Sara y Mario en el suelo encharcado del bungalow.7

Sara y su hermano Mario se han trasladado junto a sus padres a una localidad costera para pasar los meses de verano.

Este relato es la continuación de una serie (están disponibles en esta misma página http://www.todorelatos.com/perfil/1345117/), para aquellos que no halláis leído los relatos anteriores os resumo a grandes rasgos:

Están protagonizados por dos hermanos Sara y Mario. Sara tiene 19 años, y Mario 18, conviven con sus padres y hasta hace unas semanas a duras penas se soportaban mutuamente.

Todo cambió cuando a Mario se le pasa por la cabeza “extorsionar” a su hermana para conseguir de ella favores sexuales. Lo que Mario no sabe es que desde el primero de los encuentros Sara ha disfrutado tanto como él de esa relación prohibida.

RELATO:

Era verano, Sara y Mario se habían desplazado junto a sus padres al bungalow que tenían en una localidad costera de la provincia de Alicante.  Llevaban toda la mañana en la playa junto a sus padres y algunos vecinos de la urbanización.

Entre ellos se estaba creando una cada vez mayor tensión sexual al estar los dos en bañador, delante de todo el mundo, con deseos de tocarse y disfrutar de sus cuerpos, pero sin poder hacer nada.

De vez en cuando se rozaban disimuladamente o de dirigían miradas de complicidad. Cuando se estaban bañando en varias ocasiones Mario se situaba detrás de su hermana, y llevaba sus manos al culo y se lo agarraba con fuerza, pero enseguida Sara se apartaba dado que no estaban solos.

Se suponía que deberían estar disfrutando de aquel día de playa pero lo que en realidad deseaban era poder estar a solas, por lo que cuando Sara dijo que se marchaba para poder ducharse con tranquilidad, Mario aprovechó y se marchó con ella con la misma excusa.

Durante los escasos 5 minutos que estuvieron andando desde la playa al bungalow, Mario que iba 2 metros por detrás de Sara no dejó de mirarle con descaro el culo. Estaba hipnotizado por los movimientos del trasero de su hermana  y no dejaba de pensar las diferentes formas en las que quería tocarlo, manosearlo y morderlo.

Cuando llegaron Sara entro al  bungalow y se dirigió a la parte trasera del jardín donde se encontraba una ducha que utilizaban cuando venían de la playa para no entrar arena dentro.

Mario se  retrasó un poco, tenía claro que quería aprovechar la escasa media hora de que disponía para estar a solas con Sara antes de que sus padres viniesen de la playa, así que cerró la puerta con llave y paso un cerrojo interior de forma que si sus padres se adelantaban no podrían entrar.

El bungalow, esta a pie de calle, pero por la parte la parte trasera estaba aislada visualmente de miradas procedentes de la acera por una tupida fila de abetos.

Cuando Mario llegó a la parte trasera Sara  ya estaba bajo la ducha que había en una de las paredes, Mario se situó a escasos dos metros y comenzó a ducharse con una manguera que utilizaban para regar y lavar el coche.

Mario no dejaba de mirar a Sara que estaba de cara a la pared dándole la espalda, estaba embobado observando como el agua de la ducha se deslizaba por la piel de su hermana,  como recorría todo su cuerpo y hacia brillar su piel.

Entonces dirigió el chorro de la manguera que hasta entonces caía sobre su propia cabeza hacia la espalda de  Sara que le seguía dando la espalda, ella en un primer momento se sobresaltó del susto, pero luego ladeó su cabeza y vio a Mario con una sonrisa pícara que ella ya conocía plantado en medio de aquel patio. Sara volvió   a mirar hacia el frente y siguió duchándose, pero ahora con una ligera sonrisa.

Mario, puso su dedo índice en la  boca de la manguera para provocar que el chorro de agua saliese con mayor presión, y comenzó a desplazar el punto en el que el agua de la manguera chocaba a lo largo de toda su espalda, subiendo y bajando a lo largo de su espina dorsal. Era como si estuviera acariciando la piel de Sara a través de aquel chorro de agua.

Llego un momento en el que Sara estaba más pendiente del masaje que estaba recibiendo que de la ducha, era una presión placentera que recorría su espalda, pero pronto Mario comenzó a dirigir el chorro de agua hacia el culo de su hermana.

Sara sentía la presión del agua a lo largo de la raja de su trasero, el chorro subía y bajaba, pero cada vez llegaba hasta más abajo  y se aproximaba más a su sexo, hasta que llegó un momento en el que notó como el chorro de agua buscaba su entrepierna, y  como la presión del agua se había incrementado, sentía como el agua chocaba en las proximidades de su sexo, y le gustaba, permanecía inmóvil y dejaba que fuese el chorro el que se desplazase buscándola  era una sensación diferente, un sensación placentera y excitante.

De vez en cuando el chorro bajaba demasiado y pasaba entre sus piernas  estrellándose contra los azulejos de la pared, para luego volver a subir y buscar de nuevo su entrepierna, chocando y estrellándose contra su coño, Sara se estremecía por aquella excitante sensación, sin embargo pese  a sentir mucho placer quería sentir aquel golpe de agua más directamente en su coño, así que inclinó su tronco hacia delante, sacó su culo hacia atrás poniéndolo  en pompa, y abrió las piernas todo lo que pudo, de forma que su sexo se abriese todo lo que fuera posible sin manipularlo con sus manos.

Mario ante aquella invitación no tardo nada en dirigir el chorro hacia el sexo de Sara, pero apartó un poco del dedo índice, para reducir la presión de los primeros impactos, cuando logró que el chorro pegase justo en el centro del sexo de Sara comenzó de nuevo a poner el dedo y comenzó a incrementar la presión del agua muy lentamente.

Ella notaba como la tela de su bikini quería entrar dentro de su sexo debido a la presión que el agua ejercía, era como si un dedo experto la estuviera masturbando, pero mucho más placentero, mucho más intenso, ese dedo era de agua, de la misma agua que ahora fluía desde el interior de su coño.

Notaba como sus flujos se mezclaban con el agua de la ducha y de la manguera, y comenzó a mover su culo en pequeños círculos intentando que el impacto se produjese justo en su clítoris. Era como si buscase que aquel largo chorro de de agua  la penetrase,  estaba sonriendo de placer, se relamía los labios, y se los toqueteaba con los dedos de una de sus manos, introduciéndolos de vez en cuanto en su boca y ensalivándolos.

Entonces volvió a ladear la cabeza para mirar a Mario, y vio que seguía en la misma posición que antes, seguía de pie en medio del patio, con las piernas entreabiertas, sujetaba con una de sus manos la manguera y con la otra mano masajeaba  su pene totalmente erecto, se estaba haciendo una paja mientras la masturbaba con la manguera lo que la puso más caliente aún,  le dirigió una mirada cómplice y fija a los ojos.

-Eres un cabrón. – le dijo con una amplia sonrisa maliciosa en la cara.

-Y tu una zorra asquerosa. – contesto Mario mirándola fijamente a los ojos.

Sara ya no pudo resistirse más y manteniendo la posición llevó sus manos a su entrepierna, ladeó su bañador hacia uno de los lados de su trasero de forma que tanto la raja de su culo como su coño quedaron al aire. Una vez liberado, se llevó cada una de sus manos a una nalga y las abrió de forma que su ojete quedó totalmente expuesto y sus labios vaginales se separaron quedando su coño parcialmente abierto.

Mario ante aquella visión comenzó a dirigir el chorro de agua desde el ojete hasta el coño, subiéndolo y bajándolo, pasaba el chorro por las partes en las que le gustaría estar metiendo el su lengua en esos momentos.  Sara estaba disfrutando de aquella presión a lo largo de todo su culo y de su sexo.

Llegó un momento en el que Mario sintió que ya no podía más, quería aproximarse a aquella zorra que estaba con el culo en pompa y el coño abierto, de forma que cerró en agua, dejó caer la manguera al suelo y comenzó a dirigirse hacia Sara. Esta  que al sentir que el agua ya no la golpeaba se había erguido y permanecía de pie mirando de reojo como su hermano  se aproximaba lentamente con los ojos desencajados de lujuria, se estaba aproximando para follarla en medio de aquel patio encharcado  y ella lo estaba deseando.

Cuando Mario llegó hasta donde estaba Sara, se quitó el bañador  quedándose completamente desnudo y se pegó completamente a ella, todo su pecho estaba en contacto con la espalda mojada de su hermana, y su polla se había acomodado entre las dos nalgas del culo de ella.

Sara que miraba hacia la pared de azulejos blancos, notaba la respiración agitada y caliente de su hermano en su nuca, estaba deseando sentir como Mario volvía a follarla con ansiedad, de forma salvaje, con violencia y sin ningún reparo ni contemplación.

-Que haces?, vas a follarme?- dijo con deseo más que otra cosa.

-Te voy a usar, voy a usarte como se usa a una puta.

Mario comenzó a besar y chupar el cuello de Sara, aún estaba algo salada debido al salitre del mar, le encantaba aquella piel suave y salada. Ella al sentir la lengua en su cuello ladeo la cabeza y ambos comenzaron a comerse las bocas, a restregar sus lenguas, a compartir su saliva.

Sara se bajó el bañador y se giró sobre si misma quedando los dos frente a frente,, seguían comiéndose la boca con ansiedad, cogiéndose mutuamente las cabezas.

Mario llevó sus manos al culo de su hermana y lo cogió con fuerza, lo presionaba  hacia su cuerpo de forma que el pubis de ella presionaba su  enorme polla erecta que estaba aprisionada entre los dos.

-Te has mojado para mí  Sara?

-Estoy hecha agua Mario, totalmente empapada. Y tú? Te va a reventar la polla, esta ardiendo. -dijo ella mientras llevaba sus manos al paquete de su hermano, estaba deseando sentir la dureza de aquella enorme polla.  Con una  de sus manos tenía cogidos sus huevos y la otra agarraba fuertemente el tallo de la polla erecta, y comenzó a agitarla haciéndole una paja.

Sara estaba muy excitada, ardía en deseos de sentir la polla de su hermano e hizo lo que su coño le estaba pidiendo, dio un pequeño salto y se colgó del cuello de Mario, abrazaba con sus piernas abiertas el vientre de su hermano, notaba como las manos que tenía en su culo la sostenían con fuerza, y una polla que desprendía mucho calor en las proximidades de su coño, así que llevó una de sus manos hacia la aquella polla y la dirigió hacia la entrada de su coño que ardía en deseos de ser follado .

- Déjame que me la meta yo, tráela.

Cuando Sara notó aquel hinchado glande entre los labios abiertos de su coño se dejó descolgar un poco y notó como Mario metió sus caderas en dirección a su coño de forma que la polla entró de golpe dentro de su coño.

Allí estaban los dos hermanos, Mario de pie en mitad del patio, Sara le abrazaba el tronco con sus piernas y tenía los brazos alrededor de su cuello, se estaban comiendo la boca, al tiempo que Mario empujaba el cuerpo de Sara hacia delante y atrás con lo que su polla entraba y salía de ella de forma contundente.

-Si, fóllame Mario, fóllame,  lo he estado deseando toda la mañana, tenía ganas de tener tu polla dentro de mí.

-Pues ya la tienes, abre bien las piernas para que tu coño se abra más y te pueda follar mejor - decía el mientras que abría las nalgas de su hermana todo lo posible y llevaba su dedo corazón  hacia el ojete  de ella presionándolo ligeramente. Sara desenganchó sus piernas del tronco de Mario y las abrió todo lo que pudo en el aire, ahora solo la aguantaban las manos que su hermano tenía en su culo.

-Si métemelo, méteme el dedo en el culo ahora que esta completamente abierto, métemelo mientras me follas el coño.- Sara estaba muy caliente, estaba totalmente descontrolada, sólo buscaba el placer, Mario comenzó presionar con mayor fuerza su dedo contra el ojete hasta que notó que este cedió y se introdujo su dedo parcialmente en el culo de su hermana.

-Joder, si , me gusta, me estas enculando con tu dedo,  me encanta, mételo todo, hasta dentro, mételo todo lo que puedas en mi culo - Y Sara comenzó a lamer la mejilla de Mario, pasaba su lengua por la cara de su hermano, le chupaba, le dejaba su saliva, que luego volvía a recoger en la siguiente lamida.

Mario enterró su dedo corazón dentro del ano de ella, notaba la suavidad y la calidez del interior del culo de su hermana, aquello hizo que la polla se le pusiera más dura aún.

-Quiero comerte las tetas, morderte los pezones, sácatelas, déjame que te las coma- dijo mientras se aproximaba hacia la pared hasta que la espalda de ella hizo contacto con los azulejos. Sara se arrancó literalmente el bikini, y dejó sus tetas al aire, tenía los pezones totalmente erectos, Mario al verlos no tardó ni un segundo en amorrarse a ellos, los lamia, los succionaba los devoraba con ansiedad, mientras movía su culo para seguir follando a Sara ahora contra la pared.

-Comete mis tetas, comételas, pero no dejes de follarme, dame fuerte, dámela toda, métemela hasta los huevos cabrón hijo de puta.- Aquellos insultos espolearon a Mario que comenzó a penetrar a su hermana lo más duro  y violentamente que podía, le daba igual que se le partiese la polla dentro de aquella furcia, si quería que la follaran con fuerza él la follaría con toda la fuerza del mundo hasta caer rendido.

-Quieres que te folle fuerte Sara? Quieres que te la meta hasta los huevos?

-Si fóllame lo más fuerte que puedas, quiero que me la metas hasta las tripas.

-Ven túmbate en el suelo, te voy a meter hasta los huevos, túmbate en el charco como una perra y abre bien las piernas para que te folle.

Sara se tumbó enseguida sobre el suelo encharcado del patio,  abrió las piernas y  abrió los labios de su coño todo lo que pudo con sus manos para recibir la polla de Mario. El se tumbó encima de ella, cogió su polla con fuerza y buscó la entrada del coño de Sara, pero al no dar con ella, y dado que Sara estaba ansiosa por que se la metiera fue ella la que cogió la polla y la llevó hacia el sitio correcto, una  vez que notó que ya había entrado el glande dentro de ella retiró su mano para que no hubiera  nada que impidiese una penetración total.

-Venga cabrón, muévete ya, quiero notar como tu polla se mueve dentro de mí, quiero sentirla bien adentro, fóllame como una puta asquerosa, fóllame con odio.

-Eres una zorra Sara, eres muy puta, abre bien las piernas para que entre hasta el fondo.

Mario, dejaba caer todo su cuerpo al tiempo que metía su polla dentro de Sara lo más fuerte  que podía hasta el punto que golpeaba con sus huevos en las nalgas de su hermana, pero estaba totalmente ido por follarse a aquella perra como esta le había pedido, como a una puta realmente caliente. Se la metía y sacaba con sacudidas fuertes y profundas, Sara notaba como el enorme capullo de la polla de su hermano se deslizaba dentro de ella y de vez en cuando palpitaba.

-Joder, joder, joder - Dijo Sara en un tono algo más alto de lo normal, con lo que Mario llevó enseguida una de sus manos a la boca de ella para acallar aquellos gritos delatores. Pero Sara, lo que hizo fue lamer los dedos de aquella mano que tenía en su boca, los lamía, restregaba su lengua contra ellos.

A Mario aquello le gustó y comenzó a meter primero dos y luego tres dedos dentro de la boca de Sara, los metía y sacaba  de aquella boca como si los estuviera metiendo en un coño. Ella los lamía como si fueran una polla, ahora mismo le hubiera gustado tener una buena polla en su boca para chuparla a fondo.

-Si fóllame también la boca con tu mano, métemela como si fuera tu polla, deja que te chupe los dedos

-Como me gusta que me chupes, luego me tendrás que comer la polla- Mario no sabía en que concentrarse, realmente estaba desbordado de placer, seguía follándole el coño a su hermana, pero la visión de sus dedos llenos de saliva entrando y saliendo de la boca se Sara también le estaba volviendo loco.

Cuando Mario veía que sacaba los dedos totalmente impregnados de saliva de su hermana, se los llevaba a su propia boca y los lamia, quería sorber la saliva de Sara, estaba realmente caliente.

-Eres un guarro, eres como un puto perro salido, te gusta mi saliva? Te gustan mis babas, perro?

Mario, no respondió, sonrió al tiempo que volvía a introducir sus dedos llenos de saliva de Sara a la boca.

-Eres un cerdo, ven acércate, bésame, cómeme la boca, la tengo llena de saliva para ti.

Mario se acercó y le comió la boca, recogía con su lengua saliva de su hermana y se la tragaba. De repente Sara tiró del pelo de la cabeza de Mario haciendo que esta retrocediera, quedando su cara a escasos centímetros de la cara de Sara, ella le sonrió de forma malévola y entonces le lanzó un abundante escupitajo a la cara, luego tiró de su cabeza, y la aproximó a ella, y comenzó a lamer sus propias babas que resbalaban por las mejillas y boca de Mario.

-Ven aquí que te lama, yo también quiero ser tu perra, quiero lamerte todo, luego si quieres te escupiré también la polla y luego te la lameré, me la comeré entera hasta dejártela reluciente.

-Hija de puta, eres una puta de mierda, me has escupido a la cara , te vas a enterar,te voy a reventar el coño a pollazos- Mario enfurecido comenzó a mover su culo lo más fuerte y rápido que pudo de forma que su polla entraba y salía del coño de Sara a una velocidad y con un a intensidad que hacía que sus sexos elevasen más aún sus temperaturas.

-Si, Mario, métela toda, méteme los huevos también, hazlo fuerte. FÓLLAME- Sara totalmente salida, llevó una de sus manos a su sexo, y comenzó a frotarse el clítoris con uno de sus dedos de forma compulsiva.

Mario, estaba sudoroso, de tanto esfuerzo, el agua de su pelo se mezclaba con el sudor de su cara y resbalaban cayendo sobre la cara de Sara, que abría la boca intentando recoger aquellas gotas saladas. Cuando no lo conseguía, se aproximaba al rostro de su hermano y le retiraba el sudor con la lengua.

-Eres mi perra, vas a ser mi perra, te voy a follar como a una perra ahora, y cuando me de la puta gana.

-Que gusto, joder, soy toda agua, estoy totalmente encharcada, estoy mojada para ti, para que me folles como quieras- dijo Sara con la cara desencajada por el placer que le estaba proporcionando la follada de su hermano y sus propios dedos manipulando su clítoris.  No dejaba de mover su mano todo lo rápido que podía sobre su coño ardiente, mientras no dejaba de mirar como esa polla ardiente entraba y salía de su cuerpo.

Mario seguía enfurecido, seguía follándose a Sara lo más fuerte y rápido que podía, la imagen de su hermana pajeándose el coño mientras veía como su polla se entraba y salía de ella, hacía que estuviera dispuesto a partirse la espalda follándose a la puta de su hermana.

-Joder, me voy a correr cabrón, tengo ganas de mear, me voy a ir.

-Eres una cerda, quieres mearte mientras te corres? Pues hazlo perra, total estamos follando en el suelo como dos perros, méate si quieres mientras te corres.

-Me estoy corriendo Mario, me estoy corriendo y me voy a mear, sácala, SÁCALA QUE ME CORRO, ME CORRO Y ME MEO.

Mario no quiso perderse aquel espectáculo y saco su falo del interior del coño de Sara, esta levantó su pelvis, la  mano de Sara se agitaba a una velocidad increíble frotando su coño, ella tenía todos los músculos de su cuerpo en tensión, estaba a segundos de tener una descomunal corrida.

-Voy a correrme Mario, VOY A CORRERME COMO UNA PERRA,  ME ESTOY CORRIENDO PARA TI COMO UNA PUTA, MIRA COMO ME CORRO CABRÓN.

Mario que  seguía en la misma postura con su polla erecta a un palmo del coño de Sara comenzó a pajearse tan intensamente como lo hacía Sara.

Cuando Sara notó que un violento orgasmo se  apoderaba de ella, hizo toda la fuerza que pudo para lanzar un fuerte chorro de orina, de forma que consiguió que máximo placer de la corrida coincidiese con una meada violenta. Su coño estaba lanzando varios chorros de meado que fueron a impactar contra la polla y el vientre de su hermano.

Mario excitado como estaba, y de ver como su hermana de corría de aquella forma tan primitiva y ver como aquel chorro caliente inundaba su polla, también se dejó ir, llegando a correrse de un forma intensa lanzando varios chorros de semen que fueron a impactar en el coño de su hermana. Ella que estaba en los espasmos finales de su orgasmos al ver su coño inundado de semen, lo recogió con sus dedos y le lo restregó por todo el coño, quería tener aquella leche caliente en contacto directo con sus flujos.

Cuando ambos dejaron de disfrutar sus respectivas corridas Mario se dejo caer totalmente sobre el cuerpo de Sara, quedándose su cabeza sobre las tetas de esta.

-Me he quedado con ganas de follarte el culo Sara, la próxima vez no te libras.

-Ja,ja,ja, eres un cerdo.

SARA LLEVO LA PALMA DE SU MANO A SU ENTREPIERNA, RECOGIÓ TODO EL  SEMEN QUE PUDO DE SU SEXO, Y ACTO SEGUIDO LLEVÓ SU MANO A LA MEJILLA DE MARIO, RESTREGÁNDOSELO, AL TIEMPO QUE SE REÍA CON MALDAD. A  MARIO AQUELLO NO LE MOSLESTÓ EN ABSOLUTO, EL YA ESTABA PENSANDO QUE QUERÍA FOLLARLE EL CULO A SU HERMANA.