Secretos de familia 8
Veía detenidamente su cuerpo desnudo, que por primera vez podía ver a detalle sin esconderme, admire cada centímetro de su cuerpo escultural,
recomiendo leer los relatos anteriores para que puedan entender mejor el relato me aventure a escribir una versión cota y una larga espero les guste
SECRETOS DE FAMILIA 8.
Un accidente que me une a mi papa
(versión corta)
NARRADOR: los meses pasaron y la relación entre Sebastián y Manuel se hacía más intensa, de repente también se arriesgaban a tener sexo, estando Raúl en casa, ya que la adrenalina que recorría sus cuerpos y el temor de ser encontrados, hacia más placentero el momento. Pero no todo es felicidad, pues en esos días, Raúl. le compro un cuatrimoto a su hijo Sebastián, y así facilitarle el ir a la preparatoria, cuando este estaba por terminar el primer año de prepa, tuvo un accidente, el cual provoco varias fracturas, una en la mano derecha, una en cada pierna y tres costillas fracturadas. Mientras Sebastián era atendido por los médicos en el quirófano, su familia espera impaciente en la sala de espera, su madre, su padre, su tío Manuel y sus hermanos, esperando que saliera el médico para darles información sobre Sebastián, tras largas horas de espera salió el doctor preguntando por la familia de Sebastián.
Sebastián. Esa noche mi tío y yo estuvimos platicando y de vez en cuando uno que otro beso, fueron varios días que pase ahí mi mama y hermanos me cuidaban de día, tenía todo el yeso de las piernas y de mi mano grafitados por mis hermanos, tías, primos, amigos y compañeros de clase. una noche me cuidaba mi papa y otra mi tío, la primera noche le toco a mi tío ayudarme con el cómodo, la segunda vez con mucha vergüenza le pedí a mi papa que me ayudara, pues le toco a él ayudarme con mis necesidades, yo me puse rojo de vergüenza, cuando le pedí a mi papa que me ayudara. los días transcurrieron rápido todos los días tenía vistas de familiares, amigos y compañeros. el día antes que me dieran de alta mi papa y mi mama entraron a hablar conmigo, me dieron a elegir donde me iría decidí quedarme con mi padre.
Sebastián. al llegar al rancho mi papa me cargo de nuevo hasta mi habitación, yo seguía triste me abrase a mi papa con fuerza, mientras mi tío subía todo a mi cuarto, mi papa me acomodo en la cama y ayudo a mi tío a poner todo en orden, me sentía triste, así que le pedí a mi papa y a mi tío que me dejaran solo, mi papa se quedó mirándome por un momento y salió de mi habitación dejándome solo.
- Raúl; hoy que salimos del hospital, de pronto te pusiste a reír, una risa con llanto, ¿a que debió esa risa o que fue lo que la causo?
- Sebastián; me sentía feliz por salir ya de ahí, pero no recuerdo cuando fue la última vez que recibí un abrazo, pues tus abrazos suelen ser muy raros, un brazo alrededor de mi cuello y me acercas a ti, pero nada como el del día de hoy, y si me aferré a ti no fue por miedo a que me tumbaras, más bien porque quería abrasarte, y pensé que solo de esa forma te podía abrasar.
- Raúl; de haber sabido eso antes, te hubiese traído hasta la casa cargándote, pero eso tiene solución, te puedo dar un abraso ahorita mismo y es más hasta un beso ahorita lo que tú me pidas te lo doy. Raúl tenía un plan en mente el cual consistía en acercarse a su hijo de manera fraternal y algo más.
- Sebastián; eso me gustaría mucho. Raúl se posó a lado de Sebastián le dio un abraso y un beso . Bueno papa aprovechando de la situación, quiero que tu o mi tío duerman aquí a mi lado no quiero dormir solo siento miedo.
- Raúl; yo dormiré a tu lado, por que tu tío te puede clavar en la noche, al rato quebrado y violado, mejor duermo yo. Una sonrisa pícara y una mirada lujuriosa se dibujó en el rostro de Raúl.
- Sebastián; que cosas dices papa, nunca te había escuchado hablar así. Sebastián se ruborizo al escuchar esas palabras tan poco frecuentes en su padre.
- Raúl; descuida de aquí en adelante me escucharas, hablar así, si sabes que a tu tío le gusta meterse con hombres no valla a ser que al verte tiernito e indefenso te va a querer meter la verga, además calza grande, para que tengas cuidado con él, no te confíes. Las bromas picaras de Raúl ponían nervioso a Sebastián pues su padre había cambiado bastante a como normalmente se comportaba.
- Sebastián; ¿quién eres y que hiciste con Raúl?
- Raúl; soy tu padre, amigo, confidente y lo que tú quieras, pero es cuestión de que te enseñes a confiar en mí y hablemos más, estos días que hemos platicado en el hospital, he podido conocer más de ti, darme cuenta de algunas cosas, no me asusto de nada, tú me has visto como el malo, más no lo soy, pregúntame y cuéntame lo que quieras, yo estaré aquí siempre, quiero conocerte que me preguntes y me cuentes, me conozcas, si quieres todos los días te abraso, te beso y duermo a tu lado, más no te quedes callado confía en mí. Raúl quería ganarse la confianza y el cariño de su hijo, y así lograr obtener lo mismo que tenía el y Manuel.
- Sebastián; gracias papa, pero aún no me siento listo para abrirme, espero que con el tiempo tenga el valor para hacerlo.
- Raúl; todo a su tiempo Sebastián, te propongo, que cuando estemos en estas dos habitaciones no me llames papa o padre, me dirás compa, hermano, primo, wey, etc. hasta me puedes decir mayate, como quieras. Menos papa o padre. ¿Qué dices? Raúl seguía siendo pícaro y bromista con su hijo
- Sebastián; ¿qué te parece amigo?
- Raúl; bueno amigo voy a cenar y regreso para dormir y darte tus medicamentos.
Sebastián. mi padre me dejo pensando, todo ese cambio drástico en él estaba tan confundido, si mi papa ya sabía de mis preferencias, porque ese cambio. entro mi tío Manuel a saludar, después mi papa para darme el medicamento, fuimos a dormir mi papa se acostó en mi cama a un lado de mí, se quedó dormido de inmediato, en la mañana cuando desperté mi papa ya no estaba a mi lado, aun no podía creer la plática de anoche, entro mi padre me dijo; amigo mi cama es más grande hoy vamos a dormir en ella. La confianza entre mi papa y yo fue aumentando con el paso de los días, todos los días mi padre salía de bañarse en toalla, mientras yo lo miraba de reojo, más de una vez me excito verlo cambiándose de ropa. también algunas veces lo vi con una erección, mi tío, me visitaba todos los días y en más de una ocasión se la mame y se la agarre, pero sin llegar a la penetración, un día mi padre sospecho que aviamos hecho algo.
- Raúl; ¿qué pasa aquí amigo, porque te estas lavando los dientes? Raúl sabía que algo había pasado entre Sebastián y Manuel
- Manuel; me pidió que lo ayudara a lavarse los dientes así que aquí le estoy ayudando la respuesta de Manuel se tornó algo nerviosa.
- Sebastián; nada solo que me quería lavar los dientes y le pedí a mi tío que me ayudara.
- Raúl; vamos Manuel tenemos que ver lo que se tiene que hacer para el traslado de animales. La forma de hablar de Raúl se tornó seria y fría quizás hasta un poco de celos
Sebastián. Los días pasaron, dure bastante tiempo con los yesos, ya para cuando me los quitaron y la confianza y las bromas entre mi padre y yo aumentaron demasiado. mi papa conocía cada rincón de mi cuerpo, al ser el quien se encargaba de mi limpieza en general, ese día salió de bañarse con una toalla a la cintura como siempre, se sentó al borde de la cama se puso su bóxer, se puso de pie a un lado de la cama, lo observe detenidamente, mí papa tenía un cuerpo lleno de bellos y a diferencia de mi tío él tiene un abdomen plano. en su entre pierna no se le veía gran bulto estando dormido, pero en la oportunidad que lo vi con una erección, se le veía un buen paquete.
- Raúl; ¿qué tanto me miras amigo? Veía como me veía mi hijo me sentía deseado por él y eso me puso algo caliente.
- Sebastián; a ti, y que hoy ya puedo hacer algo que no podía hacer antes.
- Raúl; pero ¿qué es lo que me veías o por qué? Quise picar la curiosidad de mi hijo, y aumentar la confianza.
- Sebastián; que tu conoces cada rincón de mi cuerpo y yo no te conozco a ti. Intente que mi padre me mostrara más, al tener esa confianza me aventure, aunque solo fuera verle ya que se veía que estaba poniéndose caliente.
- Raúl; pues fue por las circunstancias que conocí todo tu cuerpo, y una que otra erección, y ¿qué es lo que ya puedes hacer? Quise cambiar de tema no se la quería poner tan fácil a mi hijo aun que así lo deseara, además me estaba poniendo muy burro.
- Sebastián; cuando estés en la cama te mostrare. Quise picar la curiosidad de mi padre, pero yo ya estaba picado con lo poco que veía.
- Raúl; bueno entonces me apresurare a llegar a la cama para que me muestres lo que puedes hacer. En espera de lo que quería hacer mi hijo con la esperanza de que se atreviera abrirse conmigo.
Sebastián. Mi papa se metió a la cama me di la vuelta y le di un abrazo, que fue correspondido, después de todo lo pasado me sentí tan confiado, que me puse a darle besos en toda su cara, llegue a darle uno muy cerca de su boca y el siguió inmóvil aceptando mis besos, me detuve para no pasarme de la raya, me volví a tumbar boca arriba, mi padre dejo su enorme brazo de debajo de mi cuello entre mi almohada y mi espalda, me di la vuelta dándole la espalda a mi padre, pues me podía mover más libre sin, cuando me acomode de lado toque su pierna con mis nalgas, decidí provocar un poco a mi padre, pues si él quería algo, tomaría la iniciativa, aunque me arriesgaba a que las cosas se pusieran peor que antes. mi padre permaneció inmóvil, así que yo también me quede quieto, pero cuando yo estaba más dormido que despierto, mi papa se giró así a mi poniendo su mano libre en mi abdomen como si me abrasara, yo me acorruque y me quede dormido, pegado al cuerpo velludo de mi padre, más tarde desperté y mi cuerpo seguía pegado al de mi padre, sentía su verga algo dura en mi trasero y espalda, me sentía algo caliente al haber despertado en esa posición, me restregué un poco en esa verga, pero decidí volver a dormir pues aún tenía temor a la reacción de mi padre, ya por la mañana mi papa se despertó y aun que ya no estábamos en la misma posición me dio un abrazo y me saludo sentí como pego su verga erecta mi pierna.
- Raúl; buenos días, ¿cómo pasaste tu primera noche libre de todo eso que traías en sima?
- Sebastián; muy bien me gusto dormir así además con tu abraso fue una bella noche, amigo. Sebastián no dejaba pasar oportunidad para provocar a su padre.
- Raúl; pues si tú quieres así podemos dormir todas las noches, yo estoy encantado de haber sentido el calor de tu cuerpo y tantos besos que me diste. Raúl recordó cuando fingiendo estar dormido, abraso a su hijo por detrás, mientras disfrutaba que Sebastián se pegaba más a su verga ya erecta.
- Sebastián; pues si quieres todas las noches te puedo besar así Sebastián sonreía por el recuerdo de la anoche, y por poder verse igual en la siguiente noche.
- Raúl; yo encantado, ¿ya viste como amanecí? Mira aquí bajo, ando como tu cuando te pusiste cachondo, al estarte limpiando Raúl dio un paso para esperando a que su hijo fuera más lejos de lo que fue en esa noche pues le mostro la erección que tenía aún que aun estuviera bajo su bóxer.
- Sebastián; vamos amigo eso no es normal, está muy grande. Quede sorprendido al ver tremenda erección que tenía mi padre, y más aún que haya sido capaz de mostrármelo como si fuera lago muy natural, supe que mi padre tramaba algo ahora seria cuestión de averiguar que es.
- Raúl; ¿tú crees?
Raúl. En la noche cuando estábamos ya acostados, mi hijo me dio un abrazo y comenzó a besarme como la noche anterior, varios fueron en la cara, pero se atrevió a darme uno en la boca, permanecí inmóvil aunque solo fue de piquito, me dio uno más, me quede quieto el me siguió dando más besos en la boca, luego bajo a mi cuello, otro en medio de mis pectorales, uno más arriba del ombligo, yo me quede paralizado no quería prenderme y cometer una burrada, Sebastián siguió besándome en la cara y la boca, no me moví ni un milímetro, cuando se dio por vencido se tumbó a mi lado, solo gire la cabeza y le di un beso en la frente, y le die que ya era hora de dormir. Cerré mis ojos para no seguir calentándome más, pero de repente Sebastián usaba mi pecho de almohada y subió su pierna a la mía, de pronto siento como mi hijo comienza a tocarme la verga por encima de mi ropa interior, no tuve reacción de nada seguí fingiendo que estaba dormido, luego dejo de hacerlo y se quedó dormido. En la mañana sentí como mi hijo se colocó igual que en la noche, usando mi pecho de almohada, de pronto sentí como juguetea con su dedo al contorno de mi verga, me estaba calentando así que decidí fingir que me estiraba, de inmediato Sebastián retiro su mano, voltea a verme, le sonrió, le pregunte si estaba cómodo pero el tartamudeo y se puso nervioso, sin saber que contestar, entre dientes apenas audible dijo si no. sonreí fingiendo no haberme dado cuenta de lo que hacía, le comenté: o pues o es si, o es no. Bajo su mirada y me dijo que si, baje a desayunar ordene a mariana que le subiera el desayuno a Sebastián.
Sebastián. Al estar sin hacer nada en todo el día, no dejaba de pensar en lo sucedido con mi papa, me cuestionaba a mí mismo ¿y si sabe que soy gay? ¿Pero cómo podría ser? Si lo supiera ya me lo habría dicho. ese día me propuse ir más allá y confesarle, al final del día no podría hacerme daño, lo que podría hacerme, al saber todo es mandarme a mi cama. en la tarde cuando mi padre y mi tío estaban de regreso mi tío como siempre subió a saludarme, mi papa entro y le pidió a mi tío que saliera porque estaba cansado del trabajo, mi papa se metió a bañar y luego mi tío solo me dio un par de besos y se fue a su habitación, mi papa regreso ya con su bóxer puesto. mi padre se recostó me dio un abrazo y yo empecé a besarlo como el día anterior, pero esta vez le di más besos en la boca y dure más segundos dándoselos, bese todo su cuerpo, no me atreví a llegar más lejos, se quedó dormido en un momento metí mi mano y le empecé a tocar su verga por encima del bóxer, de repente se movió mi padre yo retire la mano, me abrazo por detrás pego su cuerpo al mío y así me quede dormido en la mañana al despertar, mi papa me dio un abrazo y me beso en la boca, solo fue un pequeño pico, me pregunto que si quería bajar para que me desenfadara del cuarto, le respondí que sí, me abrazo me bajo a la cocina, su verga me pegaba en mi cadera, me sentía muy caliente y deseoso de tener sexo, así que no paraba de pensar en la verga de mi padre. al día siguiente tenía sita con el medico así que esta noche intentaría de nuevo hacer algo, cuando mi padre y mi tío regresaron a casa, cenamos y platicamos un rato después me llevo a la habitación, y me ayudo a quitarme mi ropa me quede en bóxer, él hiso lo mismo se quedó en bóxer, esa noche decidí solo darle un abrazo, pero el me pidió que le diera besos, lo bese igual que el día anterior pero al besar su boca el me correspondió, los besos no fueron muchos, ya que me corto el royo, pidiéndome que fuéramos a dormir. solo fueron cuatro besos, mi papa se quedó “dormido” yo me acorruque a su lado y metí la mano bajo las mantas y comencé a tocarla por encima de la tela del bóxer, de pronto mi papa tomo mi mano, yo esperaba lo peor, pero para mi sorpresa mí padre metió su mano y la mía bajo su bóxer, estuve sobándosela por un rato, las respiraciones de mi padre y la mía eran gruesas, pesadas y agitadas, su verga se sentía gruesa rugosa y grande, apenas la alcanzaba a abarcar, lo estaba disfrutando como loco, cuando mi padre me freno.
- Raúl; espera vamos a descansar mañana tenemos que ir a con el médico, duerme amigo, hasta mañana. En ese momento mis pocas “dudas” se aclararon es un hecho que a mi hijo le gustaba la verga y mejor que disfrutaba de a de su padre, no quise continuar tenía miedo de que lo fuera a lastimar el paso ya estaba dado así que solo era esperar un poco más.
- Sebastián; está bien, hasta mañana. Me sentí fatal mi padre me había rechazado esperaría lo peor, pero durante el viaje le diría que me gustan los hombres.
Sebastián. Al día siguiente, ya en la mañana desperté, pero mi padre ya no estaba en la cama, salió del baño me ayudo a vestirme para ir al médico, nos despedimos de mi tío y nos pusimos en marcha, cuando íbamos en el camino a con el médico, hable con mi padre.
- Sebastián; ¿te puedo contar algo?
- Raúl; claro que si, como te lo dije antes. confía en mí, en todo momento contaras conmigo.
- Sebastián; me gustan los hombres. Sebastián dio un suspiro profundo, quedó en silencio, esperando quizás un reclamo o desprecio, por parte de su padre.
- Raúl; lo se hijo. Pues eso quería, que fueras tu quien me lo dijera. Raúl miro a su hijo tranquilo y comprensivo y sonriéndole.
- Sebastián; ¿te diste cuenta por lo que pasó anoche?
- Raúl; no Sebastián. Yo me di cuenta hace mucho tiempo, pero lo he estado reafirmando en el tiempo que decidiste venirte a vivir aquí. Yo sé que cuando te viniste a vivir aquí, fue porque paso algo, relacionado a tu orientación sexual, sé que has tenido tus aventuras, hasta con tu tío Manuel.
- Sebastián; ¡no! mi tío Manuel y yo no tenemos nada.
- Raúl; no voy a indagar o a preguntarte, cuando tu estés listo me lo dirás.
- Sebastián; lo que paso anoche.
- Raúl; ya lo halaremos en su momento y lugar.
Sebastián. Llegamos a con el médico, entramos nos dijo que ya podía hacer mi vida normal, pero si algunas restricciones y cuidados, que aun debo cuidarme. el camino de regreso fue en silencio, me sentía terrible y aun que mi padre reacciono bien con lo de mis preferencias, lo sentía molesto, distante y serio. Cuando estábamos en la casa me dejo en la sala y salió a trabajar, cuando estaban de regreso mi tío Manuel subió a donde estaba yo.
- Manuel; como estas sebas, me dijo tu padre que ya podías llevar una vida normal, me da gusto que todo esté bien, pero ¿qué te pasa te vez triste? ¿Qué ha pasado?
- Sebastián; vamos a tu habitación, allá te cuento todo.
- Manuel; ya estamos aquí, ¿qué ha pasado? ¿son malas noticias?
- Sebastián; le confesé a mi papa que me gustan los hombres.
- Manuel; y que te dijo Raúl, te regaño, t.t.t.te te hizo o t.tee.. dijo algo malo?
- Sebastián; no al contrario lo tomo muy calmado. ¿qué te dijo él se portó diferente hoy? Serio, molesto intranquilo, ¿algo que haya dicho o hecho?
- Manuel; no nada. Estuvo bromeando, todo normal, de hecho, cuando me dijo que todo estaba bien me tomo del hombro y me sacudió la cabeza, todo normal, ¿por qué preguntas?
- Sebastián; mi padre sabe que hay algo entre nosotros. Yo se lo negué, pero no me lo cree.
- Manuel; ¿piensas decirle lo que tenemos tu y yo?
- Sebastián; por el momento no tío. Me tomare mi tiempo para hablar con mi padre. Manuel abrazo a Sebastián y duraron un rato así abrasados en silencio cuando retumbo la voz de Raúl por el pasillo.
- Raúl; vamos Sebastián ya es hora de dormir.
- Manuel; anda ve a dormir y trata de tranquilizarte, no estés triste, ya has dado un paso muy grande.
- Sebastián; gracias, tío me voy a dormir.
- Raúl; sabía que estarías aquí con tu tío, vamos a dormir, hoy ha sido un día bastante pesado. Sebastián permaneció en silencio y siguió a su padre hasta su habitación.
- Sebastián; buenas noches papa.
- Raúl; ¿qué haces amigo a dónde vas?
- Sebastián; a dormir a mi cama.
- Raúl; y eso ¿Por qué? ¿ya no somos amigos? ¿ya no quieres dormir en mi cama? o ¿ahora que somos?
- Sebastián; si aun somos amigos y si quiero dormir en tu cama, pero creí que tú ya no querías que durmiera en tu cama.
- Raúl; yo quiero que duermas en mi cama y que me abrases y me des besos, como estos últimos días, anda vente a dormir.
Sebastián. Me quite mi ropa dejando solo mi bóxer, me metí a la cama, mi padre cerro como cada noche la puerta con seguro y se metió también a la cama, me dio un abrazo y me dio un beso, yo comencé a besarlo, pero solo le bese mejillas y frente y deje de besarlo, luego mi padre me dijo ¿Qué ya no habrá más besos? Me puse de lado lo abrase del cuello y le di un par de besos en los labios, que él me correspondió, me abrazo coloco sus dos manos en mis nalgas, me di la vuelta y le pegue mis nalgas en su verga, me abraso por detrás acaricio mi pecho beso mi cuello, bajo su mano la metió bajo mi ropa y fue bajándola poco a poco hasta llegar mis nalgas, moví mi mano para atrás e intente bajar su bóxer, pero se salió de la cama, encendió la luz, se puso frete a mí, pensé que me que me diría un regaño, pero fue todo lo contrario, bajo por completo su bóxer, me dijo mírame, dime que somos ahora, ¿seguimos siendo amigos? Le respondí que seguíamos siendo amigos, pero con derecho, me senté al borde de la cama para quitarme mi bóxer, y mientras lo bajaba admiraba el cuerpo de mi padre desnudo.
Veía detenidamente su cuerpo desnudo, que por primera vez podía ver a detalle sin esconderme, admire cada centímetro de su cuerpo escultural, con esos enormes brazos, su barba poblada y sus ojos claros, esa manta de vello fino que recubrían todo su cuerpo, los vellos que cubrían su pecho y abdomen plano, estaba embelesado y deseoso de tocarlo, recorrer con mis dedos esas líneas que marcan su pelvis, sus fuertes y velludas piernas, estaba loco de deseo, quería tocarlo y besarlo y mamar esa verga hermosa, gruesa, con venas que se le marcaban, un prepucio rosado, un mástil hermoso, de veinte a veintidós cm, suspiraba y temblaba como si fuera la primera vez. Mi padre se acercó a mí, me puse de pie, me abrazo pagando su cuerpo desnudo a la mío, sentía su calor y su verga rosándome el abdomen, suspiraba profundo y mi cuerpo temblaba, me abrace a él pegando más mi cuerpo desnudo, noto que estaba temblando, me pregunto si pasaba algo, solo le dije que estaba un poco nervioso.
- Raúl; ¿quieres que apague la luz?
- Sebastián; si por favor
- Raúl; siéntate en la cama y abres tus piernas.
Sebastián. Apago la luz y se colocó entre medio de mis piernas quedando de frente a mí, con su verga ya erecta tocando mi pecho, su vos gruesa me dijo soy tuyo has lo que quieras, después será mi turno, con mis manos recorría su pecho, abdomen, brazos y piernas. Me enfoque más en su pecho y abdomen, después fui besando su cuerpo hasta llegar a su verga enorme, bese su prepucio, lo metí a mi boca se la comencé a mamar lento disfrutando cada cm que entraba en mi boca, mientras el acariciaba tiernamente mi cabeza y espalda, mi respiración seguía siendo profunda y mi cuerpo temblaba, los gemidos de mi padre los estaba escuchando, y me ponía más caliente, se la mame por unos minutos, luego se inclinó y me dijo al oído, ponte boca abajo, obediente lo hice, abrió mis piernas y coloco una mano en mi pelvis para levantar un poco mi trasero, me deje llevar y empecé a temblar más, al sentir su lengua húmeda en mi ano, levante más mi culo y me aferre a las sabanas, me estaba comiendo el culo tan rico que sentía que estaba en las nubes, gemía, suspiraba, mordí la sabanas y mi cuerpo se estremecía cada vez más, estaba deseando que me metiera aquel mástil de carne, después de un rato de estarme manado el culo, me dijo que me pusiera de lado, siempre obediente lo hice, levanto mi pierna y apunto su verga en mi culo comencé a temblar más cuando me dijo con su voz grave y tierna.
- Raúl; tranquilo hijo, si has aguantado la de Manuel aguantaras la mía, además lo are despacio,
- Sebastián; no me vallas a lastimar, por favor.
- Raúl; jamás lo haría bebe, te voy a cuidar, voy a ser cariñoso ya verás.
Sebastián. Cerré mis ojos y sentí la presión de su verga en mi culo, entro poco despacio sentía como iba entrando de apoco, la saco puso más saliva y volvió a entrar ya un poco más, haaaa, me entro la cabeza.
- Raúl; ¿te duele?
- Sebastián; un poco.
- Raúl; deja pongo más saliva
Sebastián. Me saco la verga la lubrico y volvió empezar, cuando me entro la cabeza, haaaa, eche mi culo a tras queriendo más de esa verga, siguió metiéndola y yo gemía de placer, movía mis caderas lento para que entrara más, fue entrando más.
-haaaa ummmm sii no pares, dame más quiero tenerla toda. – si chiquillo ya te entro la mitad ¿quieres más? – si dámela toda. – ¿aguantas más? – si papi, quiero tenerte dentro de mí, - bien ya va el resto, - haaa sii no pares auuu dame más papi o si, sigue asi dámela toda – si chiquito ¿la quieres toda, te gusta? – oooo siiii me encanta quiero ser tuyo, dame más papi, - ¿te gusta la verga de papa? – me fascina – ay te va chiquillo hhaaa que rico aprietas ooooh ajjj siiii cómetela bebe es tuya.
De pronto el cuerpo de mi papa se estremeció y gimió y empujo. – haaauchh, wooo – ya chiquillo la tienes toda adentro ooo wooau que rico, ¿hijo te gusta cómo te la mete tu papi? – me encanta no pares.
Mi cuerpo se estremecía mi papa se empezó a mover lento despacio en círculos los gemidos de ambos nos ponían más deseosos, la fue moviendo de repente la saco un poco y la metió de nuevo, con movimientos lentos, entraba y salía fue aumentando el ritmo en cada envestida yo gemía cada vez más alto, cuando tenía mi ano bien relajado, me la saco casi por completo y la volvía a meter, después de un rato de movimientos lentos, comenzó a dar más rápido su verga se ponía más tiesa podía sentir que ya estaba a punto de terminar. – ¿te quieres masturbar para venirnos juntos? – si. Tome mi ropa interior comencé a masturbarme, mi padre me la metía con más rapidez, nuestros gemidos parecían una sinfonía del sexo, me vine sobre mi ropa interior y a los pocos segundo se vino mi padre dentro de mí, mi padre me dejo su verga dentro de mi culo y se quedó abrazado a mí, nuestras respiraciones agitadas tenían armonía, nos quedamos así, yo con la verga de mi padre dentro de mí, nos quedamos dormidos, no me di cuenta a qué hora se me salió la verga de mi padre, lo que sí sé que esa noche me dejo lleno de placer y leche.