Secreto Familiar 3: ¡ATRAPADOS!

Y la relación de complica...

Queridos amigos, ante todo les pido una disculpa por haberme ausentado por más de un mes y, a los que les gustó mi relato, hacerlos esperar tanto por la tercera parte. Sin más que decir, pasemos a lo importante.

Secreto Familiar 3: ATRAPADOS.

Luego de lo sucedido de camino a la hacienda, descubrí que mi prima Ángela se había dado cuenta de todo (relato anterior: http://www.todorelatos.com/relato/85710/ ). Realmente tenía miedo de que se lo contara a mis tíos porque el problema que se nos vendría a Luis y a mí sería inmenso. No pude estar ni un minuto más en la piscina, así que decidí salirme y descansar un poco. La idea principal era dormir, pero con ese torbellino de dudas deambulando por mi cabeza no conseguí hacerlo. Preferí salir a ver que hacían todos, y a ver si lograba hablar con Ángela, o al menos con Luis que estaba ajeno a todo lo que estaba pasando.

Todos estábamos en el bohío, mis tíos asaban la carne, Ángela y Luis jugaban cartas y yo estaba sentada en la silla perdida en mis pensamientos hasta que Ángela me lanzó un cojín…

-Prima, estás muy callada. Anímate y ven a jugar con Luis y conmigo ó ¿Es qué estos juegos te aburren y quieres jugar algo más interesante?-  Dijo Ángela mirándome con ojos inquisitivos.

-Para nada prima, aún sigo siendo una niña y me encantan estos juegos- Contesté yo esquivando su mirada.

Me fui a sentar con ellos y allí estuvimos jugando hasta que la comida estaba lista.

El ambiente que había a la hora de almorzar estaba muy tengo. Yo llevaba puesto un vestido cuello en V y debajo tenía mi traje de baño lo que ofrecía una generosa vista de mis senos a Luis que estaba sentado delante de mí, sentía que me quería comer con la mirada, y Ángela, que se estaba dando cuenta de las mirada cómplices de Luis hacía mí, me miraba y, cada vez que lo hacía, soltaba una pequeña risita. Yo estaba muy nerviosa, así que a lo que terminé mi comida me levanté de la mesa…

-Gracias por la comida, ahora Ángela y yo nos vamos a la habitación. Ya saben, cosas de chicas- Dije invitando a Ángela a que me siguiera.

Ella se levantó y se fue tras de mí sin decir nada. Llegamos a la habitación, nos sentamos en la cama y comencé a hablar:

-Ángela de verdad estoy muy apenada contigo por lo que sucedió en la camioneta. Sé que estarás pensando que Luis y yo somos unos cerdos y que merecemos el peor de los castigos, pero fue algo que simplemente sucedió y no tenemos mucho tiempo en esto. Por esta razón quiero pedirte que no le digas nada a mis tíos o a mi madre para evitar problemas, si callas yo te juro que nunca vuelve a suceder nada entre tu hermano y yo-  Le dije con la esperanza de que aceptara mi propuesta.

Estuvo un tiempo callada mientras que yo moría de la angustia, hasta que hablo:

-Tranquila María, no pienso decirle nada a mis padres ni mucho menos a tu madre, y por mí puedes seguir haciendo lo que quieras con mi hermano. Al fin que eso no es mi asunto, pero he de confesarte que me han calentado muchísimo con el espectáculo que me ofrecieron en la camioneta y quisiera ser parte de su secreto-

Me quedé de piedra al escuchar esto de mi prima, la verdad no supe que responder así que solo dije:

-Primero déjame hablar con tu hermano a ver que piensa, aunque no te prometo nada-

-Está bien-  Dijo ella y enseguida salió del cuarto.

La verdad es que la idea de que Ángela formara parte de lo que había entre Luis y yo no me hacía mucha gracia ya que nunca me llamaron la atención los tríos ni nada de eso. Pero debía de hablar con Luis y preguntarle a ver que pensaba. No me atrevía a rechazar la propuesta de Ángela por temor a que si les dijera a mis padres, pero tenía la esperanza de que su hermano se negara.

Luego de estar más tranquila tras haber hablado con Ángela, decidí tomar una siesta para así descansar un poco y disfrutar de la noche en la hacienda que estaba segura de que tendría muchas sorpresas para mí. Me recosté en la cama y en menos de 15 minutos caí rendida.

A eso de las 5 de la tarde me desperté y note que Luis, mientras yo dormía, se había acostado a mi lado en la cama y había quedado dormido. Se veía hermoso, con ese cuerpo espectacular que tenía descubierto ya que andaba sin camisa  y sin cobija, y ese short que le quedaba un poco ajustado. Sentí deseos de en ese momento lanzarme a besarle, pero no lo hice por temor a que mis tíos o Ángela entraran a la habitación y nos agarraran con las manos en la masa.

Me levanté de la cama, tome una toalla y me fui hacía el baño para tomar un ducha. Cerré la puerta tras de mí, quite mi vestido y mi traje de baño y me metí en la regadera. El agua, que estaba tibia,  comenzó a caer primero en mi cabeza, luego bajaba por mi espalda hacia mi culo y por mi pecho hacia mis senos y hacia mi coño. A mi mente vinieron los recuerdos de todo lo que había vivido con Luis y un calorcito más que conocido comenzó a hacer aparición entre  mis piernas. Comencé a acariciar mis cuellos, deseando que fuera mi primo quien lo estuviera besando, cerré los ojos, mis manos bajaron hacia mis grandes senos y los apretaron, luego mis dedos se entretuvieron en mis rosados pezones, los acaricié levemente notando como se colaban duros, luego los aprisione entre mis dedos y los apreté ocasionándome un leve gemido, mi mano derecha bajo hacia mi depilado y palpitante coño, comencé a recorrer con mi dedo índice mi raja de arriba abajo, mientras que mi mano izquierda seguía jugando con mis senos. Introduje un dedo entre mis labios vaginales y  note lo mojadísima que estaba, no tardé mucho en encontrar ese botón de placer que me lleva al cielo, mi clítoris, con mi dedo comencé a rozarlo subiendo y bajando, cada caricia hacia que deseara más a Luis, luego ya los roces eran más pronunciados, estaba excitadísima, no aguante más y comencé a masturbarme a toda regla, movía mi dedo fuertemente en mi clítoris, dibujaba círculos con mi dedo sobre él, la mano que estaba en mis senos paso a apoyarse contra la pared quedando yo de espalda hacia la puerta del baño, deje de masajear mi clítoris y baje mis dedos hacia la entrada de mi coño, comencé a moverlos haciendo presión pero sin introducirlos, así estuve un rato hasta que me penetre con 2 dedos, los movía lentamente, de adentro hacia afuera, disfrutando de cada entrada y salida, fui acelerando el ritmo cada vez más hasta que mis dedos entraban y salían de mi coño a un ritmo frenético, yo no paraba de gemir, era la mejor paja que me había hecho, dentro de poco me correría así que incremente más el ritmo, y comencé a decir el nombre de mi primo:

-Luis, AHH, AHH, mmm, como desearía que estuvieras aquí, ahh, ahh, ahh-

Ya casi llegaba al orgasmo cuando sentí unas manos que recorrían mi cintura y un gran pene caliente que se pegaba a mi culo. Era él, mi primo, mi Luis, él que había provocado toda esta situación cuando su recuerdo llego a mi mente. Recostó todo su cuerpo al mío haciendo que yo quedara presa entre su cuerpo y la pared, beso mi cuello, mordió mi oreja y dijo:

-Aquí estoy princesa, he oído como decías mi nombre mientras te tocabas y me ha encantado, mereces una recompensa-

Dicho esto comenzó a bajar por mi espalda besando cada rincón de mi piel, quedo arrodillado detrás de mí culo, tomo con sus manos mis nalgas y las beso, incluso mordió suavemente. Luego me tomo por los lados de mi cadera e hizo que me volteara quedando frente a él mi coño chorreante de mi esencia de mujer. Se colocó de pie, nos fundimos en un beso cargado de pasión y deseo, nuestras lenguas jugaban como queriendo entrelazarse en un nudo, luego su boca bajo hasta mis senos, tomo mi pezón entre sus labios y lo succionó fuertemente arrancándome un pequeño quejido de dolor, luego sacó su lengua y lo lamió hasta el cansancio, lo mismo hizo con el otro, volviéndome loca de placer. Pero lo separe y le dije:

-Luis, mis tíos pueden escucharnos, debemos detenernos-  Aunque en realidad no quería detenerme.

- Shhh, tranquila amor mío, ellos salieron al pueblo a comprar algo de alcohol, se tardan un rato-

Siguió con su labor y bajó por mi abdomen besándolo, hasta que llego allí, el lugar donde los placeres obtenidos son indescriptibles, con su lengua recorrió la raja de mi coño haciendo que mi cuerpo se estremeciera, yo mantenía los ojos cerrados disfrutando de cada instante, tomo una de mis piernas, la pasó sobre su hombro y, una vez quedado mi coño totalmente abierto a su disposición, se hundió en el con su lengua haciéndome ver estrellitas. Su lengua era exquisita, no dejó ni un rincón de mi coño sin lamer, me penetraba mientras sus dedos hacían maravillas con mi clítoris, los movía en toda dirección. Luego cambiaban de posición, sus dedos pasaban a penetrarme frenéticamente y su lengua subía a lamer mi clítoris. Estaba en éxtasis, no aguantaría mucho más y se lo hice saber…

-Luis, ahh, ahh, no aguanto más, me vas a matar de placer-

Esto como que le excitó e incremento el ritmo, mi cuerpo comenzó a sacudirse, una corriente eléctrica me recorrió y llegue, por primera vez en mi vida, al clímax.

-AAHHH, MMM, ME ENCANTA, ES EL MEJOR ORGASMO DE VIDA,  AHH-

Mi coño soltó una cantidad inmensa de jugos que Luis bebió, mis piernas me fallaron y caí al suelo exhausta y con una sonrisa de puta satisfecha que no me la quitaba nadie. Mi respiración se normalizo, me incorporé sobre mis rodillas, Luis me ayudo a levantarme y me guinde de su cuello para besarle en los labios. Noté que él seguía excitado y yo tenía que hacer que se corriera. Cuando me dispuse a bajar para mamárselo, el me agarró de los brazos y me dijo:

-Basta ya de esto, hoy serás mía completamente-

Me volteó, colocó mis manos contra la pared, inclinó mi cuerpo hacia atrás quedando mi culo en pompa, se situó tras de mí, con su mano guío su pene hasta la entrada de mi coño y lo introdujo de un solo golpe haciéndome gritar un poco.

Yo la verdad, desde hacía mucho tiempo atrás, no follaba, y esto hizo que me sintiera insegura. Pero mi amado primo me dio la confianza así que permití que siguiera penetrándome.

Se movía divino, y tenía un ritmo increíble propio de su juventud. Mis senos botaban de arriba hacia abajo con cada embestida. No me quede quieta, y acompasé sus movimientos con los míos, el dejó de moverse y ahora la que lo hacía era yo. Cuando tenía todo su pene dentro de mi contraía los músculos de mi coño para hacerlo disfrutar, y también movía mis caderas de un lado a otro y en círculos para sentir su pene en cada rincón de mi coño.

-MMM princesa, que rico aprietas, sigue así… Ahh, ahh- decía Luis

Yo detuve mis movimientos y le dije:

-Basta de tonterías y follame como un verdadero hombre, hazme gritar, dame duro-

Mis palabras fueron órdenes, él tomó el control de la situación y comenzó a follarme de verdad, sus embestidas me hacían gritar.

-AAHH, AHHH, sí mi primito amado, me encanta, MÁS, MÁS FUERTE- Decía yo, sorprendiéndome a mí misma de lo puta que me estaba comportando.

-Si quieres que te de duro, pídemelo- Dijo Luis.

-Ahh, ahh, si, dame más fuerte, quiero sentirlo todo, DIOS estoy en la gloria y es gracias  a ti mi amor, Mmmm, Más, más, AHH-

Estaba fuera de mí, no podía controlar mis gritos y no me importaba si alguien me escuchaba, solo quería disfrutar.

Luis me seguía follando fuertemente, sentía como sus testículos chocaban contra mí con cada entrada de su pene.

-No aguanto más, me voy a correr, AAHHH- Dijo Luis, soltando chorros de semen en mi interior. Sentí como su líquido caliente me invadía, y ese fue el detonante de mi bomba que estalló en un segundo orgasmo maravilloso.

Luis salió de mí, y por mis piernas comenzaron a correr su semen y mis jugos mezclados. Él se arrodillo y tomo un poco con su lengua, para luego subir y compartirlo conmigo en un beso esta vez no de pasión sino de amor.

-Gracias, te quiero- Me dijo.

Yo le respondí con otro beso, cuando de repente escuchamos unos gemidos ahogados, luego unos pasos a prisa y por último la puerta de la habitación. Alguien estuvo allí mientras Luis y yo follabamos en el baño y, no solo eso, se habían masturbado. Pero ¿Quién?, ¿Sería Ángela? O, peor aún, ¿Sería alguno de mis tíos que llegaron a la hacienda sin que nos diéramos cuenta?

Luis y yo nos asustamos, nos duchamos rápido, nos vestimos y salimos de la habitación, con la duda y el temor.

Efectivamente, mis tíos ya habían llegado a la hacienda, y no solo ellos, sino mi madre, que cambió la guardia del hospital, y mi prima. Pero la duda seguía: ¿Quién nos espío follando, y, encima, se masturbo? Yo estaba segura de que había sido Ángela, porqué los gemidos provenían de una mujer.

¡Qué más da!, luego hablaría con ella.

Cenamos todos en familia, mis tíos y mi madre se quedaron recogiendo todo, mi prima, Maria Fernanda, estaba con Luis en la piscina, y Ángela se había ido a la habitación. Era mi oportunidad de hablar con ella.

En la habitación:

-Ángela, está muy mal lo que hiciste. Mira que espiarnos a tu hermano y a mí, se te paso la mano- Dije yo molesta.

-¿De qué demonios hablas? Yo no los he espiado, pase toda la tarde en mi habitación leyendo- Dijo ella un poco enfadada por mu acusación y salió de allí.

Mi temor era inmenso, ¿Quién nos espió a Luis y a mí? Sí había sido mi mamá, o mi tía, estábamos muertos.

En eso entró mi madre  a la habitación y me dijo muy seriamente:

-María José, tenemos que hablar-

¡Mierda, fue ella!,  pensé. ¡Estoy muerta!