes que no me gusta meterme en tus cosas y no lo are ni ahora ni nunca hasta que tú quieras contarme, pero si haces algo mal habrá consecuencias. – la voz de Raúl era seria y calmada.
- Sebastián; No te preocupes papa no la usare para nada malo, solo guarde documentos y algunas fotos y videos que no quiero perder. – con sentimiento de cupa y algo avergonzado salió de la habitación de su papa.
Sebastián se fue a dormir después de la cena, al día siguiente fue en busca de sus amigos los hijos de José, Alejandro y Damián que acababan de llegar del pueblo, jugando toda la tarde con sus amigos se pasó el día muy rápido, ya de regreso a la casa de sus abuelos su padre ya lo esperaba para poder regresar a la casa de su madre, por el camino fue en silencio escuchando música y las paticas de su padre sobre la vida del rancho, cuando por fin llegaron a la casa con su mama, Sebastián se despidió de su padre y le pregunto si el próximo fin de semana volvería por él.
- Raúl; hijo qué más quisiera que cada semana estuvieras con tus abuelos, yo poco tiempo paso a tu lado, pero en cambio tus abuelos quisieran que cada semana estuvieras allá, pero me gustaría que esto lo hablaras con tu mama ya que ella no quiere que cada semana estés yendo al rancho. – con una vos calmada y aun que grave se escuchaba muy suave.
- Sebastián; Que te parece si me voy a vivir al rancho yo sería feliz estando con mis abuelos. – el brillo en sus ojos y la alegría de su cara era una sensación de emociones de solo pensarlo
- Raúl; Eso hijo, sería bueno y qué más quisiéramos que vivieras allá pero tu madre no lo permitiría. – Raúl se puso serio y un poco triste ya que cuando se separó de su esposa el acuerdo fue que no iría cada ocho días a con su padre y abuelos.
- Sebastián; Bueno papa hablare con mama y te espero aquí en quince días les dices a mis abuelos que los quiero – camino a la puerta donde esperaba Raquel a que entrara.
- Raquel; ¿Sebastián que tanto hacías con tu padre que no te bastaron esos dos días en el asqueroso rancho? – mientras preguntaba a su hijo Raquel hacia gestos de asco arrugando su nariz y entre cerrando los ojos.
- Sebastián; hablamos de que quiero irme a vivir con mis abuelos, y por qué no puedo ir a con ellos cada fin de semana. – le contesto a Raquel con altanería, y a diferencia de cuando hablaba con su padre con su madre no se sentía intimidado al contrario se sentía desafiante
- Raquel; Irte a vivir a ese rancho lleno de mierda de animales, valla hijo aquí vives mejor no ay animales y malos olores. – Raquel hacia burla y gestos de que era asqueroso vivir ahí.
- Sebastián; Pues aquí no es la excepción también vivo con un animal, y a decir verdad prefiero vivir con un cerdo que con el animal que vivo aquí, - desafiante y sarcástico Sebastián devolvió el comentario de mal gusto a su madre.
- Raquel; No cabe duda de que cada vez que te vas con tu padre regresas más altanero y engreído, creo que será mejor que ya no vallas. – la risa que en un momento tenia se desapareció volviendo un tono de ira.
- Sebastián; Eso jamás no soportaría vivir aquí en esta prisión, hoy no tengo hambre cenen sin mí. – subió a su habitación después de saludar a sus hermanos, se dio un baño y se fue a dormir.
Al día siguiente fue a clase donde se encontró con su amigo Jaime y sus demás compañeros, Sebastián le confiaba todo a Jaime ya que era su mejor amigo, cuando salió del colegio Sebastián llamo a su madre para pedirle permiso y así quedarse en la casa de su amigo Jaime, su mama dijo que sí, pero con la condición de que regresara temprano a casa, al llegar a la casa de Jaime entraron y estaba sola así que pregunto Sebastián ¿dónde están todos?
- Jaime; Mi papa está trabajando, mi mama fue con su hermana a ver a mi primo que nació ayer, ¿Sebastián quieres comer mi mama dejo algo de comida? -pregunto Jaime con despreocupación.
- Sebastián; Esta bien comemos y después a jugar un rato. Contesto con alegría y frotándose las manos.
- Jaime; Nada de eso, antes de jugar me vas a contar lo extraño que te paso estando en el rancho de tu padre. – lanzando una mirada inquisitiva.
- Sebastián; Bueno lo hare, pero prométeme que no le dirás a nadie pues me daría vergüenza que se enteren de esto. – el tono de su voz fue bajo y nervioso.
- Jaime; Esta bien no le diré a nadie lo prometo.
Terminaron de comer y Sebastián le conto primero sobre el video y las fotos de Sergio, y después lo sucedido en el arroyo con Alejandro. Sebastián se sentía avergonzado de haberle contado todo a su amigo Jaime, pero sintió que, hacia lo correcto, cuando levanto la mirara para ver la respuesta de Jaime, vio que Jaime estaba asombrado y atento a lo que le termino de decir, Jaime le pidió ver el video, Sebastián le mostro el video, y cuando Jaime termino de verlo, Jaime pregunto a Sebastián que haría con esas fotos y video, Sebastián dijo que los guardo para cuando fuera necesario.
- Jaime; ¿Sebastián te gustaría volver hacer lo que hiciste con tu amigo Alejandro? – Jaime se mostró interesado.
- Sebastián; Pues quizás sí, pero no sé si fue solo por ese momento o será algo que se repita. – bajo la mirada al sentir algo de vergüenza
- Jaime; ¿Y te gusto cuando lo hicieron? -Jaime se estaba mostrando más interesado y ansioso.
- Sebastián; La verdad es que, si me gusto, y me gustaría repetirlo, pero eso será hasta cuando regrese y si es que se puede y Alejandro lo quiera volver a hacer. – la preocupación se dibujó en su cara al igual que la vergüenza.
- Jaime; ¿Y si tú me lo haces a mí? – Jaime veía a Sebastián con interés.
- Sebastián; ¿Te gustaría que lo hiciera? – pregunto incrédulo.
- Jaime; Claro me gustaría saber que se siente que te la chupen. – se mostraba ansioso.
- Sebastián; Está bien lo hare, pero no se lo digas a nadie por favor. -Sebastián deseaba hacerlo de nuevo.
- Jaime; Claro que no se lo diré a nadie. – mientras intento sacar su pene.
- Sebastián; Espera yo lo hare. – se mostró con algo de miedo, pero emocionado.
Sebastián; lleve mis manos a la bragueta de Jaime y desabotone su pantalón baje el cierre, mis manos temblaban me sentía nervioso pero quería volver a hacerlo, retire su bóxer y su verga un poco más grande que la mía estaba ya parada, se la agarre y le empecé a hacer una paja y Jaime elevaba su pelvis tirándose en el sofá quedando casi recto su cuerpo, no emitía sonido alguno, la metí a mi boca y se la empecé a chupar un poco de pronto dejo escapar un gemido, Jaime agarro mi cabeza y la empujaba conta el, le di más de prisa tal como me lo hiso Alejandro de pronto me la saco y salió un líquido blanquecino de su pene, se lo guardo y se quedó callado un rato, después de eso Jaime me dijo que sería un secreto y que se sentía muy bien que era mejor que una puñeta.
espero que este relato les guste espero en la segunda parte poder entregarles más ya que este esta un poco escaso de sexo pero es algo asi como l presentacion de un relato algo largo.