Sasha se desata 03

Ante nuestro asombro, Sasha asume nuestro juego y coge desaforadamente con mi amigo en mi precencia... y hasta me regala una felación (voyerismo, trío y sexo oral).

Sasha se desata

Perdón por el error, pero ayer envié un relato con este título que no era, así que hoy les mando el relato correcto.

III

  • Carlos… necesito bañarme… – le dijo Sasha al oído aun totalmente desnuda, roja de vergüenza y tratando de taparse con las manos. No se atrevía a vestirse pues podía llenar de semen su vestido.
  • Si, si… vaya… Ricky, vonos a mi casa porfa
  • Vaya vos… – le dije y emprendí el viaje de regreso. Por suerte el lugar de nuestra fiesta no estaba muy lejos de nuestra colonia, así que en menos de 15 minutos estuvimos allí. Sasha no salió del carro sino hasta que lo metí al garaje… salió corriendo y tapándose como pudo.
  • Estuvo buena la cosa, ¿verdad? – me preguntó Ko… desnudo, y yo casi le meto un vergazo.
  • ¡"…estuvo buena la cosa…" será mi huevo! ¡Casi nos agarran 2 veces cerote!
  • Pero eso le pone más emoción a la cosa, ¿o no?
  • ¡Andá a la mierda! ¡Mirá, a mi ya no me está gustando mucho este juego tuyo, sos un imprudente y un imbécil, imaginate si la policía nos hubiese agarrado! "…señora de Centeno, con la novedad que detuvimos a su hijo por faltas a la moral… el manejaba un vehículo mientras una pareja mantenía relaciones sexuales atrás"… ¡no quiero ni pensar en lo que diría mi madre ni en cómo se pondría!
  • Vaya pues mano, perdoná… exageré la cosa pero al final no pasó nada malo y logramos que ella aceptara hacerlo con vos presente… ¡y hasta una paja te regaló! – de nuevo le dediqué una mirada asesina, cambió de tema – Mirá, una cosa… ¿no me hacés un favor? – de nuevo la misma mirada asesina, pero esta vez le peló – ¿Vos podés ir a traer a las patojas a su fiesta?! – no le respondí – Es que no quiero dejar sola a Sasha… ahorita es importantísimo que me quede con ella.

  • Vaya… las voy a ir a traer pero de regreso tenemos que hablar seriamente, – le dije en voz baja – esto ya se nos salió de las manos. – el semblante le cambió y se puso serio.

  • Vaya mano… pasate por aquí de regreso y hablamos… – me dijo y se dio la vuelta.

Tomé su carro y partí por nuestras hermanas, le dije a Majitos que a las 12 en punto pasaríamos por ellas, que estuvieran listas. Bueno, eso de "en punto" era relativo para ellas, las esperé como media hora así que no me encontró muy feliz. Las 4 iban felices y muy animadas, se la pasaron muy bien y fueron platicando ruidosamente todo el camino. Yo, sin embargo, iba en silencio y pensativo, ¿qué le diría al Ko? No quería que lo tomara a mal, aunque eso no era probable, él podía ser un patán sinvergüenza y un volcán en erupción en la mayoría de casos, pero siempre me demostró que para él los amigos eran primero. Estaba seguro que esgrimiendo mis razones estaría de acuerdo en terminar con este juego.

Dejé a mi hermana y sus amigas en mi casa y me dirigí a la del Ko, estacioné frente a su portón y toqué varias veces… nada, de hecho el intercomunicador parecía no funcionar. Iba a tocar directamente el portón cuando vi que la puerta estaba abierta, algo raro, pues aunque la colonia era muy segura nunca dejaban la puerta abierta. Pero bueno, haciendo gala de la confianza que tenía con la familia entré diciendo un "hola" que probablemente debió ser más fuerte. Había música en la sala, era el último disco de Maria Carey, así que pensé que Doña Adriana estaba en casa. Pero al entrar me topé con otra cosa

"¡Mierda, hijo de puta!" pensé "¡Este cerote me tendió una trampa!". Ese infeliz estaba con Sasha en la sala… ¡desnudos los 2! Estaba chupándole las chiches y manoseándola por todos lados, de hecho los 2 se metían mano impetuosamente y se besaban con brusquedad casi a mordiscos. Los labios del Ko se adherían a sus oscuros pezones, los chupeteaban y mordían sin mucha delicadeza mientras ella gesticulaba. Yo estaba de pié en la entrada, asomado lo suficiente para ver y no ser visto, caliente pero intención de ser parte del juego. Estaba impresionado por la calentura de ella, la veía tensa se movía con brusquedad y sin coordinación. Le apretaba el culo con fuerza a mi amigo, casi le arañaba las nalgas y le frotaba vigorosamente la paloma. Ver esa manita pequeña y delicada recorriendo ansiosamente esa extraordinaria barra de carne era impresionante, la hacía ver mayor. Lo mismo él, que le agarraba ese trasero hermoso, turgente y firme y le metía una mano entre las piernas para restregarle el sexo, arrancándole largos gemidos de satisfacción y suspiros profundos. Ella interrumpió las acciones cuando, con voz áspera y agresiva, y casi como un grito ahogado, dijo:

  • ¡Carlos… cogeme ya!
  • ¿Qué… no te oí, qué querés? – le respondió haciéndose el tonto.
  • ¡¡¡que me cojás ya imbécil!!! – repitió, separándose de él con un violento empujón, estaba tan caliente que prácticamente le exigió que se la cogiera.

Se subió al sofá largo y se sentó en el respaldo con los pies sobre el asiento muy abierta de piernas, se frotaba la vulva, enrojecida y muy inflamada (además de brillante de tantos líquidos que le brotaban), mostrándosela para provocarlo. Y tuvo éxito, pues mi amigo la tomó con tosquedad de los muslos y la penetró de un solo golpe. Sasha resbaló y quedó apoyada del respaldo solo por los codos mientras él la taladraba sin piedad. Cada golpe de caderas se escuchaba como un fuerte aplauso, todo el cuerpo de la muchacha se estremecía al tiempo que se mojaba en sudor, y ella gemía y gritaba.

  • ¡¡¡AAAAAHHHH, OOOOOHHHH!!! ¡¡¡Dame duro Carlos, DUROOOOOHHHHHH!!! – nunca voy a acostumbrarme a la visión de esa tremenda tranca, tan gruesa y larga, entrando dentro de la cavidad sexual de esa hermosa menudencia.

Sasha gemía roncamente y gritaba con fuerza con los ojos cerrados, su rictus estaba congestionado por el placer, cada músculo de su cuerpo estaba tenso, tan solo sus suaves senos se mecían y zarandeaban libremente sobre su pecho. Estaba tan caliente que tardó una nada en alcanzar un ruidoso orgasmo

  • ¡¡¡¡CARLOS, CARLOS… CAAAARRRRGGGGLOOOOSSSSSGGGGGHHHHH!!!! – comenzó a estremecerse y a gritar frases inconexas y palabras ininteligibles, Ko tuvo que tomarla de la cintura para que no se cayera, atrayéndola hacia él. Siguió cogiéndosela de pié.
  • ¡¡¡Dale Sasha, orgasmeate perrita mía!!!
  • ¡¡¡SI, SI, MÁS, MÁAAAASSSGGGGHHHH!!! ¡¡¡AAYYY, AAYYY, AAAAAHHHHHHH!!!

La verdad no sé si terminó su orgasmo y tuvo otro a los pocos minutos o si nunca acabó y simplemente continuó orgasmeándose, pero la muchacha pareció continuar dentro de un enloquecedor paroxismo. El Ko la tenía firmemente sujeta de las nalgas con una mano y de la espalda con la otra, ella se aferraba a su cuello y con las piernas le rodeaba la cintura, parecía una amazona cabalgando un potro bravo. Cogían con tanta intensidad que de pronto el Ko se tropezó en un sillón y cayó sentado en él.

Así continuaron cogiendo, ella lo cabalgaba de forma desbocada mientras él la manoseaba y le chupaba y mordía los senos. Ella berreaba con el cuerpo echado hacia atrás, sosteniéndose con los brazos en las rodillas de él, que le lamía el cuello y la cara, y le metía la lengua entre la boca, embistiéndola desde abajo y elevándola violentamente. En una de esas volteó hacia donde estaba yo, los ojos se le abrieron como platos, ¡me vio!

No me di cuenta de en qué momento me asomé demasiado. ¿Cuánto? ¡Prácticamente estaba dentro de la sala, parado junto a ellos y viéndolos absorto con cara de idiota! Su primera reacción fue levantarse y taparse (luego de gritar "¡Mierda Ricardo!"), pero Ko no la dejó, simplemente siguió taladrándola. Entonces ocurrió algo que no me esperaba, en lugar de la sarta de improperios que esperaba recibir, Sasha no dijo nada, al contrario, la calentura pudo más y se dejó llevar, continuó cogiendo como si nada. Bueno, no como si nada, pues volteaba a cada rato para verme. ¡No lo podía creer, pero estaba claro que mi presencia lejos de incomodarla, como en ocasiones pasadas, ahora la estimulaba! ¡Maldito Ko, ¿cómo puede salirse siempre con la suya?! Ahora su mirada era de una profunda excitación, estaba como en transe, cuando sus ojos se clavaban en mi era para aumentar su calor y placer. Y lo demostró acabando por segunda (o enésima) vez en la noche

  • ¡¡¡OOAAAHHH, OOAAAHHH, AAAAAYYYYYGGGHHHHHHH!!! ¡¡¡¡CARLOSSSGGHHH, AAAAAAAHHHHHHHHHH!!!! – los saltos de Sasha sobre su novio se volvieron frenéticos y violentos, literalmente estaba rebotando sobre él, ensartada con ese gran tolete ensartado.
  • ¡¡¡YA CASI SASHA, YA CASI PERRITA, YA, YA, – dijo mi amigo con el rostro congestionado, estaba a punto – YA, YAAAAAYYYYYYYHHHHHH!!! – Ko gritó… más no de placer..
  • ¡¡¡VOS TODAVÍA NO PODÉS TERMINAR, INFELIZ!!! – le espetó una irritada Sasha, viéndolo con unos feroces ojos inyectados de sangre y una mano estrujándole cruelmente los huevos.

Aun en medio de los últimos estertores del orgasmo, lo desmontó y soltó sus adoloridos testículos, el pobre Ko se los tomó con las manos lamentándose en voz baja y con la erección perdida. Aquel fue un momento sumamente incómodo para mi… además de intimidante, ella se me plantó enfrente, desnuda, enrojecida y cubierta de sudor, con la misma mirada que le dedicó a su novio momentos antes, creí que me iba a caer a vergazos. Pero entonces, ante mi incredulidad y asombro, me dijo:

  • ¡¿Se va a quedar allí parado con cara de idiota?! ¡Cierre la puerta y termine de entrar de una puta vez, me basta con un solo mirón hijueputa, no necesito que nadie más se apunte! – obviamente obedecí al instante, pero apenas podía creerlo – ¡Carlos, que se te pare esa mierda que yo todavía no he terminado! – la mirada del Ko era un poema, jamás lo había visto tan desconcertado, mucho menos con esa expresión de temor en sus ojos.

Por desgracia para mi amigo, su pene no se iba a volver a poner duro por arte de magia y ella se dio cuenta. Así que, para ponerlo a tono nuevamente, Sasha se colocó en 4 en el suelo y empezó a mamarle la verga. Inició con un lametón largo por todo lo largo de ese pene medio dormido, luego vino otro y otro más, parecía que estaba saboreando sus propios jugos. Logró poner a palpitar esa verga, pero aun no empezaba a crecer, así que rodeó el glande con los labios y se puso a succionarlo simultáneamente que lo acariciaba con la punta de la lengua, eso hizo que Ko pusiera los ojos en blanco.

Esta mamada no era como la que la vi darle en otras ocasiones, Sasha tenía otra actitud, estaba ardiendo pero no se lo hacía enloquecida y desaforadamente, al contrario, se la mamaba más despacio y con más esmero. Pronto todos nos dimos cuenta de la razón (incluyéndola a ella), era yo, estaba exhibiéndose para mi. No podía ser de otra manera, esa desesperante lentitud, esa prolijidad, esa cara de satisfacción. Y además la pose, ella estaba en pose de perrito con el culo bien levantado y la espalda arqueada, conmigo justo detrás de ella. Incluso lo meneaba para que se lo viera mejor.

Poco a poco esa verga fue poniéndose dura, el dolor en los huevos la había aguadado pero Ko seguía igual de caliente. Vi que los labios de la chava iban abarcando más carne cada vez, cada vez se la metía más adentro hasta que, finalmente, la escuché haciendo gárgaras con esa cosa metida hasta el cogote, la vi ponerse roja y derramar algunas lágrimas por el reflejo vomitivo que esto le daba.

  • ¡¡¡AAAAAHHHHH, SASHA… qué bueno está esto, perra!!! ¡Vos – me llamó Ko – sentate y hacete una buena paja mano, no seás aburrido! – no encontré razón para no hacerlo, así que tomé asiento frente a ellos y liberé mi rígida erección.

Contemplé el espléndido culo de Sasha, con esas nalgas enormes y firmes, que por la posición quedaban entreabiertas, mostrando la gran dilatación que aun tenía su inflamada y enrojecida vulva y el oscuro agujero de su ano. Así estuve por un rato hasta que ella se puso de pié y se apoyó en una pared, con el culo bien paradito y las piernas separadas, asegurándose de darme una vista perfecta. Mi amigo la penetró desde atrás con furia y le empezó a dar duro.

  • ¡¡¡AAHH, AAHH, AAHH… CARLOS, CAAARRRRLLLLGGGGGSSSS!!! – enloquecida de gozo y lujuria, ella gritaba y pedía más y más, balbuceando y sin poder pronunciar bien.
  • ¡¡GOZÁ PERRA, GOZÁ ESTA COGIDA QUE TE ESTOY DANDO… PERRRRAAAA!! – le contestaba el Ko, embistiéndola cada vez con más fuerza y violencia.

Con una mano la asía fuertemente del cabello, con la otra lo hacía de las caderas o le daba fuertes nalgadas que incitaban más aun a esa delirante muchacha, que no dejaba de chillar ni de pedir más. Sus pequeños senos se sacudían impetuosamente, de su rostro congestionado y ruborizado caían gruesas gotas de sudor al suelo, de su boca abierta y vociferante caían babas en abundancia, aquella era la escena de sexo más erótica que había visto en mi vida. En ese momento estuve seguro que Sasha había comenzado un nuevo orgasmo desde que fue penetrada nuevamente y que aun no terminaba.

De nuevo la muchacha nos sorprendió a los 2, con un movimiento súbito y rápido se quitó de encima a su amante y se tiró al suelo, tomando la pose de perra con la cara a un palmo de distancia de mi tranca tremendamente dura y excitada. El Ko vino detrás de ella y continuó cogiéndosela, acuclillado y agarrándola con fuerza del pelo. Yo no sabía qué hacer, estaba asombrado sin poderme mover ni dejar de verla. Pero algo en sus ojos contestó a mi pregunta, era una mirada lasciva, fija y penetrante, cargada de una inconmensurable excitación y movida por un incontrolable ímpetu… era una cara de puta. El Ko se dio cuenta y empujó su rostro hasta que topó con mi pene.

  • ¡Dale Sasha, dale una mamada al Ricardo, enseñale lo rico que lo hacés y lo puta que sos! – le dijo.

La muchacha abrió la boca y engulló más de la mitad de mi pene al mismo tiempo que clavaba sus ojos en mi rostro con una mirada aun más puta que la que tenía. Mi amigo se puso a "manejar" su mamada, levantando y bajando la cabeza de su novia al ritmo de sus embestidas… o sea que la mamada era infernalmente rápida, profunda e intensa. Más de la mitad de mi pene desaparecía dentro de la boca de Sasha una y otra vez, a ella se le salían las lágrimas y se atragantaba constantemente, pero aun así seguía succionando con fuerza y de sus ojos no desaparecía ese ceño de lujuria. Estaba tan caliente, tan excitado que no pude aguantar mucho tiempo, rápidamente anuncié que iba a terminar.

  • ¡¡¡Ya, ya casi… ya casi acabo!!! ¡¡¡AAAAHHHH, AAAAHHHH, OOOOOOHHHHHH!!!
  • ¡¡¡DALE HIJO DE PUTA… LLENAME LA CARA DE LEEECHEEEGGGHHHHH!!! – gritó ella, sacándose mi verga de la boca y desembarazándose de la mano del Ko en su cabello. Yo acabé a chorros y entre gritos mientras ella abría su boca y sacaba la lengua.
  • ¡¡¡¡OOOOOAAAAAAGGGGGGHHHHHH… AAAAAAAWWWWWMMMMMHHHHHH!!!! – mi pene escupió largos y potentes chorros de abundante semen que se estrelló contra la cara de Sasha, le impactaron en su frente y en medio de sus ojos, por lo que virtualmente toda la cara le quedó cubierta – ¡¡¡¡DIOS MÍIIIOOOOOUUUUGGGHHHHH… AAAHH, AAAHH!!!!
  • ¡¡¡¡QUÉ PERRA, QUÉ PERRA… QUEEEEPEEERRRRAAAAGGGGGHHHHH!!!! – pletórico y congestionado, el Ko sacó su pene del interior de la muchacha y acabó a chorros también, pintándole de blanco la espalda.

Los estremecimientos del clímax hicieron que Ko soltara a su novia, la cual se encogió en el suelo arrodillada, con una mano metida y apretada entre sus piernas y la otra pellizcándose fuertemente los senos. Tenía los ojos cerrados y creo que en blanco, estaba como trabada en medio de un potentísimo orgasmo que no acababa nunca. Finalmente quedó acostada en el suelo, en medio de un charco de semen y medio inconsciente, aun me pareció ver entre sus ingles los últimos estertores de esa locura tan larga como estremecedora. Y el Ko y yo, viéndonos las caras sorprendidos… y con una enorme sonrisa.

. . . . .

  • Buenas noches
  • ¿Estas son horas de llegar?
  • Perdón mamá… es que… estaba… bueno, estaba con el Ko y su novia
  • Si… si… ¡me lo imagino! – no pude hacer más que bajar la mirada ruborizado y abochornado, a mi madre no le guardaba secretos y estaba al tanto de mis juegos con Ko.

No me dijo nada más, solo se dio la vuelta y subió a su habitación. Yo hice lo propio y me fui a la mía, al pasar al lado de la de mi hermana oí risitas silenciosas, estaba con sus 3 amigas y platicaban muy animadamente como si nada aunque fueran las 3 de la mañana. Y yo, que me moría del sueño, sabía que no lo iba a poder conciliar fácilmente, tenía muchas cosas en qué pensar.

Luego de su muy violento clímax, Sasha quedó acostada en el suelo en medio de un charco de semen y medio inconsciente, aun me pareció ver entre sus ingles los últimos estertores de esa locura tan larga como estremecedora. Toda su piel estaba colorada y se encontraba cubierta de sudor y esperma, respiraba en silencio, a veces suspiraba, tenía los ojos entreabiertos en una delgada línea. El Ko y yo, viéndonos las caras sorprendidos y con una enorme sonrisa, sobre todo él, que no pensaba que de verdad pudiera llevar a Sasha a hacer eso esa misma noche, no se esperaba esa reacción de ella.

  • Ricardo… mano… ¿te puedo pedir un favor? – asentí en silencio – ¿Podrías limpiar este charco mientras la llevo al baño? – dijo, inclinándose para levantar a Sasha del suelo con una suavidad y delicadeza que casi no le conocía a mi amigo.

Subió al segundo nivel con ella en brazos mientras yo iba a la cocina a buscar un trapeador. Limpié el suelo e incluso eché un poco de desinfectante de limón para disimular el penetrante tufo a sexo. Luego subí a su habitación para despedirme.

  • "Toc, toc" – toqué a la puerta – ¿Se puede?
  • Pasá mano… – me respondió él. Al entrar me topé con una escena que me hizo sentir un intruso: estaban en la cama, el Ko acostado boca arriba y ella acurrucada sobre su pecho, cubierta solo por una frazada de la cintura para abajo, ambos totalmente desnudos.
  • Bueno… esteeemmm… solo quería despedirme
  • Vaya vos, te vas con cuidado… llevate mi carro y mañana me lo traés, ¿si? Asi no te vas a pie
  • Si… vaya mano… – me sentía muy incómodo realmente, pero creo que solo yo, pues ella no mostraba el más mínimo indicio de molestia. Se limitaba a verme con los ojos medio cerrados y un gesto indefinible, no sabía qué, pero definitivamente no era ira. Me transmitía calidez más bien… incluso ternura – bueno… entonces me voy… que pasen buenas noches
  • Órale mano… con cuidado… y ahí te encargo a esa babosa… – dijo, refiriéndose a su hermana
  • Vaya vos… adiós Sasha… – no me dijo nada, solo me dedicó una tímida sonrisa.

Simplemente salí de la casa sintiéndome muy extraño, prácticamente había participado en un trío al lado de esa joven. Pero era distinto a como cuando lo hicimos con Hilda, ella era una señora madura y muy fogueada… no sé qué era, pero me sentía muy raro. Amigos lectores, lamento desilusionarlos pero no pasó nada más entre Sasha, el Ko y yo esa noche, ¿para qué les voy a mentir? Sin embargo algo dentro de mi tenía la certeza que este encuentro no era más que el principio de muchas cosas que pasarían en el futuro. Pero por esa noche todo había terminado, así que subí al carro de mi amigo y salí rumbo a mi casa con muchas cosas en qué pensar

Continuará

Ricardo David.

(Garganta de Cuero).

Pueden mandarme sus comentarios y sugerencias a mi correo electrónico, besos y abrazos.