Secreto con mi padre ( 2ª parte)

A raiz de mi primer relato contando mi secreto con mi padre, muchos y muchas me habéis escrito interesándose por cómo me siento y para hacerme sentir comprendida. Algunos de vosotros me habeis convencido que quizás lo mejor sería que utilizara este medio para desahogarme y no tuviera vergüenza en contar lo que me ocurre. Lo he pensado mucho y he decidido contar cómo empezó todo con mi padre.

Todo empezó cuando yo tenía dieciséis años. Yo era una joven muy tímida y sin prácticamente nada de experiencia con otros chicos. Había tenido novios pero con ellos no pasaba de besos y abrazos y algún toqueteo en mis pechos sensibles. El año en que todo sucedió yo salía con un chico de mi barrio llamado Roberto.

Con Roberto estaba muy bien pero me sentía un poco agobiada porque siempre me pedía que lo acariciara y masturbara. Yo por vergüenza y sobre todo miedo a no saber hacerlo bien, siempre le daba largas e intentaba que me comprendiera. Tengo que reconocer que después de sesiones largas de besos y abrazos, cuando llegaba a casa me sentía excitada. Antes de cenar me encerraba en mi cuarto y metiendo mi mano por debajo de mi ropa interior, me masturbaba imaginando como sería el sexo de mi novio. Me imaginaba desabrochando su pantalón y acariciándosela.

Una tarde que había quedado con mis amigas, entré en la habitación de mis padres para coger una chaqueta de su armario. Mi padre dormía la siesta y para no encender la luz dejé la puerta un poco abierta para que la luz del pasillo me permitiera ver algo. La luz que entraba por la puerta entreabierta sólo iluminaba el armario y un poco la cama. Encontré la chaqueta y al cerrar la puerta del armario hice un poco de ruido y sentí que mi padre se giraba en la cama. Instintivamente miré su cara porque no quería despertarlo y ví que seguía durmiendo muy profundamente. Recuerdo perfectamente aquella sensación que me atravesó el cuerpo al ver aquella imagen. Al girarse, la sábana se deslizó y vi sus piernas desnudas y al subir la mirada   su sexo. Mis ojos se quedaron clavado entre las piernas de mi padre. Lo tenía totalmente erecto ( después me enteré que muchos hombres sienten erecciones mientras duermen) y aquella imagen me fascinó. Lo miré embobada un rato y salí de su cuarto nerviosa, me temblaban las piernas. Sentí que mi vagina se había mojado con aquella imagen y me avergoncé mucho porque era mi padre.

Esa noche al llegar a casa me metí en mi cuarto antes de cenar y acariciando mi vagina imaginaba a mi novio desnudo. Mi mano lo masturbaba. Cerraba los ojos y me venía a la cabeza la imagen del sexo de mi padre. Mi clítoris iba a estallar y como una imagen fugaz me imaginé masturbando a mi padre y me vino un orgasmo muy intenso. Me quedé sorprendida y avergonzada. Me había masturbado imaginando que le hacía una paja a mi padre. Desde esa noche mi vida cambió. Muchas veces cuando mi padre dormía buscaba excusas para entrar a su cuarto con la esperanza de volver a verlo desnudo. Cada noche me masturbaba recordando aquel miembro excitado. Solo una vez después de varias semanas, su sexo se mostró a mi y me noté mojar las braguitas con la visión. Me sorprendía su tamaño, su glande oscuro y que sobresalía como una seta, sus testículos...Me obsesioné con aquel sexo…

Durante ese tiempo una tarde me enteré que mi novio me había engañado con otra chica de su clase. Me sentía culpable por no haberle dado las caricias que me pedía. Durante esos días posteriores a la ruptura me acerqué mucho más a mi padre. Me gustaba llegar a casa y abrazarlo. Hablábamos mucho y cada noche me imaginaba como sería acariciarlo. Una tarde después de comer me preguntó por mi ex y le dije que me había dejado. Papá me abrazó y me decía que él se lo perdía, que yo era la muchacha más linda del mundo. Abrazada a él le dije que me sentía culpable de que rompiera conmigo. Mi padre me preguntó porqué y de mis labios escapó esa frase que cambiaría mi vida.

• Papá vas a dormir siesta esta tarde?
• Sí cariño, por qué lo preguntas?
• Puedo dormir siesta contigo?
• Claro mi niña
• Después te cuento lo de Roberto

Cuando me fuí a su habitación él ya estaba metido bajo la sábana. Me acosté muy nerviosa y apoyé mi cabeza en su pecho. Al abrazarlo me pegué a su cuerpo y sentí que tenía puesto pantalón de pijama. Estábamos abrazados y le dije que apagara la luz y no dijera nada. Le empecé a contar lo de Roberto, que nunca había pasado de besos y abrazos con ningún chico, le conté que me daba miedo no saber acariciar a un chico. Mi padre estaba en silencio y cuando me dí cuenta estaba acariciándole el pecho, la barriga, mientras le hablaba. Le acaricié el ombligo y en mi cara apoyada en el pecho de mi padre podía sentir su corazón latir muy fuerte. Mi mano bajó y me encontré con la goma del pantalón. Mi voz apenas salía de mi garganta. Mi cuerpo temblaba.

• Estás segura que quieres hacerlo mi niña?
• Sí papá.
• Bajalos cariño y no tengas miedo por no saber

Le bajé el pantalón y gemí contra su pecho al apoyar mi mano en su sexo. Estaba totalmente duro, hinchado,caliente. Mis dedos lo rodearon y comencé a mover la mano arriba y abajo. Me excité muchísimo. Estaba masturbando por primera vez a un hombre y ese hombre era mi padre. Me pegué a mi padre. Mientras lo masturbaba me frotaba contra su pierna. Mi padre me bajó la braguita y por primera vez sentí el contacto de otra piel en mi vagina. Gemía excitada mientras me masturbaba contra su pierna. Sentí mi clítoris a punto de estallar y moví la mano más rápido. Él también gemía, decía que lo iba a hacer correrse. No paré hasta sentir que su semen salía disparado y yo sentía mi sexo explotar contra la pierna de mi padre. Me abrazó y besaba mi cabeza. Me sentía feliz por lo que había experimentado. Nos dormimos abrazados siendo conscientes que nuestras vidas se habían unido mucho más.

Por favor si quereis podeis seguir escribiendome a mi correo y me podeis contar vuestras experiencias o lo que querais. Gracias. Mi correo es [email protected]

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