Se fué a un Chippendale

Seguramente lo habría escogido después de verlos a todos, y sabiendo sus gustos sería del tipo rudo, muy masculino y de buen cuerpo.¿Hasta donde llegaría Yess? ¿Sólo vería? ¿Se atrevería a más? ¿Permitiría que se la metiera?

Se fue a un Chippendale

Voy a describir como empezamos en esto Yess y yo, lo voy a narrar en tercera persona porque considero que así me agrada más como suena. Esta primera historia la escribo yo, Beto. Yess no sabe aun lo que estoy haciendo, pero antes de publicarla voy a leérsela e invitarla a que las siguientes historias las narre ella o los dos juntos. Sin más preámbulos empecemos con la narración.

Aquí se narra la historia de una pareja que recientemente ha probado las mieles del mundo swinger. Ella, mujer atractiva, hace apenas unos tres año dejo las edades de los veintes, de estatura media y un cuerpo atractivo. Desde su adolescencia llamó la atención de los hombres, y el afortunado fue Beto. Hincaron su noviazgo cuando ella tenía apenas 18 años, a punto de concluir el bachillerato: él, seis años mayor que ella, un poco bajo de estatura pero de buen ver.

Durante 15 años como pareja, de los cuales 10 son de feliz matrimonio, no solo se aman, su vida sexual ha sido activa, y desde hace varios años, estando en la cama incorporaban a terceros en su vida sexual a través de la fantasía.

Un buen día, después de más de 9 años de matrimonio, las primas de Beto invitaron a Yess a un bar de strippers. Como siempre fueron francos ella le comentó el plan a Beto y él le dijo que se quedaría en casa mientras ella se iba a divertir. Lo interesante de esto, es que la sola idea de que Yess había ido a ese tipo de espectáculo, no sólo no le molestó a él… más bien alimento su fantasía.

Imaginaba a Yess, su única pareja sexual en casi 15 años, tomando unas copas, y viendo bailar hombres atléticos con poca ropa. La idea de Yess, excitándose ante la vista de otros hombres, sin la limitante de que él pudiera verla, realmente alimentaba la lívido de Beto.

Él había ido con amigos a bares con mujeres haciendo strip tease, nunca se lo había ocultado a ella. Y se imaginaba algo similar a lo que había visto. Sabía además por pláticas con amigas, de cómo eran esos "espectáculos Chip & Dale", le habían contado de mujeres pagando boletos para que las besaran… en el fondo siempre se imaginó que cuando sus amigas le decían boletos para besos, eran más que eso.

¿Hasta donde llegaría Yess? ¿Sólo vería? ¿Se atrevería a más? En su cabeza daban vueltas esas y más preguntas. ¿Habría privados como en los Table Dance? Oprimía una y otra vez el control remoto de la televisión sin detenerse en ningún canal, mientras en su mente veía a su mujer, entregando nerviosa un boleto a un stripper musculoso, con una breve tanga que no dejaba a la imaginación la herramienta que tenía entre las piernas. Seguramente lo habría escogido después de verlos a todos, y sabiendo sus gustos sería del tipo rudo, muy masculino y de buen cuerpo.

En su mente podía ver como él la tomaba de la mano y se alejaban de la mesa perdiéndose en la penumbra del bar, dejando a las primas murmurando divertidas de su complicidad. Caminarían hasta un rincón en el que haciendo a un lado unas cortinas los dejaban a solas en una salita de tenue luz.

La imaginaba nerviosa pero tan excitada que ya habría humedecido su tanguita. El sin más trámite la besaba en la boca y Yess respondía metiendo su lengua en busca de la de él, mientras bajaba sus manos por la espalda de él acariciándolo. Él besaba su cuello y abría su blusa besando sus grandes y redondos senos. Seguramente ella le acariciaría la verga, grande y parada, sobre la tela de la tanga; Yess lo había echo innumerables veces con Beto, y si era como con él, pronto se la sacaría y querría mamársela.

El acariciaría las nalgas de su mujer y la sentaría en el sillón para poder separarle las piernas y llevar su mano hasta los mojados labios de su vagina, acariciando su clítoris mientras ella tiembla de placer acariciando la dura verga que tiene en su mano. ¿Permitiría que se la metiera?

Imaginar a Yess húmeda y caliente, fuera de control… había parado la verga de Beto. Nunca lo había pensado antes, pero ahora más que nunca deseaba, no sólo que todo esto que había imaginado de verdad estuviera sucediendo… quería realmente que Yess perdiera el control y se la cogieran.

Beto esperaba con ansia que Yess llegara, quería que le contara todos los detalles, y conociéndola, sabía que lo haría. Pero eso será el tema del siguiente relato.