Sara y Lucía

Dos amigas se conocen por Internet y acaban quedando para comprobar si se habían enamorado.

Todo empezó hace un año y medio y casi por casualidad. Un día que estaba muy aburrida me metí a chatear. Estuve un rato hablando pero era todo lo de siempre: tíos super bordes preguntándome si tenía webcam, si quería cibersexo…Cuando estaba apunto de irme me abrió alguien que por el nick me pareció una chica, pero me resultaba raro que me abriese alguien sin un pene entre las piernas. La curiosidad hizo que me quedara un rato más y ver qué quería aquella chica. La curiosidad, ¡mi gran problema! (o no…)

Sara era una chica muy simpática que vivía en la otra punta de España. Empezamos a hablar de todo un poco, incluso a reírnos de los tipos tan raros que te abrían privados en un chat. Nos agregamos en el msn y a partir de ese día hablábamos mucho. Creo que compenetramos desde el principio, con ella tenía la sensación de que podría hablar de cualquier cosa, de que conectábamos. Las dos hablábamos de nuestras respectivas relaciones con nuestros chicos, pues las dos teníamos novios.

Un día, cuando llevábamos alrededor de un mes hablando, le conté que al principio me había creído que ella era lesbiana, ya que no era muy habitual que una chica le abriera a otra en un chat. Sara empezó a reírse y a decirme que con lo poco que follaba últimamente quizás se lo comenzaría a plantear. Y todo empezó así, medio en broma. Yo estaba organizando un viaje a Madrid por aquel entonces, para hacer un curso que necesitaba para mi trabajo y le propuse que se viniera conmigo, Yo vivo en el sur de España y ella en el norte, nos podríamos encontrar en el punto intermedio de la península y así nos conoceríamos. Sara no podía ir por sus exámenes y empezamos a bromear:

Lucía…eso parece una proposición sexual…jajaja, ¿qué pasa, estás en sequía sexual como yo y ya piensas en otras alternativas?

Pues quién sabe, una no se cierra a nada, ¿cómo te gusta la ropa interior?

¿Ropa interior? ¡Sin ropa interior, chica!, pero vamos ¿cómo piensas seducirme?

Supongo que te invitaría a cenar un bocadillo de jamón, jejeje, después te llevaría a dar un paseíto por Madrid y durante toda la velada sacaría mis mejores armas de seducción

Esto es un problema, sabes demasiadas cosas ya de mí, incluso cómo ponerme tierna

Por ejemplo, besándote el cuello rozándote con los labios, bajando hacia tus pechos, acariciándote la espalda

Uy chica, esto parece una sesión de cibersexo, cuidado que yo también sé lo que te gusta…me has contado muchos secretos Lucía. ¿cómo era eso de que el sexo oral te volvía loca?

La conversación comenzó poco a subir de temperatura y lo que empezó como una situación imaginaria acabó como una auténtica sesión de cibersexo entre chicas. Las dos nos quedamos un poco perplejas pero después nos reímos mucho sobre ello. Supongo que ese día fue el comienzo de nuestra relación. Para mí fue algo muy revelador, fue cómo plantearme realmente la posibilidad de tener sexo con otra chica. Siempre había estado con chicos y he disfrutado mucho del sexo con ellos, pero ¿cómo sería estar con alguien como tú? Sara era alguien muy especial para mí, me comprendía como nadie lo hacía y como dice Coelho, hay gente que te llega a tocar el alma y nunca saldrán ya de tu corazón. En conclusión, que poco a poco me di cuenta de que estaba enamorándome de ella, pero aquello era de locos: estaba enamorada de alguien que solamente conocía por Internet y que además era de mi mismo sexo, demasiado fuerte para cualquiera ¿no? Pero a ella decidí no decirle nada de todo esto. Quizás para ello sólo había sido como un juego y no quería perderla hablándole de mis comeduras de coco.

Pero la actitud de Sara hacia mí también iba cambiando poco a poco. Desde aquel día empezó a ser más dulce conmigo, mucho más cariñosa. Me llamaba a menudo por teléfono, me mandaba sms deseándome buenas noches, me daba toques a menudo para que me conectara…Durante una semana no pude conectarme a Internet porque estaba muy ocupada. El día que me conecté vi que tenía un email de ella donde me decía que me echaba de menos. Hablaba de que no sabía que le estaba pasando conmigo, que creía que se había enamorado de mí y que comprendía que no quisiese hablar más con ella después de leer aquello. De pronto solté un grito de horror. El email me lo había mandado justo el último día que hablábamos, y yo llevaba una semana sin conectarme, seguro que se pensaría que no sentía nada hacia ella y que no quería volver a verla. La llamé al móvil y nada más descolgar le dije que creía que me había enamorado de ella, que no sabía cómo acabaría todo aquello, pero que sentía algo muy especial. Lo dije todo como si lo vomitara y empecé a llorar. Y ella, como siempre, estropeando todos los momentos románticos, me dijo: "Menos mal, pensé que ya la había cagado…"

Varios meses después decidimos que teníamos que vernos y vino a visitarme a mi ciudad. El día que iba a recogerla a la estación el corazón iba a estallarme y estaba muy nerviosa. ¡Por fin iba a conocer a mi Sara! Y como una premonición (o una ironía del destino) en la radio comenzó a sonar la canción de OBK de "quién le dio sentido a nuestro amor"

Y llegué a la estación: allí estaba ella, la persona con la que tanto había soñado y fantaseado con tenerla delante. Ella me recibió con una gran sonrisa y yo notaba que me temblaban las piernas conforme me acercaba a ella. Nos abrazamos y nos fuimos a dar una vuelta. Era una sensación muy extraña, porque nunca nos habíamos visto pero era como si nos conociéramos de toda la vida. Estuve enseñándole la ciudad y procuraba estar lo más cerca de ella. Antes de venir ella decidimos que no íbamos a forzar la situación, si tenía q pasar algo ya pasaría.

Nos sentamos en un banco de un parque y empezamos a hablar. Las dos nos sentamos muy juntas y nos miramos fijamente. Sara me tomó de la mano y me la empezó a acariciar suavemente. Yo creía que me iba a derretir:

Parece increíble que se pueda sentir tanto tan solo por acariciarme una mano

No estaba segura de si te sentaría bien pero al final me he decidido después de estar solamente media hora intentando dar el paso- me dijo Sara riendo

Me alegro de que lo hayas hecho – le dije con una sonrisa en los labios mientras le tomaba yo con mi otra mano la suya - ¿quieres que nos vayamos a la habitación?, supongo que estarás cansada

De acuerdo Lucía, pero ¿sabes?, creo que no voy a ser capaz de soltarte la mano

Las dos sonreímos y nos levantamos. Nos montamos en el autobús y nos fuimos directamente para el fondo a sentarnos. A esa hora el autobús comenzaba a llenarse y nos conseguimos sentar, pero con su bolsa de ropa encima de nuestras piernas. Sara, sin mirarme, me buscó la mano y siguió acariciándomela. Yo metí la mano debajo de su camiseta y empecé a acariciarle la barriga. Tenía un vientre plano con las abdominales marcadas y eso me volvía loca. Era excitante el estar acariciándonos en un autobús lleno de gente sin que nadie a nuestro alrededor se diera cuenta de lo más mínimo

Llegamos a la habitación y mientras ella soltaba sus cosas me senté en la cama:

¿Nos vamos a almorzar? Tienes que tener hambre después del viaje

No te creas, no tengo demasiada- me contestó mientras se sentaba junto a mí en la cama

¿No? ¿Entonces qué quieres que hagamos?- le dije mientras nuestras caras se iban acercando poco a poco

Pues

Y no pudo acabar la frase. Empezamos a besarnos, primero suavemente y poco a poco más apasionadamente. De mi cabeza no se iba la idea de que esos besos que me hacían sentir como una descarga por todo el cuerpo me los estaba dando una chica, alguien como yo. Sus labios eran suaves y su lengua se movía de una forma alucinante. Empecé a besarle el cuello mientras ella empezaba a meter sus manos debajo de mi jersey. Sus manos recorrían mi espalda con la yema de los dedos, acariciándola a todo lo largo. Mientras le besaba el cuello empecé a hacerle lo mismo, pero empecé a desviar mis manos hacia su cintura. Lentamente fui subiendo mis manos hacia su pecho, desde el ombligo hacia arriba. Empecé a acariciarle los pechos, unos pechos preciosos y noté sus pezones erectos. Le desabroché el sujetador para poder tocarle los senos a mis anchas. Creo que desde entonces comprendo la fijación de los tíos por cogernos las tetas a las mujeres, es una sensación indescriptible.

La temperatura empezaba a subir en la habitación a pesar de que estábamos en Diciembre. Comenzamos a desvestirnos la una a la otra, sin parar de besarnos. Al verla desnuda frente a mí no me lo podía creer. Era hermosa, morena, con el pelo cortito, los pechos erguidos, su vientre plano, y su sexo…uffff

Le comencé a besar el cuello rozándola con los labios y fui bajando poco a poco hacia sus pechos. Le lamía los pechos, alrededor de los pezones, para después darle con la lengua en ellos, hasta que se ponían increíblemente erectos, para después darle bocaditos.

Lucía…y de verdad que nunca has estado con una mujer?- me decía entre gemidos

Sólo te hago lo que me gusta que me hagan- le dije mientras comenzaba a acariciarle su sexo

Cuando llegué a su rajita me alegró notarla mojada. Pasé mi dedo índice por toda su raja, hasta que encontré su agujero. Introduje mi dedo en él despacio, mirándola a los ojos, viendo como su cara se transformaba por el placer.

Uys, creo que está aquí el punto…¿no?- le dije mientras un gemido de Sara me lo confirmaba

Nos tumbamos de lado y mientras yo intentaba meterle otro dedo más ella comenzó a acariciarme el clítoris. Lo hacía de tal forma que parecía que iba a llegar al orgasmo y justo cuando iba a llegar paraba. Esto lo iba alternando con mi agujero, al que de vez en cuando introducía un dedo suyo, para sacarlo y seguir con mi clítoris. Mientras más excitada estaba yo más rápido le metía y le sacaba a ella mis dedos.

¿Y qué me dices de ti?¿Seguro que es tu primera vez con una chica?

Shhhh, quién sabe

Decidí que tenía que probar esa fruta que tantas veces había imaginado. Besándola en los labios saqué sus dedos de dentro mía y comencé a lamerle toda la linea de la barriga. Cuando llegué a su vagina me sorprendí del maravilloso sabor que destilaba de ella. Comencé a lamerle el clítoris , dándole con la punta de mi lengua, primero suave y después presionando un poco más con ella. La lamía entera, alternando con lametones grandes y lentos, y rápidos y cortos. Aproveché para introducirle un dedo en su vagina mientras le chupaba el clítoris con la lengua. Sara gemía de placer y me acariciaba el pelo con sus manos, mientras que se contorsionaba entera. Justo cuando parecía que iba a correrse me pidió que la besara en los labios. Comenzamos a besarnos y ella comenzó a lamer mis pechos. Bajaba su lengua a través de mi cuerpo mientras me iba tocando en mi húmedo sexo. Fue cambiando la posición hasta q nos pusimos en un increíble 69. Yo bocarriba y ella encima mía, con su sexo justo delante de mi cara. Comenzamos a lamernos las dos nuestros clítoris. Ella se fue en un increíble orgasmo mientras arrugaba todas las sábanas de la cama con sus manos. No me dio tiempo a levantarme cuando se volvió rápidamente, me colocó una almohada bajo el culo y comenzó a comerme todo el coño. Lo hacía de una forma salvaje, llevándome al borde del orgasmo una y otra vez. Repitió lo mismo que yo le había hecho a ella: me lamía mientras me introducía un dedo en la vagina, pero con otro dedo comenzó a estimularme el orificio de mi ano. No pude aguantar más y exploté en un orgasmo bestial, como nunca lo he tenido

Las dos nos quedamos rendidas en la cama, abrazadas y dándonos besos tiernos en los labios

  • Oye, creo que ya podemos considerarnos oficialmente bisexuales ¿no?- le dije, mientras que ambas estallamos en una carcajada.