Se está destapando la caja de pandora
Impresionada por un mundo que desconocia me case con alguien que solo era dinero pero al final, aunque no siempre es asi, el tiempo pone a cada uno en su lugar.
Me presentaré como Carmen por mis origenes en una pequeña población de la costa mediterranea.
Cumplí allí los 7 años y luego mis padres trasladaron su residencia en busca de trabajo en Cataluña, Esto, sin saberlo yo en aquel entonces, me abriria un futuro más esperanzador pues les permitió a mis padres labrarme un futuro de estudios.
No llegué a la universidad porque mi trabajo era necesario y opté por realizar estudios de contabilidad y administración de empresas en una academia con titulo propio dedicandole horas de sueño. Fueron 3 intensos años de trabajo y estudios.
A través de la bolsa de trabajo de la propia academia pude cambiar de empresa y con 18 años entraba en el departamento de contabilidad de un grupo de empresas situada en Barcelona. Esto era lo más pesado pues tenia que coger el tren cada día. Pero pronto deduje que este nuevo paso era positivo para mí.
Tuve una adolescencia y juventud bastante normal, con algún noviete pero en realidad más bien poca cosa. Eso hizo que me sorprendiera un poco el ritmo de vida que se llevaba en Barcelona lo que en un primer momento me trajo conflictos en casa porque cada vez retrasaba más la hora de llegada.
Pero la vida te tiene reservadas sorpresas y una de ellas fue que lo que tenía que ser un juego fue un enamoramiento y cuando no llevaba ni un año en la empresa formalicé la relación con un compañero de trabajo. Nos casamos al año y medio y de el tuvimos inmediatamente un hijo.
Mi vida tomó otro rumbo, no quise dejar el trabajo en contra del criterio familiar escuchando sin embargo las opiniones más al día de mis compañeras de trabajo, algunas de ellas en mi misma situación.
Vives los primeros tiempos con bendita ilusión, pero era una situación bastante dificil de llevar tanto por mi juventud como por las constantes recriminaciones que por parte de mi familia recibia de cómo educaba a mi hijo y porque para mi marido aquella responsabilidad le superaba.
Nada distinto a muchas parejas lo que nos llevó a un sexo convencional y algunas aventuras paralelas más inducidas por los comentarios con mis amigas que por propia convicción.
A los 6 años de matrimonio nos separamos. Eso si fue un cuadro para mí, joven, con un hijo y trabajando en un momento de cierta crisis en España ya que si bien se iban a celebrar los Juegos Olimpicos corria la voz que justo despues habria una importante recesión economica como respiro a la burbuja que significaban los propios juegos y la expo. No podia perder mi trabajo bajo ningún concepto.
Supongo que fue más el pánico que sentia que la propia realidad pero durante un tiempo me encerré en mi trabajo, dedicandole mucho más a la empresa de lo que debía y desatendiendo sin darme cuenta a mi propio hijo.
Fue así que mi exmarido pidió verme, queria hablar conmigo. Me cogió desprevenida cuando me contó todo lo que hablaban el y nuestro hijo proponiendome que le diese la custodia. Me hundí y a los pocos dias firmabamos.
Allí me teniaís, con menos de 30 años, casada, separada y desprendida de mi hijo. Me desmoralicé, y ayudada, eso debo de reconocerlo visto ahora en perspectiva, por unas compañeras de trabajo con las que todavía me veo, fui al jefe de personal y le propuse que me despidieran, tramitandome las prestaciones por desempleo. Un apaño muy generalizado en al época.
Tenía dos años por delante para recomponer mi vida, periodo en el que tuve el apoyo de estas amigas y excompañeras. Sabian que estaba hundida pero no permitieron que me abandonara. Me ayudaron a recomponer el presente y pensar en un nuevo futuro.
Aproveche para reciclarme especialmente en el ambito informatico, puse al dia algunas contabilidades de pequeños negocios con los que complementar mi precaria situación económica y ya más animada me lancé a la busqueda de un trabajo adecuado a mis deseos. Me ayudó el recurrir a mi antigua academia donde otra vez su bolsa de trabajo fue determinante.
Obtuve un trabajo en una empresa de reciente constitución, eramos 4. A dia de hoy somos 26. Como podeis deducir el ambiente de trabajo era efectivo y dinamico. Un clima joven y emprendedor. Me vi nuevamente integrada al mundo.
Pero ya era tarde, mi hijo al que veia un finde de cada dos estaba bien asentado en casa de su padre, quien además hacia tiempo que se habia vuelto a casar y yo estaba sola.
Ahí empece a descubrirme a mi misma, a liberarme a sentir y disfrutar, empece a ver i vivir el sexo y mi sexualidad de otro modo y me despojé de los velos en los que me habia educado. Era libre, atractiva y con independencia economica. En este tiempo descubri de todo, incluso los clubs de intercambio. Fueron unos meses muy intensos, llegaron las navidades y en la fiesta de fin de año despues de una cena con amigos fuimos a bailar y terminamos en un club de intercambios.
Me levanté feliz pero calmada, lo que quedaba de primero de año lo dedique a pensar, incluso me inventé una excusa para no ir a comer a casa de mis padres.
Me sentia radiante, feliz, pero aquellas fiestas me habian despertado un cierto deseo familiar. Cuando me di cuenta de lo que pensaba me horroricé, no queria volverme a casar, para nada. Pero no tardé en sonreirme, al poco tiempo tomé la decisión. Tendria otro hijo.
Ya había aprendido la lección y sabria como educarle sin perjudicarle, ni desatender el trabajo ni esclavizarme yo.
Han ido pasando los años siendo una mujer más o menos feliz, madre de un precioso hijo, viviendo como una single de nuestros dias.
Mi sexualidad es una inmensa fuente de deseos y fantasias, me incorporé en los principios de los chats donde tuve mis aventuras, donde compartí mis fantasias y las de otras personas. Y, aun teniendo varios amigos y amigas, internet en momentos concretos de mi vida en los que no he podido salir, especialmente por razón de salud de mi hijo, me ha sido de gran compañía tanto los propios chats como la infinidad de paginas de relatos como esta.
Reconozco que algunas veces cuando se me ha abierto el banner de una pagina senzillamente la he cerrado por considerar que su contenido no podia interesarme.
Pero como estas estan ahí presentes siempre hay aquel dia en que empujada por la curiosidad decides dar una vuelta, es asi como empece a ver fotografias, videos y leer relatos de ciertas practicas sexuales como sado en sus variadas formas, zoofilia y otras practicas.
Hace unos años leyendo un relato vi un vinculo a una pagina que me sorprendio, no por el tema que es ampliamente recurrente en todas las paginas de relatos sino por el mero hecho de existir una pagina tematica.
Amorfiliar se llama.
Supongo que por su contenido es muy dificil registrarse en ella pero ahí esta.
Habia leido muchos relatos y unos más que otros me excitaban, pero eran solamente eso, relatos.
Sin embargo al navegar por amorfiliar me sorprendió su foro y los comentarios que en ellos leia.
Seguian siendo relatos que podian excitarme pero incluso no tenia yo esta pagina añadida a mis favoritos.
Podria ahora recordar muchos refranes de nuestro rico costumario, pero este verano, maldito verano de livianos trapitos me sorprendi a mi misma vagando en pensamientos que al darme cuenta de ellos me quise negar. Y, como dicen tales refranes, tanto busque que encontré.
Me senti muy mal al principio, yo misma intentaba tranquilizarme, habia sido un momento de relajación, solo eso. Pero no era asi y yo lo sabia, Mi hijo habia entrado en mis fantasias y era consciente de ello. Tanto así que en algún momento empecé a ser yo quien le incluía en mis momentos de placer solitario.
Pero no podia ser y asi me lo dije a mi misma. Transcurrió el verano no sin esfuerzo y empezó un nuevo curso, orden en casa, otra vez los horarios y entre ellos el de irse a la cama. Menos tiempo juntos, en resumen un calentón de verano.
A los 15 dias de empezar el curso me llaman del colegio, con la tutora estaba el responsable de educación fisica. Me comentan que ya habian observado el curso anterior la capacidad de mi hijo como jugador de baloncesto y que en estos primeros dias de curso se habia confirmado. Querian mi permiso para dejarle ir a entrenar con un equipo de la ciudad. Mi propio orgullo me hizo dar el consentimiento.
Nuevo equipo y muchas más lavadoras. Hasta que hace dos semanas preparando una lavadora al coger sus ropas del equipo me inundo unos primeros y desagradables efluvios de sudor pero un acto reflejo hizo que yo misma me sorprendiese acercando con mis dos manos estas prendas a mi nariz. Mis flujos me inundaron de placer y deseo. Me corrí sin tocarme y con las prendas en mi cara. Las solte y corri a mi habitación, me senté trastocada, respiré, me alivié y ya más relajada, me tumbé en mi cama y me masturbé haciendo venir a mi mente imágenes guardadas de mi hijo.
Fui directamente a la cocina y preparé la cena, me sorprendia yo misma de la satisfacción que sentia, no me lo reprochaba pero tampoco me lo negaba, habia disfrutado y era mi secreto.
Aquel olor estaba incrustrado en mis pituitarias, y repetí mis momentos de placer preparando otras lavadoras.
Normalmente si preveo una salida nocturna de larga duración o salgo en dias en lo que tiene entreno le llevo a dormir a casa de unos amigos o bien viene una compañera de trabajo que se saca unos dineros extras de lo contrario le doy de cenar y le dejo solo.
Asi fue como esta ultima semana teniendo una cena con unas compañeras de trabajo el viernes opté por dejarle solo preveyendo que no llegaria más allá de la una. Pero la sobremesa se fue animando y llegue a mi casa a las tres.
Al abrir la puerta me percaté por los reflejos que el tv estaba encendido. Vaya con mi hijo, haciendose un hombre pense, y aguantando despierto. Pero era todo lo contrario, se habia quedado dormido en el sofà, ya con el pijama, con una pierna cayendo y una cara de angel sumergido en los más felices sueños. Encima de la mesita el envase vacio de unas natillas.
Le miré, yo ya no puedo con el, asi que debia despertarle. Que injusticia, con lo feliz que estaba. Me arrodillé y le majé el pelo toda vez que le besaba en la frente. Ni un parpadeo. Me sonreí. Bendita felicidad.
Le volvía besar en la frente, pero apoye mi mano en la punta del sofa a la altura de su cintura. Le observé, leves centimetros de su vientre se dejaban ver entre la cintura del pantalón y la camiseta del pijama.
Los recuerdos del olor de su equipo deportivo me vinieron a la memoria e inundaron todos mis sentidos. Pasé los dedos suavemente por esta zona de su vientre. Me excusé besandole nuevamente la frente mientras seguia rozando su piel, Movi mis labios besandole la mejilla y mis dedos se deslizaban por debajo de la camiseta. Me estaba excitando pero yo ni me movia.
Notaba que deseaba irme pero seguia besandole la mejilla y la frente con una sonrisa transparente en mis labios y mi mano seguia jugueteando por debajo de la camiseta y con la insinuación de sus pezones.
De vez en cuando el hacia un movimiento como espantando moscas, pero ni un pestañeo. Aunque ante estos movimientos yo quedaba paralizada y a la espera.
Mis manos eran autonomas, yo plenamente consciente de lo que iba ocurriendo pero sin poder apartarme, y asi mi vista se desvio a su cintura y mi mano lentamente también. Primero por encima del pantalón y mi excitación aumentó cuando noté que reaccionaba, estaba poniendosele erecta. Volví inmediatamente mi mirada hacia sus ojos, me asusté pensando que podia haberse despertado, pero no era asi. Y mis rodillas seguian incadas en el suelo, no podia moverme, no podia irme de allí.
Mis manos juguetearon bastante rato por encima del pantalón hasta que me sorprendí deslizando mis dedos por debajo de la cintura y deslizando a la vez lo que de si daba el propio pantalón. Apareció ante mi su pene, jovencito todavia, pero duro. Le acaricié suavemente con la unica intención de descubrirle el prepucio. Asi lo hice, que belleza. Me quedé quieta, no debia seguir así. Mis dedos quedaron quietos sujetandole con la puntita descubierta.
En mi mente un torbellino de imágenes y recuerdos. Nuevamente el recuerdo de sus olores y las imágenes de relatos leidos con anterioridad.
Incliné mi cabeza, le bese el prepucio, jugueteé y lo absorvi todo, Un leve y casi insignificante gemido me hizo volver a la realidad.
Ahora si pude salir de ahí. Le acomodé las ropas, me levanté, cogí mis cosas, salí de nuevo. Abrí la puerta del piso haciendo un ruido desproporcionado por la hora que era, cruce el living con paso firme y ya en el salón llamé por su nombre a mi niño. El se despertó, marcaba una buena erección bajo su pantalón. Me reí de el por haberse quedado dormido en el sofá. Nos dimos un beso y nos fuimos cada uno a su habitación. Yo me tumbé directamente encima de mi cama y me masturbé.
Al dia siguiente mientras desayunamos le comenté a mi hijo que anoche estuve tentada de invitarle a acostarse en mi cama y charlar un rato. Le prometí que otro fin de semana lo hariamos.
Se que lo voy a cumplir como se que voy a disfrutar de lo que siento.
Esas sensaciones no puedo mantenerlas para mi sola, por eso lo he escrito, perdonad la extensión.
No se si voy a escribir lo que ocurra a partir de ahora. Pero ahí esta y llegará.