SdM: Chantajeada por la ley - La puta del Sheriff

Una esposa y madre es chantajeada por un Sheriff corrupto de una pequeña ciudad del medio oeste para que sea su puta particular. Aunque intenta proteger a su familia no podrá impedir que su hijo se una al chantaje.

1.- De los delitos del hijo

Emma  era una mujer de fuerte personalidad. Le amedrentaban pocas cosas y cuando algo tenía que hacerse, lo hacía. De clase media/baja vivía en un pueblo de unos 10.000 habitantes en el medio oeste. Su familia subsiste con el salario de su marido, guardia de seguridad, con unos turnos draconianos. Tan pronto de día, tan pronto de noche. A la familia había que sumar su hijo Kevin, que estudiaba en el instituto del pueblo. La vida le había enseñado a que las cosas no tienen por qué ser justas y a afrontar los muchos vaivenes que había sufrido, siempre viviendo al límite económicamente, con estoicismo.

Como tantas otras en estos lares perdidos de la mano de dios se había casado joven. A los 17 años se casó, a los 18 ya era madre. La boda tuvo sus no pocas complicaciones teniendo en cuenta que su marido era negro y ella blanca. Una blanca de pelo largo, liso y rubio. Unos ojos azules en una cara afilada. Tenía la constitución de su madre que le permitía estar delgada con muy poco esfuerzo, disfrutando de un culito prieto y unos pechos en su justo tamaño que se mantenían firmes.

Emma llegaba justo en ese momento a la comisaría del pueblo. Un Sheriff y sus cuatro ayudantes protegían la ciudad. O eso se suponía. Dos de los ayudantes eran hermanos y más tontos que un canto rodado. El Sheriff y los otros dos ayudantes tenían fama de ser injustos, abusivos, racistas y corrían sobre ellos algunos rumores sobre corrupción.

“Sheriff Anderson” preguntó Emma al entrar. “¿Dónde está mi hijo? ¿Qué ha pasado?”

“Tranquila Emma. Ven a mi despacho y te explico la situación” Anderson tenía unos cincuenta años. La piel reseca por el sol o por el frío surcada de arrugas le daba un aspecto de viejo prematuro. Su corte de pelo militar con su cabello plagado de canas no lo hacían parecer más joven. Alto y de constitución recia de joven había tenido reputación de pendenciero. Esa reputación no desapareció al hacerse Sheriff.

Una vez dentro, donde el Sheriff la siguió y cerró la puerta al entrar, se sentaron a la mesa del despacho y Anderson le puso al corriente.

“Hemos pillado a tu hijo con bastante meta encima como para procesarlo por tráfico mayor. Serán entre 5 y 10 años. Cómo es su primer delito saldrá en unos 2 o 3 años seguramente. Si no se mete en problemas en la cárcel”

Emma se quedó en shock. No sabía por qué habían arrestado a su hijo. Un joven mulato que había heredado la altura y el carácter fibroso de su padre. Su hijo había cometido pequeño errores, propios de su juventud. Alguna borrachera, alguna pelea… pero Emma no se podía imaginar que se hubiera metido en tráfico de drogas.

“¿A la cárcel? No. No puede ser. Es joven. Sabes que en la cárcel sólo podrá empeorar. La cárcel no soluciona nada. Es su primer delito. ¿No puedes hacer algo? Yo me encargare de enderezarlo. Por favor”

“Bueno…” dijo Anderson con una sonrisa malévola. “Ya sabes que desde hace unos meses estoy divorciado y mi mujer se ha ido de la ciudad recientemente…” Emma lo sabía. En un pueblo pequeño corrían los cotilleos. Decían que Anderson maltrataba a su mujer. Y otro rumor decía que a su mujer la habían violado recientemente, poco antes de irse de la ciudad, pero que se había negado a poner ninguna denuncia. Pero todo rumores, habladurías… nada confirmado.

Anderson giró la silla y se quedó de lado, despatarrado sobre la silla y tamborileando la mesa con una horrible sonrisa.

Emma al principio no entendía qué pasaba hasta que vio que Anderson se llevaba la mano al paquete.

“¿Qué? ¿Qué ovarios me está pidiendo, Sheriff”

“¿Te lo tengo que explicar? Echo de menos las mamadas de mi mujer. Me encantaba meterle la polla hasta la garganta, correrme en su boca y ver como se lo tragaba. Apiádate de este viejo solitario y hazme recordar mejores momento, Emma”

“Estás loco! Ahora mismo voy a denunciarte a… a… a la policía estatal!”

“Vale…” respondió Anderson sin dejar de sonreír ni sobarse el paquete. “Pero mientras tanto voy a procesar a tu hijo. Antes de que la policía estatal llegue a nuestro pequeño pueblo, si es que vienen dado que no tienes ninguna prueba de tus injuriosas acusaciones, tu hijo estará en la cárcel del condado. Muy guapo tu medio tiznado. Seguro que se lo rifan allí. No sé si sabes que la nación aria domina la cárcel. Estoy seguro que les encantará saber que su madre es una blanca follanegros”

Emma estaba paralizada. ¿En serio que le estaba pasando esto? Empezó a sopesar sus opciones y todas acababan con su hijo en la cárcel. Podría salir antes o después… o nunca… pero todas lo llevaban inmediatamente a la cárcel… todas menos una

“Una mamada...y mi hijo sale limpio” dijo con serenidad.

“Como la patena. Nunca quedara constancia de su desliz con la meta”

Emma se levantó, dudo y momento y primero se aproximó a la puerta a poner el pestillo. Fue hacia Anderson. Sin disimular el asco que le daba, pero acabo de rodillas frente a él. Le costó armarse de valor pero terminó sacando el miembro de su chantajista de sus pantalones. Una polla con el mismo aspecto de pellejo reseco que el resto de la piel del sheriff. Emma tomó aire y se zambullo. Se metió la polla en la boca y empezó a mamarla, arriba y abajo, diciendo que era lo mejor para librar a su hijo de un destino peor.

Pronto noto la mano de Anderson en su cabeza, primero acompañando su meneo, luego cogiéndole del pelo y marcando el ritmo, acelerándolo bastante más de lo que le gustaría a Emma… La segunda mano de Anderson también se posó sobre su cabeza y ya, sin disimulo empezó no solo a marcar el ritmo sino además la profundidad. Empezó a notar esa polla golpeando la entrada de su garganta, produciéndole arcadas. Intentó resistirse, levantarse, pero el Sheriff la tenía bien sujeta. Ya no era una mamada. El Sheriff le estaba follando la boca y pugnaba por entrar en su garganta. Emma hacía verdaderos esfuerzos por no gritar, temiendo, menuda ironía, que vinieran a rescatarla. Pugnó durante un buen rato y solo la salvo cuando sintió esa salobre y desagradable sensación del semen escupido en su boca. Alguna vez le había dejado correrse en su boca a su marido. Pocas. Le desagradaba y solo lo hacía alguna vez por complacerle, y siempre terminaba escupiendo el regalo. Ahora Emma sentía la polla empujando contra su garganta mientras el Sheriff le sujetaba la cabeza corriéndose una y otra vez.

Al fin Emma pudo volver a respirar cuando la polla, aunque aún en su boca, empezó a retirarse, satisfecha, después de una buena corrida. “Recuerda. Una buena mamada no es una buena mamada si no te lo tragas, Emma” dijo medio riéndose

Al fin Emma sintió que su cabeza era libre y se apartó, asqueada, de la polla de su violador. Aun con la boca llena de ese asqueroso líquido. Reprimió las arcadas y con un glup se trago esa leche que le recordaba a un asqueroso vaso de mucosidades.

“Esto no es una mamada” recrimino Emma “Me has follado la boca!”

“Interpretaciones… interpretaciones…” se mofo el Sheriff.

Emma se levantó mientras el Sheriff se la volvía a meter en los pantalones. “bien. ¿Y mi hijo?” dijo aun con la terrible necesidad de beber algo y quitarse el mal gusto de la boca.

“Claro. Un trato es un trato. Vamos a los calabozos”

Allí Emma encontró a su hijo, notablemente asustado pero por lo demás incólume. “Mama! Gracias a dios. No era mío. No sé dedónde salió. De verdad!”

“Déjalo. El Sheriff ha... decidido no presentar cargos por ser tu primer delito. Vámonos a casa. Ya hablaremos allí, jovencito”

Emma era consciente de la sonrisa burlona del Sheriff mientras se iba. Emma intentó tener una charla con su hijo pero este juraba y perjuraba que no tenía nada que ver. que no sabe cómo acabó eso en su mochila. Emma al principio no sabía si creer a su hijo pero cuando le explico que el Sheriff, sin motivo alguno, había decidido registrarle la mochila donde apareció la meta empezó a dudar si no le habían puesto la meta para inculparlo”

2.- De los delitos del padre

Pasó una semana sin ningún sobresalto más hasta que un día el Sheriff llamó a su puerta. Era una casa con un pequeño huerto. El vecino más cercano estaba como a 100 metros.

“Hola Emma. Hemos recibido un soplo. Dicen que tu marido trafica con drogas. Iba a pedir una orden de registro pero por los buenos momentos que hemos pasado he preferido venir a hacer un registro informal y así no quedará constancia. ¿Puedo dar un vistazo?”

Emma se mostraba reticente. “¿Tienes algo que ocultar? Si es así la próxima vez no tendré a bien avisarte”“Vale. Pase. Pero noencontrará nada Sheriff”

Nada más entrar el Sheriff cerró la puerta y de una bolsa sacó un paquete muy característico. Emma los había visto en la televisión pero nunca en persona. Parecía un fardo de cocaína.

“Vaya. Mira lo que he encontrado bajo vuestra cama”

“Cabrón! Mi hijo tenía razón. Lo incriminaste. ¿Y ahora quieres hacer lo mismo con mi marido? No te saldrás con la tuya!”

“Como quieras. Pero ahora mismo me voy a buscar al negrata de tu marido y si me lo llevo arrestado delante de todos luego no va a haber vuelta atrás”

“¿Qué va a ser? ¿Siempre que quieras una mamada me vas a venir a chantajear amenazando con meter a mi marido o a mi hijo en la cárcel?”

“¿Mamada?” Se mofó el Sheriff “No solo de follarse gargantas vive el hombre. Ahora mismo te vas a desnudar, te vas a tumbar en el suelo y te vas a abrir de piernas para que te folle o despídete del tiznado de tu marido y de su mierda de salario. A vercómo mantienes a tu hijo así. Bueno… siempre puedes trabajar de puta”

Emma respiraba pesadamente. Su enfado iba en aumento pero otra vez, como con su hijo, sopesó sus posibilidades. Nulas. Su marido en la cárcel. Perdería el trabajo. Incluso aunque se viera que era inocente. ¿Qué hacer?”

Con rabia empezó a desnudarse. Las sandalias, la camiseta, los ajustados jeans, y la braga y el sujetador de algodón. Todo en un arrebato de furia terminó en el suelo. A su marido le gusta los coñitos rasurados y así lo tenía Emma. Sus pezones parecían estar en punta incluso cuando no estaba excitada, como era en ese mismo momento.

Emma se tumbó en el suelo y, como le habían ordenado, se abrió de piernas. Se quedó mirando a un lado y espero. Enseguida noto al Sheriff entre sus piernas. Solo se saco el miembro y enseguida la penetro.

No fue suave precisamente. Emma sintió como esa polla entraba de golpe en su coño haciéndola incluso saltar hacia atrás por la violencia. “AH! No tan fuerte. No hace fal…” pero no acabó la frase cuando sintió una bofetada estrellarse en su cara. En seguida Anderson la sujetó por el cuello contra el suelo y prosiguió follándola con la misma violencia con la que había entrado. Emma notó que casi le faltaba el aire. Intentó zafarse de la mano que le aprisionaba el cuello sin éxito. A la violenta invasión de su coño le acompañó un terrible manoseo de sus pechos con su mano libre acorde con la violación. Los estrujaba con fuerza, tiraba de sus pezones y los retorcía. De vez en cuando se volvía a escapar alguna bofetada. A su cara o a sus pechos. Emma no entendía. No se estaba resistiendo, no era necesario. Al fin ambas manos de su violador la asieron por las caderas y noto como aumentaba aún más el salvaje ritmo contra su cérvix. Ni condón se había puesto así que al fin, Emma pudo sentir varios chorros calientes contra las paredes de su vagina. Y Anderson se desplomó sobre ella.

Aún estuvo un rato así. Emma no se atrevía a moverse. Aún sin comprender por qué había sido tan salvaje. “No era necesario” recrimino con lágrimas en los ojos, aun dolorida. “Oh! Sí que lo era, Jodida puta folla negros.” Mientras se subía los pantalones. “Una pena que mi mujer ya no quiera hacerlo. ¿Sabes? Incluso después del divorcio nos seguíamos viendo por... ya sabes... los viejos tiempos. Tal vez la última vez fui demasiado… pasional. Que se le va a hacer. Pero es que sé lo que os gusta a las putitas como vosotras. Aunque intentéis disimular y digáis que no”

Anderson iba a irse cuando Emma le espetó “llévate esa mierda empaquetada de mi casa!”

“¿Esto?” preguntó Anderson con el paquete en la mano. “Esto es solo harina, puta estúpida. Pero no te preocupes. Tengo de verdad. Si quiero meter el culo de tu marido en la cárcel del condado para que se lo folle algún cabrón de la nación aria tengo cocaína de sobra. Si quieres hasta te puedo conseguir. Si te portas bien, claro” y le lanzó el paquete sobre su cuerpo para luego irse riéndose.

3.- La puta del Sheriff

Pasó otra semana tranquila con Emma guardándose su secreto al resto de la familia. Rezaba para que no volviera a pasar por ese calvario pero no fue así. Recibió una llamada del Sheriff.

“Hola follanegros. ¿Tengo que hacer el paripé de incriminar a tu negrata o tu mediotiznado o ya entiendes que eres mi puta siempre que quiera?”

Emma se negaba a contestar.

“Tomaré eso como un sí. Ven a mi casa, ahora. Estoy cachondo. Y no se te ocurra venir con pantalones. Me gusta que las putitas vayáis con falda. Es más accesible” Le dio la dirección y colgó.

Emma se quedó hundida, en silencio, con el teléfono en la mano. Rememoro cómo se sentía cuando tomó la decisión de la primera mamada y de porque la tomo. Igualmente cuando se dejó follar. Sopesó sus opciones. No había cambiado nada. Su marido, su hijo… estaban en peligro.

Obedeció. Se cambio los jean por una falda larga. Tomó su coche y fue a casa del Sheriff. Una casa relativamente aislada. Emma llamó y se encontró con Anderson que tenía una lata de cerveza en la mano y puede que estuviera incluso achispado. Emma levantó las manos intentando pararlo para que primero le escuchara “Mire Sheriff. Vengo voluntariamente. No me resistiré. No hay razón para…” Y antes de que acabara la frase el Sheriff le cogió del pelo y la lanzó al interior hasta dar contra el suelo .En seguida la puerta se cerró. Emma aún estaba levantándose cuando el Sheriff la volvió a coger del pelo y la arrastró hasta su habitación donde la tiró a la cama. Emma aún estaba desorientada y antes de percatarse ya tenía una muñeca esposada. El Sheriff había preparado cuatro esposas en sendas esquinas de su cama. Ya encadena a una de las esquinas de la cama no pudo evitar que tanto los tobillos como su otra muñeca terminaron también esposadas, formando una X, con Emma boca abajo.

“No es necesario…” repetía una y otra vez Emma asustada por la posición en la que estaba. No paraba de pensar que estaba boca abajo. Nunca había recibido sexo anal. Y veía que esa era la intención del Sheriff.

“shhh… shhh” le hizo callar Anderson burlonamente con un dedo. “Tienes razón. No hay necesidad de que te arranque la blusa. Sería complicado de explicar porque vuelve medio desnuda a casa. ¿Verdad? Así que déjame desabrochártela…” Emma, asustada, temiendo que cumpliera su amenaza de hacerla volver desnuda, levantó el torso como pudo y dejó que su violador le desabrochara la blusa. Más se asustó cuando Anderson sacó un cuchillo. Lo pasó sobre su piel, lo metió bajo el puente del sujetador y tiro hasta rasgarlo por la mitad, liberando los pechos de Emma. “¿Qué vuelvas sin sujetador es más fácil de disimular. ¿Verdad?” se rió.

“Sheriff… Anderson… no es necesario… no me voy a resistir… pero por detrás no, por favor… no…” imploraba Emma mientras notaba como Anderson le subía la falda por encima de la cintura… como pasaba el cuchilla bajo sus bragas y las cortaba hasta liberarse de ellas… dejando su pequeño y apretado culo al aire.

El cuchillo emitió un sonido tembloroso al clavarse en la mesa. Anderson se subió a la cama y Emma oyó cómo se desabrochaba los pantalones. Cómo se apoyaba sobre su ano y como, igual que cuando le follo por el coño, Anderson se la metía de golpe y con saña haciéndola gritar de dolor. Aislados como estaban nadie iba a oírla. Anderson la cabalgaba sin ningún miramiento. En seguida sus manos buscaron bajo el cuerpo de su víctima y empezó a maltratar sus pechos. Emma se retorcía y lloraba pero nadie podía oírla y las esposas le impedían cualquier posibilidad de escape. “Eso es puta. Que culitomas delicioso tienes. Qué gozada” le decía mientras disfrutaba sin freno. Para Emma fue una eternidad. Jamás había pasado por algo así. Sentía el cuerpo del Sheriff subir y bajar para darse más impulso con cada embestida que le hacía ver las estrellas. Solo pudo morder la almohada que tenía delante e intentar superar el castigo que sufría. Al final sitio como el Sheriff se dejaba caer sobre ella mientras su polla sufría los últimos espasmo disparando semen dentro de su culo.

Al final se levantó y le dio una fuerte palmada en el trasero. “Eres una buena puta. Y lista. Sabes lo que te conviene. Puedo joderte a ti o puedo joderte la vida a ti y a tus monos” y lo pudo oír que se iba a la cocina a por otra lata de cerveza. Iba a mentirle y decirle que su marido volvería pronto a casa para disuadirlo en caso de que quiera repetir cuando oyó la puerta abrirse

“Hola papá. Ya estoy en cas…” Mirando sobre su hombro vio a un joven, de la edad de su hijo que la miraba primero sorprendido y luego claramente divertido. Llego su padre con una lata de cerveza “Hola Mark” . “¿Qué es esto?” le preguntó su hijo. “¿Esto? Esto es una putita amiga de tu padre. Ahora que la puta de tu madre se ha ido de la ciudad necesitaba alguna diversión”“Es… ¿Esa no es la madre de Kevin, mi compañero de clase?” Emma hundió la cabeza en la almohada avergonzada. “Si que lo es, si. Como ya te he dicho alguna vez todas las mujeres son unas putas. Y si además son unas follanegros es que son unas grandísimas zorras. Oye… Si quieres puedes tu también divertirte con ella” le dijo a su hijo y se puso a beber su cerveza.

Emma alucinaba. ¿Qué le pasaba  a esta familia? Marc no sería capaz de… pero cualquier esperanza desapareció cuando noto que Marc le quitaba la almohada de debajo de la cara para empezar a metérsela bajo el vientre. “¿Sabes? Te he visto alguna vez con tu hijo. Y cada vez que te veía me decía, ‘que pedazo de MILF’. Estas buena de cojones” Emma no se atrevía a decir nada. Escucho ese sonido otra vez de unos pantalones desabrochándose. “La de pajas que me he hecho pensando en ti y ahora…” Mark la sujetó por la cadera y procedió a meterle la polla en el coño. Para tranquilidad de Emma, Marc no había heredado el gusto sádico de su padre. Se la follo como lo haría un adolescente. Egoísta, rápido, buscando su satisfacción. Ni le cogió de las tetas ni nada. Solo le sujetó por las caderas y se la follo hasta correrse. Cuando acabó ni se despidió. Se levantó de la cama y se fue.

Unos cinco minutos pasaron. Emma oyó a padre e hijo hablar pero no les entendía. Cuando acabaron Anderson volvió y la liberó de las esposas. “Tranquila, puta. Mi hijo no dirá a nadie de que eres mi zorra. Aunque claro… tendrás que comprarle su silencio de vez en cuando. Como ya has visto no es un verdadero hombre, aún. No sabe lo que os gusta de verdad a las zorras como tu pero ya aprenderá. Ahora largo.”

Emma intentó salir de la cama de un salto pero el agudo dolor de su ano se lo impidió. Se arregló como pudo librándose de la ropa interior y salió tan rápido como le permitió el dolor de la casa del Sheriff. Camino de casa paro a tranquilizarse. Era una mujer decidida, firme, que había soportado muchas cosas. Se tragó las lágrimas y continuó con su vida.

4.- Interludio

Pasaron las semanas. Rara era la semana que el Sheriff no la llamaba una o dos veces para que fuera su zorra. Emma ya entendía que era un sádico. Importaba poco que ella no se resistiera. El quería hacerle daño. Es lo que le excitaba. Sabía bien que había hombres que disfrutaban así. Lo sabía entre otras cosas por que ella misma tenía fantasías de ser dominada y violada. Como tantas otras mujeres. A veces incluso pensaba que se había casado con su marido negro por eso. La blanquita con el negrazo. Pero su marido resultó ser un buen hombre. Emma dejaba esas fantasías para su intimidad. Sabía que ese era su sitio. Porque ahora era muy consciente que las fantasías llevadas a la realidad eran un infierno. Felicidades. Tus fantasías se han hecho realidad, se decía. Eres la esclava sexual de un cabrón malnacido. Disfrútalas si puedes… no podía.

Fue mayor sorpresa cuando un día descubrió a Kevin con Marc. Parece ser que se estaban haciendo amigos. Hasta el padre de Kevin le parecía bien. Teniendo en cuenta que el Sheriff tenía fama de cabrón pensaba que eso le podría ayudar a su hijo. Lo que le dio fue una excusa para pasar a preguntar por casa por Kevin… casualmente cuando no estaba. Y ya que estaba allí se la follaba. En alguna ocasión Kevin llego a casa para encontrarse a Marc tomando algo en la cocina con su madre al lado, aun con su semen resbalando por su coño y su pierna. Comparado con su padre, follar con Marc era muchísimo más llevadero. Un adolescente cuyo único objetivo es follarse una MILF buenorra y correrse cuanto antes.

La primera vez que Marc le quiso dar por el culo Emma se negó. Pero este enseguida le preguntó si quería que su marido acabara en la cárcel. Emma fue consciente entonces que Marc sabía de su situación de chantajeada pero que no le importaba.

Poco a poco Emma se fue acostumbrado y su entereza hizo que pudiera soportarlo estoicamente y asumirlo. La vida era así. Injusta.

5.- Hay cosas peores

Otra llamada del Sheriff. A veces era en su casa, otras en la del Sheriff. O tenía que acercarse a donde estaba patrullando… esta vez fue una dirección. Llamó a la puerta y se sorprendió al ver una mujer maquillada y con lencería sexy. “Sheriff” dijo la mujer “Su visita”“Tráela” Emma en seguida se percató que estaba en un piso burdel. La llevó hasta una habitación donde estaba el Sheriff mirando por un agujero “Hola Zorra. Mira por aquí. Te será instructivo” Miro por el agujero y vio a una mujer, una puta imaginó, negra, que tenía encima un hombre de unos 120 kilos que resoplaba cansado y sudaba como un cerdo mientras se la follaba. Debía de estar aplastándola, ahogándola, pero no le importaba. No tardó mucho en correrse. Al levantarse se fijó que no llevaba condón. ¿Qué puta deja que la follen sin condón? Además la mujer era más bien guapa. Una mujer de media edad, como ella misma. Una MILF como la denominó Marc.

Emma miró al Sheriff con cara de incomprensión. “¿Qué significa esto?”

“Esa es Kathy. No sé si oíste la noticia que habían pillado a unos traficantes el mes pasado. Padre e hijo” . Emma se acordaba. Le pareció curioso que su mayor miedo hubiera ocurrido a otras personas pero no se le ocurrió pensar que el Sheriff podría tener algo que ver. “Era la zorra de uno de mis ayudantes. Pero fue descuidado y el marido les pillo. Cuando seenteró no dejó que su mujer lo… protegiera. Así que…”

Emma lo miró horrorizado. “Ahora su hijo está en la cárcel del condado en el pabellón B y su marido en el C. Ha intentado conseguir trabajo pero se los hemos saboteado todos. Le hemos dicho que trabaja aquí o no trabaja. Y hay que comer. ¿No? Y no solo pollas” Emma era consciente de la cara de deleite del Sheriff, sin ningún remordimiento. “El primer día a su hijo le rompió el culo un semental de la Nación Aria. A Kathy leofrecimos que los hermanos protegerían a su hijo. Pero a cambio tiene que ser la puta que amenice sus fiestas, y gratis”

Anderson torció la mueca. “Te puedes imaginarcómo la tratan los hermanos a una negrata como ella”

La puerta se abrió y entró Kathy, ya vestida. Se asustó al ver a Kathy y no sabía cómo reaccionar. “Hola Tiznada. Aquí mi amiga tellevará a la fiesta de los hermanos. No queremos llamar la atención llevándote en el coche patrulla ¿verdad? Tu, zorra. Sígueme con tu coche.”

El silencio en el coche era incomodo. Al final Kathy lo rompió. “A ti también…” Emma solo asintió. Y volvió a haber un incómodo silencio mientras conducía hasta que Kathy lo volvió a romper. “Obedece”“¿Qué?” preguntó Emma. “Obedece. Hay cosas peores que lo que te ocurre ahora” . Dijo sollozando. “Me follan viejos sin condón una y otra vez, apenas saco para vivir, y esta es la segunda fiesta de esos cabrones racistas a la que tengo que ir para proteger a mi hijo en la cárcel. Me habría suicidado ya si no me hubieran amenazado con matar a mi hijo. Y les creo. Me van a destrozar otra vez. Me odian por ser negra”

Solo se oía el sollozo de Kathy. La curiosidad de Emma le pudo. “Pero… y tu marido” Kathy empezó a llorar desconsoladamente “Mi marido seencaró con los de la hermandad en la cárcel. Lo violaron el primer día como a mi hijo pero se defendió. Le partió la cara al jefe. Así que subieron el precio. Para protegerlo me piden que trabaje de actriz porno dejándome follar por perros. Venderían los videos. Y se lo enviarían a mis amigos y familiares. Me dijeron que lo harían. No puedo pasar por todo esto para que cuando salga mi hijo me vea como una zorra que se deja follar por perros. Lo siento pero no puedo protegerlos a los dos” y no paró de llorar hasta que llegaron al destino.

Un almacén a las afueras. Emma le pasó un pañuelo a Kathy que se recompuso y paró de llorar. “Obedece.Verás que hay cosas peores”

Llegaron hasta donde estaba el sheriff y para sorpresa de los dos, Kathy empezó a  desnudarse. “¿Qué haces?” preguntó Anderson “La última vez tuve que volver desnuda a casa. Me arrancaron la ropa y me la hicieron jirones. No sé si mis vecinos me vieron entrar a hurtadillas en casa. No quiero que vuelva a pasar”

Fueron para el almacén, El Sheriff, Emma y la desnuda Kathy. Tenía un culo bien grande a diferencia del de Emma y sus pechos también y no tan firmes como los de Emma. Había una mata de pelo sobre su pubis. A su estilo era una guapa mujer negra. Uno podría pensar que uno autodenominados Arios les daria asco estar con una negra pero no era así. Para ellos era solo una puta a la que follar.

Entraron en el almacén. Emma se sorprendió de ver a dos de los ayudantes del Sheriff. “Hola Kathy” le dijo uno de ellos. “¿Me echas de menos? Si tu marido hubiera sido un pocomás… comprensivo…” Se acercó y empezó a acariciarle el pecho y el pubis. Se acercó a susurrarle algo pero Emma pudo oírlo “Yo era el que te protegía de esos, negra estúpida. Vive con tu error. Yo ya tengo a otra negra que me hace tu papel” y le dio una palmada para que avanzara.

Emma vio más adelante cuatro hombres. Algunos con el torso desnudo tenían esvásticas y otros tatuajes de la misma temática sobre la piel. Uno más gordo aún no se había quitado la camiseta. Todos miraban a Kathy con odio y lujuria. Uno preguntó a Anderson “¿Otra que viene a aprender?”“Si. Para que no comentael mismo error. Para la próxima fiesta traeremos a la tercera”“Es blanca” apuntillo el neonazi. “Es una follanegros. Su marido es un tiznado” Y Emma vio una furibunda mirada de odio en los ojos del neonazi. “Ojala que no aguantes y te tiren a nosotros. Veras como tratamos a las traidoras a su raza.” y por sorpresa le dio una bofetada a Kathy que la tiró al suelo.

“A cuatro patas, puta negra, ve con el resto”

Kathy se acercó al resto a cuatro patas. Un ayudante del Sheriff trajo una silla y la situó cerca de donde estaban el resto de los hombres. Anderson dio un empujón a Emma. “Siéntate, primer fila. No quiero que pierdas detalle”

Kathy esperaba de rodillas mientras los hombres alrededor terminaban de desnudarse. Dos eran claramente culturistas. Tremendamente musculados y rapados la cero. Los otros dos eran más patéticos. Un gordo y un tirilla sin apenas mandíbula y nariz prominente que solo podría imaginar que fuera de una raza superior en su imaginación.

“Bien.” dijo el que llevaba la voz cantante “Otra semana que nadie se folla a tu hijo. Y me cuentan que es tentador. Tan blandito. Como lloro la primera noche que le petaron el culo. Como una niñita. Y eso excita mucho a mis amigos en la cárcel. ¿Estás dispuesta a comprarle una semana más de tranquilidad?”

“S… si.” Balbuceo Kathy y como si fuera una señal los cuatro hombres se abalanzaron sobre ella. Los culturistas la manejaban como si fuera de papel. Uno la levantaba del cuello mientras la abofeteaba y le escupía. El otro la levantaba de una pierna y enseguida apuntó su polla al culo indefenso. Kathy grito cuando noto que la sodomía empezaba. Con pasmosa facilidad el hombre que la enculaba la sujetó por las caderas y siguió a su ritmo. El cuerpo de Kathy caía hacia atrás cuando la soltaron y el delgado aprovechó para cogerle por la nuca. “Abre la boca, zorra” Fruto de la desesperación o la determinación Kathy abrió la boca para dejar que el delgado se la metiera hasta la garganta y empezara a follársela así. Se veía que Kathy a veces intentaba defenderse cuando sentía que se ahogaba pero no le dieron cuartel. En esa posición. Como una cerda atravesada sobre una hoguera, boca arriba, sintió como los otros dos no querían quedarse atrás. Uno le metió los dedos en el coño y empezó a jugar con ellos mientras manoseaba una de las tetas. El otro, el gordo, solo le quedo jugar con la que restaba. Tirar, retorcer… la cantidad de cosas que se puede hacer con unos pezones, cosas para los que no están hechos.

Emma estaba horrorizada. Era salvaje. La iban a matar si seguían así. Fueron meneándola de un sitio a otro. Los dos culturistas se la follaban a la vez con ella en medio, el gordo se la follo en el suelo mientras el delgado la forzó a darle un beso negro. En un momento dado los tres terminaron metiéndosela a la vez por cada uno de los agujeros mientras ella se tenía que forzar a hacer una paja al gordo que quedaba.

Durante dos horas Emma tuvo que ver como a Kathy la violaban entre los cuatros mientras que el Sheriff, sus dos ayudantes y ella misma veían el espectáculo. Por muy entera que se consideraba Emma no puedo evitar empezar a temblar. ¿Le iban a hacer algo así ahora? Los espectadores debían estar muy excitados con todo el espectáculo. Cuando acabaron los cuatro neonazis se pudieron alrededor de su víctima y empezaron a mearle encima. Esta, exhausta, ni se movió.

“Bueno, Puta. Ya has comprado una semana más de protección a tu hijo. Si se porta bien saldrá en dos años... pero créeme. Nos encargaremos que no salga en dos años. Hasta la próxima semana”

Anderson tiró la ropa de Kathy sobre su cuerpo mojado. “Ya puedes irte… cuando puedas, claro. Vuelve andando. Solo es una hora o así”

Se volvió hacia Emma que aun estaba sentada, temblando. “¿Te contó lo de su marido?” respondió asintiendo “Que pena. Quería contártelo yo. Como punto final. Vámonos. Esto acabó”

Emma quería ayudar a la pobre mujer pero estaba aterrada. Siguió a los hombres que salían del almacén y dejaron allí a oscuras a la pobre mujer. “Ya puedes volver a casa y piensa en lo que has visto”

Emma se sintió aliviada. Por ese día se salvaba. Casi corrió hacia el coche pero cuando llegó a la puerta Anderson le gritó “QUIETA”

Emma se congeló. “¿De verdad creías que te ibas a librar? Estamos cachondos. Pero vamos a jugar a un juego. Voy a  adivinarqué quieres hacer. Si lo que quieres hacer coincide con lo que quiero hacer haremos lo que quieres. Si no… llamare a mis amigos de la hermandad y te dejare que te follen aquí los cuatro”

El miedo de Emma era aparente. Era una mujer con personalidad, entera, pero eso era demasiado incluso para ella. Eran unos salvajes.

“A ver… voy a intentar adivinar... ¿Quieres… que te follemos los representantes de la ley. ¿Acierto?”

Que retorcido juego. Si decía que si. Me follaban unos. Si decía que no otros… peores.

Emma se recompuso y pudo sacar su fuerte personalidad.

“Sí” dijo incluso mostrando más enfado que miedo o asco.

“Soy bueno en este juego. Y quieres que te follemos los tres… uno detrás de otro… por el culo”

Emma apretó los dientes. “Si”

“Bien… Y quieres que lo hagamos sobre el capó de tu coche, ahora mismo. Y estas tan deseosa, te ponen tan cachonda que te follen las fuerzas de la ley, te vas a desnudar, vas a ofrecer tu culo y nos vas a implorar que te follemos.”

Volvió a apretar los dientes. “Si.”

“Ya lo sabía yo. Eres una zorra de primera. Decide. ¿Quién quieres que sea el primero? Y decide bien”

“Tu” rechinando los dientes.

“Justo lo que yo pensaba. Acertaste. Eres muy buena jugando a este juego. Así que… porqué no empiezas”

Con paso firme. Casi desafiante, se fue frente a su coche. Se quitó la ropa. Falda, como le gustaba al Sheriff. Sin bragas. Ya le había desgarrado tres. Fuera la camiseta. Y también sin sujetador por la misma razón que las bragas. Se tumbó sobre el capó, se separó los glúteos y espero.

“No habías dicho que querías hacer otra cosa más” se mofo el Sheriff. Emma hizo memoria. Ofrecerse e implorar que la follaran. Empezando por el Sheriff se recordó.

Apretó los dientes y con determinación les ‘imploro’. “Me pone cachonda que me follen las fuerzas de la ley. Por favor, folladme todos el culo, os lo imploro, empezando tu, Sheriff”

Los tres hombres se rieron. “Sí que es una puta de primera. Parece que ha aprendido la lección.” Anderson se colocó tras ella. Emma escuchó ese ya tan conocido sonido de un pantalón desabrochándose detrás de ella y, como era de esperar, Anderson entró a saco. Emma pego un chillido, intentó sujetarse al borde del capó e intentó relajarse para sufrir menos .Ya había aprendido que contra más se resistía, peor era. Sobre el capó el Sheriff la sodomizó con su típico agresivo estilo buscando más dañarla que follarla.

Emma acabó bastante entera. Ya acostumbrada a la situación. El Sheriff le dio una palmada en el trasero y la llamo ‘buena puta’  como le gustaba hacer cuando le follaba el culo y se apartó. Emma esperaba a que llegara el siguiente pero nada pasó. Miró sobre su hombro y vio a los dos ayudantes, de brazos cruzados, sonriendo y mirándola como esperando algo.

Emma imagino lo que esperaban de ella. Más humillación. “Sigo cachonda. Sheriff. Quiero que uno de tus ayudantes me dé por el culo” Mas risas y pronto otra vez escucho ese sonido que iba a acabar odiando, y pronto sintió una polla entrar en su culo. Uno de los ayudantes la cogió por las caderas y empezó a sodomizarla. No era suave pero estaba a años luz del salvaje de su jefe. “Eso es… Si mi Kathy hubiera sido tan obediente como tu…” le contaba mientras la sodomizaba. Para Emma casi fue un desahogo después del salvaje del Sheriff.

Cuando acabó el segundo Emma no cometió el mismo error. “Necesitomás, Sheriff. Que tu último ayudante me dé también por el culo a ver si así terminamos todos satisfechos” Lo de ‘todos satisfechos’ lo dijo con mala ostia esperando a ver si con tres sodomías seguidas se daban por satisfechos.

Otra vez ese sonido, otra vez una polla en su culo. Los dos ayudantes la encularon igual. No se frenaban, no se preocupaban como estaba ella, pero no eran unos salvajes como su jefe. A su debido tiempo el tercero terminó corriéndose en su culo. “Gracias por compartir, jefe” dijeron los dos ayudantes que enseguida se fueron dejando al Sheriff y a su víctima solos.

El Sheriff se acercó y le cogió por la barbilla, aun desnuda. El Sheriff era más alto que ella y termino poniéndose de puntillas cuando le subió la barbilla.

“Zorra lista. Hay cosas peores que desobedecerme. Y que te quede claro. Eres mi puta. No la de mis ayudantes. Aunque las putas de mis ayudantes sin que son mías y de mi hijo. Tu solo me obedeces a mí y a mi hijo que está aprendiendo a tratar a las zorras como tú. Si me desobedeces a mí o desobedeces a tu hijo Kathy podrías ser tú. Una follanegros. Ya has visto como te han mirado. Le encantará.”

Pese a la entereza de Emma esta vez volvió a temblar. El Sheriff era un salvaje pero normalmente solo tenía que aguantarle polvos sueltos. Había sido un infierno ver esa dos horas, sufrirlas era inimaginable.

El Sheriff se dio la vuelta y se fue. Emma se apiado de Kathy y fue a buscarla. Le ayudo a  vestirse y la acercó a su casa. Kathy solo balbuceaba “Obedece”

6.- La fiesta de cumpleaños

Pasaron las semanas con las violaciones puntuales tanto del padre como del hijo. A Emma le preocupaba que Kevin fuera cada día más amigo de Marc pero no podía hacer nada sin desvelar que Marc era solo amigo suyo para tener una excusa para pasar por casa y follársela.

Un día Marc pasó a verla. “Hola zorrita. Tranquila. Primero quería comentarte que pronto es mi cumpleaños”

“¿Debo felicitarte?” dijo Emma con sorna.

“jajaj. Claro que sí. Sobre todo porque vas a ser la atracción principal de mi fiesta”

“¿Qué? ¿Qué quieres decir? ¿Lo sabe tu padre?”

“Claro que lo sabe. Y tranquila. Me ha puesto de condición que te ponga una máscara de cuero para que mis amigos no te reconozcan”

“¿Tus… tus amigos?” preguntó con miedo Emma.

“jajaja. No. Tu hijo no estará. Solo mis amigos de verdad. No los que me follo a su madre”

Casi suspiró aliviada “¿Y qué tengo que hacer?”

“Poca cosa. Vestirte de cuero con la máscara como una de esas esclavas sumisas del BDSM, hacerles un strip tease a mis amigos, decirles que eres una puta que te gusta el sexo duro y luego dejarte follar por todos. Solo serán cuatro amigos. Tranquila.”

Después de ser la puta del Sheriff, cinco adolescentes salidos era algo con lo que Emma creía que podía. Tras darle las instrucciones la dobló sobre la mesa de la cocina donde comía la familia y le follo el coño antes de que llegara Kevin.

Llegó el día del cumpleaños. En casa de Marc y del Sheriff. Emma llegó pronto y dejó el coche detrás por si acaso. Se encontró en la cama la ropa que le había preparado Marc. “Mi padre me dijo que era de mi madre. Así que cuídala bien” Una máscara que le cubriría casi toda la cara. Una especie de vestido de cinchas de cuero que formaban rombos y que no cubrían nada, un camisón corto traslúcido, un sujetador de media copa que dejaba los pezones al aire y unas braguitas con aberturas. A eso se sumaba los zapatos de tacón de aguja y la media a medio muslo que le habían ordenado traer a Emma.

“Venga, empieza a vestirte, zorrita” Emma se percató que Marc la estaba grabando.

“¿Qué haces?”

“Lo que me da la gana. Es mi cumpleaños. Quiero un recuerdo. ¿Te vas a negar?”

Emma miró con mala ostia al adolescente pero negó con la cabeza. Delante de él se desnudó y se puso lo que le habían preparado. El strip tease iba a ser corto. Poca ropa había para quitarse. Y casi parecía más desnuda con la ropa que sin ella.

Empezaron a llegar los amigos de Marc. Emma debía esperar en la habitación. Los oía divertirse y beber. Recordaba haber visto bebidas alcohólicas en el salón. Después de una hora o así Marc llamó a la puerta. La señal “Lo que os prometí” le escuchó decir Sí claro” contestó uno “Que ibas a traer una puta para que nos la folláramos todos. Claro. Que nos lo íbamos a creer”

Marc abrió la puerta y Emma salió. Los jóvenes se quedaron con la boca abierta al verla. A Emma le sorprendió que fueran solo tres pero se alegró. “Os presento a Emanuelle” al pasar junto a Marc este le dio un tremendo azote en el trasero que le hizo incluso saltar. “Preséntate Emanuelle” Marc seguía grabando.

Emma no sabía que iba a presentarla con un nombre tan parecido al suyo. Esperaba que ninguno de los jóvenes fuera también a la misma clase que su hijo o que pudieran conocerla de cualquier otra cosa. Siguiendo el guión que le había dado Emma… o Emanuelle se presentó. “Hola. Soy Emanuelle. La puta de Marc. Me ha follado ya muchas veces. Es todo un pedazo de hombre que sabe cómo tratarme, como darme lo que me gusta. No me gustan los blandengues. Me gusta el sexo duro. Si no sois unos blandengues dejaré que me folleis” .

Y sin decir nada más, con los jóvenes aún sorprendidos, Emma empezó con el strip tease. No tenía experiencia y fue muy torpe pero a los jóvenes les encanto. “Joder que buena estᔓBlandengue. Ahoraverás”“Menuda puta”

Emma se quitó la última prenda. Solo se quedo con lo que se supone que era un vestido de esclava, que solo era las cinchas de cuero formando rombos sobre su cuerpo, con sus pechos saliendo fácilmente de los rombos y  enmarcando tanto su coño como su culo sin cubrir un ápice de las entradas.

“¿Quién será el primero?” preguntó.

“Espera. Te olvidas de uno de tus juguetes favoritos” y le tiró algo. Resultó ser una cadena con pinzas. Emma no era una modosita. Sabía para que se usaban. Lanzó una mirada furibunda a Marc pero sin que se lo pidiera sujeto las pinzas a sus pezones.

“Wow. Que puta”“Yo” salto uno que prácticamente se abalanzó sobre ella. La empujo hasta el sofá, se puso entre sus piernas, sacó torpemente su miembro y después de unos intentos fallidos consiguió metérsela. A Emma casi le dio la risa. El chico intentaba ser ‘duro’ pero era más un conejo rabioso que se corrió en apenas un minuto. Su idea de sexo duro había sido follársela muy rápido. “Hummm… como me ha gustado hombretón” Emma seguía con el guión y las directrices que le había dado Marc. Incitarlos a que la follaran, felicitarlos… Le sustituyó otro con un resultado parecido. Intentaban ir de duros pero eran más bien vigorosos. Fue Emma quien tuvo que ofrecerles que la follaran por el culo. Allí a cuatro patas, mientras uno la sodomizaba otro se animó a metérsela en la boca. Algo parecido a una follada de boca pero bastante suave comparado con lo que Emma estaba acostumbrada. Más problema fue la energía infinita que parecían tener y el corto periodo refractario de los jóvenes que hacía que en seguida volvían a por más. Como esperaba, aun desagradable, pues no olvidaba que era una víctima chantajeada, ser la puta de una fiesta de adolescentes no era algo que le hiciera sudar en exceso.

“Joder. ¿Llego tarde?” Emma se quedó congelada. Conocía esa voz. Era la de su hijo, Kevin. Marc le susurro al oído. “Recuerda. Obedece o paga las consecuencias”

“Sí tío. Llevamos ya como una hora de juerga. ¿Qué pasó?”“Me dijiste a esta hora!”“No tío” dijo uno de los amigos. “Era una hora antes. Marc nos lo dijo. Lo que te has perdido. Esta puta se deja hacer de todo. Le va el sexo duro. Y llevamos una hora dándole caña y aun sigue pidiendo más”

“Mola.” y empezó a desnudarse. Emma miraba enfadada y aterrada a Marc. No se atrevía a abrir la boca. Kevin le reconocería. “Todos nos la hemos follado ya varias veces. Estrénate tu ahora” dijo uno de los amigos.

Esto era demasiado. No podía. No iba a dejarse follar por su hijo. No. Tal vez si hubiera tenido un momento para pensarlo recordaría todos los sacrificios que había hecho, recordaría a Kathy, pero ahora, en frío, era más de lo que podía aceptar.

“¿Qué le pasa?” preguntó Kevin. “Parece que… ¿Qué le doy asco, miedo?”

“Llevadla a mi cama y sujetadla, que se que le gusta. Que le va lo duro” Entre las tres, aunque Emma se resistió, la llevaron hasta la cama y la sujetaron por los brazos. Emma se encontraba entre desobedecer o librarse de ser follada por su hijo, en esas dudas no ofreció demasiada resistencia y los amigos pensaron que era parte del juego”

“Te va a gustar, zorra” Vieron unas esposas convenientemente dejadas en la mesilla y aprovecharon para esposar sus muñecas a la cama.

Marc aprovechó para decirle algo a Kevin en privado. “Tengo que decirte, amigo, que la puta es racista. Supongo que por eso ha puesto mala cara al verte”“¿En serio?” Kevin endureció el gesto. “¿Y dices que le gusta el sexo duro? Pues vamos a dárselo a esa puta racista”

Kevin entró en la habitación donde encontró a su madre esposada e indefensa. Totalmente desnudo se acercó con paso firme a la cama. Emma estaba congelada, incapaz de hablar, de escaparse. Kevin se puso entre sus piernas y se inclinó sobre ella donde le susurro “Así que eres una puta racista que le gusta el sexo duro… pues que sepas que mi padre es Negro” y de un golpe, tan similar a como el Sheriff la follaba, su hijo le metió la polla hasta el fondo de su coño. Emma solo pudo abrir los ojos como platos y morderse el labio para no decir palabra. Puedo ver perfectamente a Marc grabándolo todo.

De repente sintió la mano de su hijo en el cuello que le apretaba con fuerza y con la otra le abofeteaba. “¿Esto es lo que te gusta, puta?” Averiguo que a diferencia de los otros jóvenes su hijo sí que sabía dar sexo duro. No solo eso. Lo disfrutaba. Lo vio en sus ojos desorbitados. Disfrutaba follándola salvajemente, Su hijo prácticamente estaba violando a quien él creía que era una puta. Le cogió la cadena de los pezones y empezó a tirar mientras se la follaba vigorosamente. Bajo sus manos a sus pechos y juego con ellos sin ninguna delicadeza, la cogió del pelo he intentó besarla. A esto se negó Emma. “A ver, puta. Que estas aquí para eso” le dijo su hijo que le pegó un sonoro bofetón. Inmediatamente volvió a intentarlo y su madre volvió a negarse. Ahora Kevin tiró con fuerza de la cadena y empezó a abofetear repetidamente sus pechos. Ahora incluso consiguió arrancar algún quejido a su madre que hacía verdaderos esfuerzos por ocultar su voz. Otra vez intentó besar a su madre y esta vez sí, esta le dejó entrar en su boca e incluso le correspondió con su lengua. A diferencia de los otros jóvenes su hijo sí que estaba durando lo suyo. “Bien” dijo su hijo “Una puta obediente. ¿Estás disfrutando de mi polla medio negra?” Emma cayó, su hijo la abofeteó, Emma empezó a asentir rápidamente. “jajaja. Si, si…Eres una puta que está bien buena” y empezó a bombear más rápido, colocó sus manos sobre los pechos de su madre. Emma sabía lo que significaba eso. Su hijo cerró los ojos, empezó a gemir y empezó a correrse en el coño de su madre sin saber quién era.

“Joder. Tío. Que bruto. Eso sí que es sexo duro” Dijo uno. “Yo… lo único que quería era follármela” dijo otro. Casi estaban incluso asustados. “Pues le gusta por el culo” apostilló Marc. “Si si…” corearon los amigos.

Joven, con energía, aun estaban hablando, aún se estaba escurriendo el semen de su hijo por su coño, y su polla ya volvía a estar dura. “Pues vamos a darle gusto” dijo Kevin. Tomo las piernas de su madre, las puso sobre sus hombros, apunto su polla a su ano, e igual que le había follado el coño, le metió de golpe la polla por el culo hasta el final. Emma se mordió el labio. Ya empezaba a tener práctica siendo sodomizada y no le causó más que un malestar por la falta de delicadeza. Pero eso no arreglaba el hecho de que su hijo la estaba sodomizando. Tomó otra vez las cadenas y empezó a bombear como si la cabalgara tirando de las riendas. Emma arqueaba el pecho buscando ganar centímetros a las cadenas y solo hacía que sus pechos parecieran más sexys e insinuantes. “¿Estás intentando seducirme, puta? mostrando tus tetas así ¿Quieres que te de mas fuerte por el culo?” Emma callo. “¿Qué si quieres que te de mas fuerte, zorra racista?” y acompañó la pregunta con una bofetada. Emma tenía orden de no negarse a nada y se vio forzada a asentir repetidamente con la cabeza. “Bien!” las manos de su hijo pasaron ahora a su caderas, La sujetó con fuerza y redobló sus esfuerzos en meter y sacar su polla del culo de su madre. Duro lo suyo. Pese a que Emma ya estaba acostumbrada a cosas peores no fue un paseo tranquilo precisamente. Pero como todas las veces que alguien se la follaba, su hijo también terminó corriéndose en su culo, Con la cara llena de satisfacción. Realmente había disfrutado.

Se oyeron pasos fuera. “¿Cómo va la fiesta?”

“Ostia, el Sheriff” y los amigos empezaron a salir por las ventanas. Kevin hizo ademán de hacer lo mismo pero era el único totalmente desnudo. El tiempo que perdió en coger su ropa el Sheriff entró en la habitación. Sonriente, ufano, despreocupado por la puta que estaba atada en la cama de su hijo.

“Se han divertido tus amigos en tu cumpleaños, hijo”“Mucho. Como una docena de veces se han divertido. Pero el que más se ha divertido ha sido Kevin”

Kevin iba vistiéndose, sorprendido de la reacción del padre de Marc. “Pero dejarla respirar un poco a la puta, hombre. Kevin. Quítale la máscara”

“¿Y… yo?” pregunto dubitativo Kevin. Emma miraba con rabia furibunda sin poder hacer nada.

“Si. Tú!” dijo el Sheriff endureciendo el tono, incluso llegando a asustar a Kevin.

Este se acercó a la puta de la cama. Emma hizo un par de ademanes para intentar evitarlo pero era consciente que iba a ocurrir. No podía evitarlo. Así que se dejó. Kevin le quitó la máscara. Todo bajo la cámara de Marc.

Se quedó en Shock. Era su madre.

“Pero… pero…” Kevin fue encendiéndose “PERO…” y se fue a abalanzar contra el Sheriff. La pistola del sheriff apuntándole a la cara le frenó en seco. “Marc. Llama a una ambulancia. Parece que esta pobre mujer ha sufrido una violación. Habrá que tomarle muestras de ADN y verquién ha sido. Va a ser una sorpresa descubrir que ha sido su propio hijo al que tuve que abatir”

“No hagas eso, cabrón. Se supone que mi hijo iba a estar a salvo.”

“Dije que a tu hijo no lo iba a meter en la cárcel. No dije nada más. Y por lo que he visto tu hijo no lo ha pasado mal violándote. Se ha corrido bien a gusto… pero si. Tu hijo me es más útil fuera que dentro de la cárcel. Mejor le explicas cual es la situación. Espero que sea más comprensivo que el marido de Kathy.” Y le guiñó un ojo sin dejar de apuntar a Kevin.

El Sheriff le tiró las llaves de las esposas. “Saca a la puta de tu madre de mi casa, medio tiznado”

Kevin miraba nervioso, enfadado y asustado el arma que le apuntaba. Liberó a su madre de las esposas. En cuando esta pudo andar cogió su ropa que se encontraba en la misma habitación, tomó a su hijo de la mano y sin llegar a vestirse salió corriendo de la casa, por la puerta de atrás, hacia donde había dejado su coche escondido, mientras padre e hijo se reían a gusto.

Kevin balbuceaba preguntas que no conseguía acabar mientras su madre se vestía rápidamente. Ni se molestó en quitarse el vestido de cinchas de cuero, solo lo cubrió con su camiseta y falda. Mando a subir a su hijo y lo sacó de allí rápidamente, lejos de la pistola del Sheriff.

“MAMA! ¿Qué ha pasado? ¿Qué está pasando? ¿Hemos..? O dios mío! Lo hemos hecho”

Parecía que Kevin estaba punto de volverse loco. Emma freno de golpe y casi hizo que su hijo se golpee contra el volante. Miraba al frente pero sentía que su hijo la miraba asustado.

“El Sheriff lleva chantajeándome desde hace meses” le soltó a su hijo de golpe.

“¿Qué?”

“Tenias razón. Cuando te pillaron con meta lo preparó el sheriff. Ese mismo días tuve…” Emma tomó aire. “Tuve que hacerle una mamada para que te dejara salir. Una semana despuéspreparó un caso contra tu padre y tuve que dejar que me follara para salvarlo. Desde entonces cuando quiere me llama y me usa. Tanto él como su hijo. Si no lo hago os meterán en la cárcel a tu padre y a ti con cargos falsos”

“¿Qué? Pero… esto es peor. Prefiero ir a la cárcel a que sufras esto!”

“NO!” le espetó su madre enfadada. “No es peor. ¿Recuerdas que hace varias semanas que pillaron a un padre y aun hijo por tráfico de drogas?”

Kevin puso cara de no entender la relación. “Si. Un par de negros. Lo hablamos con los amigos. Muy raro. Nadie sospechaba nada”

“Por qué fueron incriminados. La mujer estaba siendo chantajeada por uno de los ayudantes del sheriff como yo. Su marido lo descubrió y se negó a seguir con el chantaje. Lo incriminaron. Al hijo lo violaron el primer día que llegó a la cárcel. El sheriff tiene contactos con los neonazis y controlan la cárcel del condado. Para protegerlo su madre tiene que dejarse follar por neonazis una vez a la semana y es negra. Así que imaginaras lo que le hacen. Me obligaron a verlo, en primera fila. Dos horas sin parar, cuatro neonazis a la vez. Y no solo eso. No puede trabajar en ningún sitio. Solo de puta. El Sheriff sabotea cualquier trabajo que consigue.”

Kevin estaba con la boca abierta. ¿Cómo podía ser?

“Y aún hay más. El padre es ahora la putita de un neonazi en la cárcel. A su mujer le ofrecieron que también le protegerían si hacía videos porno con perros para venderlos. Le dijeron que se lo enviarían a sus amigos y familiares. No quiere que su hijo se entere de lo que está haciendo para protegerlo. Así que se negó. Y a su marido lo deben de violar día sí, día también en la cárcel”

Kevin seguía sin habla

“No quiero…” Emma escupía las palabras con rabia “...ser la puta de una manada de neonazis. Tenias que ver cómo me miraron cuando les dijeron que tu padre es negro. Hay cosas peores que lo que me pasa ahora”

Kevin le daba vueltas en su cabeza. Buscaba soluciones… pero no encontraba ninguna. “Prefiero que me violen a mí en la cárcel que a ti”

“Me van a seguir violando igual… NO! peor, si terminas en la cárcel. Lo harán por castigo. Ahora lo hacen por placer. ¿Y quieres que tu padre también acabe igual? Soy yo. Es decisión mía. No tuya. Y ya la tome hace tiempo. Así que a callar. No le digas nada a tu padre… o acabaré follada por una manada de perros para protegerlo”

Emma arranco el coche. Al principio era todo silencio hasta que Kevin hablo “Lo siento mama. No sabía que eras tú. Perdón”

“No lo sientas. Lo sé. No fue culpa tuya. Te engañaron. No pasa nada. No hay nada que perdonar.”

Y así llegaron a casa

7.- Segunda lección

Pasaron unos pocos días. Con silencios incómodos. Emma le sorprendía lo entera que se encontraba. Desde luego que era una mujer dura. Pero su hijo parecía estar pasándolo peor. Alguna vez intentó calmarlo pero no parecía funcionar.

Emma esperaba la visita del Sheriff en cualquier momento pero Kevin tuvo que soportar las burlas de Marc en el instituto. “Hola follamadres” le decía en privado “¿Te las has vuelto a follar ya? Lo harás” pero Kevin aguantaba estoicamente, pro su madre.

Emma consiguió sacarle esa conversación a su hijo y se temía que era una premonición. Al Sheriff le iba a gustar ver ese espectáculo.

Pero antes que pasara nada un evento conmocionó el pueblo. Un traficante había intentado matar a uno de los ayudantes del sheriff pero solo le había herido un brazo. El ayudante le había voladora cabeza en defensa propia. La mujer del traficante estaba arrestada por ser cómplice. El ayudante era uno de los dos que la habían sodomizado tras la fiesta neonazi.

Al día siguiente Emma recibió una llamada del Sheriff. “Ven a lacomisaría”

“Allí es donde está arrestada la mujer del tiroteo. ¿No?”

“Chica lista. Si. Es hora de… otra lección sobre tomar malas decisiones”

“llevaré a mi hijo”

“¿Qué?” se sorprendió el Sheriff

“El necesita saber lo que me pasará si toma una mala decisión”

“Zorra lista. Lo que yo decía. Tráelo”

Emma pilló a su hijo a la salida del instituto y lo llevó a la comisaría. “¿Qué pasamamá?”

“No sé si te deje claro el peligro en el que estamos. Será mejor que lo veas con tus propios ojos”

En la comisaría solo había uno de los hermanos alelados que trabajaban de ayudantes del Sheriff. Emma ya sabía que no se enteraban de nada. Estaban más para hacer el trabajo de los demás sin rechistar. Cuando los vio llegar les dijo que el Sheriff les esperaba abajo, en los calabozos, y les señalo una puerta.

Bajaron unas escaleras, pasaron dos puertas insonorizadas y cuando abrieron la segunda enseguida oyeron a alguien gritar. Kevin se asusto y miro a su madre pero esta la cogió por el brazo y le obligó a seguir.

Llegaron a los calabozos. Una mujer, latina, colgaba del cuello por un cinturón atado a la barra transversal de los barrotes de la celda. Se sujetaba desesperadamente a donde podía en los barrotes  para no ahogarse mientras uno de los musculosos neonazis que Emma conocía se la estaba follando en volandas. Tenía una cadena con pinzas sujeta en los pezones. Otro hombre tiraba de la cadena con tanta fuerza que a dos por tres terminaban saltando. Se los volvía  a poner y volvía a tirar. La mujer estaba totalmente cubierta de sudor y semen por todas partes. Además del musculoso que la follaba y el que tiraba de su cadena se podían contar otros cuatro neonazis más además del sheriff y sus dos ayudantes corruptos, todos desnudos, todos sudados, alguno con el semen goteando de sus pollas. 9 hombres en total. Cuatro ya le pareció una salvajada cuando lo vio Emma.

El Sheriff les señaló dos sillas en primera fila. “Sentaos” Se le notaba muy cabreado .Uno de los ayudantes tenía una venda en el brazo. Cuando se sentaron el Sheriff se apoyó entre los dos pasándoles el brazo por encima. “Dejadme explicaros que ha pasado. No la mierda esa de las noticias que solo sale lo que nos da la gana que salga. A mi ayudante le gustaba follarse a esa puta frijolita delante de su marido. Parecía que teníamos un trato. Mi ayudante se la follaba yél no hacía nada y así no acababan en la cárcel o algo peor. Pero el frijolito un día no aguantó y disparó a mi ayudante. Pero no es fácil dispararle a alguien. Más si en ese momento se está moviendo porque está follándose a tu mujer. Disparar a alguien hace falta mucho valor aunque lo odies. Así que falló. Mi ayudante tuvo tiempo de coger su pistola y escudarse tras la frijolita. Su marido, un acojonado, se asustó y cuando mi ayudante le dijo que dejara el arma, lo hizo. Un buen ciudadano, temeroso de la ley. Muy bien.” El Sheriff hizo una pausa “Valiente idiota. Mi ayudante le metió tres tiros en el pecho al cabrón. Nos llamó y lo organizamos todo. Valiente imbécil ¿Qué pensaba? ¿Qué matando a uno el resto no nos íbamos a encargar de él?”

Tanto Emma como Kevin no apartaban la mirada de la tortura que tenían delante. Habían desatado a la chica de los barrotes aunque seguía aún con el cinto al cuello. La habían doblado hacia delante y le habían metido una porra de defensa por el culo hasta la guarda.  La habían empujado hacia abajo y había terminado en cuclillas con una polla metida por el coño. Otro hombre había aprovechado para meterle la polla por la boca mientras otro se dedicaba a tirar del cinto para ahogarla y liberarla al rato, lo suficiente para no ahogarla. Otro se estaba dedicando a azotarle los pechos con un látigo corto de múltiples colas. El de la porra se la metía y sacaba follándole el culo con ella.

“Lleva dos hora así. ¿Se la ve mal? pues hasta mañana a las ocho no la enviamos a la cárcel del condado. Si no aguanta diremos que se ha suicidado y ya está. Se van a  ir turnando. Hay unos 20 hombres más de la hermandad para ir sustituyendo a los que se cansen. Si sobrevive, en la cárcel terminará siendo la puta de alguna hermana aria y la usaran como puta de cambio para pedir favores a los guardias de la prisión. Es divertido. ¿Sabes a quien llaman para pedir referencias cuando contratan a guardias? A mi”

“Jodida puta” le gritó el que estaba herido. “¿En qué pensaba el cornudo de tu marido?” Sacó un taser de mano y se lo pincho en el pubis. La mujer empezó a convulsionar y se cayó al suelo. El ayudante saltó encima y empezó a follársela. “Tenéis que probar esto. Los espasmos del coño me están ordeñando la polla”

“Si me disculpáis me voy a unir a la fiesta. Podéis iros cuando creas que tu chaval ha aprendido la lección” dijo el Sheriff. Los nueve hombres siguieron con la tortura. Emma recordaba la fiesta neonazi. Era dura. Pero esta… La fiesta fue una violación con saña. Esto era una tortura organizada. Aun esperaron una hora. La chica se llego a desmayar y la reanimaron rompiéndole una cápsula de amoniaco bajo la nariz para seguir violándola.

Emma estaba preocupado por como reaccionaria su hijo ante tan salvaje escena… pero se sorprendió cuando se dio cuenta que estaba empalmado. Intentaba disimularlo con sus manos pero desde la posición de Emma podía verlo. Su hijo le excitaba el sexo duro. Y recordó cómo se la había follado cuando pensaba que era una puta. Prácticamente la había violado.

“Creo que ya es suficiente. Estoy seguro que mi hijo entiende cuál es nuestra situación” dijo firme.

“Bien” dijo el sheriff mientras golpeaba con una vara los pechos de la chica. “Pronto lo pondré a prueba”

Madre e hijo volvieron a casa. Su padre tenía el turno de noche y tardía en volver.

“Dios” dijo Kevin “¿Pero es que pueden hacer todo lo que quieran?”

Emma sirvió dos whiskys en vaso “Es un pueblo pequeño. En este pequeño mundo son dioses.”

Kevin miró el vaso extrañado. “¿Quieres que beba?”

Emma tomó un sorbo “Vas a tener que follarme. El Sheriff va a querer verlo otra vez pronto. Mejor que nos acostumbremos. Y que estemos algo bebidos las primeras veces debería ayudar algo”

“¿Qué?” la miró sorprendida. “N… no… no puedo hacer eso”

“¿Quieres que acabe como esa pobre infeliz? Y no solo follarme. Tendrás que follarme duro. Como la primera vez”

“No… no puedo hacer eso”

Emma seguía tomando sorbos. Estaba siendo muy dura. Pero necesitaba que su hijo reaccionara. Hay cosas peores que ser follada por tu hijo. Y las había visto. “Si que puedes. Es más. Te he visto empalmando viendo la violación de esa chica. Y recuerdo cuando me follaste. Recuerdo que disfrutaste y que pudiste hacerlo… dos veces”

“N.. N… NO!” Gritó Kevin. “ESE ES EL PROBLEMA. ME GUSTO. ME GUSTA ESE TIPO DE SEXO DURO. Y NO QUIERO HACERTE DAÑO. NO PUEDO QUITARME DE LA CABEZA ESE DIA. FUE EL MEJOR POLVO DE MI VIDA. ME HAGO PAJAS PENSANDO EN ESO.PRÁCTICAMENTE TE VIOLE.” bajo la voz “¿Lo hice? ¿Te viole? ¿Soy un violador?” y agacho la cabeza.

Se hizo un incómodo silencio. Emma lo termino rompiendo. “Has forzado a alguna de las chicas con las que has estado?”

“¿Qué? No!”

“¿Pero las follas como hiciste conmigo?”

“Como a ti… no. Algo de sexo duro. No mucho. Me gusta estar al mando y decirles qué hacer. A algunas les gusta. A otras no.”

“Vaya. Parece que no eres precisamente virgen. Ahora entiendo porque duraste tanto conmigo y no como los otros niñatos” El alcohol estaba envalentonando a Emma. “Peroqué pasa cuando una chica te dice que no”

“¿Qué? Pues…” Kevin se paró a pensar “Paro. Voy más suave… un polvo es un polvo. Mejor uno suave que ninguno”

“Bien. Entonces no eres un violador. Y necesito que me folles”

Kevin seguía en shock. Con imágenes del día que se la follo en la cabeza, como disfruto como nunca en la vida.

“Hazme tu zorra. Fóllame como te gusta. Nada que me puedas hacer será pero que lo que está pasando esa chica ahora mismo. O Kathy, la de las fiestas neonazis. Y a eso le tienes que sumar que tú acabarás en la cárcel. Y tu padre también. Hay cosas peores, mucho peores que me folles.” Hizo una pausa… “Sálvame. Por favor. Te lo suplico. Hazme tu zorra”

Kevin suspiró y fue a tomar el vaso de Whisky. Su madre se le adelantó y se lo quito. Kevin lo miró confuso mientras lo tiraba por el desagüe. “¿Pero…?”

“Uno de los dos va a disfrutar de esto por lo menos. Si se que lo estás pasando mal yo lo voy a pasar mal. No te frenes. ¿Te gusta el sexo duro? ¿Te gustan las mujeres sumisas? Si es lo que te gusta, follarme como si fuera una puta que no puede decir no, Hazlo! Disfruta como la primera vez que me follaste. “

“No puedo hacer eso. Eres mi madre. No quiero hacerte daño”

En un instante Emma se había quitado la falda y la camiseta. En previsión de que la hubiera follado volvía a ir sin ropa interior. “¿Quieres decir que no te gusta lo que ves? Cuando me follaste dijiste que era una puta que estaba bien buena. Sigo siendo esa puta que está bien buena.” Emma pudo ver una erección instantánea en el pantalón de su hijo. “Sálvame…” le susurro. “Hazme tu zorra”

Kevin se abalanzó sobre su madre. Una mano la cogió por el pelo, la otra empezó a jugar con sus pechos. Sus labios se juntaron y se fundieron en un beso que su madre correspondió. Después de unos instantes la arrastró hasta el sofá donde la tiro. Enseguida se puso encima y sin miramientos le metió la polla de golpe a su madre. La sujeto por el cuello y empezó a bombear en su coño. Emma sentía que su hijo se refrenaba. Estaba siendo intenso pero no como la primera vez. “No te frenes” le ordenó su madre “¿Qué?” preguntó confuso Y su madre le dio una bofetada. “No te frenes. ¿Qué eres? ¿Un niñato blandengue?” Una chispa de ira se encendió en los ojos de su hijo que le devolvió el bofetón con creces. En seguida Emma volvió la cara con una sonrisa. Su hijo dejó de frenarse. Sitio como estrujaba sus pechos, Como le clavaba los dedos en su trasero y le daba azotes, le abofeteaba los pechos, tiraba de sus pezones, todo mientras le follaba el coño con un ritmo endiablado. Le dio la vuelta y la puso a cuatro patas. Empezó a tirarle del pelo con tanta fuerza que ella mismo tuvo que agarrarse con sus manos a la de su hijo mientras arqueaba la espalda y sacaba pecho. Su hijo estaba siendo inmisericorde, Follándola como un campeón… y entonces lo sitio. Su hijo era intenso pero no agresivo, dominante pero no abusivo, violento pero no punitivo. Podía parecer que le follaba como el Sheriff pero no era así. El diablo está en los detalles. Y empezó a sentir ese calor en el bajo vientre, ese cosquilleo en su vagina, estaba a punto de tener un orgasmo.

“SÍ!” Gritó Emma. “No pares. Oh Dios!” Por un momento Kevin se asustó. “Pero que… ¿Te vas a correr?!”“SI! NO PARESCABRÓN. FOLLAME. HAZME TU ZORRA!” Si había cualquier atisbo de duda en Kevin sobre si debía hacer sufrir a su madre desapareció en el momento en el que empezó a sentir las contracciones del coño de su madre alrededor de su polla mientras esta gritaba de placer. “JODER! ¿CÓMO PUEDES SER TAN BUENO FOLLANDO? SI! SI! FOLLAME. NO PARES! SIIIIIIIIIIIIIII” Y Emma se dejó caer sintiendo los espasmos de su coño. En seguido se puso a cuatro patas otra vez. Su hijo no se había corrido aún. Sería una madre desconsiderada si no dejaba a su hijo correrse, se dijo bromeando aun dopada, eufórica, con todas las sustancias que se liberan durante el orgasmo. Ahora su hijo pasó sus intereses a sus pechos. Se los estrujaba, tiraba de los pezones, le daba bofetadas.. “¿Te has corrido? Menuda puta estas hechamamá.” le decía mientras seguía follándola con ese ritmo frenético. “Ymás que me voy a correr si sigues a… a… ASÍ! SI! SI!” Y Kevin pudo sentir otro orgasmo de su madre alrededor de su polla. Y hasta un tercero antes que él mismo terminará cogiendo por el cuello a su madre y mientras le susurraba en el oído “Me estoy corriendo puta, siéntelo” Y efectivamente Emma sentía esa sustancia caliente en su coño. Y por primera vez en mucho tiempo, le gusto.

Madre e hijo se dejaron caer en el sofá, exhaustos. “¿Qué…” balbuceo Kevin. “¿Qué ha pasado?”

“Me gusta el sexo duro” dijo su madre más para sí misma que como respuesta a su pregunta.

“¿Qué? y todos estas veces… con el Sheriff… alguna vez…?”

“¿Qué? NO! Eso es una violación. El cabrón busca hacerme daño. Pero contigo… Era intenso. Me gusta cuando me coges por el cuello, me tiras del pelo, sentir que haces lo que quieres conmigo, como disfrutas, incluso cuando duele están tan mezclado con el placer que me das que lo que hace es intensificarlo”

Emma tenía aún cara de sorpresa. ¿Quién lo iba a decir? Estaba aterrada por si su hijo le hacía daño y había terminado con el mejor orgasmo de su vida.

“Esto… esto es bueno, mamá. No lo pasaras tan mal cuando nos obliguen a hacerlo”

“No… no es bueno. Si ve que disfruto será peor. El Sheriff quiere ver sufrir a la gente. No correrse de gusto”

“Pues tendrás que disimular”

“Si. Claro. Tal como usas tu polla seré incapaz de no correrme de gusto .Y ya has visto. No soy discreta precisamente.” Bufo de risa. Estaba hablando de cómo es ella en el sexo con su hijo. Dios mío. ¿Cómo había acabado así?

“Mierda… ¿Entonces qué hacemos?”

“Tendrás que darme por el culo. Así podré aguantarme.” Emma vio una chispa de lujuria en los ojos de su hijo. “Pero no hoy. Que me has dejado exhausta. Quien iba a decirlo. Mi hijo es un semental de primera” dijo riéndose.

“Mamaaaaaa” dijo Kevin medio avergonzado.

Fueron a la cama. Extrañamente, liberados, durmieron a gusto. Al día siguiente, cuando Kevin llegó a la cocina, se encontró a su madre haciendo el desayuno vestida solo con un delantal que dejan a la vista sus pechos por los laterales y solo cubría su pubis. Su apretado culito está perfectamente a la vista.

“Mama!” dijo casi en un susurro. “¿Y papa?”

“Tu padre, cuando tiene turno de noche, toma pastillas para dormir durante el día o no podría conciliar el sueño. Es imposible que se despierte. ¿Unas tortitas?”

“Claro.” Dijo con una sonrisa de oreja a oreja mientras le miraba el culo descaradamente

“He estado pensando en lo que paso ayer… y mucho. Hasta me hice un dedo esta mañana pensando en ello. No podía imaginar que podría disfrutar tanto” Le sirvió las tortitas a su hijo, inclinándose más de la cuenta para mostrarles sus pechos sobre el delantal. “Quiero a tu padre pero no tiene lo que tienes tu. Esa vena dominante. El sexo con tu padre está bien, pero contigo fue impresionante”

Kevin estaba entre henchido de ego y asombrado de la naturalidad de su madre hablando de sexo con él.

“Quiero ser tu esclava sexual. Es una fantasía que siempre he tenido. No contigo exactamente pero… con alguien como tú. Y quiero el paquete completo. Con todo lo que conlleva., Follaremos cuando digas, haré lo que me mandes, todo lo que quieras. Solo te pido que seamos discretos. No quiero perder a tu padre. Le quiero”

Kevin se rió. “Ya. Y a mí solo me quieres para follar. ¿No?”

“Para follar no. Para que me folles. ¿Algún problema?” respondió pícaramente.

Kevin había fantaseado muchas veces con una esclava sexual, teniendo en cuenta sus gustos sexuales, pero que se hiciera realidad, aunque fuera en forma de su madre… no podía dejar escapar la oportunidad.

“Vamos a ponerte a prueba, zorra… mi zorra. Ve chupándomela mientras me tomo las tortitas que ha hecho la puta de mi madre”. Sin dilación Emma se arrodilló ante su hijo, le saco la polla y empezó a chupársela, sin sentimiento de culpa alguna, mientras su hijo iba desayunando sin ponerle interés. Notó que empezaba a temblar la polla en su boca. Imaginó que su hijo se iba a correr. Aunque era algo que no le gustaba si aceptaba el paquete completo mejor que se fuera acostumbrando. Pero antes de correrse le saco la polla y empezó a correrse sobre una tortita.

“Quería darte las gracias por hacerme las tortitas y he querido preparar una especial para ti” y se la ofreció.

Emma, aún de rodillas, la tomó en sus manos. Su hijo se había corrido abundantemente sobre la tortita. “¿Quieres emputecer y humillar a tu madre?”

“Si” dijo con decisión Kevin.

“Bien” le contestó su madre que le dio un buen lametón sobre la tortita. Podría acostumbrarse al sabor del semen de su hijo. Empezó a comérsela aun de rodillas mientras miraba a su hijo a los ojos.

Sin previo aviso, aún sin acabar la tortita, su hijo la cogió del pelo y la lanzó sobre la mesa de la cocina, con el culo en pompa. Rápidamente se puso detrás y sin ningún tipo de aviso entró en el culo de su madre que soltó un sonoro quejido que dejó congelado a Kevin. No tanto por el quejido sino por si podría despertar a su padre.

“También duerme con tapones. Es imposible que oiga nada”

Otra vez la mano de su hijo alrededor del cuello. A Emma le encantaba ese gesto de control, se sentía totalmente dominada. Y empezó a sodomizar a su madre. Emma soltaba quejidos ahogados. Ya podía soportar una violenta sodomía con facilidad. Incluso reconocía que no le desagradaba ahora que su hijo la estaba enculando. Funcionaría. El placer que sentía en ese momento sí que podía disimularlo. Podía funcionar. Sentía las manos  de su hijo bajo el delantal maltratando sus pechos mientras le decía lindezas como “Toma puta” o “Vas a ser mi zorra”

Irremediablemente todo lo bueno acaba y su hijo terminó corriéndose. “Voy a disfrutar mucho contigo,mamá” Emma fue a levantarse pero la mano de su hijo lo impidió. “No te muevas zorra”

Este se fue a su habitación y volvió con un cinturón. Sin previo aviso la azoto. Emma saltó y se encaró con su hijo “¿Pero por qué? Voy a hacer lo que me pidas”

“En primer lugar. Por que quiero. No debería tener que dar explicaciones si quieres ser mi esclava. En segundo lugar. Es muy fácil ser esclava cuando te corres de gusto cuando te follo. Si hasta cuando te he dado por el culo he notado que te gusta. Tendrás que disimularlo mejor” Emma casi se sonroja “Si realmente vas a ser mi esclava tienes que ser capaz de serlo también cuando hago cosas que no te gustan. Lo has dicho antes. Lo que quiera, cuando quiera. El paquete completo”

Emma se quedó un poco sorprendida. Pero su hijo tenía razón. Es muy fácil ser una esclava cuando te corres de gusto. Mucho más difícil cuando obedeces sin rechistar. Y le encantaba ver con qué facilidad su hijo había tomado el mando. Se volvió a doblar sobre la mesa de la cocina y espero

ZAS! un azote. A Emma le costó no saltar… pero no demasiado. En alguna ocasión el Sheriff le había azotado por diversión. Le costó ocultar las marcas a su marido. Su hijo estaba siendo mucho más comedido. Era doloroso… pero soportable. Si le dejaba marcas seguramente en poco tiempo desaparecían. Era un castigo, una corrección, no una tortura. Otro… y otro… así hasta media docena. Sin ninguna razón. Solo como muestra de obediencia.

“Quítate el delantal” le ordenó y Emma obedeció sin dilación. Su hijo se acercó y le puso el cinturón al cuello en forma de correa. “Hasta que te compres un cinturón de perro y una correa tendremos que improvisar, mi perrita sumisa. A cuatro patas”

La llevó por la improvisada correa hasta el salón donde la mandó ponerse sobre el reposabrazos del sofá. Tan pronto se puso allí su hijo le dio un fuerte azote en el trasero que aún estaba escocido. “Si vas a ser mi puta mejor que vayas aprendiendo a ponerte en posición rápido. Separa las piernas y que no tenga que volver a decirte algo tan básico.”

Con qué facilidad se había adaptado su hijo a la nueva situación, con que soltura la trataba como una puta, y con qué facilidad ella misma lo estaba aceptando. Reposo su vientre en el reposabrazos, separó las piernas, consciente que así sus dos agujeros serían accesibles y espero.

Sí hijo metió tranquilamente su polla en su coño al mismo tiempo que estiraba del cinturón. Emma sentía como apretaba y consiguió meter los dedos bajo para darse aire. Volvía a estar en esa postura, con la espalda arqueada hacia atrás haciendo sus pechos prominentes, mientras una polla la invadía por detrás. Su hijo empezó a follársela. Sus tetas eran firmes, si no, hubieran sido un espectáculo al salir disparadas y volver con cada empujón que le propinaba su hijo. Emma estaba preocupada por la correa alrededor de su cuello. ¿Sabía su hijo lo que hacía? Notaba que le faltaba un poco el aire. Y allí apareció otra vez. Un anuncio de un orgasmo.

“OS… TIA!” dijo Emma. “Si! Si”

“Te vas a correr otra vez, puta?” .

“Si.. cof… si… dios… joder… fóllame. no pares!”

Y efectivamente no paro. Aflojó la correa pero paso a sujetarla por el cuello y redobló sus ataques al coño de su madre. Esta le correspondía con gemidos de placer. Y como la noche anterior Emma tuvo un intenso orgasmo con la polla de su hijo metida en el coño. Y como la noche anterior su hijo aún estaba lejos de correrse. La empujó con violencia hacia el sofá y saltó tras ella. Esta vez entre sus piernas, cara a cara, y volvió a penetrarla con frenesí. Enseguida le dio una bofetada.

“Di que eres una mala madre”

“Soy una mala madre” mientras sentía más orgasmos venirle en camino

“Pero que lo compensas siendo una buena puta para tu hijo”

“Si! Me encanta ser la puta de mi hijo”

“¿Te gusta? ¿Te gusta sentir la polla de tu hijo follándote?” y le soltó una bofetada a su madre.

“Si… Siiiiiiiiiii”

“Dilo” y volvió a abofetearla ”Dilo”

“Siii… Soy tu puta! Soy la puta de mi hijo. Dios. No pares ahora. Haré todo lo que quieras pero no paressssssssss. SI SI SI”

Emma se arqueaba como una gata retorciéndose de placer. Era increíble como follaba su hijo. O era ella que había encontrado algo que realmente le hacía disfrutar!

Otra bofetada y su hijo le sujetó la cara para que lo mirara fijamente. “Mira mama. Quiero que lo veas. Quiero que veas como disfruto cuando me corro en tu coño” y en ese momento Emma vio la cara de autentico placer de su hijo cuando descargaba su leche en su coño.

Le dolía el cuerpo. Estaba exhausta. Estaba teniendo unos orgasmos tan fuertes que le daban calambres.

“Todo lo que quiera. ¿Eh?” se mofó su hijo.

“Joder. Debería ser trampa. Mientras me corro puedo decir cualquier cosa… pero si. Todo lo que quieras. Y le dio un beso en los labios”

“Bien. Porque desde ahora no habrá más orgasmos. Solo te voy a dar por el culo.”

Emma hizo ademán de quejarse pero ella sola se paró. “Como desees. Eres mi amo.”

“Solo por el culo… hasta que aprendas a disimular mejor. El Sheriff no puede darse cuenta. Recuerda. Luego...” le cogió con la mano todo el pubis “volveré a disfrutar de tu coño de puta, mama” se miró la mano y al exprimirle el coño se le había manchado con su propio semen. “Lame” le ofreció a su madre. Esta, obediente, empezó a lamerle la mano hasta dejarla limpia. Sí que podía acostumbrarse al sabor de la leche de su hijo, volvió a pensar.

8.- El espectáculo

Llegó el día.

La pobre chica latina sobrevivió para encaminarse a un destino que bien podría ser peor que la muerte. La cárcel.

Durante la  semana Kevin se follo el culo de su madre al menos una o dos veces al día. Y todas las veces le dejo bien claro a su madre que había disfrutado mucho. Después de cinco días consideró que su madre disimulaba lo suficientemente bien y la recompensó con un par de buenos multiorgasmos que habían vuelto tan loca a su madre como para decidir ser la esclava de su hijo.

Marc seguía mofándose de Kevin e insinuando que antes o después se la iba a volver a follar. Desconocedor que ya se la había follado varias veces.

Y un par de días más tarde el Sheriff llamo. “¿Tu hijo va a darnos problemas?”

“No. Pero sería más fácil si tu hijo no se mofara de él y dejara de insinuarle cosas”

“No son insinuaciones. No sé cuántas veces he visto el video donde tu hijo te viola. Quiero verlo otra vez. Apáñatelas como sea, llora, suplica, pero quiero volver a ver como tu hijo te folla como a una puta barata”

“Me pides mucho. Mi hijo está asustado y soy su madre. No puedes pedirme esto”

“Tu niégate y veremos si puedo o no. Si no lo consigues me buscare a otra. Y ya sabes lo que le pasa a las que… desechamos. Esta noche libro, y tu marido tiene guardia. Iré cuando me plazca. Dame un buen espectáculo o te mandaré a la mierda” Y colgó.

“Tengo que convencerte para que me folles como una puta esta noche” le dijo a su hijo con el teléfono en la mano mientras su hijo la enculaba “Eso va a ser fácil porque ya eres mi puta”

Llegó la noche. Y con la noche el Sheriff… y su hijo.

Entraron en la casa como si fuera suya. Casi sin saludar. Fueron a la cocina, pillaron unas cervezas, fueron a salón y se sentaron.

“Y bien puta. ¿Tu hijo va a hacer lo que se le pide?”

“Si que lo haré.” Dijo con una chispa de enfado. “No me gusta pero no voy a dejar que mi madre, mi padre y yo mismo pasemos por un infierno peor”

“Que te quede claro, chaval. Me refiero al video donde te follas a tu madre. Quiero revivirlo. Quiero que hagas gritar a tu madre. ¿Entiendes? Como cuando pensabas que era una puta racista”

Kevin apretó los dientes. “Entiendo”

“Si no me gusta lo que veo, si me aburro… prepárate para ser la putita de algún ario en la cárcel del condado. Tu padre y tu madre también tendrán los suyo”

Antes de que dijera nada Kevin le soltó una bofetada a su madre para seguidamente cogerle por el pelo y empezar a besarla. Les pilló a los dos chantajistas por sorpresa. La empujó hasta una pared donde empezó a meterle mano y a besarla. Con ninguna delicadeza. Le cogió de la camiseta y tiró hasta rasgarla y dejarle los pechos al aire. Se puso entonces detrás de su madre haciendo que se encarase hacia sus chantajistas. “Esto es lo que quieres. ¿No? Cabrón” y empezó a estrujar los pechos de su madre. Emma empezó a retorcerse pero sí hijo la tenía bien sujeta. Le apretaba los pechos, se los retorcía. Los pezones no corrían mejor suerte y Emma soltaba quejidos de dolor más que aparentes.

Le tiró del pelo y le susurro al oído. “La falda, fuera” . Su madre se llevó las manos a la cintura, soltó la falda y esta llegó al suelo dejando al aire el pubis rasurado de Emma. Enseguida los dedos de su hijo se introdujeron en su rajita. Uno, dos, tres, cuatro...Y empezó a retorcerse dolorida por la invasión pero su hijo seguía forzándola a quedarse en el sitio mientras ella soltaba quejas y quejidos mientras él la follaba con los dedos.

Los dos podían ver la cara de satisfacción de sus chantajistas. Les gustaba el espectáculo. Kevin le dio otra bofetada a su madre y la arrastró por el pelo al dormitorio principal. Padre e hijo les siguieron. Allí vieron como Kevin tenía preparadas unas cuerdas con las que ató a su madre a la cama marital por la extremidades, boca abajo. Empezó a poner cojines bajo el vientre de su madre haciendo que cada vez tuviera el culo más alto. Emma miraba a todas partes y jadeaba. Parecía asustada. Su hijo se posiciono detrás de ella, apuntó y entró de golpe. Emma soltó un sonoro quejido seguidos de más. Su hijo tan rápido como entró salió para volver a entrar. A toda velocidad se dejaba caer sobre su madre clavándole el culo. Tal era la fuerza que todos los cojines se comprimían con cada empujón. Le cogió por el pelo y tiro. “Toma puta.” le pasó el brazo por el cuello y desde allí prosiguió con la violación de su madre que no paraba de quejarse. No fue rápido. Kevin tuvo tiempo de jugar con los pechos de su madre, darle azotes en el culo e incluso escupirle en la cara antes de que terminara de correrse. Se podían ver lagrimones recorriendo su rostro. Kevin se levanto y miro desafiante al Sheriff. “¿Contento? ¿Satisfecho?”

Este también se levantó de su silla palpándose el paquete que ya venía con una importante erección. “Contento. Pero te voy a enseñar cómo se hace. A las putas como tu madre lo que le gusta es un hombre de verdad que sepa cómo montarlas. Siéntate y aprende”

Kevin se decía mentalmente que hay cosas peores, una y otra vez. Y se sentó para ver cómo violaban a su madre.

El Sheriff se preparó detrás de Emma. Le cogió del pelo y tiró con fuerza hasta levantarla. “Pídemelo”

Ya había pasado por este juego antes y lo conocía. “Fóllame” le pidió Emma.

“¿Por dónde puta?”

“Por el culo” dijo Emma apretando los dientes.

“¿Cómo?”

“Fuerte. Muy fuerte” y Emma cerró los ojos para lo que se avecinaba.

La polla de Anderson entró como siempre. Como un ariete. Como una bala de cañón. Ahora Emma sí que gritó de dolor. Anderson sacó toda la polla.

“¿Ha sido de tu gusto, zorra?”

Emma se mordió el labio. Conocía el juego.

“No. Has sido blando. Me gusta más duro”

“Bien mi putita. Vivo para complacerte” Y repitió la embestida poniéndole aún más ganas. Emma aun grito más. Anderson miró de reojo a Kevin con una sonrisa malvada. “¿Ves? A estas zorras les encanta que la traten así. Mira… Puta… ¿tienes suficiente?”

Emma respiró un par de veces, “No. A las putas nos gusta que nos hagan chillar” Kevin se sujetaba a la silla forzándose a no hacer una estupidez. Por suerte era un chico listo.

Anderson volvió a mirar a Kevin con una sonrisa de oreja a oreja. Soltó el pelo de Emma y sujetó sus caderas. Se preparó y volvió a entrar con toda la fuerza que podía. Emma salió lanzada hacia delante y solo que tenía los tobillos atados impidieron que se diera contra el cabecero de la cama. Cuando esas mismas ataduras impidieron a su cuerpo avanzar más todo el empuje de Anderson hicieron que su polla se clavara en lo más hondo de Emma que soltó otro sonoro quejido.

Y ya al fin Anderson empezó a follarse a Emma por el culo. Con su ritmo, con su mala ostia. Emma apretaba los dientes y aguantaba la violación. “Medionegro. Ven aquí. Y sujeta a tu madre por el pelo”

Kevin dudo pero poco. No se lo podía permitir. Cogió del pelo a su madre y tiró hacia atrás. Más” ordenó el Sheriff. Kevin se obligó a tiran aún más. MÁS! No me cabrees niñato” insistió mientras seguía follándose a su víctima. Tiro aún más hasta que oyó a su madre quejarse, pero atada como estaba, no podía defenderse. Con toda la espalda arqueada hacia atrás sacando pecho. “Bien. Mantenla ahí para que pueda jugar con las tetas de la puta de tu madre” Anderson apretó sus dedos en los pechos de Emma mas y mas hasta que hizo quejarse a su víctima. Emma se daba cuenta que su violador estaba en una competición con su propio hijo para demostrarle que él era aún más cabrón, que era el macho alfa. Su hijo se había mostrando muy convincente. Qué diablos. Seguro que incluso lo había disfrutado. Bien por él. Y el Sheriff quería superarle. Estaba siendo incluso más brutal que de costumbre. “Pregúntale si le gusta” le dijo Anderson.

“Mama. ¿Te gusta?”

Y Emma tenía que seguir con las reglas que ya sabía . “Si. Ay!. Me gusta. ufff… ocuh! Soy una puta. Me gusta que me traten así. Arggh.”

“¿Ves chico? Todas las putas son iguales y tu madre no es una excepción”

El sheriff empezó a gruñir y a jadear como un perro salvaje excitado. Sujeto a Emma con fuerza terminó empujando hasta el fondo su polla, temblando, corriéndose una y otra vez. Y se quedó allí un rato, disfrutando de unos últimos segundos. Kevin no sabía si soltarle el pelo a su madre y liberarla de esa incómoda postura y espero.

Anderson se levantó y, como de costumbre, le dio una palmada en el trasero antes de felicitarla por ser una buena puta. Esta vez le puso ganas en la palmada. La mano acabo marcada en el glúteo. Hasta al propio sheriff le dolió la mano del golpe. “Buena puta” Miro a Kevin sonriente y jadeando. “Ya puedes soltarle el pelo”

Kevin soltó de golpe el pelo de su madre y esta se cayó a la cama de golpe. “Sentémonos. Que ahora le toca a mi hijo”

Marc salto a la cama. “Hora de follarme a la puta de tu madre, Kevin” y sin mucha parsimonia Le metió la polla por el coño y empezó a follársela. Marc intentaba parecer duro, follársela con ganas, pero comparado con los otros dos que acababan de follársela Marc era patético. Seguía siendo solo un adolescente egoísta aprovechando para follarse una MILF buenorra. Emma casi se planteó echarse una siesta para recuperar fuerzas.

Mientras estaban sentados viendo como Marc se follaba a la madre de Emma el sheriff empezó a hablarle bajito. “Es mi hijo pero es una pena. No sabe cómo se debe tratar a las mujeres. Son unas putas todas. ¿Verdad, chico? Tú sí que sabes. No tanto como yo pero si sigues así algún día serás todo un hombre como yo. ¿Te ha gustado verdad?” Kevin contestó con un automático Sí” y el Sheriff le dio un cachete correctivo en la cabeza “No me digas lo que quiero oír. No ahora. Te he visto como te la has follado, las caras que ponías, las ganas que ponías, Como te has corrido de gusto. Dime la verdad…” y se relamió los labios. “¿Te ha gustado follarte a la puta de tu madre?”

Kevin apretó los dientes y le miro al Sheriff a los ojos. “Si. Cabrón. SI! Disfrute mucho la primera vez que me la folle sin saber quién era y desde entonces no me lasacó de la cabeza. Así que SI. He disfrutado mucho dándole por el culo a mi madre. Me encanta metersela por el culo. ¿Contento? ¿Te gusta mi sinceridad?”

“jajajaja. Bien por el chico. Hey, zorra. Aquí tu hijo me ha confesado que ha disfrutado mucho dándote por el culo.” ‘Bien por el’ pensó Emma. “Felicidades zorra. Tu hijo es un hombre de verdad… para ser medionegrata” apostilló con mofa. “Te voy a hacer un regalo chaval. A partir de ahora te puedes follar a mi zorra siempre que quieras” Anderson se levanto, se acerco a Emma y empezó a retorcerle un pezón. “Y tu… zorra. Tedejarás. No te atrevas nunca a decirle que no a tu hijo si te quiere follar. Es más… quiero que se lo pidas” Emma apretaba los dientes. No se le escapaba la ironía de la situación. YA era la zorra de su hijo. El cabrón pensaba que había encontrado una forma de torturarla más. Que te jodan, puto sádico. Mi hijo hace que me corra hasta perder el juicio. “¿Qué harás zorra?”“Le pediré que me folle. Ledejaré que me folle siempre que quiera” Marc acabó su patético polvo en ese momento. “Kevin, Hijo. ¿Quieres follarte ahora a la zorra de tu madre? ¿Quieres darme por el culo? Soy una puta. Trátame como tal”

Anderson soltó una carcajada. “¿Y bien chico?” y antes de acabar la frase Kevin ya se había quitado los pantalones. Anderson le susurro a Emma “Vaya. Has despertado al hombre que hay en tu hijo. Tendrías que verle la cara cuando te folla. Disfruta de verdad contigo, zorrita. Ya no eres su madre. Solo eres un pedazo de carne que follarse, solo eres una puta” Anderson intentaba hacer sentir mal a Emma sin ser consciente que ya lo sabía y que le encantaba. Anderson aún estaba susurrándole cosas cuando le corto un sonoro quejido de Emma al sentir la polla de su hijo invadirle el culo. Como antes se la follo a saco. Nada comparable con el patético Marc pero lejos del salvaje Anderson. El Sheriff disfrutaba con las caras de placer de Kevin, con como llamaba puta, zorra y cosas similares a su madre. Y otra corrida más cabo dentro del cuerpo de Emma.

La desataron para proseguir la fiesta que duró aún una hora más o así. Emma terminó con dos y tres pollas metidas a la vez. Nadie se dio cuenta que Kevin solo se follaba a su madre por el culo o por la boca. En un momento dado obligaron a Kevin a follar a su madre con una lata de cerveza mientras el sheriff tenía su polla en el culo pero en general Anderson parecía haber tenido suficiente con su teatro de macho alfa contra Kevin en la primera sodomía salvaje de la noche y fue todo soportable para Emma.

Cuando padre e hijo se cansaron dejaron a Emma y a su hijo solos. Ella estaba tirada en el suelo, desfallecida. Le costaba hasta levantarse y le pidió ayuda a su hijo. “Kevin. Necesito ir a la cama. Estoy muy cansada. ¿Me ayudas?”

En vez de ayudarle a levantarse su hijo la cogió por el cuello y la sujetó contra el suelo, boca arriba. “¿Kevin? No… por favor… estoy reventada… estoy…” Pero su hijo no le hizo caso. ¿Qué pasaba? Sintió la polla de su hijo entrar en su coño y como este empezaba a follársela, sin freno. Aun le dolía algo después de la sesión de violación múltiple. Hasta le habían metido una lata de cerveza por el coño! Emma asumió su situación y se dejó hacer. Había decidido ser su esclava. Dejó que su hijo la follara a su manera. Intenso pero no agresivo, dominante pero no abusivo, violento pero no punitivo… y empezó a sentirlo. Otra vez. Esa sensación que anunciaba otro orgasmo con su hijo. ¿Cómo podía ser? Le dolía todo el cuerpo. Realmente no quería follar más. Y aun así… Arqueaba su espalda por el placer, empezó a gritar, a pedir más, a implorar a su hijo que no parase. “DIOS! SI, SI, SI! FOLLAME!” Su hijo le sujetó la cara para que lo mirara fijamente como otras veces “Mírame. Mira como disfruto follándote.” Emma casi le costaba enfocar la mirada. Pero si que veía disfrutar a su hijo. Y ella misma estaba en el borde de… no. No en el borde. “ME CORRO!” Anuncio Emma. “DIOS! SOY UNA PUTA! QUE GUSTO! QUE GUSTO! ME CORRO!” Y su hijo siguió follándola, y ella seguía corriéndose hasta que los calambres, los dolores residuales de las violaciones previas y los espasmos de placer de su coño se mezclaron y se intensificaron hasta el éxtasis.

Emma casi convulsionaba. Había sido jodidamente intenso. “Ahora sí que te puedes ir a la cama, mama. No recordando las dos últimas horas, no recordando las violaciones. Cuando pienses en esta noche esto es lo que recordaras. Siempre que tengas un mal día, Con el Sheriff, con cualquier cosa, dímelo. Te hare mi zorra y tendrás algo que recordar”

Ahora lo comprendía Emma. Su hijo no quería que se fuera a la cama con ese desagradable recuerdo de la violación. “¿Has disfrutado antes cuando me dabas por el culo?” “Todas y cada una de las veces que te la metía. Eres mi zorra y una zorra deliciosa” Lo abrazó y le dio un largo, húmedo y cariñoso beso.

[Atención: Si lo que buscas son escenas eróticas, excitantes, morbosas o perversas a partir de ahora habrá pocas. El capítulo que queda tiene como objetivo cerrar la trama y los toques de sexo disminuyen bastante.]

9.- Interludio

Pasaron los meses y todo seguía igual. Cuando quería el Sheriff, Emma se abría de piernas. Cuando quería Marc, acompañaba a Kevin después del instituto y se follaba a su madre. Y cuando quería Kevin, Emma acababa en la gloria.

Emma tenía que servir al padre y al hijo una o dos veces por semana. Como el Sheriff y su hijo tenía acceso a las pobres chantajeadas de sus ayudantes además de, como Emma se enteró, a Kathy y alguna chica más que había intentado rebelarse anteriormente, la atención de sus chantajistas no estaba siempre sobre ella.

Pero cómo podía acceder a las otras chantajeadas en más de una ocasión el Sheriff llamó alguna de las otras para juntarlas. Emma tuvo que aprender por sorpresa a ser lesbiana. Conoció a las otras esclavas de los ayudantes. Una negra y una latina. Y también descubrió que a las dos las habían obligado también a acostarse con sus hijos y que sus hijos también habían claudicado. Siempre que podían obligaban a los hijos a mirar mientras violaban a sus madres, incluso cuando juntaban dos o tres de ellas. Así Kevin conoció a dos compañeros de instituto que estaban en su misma tesitura.

Kevin le daba vueltas a cómo salir de la situación. No se le ocurría ninguna. No era un asesino además que no podía acabar con los tres. Si llamaba a otras fuerzas de la ley se sabría que su madre había tenido que ser la puta del Sheriff, y peor, seguramente se sabría que se la había follado. Por más vueltas que le daba no veía salida.

Kevin profundizó en sus juegos con su madre para hacerla su esclava. Le puso reglas y tareas. Cuando su padre no estaba en casa debía de vestir como una puta, Siempre que pudiera tenía que despertarlo con una mamada y otros actos de obediencia.

Descubrieron también que, pese a que querían a su marido y padre respectivamente, era muy excitante hacer cosas a sus espaldas cuando él andaba cerca. Meterle mano a su madre por debajo de la falta tapada por la ventana que separaba la cocina del salón, que le diera una mamada mientras hablaba con su padre al otro lado de la casa, hacerle llevar un huevo vibratorio por casa delante de su marido que controlaba de forma remota…

10.- Fiesta final

Esta iba a ser la tercera fiesta de negociación de las tres víctimas chantajeadas por el sheriff y sus ayudantes. El sheriff ayudaba a los neonazis con sus operaciones de drogas a cambio de una parte. Cada mes se reunían para hablar de la logística del siguiente mes. Desde hacía dos meses lo hacían con una fiesta donde las tres víctimas atendían como ‘camareras’ si se podría llamar así.

Los neonazis al principio se negaron. No se fiaban que las putas los delatasen. Pero cuando les explicaron que las tenían tan dominadas que hasta las habían convertido en las putas de sus hijos dijeron que eso tenían que verlo.

Las dos primeras fiestas fueron iguales. En el mismo almacén donde los neonazis solían violar a Kathy una vez a la semana los tres hijos tenían que desnudar a sus madres, esparciendo su ropa por el suelo, delante de tres neonazis, y los chantajistas. Estos les daban entonces su ropa a los chicos para que se las doblaran y se las guardaran. Los hombres se daban lo que llamaban el aperitivo. Un polvo rápido, de dos en dos, con las víctimas, mientras los hijos, a cierta distancia, tenían que verlo sentados en una sillas.

Luego los jóvenes tenían que traer de vuelta la ropa de los violadores que se vestían y empezaban a negociar y organizar el siguiente mes de operaciones. Con las madres desnudas haciendo de camareras soportando tocamientos.

Cuando acababa la negociación empezaba la fiesta. Una orgia con las mujeres en inferioridad de número. No era muy salvaje. ‘Sólo’ sexo duro y abusivo. El Sheriff quería diferencia entre los que llamaba ‘polvos de castigo’ y ‘sus tareas rutinarias de puta’. Cuando se follaban a alguien como Kathy como lo hacían era porque lo que buscaban era hacerle daño. Ahora sólo buscaban follarse a unas putas. Cuando las llevaban a ver orgías como las de Kathy el Sheriff quería que vieran que las cosas siempre podrían ser peor si no cooperaban.

Esto era así menos para una. Al final de la fiesta había un juego. Ponían a las tres madres a cuatro patas y, con los violadores en círculo alrededor, cada hijo tenía que sodomizar a su madre. El último que se corría perdía. El castigo era que la madre acababa de rodillas con todos los hombres meándola encima.

Ese día no fue distinto. Las tres madres en fila frente a sus violadores. Sus hijos desnudándolas ante ellos. Los hombres desnudándose y dándoles la ropa para que la plegaran. Ellos se sentaron en las sillas habilitadas para que vieran el espectáculo. Un folleteo rápido de entrada. Usaban las ropas desperdigadas de las mujeres para limpiarse las pollas y los coños. Luego los jóvenes volvían con la ropa y tenían que esperar allí, mientras se vestían, con sus madres desnudas al lado, con semen ya chorreando de sus agujeros.

Se sentaron a la mesa y iban a empezar a negociar cuando un sonido agudo. Propio de un acople de un micrófono se oyó. Salía del cinturón del Sheriff.

“Que cojones es eso” dijo uno de los neonazis. “Llevas un micro”

“¿Qué mierda dices? No sé lo que pasa pero no llevo un micro!”

Los neonazis se pudieron nerviosos y sacaron sus armas. Los agentes hicieron lo mismo.

“Basta ya” decía el Sheriff “calmémonos todos. Bajad las armas!” Los jóvenes habían recogido las ropas de sus madres y los seis se habían alejado de la escena asustados.

“AGENTES DE LA DEA. BAJEN LAS ARMAS. VAMOS A ENTRAR!”

Hubo un momento de silencio. El Sheriff hizo sus cálculos. Si mataba a los hermanos arios podría vender la historia que estaba en una operación para capturarlos. Si. Así que apretó el gatillo.

Nada. Aunque siempre llevaba la automática con una bala en la recamara solo oyó el click.

“POR TUS MUERTOS CABRON!” le espetó el neonazi. El Sheriff intento amartillar el arma. No le dio tiempo. Los otros agentes intentaron disparar. Mismo resultado. No así los neonazis que descargaron sus armas sobre los tres agentes abatiéndolos.

Kevin se acercó a los neonazis que le apuntaron dispuesto a matarlo. Unos botes de humo entraron por las claraboyas. Kevin dijo algo a los neonazis. Entraron las fuerzas de la DEA y todos los neonazis estaban ya en el suelo de rodillas, desarmados.

El agente de la DEA al mando. Un hombre próximo a la jubilación que parecía que toda su vida había estado en la acción. Robusto, con cara de pocos amigos y con pinta de resoluto y acento Tejano. Se reunió con las madres y los hijos en una habitación del almacén

“¿Sabes chaval? cuando hace dos días me contactaste y me convenciste para montar aprisa y corriendo una operación que me ayudaría a capturar a unos agentes corruptos y a unos neonazis narcotraficantes no tenía mucha fe. Pero desde luego que no me esperaba que acabara así. No nos dio ni tiempo a montar cámaras. Solo teníamos el micro que llevabas que, curiosamente, no ha funcionado durante un buen rato. Cuando al fin se ha puesto en marcha se ha debido de acoplar con algo y ha empezado a hacer ruido. Solo hemos oído como parecía que se iba a montar una ensalada de tiros y antes de entrar estaba todo acabado y los supervivientes sin ofrecer resistencia. Y ¿Sabes? el micro a aparecido en uno de los compartimentos del cinturón de policía del Sheriff y hemos encontrado una antigua radio analógica rota que podría haber generado el acople”

“Agente Rodríguez. Lo siento. Al micro debía de pasarle algo. Y me pareció que uno de los ayudantes sospechaba de mí. Así que por miedo me deshice del micro como pude”

“¿En el cinturón de policía? ¿Sin que se diera cuenta? ¿Eres un carterista o qué?”

“Tuve suerte” Apostilló Kevin.

“¿Sabes? Los neonazis me dicen una historia distinta a la que me imaginaba. Dicen que el Sheriff los citó para proponerles un chanchullo de drogas y que ellos, ciudadanos temerosos de dios, panda de cabrones racistas…” y rubricó el insulto escupiendo al suelo “se negaron. Que luego cuando ocurrió lo del micro los agentes intentaron disparar primero y ellos se defendieron. Que aquí no paso nada.”

“Tengo que decir que fue así, Agente Rodríguez. Lo siento. Tal vez mi imaginación adolescente me jugó una mala pasada”

“Ya… ¿También las otras dos veces qué dices que se reunieron?”

“Si. Bueno… tal vez exagere. Fueron más bien reuniones entre amigos”

“Ya….” el agente de la DEA arrastraba las palabras “¿Y dices que vuestras madres hacían de camareras en estas reuniones?” preguntaba desde el quicio de la puerta mientras se fijaba en tres sillas extrañamente dispuestas a cierta distancia de la mesa, encarándola. “¿Una negra, una latina y la esposa de un negro haciendo de camareras para los neonazis?”

“Lo hacían como un favor al Sheriff y sus ayudantes. Nuestras madres son… amigas de ellos” Aquí Kevin dudo al decir la palabra amiga. Aunque hasta ahora podía haber pasado por un adolescente poco más o menos asustado se le escapó un deje de odio en esa palabra.

El agente de la DEA mantuvo una pausa mientras miraba las sillas que servían de palco para que los hijos vieran las violaciones de sus madres. “Ycuánto hace que vuestras madres son amigas de los agentes del sheriff?”

“Pues alrededor de un año”

“Ya… ¿Y qué hacían como amigos?”

Kevin se puso un poco tenso. “Nada… solo… hablar…”

“Ya… Hablar… ¿y vosotros?” ahora miro a Kevin “¿Sabes dequé hablaban?”

Kevin cada vez más tenso. “Si… pero nosotros solo escuchábamos. Somos jóvenes bien educados. Cuando los mayores hablan, nosotros escuchamos”

“Entiendo...” concluyó el agente Rodríguez volviendo a dar una vistazo a las sillas tan extrañamente colocadas. Miró alternativamente a los jóvenes y las madres y torció el gesto.

“Vale!” dijo y cambiando el registro. De repente toda su dureza desapareció. Se le noto hasta jovial, amistoso... “No ha sido como esperaba pero hemos sacado a  tres agentes corruptos circulación. Si esos neonazis están limpios…” acompañó la frase con una mueca que reflejaba claramente su opinión “…pues no pasa nada. He visto a los otros dos agentes del pueblo. Si esos zopencos se encargaran de ayudar a un cartel a mover drogas no creo que tardáramos más de un mes en pillarlos. Más ahora que sabemos dónde mirar. Por mi parte la versión que tengo es buena y es la que pondré en el informe. Lo único que no se qué pensar es en los tres cartuchos que hemos encontrado tirados por el suelo, de la munición que usaban los agentes.  Aparte no tengo ninguna prueba física que me haga pensar que haya podido pasar otra cosa aquí”

Kevin y todos respiraron aliviados. “Por cierto. Esto se le debió de caer a alguien durante el tiroteo” Lanzó sobre la mesa una bolsa de pruebas con unas bragas manchadas de semen. Sin esperar a ver sus reacciones se fue.

Mientras los neonazis se iban del lugar el jefe de estos asintió con la cabeza y Kevin le respondió. Tenían un trato. Kevin, Emma y los demás mantendrían su versión y ellos los dejarían en paz para siempre.

Varios acontecimientos se sucedieron en los siguientes meses. El primero, al día siguiente del tiroteo. Kevin y sus dos nuevos amigos secuestraron a Marc, se lo llevaron a una cabaña en el bosque y le presentaron a Malcom. Malcom era primo de Kathy, un marine negro, inmenso, con un buen miembro y gay.

Después de demostrarle a Marc que la resistencia de Malcom era muy superior a la del ano de Marc, cuando estaba ya destrozado hicieron que un perro lo sodomizara y le hicieron fotos.

Marc era un pusilánime cobarde además de no tener muchas luces. Le amenazaron con hacer público las fotos si denunciaba la violación. Es más, si no aportaba pruebas al agente Rodríguez de la DEA de las actividades de su padre y los neonazis las harían públicas igualmente.

Dos días después, cuando se recuperó, Marc contacto con Rodríguez y le contó cosas muy jugosas para su investigación.

Pero se terminó sabiendo que había cantado. Al principio los neonazis querían matarlo pero pensaron en un castigo más kármico. Igual que hacía su padre lo incriminaron en un falso crimen. Acabó en la cárcel siendo la putita de uno de la hermandad Aria.

Efectivamente en dos semanas, gracias a las pruebas que aportó Marc y a la incompetencia de los dos ayudantes que quedaban Rodríguez pudo cazar a la mayor parte de los neonazis por tráfico de drogas.

Rodríguez ya podía prejubilarse. Viudo, sin familia, siempre había vivido de un estado a otro a donde sus operaciones le llevaban. Se merecía ya un descanso, asentarse en un sitio. Y la ciudad necesitaba un Sheriff. Lo primero que hizo fue revisar los casos del Sheriff y terminó liberando a media docena de personas que habían sido incriminadas falsamente.

Se encontró además que había en el pueblo tres atractivas y complacientes mujeres que le estaban muy agradecidas. Mucho a decir verdad.

“Podías haberme avisado” Le recrimino Emma

“Me habrías intentado disuadir” le contestó Kevin. “Lo pensamos mucho entre los tres y pensábamos que podría funcionar. Y así fue. Las tres sois libres”

“Te hiciste amigos de los hijos de las otras dos víctimas?”

“Si. Formamos algo así como el club de los follamadres. Intentábamos darle cierta mofa para intentar superar lo duro que era ver como unos cabrones os violaban. Es curioso. Las tres no solo acabasteis aceptando sino disfrutando que se os follaran vuestros hijos”

“pfff” se mofo Emma “Claro. No tendrá nada que ver con que los tres sois unos atractivos adolescentes”

“¿Te parecen atractivos? Eso está bien por qué…”

“¿Por qué qué?”

“Al final hablábamos con tanta naturalidad sobre lo que os ocurría, lo buena que estabais y que en cualquier otra situación nos habría encantado follarnos a las madres de los demás que hemos pensado en intercambiaros. Los demás se lo están preguntando hoy a las suyas. Yo…”

Kevin tiro de la cadena enganchada a los pezones de Emma. Esta se forzó a subir un poco más. Estaba de rodillas, desnuda, con las manos esposadas a la espalda. Estaba cabalgando un gran dildo pegado al suelo mientras hablaba con su hijo que estaba vestido, sentado junto a ella en un sillón, viendo el espectáculo.

“…yo solo te estoy informando de lo que va a ocurrir”

“Como ordenes” contesto Emma mientras intentaba seguir cabalgando el dildo como había sido ordenada ahora que sus pezones estaba tensos por la cadena. Le costaba bajar hasta abajo “¿Entonces las otras madres no son como yo? ¿No tienen mis gustos?”

“Mama… nadie es como tú. Eres única. Pero si. Su relación es más de adolescentes follamilfs. Ellas son muy complacientes. Supongo que es un mecanismo de defensa para superar lo que estaban pasando pero no parece que les vaya el sexo duro como ti. Muchos menos lo de ser unas esclavas sumisas”

“Hummmm…. Si aceptan ¿Por qué no organizas una orgia? Tengo una idea…”

Las otras dos madres aceptaron. Por agradecimiento, por la lujuria de follarse unos guapos adolescentes, por complacer a sus hijos… o cada una tendría su razón.

Se sorprendieron cuando Kevin se emparejó con su madre. La idea era intercambiarlas, así que los otros dos sí que lo hicieron.

Iban a empezar cuando el sonido de una bofetada les sorprendió. Enseguida vieron a Kevin en acción. Cogiendo a su madre por el pelo, forzándola a ponerse de rodillas, a ponerle a tono la polla con su garganta, lanzándola al suelo, poniéndose entre sus piernas y follándola salvajemente. Maltratando sus pechos, cogiéndola del cuello, abofeteando su cara y sus tetas, llamándola puta, zorra…

Para los otros chavales era como un espectáculo porno de internet en vivo. Para las madres les asqueaba pero no podían dejar de mirar. Como ver un accidente de coche. Las otras dos parejas ni siquiera empezaron a follar. Solo miraban el espectáculo.

Pero de repente Emma empezó a gemir, a jadear, a gruñir y a proferir sonoros gritos de placer que ahogaban los de dolor. Las madres empezaron a abrir los ojos como platos al oír esa cacofonía de sonidos de gusto acompañados de frases nada comedidas. “Si! Si! NO PARES. REVIENTAME! SOY TU ZORRA!HARÉ TODO LO QUE QUIERAS PERO NO PARES! SIIIIIIIIIIIIIIIII! ME CORRROOOOOOOOOOOOOOOO”

Podría parecer que había acabado pero no. Kevin hizo que su madre, con esfuerzo porque le temblaban las piernas, se pusiera a cuatro patas y siguió maltratándola en esa posición. Tirándole del pelo hasta el límite, azotes en el trasero, mientras empujaba sus caderas con fuerza contra su madre. “QUE PUTA SOY! JODER! SI! AQUI, AQUI, AQUI… OTRA VEZ. SIIIIII” Y esta vez Kevin sí que acabó también. “SI! SIENTELO! MI POLLA CORRIENDOSE EN TU COÑO,MAMÁ! MENUDA ZORRA ERES! SI! MI ZORRA”

Y los dos acabaron en el suelo, uno sobre otro, jadeando. Emma miró de reojo a las otras dos madres que querían sentirse asqueadas pero no podían evitar sentirse sorprendidas, cachondas y celosas. Y con una sonrisa de oreja a oreja entre los últimos estertores de placer les dijo “Deberíais probarlo, chicas”