Sardina, el eficaz

En el Madrid de los 50, una puta es violada.

SARDINA, EL EFICAZ.

A petición de una amiga, vuelve el inspector Martínez, protagonista de "Con las manos en la masa".

Madrid 2 de Abril de 1951.

"Martínez, ¡ tenemos un problema!"

Al inspector Miguel Martínez no le gusta lo que acaba de oír, porque ÉL está en la gloria: Tiene un hijo precioso, su mujer ya puede follar, y tiene dos amiguitas, Petra y Maruja, que encima le dan unos duros por protegerlas. Y entre el economato y un estraperlista que no ha denunciado, no sufre el racionamiento.

" Diga , comisario . ¿ Cuál es el problema que nos afecta?"

" Han dado una paliza a una mujer y la han dejado malherida"

" Joder jefe, eso ocurre todos los días. Ya sabe como son las tías. ¿ es alguien importante?"

" Sardina, es una puta"

No le ha gustado nada que le llame por el apodo que le pusieron en la División Azul. Tuvo que ir a Rusia "voluntario", logró pasar toda la campaña en intendencia, porque él no valía para héroe, de ahí el apodo, por las latas que suministraba a sus compañeros.

" Jefe, una puta ni cuenta. Explíquese mejor, que hay gato encerrado. Porque aunque no es de mi sección , sé que hay varias nenas de la calle muertas en los dos últimos años, y a nadie le ha importado"

" Siempre las ves venir. La chica es la amiguita del general López Mayor. Ya sabes que siempre ha sido un rácano, así que la niña para aumentar ingresos de vez en cuando va a Chicote y se echa un polvo remunerado."

"Siga jefe, que hay más"

"De allí salió con el " Mano dura". Y te lo imaginas"

Se lo imaginó. El " Mano dura" era un sádico, disfrutaba en los interrogatorios a judías, rusas, rojas o cualquier mujer que pudiera torturar. El capitán, ahora comandante, Alcázar era un autentico sádico hijo de puta.

"Tú conoces a los dos , al general, y al comandante. Y a Perico , así que dejo el asunto en tus manos. ¿ Quieres una Faria?"

Miguel reconoce que su jefe es un cabrón con pintas, le acaba de endosar un muerto sin solución. Y más, si el hijo de puta de Alcázar es el asesino de mujeres. Que mataran a putas, mientras no saliera en los periódicos y eso era fácil, no preocupaba a nadie, es más , les venía bien a algunos poderes del Régimen, ayudaba a mantener la decencia, aquello del que la hace la paga , evitaba que la prostitución aumentara su campo de acción. Si además el asesino es un héroe del Régimen, no había problema, eran las descargas de violencia de un luchador infatigable. Pero la niña del General había complicado todo, y sobre todo a él , que le acababan de dejar el lío en sus manos.

Baja al bar cercano a la comisaría, con un carajillo y el farias cree que pensará mejor.

Cuando vuelve, va a ver al comisario a para pedirle dinero, va a necesitarlo para esconder a la puta de modo que nadie la pueda encontrar.

Camino de Chicote con 1000 pesetas en el bolsillo, empieza a ver el problema desde otra óptica.

El gran barman le recibe con un abrazo, le conoce desde niño, su padre fue compañero del ahora famoso, cuando empezaba su carrera.

Mientras bebe un gimlet, y fuma chester, del paquete que ha mandado traer Perico al cerillero, va recabando la información.

Marisa, la putita del general, hace la noche de vez en cuando, se la llevó el capitán, al día siguiente, cuando Inés , su amiga del alma fue a ver como estaba, se la encontró prácticamente muerta a golpes, y ahí entraba él, que al contárselo la muchacha, y sabiendo quien era la Marisita, el general y el comandante, se lo había largado a su comisario y …, le había pedido que le encargara del caso, porque le conocía desde niño.

Martínez se caga en su confianza, le había metido en un buen embrollo, del que no tenía ni idea de cómo salir.

Así que pide otro gimlet, y un habano con un buen café, guardándose el paquete de Chester. Chicote le mira mientras el policía piensa y consume los productos de lujo que pueden conseguirse en ese local.

"Lo primero es sacarla de circulación, nadie puede saber donde está, seguro que el hijo puta de Alcázar, no querrá que aparezca el cadáver. Así que ahora mismo hay que sacarla de su piso y esconderla"

"Te acompañamos yo y Juanito , a ese no hay quien le saque ni una palabra, es mudo, se quedó sin lengua en un combate de boxeo, cuando se le cayó el protector. Me lo recomendó Uzcudun para guardaespaldas. Es fiel como un perro"

Martínez está oyendo Carrusel Deportivo, el niño en la cuna duerme, su mujer le ha preparado un cocido al que ha hecho honor, y cuando la mira, hermosa dentro de la bata, con las tetas moviéndose elásticas bajo la tela, decide que un buen polvo es mejor que saber lo que le pasa al Madrid.

Le gusta follar con ella, tiene ese punto de inocencia de mujer de un solo hombre, y el ardor de hembra agradecida. Ella entiende su mirada y va al dormitorio, le espera desnuda, tumbada en la cama, abierta de piernas para recibir la polla erecta del hombre.

Se la clava, no hay preliminares, la cabalga, sus jadeos le excitan aún más , siente que va a soltar toda la leche, y acelera sus embestidas. Se derrama en el coño.

Se oye el llanto del niño, la manda a cuidarlo, se queda tumbado, enciende un pitillo y mientras las volutas suben asta el techo, recuerda los últimos días.

Llevó a la puta a casa de sus protegidas, eran unas joyas, se habían encargado de buscar a un médico que cuidara a la herida. Les había dado 500 pesetas para que mientras estuviera la chica con ellas, no tuvieran clientes. Otras 500 al médico. Se acarició la verga plácida, todavía con restos de semen, la operación le había salido redonda pues Chicote le había dado 5000 pesetas para gastos.

El problema ahora eran el " Mano dura" y el general. Los dos iban a buscar a la chica, por motivos diferentes, y él estaba en medio.

No le convenía visitar a Petra y a Maruja, y era una pena, pues le hacían gozar como unas buenas raspas de pescado a un gato, pensando en la última vez que había estado con las dos nota que el pene vuelve a estar vivo. Se lo agarra y comienza a meneárlo, enseguida está duro.

"Lola, deja al niño, y ven que tengo algo pata ti"

Cuando entra su mujer, y le ve con la polla en alto se vuelve a quitar la bata y se monta sobre él, ensartándose la polla. Le aprieta las tetas mientras la mujer se mueve, el polvo es largo, los gemidos de la mujer diciéndole : "Ayyy, Miguelito ¡ qué gusto!", le enardecen aún más , ve como ella se va, y sigue hasta que la inunda.

"¿ Te ha gustado?"- pregunta a Lola que descansa abrazada – " A veces no pareces la mujer decente con al que me casé. Chillabas como una golfa"

" Perdona, pero es que eres tan hombre que me vuelves loca"- le susurra mimosa.


Cuando llama a sus amigas, enfermeras obligadas de la herida, le comentan que ha mejorado, y que el médico pasará a media tarde. Le conviene saber el estado real de la puta, así que decide pasar por la pensión después de comer.

El doctor le está esperando, es un hombre de unos cincuenta años, con un traje viejo pero limpio, se ve que no está en buena situación económica. Piensa que será un cabrón rojo depurado, que se dedica a los abortos y a cuidar putas, vence su tentación de asustarlo, y pasa a preguntarle con suavidad, huyendo de las técnicas de interrogatorio, sobre el estado de la muchacha. El hombre le explica que ha mejorado, que estará bien en unos quince días, y que sólo le quedará una pequeña cicatriz en la ceja izquierda, un milagro después de la paliza recibida.

Le invita a un café en el bar de abajo, le tranquiliza, siempre conviene conocer un médico fuera del sistema , y éste parece bueno. Lo es , le cuenta que se especializó en Inglaterra, y que antes de la Cruzada era ayudante de cátedra de Negrín, eso y ser medico de un regimiento republicano, el de Líster, hizo que le llevaran a la cárcel, casi le fusilaran, y que apenas pudiera ejercer. Podría ir a trabajar al extranjero, pero no tenía pasaporte.

Martínez oye las explicaciones del hombre, y tranquilo pues el " Mano dura" no le va a localizar, le deja ir.

Sube a la pensión, sus dos amigas le reciben con mimo, entra en la habitación de la muchacha, duerme.

" Mira lo bonita que es"- le dice Petra, retirando la manta que la cubre. Es una belleza, apenas salida de la adolescencia, pero con curvas de mujer esplendorosa.

" ¿ Te ha gustado?. Fíjate en el conejito que tiene"- Maruja toca el vello íntimo de la chica, que gime.- " Te has puesto cachondo, llevas muchos días sin venir, necesitas una limpieza de bajos"

Martínez se sienta en la butaca del dormitorio, y Petra le abre la bragueta, sacando con mano sabia el pene. Está semiduro, pero la lengua de la mujer y luego los labios expertos, lo llevan a la rigidez.

La cabrona sabe hacer una mamada- piensa -, y la otra es una viciosa que está haciendo una paja a la enferma.

Cuando Petra se traga toda la leche, queda unos minutos sentado. Maruja le ofrece un cigarrillo encendido. Lo saborea, y encuentra una solución a parte del problema.

"Mi General, sé que lo que le voy a decir puede hundirme para siempre, pero es mi obligación contarle que a Marisa, una tierna niña, que le adora, casi la matan"

El General López Mayor se levanta y le mira con un enorme enojo.

"Déjeme que le informe, Señor"

Y ahí le cuenta la historia …. La asistenta del comisario, a veces limpia el apartamento de Marisa, la encontró moribunda, llamó a su jefe, y éste le había enviado a él. Cuando vió el estado de la muchacha se asustó, la había llevado a casa de una prima, para que la atendiera un médico. Pensó que era la mejor solución pues en un hospital , tendría que haber dado explicaciones.

La muchacha en su delirio, no hacía más que nombrarle a Usted, ( eso lo recalca varias veces, hasta que se asegura que el general se ha dado cuenta que el lío sólo lo saben ellos dos). Ayer le había contado lo ocurrido. La habían violado, y al negarse, le habían dado una paliza que casi la matan.

" Me pidió que le viniera a ver , para tranquilizarle. Y eso, señor he hecho. Era mi deber con un hombre al que admiro, y una buena muchacha, que casi muere por defender su honor"- así acaba el inspector la historia.

Se da cuenta que el enojo, se ha transformado en agradecimiento, ha jugado bien las cartas, queda dar el órdago definitivo.

" ¿ Sabe quién ha sido el hijo de puta que lo ha hecho?"

" Sí , Señor. Lo he investigado y sé quien ha sido. La muchacha le reconoció cuando le enseñé su fotografía"

"Lo voy a matar, ¿ QUIÉN ES?- grita el general

"Señor, antes de que sepa su nombre, le debo decir que no se puede hacer nada contra él. Y además es sospechoso de haber matado a más de una mujer. Pero su madre es amiga de Doña Carmen, y es militar: el comandante Alcázar"

Respira hondo, ya ha dejado la bomba donde quería.

El General se sienta, se queda pensando unos minutos. Martínez permanece de pié ante él.

" Y es más , Señor, creo que la va a buscar para matarla. No querrá tener testigos. Por eso la tengo escondida. Creo que…"

"¿ Qué has pensado, "Sardina"?. Ahora me acuerdo de ti. Estabas en intendencia y eres listo, mis hombres comían mejor que los alemanes, nunca quise saber cómo lo hacías"

Martínez empieza a estar tranquilo, le explica que hasta que el comandante no desaparezca de Madrid, la muchacha debe seguir escondida, que quizás para asustarlo la chica podía haber dicho que conocía al general, y seguro que Alcázar le espiaba, que lo mejor era destinarlo a África, para quitarlo de en medio.

Está de acuerdo López Mayor, el "Sardina" siempre fue espabilado, no es una mala solución.

" ¿ Has tenido gastos?"-

"Señor, debo algo al médico, y ya sabe que buscar comida y medicinas para la enferma tiene un coste"

El general saca 3000 pesetas, que entrega al policía.

"¿ Tendrás bastante?. Si necesitas más , dímelo"

Martínez le devuelve 500, diciendo que es suficiente. Si hace falta más, ya lo pondrá él, "es un placer servirle, Señor"- añade a modo de despedida.

La cena de Nochebuena es espléndida, la adecuada para un comisario, con ingresos extras. Si fuera creyente, que no lo es, Martínez pensaría en la mano de Dios, aunque sospechaba que todo se debía a la de Juanito, porque la muerte "accidental" del "Mano dura", que salía borracho de Chicote, siempre sospechó era debida a un empujón ante un autobús lanzado.

Le habían encargado la investigación , pudo parar las culpas del conductor que había atropellado al héroe de Rusia , aprovechando, para tapar el asunto, el pedo catedralíceo del comandante, quedaba mal la historia de un militar borracho que se lo llevan puesto a la salida de Chicote.

Lo cómico del asunto, es que tanto el General López Mayor . como su comisario creen que se lo había cargado él, porque esa noche estaba por allí espiándole y poniéndose ciego de copas. Se había convertido en un auténtico maquiavelo. Cuando llegó el ascenso no lo rechazó, la comisaría a la que le destinaron, era tranquila, y con poco trabajo.

La fama de eficaz resolviendo asuntos difíciles, de ayudar a las mujeres ( putas) le estaba suministrando unos ingresos extras, cuya consecuencia es el piso donde ahora vive, nunca pensó en que podría ser suya una casa tan buena, pero así es la vida, para disfrutarla.

"Lolita, cariño, ¿por qué no echamos un polvito antes de la misa de gallo?- susurra a su mujer al oído.