Se llama Marisol?

Una violación por envidia, y una violación por venganza.

Se llama Marisol?

Era una linda chica estudiante del último año de bachillerato de un lujoso colegio; blanca, delgada, con muy buen cuerpo. Excelente estudiante, deportista, adinerada, y con un lindo novio que estaba loco por ella y que era la envidia de muchas de sus compañeras, la quería por todas sus cualidades y porque sabía que era una de las pocas chicas serias que aún se conservaba virgen. Su nombre: Estefanía.

Un día en que sus novio estaba de viaje de fin de semana con su familia, la chica fue sola a una fiesta donde habían muchos compañeros y compañeras del colegio, y también había jóvenes de liceos públicos y otros que ni siquiera eran estudiantes. Estefanía se puso a tomar alcohol, como todos los demás, sólo había tomado un poco de vodka, pero algo debieron poner en su bebida, porque a la media hora ella estaba como ausente. Sus amigas no estaban cerca, y muchos de los asistentes ya estaban borrachos, por lo que nadie notó cuando cinco muchachos motorizados, todos jóvenes, con pinta de malandros, se acercaron a ella y la fueron llevando hacia la salida, y ella sin poner resistencia salió de la fiesta con ellos.

Uno de ellos la subió a una de las motos, a los pocos minutos ya estaban lejos estos antisociales con la pobre chica. Ellos también habían bebido, pero estaban perfectamente en sus facultades, además todo les había salido como querían, porque así lo habían planeado.

Se alejaron unos cuantos kilómetros por una carretera de un caserío cercano, cuando estaban seguros de que en ese lugar era poco probable que una patrulla o alguien pasara y los viera, bajaron a la chica que continuaba como una autómata obedeciendo y dejándose hacer, la tiraron en el monte, y allí mismo la violaron cruelmente. El primero fue el líder, el mayor de todos, se acercó a ella, luego que entre los otros le habían arrancado la ropa, abrió sus piernitas y de un solo empujón se la clavó toda, desgarrándola. Ella ni siquiera ponía resistencia, obedientemente se dejaba hacer.

Luego que terminó el primero, uno a uno fueron pasando entre sus piernas, no la golpeaban, no hacía falta someterla, pero sí la besaban, mordisqueaban, y hacían chupones en su cuello, sus senos y todo su torso. Mientras uno la violaba, los demás acercaban sus penes a su carita, pero como no conseguían que los mamara, sólo se masturbaban frotándosela en el rostro. Después que cada uno usó su vagina la voltearon y comenzaron a usar su culo, esta vez otro fue quien se encargó de desvirgar y desgarrar esa cavidad que tampoco había sido ocupada por un hombre. Así la tuvieron como dos horas, tiempo en el que ella mayormente estuvo inconsciente, hasta que ya saciados la dejaron ahí tirada y se marcharon a toda prisa en sus motos.

Al amanecer, luego de haber estado como tres horas en ese estado, la joven despertó, aún con somnolencia miró hacia todos lados sin recordar nada de lo que había pasado. Veía todo borroso, su boca estaba seca, estaba completamente desnuda, su ropa estaba tirada cerca de allí toda rasgada, todo su cuerpo le dolía horriblemente, como si un carro la hubiera atropellado. Hasta donde alcanzaba a ver, su abdomen, sus senos, tenía marcas rojas y moradas por todos lados, y cuando vio hacia sus piernas dejó escapar un grito desgarrador, sus muslos estaban llenos hasta sus rodillas de sangre y gran cantidad de semen seco.

Como pudo se levantó, colocándose su ropa toda sucia y rasgada, y caminando se acercó a la carretera y comenzó a andar hasta que vio una casa. Allí pidió ayuda a una familia, donde enseguida salieron a llamar al teléfono de su madre que ella les dio.

Luego que su madre fuera a recogerla estuvo en una clínica, donde fue atendida por sus heridas físicas y también fue asistida por un psiquiatra. Allí determinaron que había sido drogada con "Burundanga", sustancia muy usada en Latinoamérica con fines delictivos, que se obtiene principalmente de mezclar escopolamina con algún calmante como el diazepam, esta anula la voluntad y ocasiona perdida de memoria, pero era evidente el hecho de que había sido víctima de una violación múltiple.

Cuando salió, su madre le insistió en que debían poner la denuncia para que atraparan a los culpables, pero la chica traumatizada además de que ni remotamente recordaba la cantidad ni la cara de los agresores, ni siquiera nada de lo que había pasado, no deseaba ser sometida a la humillación de ser interrogada y que comenzaran una investigación donde muchos de los que estaban en la fiesta al ser interrogados se enterarían.

Fue después de muchos días de estar en casa que la chica volvió a clases, en su colegio a todos, profesores y compañeros, les hicieron creer que la chica había estado enferma. Sólo había alguien que sabía que era lo que realmente le había sucedido a Estefanía, la bella, talentosa, popular, la envidiada, la del espectacular novio deseado por todas.


Luego de haber estado casi seis meses en el exterior con Miguel Angel su mejor amigo, por motivos de trabajo, llega a la ciudad un hombre espectacular, alto, moreno, cuerpo atlético, ojos ámbar, es un joven ejecutivo, hijo de padres con mucho dinero, pero quien ha hecho su propia fortuna, su nombre: Martino.

Muy contentos en su casa lo recibieron sus padres y su hermana Estefanía. Al ver a esta corrió a abrazarla, era su única hermana, diez años menor que él, la adoraba, la conocía más que nadie, y enseguida notó en su rostro que no era la misma Estefanía de antes, su mirada reflejaba un halo de tristeza. Durante su estadía en el exterior su mamá le había dicho por teléfono que Estefanía y su novio habían tenido muchos problemas y su relación había terminado, pero al verla intuyó que algo más grave le había ocurrido a su amada hermanita.

Pasaron los días, Estefanía estaba por terminar clases y graduarse de bachiller, su hermano estaba ocupado casi a diario en cosas de trabajo, pero no perdía oportunidad de preguntarle a su hermana que le pasaba, hasta que un día estando solos en la casa ella por fin le confesó su horrible secreto, la terrible pesadilla de la violación de la que había sido víctima.

Martino sintió un dolor que desgarraba su pecho, abrazando a su hermana mientras esta lloraba, escuchó atento lo que Estefanía le relataba. Como ella había ido a una fiesta sola, como de pronto se sintió mareada, como no recordaba nada de lo que le había ocurrido, de qué manera despertó, y cuando fue asistida en la clínica. Llorando también le contó que luego que volvió a ver a su novio, le preguntó de manera hipotética que si a ella la violaban qué haría él, y cómo este le insinuó que ella perdería todo valor para él, así que dejó pasar unos días, y fue ella misma quien terminó la relación. También le dijo que en el colegio había varias muchachas quienes la miraban burlonamente como si supieran algo, y que una de ellas había sido novia de su ex-novio.

Luego de eso Martino no volvió a tener sosiego, a medida que pasaban los días el odio iba creciendo en su mente y en su corazón, y lo que le daba más rabia era no saber qué personas eran el objeto de su odio. No había hablado esto con nadie, pero una noche como tantas otras buscó a su amigo Miguel Angel para salir y sin contarle nada concreto desahogarse con él. Estando en una tasca, comenzaron a hablar, y finalmente su amigo le dijo:

_Martino, amigo, dime qué es lo que está pasando. Sé que pasa algo con Estefanía, sabes que puedes confiar en mí, hemos sido siempre como hermanos.

Martino hecho un mar de lágrimas le confió a su amigo que a su hermana la habían violado, pero sin darle mayores detalles. Miguel Angel, también comenzó a llorar al oír todo esto. Desde hace tiempo estaba enamorado de la hermanita de su amigo, pero siempre la había respetado por su corta edad y por la amistad entre las familias. Martino sabía que a su amigo le gustaba Estefanía, y siempre había bromeado con eso, y ese día escuchó de boca de Miguel Angel, que la amaba.

Esa noche antes de dejar a Miguel en su casa, Martino le dijo:

_No descansaré hasta averiguar quienes le hicieron esto a mi hermana, y los haré pagar.

Así comenzó una laboriosa averiguación, Martino usó todo su poder y astucia, contrató un investigador, infiltró sabiamente entre los jóvenes del colegio personas de quienes pudiera obtener información, y principalmente usó lo que su hermana le había dicho, investigó sobre "la muchacha que había sido novia de su ex-novio". Todo esto sin que Estefanía lo supiera. Muy pronto supo que una joven había contratado a unos muchachos para que violaran a la novia de su ex. Se llamaba Marisol Rodríguez.

Tal era su ira acompañada de euforia, y su deseo de venganza, que decidió él mismo continuar indagando, y fue así como un día le preguntó a su hermana que quién era "Marisol Rodríguez", y esta asombrada le confirmó que era la chica que había sido novia antes que ella de su ex.

El no quería que su hermana se inmiscuyera en el asunto, ni siquiera que se enterara, así que un día en el que ella no fue a clases, él decidió por si mismo averiguar quién era la fulana Marisol. No le fue difícil que unos compañeros de Estefanía le mostraran que compañera de ellos se llamaba Marisol Rodríguez.

Al verla de lejos sintió una mezcla de odio y alivio, al fin sabía quien había sido la responsable de este hecho tan atroz. Caminó hacia su camioneta y casualmente ella pasó a su lado, y el la miró bien, para no olvidar su rostro. Era blanca, cabello castaño claro por los hombros, delgada, ojos verdes, y un pequeño lunar muy característico del lado izquierdo un poco más arriba de sus labios.

Martino veía a la chica vestida con su uniforme de camisa beige, falda azul marino, medias blancas y zapatos negros, y para sus adentros tuvo que reconocer que era bellísima, no podía creer que ese rostro angelical escondiera tanta maldad. Ella saludando con una mano hizo gestos a un chico que se acercaba en una moto, se subió junto al joven y partieron, Martino arrancó también en su camioneta y les siguió varias cuadras sin que estos se dieran cuenta, cuando la moto se detuvo en una casa donde bajó Marisol, el chico sin despedirse la dejó y rápidamente se marchó.

Mientras tanto su amigo Miguel Angel, dejando todo prejuicio de lado, había comenzado a cortejar a Estefanía, era muy delicado con ella sabiendo lo que le había ocurrido. Lamentaba no haberse atrevido a enamorarla antes, consideraba que la hermana de su amigo lo que necesitaba era un hombre que la valorara y protegiera. Y ella que siempre se sintió atraída por el amigo de su hermano, le parecía mentira que este por fin se fijara en ella, sin saber que en secreto el siempre la había admirado y desde hace mucho sentía algo fuerte por ella.

Pasaban los días y Martino continuaba siguiendo a Marisol, no volvió a involucrar a más nadie para evitar sospechas de lo que tramaba. Sólo su amigo Miguel Angel, sabía que el pensaba en vengar a su hermana, e intentaba que desistiera de la idea. El hombre herido por lo de su hermana planeaba secuestrar a la joven culpable y hacerle pagar lo que había hecho.

Averiguó que la joven salía los fines de semana a un lugar nocturno de moda, y le dijo a Miguel Angel que ese sábado por fin ejecutaría lo que durante tanto tiempo había planeado.

Llegó el viernes y Martino no se aguantó, desde temprano dejó de contestar llamadas en su teléfono celular, estaba muy nervioso por lo que iba a hacer. Se arregló muy bien, se perfumó, y salió en su camioneta 4x4. Estuvo en dos tascas bebiendo antes de acudir al lugar que frecuentaba Marisol, un lugar donde iban jóvenes a escuchar música alternativa en un local que quedaba en una bomba de gasolina.

Al llegar miró hacia todos lados y no la vio, casi se sentía mejor pensando en posponerlo, cuando de pronto la vio salir del baño, y como se dirigía a la barra y pedía una piña colada. Estaba hermosa, vestida con una minifalda de jeans, una franela rosada manga larga y unas sandalias altas rosadas, su cabello liso y suelto. La vio sentarse sola, se acercó a ella fingiendo desinterés, se paró cerca mientras miraba un televisor donde ponían videos, y cuando vio una silla desocupada a su lado, se sentó. Le buscó conversación, y ella al ver ese ejemplar de hombre tan bello no podía sentirse menos que halagada de que él fuera tan simpático con ella.

Cuando ella le dijo que se llamaba Marisol, él dándole la mano, le dijo:

_Ah! Mucho gusto, Miguel. Dijo, mintiendo.

Continuaban la charla animadamente, ella le contaba donde estudiaba, que estaba por graduarse de bachiller, la Universidad a la que planeaba entrar, y la carrera que quería estudiar. El por su parte había inventado toda una sarta de mentiras, hasta le dijo que andaba en un carro que le había prestado un amigo.

De pronto Martino comenzó a frotarse un ojo con los dedos, diciéndole que le había entrado una basura en el ojo, y le molestaba el lente de contacto (lo que era mentira, ni usaba), y lastimeramente le pidió que lo acompañara al carro para echarse gotas. Ella muy servicial lo acompañó, el iba delante aún con su actuación con una mano tapando su ojo, y ella preocupada caminaba tras él.

Cuando llegaron a la camioneta y este desactivó la alarma, abrió la puerta del copiloto, y la guantera, ella le preguntó:

_Donde tienes las gotas?

_Aquí. Dijo él de espaldas a ella metiendo la mano en la guantera y sacando un bote con éter y mojando un trapo que llevó a su nariz sedándola de inmediato.

Desde allí todo ocurrió salvajemente rápido, la tomó cargada, la subió en el asiento de atrás de la camioneta y partió a toda marcha del lugar. Kilómetros más adelante cuando sintió que estaba despertando le mostró su arma 9 mm. y le ordenó quedarse acostada. Ella quedamente comenzó a pedirle:

_No me mates, por favor, no me hagas daño.

El no hablaba, sólo seguía conduciendo y bebiendo de una botella de whisky, cuando ya habían tomado una carretera, se detuvo a un lado, se bajó, y fue a sacar de la maletera unas cuerdas con las que la ató, y también vendó sus ojos. Ella no gritaba, sólo lloraba impregnando con sus lágrimas la venda que él le había colocado. Sabía que era inútil gritar. Le preguntaba por qué la secuestraba, que sus padres no eran muy ricos para obtener dinero por ella.

_Cállate la boca, estúpida, no te voy a matar.

Después de muchos minutos y kilómetros, la camioneta enfiló por un camino de tierra con lo que ella comenzó a sentirse más asustada. Hasta que se detuvo, el hombre se bajó, abrió una reja enorme la cual era la entrada de la finca de su familia, y dirigió su camioneta hacia la parte de atrás donde no había nada de luz, a un lugar donde habían esparcidas muchas pacas de heno. Situó su camioneta ante un encerado (lona impermeable para cubrir las cargas de los camiones) que estaba sobre una gran base alta de cemento, dejó sólo los cocuyos de la camioneta encendida, y fue a sacar a su presa del carro.

Cargándola la sacó del carro quedando las sandalias dentro del mismo, la depositó en la lona, causándole los primeros golpes, desató las manos y volvió a atarla por las muñecas con los brazos abiertos de unas argollas que sobresalían del muro de cemento por entre la lona, que él inteligentemente había dispuesto, hizo lo mismo con sus tobillos, la falda se le había subido a la cintura dejando ver unas finas tangas rosadas.

Con fiereza comenzó a arrancarle la franela dejándola hecha jirones, fue hacia la camioneta nuevamente por un cuchillo con el que rasgó por completo la falda, dejándola solo con su brassiere y tanga rosas. Ella continuaba con sus ojos vendados, amarrada, llorando desesperada, suplicando que no le hiciera daño. El al verla así, atada, tan vulnerable, tan hermosa que se veía sólo con su ropa íntima, comenzó a tener la erección que necesitaba, por fin la tenía allí e iba a violarla, como lo habían hecho con su hermana. Se echó unos tragos de whisky para darse ánimos, aunque ya estaba medio borracho.

Sentía una extraña de mezcla de odio, morbo, miedo, lástima, por lo que iba a hacerle a esa chica. Pero luego de tomarse un enorme trago, quitándose la camisa, se dirigió hacia ella, y comenzó a manosearla rudamente, sacándose luego el guebo para hacerse una paja restregándose contra ella. Tomó nuevamente su cuchillo, y esta vez fue su ropa interior la que volvió añicos, dejándola completamente desnuda, mostrando unos hermosos senos pequeñitos, coronados con unos pezones rosados. Le acercó el pene a la cara, lo restregó por sus mejillas, nariz y labios, y luego de darle una bofetada le dijo:

_Abre la boca, puta, y me lo mamas.

Ella obedeció, presa del temor, abrió la boca, pero estaba hipiando, además de que la herramienta del hombre era de gran tamaño, así que el sin esperar a que ella pudiera mamar, comenzó a cogérsela por la boca.

Ella continuaba llorando, el se le subió encima, sintió la tibieza de su cuerpo y el delicioso perfume que emanaba. Comenzó a arañar su cuerpo, sus brazos, su vientre, sus piernas, con la sola idea de hacerle daño, se prendió de sus teticas, mordiendo sus pezones, tomándolos entre los dedos y halando de ellos. Comenzó a hacer chupones por todo su torso, su cuello, sus senos, su cintura. Ella continuaba rogando que no le hiciera más nada, a pesar de la brisa fría ambos sudaban, ella del miedo y él de la euforia, además el la bañaba con su sudor impregnándola de su olor de macho unido a su perfume.

Mientras arañaba con una mano sus muslos, y luego la pasaba por su entrepierna, ella intentaba cerrarlas sin éxito, haciendo que las cuerdas se incrustaran más en las carnes de sus tobillos. De pronto el comenzó a pasar sus dedos por sus pliegues vaginales, haciendo que ella se estremeciera del terror, recorrió sus labios vaginales, notando que la vagina estaba totalmente seca, acarició por un momento su clítoris, y luego presionó la entrada de la vagina con uno de sus dedos, y se asombró muchísimo al sentir lo cerrada que estaba, al notar que ella era virgen, cosa que él no se esperaba. Dudó por un momento en proseguir, pero luego para darse ánimos recordó lo que había pasado su hermana, así que descendió a mirar en su vagina, y de un solo golpe introdujo dos dedos causándole mucho dolor, haciendo que ella exhalara un grito, mientras comenzaban a salir por la pequeña abertura las primeras gotas de sangre producto de la rasgadura de su himen.

Deseaba decirle cuanto la odiaba, el por qué le estaba haciendo esto, pero no lo hacía, pensaba desaparecer como lo habían hecho los que violaron a Estefanía, eso sí, deseaba que ella nunca olvidara la cara del hombre que le estaba arrebatando su virginidad. Así que de un tirón le arrancó la venda de los ojos. Cuando lo hizo daba pena lo que vio, de la cara de la joven no dejaban de salir lágrimas a borbotones, el maquillaje todo regado con grandes manchas negras bajo los ojos, los cuales al igual que su nariz estaban muy rojos por lo que había llorado.

En un instante de calma, mientras el volvía a colocarse encima de ella, la besó en la boca, fue el único beso que le dio, y mirándola a los ojos le dijo:

_Esto no lo olvidarás nunca.

_Nunca. Respondió ella resignada.

Escupió en su mano, llevando la saliva a su glande, lo posicionó en la entrada de la vagina, y de un empujón se lo clavó todo, llevándose su himen totalmente, sacando de la garganta de la chica un grito estremecedor. Comenzó a bombearla despiadadamente, la espalda de la joven sufría mientras se tallaba contra la lona, pero el dolor más intenso era el de su vagina, y ni decir el que sentía en su alma.

El continuaba insensible al dolor de ella, con un mete-saca frenético, tomándola por las caderas arremetía salvajemente, intentando no mirar a sus ojos, que de todos modos ella tenía cerrados esperando que todo acabara.

El hervía de lujuria, y luego de unos pocos minutos, sintió que se venía, aceleró los embistes, penetrando bien profundo, llenó inmensamente la vagina de la chica con una cantidad muy abundante de su semen. Cuando terminó se retiró de ella, quien ya solo sollozaba quedamente. El reguero de sangre mezclado con la leche del hombre, que salía de ella era impresionante, los delicados pliegues vaginales estaban hinchados y enrojecidos.

Se levantó y la desató, sin mirarla, se fue hacia la camioneta a echarse otro trago de whisky. En ese momento mil cosas pasaron por su cabeza, no se sentía saciado, la rabia permanecía, el odio había crecido, sentía pena y vergüenza de si mismo, del acto tan canalla que acababa de cometer lejos de traerle tranquilidad le había causado mayor desasosiego. Cuando vio su celular que estando en "vibrat mode" repicaba, miró la pantalla y vio que era Miguel Angel quien le llamaba, tembloroso, agitado, lo contestó.

_Qué pasó? Dijo.

_Si, es Martino, qué pasa? Volvió a decir cuando su amigo le preguntaba si de verdad era él. Su amigo debió notar su voz extraña.

_Donde estás, pana? Qué te pasa? Le preguntó su amigo, quien conociéndole muy bien sabía que algo ocurría.

_Nada, dime, estoy en la hacienda.

_Coño, tengo horas llamándote, nojoda. Verga, tengo una vaina que contarte.

Intentando disimular le dijo a su amigo:

_Dime, pues, cuéntame.

_Mira, he andado toda la noche con Estefanía, salimos a cenar y a tomarnos algo, me le declaré, y comenzamos a hablar de nosotros. Me contó lo que le pasó, y estuve preguntándole de las sospechas de quienes estaban involucrados en eso. Y a qué no sabes que me dijo?

_Qué?

_Que ella cree que algo tuvo que ver o que está enterada del asunto una Marisol Rodríguez.

_Ajá, y? Aquí ya la tengo conmigo.

_QUEEE?

_Que aquí la tengo pues.

_COÑO, Y NO Y QUE LO IBAS A HACER EL SABADO, GÜEBON?

_AJA, PERO DIME QUÉ COÑO PASA.

_MARICO, ESTAS SEGURO QUE ESA ES? Estás seguro que SE LLAMA MARISOL?

_CLARO.

_Chamo, yo creo que no. Tu hermana me dijo que la que le tiene arrechera a ella estudia cuarto año, y es una morena culona. Y cuando le pregunté a tu hermana si conocía a una Marisol blanquita, ojitos verdes, de un lunar, me dijo que sí, que estudiaba quinto pero en otra sección, que la trataba hace poco, pero que era súper buena gente, que desde que la veía deprimida y que se había alejado de sus amigas, ella le brindó su amistad. Dijo que es muy noble y compasiva, nada que ver con la otra Marisol.

_QUEEE?

_Bueno, de hecho, esa que está contigo no se llama Marisol. Se llama Sol María Belén, y cómo no le gusta su nombre dice que se llama "Marisol", y casualmente las dos son Rodríguez. Chamo, no la vayas a tocar, de pana estoy seguro de lo que te estoy diciendo. No le vayas a hacer nada a esa chamita.

Martino no pudo oír más, trancó el teléfono, mientras sentía en su interior que su alma, su espíritu se le iba. Corrió a donde se encontraba la chica, esperando, deseando cobardemente que hubiese huido mientras él hablaba por teléfono. Pero no fue así, cuando volvió la encontró donde la había dejado. Con todo el pelo revuelto, sin hacer ningún ruido, de sus ojos sólo salían lágrimas intermitentemente, en posición fetal, con los brazos y piernas juntas, encogida como un animalito asustado, sólo levantó la cabeza cuando el le preguntó:

_COMO TE LLAMAS? DIME TU NOMBRE COMPLETO.

_Sol María Belén Rodríguez.