Secretos (1)

Despues de una semana casi sin saber de él, me cito en una especie de bar. No podoa imaginarme lo que iba a suceder esa noche.

SECRETOS I

Aquel martes fue un mal dia. En el trabajo el jefe me habia sacado de mis casillas. Sabia perfectamente que este viernes me tocaba librar y queria que me quedara a acabar un articulo. No lo pensaba hacer, tenia planes.

Desde hacia algo mas de una semana Jorge (asi llamare a mi novio) estaba raro conmigo, distante. Todos los dias soliamos vernos a la salida del trabajo, pero solo vino un par de dias durante la semana pasada. Empece a preocuparme, como es logico. Le llame al movil cuando iba camino de casa, pero lo unico que me dijo es que ya me llamaria el luego que ahora no podia, empezaba a pensar que algo pasaba. ¿Quizas ya no le resultaba atractiva? ¿Se habria enamorado de otra mujer? Preferi apartar de mi mente esos pensamientos, hasta que no hablara con el de ese tema.

Me faltaban unos diez minutos para llegar a casa, habia algo de trafico en la ciudad. Despues de algo mas de 8 horas de trabajo tenia unas ganas increibles de despojarme ya de mis ropas sudorosas, se notaban los 40º que estaban haciendo.

Por fin, ya estaba en ascensor. Salude a la vecina de al lado que iba a echar la basura y por fin entre en casa. Puse el aire acondicionado, ¡lo necesitaba!, y despues de quitarme los zapatos (esos tacones me estaban matando) y ponerme las zapatillas de ir por casa me dirigi hacia el contestador para ver si tenia algun mensaje. La luz roja parpadeaba, asi que imagine que seria un mensaje de mi madre preguntando que tal estaba y por que no habia ido a comer el domingo a casa, pero no era la voz de una mujer la que hablaba.

Era una voz masculina, muy sensual... ¡¡¡era Jorge!!!. Me alegre de escuchar aquello; una sonrisa de oreja a oreja se me dibujo mientras mi corazon empezo a palpitar descontroladamente.

Hola Mireia, soy Jorge. ¿Qué tal estas cariño? Siento mi comportamiento contigo durante estos dias, para mi tampoco ha sido facil, te echaba de menos. Pero bueno, deseo que la espera haya valido la pena y te guste la sorpresa que te tengo preparada. Te espero esta noche en el "Secretos", esta en la calle Arturo Soria, a las 10 de la noche. Ponte algo con lo que te sientas atractiva. Te quiero, hasta mas tarde.

Me puse nerviosa. Faltaban escasas dos horas y estaba hecha un adefesio. Tenia que ducharme, peinarme, vestirme, maquillarme,... Me quede pensando durante pocos minutos: Jorge jamas ha sido una persona detallista ni romantica desde que le conozco. ¿A que vendra tanto misterio? Quizas le salio su vena romantica, quizas... ¡¡Las ocho y diez!! Deberia darme prisa o no llegaria.

Me fui corriendo al baño, mientras por el pasillo iba dejando la ropa que me iba quitando: el pantalon, la blusa, el sujetador. Abri el agua fria y me meti en la ducha. Con delicadeza fui recorriendo mi cuerpo con la esponja enjabonada, haciendo incapie en las axilas, los pechos (que empezaban a endurecerse por los pensamientos que estaba teniendo sobre lo que podria ocurrir esa noche), vagina y piernas. Mientras tatareaba un par de estrofas de la cancion que estaba sonando en la radio, me enrolle la toalla en la cabeza con el fin de que mis cabellos se secaran antes. Despues de extenderme la locion hidratante empece a vestirme.

Habia elegido para esa noche especial (o, por lo menos, eso esperaba) un vestido color purpura con pequeños brillos que me llegaba hasta los pies, con un escote en forma de v que dejaba al descubierto la forma de mis pechos redondeados y con la espalda al descubierto. Habia elegido precisamente ese vestido porque me quedaba justamente la tela por encima del culo, mostrando el tatuaje de mi pantera negra a la vista de todos. Ademas, se ceñian a mi cuerpo como si fuera una segunda piel, y marcaban mi figura femenina, que tanto le gusta a Jorge. Prescindi de la ropa interior, asi me sentia mucho mas sensual y esperaba que el asi lo notara. No me maquille mucho, solo lo justo, aunque si coloree mis labios de un rojo brillante. Me abroche el collar de esmeraldas que me regalo en nuestro 5º Aniversario y la pulsera. Y por ultimo, mi toque definitivo: unas pizcas de purpurina en el escote del pecho, para que saltara mas a la vista y los ojos miraran directamente ahí.

Aun me restaba una hora de la hora acordada, me quite la toalla de la cabeza y cepille mi pelo. No me hice ningun recogido, sabia que le gustaba mas mi melena suelta como caia sobre mi espalda que en una coleta o un moño.

Sali de casa al cuarto de hora, despues de haber recogido un poco la casa (sobre todo la ropa que habia ido dejando por el pasillo) para llamar a un taxi. No tardo mucho en parar un coche. El trayecto hasta el lugar indicado se me hizo eterno, a pesar que solamente tardo cosa de media hora. Le pague lo que indicaba el taximetro y me quede de pie enfrente de la puerta del "Secretos" durante unos minutos. Estaba nerviosa, las rodillas me temblaban y en el estomago tenia un nudo, se me seco la boca y por fin, despues de estar pensando que pasaria ahí dentro, decidi averiguarlo.

La primera impresión me dejo algo confusa: no tenia pinta de restaurante. Era una gran sala con mesas y sillones, y una barra a mano izquierda. Estaban un par de tipos sentados tomando un coctel, de esos que llevan una aceituna dentro. Eche un vistazo rapido por la sala para ver si lograba ver a mi novio. Estaba sentado en uno de esos sofas tomando algo, de espaldas a mi. Me acerque sigilosamente para poder cubrirle los ojos y que adivinara quien soy. Al destaparselos y verme, se quedo perplejo. Mis mejillas se sonrojaron levemente y me beso con una pasion casi irreconocible en el. Me pedi algo de beber y por fin epmezamos a hablar:

Bueno Jorge, ¿por qué me has citado aquí? Nunca habiamos venido a este sitio. ¿Cómo que lo conoces?

Tranquila mi amor, solo quise darte una sorpresa. ¿Te acuerdas de una conversacion que tubimos hace un mes aproximadamente, que tenia que ver con las orgias?

Me quede algo parada y empece a ruborizarme. Pocas veces habiamos hablado de ese tema cara a cara (casi siempre por telefono o por escrito) y ahora me daba vergüenza.

Aquel dia al que se referia Jorge fue una noche de tantas que estabamos hablando por la noche, antes de dormirnos, por telefono. En la variedad de temas existentes, esa noche hablamos de sexo. Quisimos contarnos cuales eran nuestras fantasias y que nos daria morbo, y los dos coincidimos en las orgias o en los intercambios de pareja, pero tuve la impresión de que el, al igual que yo, tampoco se atreveria a hacerlo nunca.

No sabia que decir, y lo unico que acerte a hacer fue asentir con la cabeza. Tenia una mirada complice, la cara picarona. ¿Qué me esperaba aquella noche? En breve lo descubriria.