Secretos Encontrados 3

Después de lo del baño Lara se arrepiente de lo ocurrido, esto provoca un distanciamiento hasta que un accidente los vuelve a unir.

Mientras me vestía me di cuenta que lo que había pasado en el baño, no tendría porque haber sucedido, aquello no estaba bien, por más atracción que hubiese.

Aún así tampoco podía dejar de pensar en cómo su boca se unía a la mía y en el sabor de sus labios, como sus manos me habían acariciado y me había hecho llegar al éxtasis, creí que sentiría lo mismo que cuando lo intentamos con Jorge pero había sido todo más intenso, las sensaciones, las emociones, todo estaba a flor de piel y cuando me penetro con sus dedos… por un momento creí que seria capaz de rozar el cielo con la punta de mis dedos.

Por fin acabe de vestirme y Juan había dejado de aporrear la puerta, aunque sus últimas palabras aun resonaban en mi cabeza:

“¡¡Enana, dentro de un rato tendrás que salir, recuerda nuestra excursión, no podrás huir de mi eternamente cerrando puertas, tenemos una conversación pendiente, no puedes dejarme fuera de tu vida, nunca podrás!! ¿Me oyes Enana?”

Y se suponía que teníamos que pasar el día juntos… de eso nada, si lo podía evitar lo iba a evitar, aunque me costara una buena bronca por parte de mis padres. Aunque igual se lo veían venir después de la discusión que habíamos tenido mi madre y yo el día anterior por lo de nuestra ida al centro comercial.

Así que no me lo pensé ni dos veces, Juan aun debía estar vistiéndose, así que agarré mi bolso, el paraguas y sin hacer ruido salí de casa a hurtadillas, en vez de dirigirme a la estación, me dirigí a casa de Jorge, no estaba más que a dos manzanas de la mía. Para cerciorarme que estaba en casa le llame al móvil.

-Vamos Jorge… “bip”, coge el puto teléfono…”bip”, vamos…

-¿Si?, ¿Diga?

-Jorge cariño, dime que aun no has salido de casa por favor

-Lara ¿Qué pasa?-  me dijo preocupado

-¿Estas en casa?

-Sí, estaba a punto de salir ¿Qué pasa?

-Me dirijo hacia allí, estoy a punto de llegar, por favor espérame allí, y te cuento…

-Lara me estas asustando.

-En un minuto te cuento todo.

Cuando llegue a casa de Jorge no me hizo falta llamar al timbre, el estaba en la puerta esperándome, y yo nada más verlo corrí a su lado, me abrace a él y rompí a llorar.

-Jorge, he hecho algo horrible, doy asco, como he podido…

-Lara, por favor, cuéntame que pasa, me estas asustando. Ven vamos adentro y me cuentas.

Me quito e bolso y el paraguas y los puso sobre el mueble del recibidor, después me acompaño hasta el sofá y nos sentamos.

-Lara- me dijo ofreciéndome un pañuelo- cuéntame que ha pasado

-Veras… no sé ni cómo empezar

-Muy fácil, por el principio, sabes que me tienes aquí para todo, no te voy a juzgar.

-Esta mañana mientras me duchaba ha entrado Juan en el baño.

-Bueno es normal, vivís juntos, algún día tenía que pasar…

-Si eso ya sé que es normal, pero es que…

-¿Qué, Lara, por Dios?- me dijo ya impaciente.

-Pues que se ha metido en la ducha conmigo.

-O Dios que creo que se cómo terminará esto…

-¿Qué?- le dije extrañada.

-Lara no te hagas la tonta que nos conocemos, hace unos días te lo pregunte y me lo negaste bueno más bien pásate de mi cara, pero de un tiempo a esta parte tu relación con tu hermano no ha sido muy fraternal que digamos, parecéis mas una pareja mal avenida que hermanos la verdad, y déjame acabar -me dijo al ver que iba a interrumpirle -Os miráis cada vez que pensáis que nadie os está mirando, y es una mirada por la que más de uno mataría, os ponéis celosos el uno del otro, e incluso os tocáis sin daros cuenta como si no soportaseis inconscientemente la separación física, y siempre estáis pensando en el otro cuando no está cerca.

-Creo que estas desvariando… - le dije tratando de quitarle importancia.

-¿A si? Vaya… ¿Así que me vas a decir que os habéis duchado juntos y no ha pasado nada más no?

-Sí que ha pasado…

-¿Y qué es exactamente lo que ha pasado?

Le conté todo, no con pelos y señales pero si lo que habíamos hecho, la verdad que después de contarlo me quite un peso de encima, pero la cara de Jorge no me ayudo a tranquilizarme mucho.

-Lara, ahora ¿Qué vas a hacer?

-No lo se

De repente me llego un whatsapp

-“Enana ¿Donde narices estas?, he entrado en tu cuarto y ya no estabas, y te has llevado el bolso así que dime ahora mismo donde estas, espero que no estés con Jorge, porque te juro que lo mato”

-Dios mío Jorge se ha vuelto loco -fue lo que dije después de leer el mensaje y enseñárselo a Jorge.

-Loco por ti dirás, creo que lo mejor es que le contestes.

Y eso mismo es lo que hice lo mejor era contestarle, y tratar de apaciguar las cosas

-“Juan, si estoy con Jorge, ya te dije que nos iríamos al centro comercial, sobre lo que ha pasado esta mañana… no se quizás debemos olvidarlo”

-“¡¡Olvidarlo!!, ¿Crees que puedo olvidar tus besos, tus caricias, como me suplicabas que no parase, lo caliente y húmeda que estabas como te corrías con mis dedos dentro de ti gritando mi nombre? ¿Eso quieres que olvidemos?

-“Creo que será lo mejor, tu estas con Sonia y lo nuestro es imposible”

-“Esta bien Lara, si eso es lo que quieres es lo que tendrás, pero olvídate de mi, y de que existo, ni me hables, en casa aparentare normalidad por papá y mamá pero se acabo, no quieres nada, estupendo, pero a partir de ahora no somos nada, ni siquiera hermanos, hasta nunca”

No podía creer lo que me había mandado, estaba muy enfadado incluso a distancia podía notarlo, y lo había perdido ya no había nada entre nosotros, ¿Cómo nos habíamos metido en esto? ¿Por qué todo era tan complicado? Le enseñe a Jorge el último mensaje que Juan me había mandado, y me eche a llorar.

Un mes más tarde

Pensé que si le daba a mi hermano un espacio después de la discusión todo volvería a su lugar, pero nada de eso paso.

Fuimos al centro comercial aquel día, y Jorge conoció a Iván. Iván era un chico muy corriente, moreno de ojos castaños, un poco más alto que yo, y la verdad no podía ser mejor persona, como habréis intuido Iván y Jorge quedaron a la semana siguiente ellos solos, y bueno que decir... se habían hecho pareja.

Mi relación con Sonia se resintió y la verdad es que ahora apenas nos hablábamos, ella y mi hermano se había hecho uña y carne, no se separaban apenas, y como Juan no me hablaba, en consecuencia, Sonia tampoco lo hacía.

La verdad es que siempre había tenido a Juan, Sonia y Jorge y ahora, no tenía a nadie, es cierto que Jorge me hacía mucha compañía entre semana e íbamos todos los días juntos al instituto en el urbano, ya que Juan les dijo a mis padres que como Sonia y el eran pareja era normal que la llevara a ella en moto, y ellos optaron por dejarle esa libertad y dejarme ir a mí en bus.

Lo peor eran los fines de semana, Juan se iba a ver a Iván, a escondidas de todos obviamente, a veces yo iba con él y me entretenía por la ciudad mientras ellos estaban juntos, paseando o mirando cosas, mis padres me echaron la bronca por creer que estaba con él pero la cosa no fue a más. Pero los fines de semana que no iba estaba sola, en casa, ya que Juan se iba con Sonia y no hablábamos más que cuando mis padres estaban delante y con monosílabos, yo intentaba hablar más con él al principio pero él se cerraba en banda así que al final deje de intentarlo.

Nunca habíamos estado tanto tiempo separados, sin hablar, y lo peor no era el no hablar sino el vivir bajo el mismo techo, cruzármelo por los pasillos y que se apartase, que me girase la cara, que incluso no soportase sentarse a mi lado a ver la tv.

Mis padres supusieron que nos habíamos separado debido a nuestras parejas y cuando me lo comentaron no lo desmentí, preferí que creyeran lo que quisieran, era mas cómodo para todos, y las preguntas dejaron de hacerse.

Mi vida ahora se basaba en ir al instituto, estudiar y poco más, la verdad es que no como mucho, y mi madre andaba algo preocupada pero es que no tengo ni hambre pero supongo que todo es darle tiempo.

Por fin había llegado el sábado, y bueno Jorge no estaba así que me quede en casa, mi madre me había dicho que ella y mi padre se iban a hacer la compra semanal así que estaba sola en casa, o eso creía porque de repente se abrió la puerta.

-Vamos entra- era la voz de mi hermano

-Pero… ¿Y tus padres?

-No están, me ha llamado mi madre hace un rato diciéndome que se iba a la compra

-¿Y tu hermana? –pregunto Sonia intrigada.

-Mi hermana nada, te he dicho que en mi presencia ni la nombres.

-Está bien, pero ella…

Harta de que hablaran de mi como si no estuviera decidí interrumpir.

-Hola Sonia, tranquila que la hermana no molestara, y se va a su cuarto.

-Lara. Veras, nosotros…

-No tienes que darme explicaciones que obviamente no te he pedido, haced lo que queráis, ya somos mayorcitos todos como para ponernos rojos con esta situación ¿No crees?, además y dada tu falta de comunicación conmigo este último mes, no debes preocuparte mucho por mi bien estar

-No hables así a Sonia te recuerdo que es MI novia.

-Ahhhh… si es cierto, perdón debe ser que en algún momento he recordado que antes éramos amigas… se me ha debido de ir la olla no volverá a pasar.

-Lara…- me dijo enfadado

-¿Si? -le dije con una falsa sonrisa.

No me contesto, cogió a Sonia del brazo y se encerraron en su cuarto, es obvio lo que hicieron dentro, y no solo porque fueran pareja sino porque con los gritos de una y los gemidos del otro dejaron bien claro lo que estaban haciendo tanto a mí como a todo el vecindario.

Yo me encerré en mi cuarto y me puse el mp3 a toda pastilla al menos si me tenía que quedar sorda que fuese escuchando música y no a mi hermano y a Sonia follando.

Cuando estaba a punto de quedarme dormida, de repente me llamaron al móvil.

-¿Hablo con la señorita Lara Rodríguez? – me dijo una voz de chica que yo no conocía.

-Si… ¿Quién habla?

-Verá, la llamo desde el Hospital Nuestra señora del perpetuo socorro

-¿Y en que la puedo ayudar? –pregunte extrañada.

-¿Conoce usted al señor Jorge Aguilar?

-Sí, ¿Qué ocurre? –empecé a temerme lo peor.

-Vera, esta tarde han llegado dos heridos de arma blanca a nuestro hospital, ambos bastante graves uno de ellos, antes de desmayarse pronunciaba su nombre así que después de contactar con los padres, yo he decidido llamara a usted.

  • Dios mío, ¿Está bien? No me diga que ha muerto por favor. –pregunte asustada.

-Ahora mismo está en quirófano junto con el otro joven, ambos han sido atacados por lo que tengo entendido.

-Yo… esto… gracias, iré allí en cuanto me sea posible, es que Jorge no es de allí ¿sabe?, entonces me va a ser un poco difícil llegar, pero estaré allí en cuanto pueda. Si se despierta… podría usted…

-No creo que despierte aun, están en quirófano como ya le he dicho, de todas maneras, si el despierta tranquila le diré que está en camino.

-Muchas gracias.

La mujer del hospital me colgó y justo en ese momento me empecé a marear, cuando salí de mi habitación corriendo al lavabo me cruce con Sonia que salía de la habitación de mi hermano.

Cuando llegue al baño, intente refrescarme pero no era suficiente, el estomago lo tenía revuelto. Sonia me había seguido hasta allí.

-Lara ¿Estás bien? No me asustes ¿Qué te pasa?

Yo no sabía qué hacer, y empecé a llorar agachada frente al lavabo.

-Lara voy a llamar a tu hermano, esta acabándose de vestir.

-¡No! Déjale y déjame en paz, es lo mejor.

Pero mientras yo le contestaba ella ya se estaba yendo sin hacerme caso. Al minuto entro otra vez seguida de mi hermano.

-¿A ver qué le pasa a la niña ahora? –dijo mi hermano de manera despectiva

-Nada, no me pasa nada, solo que Sonia no sabe escuchar, te dije que no le llamaras y que me dejaras en paz.

-Ves no le pasa nada Sonia, venga vámonos, y dejémosla aquí.

Yo me dirigí a mi habitación y en diez minutos me había cambiado, había cogido dinero para el billete, el móvil y las llaves. Justo cuando acababa de coger mis cosas mi hermano se fue cruzándose con mis padres.

Cuando me disponía a irme mi madre me pregunto:

-¿Se puede saber dónde vas?

-Mamá… -No podía soportarlo y me eche a llorar en sus brazos

-Lara… ¿Qué pasa? Me estas asustando

-Mamá ha pasado algo horrible…

-¿Qué?

-Jorge… ha Jorge…

-¿Qué pasa? ¿Te ha dejado? Te dije que no era…

-Mamá no es eso, Jorge es gay.

-¿Gay?

-Sí, yo, bueno el no quería que la gente lo supiera, porque aunque todo el mundo va de moderno, los “maricas” no acaban de gustar a todo el mundo, bueno pues él conoció a un chico en otra ciudad, de ahí que fuéramos tanto allí, yo era su tapadera, y bueno el chico y él se hicieron pareja. Hoy los han atacado y aun no sé bien el porqué pero están muy graves en el hospital, me han llamado hace un momento que estaban en quirófano.

-Bueno, no se hable más, ahora mismo te llevamos allí, será lo mejor.

-No, prefiero ir sola, de verdad, iré en metro así que no te preocupes, que no me pasara nada. Volveré con el último que salga para aquí.

Odio los hospitales, el olor, el silencio, las paredes blancas, la tristeza que hay… Jorge cuando llegue seguía en el quirófano, Iván había salido y por ahora seguía inconsciente. Por lo que me conto la enfermera, el ataque fue debido a la sexualidad de ambos, unos quisieron robar a un par de gays y ellos no se dejaron una cosa llevo a la otra, alguien llevaba una navaja y todo acabo muy mal.

Los padres de Jorge estaban allí, sus caras lo decían todo, me preguntaron el porqué de que no les dijera la verdad, porque no confiaba, porque yo había aceptado el engañar a todo el mundo… les conteste como pude lo mismo que les había dicho a mi madre, el porqué acepte es muy sencillo de contestar, porque le quiero y haría lo que fuese por protegerlo.

Mientras esperábamos a que Jorge saliera de la operación conecte mi mp3 con la música alta para que nada ni nadie me molestase, como ya he dicho esos sitios no me gustan y es la mejor manera para olvidar que estoy allí, cuando alguien se sentó a mi lado y me quito el auricular.

-Eres…

-Lara ¿Por qué no me contaste antes lo de Jorge? –era mi hermano

-¿Qué haces tú aquí?

-Yo he preguntado primero.

-Y yo segunda.

-Si, por eso mismo y por seguir un orden contéstame.

  • No lo sé, el me pidió que guardara el secreto y como no era mí secreto…

-Pero ese es un secreto muy grande, además te prestaste a que todo el mundo pensase que la relación había sido de verdad en todos los sentidos, cerraste puertas a otras relaciones, me engañaste y me mentiste…

-¿Y que querías? ¿Qué le dejase tirado? ¿Qué le obligase a “salir” del armario?

-Que me contases la verdad, últimamente parece que se nos da demasiado bien guardar secretos…

-Bueno y ahora tu ¿Qué haces aquí?

-Mamá me conto lo que había pasado, y que te habías venido para acá, me dijo que viniese porque debías estar muy mal, para que no estuvieses sola, y sé que este mes hemos estado distanciados pero sabes que me tienes aquí para lo que sea.

-¿Sabes qué echo de menos? – le dije agotada.

-¿Qué?

-A ti, echo de menos pasar tiempo contigo, estar contigo, hablar contigo, que me llames enana, te quiero mucho.

-Y yo a ti, pero nuestros amores son diferentes, y no puedo estar contigo sin pensar en ti de otra manera.

-Lo sé.

Después de eso nos quedamos callados, y a la media hora salió Jorge, estaba estable y había muchas esperanzas de que todo fuese bien, sus padres se quedaron con el por lo que Juan y yo decidimos volver  a casa. Cuando llegamos a la estación era ya muy tarde y no nos dio tiempo a coger el último metro, así que estábamos en una ciudad donde no conocíamos a nadie.

Juan llamo a mis padres, pero no cogían el teléfono, así que me sugirió ir a un hostal a pasar la noche, cuando llegamos al hostal cogimos una habitación doble, de estas con dos camas, justo al acabar de pagar nos llamo nuestra madre, Juan les comento lo que había pasado y bueno como ya habíamos pagado mis padres dijeron que nos quedásemos allí, y así por la mañana podríamos ir a ver a Jorge y volver a casa.

-Bueno ¿Qué cama quieres? – me dijo de manera distante.

-Me da igual ¿Tu?

-Me puedo quedar la de al lado de la ventana si quieres- me dijo mi hermano

-Ok, por mi bien ¿Tendremos que pedir algo de cena no? ¿O ir a algún lado?

  • Puedo llamar al Telepizza y nos traigan hasta la puerta la cena.

-Ok, si quieres mientras llamas bajo y espero la pizza y así pagamos.

-No, quédate aquí, ya bajo yo y la subo.

¿Cómo iba a poder estar toda la noche durmiendo al lado de la única persona que me había hecho sentir algo? No iba a poder, cada vez había más tensión y yo… yo en el fondo quería seguir con lo que empezamos hace un mes en la ducha, pero no podía ser, todo era muy complicado…Mi hermano aun no había subido así que me fui al baño a darme una ducha, justo cuando salía envuelta en la toalla entro mi hermano.

-Joder Lara… ten un poco de compasión ¿Quieres?

-No –aun no sé cómo pude decir eso.

-¿Cómo?

-He dicho que no – me acerque a mi hermano y le quite la pizza de las manos y la puse en una especia de mesa auxiliar –tienes razón, no quiero seguir engañándome, engañándonos, te quiero a ti, quiero acabar lo que hicimos en la ducha, te quiero a ti, encima de mí, quiero tus labios, quiero que me beses, que susurres mi nombre y que me hagas el amor, quiero que seas tú.

-Lara que dices, si esta tarde te arrepentías…

-No, esta tarde te decía que se supone que esto no puede pasar, pero yo te quiero y no solo como hermano sino como algo mas, y ya no quiero pararlo, no puedo frenar lo que siento, yo…

-Ven aquí

Me acerque a mi hermano, el me abrazo y me dio un beso en el cuello, después se separa cogió mi cara entre sus manos y me dijo:

-¿Estás segura Enana?

Me había vuelto a llamar Enana y sus ojos me volvían a mirar como lo había hecho siempre.

-Jamás he estado más segura en mi vida, siempre has sido tú, siempre serás tú.

Con aquella confesión me llevo hasta la cama y me recostó sobre las sabanas, mientras me miraba.

Continuará...

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