Sasha se desata 02

El juego sigue adelante, solo que ahora Sasha conciente mi precencia y hasta me hace un regalito.

Sasha se desata

II

Me quedé solo en el cuarto mientras mi amigo y su novia se duchaban, oyéndolos claramente retozar bajo la regadera, aunque sé que no cogieron pues no oí gritar a Sasha. No sabía que esperaba el Ko de mi, yo solo era un muchacho tonto que, de la nada, se encontró metido en una serie de juegos lúdicos al lado de su mejor amigo… un pervertido sinvergüenza. Incluso dudaba que a ella le fuera a gustar que apareciera haciéndole mal tercio, querría pasar toda la velada sola con él. Además no sabía bien qué le había contado de mi y eso me preocupaba pues intuía que no era bueno. Lo que sí me quedó claro es que no esperaba verme allí, salió del baño desnuda por completo y pegó un grito al verme.

  • ¡¡WAAAAAAHHHH!! – gritó y se encerró de nuevo en el baño, yo pegué un salto y me caí de la cama. De inmediato salió mi amigo con una sonrisa tonta en los labios.
  • ¡Ah, tranquila cielo, es solo mi amigo Ricardo! – dijo con total desparpajo – ¡Se pela este cerote… pero así es él mi amor, no te preocupés! – ¡puta, ahora resultó que era mi culpa! Me hizo un guiño con una gran sonrisa y mostrándome los pulgares con aprobación… yo le mostré otros dedos. Justo detrás de él salió Sasha envuelta en una toalla, viéndome con desconfianza y como las diez mil putas.
  • Bueno… ¿se va a quedar allí viendo mientras me visto? – me espetó, lo que aumentó más aun la enorme sonrisa que mi amiga ya tenía. Salí en el acto.

Los esperé sentado en la sala, la verdad no sé cómo no me fui (¡Ko hijo de puta!), pero allí seguía cuando bajaron listos para salir, elegantes como la ocasión ameritaba. Ella seguía viéndome con cara de muy pocos amigos y él con la misma sonrisa tonta. Y yo estaba como los mil demonios con él. Sasha no me dirigió la palabra en todo el camino, yo iba en la parte de atrás del carro de Ko con cara de idiota. Primero pasamos a mi casa por Majo, mi hermana, Adriana, hermana de Ko, y otras 2 niñas, y las pasamos dejando a su fiesta. Majitos iba "echada a perder" como decimos por aquí, tuve deseos de reñirla un poco pues me parecía exagerado su escote, pero no quise armar en líos.

Llegamos al lugar, el Club de Oficiales, lugar de moda para fiestas en aquellos tiempos. En cuanto entramos al salón ella tomó de la mano a mi amigo y se lo llevó a la pista, perdiéndose entre toda la gente y dejándome solo y sin conocer a nadie… y más como la gran puta. Pero me dije, "que se vayan a la mierda, yo no me quedo aquí aburrido", y comencé a dar vueltas por el salón, y pese a mi forma tímida de ser logré entablar conversación con un grupo de chavas… de 13 (y yo ya de 18), "necesito más roce social" me dije. Aunque admito que las chavitas resultaron ser muy agradables, un trío de niñas muy lindas jugando a ser grandes. Bailé alternativamente con las 3, me la estaba pasando muy bien, hasta que, como a las 11 de la noche, el Ko me abordó desde atrás.

  • Vos Ricardo, te andaba buscando como loco por todos lados
  • ¿Qué querés? – le respondí de mala gana, aun estaba molesto con él.
  • ¡Pero no te masqués cerote que la cosa se va a poner buena! – me dijo con su descaro habitual – Sasha está en el baño y ya la convencí de irnos a coger al carro… mirá, oíme, el plan es este: danos unos 15 minutos y luego llegás, te ponés frente del parabrisas y nos ves… ¡y eso si, no te vayás aunque Sasha te vea!, te quedás allí parado que yo hago el resto
  • ¡Andá a la mierda! ¡No solo la pisadita ya me odia… vos querés que me salga a dar penca!
  • ¡No te odia mano!… bueno… tampoco es que te quiera mucho pero no te odia
  • ¡No, pues… me ama de seguro!
  • De verdad mano… lo que pasa es que no quiere admitir que le gustás, para ella sos un pervertido de mierda… pero eso es lo que le gusta… – no pude objetar eso, después de todo por algo andaba con él – No acepta que le da morbo que vos podás vernos coger, por eso te trata así… por eso no te vayás si ella te pesca espiándonos… – no me dejó objetar nada, se dio la vuelta y se fue.
  • Eh… mirá… es que me tengo que ir ya… este… el cuate que me vino a hablar es con el que vengo y ya se va… pero dame tú número para hablarte… – le dije a la ruborizada y hermosa niña con la que estaba bailando, viendo que el Ko iba en serio… aparte la idea ya me había calentado. Ella me proporcionó su número y el de sus amigas, luego me despedí y salí del salón.

Me dirigí al carro, estacionado en un sitio apartado del estacionamiento estratégicamente elegido. Iba despacio, viendo a todas partes y con las manos en los bolsillos… no podía verme más sospechoso, la verdad. Llegué y, prudentemente, me paré frente a ellos, tal y como lo sospeché, ya estaban en plena cogedera. Lo primero que vi fue el inmenso gesto de placer del Ko (ojos entrecerrados y boca abierta) pues Sasha estaba agachada chupándole ávidamente la verga tal y como lo había hecho en su casa. No podía verlo todo, pero me di cuenta que le estaba dando lametones largos, lentos, seguramente recorría todo el tronco de ese miembro duro y grueso. Y luego, cuando vi su cabeza moverse en círculos, supe que le estaba chupando el glande como si fuera un chupete. Ella no me podía ver, pero si mi amigo, que gozaba de esa esmerada mamada mientras sonriéndome ladinamente. Al mismo tiempo le metía dedos entre la raja, acariciándosela y abriéndosela, preparándola para recibirlo adentro.

Tras un rato Ko la levantó y la besó enardecidamente, pero sin permitirle voltear para que no se topara conmigo. Sasha se acomodó para montarlo a horcajadas, dándome una perfecta visión de su redondo y moreno trasero, duro y firme, no me había dado cuenta pero ya estaba totalmente desnuda. Ella misma se ensartó la gran verga hasta el fondo y comenzó una cabalgata suave y serena, moviéndose en círculos para evitar el característico balanceo de los carros cuando tienen una pareja cogiendo adentro. También trataba de evitar los gritos y gemidos fuertes, pero estos apenas si se los podía tragar.

Me acerqué y vi con claridad, a pesar de la noche, el gran pene de mi amigo horadando la cálida y suave gruta de su novia hasta el fondo, dilatándola y llenándola por completo. Ella se veía rígida, gozando mucho pero con cada músculo de su cuerpo tensado, me imaginé el esfuerzo que tenía que hacer para reprimirse. Echaba la cabeza hacia atrás y abría la boca con lo ojos cerrados, como si le suplicara algo al techo del carro. Tras otros 10 minutos, con mucha habilidad Ko se pasó al asiento trasero con Sasha sin que me volteara a ver. La puso en 4 con la cabeza tras el asiento del piloto (el único que estaba erguido) y volvió a penetrarla, empezó a darle con todo y el carro (ahora si) comenzó a zarandearse de un lado a otro. Mi amigo estrellaba sus caderas contra las nalgas de Sasha causando gran estruendo y un balanceo muy intenso en el vehículo. Además ella ya no pudo seguir reprimiéndose y empezó a gemir cada vez con más fuerza, su orgasmo estaba cerca.

  • ¡¡¡AAAAAAHHHHHH, AAAAHHHHH!!! ¡¡¡¡MI AMOR, AAAAMOOORRRRGGGGHHHH!!!! ¡¡¡¡AAAAAYYYYYYGGGGGGHHHHH!!!! – Sasha estalló en un ruidoso e intenso orgasmo que se tuvo que escuchar desde lejos, habían perdido toda precaución.
  • ¡¡¡SI PERRA, GRITÁ, GOZÁ PUTITA, GOZÁ!!! – le respondió él también a voces.
  • ¡¡¡MMAAASSS… MMMMAAAASSSSGGGGHHHH!!! – le pedía ella, aun atrapada en el clímax.

Yo estaba muy caliente, pero más nervioso ya que en el sitio en donde estaban cualquiera podría verlos si pasaba cerca, aunque sabía que al Ko no le interesaba en lo más mínimo ni a Sasha en ese momento. Pero por mi carácter más prudente tenía un ojo vigilante y gracias a eso vi el peligro acercándose a unos 25 metros: era un guardia haciendo su ronda rutinaria. Rápidamente le toqué la ventana al Ko, que me vio sorprendido, Sasha pegó un grito.

  • ¡Vos mula, ahí viene un wachimán! – le dije, "wachimán" es un guatemaltequismo, adaptación a la palabra anglosajona "watchman".
  • ¡Agarra las llaves y arrancá cerote, vámonos a la mierda! – me respondió, mientras Sasha, con una gran cara de horror, trataba de cubrirse con el saco de mi amigo.

Me metí rápidamente al carro, lo prendí y salimos del estacionamiento, pasé rápido por la garita de la entrada, no sé cómo el guardia no se dio cuenta que llevaba gente desnuda atrás. Les juro que llevaba el corazón (y otras partes nobles de mi cuerpo) atorado en la garganta, sudaba frío y casi temblando. Sasha estaba igual, ella venía llorando en vos baja por el susto que sintió. Solo el Ko, fiel a su forma descarada y sinvergüenza de ser, pudo encontrarle lo gracioso a esa situación.

  • ¡Je, je, casi nos cachan muchá, ja, ja, ja!
  • ¡¡¡NO LE VEO LA GRACIA A ESTO, CARLOS!!! – le espetó Sasha, colorada del enojo.
  • ¡¡YO TAMPOCO… imbécil!! – le dije yo.
  • ¡¡¡Y USTED CÁLLESE, PERVERTIDO HIJO DE PUTA!!! – me dijo ella.
  • ¡Aaaaaaahhhhh… ja, ja, ja, ja, ja, ja! – y el Ko seguía riendo a carcajadas – Tranquilos mucha, que al final no pasó nada
  • ¡¡PERO PUDO PASAR!! ¡Dios mío, qué vergüenza si hubiesen llamado a mis papás! – agregó la muchacha. El Ko aun tardó bastante en dejar de reír, de verdad le hacía gracia esa situación, no lo entendía. A su lado su novia comenzó a buscar su ropa par vestirse, viéndome de reojo con recelo… ¡y eso me ponía más como la gran puta!
  • Esperate amor, que todavía no hemos terminado… – le dijo mi amigo, forcejeando un poco con ella para que no se pudiera poner su calzoncito.
  • ¡Si, ya terminamos Carlos!… ¿tu creés que después de esto voy a poder seguir?
  • Pues la verdad no creo que te vaya a costar mucho… con lo caliente que sos… – se le llenaron los ojos de lágrimas a Sasha, estaba tan furiosa que le descargó un sopapo en el rostro de mi perplejo amigo. Yo tampoco lo podía creer, era el colmo del cinismo.
  • ¡Ricardo, lléveme a mi casa! – me dijo.
  • No mano, buscá un lugar oscuro y solitario para estacionarte… – me dijo él, abalanzándose sobre su novia – Sasha y yo todavía no hemos terminado

La tomó de la cintura y la jaló hacia él, ella trató de resistirse pero la diferencia entre tamaños y fuerza terminó por inclinarse del lado de él. Yo estaba asustado, pensé que la iba a forzar, pero me hizo un guiño que me tranquilizó un poco. Comenzó a besarle y lamerle el cuello y a rozar su sexo con los dedos. Sasha luchaba con fuerza al principio, lanzándole una sarta de fuertes improperios y maldiciones, cosas que a él simplemente le resbalan. Y yo no sabía qué hacer, si detener el carro e intervenir, o seguir conduciendo. Afortunadamente no tuve que hacer nada, ya que Sasha, increíblemente, comenzó a ceder ante los forzados y bruscos avances de mi amigo.

  • Dejate Sasha, que a vos te gusta estar zampada sobre el tronco
  • ¡No Carlos, pará!… – ella seguía protestando y forcejeando, pero cada vez más débilmente.
  • ¡Sos una perra caliente y lo sabés, una sucia mujercita que le gusta la verga… te encanta!
  • ¡No… no es cierto… Carlos, no quiero!
  • Claro que si, ya te estás mojando… – dijo metiéndole la mano entre las piernas – dale nena, sabés que esto te calienta mucho
  • Que Ricardo se salga… – dijo, dejándome perplejo… ¡ya había dicho que si!
  • No te hagás que te da morbo la situación… fijate Ricky – me dijo – que cuando le conté de nuestros juegos se puso como una moto… ¡puta madre, estaba tan caliente que quemaba!
  • ¡No es cierto Carlos!
  • Claro que si… y vos lo sabés

El Ko prosiguió con los manoseos sobre el cuerpo de Sasha, que oponía menos resistencia cada vez. La veía entrecerrar los ojos, balbucear insultos y perder la coordinación de sus manotazos. Al final, ante mis atónitos ojos, terminó ayudándolo. Mientras tanto yo seguía tras el volante, viéndolos muy nervioso por el espejo pues no quería perder el control del carro, pero tampoco perderme de nada, al final decidí estacionar en un punto poco iluminado dentro de una colonia residencial. Mi amigo se agachó en medio de sus piernas y le comenzó a lamer la vulva, ella trataba sacarlo de allí, pero perdió frente a su enorme excitación. Pronto ya estaba metiéndole 2 dedos en un mete y saca que sin mucho esfuerzo, y con ayuda de su lengua, la fue elevando al placer.

  • ¡¡¡AAAAAHHHHHHH, Carlos… aaahhhh!!!
  • ¿Estás gozando Sasha?
  • ¡¡SIIIIIIIHHHHHH… muuuuchooooohhhh!!
  • Y decías que no querías

Poco a poco el Ko comenzó a subir, lamiéndole cada centímetro de piel, erizándola y sacándole suaves jadeos llenos de placer. Llegó a sus pequeñas tetas y se prendió de ellas para lamerlas y chuparlas, se aferraba a sus pezones oscuros y los mordía suavemente. Al mismo tiempo seguía pajeándola con sus dedos, que ya estaba empapados de la abundante lubricación de la chava. Finalmente se enderezó y la puso en 4 nuevamente, pero ahora de frente a mi, viéndome a la cara, y cuando ella trataba de desviarla él la tomaba y la volvía a poner frente a mi, quería que me viera observándola. Le daba duro, chocando violentamente sus caderas contra ella, clavándola hasta el fondo para arrancarle largos y fuertes gemidos llenos de gozo que ella trataba de acallar, aunque sin mucho éxito, mi presencia aun la cortaba.

  • ¡Ay no! – gritó ella viendo hacia fuera, a mi vez volteé y divisé a unos 10 metros a un viejo que observaba indignado lo que estaba pasando en el interior de nuestro carro.

Sasha quiso zafarse pero Ko no la dejó, la sujetó con fuerza y siguió cogiéndosela, pero yo sabía que el viejo de seguro llamaría a la policía, así que arranqué y salí de allí para buscar otro sitio, mientras ellos seguían en lo suyo. Sasha lo volvió a montar dándome la espalda nuevamente e inició un sube y baja, ensartándose hasta el fondo cada vez. Yo no perdía detalle del grueso garrote de mi amigo entrando y saliendo de esa suave, húmeda y apretada gruta, lo veía en medio de sus 2 carnosas y duras nalgas. Noté que Sasha se sentía observada por mi y que eso la calentaba más, pronto sus movimientos se hicieron descarados y desvergonzados, como si quisiera que yo la viera y admirara la maravilla que mi amigo se estaba comiendo. Si, definitivamente Sasha comenzó a exhibirse para mi.

Estacioné en otra colonia, debajo de unos tupidos árboles para que ellos pudieran hacerlo con más comodidad y poder verlos mejor yo. En ese momento Ko echó a Sasha hacia delante, de forma que su cabeza quedó entre los asientos delanteros, a mi lado.

  • Sacate la verga Ricardo y hacete la paja… que esta perra te ayude

Sin poder creerlo de mi obedecí, me saqué a verga y comencé a masturbarme, pero pronto me encontré con la sorpresa de sentir la suave y delicada manita de Sasha ayudándome. Me la agarró de la punta y se puso a frotármela con los dedos, se notaba que estaba acostumbrada a hacérselo a mi amigo. Mientras tanto este se concentraba en darle cada vez más duro, metiéndosela a un ritmo vertiginoso, causando fuertes estremecimientos en su menudo cuerpo cada vez que la penetraba. Los 2 estaban cubiertos de sudor, sus cuerpos brillaban bajo la poca luz del alumbrado público que se colaba por las ventanas, estaban a punto, lo sabía por sus caras.

  • ¡¡¡AAAAHHHH, OOOOOUUUHHHH!!! ¡¡¡¡SASHA, SAAASHAAAAHHHH!!!!
  • ¡¡¡¡CARLOS, ME MATAS CAAAAARRLLLOOOOOSSSGSGGGHHHHHH!!!!
  • ¡¡¡¡SAAAAAAASSSHHAHAAAAAAAAGGGGGGHHHHH!!!! – estallaron al mismo tiempo, él le sacó la verga y la bañó con sus semen. Yo no tardé mucho más, acabé a chorros entre la mano de la muchacha, que no paraba de pajearme ni aun en medio de su intenso clímax.

Ahí terminó ese encuentro, Sasha quedó acostada con la cabeza a mi lado, agotada, con los ojos cerrados, acariciándome la verga casi amorosamente. Y mientras esperábamos que se recuperara, el Ko se entretenía esparciendo por su cuerpo el semen con el que la había regado.

Continuará

Ricardo David.

(Garganta de Cuero).

Pueden mandarme sus comentarios y sugerencias a mi correo electrónico, besos y abrazos.