Sara y yo frotamos nuestros sexos hasta corrernos

No pasaron ni dos días desde mi primera experiencia con mi hermana Sara cuando encontré otra oportunidad de aprovecharme de ella.

Ni que decir tiene que desde que dos días atrás mi hermana Sara me masturbó los probadores del centro comercial (narrado en “El inicio, Sara me masturba) cada vez tenía más claro que quería volver a correrme encima de ella.

Además de momento lo tenía fácil, a corto plazo sabía de su punto débil y era el pánico que le ocasionaba perderse el concierto que con tanto tiempo había planificado con las pedorras de sus amigas. No podía desaprovechar esa circunstancia, pero tenía que hacerlo ese mismo día ya que el concierto era esa noche.

Pasaban las horas, y ya por la tarde Sara comenzó a preparase para salir, nos volvió a todos locos probándose ropa, negociando la hora de llegada con mis padres, etc… Hasta que llegó el momento  en el que Sara anuncio que se iba a duchar y que si alguien tenía que ir al baño que lo hiciese antes de entrar ella.

Yo cada vez estaba más nervioso y excitado, tenía más o menos claro lo que iba a hacer, pero no sabía cuál iba a ser el resultado, pero la excitación podía más que el sentido común.

Ya con Sara en el cuarto de baño, me dirigí a mi habitación a buscar un destornillador fino que había en mi escritorio. Mi propósito inicial era meterme en el cuarto de baño una vez Sara se estuviera duchando.

La puerta del baño tenía uno de esos pestillos que por fuera son fáciles desbloquear tan solo introduciendo algún objeto fino por el agujero de seguridad que tiene el pomo por la parte  de exterior.

Allí estaba, merodeando por el pasillo con el destornillador en la mano esperando oír el agua de la ducha correr y controlando que ninguno de mis padres se levantaran del sofá del salón.

Llegó un momento en el que comenzó a escucharse la ducha, mis pulsaciones se aceleraron, por unos segundos se me pasó por la cabeza desistir y pasar del tema, pero la excitación de pensar en volver a correrme sobre mi hermana seguía imponiéndose a todos mis temores.

Volví a mirar hacia el comedor, y vi que mis padres estaban tumbados en el sofá exactamente en la misma posición, de hecho creo si no estaban dormidos les faltaba poco, así que me dirigí a la puerta del baño, introduje con sigilo el destornillador por el agujero del pomo, y note como el pestillo giró y se abrió, abrí lentamente la puerta y me introduje en el interior del baño volviendo a pasar el pestillo.

Sara no se había enterado de nada, podía intuir su silueta a través de la mampara empañada. Me aproximé hacia la ducha, hasta que llegó un momento que Sara se giro,  y me vio allí  de pie en medio del baño.

-Que mierda haces aquí, sal ahora mismo.- dijo mientras se tapaba como podía los pechos y su sexo.

-Déjame verte, el otro día me quedé con ganas de verte el coño.

-Te has vuelto loco, como no salgas del baño voy a llamar a mama y te vas a enterar.

-Como la llames se va a montar tal pollo que probablemente te quedes sin poder ir al concierto.- dije, sin dejar de su cuerpo parcialmente tapado por sus manos, y la verdad lo que veía me estaba excitando mucho, ver como el agua que salía de la ducha se deslizaba por sus pechos y bajaba hacia su coño.

-Venga, haz el favor sal.

-No pienso salir.  –contesté mientras dirigía una de mis manos con intención de acariciar una de sus tetas.

-Que no, que salgas, -dijo ella apartando mi mano de una manotada.

-Te he dicho que no pienso salir.

-Y que es lo que quieres?

-Quiero que me hagas una paja como la de la otra tarde.

-Y si lo hago saldrás y me dejarás tranquila?

-Claro.

-Espera- dijo ella mientras cogía una toalla y se envolvió en ella la misma. Luego salió del plato de ducha y se sentó en la taza del inodoro.

-Venga ven aquí pajillero de mierda.-Yo la obedecí y me aproxime hacia Sara, ella me bajo el pantalón del pijama y mis calzoncillos en un solo acto  cayendo todo el conjunto a mis tobillos.

-Pero que cabrón si estas totalmente empalmado-  dijo mientras cogía mi miembro y comenzaba a moverlo.

-Tienes que….- y antes de terminar la frase ella me interrumpió.

-Si, ya se ya se, quieres que le ponga saliva.- Y acto seguido aproximo su cara hacia mi polla y dejó caer una buena cantidad de saliva sobre mi capullo, luego distribuyó la saliva por todo el capullo y comenzó a pajearme con energía.

-Eres un guarro, te huele mucho.- me dijo sin dejar de pajearme.

-Enséñame la tetas- dije mientras aprovechaba para quitarme los pantalones y los calzoncillos que estaban en mis tobillos y los lanzaba hacia un rincón del cuarto de baño.

Sara, sin rechistar bajó la toalla hasta su cintura de forma que volvía a tener ante mí esos pechos más bien pequeños, pero muy bien puestos. Sus pezones del efecto de la ducha me imagino estaban erectos y duros.  Sin preguntar acerqué mis manos y comencé a sobar esas tetas en las que hace un par de días me había corrido.

-Córrete rápido enano de mierda, o harás que se me haga tarde, venga sóbame las tetas, te puedes correr en ellas pero hazlo ya.

Yo estaba en la gloria y quería disfrutar e intentar sacar más provecho de sus prisas.

-Déjame meterte mano en tu coño, déjame tocarlo.

Ella se quedó como pensativa, luego se levantó y dejó caer la toalla quedándose totalmente desnuda. Cogió una de mis manos que tenía en sus pechos y la acercó a su sexo.

-Hazlo suave, y no intentes meterme el dedo.

Estábamos los dos de pie, uno enfrente del otro, y ahora tenía una de mis manos cogiendo una de sus tetas y la otra depositada en su sexo. Yo no dejaba de mover los dedos de la mano que tenía en su coño, notaba los labios de sus sexo, húmedos,  era un tacto exquisito y excitante.

-Sara, quiero follarte, quiero metértela.

-Ni lo sueñes , estas loco?, confórmate con la paja. – y volvió a  coger mi polla y a moverla de forma enérgica.

-Bueno, pues al menos chúpamela un poco. – dije sin dejar de manosearle el coño.

-Mira, ya se lo que vamos a hacer, siéntate, y tu no te muevas.- yo me senté en el sobre la toalla húmeda que estaba en la tapa del inodoro intrigado, creía que Sara se  arrodillaría y me haría una mamada pero para mi sorpresa lo que hizo fue aproximarse a mí, abrió sus piernas e hizo intención de sentarse sobre mí.

-No te hagas ilusiones, no me la vas a meter, me sentaré encima de ti y te haré una paja con mi coño, pero como te muevas e intentes metérmela me levanto y me voy.

Sara estaba allí frente a mí, desnuda, a un palmo de posarse sobre mí, esperando algún tipo de contestación por mi parte, yo que estaba ansioso porque se sentara simplemente asentí con la cabeza.

Sara se sentó encima, cogió mi polla y se volvió a levantar un poco para hacer coincidir mi capullo, justo con la raja de su coño, cuando estaban totalmente alineados volvió a sentarse totalmente. Buff, era genial sentir su peso sobre mi polla dura.

-Joder cuanto pelo tienes, me vas a irritar mis partes- Y acto seguido Sara comenzó a mover sus caderas lentamente hacia delante y hacia atrás. Era algo delicioso, yo aproveché que la tenía justo delante y cogí sus tetas fuertemente  manoseándolas a placer.

-Que bueno Sara, que gusto, - en eso Sara comenzó a incrementar el ritmo , con lo que el frotamiento de mi capullo con su coño me daba un placer indescriptible.

-Cállate y no te muevas.- Yo lo único que hice fue soltarle las tetas y llevar mis manos a su culo, cogiendo sus nalgas. Quería sentirla más aún, y empujaba su culo  hacia mí para que la presión de su coño contra mi polla fuera la máxima posible.

-Enano cabrón, aún harás que me moje y todo, eres un cerdo y un pajillero.- Me dijo mirándome a los ojos mientras no dejaba de mover sus caderas sobre mí. El rostro le estaba cambiando, no me lo podía creer, Sara estaba cachonda y estaba disfrutando tanto como yo.

-No me cojas el culo, o no puedo moverme bien cógeme las tetas.- Lo hice inmediatamente y la verdad, es que teniendo su culo libre se deslizaba mucho más rápido.

Bajé mi mirada hacia su coño y vi como la cabeza de mi polla aparecía y desaparecía constantemente, Sara  deslizaba su coño a lo largo de mi polla una y otra vez. Realmente ella también estaba excitada y que se pegaba y hacia más presión contra mi polla que cuando comenzó. Nuestros sexos estaban alcanzando una temperatura increíble.

-Te has puesto cachonda, es Sara? Estas totalmente empapada. – Realmente notaba que la fricción de nuestros sexos ahora era más placentera debido a la lubricación que soltaba el coño de Sara.

-No me jodas, te crees que soy de piedra? Me has puesto como una perra capullo.- El oír aquellas palabras me pusieron pero aún si eso era posible.

-Sara, me voy a correr, voy a correrme en tu coño.- Notaba como no podía aguantar más y la polla me iba a estallar.

-Aguanta un poco, aguanta un poco y nos corremos los dos,- pero ya era tarde, mi polla comenzó a escupir leche entre nuestros sexos, pero Sara no dejó en ningún momento de mover sus caderas.

-Sara me he corrido.

-Da igual, tu quédate quieto un poco más. – y pego sus tetas contra mi pecho y me abrazo fuertemente al tiempo subió el ritmo de sus caderas a una velocidad sorprendente.

-Quieres correrte eh, - dije- Estas cachonda perdida y quieres correrte.

-Si  quiero correrme – notaba que cuando le decía eso su ritmo y su presión contra mi polla se acentuaban.

-Pues venta puta, córrete, frota tu coño manchado de lefa contra mi polla y córrete como una puta cerda.  Venga a que esperas, córrete puerca.

Para mi sorpresa Sara no dejaba de mover su culo apretando su coño contra el tronco de mi polla, y cada vez jadeaba más profundamente.

-Si, si, quiero correrme, haz que me corra cabrón de mierda.

-Pues venga a que esperas puta, córrete ya que ahora el que tiene prisa soy yo, córrete de una puta vez.

-Si, si, si, dime guarradas … haz que me corra.

-Guarradas? Aquí la única guarra que hay eses tu, que eres un puta asquerosa.

Y cogió fuertemente mi cabeza y la apretó contra sus tetas, al tiempo que comenzaba a tener espasmos.

-Joder, si, me voy, me voy…… ahhhhh.

-Que puta te has corrido, eh.

Ella respiro profundamente, apartó mi cabeza de sus tetas, tragó saliva y se puso en pie.

-Mira como me has puesto, - dijo, Sara tenia todo el coño y el vientre lleno de leche pringosa de tanto frotamiento.

Comenzó a intentar retirar mi semen de su piel, pero era imposible, y mientras iba maldiciendo  se volvió a meter en la ducha.

-Sal de una vez y deja que termine de arreglarme o te meto una patada en los huevos.

Yo me lave la polla en el lavabo, cogí mis pantalones , pelos puse y salí del baño con una sonrisa de oreja a oreja. HABIA GOZADO COMO UN CABRÓN,ACABABA DE CORRERME  PERO YA ESTABA PENSANDO QUE QUERÍA MÁS…….