Secretaria sumisa 2

Siguen mis aventuras con mi sumisa secretaria

. Le expliqué que a partir de ese día debería de estar siempre disponible para mí, incluso algún día la llamaría la noche anterior para ordenarle como debería de venir vestida de manera que me pusiera más caliente de lo normal.

Continuará……………………………………………..

A las diez de la noche del jueves la llamé por teléfono, el viernes sería el último día de la semana que la iba a ver hasta el lunes, tenía ganas de acabar bien la semana. Ella estaba en su casa al lado de su novio pero aún así me cogió el teléfono. Quería ordenarle como debería de venir vestida al día siguiente y eso iba a hacer pero al escuchar su voz por teléfono mi polla se puso tan dura que no podía resistirme por tanto le pedí que se fuese al baño y metiera los dedos en su coño con el teléfono cerca para comprobar lo mojado que lo tenía, el hecho de que la pudieran pillar la excitaba a juzgar por la diligencia con la que obedecía y lo mojada que estaba, escuchaba sus gemidos mientras se masturbaba y yo no podía hacer mas que acompañarla estaba realmente excitado. Le ordene que se fuese a la cocina para meterse algo en su coño, algo grande para ver lo bien que se dilataba ya que eso era algo de lo que tenia pensado practicar con ella. Tuve que esperar unos minutos pero al fin me llegó un video donde se veía como la muy zorra se introducía casi hasta la mitad una botella de ron. Volví a llamarla ya con la intención de correrme y le ordené que se corriera que quería sentir su orgasmo de zorrita caliente. Los dos nos corrimos y le di la orden de cómo debería de vestirse al día siguiente.

Nada más aparcar el coche en mi plaza reservada sentía como la polla se me iba a salir de los pantalones pensando en mi secretaria sumisa que por cierto se llama Claudia, llamé por teléfono antes de entrar al edificio, quería darle una orden, tenía que abrir mucho las piernas nada más verme entrar a la oficina para que desde lejos yo pudiera verle el coño aún a sabiendas de que podía no ser el único que disfrutara del paisaje, ya que le había dicho que tenía que venir en minifalda lo más corta posible y con una camisa sin sujetador, zapatos de tacón y por supuesto sin ropa interior es decir como una buena putita que es lo que era.

Al salir del ascensor coincidí con uno de mis colaboradores, alguien que lleva conmigo casi desde mis comienzos prácticamente de mi edad y un gran amigo después de todo y me dí cuenta de que si yo era capaz de ver el coño de mi secretaria sumisa el también iba poder verlo así que se me pasó por la cabeza la idea de ofrecerla al fin y al cabo yo podía hacer eso y la culpa en parte era de ella por andar enseñando el coño y calentando a todo el mundo.

Nada más entrar en la oficina Carlos me hizo un pícaro comentario acerca de la nueva secretaria  y yo lógicamente asentí, no sabía el lo que le esperaba. Me presentó un informe al que no le presté atención y acto seguido le dije, oye quizás es mejor que llame a Claudia y que ella  lo reenvíe a todos los departamentos implicados. La mandé llamar y acudió en el acto. Se quedó de pie cerca de la mesa donde nos encontrábamos y le dije directamente:

Claudia, me ha parecido ver al entrar que no llevas nada debajo de esa minifalda.

Ella se quedó callada mirando al suelo un poco ruborizada y Carlos se acercó, diciendo:

Eso es fácil de comprobar no crees ?   Dirigiéndose a mí.

Le dije que desde luego pero sus manos ya  recorrían las suaves piernas de Claudia que las separaba para que Carlos pudiera manosearla mejor.

Cuando ya parecía estar bien mojada, lo hacía con mucha facilidad, le ordenamos que se pusiera a cuatro patas en el sofá con las piernas separadas de modo que la minifalda se le subió tanto que disfrutamos del espectáculo de sus divinas nalgas.  Decidimos atarle las piernas a las patas del sofá, yo tenía amplio material en mi oficina ya que no era la primera secretaria zorrita de la que disfrutaba, pero Carlos dijo:

Vamos a atarle también las manos para que no pueda moverse, mientras le daba con la palma de la mano en sus nalgas.

Así lo hicimos, teníamos a la zorrita a nuestra disposición para todo lo que deseáramos, Carlos se la metió en la boca, ella tragaba con muchas ganas, se metía todo el falo de Carlos casi hasta los huevos, yo por mi parte empecé a preparar su culito con lubricante, metía un dedo, otro…cuando ya había metido tres lanzo un grito ligero a lo que  Carlos la agarró por el pelo y le soltó un “ cállate guarra y chupa”  yo mientras seguía entreteniéndome en su culo introduciendo toda suerte de objetos que me encontraba encima de mi mesa. Cuando ya le había metido todos los objetos pequeños que había querido le di la vuelta y le pregunté:

De lo que ves que quieres que te entre primero en el coño?  Si no escoges tú lo haremos nosotros. Ella echó un vistazo alrededor y acabó escogiendo un portavelas que me había regalado mi mujer no hacía mucho y que poseía cierta forma fálica, eso si bastante mas  grande. Ella a esas alturas ya estaba empapada aunque no se había corrido ya que no le habíamos dado permiso pero aún así nos costo metérselo ya que el tamaño era considerable pero una vez dentro parecía que experimentaba placer quizás en ese momento se sentía mas usada y sumisa que en nunca. Yo por mi parte le metí la polla en su boca tragona y Carlos se decidió por usar su culo ya dilatadito de mis juegos. Así estuvimos follándola un buen rato y dejamos que se corriera mientras lo hacíamos, gemía  como una perra. Carlos dijo que estaba a punto de correrse, le saco el portavelas del coño y la puso de rodillas para echarle toda la leche en su cara, ella le miraba sumisa como esperando su premio, abría la boca para que nada se escapara y Carlos se vació encima de aquella carita de guarra, al ver la escena yo no pude más y también me vacié en su cara. Nos quedamos un rato los tres hablando y al poco rato  Claudia se fue al baño a arreglarse. Le pedí que se maquillara bien y se arreglara el pelo, Carlos se fue y Claudia y yo salimos a comer ya que de regreso a la oficina todavía le quedaban muchas sorpresas.

Nada mas entrar la senté en el sofá completamente desnuda y atada, así tenía pensado tenerla toda la tarde para ofrecerla a todo aquel que por suerte esa tarde visitara mi oficina, pero eso lo contaré en el próximo relato…………