Secretos de Nochebuena

Nunca me había animado a llegar a tanto... Pero más bien ese tanto llegó a mí aquella nochebuena, la novia de mi hermano es el mayor secreto de nochebuena que tengo... Y también el mejor recuerdo.

Secretos de Nochebuena

Todos tenemos mala suerte en alguna cosa como si algo o alguien siempre intentara arruinarnos el momento con toda la cizaña posible. Algunos tienen mala suerte en el trabajo, otros en mantener estable una familia, en conseguir dinero o conseguir pareja; yo soy del grupo de este último… Conseguir pareja. Sí, yo, Fernanda, siempre y desde que tengo uso de conciencia tuve mala suerte con los hombres, es como si hubiera algo en mí que repeliera la masculinidad de mí y jamás he pensado que sea porque soy fea o algo así… Simplemente no había llegado el indicado.

Durante el  último año he tuve un par de relaciones que podrían considerarse serias de nivel uno. A la primera relación no la tomaría tanto en cuenta como una relación amorosa, sino como una relación laboral-lujuriosa, ya que ese inversionista sería la clave de mi ascenso para conseguir mi siguiente nivel. Sí, nos vimos varias veces… Pero tan pronto dejó el país jamás volví a verlo. Y el segundo… el segundo parecía ser prometedor y digo “parecía” porque a la primera de cuentas resultó que le gustaba una de mis mejores amigas y compañera de trabajo.

Así que desde ese último pensé mejor en olvidarme de hombres y dedicar mi vida de tiempo entero a mi trabajo. Justo hace más de año y medio salí como egresada en periodismo, mi sueño siempre ha sido trabajar en las grandes revistas y medios de comunicación y al menos en eso he tenido suerte, casi tan rápido como salí de la universidad logré conseguir trabajo; pero si estamos hablando de suerte, hablemos de mi hermano Simón… Él siempre ha sido un chico afortunado y de cierta forma la estrella de la familia, él es doctor y justo ahora está trabajando en uno de los hospitales más prestigiosos del D.F. Sí, él es muy afortunado, sobre todo con las novias… Jamás me he sabido de él sin una… Desde la preparatoria ha sido el más aclamado por mujeres y parecía que recientemente no era la excepción.

Siempre diciendo mi hermano que una relación muy seria que no sé qué… ¡Por Dios! Como si no supiéramos que sus relaciones tienen límite de caducidad a menos de seis meses y no porque terminara mal, sino porque él lo decidía… Eso toda la familia lo sabe y mi madre reza porque algún día siente cabeza… Como sea, supongo que de igual forma mi madre reza porque al menos mis relaciones se les puedan llamar relaciones. Pero  el punto de todo esto no es mi hermano o yo, el punto es aclarar cuál era el error matemático y químico en esta fórmula; cosa que descubrí la nochebuena pasada… Y la historia comienza así.

Como cada año mi familia que incluye a mis dos padres, mi abuelo paterno, mi abuela materna y a mi hermano, decide reunirse en nochebuena para realizar una pequeña cena y el tan anhelado intercambio. También como cada año mis padres nos dan permiso de llevar algún amigo o amiga… Y como cada año mi hermano llevaba a alguna de sus novias, yo por mi parte… Jamás recuerdo haber llevado a nadie. Aquel año no fue la excepción y mis padres ya no nos dijeron acerca de llevar amigos… Ahora le llamaban “Pareja”. Aquel año había estado muy ocupada en el trabajo, editando y escribiendo como lunática hasta las altas horas de la noche, así que la idea de tener una relación se había esfumado durante  todo ese semestre, prácticamente vivía de sobras que me pagaban, pero si quería llegar alto… Tenía que esforzarme hasta el límite.

Sí… Aquella Nochebuena realmente tenía tristes pronósticos pero igual simplemente era una noche como cualquier cosa. Cuando mi madre me envió el papelito de a quién le debía dar regalo en el intercambio me sorprendió el nombre de “Violeta” “¡¿Violeta?! ¡¿Quién demonios era Violeta?!” fue lo primero que salió de mi boca en ese instante, pero al parecer era la nueva novia de mi hermano… Se imaginaran lo que sucedió después, tuve que hacer muchas llamadas a mi hermano para poder elegir qué regalo era el indicado.

Al final de cuentas decidí comprar una linda bolsa muy moderna y de colores claros ya que ella era doctora y demás. Justo antes de viajar a casa me pensé muy bien en si era apropiado llevar a algún amigo, pero creo que eso tan solo hubiese hecho de ese día un incómodo interrogatorio que al final me hubiese delatado. Aquel día viaje temprano para poder ayudar a mi madre con la comida y si era posible a mi padre con sus extraños adornos navideños diseñados por él mismo. Al tocar a la puerta pensé en ver en rostro de mi madre, quien era la que siempre abría la puerta,  sin embargo, mi sorpresa fue ver a una completa desconocida.

Al ver a la chica supuse que se trataba de la novia de mi hermano, al menos lo supuse por los gustos que tenía. Como siempre era rubia, un poco más bajita que él y por lo tanto un poco más alta que yo, delgada, ojos claros, labios carnosos y si en este caso también pecosa. Mi sonrisa fingida ante tal sorpresa no se hizo esperar ni un solo segundo, la chica se presentó muy emotiva y mostrando esos blancos, perfectos y relucientes dientes debajo de esos rojos y carnosos labios. “¿Violeta?” le pregunté, a lo que ella me afirmo con un “Sí”. Amablemente me invitó a entrar y comenzó a decirme todos los pormenores que aún faltaban por hacer.

Una de las cosas que me hicieron sentir un poco más relajada era que Violeta ya había ayudado a mi madre en la cocina, habían aún ciertas cosas que faltaban pero que no necesitaban de ayuda como tal. Cuando vi al fin a mi hermano no dude en darle un abrazo asfixiante y bueno, a pesar de que le tenía algo de envidia por su buena surte… Era mi hermano y como hermano siempre lo he amado. Así que finalmente aquella tarde le ayudé a mi padre a terminar de poner el resto de sus adornos navideños que como cada año los pone a la mera hora. Mientras hacía eso noté como debes en cuando la novia de mi hermano se asomaba a donde estábamos trabajando, al principio supuse que quizá solo estaba viendo si no necesitábamos alguna cosa, pero a ese caso… Se pregunta si se necesita algo, no solo se va a ver como si estuviese revisando solamente nuestra labor.

Después de un rato simplemente dejó de hacerlo y eso me tranquilizó un poco. Poco después de eso todo parecía estar listo para festejar, sin darse cuenta la tarde se comenzó a hacer noche y la tan esperada cena se hizo presente. Durante la comida y enfrente del enorme pavo todos tuvieron la necesidad de contar un poco de su vida en aquel año. Mis abuelos hablaron acerca de lo agradecidos que estaban por aún tener vida y salud; mis padres no dejaron de dar gracias a Dios por tener unos hijos tan independientes como nosotros y mi hermano no tardó en hablar de lo mucho que amaba su carrera y lo fabuloso que era salvar vidas, no sé por qué pero de un momento a otro me sentí la chica con la carrera más inservible del mundo, más aún cuando Violeta le siguió la corriente y la mesa parecía haberse vuelto una mesa de quirúrgica.

Por mí parte, yo solo me limité a hablar de lo mucho que me hacía feliz escribir e informar… informar para que la gente evitará cometer errores que los llevasen a terminar en un hospital, digo, tenía que sacarle el lado positivo a mi carrera de alguna forma. Cuando pensé que ese tema continuaría durante toda la noche y se evitaría hablar de algún novio mi querida madre invocó el tema y del nada me volví el centro de atención. Yo me defendí diciendo una y otra vez que mi trabajo necesitaba horas a solas con mi computadora y no me era tan fácil tener tiempo libre como para conocer a alguien.

Con todo eso no solo llamé la atención de mi familia, pues Violeta parecía estar más interesada de lo que cualquier extraño lo estaría. La primera vez que crucé mirada con ella juraría que solo había sido coincidencia, ya saben… De esas veces que alguien te voltea a ver justo cuando tú le estar mirando, pero su mirada no solo estaba dirigida hacia mí, no, estaba prácticamente clava en mí. Bueno, quizá era cosa mía y estaba exagerando las cosas… Debes en cuanto te encuentras con gente que hace cosas diferentes a lo que tú haces… Como ella y su mirada penetrante.

Pero aquella noticia se vio quebrantada cuando las cosas pasaron a más que una simple mirada, de pronto y mitad de la cena sentí claramente como un pie rozó el mío, ese día yo llevaba un pantalón de mezclilla no tan grueso, así que sentir algo como un pie rozándome era de esas cosas que no pasan desapercibidas. Mi mirada buscó al culpable de aquello, al primero que vi fue a mi hermano, quien estaba justo frente a mí y porque él y las bromas siempre han sido grandes compañeros de juego, pero al notar que su mirada estaba tan detraída di por errónea esa idea.

Pero aquello no me tranquilizó del todo, pues la quien tenía la posición perfecta para hacer aquello era únicamente Violeta y eso realmente era raro y hasta cierto punto me preocupaba, pero intenté ser consciente de la situación y simplemente ignoré cualquier otro indicio. Para mi suerte aquel acto no volvió a repetirse el resto de la cena. Para cuando llegó la hora del intercambio yo ya estaba bastante paranoica, tanto que no dejaba de mirar a Violeta para ese entonces y no porque la estuviese observando físicamente, sino porque estaba al tanto de lo que fuese a hacer.

Al menos en el intercambio todos se comportaron como se supone que tenían que comportarse, nadie parecía estar haciendo algo fuera de lo común. Cuando fue mi turno de darle el regalo a Violeta me entró un poco el nerviosismo pero supongo que fui muy buena ocultándolo. La bolsa pareció ser del total agrado de Violeta y para mi sorpresa hasta había elegido su color favorito, el color perla. Después de eso fue mi turno de recibir mi regalo y no saben lo agradecida que me sentí de que fuera mi padre el que lo diera.

Cuando se terminó de dar los regalos y estando ya muy cerca la hora para ya podernos ir a dormir mi hermano recibió una llamada, al parecer tenía una emergencia en el hospital con uno de sus pacientes. La cara de angustia de mi madre saltó al momento y finalmente la de Violeta también, esta última se ofreció a ir con él, pero él se negó. Minutos después mi hermano se había ido, y todos teníamos esa cara de preocupación y a la vez de resignación. Al final de cuentas cada quien se terminó yendo a su respectivas habitaciones, yo feliz de al fin poder cerrar los ojos y poder descansar. Obviamente Violeta terminó durmiendo sola en el cuarto de mi hermano, bueno, de alguna manera no iba a ser la única que pasaría nochebuena sola.

Recuerdo que era la una de la mañana cuando un ligero ruido que provenía de la puerta logró despertarme, al principio me desperté sin saber exactamente qué ruido era pero poco después logré distinguir claramente que se trataban de pequeños golpes a la puerta. Me levanté rápidamente al pensar que quizá se trataba de alguno de mis abuelos perdidos entre la oscuridad y al abrir la puerta la realidad era otra, se trataba de Violeta… Quien vestía únicamente una de las enormes camisas de vestir de mi hermano… Tal y como en las películas. Yo solo me quedé allí como embobada esperando a que me dijera algo o que saliera algo de mi boca pero quien tomó la iniciativa fue ella, quien simplemente se abalanzó sobre mí y me beso profundamente.

Cuando hizo aquello todo mi cuerpo se estremeció y la despegué de mí al instante, solo para terminar besándola de nuevo. Ambas intercambiamos lo que podía describirse como un apasionado beso que después simplemente desencadeno una serie de besos incontrolables que nos hicieron terminar en la cama. Realmente no podía creer lo que estaba sucediendo entonces, pero lo que más me sacaba de quicio era sentir eso que jamás había sentido en vida…

Toqué a tientas toda su espalda porque finalmente ella terminó sobre mí, así que tenía al alcancé todo su cuerpo. Mis manos acapararon toda su espalda simplemente por no sobrepasarme tan rápido pero al final terminé siendo débil y sin más le agarré una nalga. Bueno, al principio pensaba lograr sentir alguna prenda allá abajo pero mientras mi mano tocaba por todos lados solo tocaba piel y nada más. Seguí acariciando toda su pierna mientras amabas seguíamos besándonos, ella también acariciaba mis piernas debes en cuando, ya que esa noche vestía un pequeño short.

Mis manos al instante comenzaron a acariciar sobre la camisa parte de sus pechos, que incluso por fuera de la camisa lograban sentirse tan claramente y hasta podía sentir sus pezones endurecidos. Mis manos subieron rápido y comenzaron a desabrochar su camisa salvajemente, ella lo notó y comenzó a ayudarme con aquello para facilitarme todo. Cuando terminé de desabrochar cada uno de los botones y supe que vería frente a mí un par de hermosos pechos sentí como si se me hubiese cortado la respiración, es más, me pasmé y me quedé allí sin quitarle la camisa por un par de segundos. Ella me observó detenidamente e impaciente simplemente se quitó la camisa de un jalón y dejó ante mí no solo un par de pechos hermosos, sino a una mujer completa y perfectamente desnuda ante mí.

Lo que mis ojos veía no podía jurarse en ese momento como real, de cierta forma hasta llegué a pensar que se trataba de un sueño y que aún estaba dormida, pero cuando ella comenzó a quitarme el short supe que ese no era un sueño. Me quedé allí sin hacer nada mientras ella lentamente comenzaba a desvestirme, primero el short, después mi camisa y mientras bajaba mis bragas yo comenzaba a desabrocharme el brasier. Y resultado final fue dos chicas en una cama completamente desnudas. Cuando sentí su cuerpo sobre el mío, pero esta vez sin nada entre nosotras me llegó un ligero escalofrío que no tardó en desaparecer y de la nada nuestros cuerpos pasaron a tener la misma temperatura.

Sentir por primera vez un cuerpo sin vellos, tan suave y ligero sobre mí era la sensación más perfecta que jamás me hubiese imaginado. Ella acarició uno de mis pechos sin dejar de mirarme, como si estuviese observando mi expresión, cerré los ojos y mordí ligeramente mis labios al sentir esa pequeña sensación incontrolable. Siguió acariciándome el pecho y después empezó a pasar su lengua alrededor mi pezón para terminar tomándolo todo entre su boca. Aquello parecería un simple acto superficial y sin gracia, pero para mí eso se volvía tan excitante que no tardé simplemente con eso en sentir como mi sexo comenzaba ya a humedecerse.

Una de sus manos bajo directamente hasta mi sexo y comenzó a acariciarlo superficialmente, yo seguí abrazándola por la espalda hasta que sentí como esas caricias sobre mi sexo se comenzaron a volver más intensas. Uno de sus dedos ligeramente comenzó a tocar la punta superior de mi sexo y noté claramente cuando empezó a introducirlo. Aquello hizo que mi cuerpo se volviese incontrolable y dejara de obedecerme, ya que sin que yo lo quisiera simplemente salió un gemido de mi interior que rápidamente me guardé dentro.

Todo su cuerpo comenzó a descender poco a poco y cuando menos me di cuenta ya estaba allá abajo.  Con ambas manos abrió mis piernas y metió su cabeza entre ellas. Podía sentir su respiración sobre mi pubis, tan cerca y tan viva. Su respiración comenzó a acercarse cada vez más y más hasta que deje de sentirla y comencé a percibir algo húmedo… Se trataba de su lengua que ya se encontraba lamiendo todo mi pubis. Eran lamidas como las que te da un perro cuando te expresa cariño, pero las de ella tenían un estilo tan erótico como apetecible. Pronto la punta de su lengua comenzó a recorrerse hasta llegar a la entrada de donde se encontraba mi clítoris. Allí mi cuerpo se estremeció instantáneamente y tan de pronto sentí de nuevo como mi sexo comenzaba a sentirse cada vez más húmedo. Rápidamente con ambas manos se hizo espacio entre mis labios mayores y metió toda su lengua pasándola por todo mi sexo una y otra vez. Ese momento se volvió tan excitante y exquisito que mi boca se abrió e intentó dar nuevamente un gemido que esta vez logré controlar mucho mejor.

Cuando lo noté me di cuenta que no solo estaba pasando su lengua por todo mi sexo, sino también estaba lamiendo todos mis fluidos que le daban a mi sexo esa humedad y viscosidad. Sin pensárselo dos veces acarició con sus dedos mi sexo y finalmente comenzó a introducir uno de ellos en mi vagina haciendo que mi cuerpo se tensara de una manera sorprendente. Toda mi espalda se curvó con aquella sensación de placer implacable para después volver a caer sobre la cama y volver a curvarse cada vez que metía su dedo. Con otro de sus dedos comenzó a dar masajes sobre mi clítoris al mismo tiempo que introducía el de la otra mano en mi vagina. Todo aquello parecía realmente estar funcionando de una manera indescriptible. Pero de un momento a otro dejó de hacerlo, como si se hubiese acabado todo… Sin embargo se acercó hacia mí y me empujó para hacerse espacio en la cama; me tomó por los brazos y me puso de costado sobre la cama; se acomodó frente a mí pero de manera contraria; levantó una de mis piernas y metió una de las suyas entre mis piernas para acomodarla del otro lado. Allí fue cuando entendí eso acerca de las famosas tijeras, físicamente estábamos en esa posición pero no le encontraba chiste.

Eso hasta que se acercó más hacia mí y junto su sexo con el mío, yo jamás me había imaginado algo así pero literalmente su sexo húmedo y caliente estaba tocando el mío, eso… eso fue tan excitante que lo único que hizo fue hacerme gemir dentro de mi boca. De pronto comenzó a empujar su sexo sobre el mío, y allí fue cuando también comencé a seguirle el ritmo, pues conforme empujaba yo también comenzaba a hacerlo. Tan de pronto parecía como si estuviese teniendo sexo con un hombre pero de una manera superior, no había pene pero su vagina húmeda y prácticamente mojada estaba dentro de la mía mientras que la mía también estaba dentro de la suya. Todo era tan infinitamente placentero que las palabras quedarían cortas. Mientras seguíamos haciendo aquel movimiento rítmico las dos y sin estar coordinadas nos topamos la boca al mismo tiempo cuando comenzamos a gemir de una manera no tan delicada. Gracias a Dios mi habitación estaba bastante lejos de las demás, pero si alguien llegaba a escuchar algún mínimo ruido las cosas se hubiesen tornado más que feas.

Sí, finalmente llegamos a ese momento que ambas estábamos esperando, simplemente al final los movimientos se detuvieron ya que prácticamente nuestros cuerpo dejaron de funcionar y comenzaron a tensarse a un grado que no era normal. Los gemidos internos crecieron hasta prácticamente escucharse a través de la piel de nuestras mejillas. Y simplemente al final las dos caímos devastadas sobre la cama y al menos en mi caso… Mi corazón se me estaba saliendo a palpitaciones tremendas. Yo ni siquiera logré recuperarme antes de que ella se quitara de aquella posición y se bajara de la cama para vestirse y salir de la habitación sin decir absolutamente nada. Aquello había sido lo más extraño que jamás me había pasado. Yo simplemente me tapé con las cobijas y caí rendida. A la mañana siguiente nos dimos cuenta de que Violeta se había ido de la casa, obviamente todos se preguntaban por qué… Yo me hice la desentendida y no le di importancia, siendo que sabía perfectamente el porqué.

Después de eso y a los pocos días me enteré que Violeta terminó con mi hermano… Sí, quizá yo había sido la causa… ¿Qué le iba a hacer? Lo hecho… hecho estaba y yo no había sido la buscona en todo aquello, sino ella. Como sea… Desde allí las cosas comenzaron a cambiar en mi vida, no sé pero de la nada comencé a fijarme más en la chicas y obviamente me di tiempo para descubrir un poco más de aquello que me había encantado tanto. Realmente comencé a tener suerte con las chicas y mis relaciones comenzaron a florecer con mayor regularidad.  A Violeta jamás volví a verla pero creo que de alguna manera jamás la olvidaré… Y bueno, esta nochebuena ya pienso llevar a alguien a casa… Ellos querían que saliera con alguien, bueno, no pienso decepcionarlos.

Nos estamos leyendo y hasta pronto.

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