Sara, una sumisa entregada
Sara es iniciada en el mundo de la sumisión.
SARA, UNA SUMISA ENTREGADA
Sara era una chica que se moría por ser sumisa de un buen Amo, había contactado con uno por Internet y hoy iban a tener su primera cita, ella se miraba al espejo después de haberse duchado y perfumado. Había tomado un baño relajante incluso con sales de baño, tenía todo el tiempo del mundo, se enjabonó bien y se aclaró, luego se perfumó delicadamente.
Estaba desnuda frente al espejo, era morena de pelo largo, ojos marrones, labios armoniosos pero no muy gruesos y nariz estilizada, los pechos de tamaño mediano de color café los pezones, el culo redondo, duro y respingón por el ejercicio en el gimnasio y el pubis con un poco de vello púbico. Para asistir a la primera cita se colocó un top negro con escote palabra de honor que dejaba el ombligo al aire, luego una minifalda negra y debajo una pequeña braguita roja.
Salió de casa y se dirigió al lugar de la cita, un videoclub en un barrio muy concurrido, entró en el local y fue a la zona donde se exponían las películas x, parecía como elegido a conciencia porque incluso la había dicho delante de que película le tenía que esperar ya que era una zona donde nadie les podría ver y ella tampoco darse cuenta cuando él llegase.
Hola zorrita---- susurró en su oído una voz masculina y viril pero con un toque sexy.
Ella agachó la cabeza y se giró besándole la mano que él le tendió. La obligó a volverse a colocar en la posición inicial, la sobó a conciencia acariciando todo su cuerpo cm a cm acercándose a algunas de sus zonas erógenas pero sin llegar a estimularlas, las conocía porque ella tenía que haber confesado todas sus intimidades. La levantó la falda y se la hizo sujetar mientras él la bajaba las bragas por detrás dejando al descubierto el culo. Mojó su dedo en la boca de la sumisa y con él la fue acariciando el ano lentamente en círculos mientras al oido la decía que fuera seleccionando una de las películas que tenía delante. Todas eran de temática sadomasoquista.
Cuando él hubo terminado de acariciarla el ano la bajó las bragas y la hizo que se acariciase el coño y que le mostrara la mano, la vió completamente empapada y comprobó que la chica se había excitado, la colocó las bragas en su sitio y la ordenó seguirle. Ella iba un paso por detrás de él, ella era la que había tenido que alquilar la película, se había muerto de vergüenza pero se excitó todavía más cuando otra clienta que estaba al lado la sonrió guiñándola un ojo.
Caminaron hasta que llegaron a un portal, entraron al mismo y se montaron en el ascensor con una mujer de unos cuarenta años, era todo una estrategia del amo, estaba todo preparado y la mujer era un gancho, ordenó a Sara el Amo colocarse frente a la mujer. La señora no paraba de mirarla el escote consiguiendo que ella se mojase todavía más, para que no se diera cuenta Sara el Amo se había puesto de espaldas pero por el espejo del techo podía ver la escena.
La mujer se acercó a la chica y la besó en los labios mientras la magreaba los pechos, Sara estaba por chillar pero se acordó de las palabras de su Amo en una de sus charlas on-line que la había dicho que siempre se comportase como una zorrita. Ella correspondió al beso mientras la mujer con una mano le indicó al Amo que la chica iba a ser una buena perrita.
Llegaron al piso del Amo y la mujer entró con ellos con la excusa de que tenía que darle el hombre un cd que le había dejado unos días antes. El Amo fue a por el cd y las dejó solas, la mujer la dijo a la zorrita que la enseñase el coño y la chica como hipnotizada se subió la mini y se bajó las braguitas y se lo mostró. Cuando oyó la voz de él desde la otra habitación le entró mala conciencia porque pensaba que estaba traicionándole cuando no sabía que estaba siendo grabada por una videocámara que estaba escondida en el armario.
El Amo llegó y la mujer le dijo a ver si podía ir al baño que se estaba orinando y él dijo que si y la acompañó cogiendo a Sara de la muñeca. La mujer se bajó los pantalones y las bragas sentándose en la taza y poniéndose a orinar, Sara retiraba la mirada como sumisión a su Amo pero él que se daba cuenta la cogió de la barbilla y la dijo que mirase y que cuando la otra acabase se arrodillase entre sus piernas y la secase el coño con la lengua.
Sara se arrodilló entre las piernas de ella y sacó la lengua, primero la pasó por los muslos de ella con mucha suavidad desde la zona cercana a los muslos subiendo luego poco a poco hasta las ingles rodeando el coño para bajar por una de las ingles hasta la vulva y repasar los labios con su lengua recogiendo las últimas gotitas y comenzar a lamer lentamente primero y luego cada vez más rápido, la mujer la cogía de la cabeza y se pegaba a su coño para que no la separase. Marian que se llamaba la mujer no paraba de jadear mientras su Amo observaba y grababa todo.
Sara ponía cara de viciosa que era muy celebrada por su Amo que la jaleaba para que siguiera comiendo coño de la misma forma en el momento que la mujer dejando los ojos en blanco tenía un orgasmo volcando sus flujos en la boca de la chica. El Amo la indicó que se lavase obedeciendo ella. Al Amo le dieron ganas de orinar y se puso a hacerlo mientras colocaba la cámara en un trípode. Marian se colocó detrás de él y le iba besando en el cuello al mismo tiempo que le acariciaba la verga que se iba poniendo muy dura.
Cuando terminó se giró y la dijo a Sara que se sentase en la taza y que se la secase y se la comiera hasta que correrse en su boca. Sara se acercó toda orgullosa y se sentó primero dio varias caricias a la polla, el Amo para ayudarla se desnudó de cintura hacia abajo, luego ella se metió uno de los huevos y lo iba sacando y metiendo en su boca muy lentamente para luego pasar al otro en el que repitió la misma operación.
No paraba de acariciar la polla de arriba abajo para mantenerla erguida mientras hacía lo de los huevos, luego con los labios descapullaba el glande muy lentamente y comenzar a mamarsela suavemente y de arriba abajo para luego darla lametones como si fuera un helado. La lengua jugaba después con el frenillo para inmediatamente succionaba el agujerito de la uretra. Con la mano le acariciaba los muslos muy delicadamente como si fueran un imán queriendo atraer el vello del Amo, de la misma forma le acariciaba el perineo mientras había iniciado una fuerte y vigorosa mamada que hacía que el hombre se excitase. En lugar de correrse se sentó él en la taza y Marian se acercó sentándose clavándose la polla en el coño dando la espalda al hombre y comenzando a cabalgarlo.
La mujer cogió a Sara de las caderas y la hizo liberar su coño y acercando su boca al conejito de la joven se puso a comerlo al mismo ritmo que cabalgaba al hombre, estaba muy cachonda y la sumisa se iba poniendo cada vez más caliente hasta que estallaron los tres en un orgasmo casi al unísono llenando el hombre a la mujer el coño de semen.
Marian se levantó y Sara se arrodilló, no necesitó ninguna orden y comenzó a lamer los muslos de la mujer y el coño limpiándola todos los restos de leche que quedaban.
Este relato es imaginario pero va dedicado a una buena sumisa en potencia, Sara, si queréis podéis escribirme a:
SARA (II)
Marian se marchó y dejó solos a la sumisa y al Amo, la sumisa se vistió y siguió al Amo hasta el salón, allí él se sentó en un sillón y la pidió que se acercase, ella se acercó, él la ordenó que le mirase a los ojos mientras se quitaba las braguitas. Una cosa tan tonta hizo que la chica se pusiera roja y a duras penas podía mantener la acerada mirada de su Amo pero aguantó. Luego la hizo abrir las piernas y separarlas, él la metió la mano bajo la falda y la fue subiendo hacia arriba hasta llegar a su coño que estaba empapado.
Ahora desnúdate zorrita----le ordenó El.
Ella se quitó toda la ropa y como él la había instruido en algunas sesiones cibernéticas dobló perfectamente toda la ropa en una silla. Luego él se colocó detrás de ella y la tapó los ojos con un pañuelo negro y la ató las manos a la espalda, se sentó y la hizo tumbarse sobre sus rodillas, en esa postura estaba completamente expuesta, ella en su interior sabía que estaba completamente desarmada, entregada y sometida algo que hacía que se excitase sobremanera, un efecto que a su vez tenía el efecto de que su grado de sumisión había subido varios grados.
El Amo la empezó a dar azotes con la mano abierta en las nalgas alternando los golpes, golpes no muy fuertes para que no se pusieran rojas las nalgas antes de tiempo, luego la hizo arrodillarse y echar el cuerpo sobre la mesa de cristal baja que había delante del sofá. Ahora quería que ella viera lo que la iba a hacer, sacó una pala de tenis de mesa y se la enseñó y la ordenó que contase los azotes como él la había enseñado.
Comenzó a darle azotes mientras ella los contaba y daba las gracias por sentirse usada por el Amo, cuando él vió que las nalgas tomaban un color rosado paró y la soltó las manos y la colocó un collar de perra y la llevo como si fuera una perrita a cuatro patas hasta el dormitorio donde la colocó boca arriba en la cama, ató cada muñeca a cada esquina del cabecero de la cama y cada tobillo a cada esquina de los pies de la cama, la tensó bien para que la postura resultase incomoda y estuviera tensa.
Salió un rato y volvió con un pequeño tazón con espuma de afeitar y una maquinilla, llevaba también una toalla y polvos talco. Con una pequeña brocha de las de afeitar fue extendiendo la espuma por todo el pubis hasta que los restos de vello púbico quedaron completamente llenos de dicha sustancia, los labios vaginales, perineo y la zona del ano ya estaban libres porque se lo había tenido que hacer ella para quedar limpia como le ordenó ayer.
Con la maquinilla con suaves movimientos y de manera precisa la fue rasurando, había tenido la cuchilla en el congelador con lo que ella sentía frió cada vez que la rasuraban con lo que la excitación subía y hacía que ella se mojase aún más incluso la piel libre de vello brillaba. Cuando acabó de rasurarla la limpió todo los restos de espuma y luego la untó con una crema especial para verter sobre la zona luego unos pocos polvos de talco.
La volvió a tapar los ojos, estuvo a punto de taparla la boca pero al final no lo hizo quería oir sus sensaciones, sobre todo si jadeaba porque a él le encantaba que jadease, le excitaba todavía más. Antes de taparle los ojos, él la premió con un striptease ya que después de que se había ido Marian se había vuelto a vestir. El cogió varias pinzas de la ropa y puso una en el pezón izquierdo y otra en el derecho, ella sintió dolor pero quería parecer una buena sumisa y se mordió los labios para no gritar, quería solo abrir la boca para jadear o para hablar cuando el Amo le diera permiso.
Ahora colocó tres pinzas en el labio vaginal izquierdo y otras tres en el derecho. Ella cuando entraron en la habitación había visto una argolla en el techo pero no sabía para que podía ser pero enseguida lo comprobó, el Amo ató una cuerda a una anilla a la que había atado varias pequeñas cuerdas que salían de las pinzas de los pezones y del coño y la pasó por la argolla y en el otro extremo colocó una vela de tal forma que la cera no cayese a no ser que ella se moviera.
Por cada pequeño movimiento caía una gota de cera sobre los pechos de la chica, la argolla del techo estaba puesta con una ventosa para colgarse del techo de tal forma que la podía mover a su antojo, cuando el pecho ya era de un color azul, cambió la argolla a la vertical del ombligo y luego a la zona del monte de venus.
La veía que estaba sufriendo porque las pinzas ya mordían la piel demasiado, entonces apagó la vela y con una fusta quitaba las pinzas de un certero golpe, cuando las de los pezones salieron la chica notó una punzada de dolor que no aguantó y chilló. El la soltó y la dijo que se lavara, la quitó el pañuelo de los ojos. Ella fue al baño a ducharse, tenía que ducharse con la puerta abierta para que él la pudiera ver. Primero había colocado la videocámara, estaba grabando todo.
Pudo comprobar como la chica tenía los muslos brillantes, se había excitado sobremanera, ella mientras se duchaba a duras penas podía mantener la cabeza gacha como debía por las ordenes de su Amo, él para recompensarla la dejó que se duchase a su gusto y que le mirase si quería pero en vez de mirarle con una mirada neutra sin emociones le miraba con una mirada de deseo.
Ella salió y él la recibió con un gran toallón con el que la secó muy cariñosamente premiándola con un dulce beso en la boca que se convirtió en un gran morreo y muerdo. Las lenguas comenzaron a jugar mientras los dos desnudos se abrazaban haciéndose de dos cuerpos uno solo.
Ella fue bajando besando el cuello, luego los pezones mordisqueándolos mientras con la mano sopesaba los testículos y acariciar la polla masturbándola. Luego lamía el ombligo bajando hasta la polla y pasando la lengua por ella engulléndola de un solo golpe. Estaba tan cachonda que no paró en preliminares, se la metió de golpe sin pensarlo. Lo mamaba como si fuera un pirulí apretando los labios sobre la polla y ensalivándola al máximo.
El Amo la dio la vuelta haciéndola que se sujetase al lavabo y se la clavó de un solo golpe comenzando a follarla, la cogía de los pelos atrayéndola hacia él y diciéndola al oido:
Zorrita, que bonita eres, te estaría follando toda mi vida, de momento eres una gran sumisa, si sigues así haré de ti la mejor de las perritas.
La follaba y la sostenía de los pechos haciendo que los pezones quedasen entre los dedos y al cerrarlos los pellizcaba delicadamente, ella jadeaba de manera desatada, se cortaba para no decir lo que estaba pensando de verdad, él lo vió y la dio libertad para follar y comportarse libremente durante el polvo. Sara jadeaba al máximo y dijo:
Follame a tope, quiero que me hagas correr hasta que me desmaye, dame duro.
La folló y sintió que se iba a correr con rapidez, ella tuvo un gran orgasmo que no la calmó sino que la encendió más y apretó con los músculos de su conejito la verga del chico, ella se agachó después de ser descabalgada y se introdujo la polla en la boca mamandosela como queriéndola ordeñar hasta que el Amo se corrió en la boca tragándose todo el semen y mirando a su Amo con cara de viciosa. Sara se incorporó y se dio un dulce y prolongado morreo con su Amo.
Continuara...........................
Este relato es imaginario pero va dedicado a una buena sumisa en potencia, Sara, si queréis podéis escribirme a: