Sé que sabes que soy un cornudo sumiso

Sé que tú lo sabes. Sé que sabes que spy un cornudo y que lo acepto; que no me importa e incluso que me excito. Sé que sabes que soy también sumiso porque no te digo nada. Para qué.

Sé que te ves con él, que te folla, que te corres con él como una cerda, como una guarra y como una zorra. Sé que haces con él lo que a él le viene en gana, que se la chupas en lugares públicos, que te folla en la oficina y en los aseos de los restaurantes. Sé que tus amigas saben que sales con él,  que follas con él. Sé que te usa como quiere y cuando quiere.

Sé que incluso te ha prestado a algún amigo y que tú has follado con ellos para complacerlo a él. Sé que se te moja el coño nada más verlo, cuando suena en casa el teléfono y sabes que es él. Sé que te compras lencería cara para él, que te cuidas y vas a la peluquería e incluso que has comenzado a ir al gimnasio. Sé que cuando te folla bien follada vienes a casa con la cara radiante, feliz, contenta y dichosa. Se te nota, sobre todo, porque cuando quiero que hagamos el amor me dices que estás muy cansada. Y te duermes con una extraña sonrisa en la cara.

Se te ve feliz. Lo sé. Y sé que si tuvieras que elegir entre él y yo te irías con él sin dudar, pese a que está casado. Sé que incluso me dejarías a mí a cargo de nuestra hija, que renunciarías a ella por él. Y sobre todo, sé que le has suplicado que te preñe porque quieres tener un hijo suyo. Un hijo que no quieres que sea mío. Y quizás por eso hace tiempo que no me dejas penetrarte.

Y pese a todo te sigo queriendo, no puedo dejarte y no dejo de masturbarme viendo como follas con él, porque te entregas apasionada y casi sumisa, a sus caprichos, al antojo de su polla. Lo sé y lo he visto una y otra vez,  porque él ha grabado vídeos que le ha enseñado a sus amigos y que tú has traído a casa, a escondidas, aunque lo has dejado a la vista para que yo los encontrara.

Y sé que sabes que los he encontrado. Y sé que sabes que yo los he visto. Y sé que sabes que me masturbo mirando los video varias veces al día. Que no paro de verlos y de masturbarme. Sé todo  eso y más, aunque tú no me has contado nada. No me has dicho nada. No hace falta.  Te acabas de despedir dándome un beso en la frente. Sólo has dicho: “He dejado el DIU y voy sin nada. Voy a follar a pelo y vamos a ser padres”.

Y yo no he dicho nada. Pero cuando has cerrado la puerta he corrido para poner el video y masturbarme.