Secretos de una nena de clóset ... cuarta parte

Finalmente coloco la cereza del pastel a una noche de sexo, fiesta y algo más ...

Al ritmo de los Black Eyed Peas y con un vaso de Ginebra con agua tónica en la mano, estaba ahí parada con mis tacones de aguja, usando un mini vestido negro pegado y escotado tratando de copiar algunos pasos de Alejandra. El alcohol ayuda a que una se relaje y disfrute más la velada, estaba excitadísima por todo lo que estaba viviendo.

A pesar de todo, estaba un poco nerviosa porque no sabía si Ricardo (novio de Alejandra) me reconocería y eso me paniqueaba. Cabe señalar que él siempre decía que yo (como chico) me sentía atraído a Alejandra, lo cual era mentira porque más bien sentía envidia de ella y no ser ella, jajajaja. Entonces la relación entre él y yo era cortante/seca las 2 veces que nos habíamos visto. Todo cambia cuando llevas un vestido que apenas cubre tus nalgas y están paraditas a merced de cualquiera.

El antro estaba a reventar, gente bailando y saltando por doquier. Afortunadamente teníamos una mesa y eso aligeraba un poco el ajetreo de la gente. Estaba parada disfrutando la música y sosteniendo mi trago, pasaban meseros y chicos cerca de ahí porque estábamos relativamente más cerca del baño de hombres que de mujeres. Es curioso pero me encantaba eso porque siempre que un chico pasaba detrás de mí, pegaba su pene contra mis nalgas y algunas veces podía sentir la erección, otras tantas sentía un ligero roce con las manos y eso me excitaba. Una de esas personas fue Ricardo.

Mientras esperaba a que Fer se acercara a mí, y tratando de seducirlo a lo lejos, sentí una de esos arrimones de alguno de los chicos y de pronto escucho:

  • Perdón Daniela!

Me puse roja porque pensé que me habían descubierto, toda nerviosa, y siento una mano en la cintura mientras me hablan al oído:

  • Alejandra se fue al baño, no quieres ir con ella? Te estaba llamando pero no escuchabas y ya le andaba.

Era Ricardo diciéndomelo. Si supiera que el chico que usaba ese putivestido era amigo de Alejandra, se moriría jajajaja.

  • ¡Ay si! Deja la alcanzo. -respondí un poco coqueta-

Camino al baño de señoritas, había demasiada gente pero eso se prestaba para sentir las miradas de los hombres y uno que otro arrimón. Por fin llegué y la fila del baño era enorme, o sea, en verdad. Comprendí mucho a mis amigas cuando iban al baño y no entendía porqué se tardaban tanto jajaja. Alejandra afortunadamente estaba por entrar, me vio y me hizo una seña para que fuera con ella. Obvio las otras perras me mal miraron pero me daba igual.

  • Daniela! Te ves increíble, no mames. -dijo Ale ya un poco tomada-
  • Tú crees? Pero Fer ni se me acerca.
  • Güey! Cómo se te va a acercar si casi te lo coges cuando te saludó? jajajaja
  • Ush! Hice mal? O sea, él me dio un beso en el escote de la espalda.
  • No no, para nada pero seguro está nervioso. Lo que debes de hacer es acercarte y hablarle al oído mientras bailan y le vas pegando el cuerpo para que lo sienta y se le vaya parando.

Me sentía como cuando tomas lecciones en Harvard! jajaja Ale era buenísima en la seducción y seguro por algo lo decía. En el baño Ale y no entramos juntas al mismo, me pareció raro porque jamás lo había hecho y yo pensaba en esperarla afuera de la puerta. Al cerrar la puerta se levantó el vestido, bajó una tanga de encaje negro (casi como la mía), se sienta y me dice:

  • ¡No te preocupes! Eso hacen casi todas. Yo entro con alguien más porque así si me emborracho o algo, o me dan ganas de vomitar, me puedes ayudar. Tú tranquila! -dijo al ver toda mi cara de confusión-
  • Esteeee! Sip. -dije un poco apenada-

Estaba mirando hacia la puerta y de pronto siento que Ale me agarra las nalgas y me dice:

  • ¿Estás en tus días putita? O por qué el tampón? jajajaja

Me apenó un poco y me puse rojisima cuando me dijo:

  • ¡Ay tranquila! Así mejor porque cuando te vayas al hotel vas a estar toda limpia.

Cosa que no había pensado pero, tenía razón.

Salimos del baño (por fin), nos lavamos las manos y dimos un retoque. Al regresar a la mesa pondría en práctica todo lo que aprendí jajajaja. De vuelta a la mesa, y después de unas manoseadas que me dieron, por fin vi que Fer estaba platicando con Ricardo y al vernos como que comenzaron a reírse. Era mi oportunidad. Me acerqué a él lo más que pude, recargando mi escote en sus brazos, y le dije:

  • Me sirves otra please? Es que ya no tengo y tú no me quieres consentir.
  • Ay no Dani, claro que no. Lo que pasa es que me pusiste bien nervioso, jaja, yo todo seguro y de repente me ganaste en seguridad, pero ya se me pasa en cuanto te sirva algo. -dijo mientras me ponía la mano en las nalgas, esto iba por buen camino-
  • Aquí, tienes. Saluuud!

No estaba terminando de decirlo cuando ya lo estaba besando de nuevo jajajajaja. ¿Saben? Me sentía soñada por estar en un ambiente no gay y siendo una más de las mujercitas del lugar, esa sensación de sentirse admirada o morboseada o deseada es lo que me impulsó en mi vida a hacerlo más y más seguido. La noche fue maravillosa, bailamos, reímos, tomamos (cosa que no había hecho mucho) y era momento de irse. Ricardo estaba borrachisimo y él conducía, Alejandra vivía en el Sur de la CDMX y nos quedaba un poco retirado del lugar por lo que Fer se ofreció para manejar.

A eso de las 3:45 4-00 a.m. salimos y la gente entre borracha y su pedo, cada vez te hace menos caso así que lo de menos era que yo estuviera en putivestido. Pedimos el coche y Ale se dio cuenta de que había dejado un suéter por lo que tuvo que entrar de nuevo, no la acompañé porque ella me dijo que me quedara con su novio pensando que podría ayudar más. Fer se acercó al coche para recogerlo del Valet Parking y me dejó con Ricardo a escasos metros, de pronto Fer me agarra de las nalgas y me dice:

  • Qué buena te ves hoy mi amor! Voy a llegar a cogerte como te gusta princesa.

Me puse roja porque no sabía si me lo decía a mi (luego supe que no) o de plano me confundió con Alejandra. Deduje que me confundió porque segundos después me decía que sacara las llaves del coche que estaban en la bolsa de Alejandra y el coche ya estaba frente a nosotros, así que hice caso omiso a esa situación. Ale por fin salió del antro y, antes que nada, le dije:

  • ¡Güey! Tu hombre me acaba de agarrar las nalgas y me dijo que hoy me va a coger como me gusta. Sorry en verdad!
  • Ay pinche puta! -dijo Alejandra en un tono diferente- Y te gustó? -dijo ya riéndose-
  • ¿Cómo crees? Obvio no, o sea, me gusta que sean así de calientes pero es tu novio.
  • ¡Más te vale eh güey! jajajaja Puta, puta pero respeta jajajaja.

Como Fer iba a menjar, me tocó subirme en el asiento del co-piloto. Alejandra atrás trataba de despertar a Ricardo pero de lo borracho que estaba ya no podía ni mantenerse despierto, igual que Fer pero éste sí se mantuvo despierto. Comenzó a manejar y me estaba acariciando las piernas, me sentía soñada porque me sentía como si fuera la novia o la amante que se estaba divirtiendo con su hombre. Pasamos por Insrugentes y Av. Nuevo León, porque se perdió, y ahí había unas trans prostitutas. confieso que siempre quise vivir esa fantasía y ese fue el momento en que hice click con mi idea, desde entonces no dejaba de pensar que algún día yo estaría ahí parada como puta (eso es historia de otro relato).

Alejandra, toda loca y provocando un poco a Fernando dijo:

  • ¡Oye Fer! Y cómo ves a esas putas? ¿Te las cogías?
  • No no no, eso son hombres. Están buenísimas pero no me cogería un hombre vestido de mujer, a menos de que estuviera bien buena y yo bien pedo como ahora jajajaja.

Al tiempo que dijo eso me estaba acariciando las piernas, volteo a ver a Ale y nos miramos como diciendo:

  • Que te coja! jajajajaja

Alejandra aún quería seguir de fiesta y de pronto dijo:

  • A dónde vamos a seguirla? En mi casa no se puede porque está lejísimos y mis papás me van a decir que me duerma. En casa de Ricardo no se puede porque están los papás también.
  • Y si vamos a un hotel? -dijo Fer-
  • Pues si, vamos y pedimos dos cuartos. -dije mientras ya le acariciaba por encima del pantalón-
  • ¡Ay no! Vamos a pedir únicamente uno. -dijo Alejandra-

Sentí cómo la verga de Fer se puso más dura, era como si quisiera salir a jugar ya. Poco a poco fui bajando su cierre para irla sintiendo e irlo provocando aún más. Él no tardó en encontrar un Motel donde nos permitieron la entrada a los 4. Tuvo que ser una habitación muy cara pero no importaba, la pasaremos bien.

Estacionó el coche y me urgía salir a quitarme el tampón. Entre el alcohol, los tacones y la excitación movía más la cadera y creo que eso lo provocó/excitó más porque me gritó:

  • ¡Estás buenísima Daniela!

Por fin entré, me quité el tampón, me limpié y me di un retoque. Comencé a escuchar que estaban haciendo ruido con la música, abriendo cervezas que habían comprado y risas. Alejandra me tocó la puerta, entró y me dijo mientras nuevamente se sentaba a hacer pipí:

  • ¡Güey! Mi novio está pedisimo y ya no se levanta, se durmió y ni se le para. Yo traigo muchas ganas pero no quiero cogerme a Fer porque él quiere cogerte, ya me lo dijo. Así que acabo de bajar un dildo que traía en la cajuela del coche y jugaré con él mientras los veo, no te importa o sí?
  • Nooo! -dije un poco extrañada porque Ale estaba borrachisima y me parecía raro eso que me dijo-

Un poco de labial antes de salir y listo. Abrimos la puerta, salimos las dos tomadas de la mano y, queridos lectores no van a creer esto: ambos hombres dormidos, uno en la cama (Fer) y otro en un sillón (Ricardo). Las dos nos miramos y nos comenzamos a reír mientras seguimos hacia ellos.

Estaba un poco nerviosa/confundida en hacer algo con Fer porque él no sabía que era una niña "especial" y no sabría cómo reaccionaría. Me acerqué a la cama, me senté con las piernas juntas y de lado. La luz estaba baja y comencé a besarlo para despertarlo pero no daba resultado. Alejandra bajó las luces y comenzó a sacar su dildo que, dicho sea de paso, era de esos de las películas porno: grande y para dos personas jajajaja. Lo colocó en el otro sillón y, colocándose encima de él, comenzó a mover su cadera lentísima mente de adelante hacia atrás. Seguro que sintió riquísimo porque lo único que había entre su vagina y el dildo, era un delgado hilo dental.

La música iba variando, pasamos de seguir con la música de fiesta a de pronto escuchar "Las de la Intuición" de Shakira, la cual me traía excelentes recuerdos porque con esa canción terminaron cogiéndome en mi habitación una noche de antro. Digamos que eso me incentivo más para arrodillarme y, sacando lentamente la verga de Fernando, comenzar a metérmelo entre mis labios rojos con la ilusión de que su verga se parara en mi boca.

Iba funcionando pero no como quisiera, lo cual hacía que yo lo lamiera y apretara con mis labios con más fuerza. Al ritmo de la canción, con la luz baja y con la verga de mi ligue entre los labios, estaba muy excitada que con la mano izquierda comencé a tocarme el pezón derecho y con la mano derecha seguía masajeando a Fernando. Él comenzaba a despertar y sólo decía:

  • Así mamita, así. Eso, despacio ... Qué ricos labios Daniela, la chupas como una profesional.

Si no me has leído, me encanta el

dirty talking

durante el sexo por lo que estaba echando fuego. Me olvidé que Alejandra estaba detrás de mí en el sillón, me levanté porque su verga estaba lista para mí y me disponía a sentarme en ella pero de pronto sentí que me acariciaban las nalgas pero no eran de hombre: era Alejandra. Me giré para asegurarme bien y ella estaba frente a mí, únicamente en tanga y con el dildo metido en su vagina, parecía que era como yo jajajaja, y mirándome fijamente me dijo:

  • Sé que no te gustan las mujeres, pero sé que te encanta la verga y por lo que he visto lo haces muy bien, hasta mejor que yo podría decirse. Tanto te encanta que la necesitas dentro. Éste dildo Daniela puede darte ese placer que Fernando no te va a dar y tú puedes seguirla mamando hasta que se venga.

No dije nada porque mi cuerpo lo quería, lo deseaba, lo necesitaba, pero mi mente era la que podría echar a perder el plan. Así que, sin pensarlo, me giré para seguirla mamando a Fernando y me levanté el mini vestido, esperando que Alejandra entendiera el mensaje. Agradecí que lo haya entendido porque pasó sus manos por mis labios/nariz, diciéndome:

  • Éste aroma es el de una mujercita excitada como tú y como yo. Besa a Fermando y mañana que recuerde todo, tendrá este aroma y sabrá que hueles a señorita.

Eso me excitó demasiado! Hice lo que me pidió Alejandra y, alejándome de la verga de mi macho pero sin dejar de masajearlo, comencé a besarlo. Para ello tuve que levantarme, estaba en tacones, con el vestido arriba, enseñando la tanga y empinada, cualquiera podía abusar de mí en ese momento. Ese alguien fue Ale jaajajaja.

Hizo a un lado mi tanga, me pidió acostarme en la cama con las piernas abiertas de modo que pudiera seguir chupándosela a Fernando y de modo que pudiera ser penetrada. Así lo hice! Poco a poco, comenzó a introducirlo en mi "vagina" mientras yo seguía chupándosela a Fer. De pronto ya no era una posición cómoda y Alejandra tenía que subirse a la cama para estar más cómodas las dos. Empujamos un poco a Fer hacia la orilla y ella, quitándome los tacones, me dijo:

  • Haz lo que yo haga y no dejes de jalarsela a Fernando!

Con una mano hizo a un lado su tanga para con la otra insertar el dildo en su vagina. Confieso que el aroma a sexo de Ale + Fernando generaba un dolor que era riquísimo para cualquier adicta al sexo como yo. Me dispuse a hacer lo mismo y estábamos las dos con el dildo insertado moviéndonos lentamente y acariciándose cada una las tetas.

Alejandra de pronto comenzó a chuparme el "clítoris" mientras yo le chupaba la verga a Fernando y tenía un dildo metido en mi "vagina". Los gemidos de Alejandra hicieron que me excitara más y más, comencé a imitarlos, comencé a pensar que esa era yo, que esa podría ser yo siempre que me vistiera de mujer. Mi cadera comenzó a moverse más y más al tiendo que Ale insertaba más rápido el dildo en mí y me decía cosas hermosas:

  • Daniela, me encantas, eres una mujercita. Cualquier hombre desearía estar contigo. Ya ves a mi novio, agarrándote las nalgas pensando que era yo. Eso que se lo crea otra, te las quería agarrar a ti pero no me importa porque por fin tengo lo que quise: a ti.

Mis labios de repente comenzaron a sentir algo caliente entre ellos, salado, espeso, delicioso. Era el semen de Fer que estaba eyaculando al tiempo que decía:

  • Aaaaa! Danielaaaa, mamas riquísimoooooooooo.

Alejandra hizo un movimiento con el dildo dentro de mi que me estaba haciendo querer explotar de excitación. Al quitarme la verga de los labios, estaba pensando entre pasarmelos o dejar que se perdieran en mi cuerpo cuando de pronto Alejandra se acerca a mi y me besa para compartir ese fluido diciéndome:

  • Daniela, eso no se desperdicia y no seas envidiosa.

Empujo el dildo más y, tan solo con el roce de su cuerpo, comencé a eyacular salpicando todo el cuerpo de Alejandra. Como no se desperdicia, según ella jajaja, se agachó y comenzó a beberlo todo y yo estaba apenadísima porque me sentía incómoda con ello ya que sentía que estaba fallando como "mujer". De pronto al ver que no tenía más en la boca Ale me dice sonriendo:

  • Te dije en el spa que ibas a ser mía, y lo cumplí. Tú no te preocupes que esto es entre nosotras y estos dos mañana que se despierten sabrán que cada uno se cogió su mujer.

Nos quedamos las dos tumbadas en la cama platicando bobadas hasta las 6 de la mañana, estaba por amanecer y debía volver a casa antes de ello para evitar que algún vecino fit me viera y me descubriera jajaja. Con el tiempo, Ale y yo nos volvimos más y más amigas, seguimos frecuentandonos y ella ya es mamá pero siempre que queremos recordar esa noche simplemente decimos:

  • ¿Te acuerdas de Velvet? jajaja

Riéndonos pícaramente incitando a otros a querer saber sobre esa noche, pero ellos no están listos para esa conversación.

Un beso donde mas quieran mis queridos lectores, tengo más relatos que iré poniendo. Escribir es volver a vivir.