Saray, una única vez.

A veces en la vida solo necesitas tener un encuentro sexual, no necesitas repetir más, no porque sean malos o cortos, sino porque no quieres repetir encuentros con la misma persona, eso le pasa a Saray y a millones de mujeres en el mundo, solo quieren echar un polvo, bueno e intenso, pero solo 1.

Que una mujer de 39 años se ponga en contacto contigo a través de una página de contactos es una cosa normal y corriente.

Que dicha mujer en su perfil pongo que vive en tu misma comunidad autónoma y en la misma provincia, es normal y corriente.

Que una mujer de 39 años, que vive en la misma provincia y en el pueblo de al lado tuya, que te contacte por una página de contactos sexuales, y que te elija para tener un encuentro sexual contigo, ya no es tan normal y corriente.

Si además, esta mujer tiene los ojos verdes, es rubia, mantiene una relación que se denomina abierta, es decir, tiene pareja pero como que ella folla con quien le apetece, pues eso ya aumenta más las ganas de querer conocerla y entablar un posible acercamiento sexual e intenso, pero si además de todo esto, ella te manda a tu móvil una foto de su culo, y te dice claramente como título de la foto “Mi culazo a cuatro patas te está esperando” pues la verdad, es que hay que ser muy tonto para no decirle cuando podemos quedar para que su culazo realmente no pasé hambre, que su coño reciba la polla que tanto desea y busca. Así que, cuando la llame para ver cuando podríamos quedarnos y ella me contesto de tal manera pues como que no me hice de rogar mucho:

— Hola guapo te gusta mi coño? ¿Espero que te guste mi coño y que quieras probar mi coñito y mi culito? ¿Y qué me harías si te digo que sí que este culito rico te lo dejo, dime qué me harías? Espero que me hagas algo espectacular y que me dejes con las piernas temblando y que me quede con ganas de probar una y dos y tres veces más. — Así de directa fue Saray que es como la voy a llamar a esta espectacular mujer.

— ¿Pues qué te parece si quedamos en una hora o dos, para hacer exactamente lo que pides y luego ver si tu coño y culo quieren más? Porque mi polla quiere entrar dentro de tu coño depilado, dentro de tu culo cerradito y dentro de tu boca para que te tragues mi leche caliente que ya lleva dos días dentro y pronto fermentará. — Se lo dije en un tono normal y corriente, pero notando como mi polla empezaba a querer salir de mi pantalón.

Saray entonces me dijo que mejor en dos horas, así podríamos ponernos más atractivos ambos, y entonces le indique que yo iría a su pueblo, pero que, si quería hacerlo en mi cama, no habría problema, total, nadie entra desde antes de las navidades en mi cama, así que, para ser mediados del mes de enero del veinte, es decir, hace unos días, pues estaba bien que alguna nena caliente entrará y probará lo que es follar bien follada.

Llego el momento de vernos, y cuando me bajé de mi vehículo, pude ver a una belleza de la naturaleza, saliendo de su casa, ya que me había dado su dirección, para recogerla. Cuando nos acercamos, no pude evitar ese pecho tan grande que asomaba por encima de ese escote como buena malagueña que es, y entonces empecé a tener un crecimiento en mi miembro, relativamente lento, pero iba creciendo. Cuando juntamos nuestras mejillas en signo de saludo, no pude evitar oler lo que le subía por su cuello, y me gusto su aroma, cítrico pero muy suave. Que una mujer huela bien y encima que no produzca dolor de cabeza dicho aroma, es una ventaja para tener una cita caliente y de muchas horas.

Entramos en mi coche y cuando ya nos alejamos de su pueblo, me paré en un lado de la carretera comarcal, en donde sabría que no interrumpiría el tráfico, y apagando las luces de posición y dejando solo que el motor estuviera en ralentí para así mantener la calefacción en el interior, le dije mientras me bajaba mi cremallera, que:

— Tú me has enseñado tu coño y culo, y ahora te toca ver mi polla mientras la saludas o te la tragas, que al menos sepas lo que en breve tus agujeros van a recibir en la cama de mi habitación, o en el sofá de mi salón, o en la escalera si te me pones muy zorra, tras probar esto que ya quiere sentirte. — Así de claro hay que ser a veces, para que ir con tonterías, buenas palabras y dando rodeos.

Saray me miro, abrió su boca e intento tragarse todo lo que podía, teniendo en cuenta que la posición no era muy cómoda para ella, porque por un lado tenía el volante cerca de su cabeza, por otro lado, tenía que estaba yo con mis vaqueros puestos, y todos sabemos lo que incomoda sacar la polla por la bragueta, estando sentado y sin tenerla dura completamente. Aparte, ella estaba echada, hacia mí, digamos que no era una buena posición para una mamada dentro del coche, por lo que le dije que se sentara de rodillas en su asiento y que entonces podría estar algo más cómoda. Y así lo hizo, pero claro, yo solo podía acariciar un poco su culo con mi mano derecha y brazo extendido al máximo. Si soy sincero, no sé cómo se puede follar en el coche, al menos en la parte del conductor y copiloto, es incómodo y apenas hay sitio, pero bueno, eso me pasa por ser alto, porque ella, Saray digamos que intentaba estar lo mejor posible para tragarse mi miembro durante un buen rato, saliendo saliva por su comisura de labios y casi bañando mis huevos que apenas podían salir de mi bóxer y pantalón.

Note que empezaba a gemir de placer, ya que luego me dijo que le gustaba que las pollas le llenaran la boca, eso incluso la ponían más cachonda de lo normal, y que no todos los hombres suelen tener una polla gorda o ancha para llenar completamente la boca, así que, ya sabía uno de sus placeres para que gimiera.

Saray estuvo como media hora dándome una buena e intensa mamada, hasta que quise correrme, pero entonces ella levanto la cabeza y me dijo que me aguantará hasta llegar a mi casa que entonces si quería mi leche, pero no en el coche, que eso es digamos para otras experiencias sexuales campestres. Así que me aguante, eso sí, con un señor dolor de huevos, y en cuanto llegamos a mi casa, una vez cerrada la puerta, le dije que se quitará sus pantalones, que se quitara el tanga y que subiera delante mía, quería ver ese culo que me iba a follar, y esos labios ya mojados y brillantes que iba a comerme y follar como una buena puta que estaba siendo.

Creo que el llamarla puta hizo que realmente se sintiera así, porque la muy zorra no veáis como subía las escaleras, lentamente y meneando su culo, para que yo deseará más el poder follarlo y empotrar su coño. Así que, en cuanto llegamos al salón, que lo tengo en la planta de arriba, pues la empuje para que se quedara como tumbada de cintura para arriba, así su culo lo tenía todo para mí, y yo, abriendo mi cremallera y bajándome un poco el pantalón, apunte con mi capullo hacia la entrada de su agujero oscuro. Escupí un poco de saliva, para lubricar la penetración, y me metí de un golpe dentro de ella. Sin condón, a pelo, como se debe de follar un rico culo que ya sabe lo que es una enculada. Y cuando llegue al tope, me acerque a su oreja y le dije:

— Que puta eres, como estás de dilatada por tu culo, voy a rompértelo hasta que me supliques que te lo llene de mi leche, y eso sí, prepárate porque no voy a tener contemplaciones, voy a follarte como la puta que eres.— Con voz grave y con deseos de destrozar su culo hasta que le doliera solo de entrar y salir de ella, por eso, me agarre a su cadera y empecé duramente el mete y saca característico del hombre español, único en el mundo entero, o al menos en mi caso es muy característico por la técnica realizada.

Seguí dándole fuerte en su culo, tanto que a veces se me deslizaba hacia el fondo del sofá por lo que tenía que tirar de ella hacia mí y así le entraba más y más en su culo, ella gritando no del dolor, sino de mis empujones fuertes y duros, pero consiguió quitarse con ese movimiento toda la ropa que le quedaba aún, incluido su sujetador, así sus tetas podían moverse libremente, hasta que después de media hora destrozando su culo, le dije que se lo iba a llenar y entonces explote dentro de su culo, a lo que ella creo que tuvo un orgasmos, porque note como se contraria su culo exprimiendo mi polla dentro.

Me salí de ella, dejando su culo bien abierto, y entonces Saray se incorporó para lamerme todo, limpiando los restos que pudiera tener, casi de rodillas, poniendo incluso mi miembro de nuevo erecto para seguir con ella, pero entonces me dijo:

— quiero cabalgarte y sacarte toda la leche que tienes para mí, que este va a ser el único encuentro que vamos a tener, que yo solo follo una vez con los tíos cabrones como tú. Nos vamos a tu cama y lo hacemos allí, ¿vale?

Claro que valía, por eso, me fui desnudando por el camino a mi habitación, mientras ella se pasaba su mano y dedos por su agujero y notaba como salía mi leche, a lo que ella sin perder ni una sola gota se la llevaba a su boca, relamiendo mi néctar.

Al llegar a la cama, me tumbe y como estaba todavía erecto, ella se subió encima mía, apoyo mi capullo en sus labios muy mojados, y se dejó caer lentamente, gozando de esa penetración vertical, y notando como incluso estaba aún más duro, y cuando la tuvo toda dentro, entonces se colocó las piernas estilo cuclillas y empezó a botar encima de mí, primero lento y luego acelero. Yo mientras le tocaba sus tetas, le pellizcaba sus pezones y de vez en cuando le masturbaba su clítoris, así conseguí que esta puta se corriera de nuevo conmigo dentro. Acelero su sube y baja, tan rápido que había veces que mi polla se salía de ella y le rozaba su clítoris hinchado, pero luego volvía a metérsela dentro y seguía haciéndome una paja con su vagina, y así estuvo como otra media hora, pero yo aún no tenía ganas de correrme, por lo que viendo que se estaba agotando, la puse en cuatro patas para volver a destrozar su coño, y con mis ganas y las ganas de ella, volví a hacerla que se corriera de placer, pero como la estaba follando fuerte, pues su cuerpo cayo en mi cama y yo detrás de ella, por lo que ahora la tenía tumbada boca abajo, y entonces empecé a empotrar su coño, hundiéndome mucho cada vez que entraba en ella. Cuando ya paso casi una hora de estar en la cama, le dije de nuevo:

— Puta, te voy a preñar, así que goza, porque este va a ser mi último. — Ella no paraba de jadear y de decirme que le rompiera su coño de guarra que tenía.

Así que, para poder descargar toda mi leche dentro de su coño, lo que hice es lo que más me gusta y es un empotramiento mientras todo mi cuerpo está encima de la espalda de ella. Solo movía mi cadera a golpes secos y duros.

Solo necesite doce empotramientos duros y salvajes para llenarle todo el coño de mi leche. Esta vez ella tuvo un par de orgasmos encadenados, porque su vagina vibraba tanto que incluso alargo mi eyaculación y cuando acabe, me quede dentro de ella.

La bese su cuello y nuca. Y cuando note que mi miembro se desinflaba, entonces me salí de ella, pero puse mi mano en su coño, para notar como salía todo mi jugo blanco, y cuando apenas quedaba nada, le dije que se incorporara, que abriera su boca, e hice que se deslizará todo mi semen junto con sus orgasmos que estaban depositados en mis dedos, y se tragó todo, tanto que me relamió la mano para que no quedara nada. Me limpio la mano y entonces nos tumbamos los dos en la cama. Recuperando la respiración y relajando nuestros cuerpos. Entonces le dije que se duchará conmigo, que luego la llevaría de nuevo a su casa, y así quedo nuestro encuentro, único y que no se volvería repetir jamás, porque ella no repite con los hombres.

Ni le di mi número de teléfono. Sabía dónde vivía, pero no quería ella volver a vernos, así que, aquí queda el testimonio real de que a veces las mujeres solo quieren un polvo, pero de los buenos, y así se lo di.

Saray la he visto alguna vez por mi pueblo, ya que sigue haciendo de las suyas, quedar con hombres solo una vez, y nos saludamos por la calle, pero sabemos los dos, que no volveremos a follar nunca más, pero no quita el que seamos amigos o al menos nos saludemos.

Nota de autor:

Historia real, vivida y gozada como cualquier otra más. Espero que les haya gustado, y si quieren leer más historias reales, sigan a este autor que desea que las mujeres del mundo tengan maravillosos orgasmos y una vida sexual llena de placeres y disfrutando de sus encuentros sexuales.