Sé infiel y no mires con quien (2)

Por la mañana me desperté feliz pensando en lo que me había ocurrido la noche anterior. Aun recordaba cada embestida que le daba a Susana en un ataque de sexo sin control y como ella las recibía con esa cara angelical de no haber roto nunca un plato. Y aun recordaba más a Silvia con sus palabras, sabiendo que la noche antes había follado a su novio como nunca, pensando que aquel hombre era yo. Muchas emociones juntas para un fin de semana en el que creía en un principio aburrido.

Allí a mi lado estaba Susana, completamente desnuda, tendida boca abajo, tapada tan solo por las sábanas. Escuchaba su respiración profunda, parecía dormida:

  • Susana –la llamé poniendo una mano en su hombro-

  • Susana

  • Mmmmh –asintió con un gesto como diciéndome que estaba dormida-

Le aparté un poco su cabello rubio y empecé a acariciarle los hombros con las yemas de mis dedos. Formaba palabras en su cuerpo mientras iba bajando lentamente mis manos apartando las sábanas de mi camino. Iba bajando, acariciando su cuello y su espalda. Ella con mis caricias parecía cobrar vida y se iba despertando.

  • Qué haces?

  • Acariciándote –le contesté-

  • MMmmmm te veo con ganas de jugar. Déjame, que estoy dormida –dijo con voz melosa-.

  • A mí no me lo parece.

Yo no le hice caso y seguí acariciándola, bajando aún más por su espalda, retirando por completo las sábanas y dejando su cuerpo totalmente al descubierto. Era preciosa, tenía una piel suave y un culo que me volvía enfermo, bien durito en forma de corazón. Pasé de su espalda a sus piernas, acariciándole desde la parte trasera de sus rodillas al interior de sus muslos. Ella parecía excitarse, e invitaba a mis caricias abriendo un poco sus piernas. Subí por el interior de sus muslos, hasta encontrarme casi con su vagina, rozando levemente sus pelillos sin llegar a tocarle directamente en su rajita. Estaba empezando a gemir suavemente. Me acerco a ella besándole el cuello y después el lóbulo de la oreja. Me detengo dándole besos por sus hombros y toda su espalda. Ella parecía cada vez más excitada, así que me lancé a acariciarle el clítoris con las yemas de mis dedos. Acompañaba los movimientos de su cuerpo a mis caricias hasta que sin aviso, metí de un golpe un dedo dentro de su coño:

  • Ahhhh joder! Sabes bien como calentarme cabrón –dijo mirándome a la cara-.

Noté como meneaba su cuerpo para sentir mi dedo bien dentro de su coño. Se movía sin descanso mientras aumentaban sus gemidos. Apoyaba su cara sobre la almohada y de vez en cuando la mordía por el placer que sentía. Me miro de nuevo a los ojos y decidí en ese momento meter otro dedo bien dentro

  • Joder Paco! Que bien lo haces! Cómo me gusta despertar así por la mañana!

  • Siempre que quieras –le contesté- tendrás algo mío dentro de tu cuerpo.

  • Ahg dentro de mi cuerpo?

  • Sí, lo que quieras tener dentro, mi lengua, mis manos, mi polla, lo que quieras.

  • Sí? Ahhhg y por qué agujerito?

  • Por el que quieras

  • Ahhhg por mi coño? –me interrumpió-

  • Claro

+Y por mi ahhggh boca?

  • No lo dudes ni un segundo

  • Aaaahgg Y por mi culo?

  • Si te apetece por tu culo lo haré por tu culo.

  • Ahhggh, no me queda mucho para correrme Paco.

Susana cada vez se movía más rápido y yo ayudaba con mis dedos en ese movimiento. Deseaba follarla pero no quería privarla de un segundo de ese placer que le estaba dando con mis manos. La animaba con mis palabras.

  • Me voy a correr. Ahhg –mordía la almohada-.

  • Así zorrita! Demuéstrame todo lo que me deseas –le metí otro dedo más-

  • Así, sii, ahhhhg

  • Vamos zorrita

  • Aaaaaaaahhhhhhhhhgggg

Sus gemidos debieron escucharse en toda Sevilla. Quedó moviéndose lentamente sobre mis dedos, cada vez más despacio hasta parar.

  • Ha sido genial. Me he corrido con tus dedos.

  • Ya sabes que soy un artista con mis manos.

  • jajajajajaja! Y con otras cosas que no son las manos! Lo que me parece extraño es que no me hayas metido tu polla cuando me tenías ahí bien caliente para ti.

  • No habrá sido por falta de ganas, te lo puedo asegurar

  • Ah sí? Tenías ganas? Cuántas ganas? –preguntó Susana con impaciencia-.

En ese momento me besó bajando sus manos por mi pecho hasta llegar a mi polla.

  • Vaya, si debías de tener ganas. Cómo la tienes de dura! –sonriéndome pícaramente-. Se me ocurre cómo recompensarte.

Se puso de rodillas a mi lado y me agarró la polla con sus manos. Empezó un suave meneo acariciándomela entera. Me miraba fijamente mientras lo hacía. Yo me estaba excitando aún más de lo que ya lo estaba.

  • No prefieres que esto lo haga con mi boquita? –preguntó con cara de viciosa-

  • Siiii por favor Susana. Hazme una buena mamada por favor –estaba desesperado-.

Ella no esperó a acercar su cara sobre mi verga. Humedeció sus labios un poco y acercó su lengua a la punta de mi capullo. La acarició levemente, pasando su lengua, haciendo círculos sobre ella, besándola, mordiéndola suavemente. Se la mete un poco en su boca. Noto como su lengua recorre mi glande mientras que con sus manos me acaricia la base de mi polla y me agarra los huevos. Buuuffff me encanta cuando alza la mirada hacia arriba y me mira con esos ojitos azules. Cada vez se mete más polla en su boca y empieza a moverse rítmicamente. Yo le ayudo con mis manos, agarrándole la cabeza para traer su boca a mi polla.

  • Ahhg. Así Susana, qué bien la chupas.

  • Mmmmmm –chupaba- No prefieres que lo haga otra?

  • No, no quiero, sigue chupando

  • MMmmmmm No prefieres a una puta?

  • Joder, menuda puta estás hecha tú –empecé a mover mi culo hacia arriba para meter más mi polla en su boca-.

  • Mmmmmm Y no prefieres que te la chupe tu novia?

  • Aaaaaaahggggggg

Esas fueron las palabras justas para explotar y soltar toda la leche que tenía dentro. No me dio tiempo a avisar y manché toda la cara de Susana con mi semen.

  • Vaya! Menuda corrida –me dijo sorprendida Susana-

  • Buuuuffff yo diría menuda mamada. Lo siento, no he podido avisar por la excitación.

  • No te preocupes. Sabes que me gusta.

En ese momento comenzó a lamer mi verga con su boca y a limpiar todos los restos de semen que quedaban. Esta chica era fantástica. La verdad es que mi novia lo hace de maravilla, pero no se le queda esa cara de gusto que se le queda a Susana después de hacerlo. Eso me excitaba aún más.

  • Te quedarán fuerzas para esta noche no? – me preguntó Susana-

  • No pienses que con una mamada al día me conformo, necesito algo más.

  • jajajaja! Bueno, pero te advierto que hoy llegaré tarde, tengo una fiestecilla.

Susana tenía una fiesta con sus antiguas compañeras de universidad. Se suelen reunir de año en año y justo esa noche quedaron para verse. Mala suerte la mía para ese día, aunque tal y como había empezado todo me podía dar más que satisfecho por todo el fin de semana. De todas formas ella, después de reunirse con sus compañeras volvería al hotel. Así que decidí darle mi llave magnética de la habitación comentándole que ya me harían en recepción otra para poder entrar de regreso a mis clases.

  • Me voy a duchar antes de irme a casa –comentó Susana-.

  • Vaya! No vienes a clase hoy?

  • No, no puedo. Tengo que solucionar unos asuntos hoy,

  • Vaya! Una pena el no verte por mis clases aunque pensándolo bien es mejor para el resto de alumnos. No creo que sea bueno dar clases teniéndote allí haciendo travesuras.

  • jajajaja! –se rió con fuerza- Reserva fuerzas para esta noche que las necesitarás.

La historia, aquí no acaba. En mi próximo relato sabréis más.

Podéis escribirme con vuestros aplausos, dudas o críticas. Me podéis contar qué os parece.

erospides@hotmail.com