Saw 2
Vivir o morir, esa es vuestra opción.
Me despierto incomodo, con un horrible dolor de cabeza, lo veo todo borroso, pero, ¡¿dónde estoy?! ¿Qué es este sitio? ¿Por qué estoy encadenado? No puedo liberarme de la silla.
A medida que lo intento, me desespero más, ¡quiero salir! ¡Malditas cadenas! ¡Ceded!, Siento como la adrenalina me recorre el cuerpo, como mi corazón bombea más fuerte por la angustia, empiezo a gritar de miedo y desesperación.
Ceso en mi empeño, no sirve, las cadenas son demasiado fuertes ¿quién me ha hecho esto? ¿Por qué? ¿Qué quieren de mí? Noto que la silla esta agujereada en el asiento dejando libre mi trasero, de hecho, me di cuenta de que no tengo pantalones ni calzoncillos ¿para qué me haga las necesidades encima?.
Delante de mí había una pantalla, habían dos chicas que al parecer tenían 18 años.
En una habitación cerrada dos chicas se despertaron, una era blanca, rubia y de ojos azules.
La otra era de color, ojos marrones y pelo rizado y oscuro.
Ambas estaban desnudas, al principio se asustan, pero al verse una a otra, su reacción cambia.
-¿es cosa tuya? ¡Puta neonazi! Decía la de color.
-¡no mientas! Seguro que tu tribu nos ha encerrado aquí ¡negrata! Decía la chica blanca.
Un molesto sonido las hacen taparse los oídos de dolor, entonces una voz les dijo.
-hola gatitas, vosotras no sabéis quien soy, pero yo si sé quienes sois vosotras, os habéis intentado matar en las calles en peleas de bandas, ahora no disponéis de bandas, cuchillos, pistolas o cualquier arma, de hecho, no tenéis ropa y yo pregunto ¿por qué no tenéis ropa?.
Ambas feminas escuchaban, pero sospechaban que era un pervertido y que muy pronto entrarían cientos de hombres para violarlas mientras ese sujeto lo graba todo, se pusieron alerta.
-sea lo que pensáis, os equivocáis, no soy un pervertido ni voy a entrar a gozaros, solo quiero saber si apreciáis vuestras vidas.
Esas palabras las hicieron reaccionar, se pusieron alerta.
-vamos a jugar a un juego, ahora la habitación tiene 28 grados, pero durante una hora, la temperatura de la habitación descenderá un grado por minuto, lo que significa que llegara hasta los 32 grados, se mantendrá ahí durante otra hora y después de ese tiempo, subirá la temperatura.
-¡loco! ¿Quieres matarnos? Gritaban ambas a la vez.
-vivir o morir, esa es vuestra elección.
Al grito de joder, ambas chicas se miraron y acordaron dejar sus diferencias hasta que salieran de aquella trampa.
Ambas chicas miraban por todos lados en busca de una salida, una salida que no encontrarían, a medida que la temperatura bajaba, sentían más y más frío, se frotaban los brazos y saltaban para mantener la temperatura, pero a medida que pasaba el tiempos se volvían más y más frustradas, desesperadas, aterradas.
El frío las empezaba a afectar, no podían pensar bien, pronto su habla se entorpecería, sentirían sueño, después la inconsciencia y la muerte.
La chica blanca se agotaba, la de color la ordenaba a que siguiese luchando, pero la rubia había perdido las esperanzas.
La de color sintió reparos, pero no sobreviviría sola, se acercó a la rubia y se abrazó a ella, compartiendo el calor, frotándose junto a ella.
-ah, si, follame, así cariño decía la rubia amodorrada.
La de color le dio una bofetada para que reaccionase, la chica rubia en un principio se enfureció, pero de nuevo fue consciente de la situación.
-ayúdame, hemos de mantenernos calientes decía la de color.
La rubia sentía reparos, pero no había opción, se abrazaron entre sí, sus pechos se juntaron unos con otros, pero no había suficiente calor, la rubia acarició la concha de la de color, esta sintió los dedos con sorpresa, pero al fin sabia las intenciones de ese psicópata.
O mantenían una relación lesbica o mueren.
La de color no solo le acarició la concha a la rubia, sino que también la besó, esta recibió el beso con asco y se resistió un poco, pero al final la aceptó y la correspondió, ambas se tocaban mutuamente, acariciando sus clítoris mientras que sus senos se tocaban entre si.
Ambas no lo admitirían, pero disfrutaban mucho de eso, sentían como la excitación aumentaba el calor de sus cuerpos, como un rico orgasmo las iba llenando de gozo, se miraron a los ojos a medida que lo disfrutaban, ojos llenos de lujuria, de pasión, de amor.
La chica rubia se separó de la de color para dirigir su boca a la depilada concha oscura, la chica de color al notar la lengua de la rubia, dirigió su boca a la concha de su compañera, una concha con un vello pubico escaso.
Descubrieron que el sabor de una mujer no era tan asqueroso, todo lo contrario, muy dulce, los jugos resultantes del orgasmo eran como miel para unas golosas como esas.
Otro orgasmo las llenaba de ese calor que tanto necesitaban.
Entonces se frotaron las conchas entre ellas, como dos tijeras entrelazadas se movían con ganas y con fuerza, se miraron entre ellas mientras que un pensamiento las atravesaban mentalmente ¿eran así anteriormente?.
Pero frotaron con más y más fuerza, hasta llegar a un violento orgasmo que las dejó agotadas.
No podían hacer más, necesitaban recobrar el aliento, aún hacia frío.
Sentían que iban a morir.
Pero de repente se dieron cuenta, la temperatura aumentaba, era fresca la habitación, no tan fría como antes.
Ambas se fundieron en un abrazo victorioso, habían ganado.
Entonces la puerta se abrió, un paso a la libertad.
La chica de color se apresuró a salir, pero la rubia la cogió de la mano mientras le decía tímidamente.
-vayamos juntas.
La chica de color sonrió, cogió su mano, ambas encontraron el paraíso en el infierno.
Esta peli porno me ha excitado mucho, incluso tiene más guión.
En la televisión mostraba la imagen de un muñeco que me decía.
-me alegra que le haya gustado esa visualización, necesitará no solo su erección, sino también puntería, porque vamos a jugar a un juego ¿ves ese palillo?.
Un pequeño mondadientes clavado en un dispositivo entre la televisión y la silla donde estoy yo.
-bien, la única forma de liberarse de sus cadenas es derribando ese palillo, ¿cómo? Tendrá que usar una eyaculación, ¿notará que su trasero esta en un agujero de la silla?, No es para defecar, cuando empiece el juego, tendrá diez minutos para derribar el palillo, sino, observe.
Miro que la tele muestra una imagen de un muñeco en mi misma situación, en ese momento una vara de hierro atravesó el trasero del muñeco, abriéndose camino hasta atravesar la cabeza.
-NOOOOO, JODER POR FAVOR, ¿QUIÉN ES USTED? ¿QUÉ QUIERE? ¡LE DARÉ LO QUE LE PIDA! POR FAVOR ¡NO ME MATEEEEE! decía yo llorando mientras me intentaba liberar de esa silla infernal, el muñeco seguía hablando, pero no le escuchaba, intentaba liberarme, solo pude escuchar.
-que empiece el juego.
Mis brazos se liberaron inmediatamente, pero no me moví, afiné el oído.
Oía el tictac de un cronometro.
Me agarré la polla y me masturbé con fuerza, no sentía placer, no conseguía correrme, era desesperante, incluso pensaba que perdía erección, no podía evitar llorar.
-cálmate cálmate me dije en un intento de calmarme.
Mi cerebro manifestó las imágenes de aquellas dos gozándose entre sí, mi tranca volvía a estar erecta, empecé a masturbarme.
Mi mano acariciaba el tallo mientras que la otra la escupí y acaricié el glande con la mano humedecida de mi saliva.
Empecé a imaginar a aquellas dos feminas de rodillas y chupándomela, me excité más y más, aceleraba más el ritmo.
Sentí que me iba a correr, aceleré el ritmo mientras me contenía todo lo que podía, solo tenia una oportunidad.
En el mismo momento de la eyaculación, apunté y disparé mis semillas, el corazón casi se me salía de sitio cuando vi que derribé el palillo a la primera.
Las cadenas cayeron, me levanté rápido, justo en el momento en el que la barra se había disparado.
Noté como me cortaba la piel de la espalda, me dolía, pero no me había empalado ¡estaba vivo! Empecé a llorar, caí de rodillas y dije gracias a Dios por ayudarme a estar vivo.
El muñeco apareció en la tele y me dijo.
-felicidades, la puerta esta al final de la habitación, serán mejor que vayas ahora.
Ni corto ni perezoso, fui para allá, hacia la libertad.