Sara, subyugada por Juani (4a parte)

Sara: amor incondicional y sumisión. Juani: Control total y castidad.

Capítulo VI

Nuestro primer día juntas.

Cuando empezaba a clarear esa bonita mañana de sábado pude ver su cara, aún estaba dormida y parecía un ángel con una boquita preciosa y tierna que de repente deseé besar. Despertó y con voz adormilada y dulce -¿Qué tal la noche, Cariño?

-No he pegado ojo en toda la noche. Pero antes de nada: gra... gracias, A... Amor.

Juani sonrió y se giró, tomó algo de la mesilla de noche, era una llave pequeña, con ella me liberó de las esposas.

Yo agradecida -Si no me hubieses esposado, yo... Yo me hubiese tocado. Lo... lo siento mucho, no quiero fallarte, te quiero ¡Perdóname Juani! (Supliqué anhelando su perdón). Y también perdóname por lo de anoche, todo fue tan nuevo, tan extraño, tan... tan...

Ella me tapó la boca con sus dedos -No pasa nada, mi Amor. Lo comprendo bien. Yo te perdono. Cuando decidí entregarte mi amor acepté amarte a pesar de tu egoismo y tus defectos. Ya corregiremos algunos de ellos. Pero antes que nada debo recordarte todo lo que me has prometido para tener mi amor y que este lleve a buen puerto; ¡Que no se te olvide!: Yo llevaré el control de nuestra relación, tú serás buena y obediente, cargarás con TODO el dolor que pueda producir nuestro amor, jamás me mentirás y no te tocarás, masturbarás o te correrás sin mi permiso.

Aunque sonaba muy duro, si yo la compensaba el sufrimiento que Juani tuvo con la otra chica ya me daba por satisfecha y si encima ahora la conseguía hacerla feliz: Yo también lo era.

Yo -Lo sé y lo acepto. Yo soy tuya, te pertenezco y me entrego a tí por que quiero hacerte feliz... Ca... Cariño.

Su cara era pura ilusión y felicidad.

Yo, interrogante pero tímida me atreví a preguntala -U... una pregunta importante ¿Y si alguna vez te fallo sin querer o por lo que sea? Lo... lo he pensado anoche y me asusta mucho, me asusta MUCHO perderte- estaba a punto de llorar.

Juani se percató de mi angustia y se puso a pensar -Mmm... Yo tampoco quiero perderte... Así que lo único que se me ocurre es que yo te castigue por tu falta, pero muy severamente, para que nunca se te olvide y no caigas en la tentación de fallarme otra vez ¿Te parece?

-Está bien. De acuerdo- cualquier cosa con tal de no perderla.

Juani habló emocionada -Con los nervios de anoche y todo esto, se me olvidó una buena noticia para las dos.

"Cuál" pregunté deseando oirla.

Ella contenta -Al final mi madre y hermana se van con mi padre a Tokio, ellas de vacaciones y él por trabajo: al menos tres meses y no volverán hasta haber empezado el curso como mínimo. ¿Sabes que quiere decir eso? Que pasaremos tú y yo todo el verano juntas, sin molestias, día y noche ¿te apetece Amor Mío?

Metí un suspiro de felicidad que Juani se rió con alegría y me abrazó de nuevo. Las dos juntas todo el verano. No podía empezar mejor nuestro primer día, era un sueño.

Juani jovial -Y ahora una ducha, que la necesitamos, sobre todo tú, que no has dormido y que además hueles a perra en celo que echa para atrás (ardor repentino en mis mejillas y orejas) Y no queremos que se te vayan tirando todos los perros por la calle para follarte en el primer sitio que te pillen. Sería algo muy molesto, sobre todo para tí y sería un inconveniente que te dejasen preñada.

No pude contenerme, me puse a llorar y me eché las manos a la cara por la vergüenza y la humillación. (Otra de cal y arena).

Juani me separó las manos de la cara, me sonrió y me dijo -Solo era una broma Cariño, te lo tomas todo a la tremenda y... Un momento, si te has puesto así es por que tu mente calenturienta de perra en celo se lo ha imaginado y... ¡Nah, era broma! ¡Mira que eres inocente Amor Mío, ja, ja, ja! ¡Anda vamos. Una ducha fría te despejará y te calmará!

Ella me dejó ducharme primero dejándome algo de espacio, bueno, muy poco por que se quedó en el baño mirándome... Cuando iba a limpiar mis partes íntimas Juani dijo -¡Para Cariño! No queremos tener un accidente ¿verdad?- Se acercó tomo la esponja y fue ella la que me limpió ahí con mucha suavidad y ternura especialmente en mi delicada vulva. Empecé a suspirar de placer y eso que no estaba ella tocándome mi sexo con sus dedos directamente si no... Buf.

Cuando acabé salí y ella se metió. Me sequé con una toalla y cuando se iba a enjabonar me preguntó -¿te importaría enjabonarme?

Se me cayó la toalla. ¡Claro que quería! Ahora podría fijarme en su bonito cuerpo, en sus lindos y preciosos pechos pequeños. Juani de pie no se movió y yo lo hice todo. Cuando le iba a limpiar su monte de venus y su vulva me fijé por primera vez en lo peluda que Juani es ahí abajo, sus partes eran de una mujer de verdad no como el mío de niñita y noté como me excité otra vez. ¡Qué mujer de bandera es mi novia! Más lista, más experimentada, segura y valiente, tenía pechos bonitos con personalidad y no ubres como las mías además de un verdadero coño de mujer.

Salimos de la bañera y sin decirme nada tomé otra toalla y la sequé entera con suavidad y ternura. Con adoración. Estando de rodillas secándole los muslos y con su peludo monte de venus a escasos centímetros de mi cara me estremecí y me sorprendí pensando en que deseaba darle un beso tierno en su monte púbico pero no me atreví. Algo tuvo que notar Juani por que me tomó de la barbilla me la levantó un poco y me hizo mirarla -Parece que te ha gustado esto de bañarme y secarme, yo también quiero hacerte feliz, no te preocupes, puedes hacérmelo todos los días desde ahora (casi me desmayo de felicidad). A mí también me ha gustado que me mimes y que me muestres ternura y dulzura, es la primera vez que lo haces con naturalidad. A partir de ahora me bañarás tú todos los días. Di un suspiro de gozo.

Juani -Es hora de vestirnos, te invito a desayunar Cariño. Pero como no has traido ropa te traigo algo de mi hermana- regresó muy pronto -Toma, ponte esto. Primero la falda y luego la camiseta.

La falda era de cuero negro, corta a medio muslo y estrecha, me la puse y me volví a avergonzar, con los movimientos podía fácilmente subirseme y verse todo. Luego fui a por mi sujetador y Juani me saltó -Sin sujetador solo la camiseta (más vergüenza)-. Me costó metérmela ya que ésta era muy estrecha, de color blanco y tenues dibujos amarillos, me quedaba muy corta y casi se m podía ver el ombligo.

Juani me tomó de los hombros y me colocó ante un espejo y me dijo que mirase. Volví a sonrojame. Parecía una chica de esas, una que buscaba tema, y además se me notaban los pezones. Vergonzoso. La miré y la dije temerosa -Yo, yo no puedo... salir así- Juani sonrió y con voz de mando -Vas a salir así por que yo quiero ¡Quiero que todo el mundo sepa que tengo novia y que es la más guapa, hermosa y sexi del mundo, quiero que todo el mundo se muera de envidia al mirarme. Quiero presumir de tí, de que eres mía y solo mía. Y de que tengo la novia más buena, cariñosa y que se desvive por mí!

Joooo. Casi me desmallo de la emoción, cuando Juani se pone así de cariñosa yo me derrito, me entra una flojera de piernas y sé que ella puede hacer lo que quiera conmigo.

Me acerqué y así mis bragas, Juani me sujetó la mano -No te las pongas- yo la miré y dije algo temblorosa -Es que se me puede ver todo y yo, yo... nunca antes he salido sin ellas puestas... Y... y...

Juani me sonrió -Dios, adoro lo dulce que eres. Está bien, póntela.

Lo hice. Mientras ella cogió su ropa, la puso en la cama y se quedó quieta, de pie, desnuda, en silencio.

La miré, entendí. Cogí su bragita, me arrodillé, ella levantó su pierna y yo se la metí, luego la otra y empecé a subirsela, cuando alcé mi miraba me encontré su velludo y lindo pubis a la altura de mis ojos, y no sé por qué me emocioné al igual que cuando la secaba. Se la subí despacito, muy lentamente. Tenía ganas terribles de adorarla y besarla ahí, pero fue una especie de tortura, ya que poco a poco le subí la bragita y la tapé, y me prohibí mi propio deseos. Me estremecí. Luego nerviosa, me temblaba las manos, tomé su sujetador se lo coloqué por detrás y lo mismo que con las bragas, yo, tonta de mí, me prohibí difrutar de sus lindos pechitos. Cuando le cerré los enganches y le metí la mano en el sujetador para colocarle bien su pecho «acto reflejo muy natural en mí para colocarme los pechos cuando me los metía en el suetador» y en ese momento fue la primera vez que toqué sus pechitos, casi me muero de la vergüenza y del gozo y para rematé me sentí culpable por tocarla sin su permiso.

Juani puntualizó -Si vas a vestirme, hazlo bien. Me pones bien el pecho y ¿no me colocas bien las braga? Con se giró hacia mí, me enseñó los indices y se los metió por los laterales delanteros de la braga y los movió ascendentemente y luego hizo lo mismo en los bordes de la zona de su lindo culito. Me acaloré de deseo de querer hacérselo. Tomé su vestido verde y con reflejos dorados y se lo puse desde arriba, le subí la cremallera. Éste le llegaba a las rodillas, era de vuelo y estaba preciosa. Luego me señaló unas sandalias romanas doradas y se sentó en la cama. Me arrodillé y se las puse. Ahí me fijé que tenía unos pies preciosos, parecían de una modelo.

¡¿Es que todo lo que tenía Juani era perfecto, por qué me estremecía por toda ella?!

Cuando acabé ella me dijo que me calzase y tomé las deportivas oscuras que traje ayer y me las puse. Escogió unos pendientes a juego y un collar. También se los coloqué y olí su maravilloso cuello y pelo. Buf.

Juani -Suelo vertirme sola «agaché la cabeza algo compungida» pero lo has hecho con tanta delicadeza, ternura y naturalidad que si quieres, solo si tú quieres, puedes vestirme a partir de ahora todos los días ¿quieres?

Yo emocionda -¡SÍ! Digo sí ¡Por favor!

-Si me lo pides con esa carilla, no te lo puedo negar, está bien, me ducharás y vestirás cada día.

Felicidad. Aunque no entendía muy bien por qué me sentía así, ni por qué me puse tan contenta cuando me lo permitió.

Juani cogió su bolso, las llaves y fuimos a su cafetería favorita a desayunar.

Juani pidió nuestros desayunos, café, cruasán y zumo de naranja, no tenía ganas del zumo pero no iba a hacerle un feo, al final me lo bebí y reconozco que me sentó de maravilla ya que anoche no cené y sudé bastante. Luego ella me tomó la mano y yo me avergoncé, era nuestro primer acto público en la que Juani y yo reconocíamos que estábamos juntas -Te adoro Sara, eres maravillosa- y luego me besó la mano. Eso fue increíble.

La mañana decidimos pasarla en el AFNAC. Cuando entramos Juani me cogió de la cintura de una manera elegante pero posesiva. Me encantó pero también me sonrojó. Todo el mundo nos miraba, a ella por guapa y elegante a mi por... ser una tetona provocativa y a ambas por ser claramente jóvenes y lesbianas. Intenté no ponerme más nerviosa de lo que estaba.

Estuvimos viendo de todo, libros, discos, juegos y más cosas. En un momento vi un libro que deseaba y me entusiasmé, una edición de lujo que creí agotada y qu además era bastante cara. Juani me dijo -Parece que te gusta mucho, te lo regalo. Cóbreme.

-No... no puedes, es demasiado caro y yo... Mejor no...

Juani -Quiero regalártelo Cariño. Sabes que no tengo problemas de dinero. Pero si te vas a sentir en deuda... Mmm... A cambio qué te parece si me dejas ponerte una colita y la llevarás hasta que yo te diga. También te haré unas fotos con ella puesta. Con lo cohibida que eres y con lo que te costará ponértela eso compensará mi regalo. ¿Prometido?

Pensé un rato "disfrazarme y luego dejarme hacer fotos..." -Est... Está bien pero no quiero llevarla en público, me... me moriría de vergüenza.

Juani -Cariño tú te mueres de vergüenza hasta con darte los buenos días, pero por eso no te preocupes: a mí es otra de las cosas que más me encanta de tí, tu ausencia de malicia y tu dulzura y más vale que jamás cambies Amor. No te prometo que no la lleves en público pero te juro que nadie te la verá puesta ¿te quedas más tranquila así?

-Vale.

Me compró el libro.

Dimos más vueltas y al rato la camiseta me rozaba los pezones y me empezaba a excitar, creo que la menstruación no me llevaba hasta dentro de unos pocos días. Ah, era el aire acondicionado, estaba demasiado bajo y me estaba dado frío: pezones erectos.

Yo -Juani, deberíamos irnos a comer, además me está dando frío.

Ella -Ya me he dado cuenta, estás tremenda con los pezones marcados y duros (zas, otra de sonrojo).

Nos fuimos a comer, las dos muy contentas. ¡Juani me había regalado ese libro! Comimos cerca y hablamos cosas triviales, le conté de qué iba el libro y ella me lo pidió para leerlo.

Como hacia calor fuimos a su casa a descansar, la siesta. Llegamos, nos desnudamos y nos tumbamos en su cama abrazadas. Mmm. Yo me quedé adormilada por no haber dormido. Ella me desperezó sobre las seis de la tarde.

-Es hora de complir con tu promesa: la colita- buf.

Yo pensé "Cuánto antes mejor" -Vale.

Ella me dijo que bajase de la cama que me pusiese a cuatro patas y apoyase mi estómago en el escabel que tenía allí a los pies de la cama.

-¡Cierra los ojos, Cariño!

Lo hice y noté como me volvió a esposar las manos a los pies de la cama y los tobillos a no se dónde y me dejo con las piernas separadas y a cuatro patas.

Yo nerviosa pregunté -¿Esto para qué? No voy a poder ponerme el disfraz.

Juani perpleja se rió -¿Quién ha hablado de disfraces Cariño? Ella se sentó sobre mí. Al poco empecé a notar sus dedos y uñas acariciando mi culo. Me estaba poniendo muy nerviosa. Luego algo frío en mi ano (¿Qué me hacía mi novia?) Me estaba tocando mi parte sucia. Noté un vaivén de algo apretando mi ano (¿No iría a...?) y de repente noté un fuerte dolor en mis glúteos, yo salté y grité, poco ya que ella estaba sentada sobre mí. Y al segundo sentí otro dolor, éste mucho más doloroso y punzante en mi ano. Grité y caí desplomada en el escabel.

-Ya has pasado lo peor, mi Amor. ¿Recuerdas que tú cargabas con el dolor? Pues ahí tienes un poco. Ahora queda el resto.

¿El resto? Yo me asusté ¿qué era el resto? Otra vez desconcertada, dolorida. Noté algo entrando y saliendo en mi ano que iba a la vez ensanchándome el ano a la fuerza (Humillación pura y dura).

Dolía pero poco a poco se iba mitigando, me dieron ganas de... de excretar y lo peor de todo que me dejó ya sin palabras y sin fuerzas: es que noté que ESO que entraba en mi culo que me provocaba una sensación rara, invasora y humillante me envió descargas a mis partes íntimas. Empecé a llorar por culpa de los nervios y sobre todo de la más pura incomprensión de lo que me estaba sucediendo y de cómo mi cuerpo reaccionaba de esa manera.

Acabé comprendiendo que Juani, literalmente, me estaba dando por culo y yo... yo... me estremecía de vergüenza y placer. ¿Era al final, como decía Juani, que en el fondo yo era de verdad una pervertida, una perra en celo egoísta?

ESO iba metiéndose muy despacito, unas veces era molesto, otras dolía y otras me... me excitaba. Cuando se paró dentro noté cómo mi ano se encogió y me alivió un poco.

Noté como Juani se levantó y se me alivió la espalda y los riñones. Ella se tumbó en la cama boca abajo y al reves, luego me secó las lágrimas de la cara con una toallita húmeda y me miró con sumo interés, casi cara a cara.

Tardé un rato en reaccionar, mi cara tenía que ser una oda al desconcierto. Luego habló -Sé que estás confusa, que te sientes ignorante e idiota, lo que es terrible para personas tan inteligentes como nosotras. Para colmo tu cuerpo te traiciona y te excita cuando otra mujer te penetra contra natura y te percatas de lo pervertida que eres y de que tu cuerpo de perra en celo es más fuerte y vence cualquier conato de tu débil voluntad.

Lloré, ella tenía TODA la razón.

Juani prosiguió -Recuerdas cuanto te grité que "Tú no sabes una mierda lo que es el amor" pues es cierto y aún sigues sin saberlo y si ahora mismo no estás cruzando la puerta para marcharte y no volver a verme nunca más es por que yo SÍ TE AMO y sé lo que es. Y tengo la esperanza de hacértelo comprender algún día y de esa manera lleguemos juntas a la felicidad suprema. Y ahora mismo te juro que un día te haré comprender el Amor verdadero aunque sea a bofetadas.

Con voz suave -Cálmate mi Niña, también te juro que agotaré todas las opciones antes de pensar si quiera en dejarlo. ¿Te tranquiliza eso Cariño?

Asentí.

-Ahora te digo, que el primer paso para acercarte a comprender el Amor y a mí es: ¡Acéptate como eres! Así de sencillo. ¿Que eres una egoísta perra en celo que se excita siendo enculada por su novia? Pues te aceptas y punto. ¡Joder yo te acepto! Con TODOS tus defectos y tus virtudes.

Juani se levantó, me quitó las esposas, me tomó de las manos -Aún nos queda algo más de una hora, podremos descansar. Ahora te ayudo a levantarte.

Cada movimiento que hacía notaba eso dentro de mí, molestándolme, invadiendo mi intimidad, sintiéndome humillada, sumisa y poseída completamente por Juani y para colmo extrañamente excitada.

Nos tumbamos. Silencio. Al rato dijo -Cariño como estabas atontada, creo que no te percataste de la promesa que te hice hace un momento. Te prometí que "probaremos todo antes de dejarlo" ¿no te hace feliz eso?

Yo la tomé de las manos con fuerza y dije vulnerable y asustada -Nunca me dejes, me moriría sin tí.

Sonrió -Eso es lo que te acabo de prometer, Tonta. Ains- me acarició con ternura.

Descansamos.

Mi amada -Es hora de levantarnos. Te voy a llevar a un sitio, te tengo un regalo sorpresa.

Yo -Pero si ya me has regalado el libro.

Ella -El libro no era un regalo, era un intercambio, y acabas de cumplirlo: llevarás la "colita" hasta que yo te diga. Hablando de eso- se incorporó y cogió algo de la mesita de noche que me enseñó algo que nunca había visto antes (era un tapón anal pequeño con el extremo exterior con forma de cola larga de animal peludo). Continuó -Como elegiste la colita discreta, te puse la otra, es diferente... Te la iba a enseñar pero ahora no se puede por que la tienes bien metida dentro y tenemos que irnos.

Vergüenza.

Juani -Es hora de vestirnos Amor. Empieza tú- se fue al baño.

Yo me vestí muy despacio. Si lo hacía de esa manera en cada movimiento solo era algo molesto y excitante, pero si lo hacía deprisa era doloroso.

Juani regresó y me dijo -Si que has tardado, Cariño. Ahora es tu momento de disfrutar un poco antes de irnos: vísteme.

Así lo hice, también despacito, cuando me encontraba de rodillas y excitada por culpa de ESO, yo le subía su bragita y alcé la cabeza, volví a ver su increíble pubis peludo. Sentí aún más atracción y admiración que esta mañana por él, yo me paré y la miré, como no dijo nada me incliné hacia ella y le besé con adoración su monte de venus, fueron 5 o 10 segundo pero a mí me pareció una eternidad de adoración a Juani y dicha. La miré esperando a ver su reacción algo nerviosa ya que no sabía si eso le gustaría o si por el contrario la enfadaría.

Me miró y sonrió, acarició mi mejilla sonrojada y me dijo con ternura -Muchas gracias Amor Mío. Ha sido maravilloso. Además ha sido tu primer acto altruista para conmigo y eso nunca lo olvidaré: tu primer pasito para conocer el amor, comprenderlo y alcanzar nuestra meta de vivir juntas para siempre.

Casi me desmayo.

Juani -Vamos Cariño que a este paso se hace de noche.

Continué vistiéndola, le coloqué bien la braga y me estremecí al sentir sus pelitos en mis dedos, luego sus perfectos pechitos en el sujetador, el vestido, sandalias y joyas: yo la admiraba cada vez más. Era una especie de refinada tortura en la que yo misma me había metido sola: excitándome, luego prohibiéndome el placer anhelado y frustrándome a mi misma. Creo que era un castigo merecido por mi terrible egoísmo.

Tomamos un taxi y fuimos al barrio donde salimos en nuestra primera salida. ESO seguía perenne molestándome, excitándome, haciendo que me moviese despacio y avergonzándome profundamente: ahora tenía la sensación horrible de que todo el mundo sabía que yo estaba siendo enculada y "follada" por ESO.

. Juani me miró -¿Recuerdas dónde estamos?

Me concentré -Aquí me trajiste la primera vez que hablamos, que salimos, como conocidas. Me gustaría volver a ese bar cultural, si te parece bien.

Ella -Claro Cariño, a mí también, pero ahora te llevaré al sitio de un conocido.

Callejeamos un poco y llegamos en breve. Entramos en la típica tienda de tatuajes. Salió a recibirnos un chico vestido de gótico, alto, guapo y de pelo negro largo. Éste la dio dos besos con naturalidad, uno de ellos fue casi en los labios. Mi corazón brincó, me cayó mal de inmediato ese maldito gótico, por qué tenía ese sentimiento de enfado y... ¡Ay, dios! ¿Ahora también era celosa? No estaba segura pero ahora caí de que Juani y yo aún NO nos habíamos besado en la boca, no había recibido mi primer beso de amor, que tanto deseaba tener con ella.

Entusiasmada Juani nos presentó -Alejandro, te presento, por fin, a mi novia. Sara este es Alejandro. Es un verdadero artista, nos conocimos en el instituto y está en Bellas Artes.

Alejandro -Un placer Sara, no sabes lo que te llevas de verdad con Juani.

Agradecí tímidamente.

Luego él me miró inquisitivamente un rato y luego se dirigió a Juani -Mmm.. Es buena chica, de corazón puro, terriblemente vergonzosa, tímida; encima está tremenda y bien tetona como a tí te gustan. Estáis hechas la una para la otra os lo aseguro.

Vergüenza.

-Te ha calado nada más mirarte Cariño, ja, ja, ja. Alex cala muy bien a las personas nada más verlas, es un don que parece casi magia.

No sé si me caía bien o mal este Alejandro.

Juani -Por cierto ¿cómo está tu chico, Marcos?

Alex -Igual de tonto que siempre pero me vuelve loco, en todos los sentidos, ja, ja, ja-. Ahora entendí esa confianza con Juani, él era homosexual. Fui una tonta por pensar mal.

Juani -Vamos que hoy me tienes como clienta y no como la amiga pesada de siempre.

Él -Perfecto, pasad detrás ¿Alguna idea de lo que buscas?

Entramos y allí había de todo lo típico en esa clase de locales. Juani miró en varias vitrinas de cristal. Luego señaló dos adornos grandes plateados. Alex los sacó y mirando a Juani, le acercó los adornos a las orejas. Fijándome ahora con detenimiento resulta que eran dos pendientes grandes y diferentes, de plata, bronce y otros metales muy recargados de fantasía estilo steampunk, uno era un octópodo de oro y plata que se enganchaba por toda la oreja y el otro un sistema de de ruedas dentadas, alambres haciendo formas en filigrana y tuercas que parecían caerse, también ocupaba toda la oreja... ¡¡¡Eran preciosos!!!

Alejandro -Aunque me encantaría vendértelos, no son para nada de tu tipo.

Juani -No son para mí, son para Sara-. Abrí los ojos como platos. -Pónselos Alex.

Él me los superpuso a mis orejas y dijo -A ella le sienta de escándalo, pero hay un problema. Estos pendientes se enganchan en al menos 6 agujeros y ella solo tiene los clasicos, uno.

Juani segura respondió -Pues a qué esperas: hazselos.

«¡¿Eeeeh?!»

Yo nerviosa -Yo, yo... No... puedo... y esos pendientes son car...

Juani muy seria me miró -¿Me vas a rechazar mi primer regalo como novia, Sara?

-Pero es que... pero es que... Yo no soy ese tipo de chicas...Ya sabes, esas que llevan tantos pendie...- Juani impertérrita, seria (Mierda) -¡Vale!

Alejandro -Decidido, sientate ahí que te hago los agujeros-. Me senté nerviosa (dolor y excitación por culpa de ESO) y puse mis manos sobre mis piernas no quería que se me viese todo y menos con ESO haciéndome de las suyas.

Acercó un taburete y una silla. En la silla justo a mi lado se sentó Juani y me tomó de la mano con seguridad.

Alex me desinfectó con un spray, sentí un pequeño placer y un fresquisto agradable cuando me roció las orejas (ESO me estaba volviendo más sensible y receptiva al placer) -No engañamos a nuestros clientes Querida. Esto te va a doler, pero pasará. Estarán molestas y sensibles tus orejas unos dias. Luego te daré un bote de este antiséptico, es el mejor que conozco te lo echas tres veces al día durante cuatro dias.

Miré a Juani, estaba un poco asustada y ella me dijo -Esto no es nada Cariño ¿recuerdas el dolor de lo de la colita? Me ardió la cara de la vergüenza.

Alex me pinchó. Fue un dolor punzante. Yo temblaba pero me sentí mejor sintiendo la mano de Juani. Así los diez pinchazos, luego me quitó mis pendientes y colocó diez anillitos en los agujeros y otros dos en mis viejos agujeros. Estaba nerviosa.

Ahora también me ardian las orejas como nunca. Alex me echó el spray y casi se me escapa un gemido de placer.

Alex -Ya está Querida, me puso un espejo para que me viese. Me miré. Fue muy raro, pero al poco me di cuenta de que no me sentaban mal, más bien me caían bien y a Juani le gustaron muchísimo.

Juani -Dios, que bella estás y qué bien te sientan. Hice bien en comprártelos.

Me encantó que me lo dijera.

Alejandro le dijo a Juani -pasado de una semana ya puedes ponerle los que le has comprado. Si te gusta ahora ya verás cómo está con los nuevos.

Juani -Vale, estoy convencida de que lo estará. Ahora solo le falta el agujero de la nariz para el aro... No me mires así que todas las vaquitas lecheras lo llevan. Ja, ja, ja, ja, ja... (Otra de cal) Pero es pronto ya que aún no es capaz de aceptarse como es y no lo entiendo Alex, esas ubres no dejan lugar a dudas, ja, ja, ja... Bueno tengo que usar tu bater Alejandro-. Se levantó y se fue al baño.

¡Queria morirme de vergüenza!

Alex -Que no te dé vergüenza, Juani es una bromista, no la tomes en serio, una vez te acostumbres te reirás mucho con ella. Por cierto quiero hablarte de una cosa ahora que ella no está: espero que vayas muy, pero que muy en serio con Juani, ella tiene un problema afectivo grave por culpa de una falta de afecto y cariño por parte de su familia. Sus padres siempre viajando, su hermana mayor pasa una mierda de ella y está tan necesitada y tan falta de cariño y de amor que es angustioso, diría hasta patético. Si tú la fallas ella acabará destrozada y luego seré yo quien tenga que soportarla, y como amigo no me importa apoyarla pero lo que no quiero es verla sufrir de aquella manera como hace tres años, probablemente esta vez se moriría de verdad. Otra cosa, espero que seas una chica agradecida, Juani acaba de gastarse 393,70 € en tí.

Aluciné por varios motivos. Yo no creía a Juani una mujer mentirosa y Alex me lo acababa de confirmar, por otro lado ella me amaba y me necesitaba de verdad: ¡No podía fallarla! Y por último, había sido tan generosa de corazón que no sabía como reaccionar, me sentí abrumada.

Juani regresó contenta -Bueno Alex, nosotras nos vamos, hablaremos otro día más tranquilos, hoy ha sido un día muy intenso para las dos, además es nuestro primer día juntas. Cóbrate.

Mientras la cobraba yo estaba separada discretamente. Alex -Ya me he dado cuenta de eso, y te diré que si Sara no es tonta no te dejará escapar. Ji, ji, ji.

Nos despedimos de Alejandro y salimos.

Tomamos un taxi y regresamos. En el camino le cogí las manos y se las bese con adoración -Gracias, muchas gracias Juani por el regalo, creo que me conoces mejor que nadie. No sé como corresponderte por tanto.

Juani sonrió, me miró las manos y yo la retiré deprisa. -Tranquila Cariño, me ha gustado lo que has hecho-. Extendió la mano y la volví a besar aún más emocionada.

-¿Qué te ha parecido mi amigo Alex?

Yo -Muy bien, se ve que te quiere mucho y se preocupa por tí, eso sí es un buen amigo. ¿Sabes una cosa? Nada más saludarte y darte dos besos yo me molesté, y me sorprendí, por un momento pensé que a lo mejor soy celosa, como nunca antes he tenido novia antes no se si...

Juani puso una cara seria. Yo me Asusté. Qué había dicho para molestarla. Ella habló -Mira Amor, ya has visto que con amor del de verdad se perdonan los defectos de la otra persona, a mi no me importa que seas una egoísta y una perra en celo y el resto de defectos que tengas y que aún no conozco... Pero has de saber que no soy perfecta como tú te piensas, mi defecto grave es precisamente que soy celosa, tremendamente celosa, como nunca hayas visto a nadie.

-Pero, esta mañana con todo el mundo que nos hemos topado, yo, yo no he notado nada y eso que todos nos miraban.

Ella seria -Esta mañana estabamos en la calle y siempre nos han atendido hombres, además al ser nosotras lesbianas los hombres no me preocupan y sé que no te atraen para nada, pero si yo veo a una rondándote yo, yo la mato... Y si la que estás tonteando eres tú... Reza para que no te coja.

Le apreté con dulzura y firmeza su mano -¡Yo nunca te haré eso, jamás!

Juani -Eso espero. Pero tú prométeme que me aceptas como soy, completamente, incluyendo mis celos casi enfermizos.

Yo nunca me habría imaginado ese "defecto" en ella, pero no me importaba nada, la amaba con locura, jamás pensaría en otra y mucho menos en tontear -¡Claro que te lo prometo! Yo te quiero como eres, con celos incluidos.

Juani sonrió -Quizá algún día tenga que recordarte esta conversación. Ya casi llegamos.

Subimos a casa, ¡por fin! Juani fue al baño, yo tenía sed y fui a la cocina, la grité -Juani tengo sed ¿quieres algo?

-No. Bueno ya que estás en la cocina por que no preparas la cena y yo pongo la mesa en el salón.

Yo -Sí, de acuerdo- me temblaron las piernas y el corazón casi se me para. Me emocioné. Siempre había soñado en el día en el que viviría con mi amada y haríamos las cosas normales juntas y siempre me encantaba pensar en eso: hoy fui igual que mis sueños. Me puse a hacer una ensalada exótica especial, solo deseaba que le gustase, me costó lo mío ya que cada movimiento de ESO me estaba matando. Acabé y la llevé al salón. La mesa ya estaba puesta y nos sentamos a comer. Yo sentía dolor dentro de mí y excitación en todo el cuerpo. Juani me felicitó por lo buena que era la ensalada, le gustó mucho. Tras recoger subimos al dormitorio.

Juani dijo señalando el medio de la habitación -Espera justo ahí, al lado de la silla y no te muevas-, luego ella se desnudó lentamente con una sensualidad que se me aflojaron las piernas, casi me caigo si no me llego a apoyar en la silla. Se puso un bonito camisón verde oscuro que le llegaba a medio muslo. Estaba preciosa. ¿Cómo podía ser una mujer tan bella?

Juani me dijo -Quiero que me cuentes con todo detalle qué has sentido y cómo te has sentido toda la tarde con tu colita.

Me puse como un tomate. Y tras un rato se lo conté todo -ESO con cada movimiento me ha hecho sentir incomodidad, molestias y a veces dolor... ganas de defecar... mucha excitación y sensibilidad. Mentalmente me sentido humillada ¡Pero no es culpa tuya, ha sido totalmente cosa de mi mente! También me he sentido débil y sumisa ante tí. Me sentía poseída por tí, ¡Pero eso no ha sido desagradable, al contrario me ha gustado mucho sentirme tuya! Por último, con ESO puesto no he podido dejar de pensar ni un segundo en tí a pesar de estar haciendo cualquier otra cosa...

Juani sonrió y la noté satisfecha por yo haberla contado toda la verdad -Voy a comprobarlo.

Juani se puso delante mía, se agachó y me levantó la falda -Veo que decías la verdad pero que no tienes remedio. Tu egoísmo te corroe y ya estás perdiendo la poca fuerza de voluntad y la inteligencia que tenías, veo que te gana tu instinto natural y salvaje de Perra en celo.

Yo quise morirme ahí mismo. Ella me quitó despacito la braga y yo la sentí separarse pegajosamente, mojada y pringosa. Luego ella me la enseño y al verla me eché a llorar. Mi braga estaba brillante y completamente empadada de mis flujos vaginales y tenía un fuerte olor. Caí de rodillas llorando y me abrace a su cadera y dije angustiada -¡¡¡Lo siento, lo siento mucho!!! Yo no sé lo que me pasa, yo no me comprendo, no lo entiendo. Solo sé cuánto te adoro y cuánto deseo amarte de verdad, pero no sé cómo se hace ¡qué tengo que hacer! Tú me dices que lo sabes pero no me dices qué tengo que hacer, si no me lo dices: ¿Cómo voy a amarte y hacerte feliz? ¡¿Cómo?!

Juani -Ya mi perrita, ya. No llores. Tienes razón, cuando la tienes, la tienes. Yo no te lo decía por que quería que lo averiguarás por tí misma, pero está claro que tu coño de perra no te deja pensar con claridad. Está bien, sientate.

Lo hice, ella tomo otra silla, la puso a mi lado y se sentó -¿Quieres saber qué es el amor de verdad? Te lo dire: sabes que amas de verdad cuando deseas estar con la persona amada día y noche y la necesitas tanto que deseas encadenarte a ella para siempre, que cuando no está a tu lado no puedes respirar y parece que te vas a morir de angustia. No dudas de que darías tu vida por ella sin pensarlo siquiera. La tienes en la mente 24 horas al día. La aceptas con todos sus defectos y virtudes. Además su vida se ha convertido en la tuya. Harás todo por hacerla feliz y vives entregada a ella completamente.

La miré anonadada... Nunca había oido ni leido una descripción tan intensa y atractiva... ¿Juani sentía todo eso por mí? De pensarlo mi corazón parecía que me iba a reventar. -Juani... ¿Tú... tú sientes eso... por mí?

Ella me acarició la cabeza con dulzura -Ains, concéntrate Cariño. ¿Quién crees que convenció a su madre y hermana para que se fueran lo más lejos posible, a Tokio, para poder estar sola contigo? Con lo que me hubiese encantado ir allí. ¿Por qué desde que decidimos salir juntas no te he dejado un segundo a solas ni para mear? ¿Por qué te regalo todo lo que sé que te gusta? ¿Por qué no me importa que seas una perra en celo que chorrea sus bragas hasta dejarlas para tirar? ¿Por qué soporto tu egocentrismo cuando hasta ahora solo has tenido dos pequeña muestras de afecto para conmigo? Y ¿Por qué te prometí hacer lo que sea antes de dejarlo?

Lloré en silencio. Ahora entendía cuánto me amaba Juani, que me amaba de verdad y cuánto había sacrificado por mí, especialmente el haber roto su promesa por mí.

Cuando me calmé un poco yo la supliqué -Juani enséñame a amarte, quiero corresponderte con toda mi alma, deseo amarte como tú me amas, haz lo que quieras conmigo... ¡Yo solo seré feliz si tú lo eres!

Juani complacida con mis palabras -Lo haré aunque sea a bofetadas mi Amor, te lo prometo... Ahora que estoy pensando, quizá tú coño de Perra pueda sernos útil para alcanzar tu meta, nuestra meta de felicidad JUNTAS. Ya lo veremos, pero más adelante. Ahora levanta aún queda noche por delante, vamos al baño.

Me levanté y la seguí. Al llegar Juani me indicó -Siéntate en el bidé-. Extrañada lo hice y luego me dijo -Creo que ha llegado el momento que tanto deseabas Cariño ... Puedes echar tu colita... Vamos cágala.

Apabullada por las emociones empecé a empujar, solo me dolía y no conseguía echarla.

-¿Quieres que te ayude?

Rechacé con la cabeza y empujé con fuerza. Noté como me dolía el ano pero éste al final se ensanchó y noté como si estuviese defecando. Note una sensación de placer extrañísima y luego mucho alivio. Me había cagado delante de mi novia. (¿Qué pensaría ahora de mí).

Yo me quedé paralizada y totalmente pálida. Pero acto seguido Juani tomó la alcachofa de la ducha, limpió la bañera de mis heces, cogió ESO o mi colita según mi novia, lo limpio y me lo enseñó. Me sonrojé de nuevo. ¿Esa cosa de latex me había echo todo sentir todas esas cosas? Era enorme. No me extrañaba que me hubiese dolido tanto al metérmelo y al sacármelo.

Juani imperativa -Más vale que te vayas haciendo a él, por que esto va a ir dentro de tu culo muchas veces, durante mucho tiempo y SIEMPRE que yo lo diga.

-Pe... pero Juani... eso fue a cambio del libro y sabes lo molesto que es, ¡te lo he dicho!

Juani me habló fría y dominante -Prometiste ser buena y obediente, y también me acabas de decir que haga lo que quiera contigo y NO es la primera vez que me lo pides, así que esto es lo que yo quiero y PUNTO. Que sea la última vez que me cuestionas, sabes que todo lo hago por nuestro bien y que TODO lo que hago tiene sentido. Esta será la última vez que te explico algo tan básico y sencillo. La colita o tapón anal como se llama realmente, va a estar mucho tiempo dentro de tí por que, y te cito literalmente: "no he podido dejar de pensar ni un segundo en tí". No crees Amor Mío que eso te ayudará a tenerme siempre presente en tus pensamientos y a acrecentar tu amor verdadero por mí.

¡Ay! Yo no había pensado en ello. Juani siempre lleva razón y sabe lo que dice. No me quedaba más remedio que aceptar ESO, digo el tapón anal, dentro de mí siempre que Juani lo quiera.

Ella -Está bien, ya hemos hablado bastante. Ahora Sara desnúdate (¿Por qué?) y siéntate en la silla. Ahora iré.

Así lo hice.

Volvió y me ató como piernas y muñecas como las otras veces. Allí empezó de igual manera. Me acarició los pechos, me los apretó, lamió los pezones. A estas alturas yo me derretía de placer, gemía sin contenerme y cada lametón enviaba oleadas de placer a mi sexo. Luego el humillante pero suave ordeñado. Yo noté como mi sexo estaba todo mojado, la tremenda excitación que llevaba y cómo empezaban mis caderas ese movimiento pélvico que tanto me desconcertaba.

De repente sentí ese terrible dolor punzante en mis sensibles pezones el cual me hizo gritar. Grité a ratos y a veces me quedaba sin aire y me costaba volver a tomar aire. Como loca intentaba retirarme de ese dolor pero no podía escapar. Esta vez no fueron breves ratitos sino largos minutos de dolor, lágrimas y desesperación por no poder deshacerme de dicho dolor. Nunca había sentido tanto dolor en mis pechos. A veces intenté decirla que parase pero entonces Juani los retorcía en otra dirección, lo que hacía que el dolor incrementase aún más (si es que eso era posible) y yo no articulé palabras: mi único lenguaje cuando Juani se ocupaba de mis... ubres consistía en gemidos, mugidos y gritos.

No sé cuándo mi tortura cesó ni el tiempo transcurrido. Mis pechos, especialmente mis pezones, ardían y palpitaban con rabia y sin embargo noté alivio.

Miré a Juani llorando, desconcertada, preocupada. Me percaté de que se me había cortado toda excitación y noté un fuerte dolor en mi vagina, que no entendí.

Juani -Lo siento Cariño, pero hoy estabas tan sobreexcitada que has estado a punto de tener un orgasmo y lo he tenido que frenar en seco. Te recuerdo que me prometiste no tenerlo sin mi permiso y antes de que sucediese era mejor cortarlo de raíz. Si lo hubieses tenido yo me hubiese enfadado contigo, me sentiría triste, decepciona, cabreada tal vez; y tú estarías peor aún, angustiada por fallarme y te sentirías horrible por hacerme sufrir... Mejor así ¿no crees Cariño?

Pensé. Juani volvía a tener razón, como siempre. -Gracias... muchas gracias Juani... por cuidar de mí, por cuidar de nosotras. Si pudiese te daría un fuerte abrazo. Car... cariño.

Ella -Sabía que lo entenderías Amor. Voy a hacer algo para compensarte por el dolor, cierra los ojos.

Yo los cerré e intenté relajarme. De repente me quedé paralizada completamente y un sunami de placer me recorrió todo el cuerpo, pero no era un placer tan sexual como cuando Juani me lamía los pezones; éstr era un placer general que recorrió todo mi cuerpo y me paralizó, me puso muy sensible y me sentí alcanzar el cielo, sentí todo su amor entrando por la oreja el cual me embargó por completo y me volvió toda receptiva a ella ¡Ojalá yo pudiese hacerla sentir a Juani así, lo deseaba con toda mi alma! Luego, no sé cuanto tiempo pasó ella se separó y yo me sentí embriagada de amor pero triste por perder ese amor tan vital, deseé que volviese que su lengua nunca dejase mi oreja, también me percaté de que algo de mi excitación había vuelto. La miré como si se fuese a acabar el mundo pero llena de su amor.

Juani sonrió -Al parecer tus pezones no son la única cosa hiper sensible en tu cuerpo, me alegro. Si pudieras verte la carilla que me pones. ¡Eres tan adorable! Esto ha sido todo un descubrimiento que tendré muy en cuenta-. Puso su mano en mi corazón y yo volví a estremecerme y a sentir que se me paraba.

-Veo que deseas tanto esta muestra de amor que te he ofrecido ¡Vaya, con tu egoísmo! Todo es pedir y nada de dar, vamos a tener que esforzarnos para ser menos egoístas.

Me avergoncé y la miré -Yo no sé hacerte estás cosas que tú me haces, y deseo tanto hacertelas y hacerte feliz...

Juani -Tranquila, a su debido tiempo me compensarás ¿Verdad Amor Mío?

Yo muy asertiva -Sí, sí, sí...

-¿Prometes compensarme por esto cómo yo te diga y cuándo yo te lo diga?

Yo sin albergar la más mínima duda -¡Te lo prometo!

Ella -¡Bien, me lo has prometido! Ahora yo como te lo prometí y para compensarte del dolor de antes. Además con esa carita tan mona con la que me miras no puede negártelo...- me asió de la mandíbula y me giró al otro lado la cabeza, yo temblé y de repente suspiré emocionada y feliz cuando Juani me metió la lengua al fondo de mi otra oreja. Esto es el cielo y yo le agradecí a Él por haberme puesto a Juani en mi camino. ¡Y vaya si me compensó por el dolor! Llegué a pensar que no me importaría que me volviese a torturar mis pezones por volver a su lengua nada más dejar ésta mi oreja.

Al poco me desató y tras recuperarme de las molestias de las cuerdas y tomar algo de alivio nos fuimos al baño como la noche anterior. Juani me duchó con ternura y con mucha delicadeza y cuando me limpió mi vulva, yo tuve que hacer un esfuerzo para... para no sobre excitarme otra vez. Lo que me costó lo mío, física y mentalmente.

Luego la quité el bonito camisón verde oscuro y la observe entera, lo que en ese momento más me llamó la atención quitando sus tersos pechitos y su peludo sexo fue su boca con sus labios rojos, más bien de un cárdeno hipnótico y atrayente que desee besar como loca pero que no me atreví, no sé por qué me sentí tan asustada de tan solo pensarlo. Ya la duché yo. Yo la adoraba, no sé si la amaba según su estricta e intensa definición, pero yo me sentía como si la amase de esa manera. No podía dejar de mirarla, de desearla, de querer hacerla sentir todo lo bonito que ella me ha hecho sentir estos dos días. Cuando la rozaba con mi mano me sentía feliz y abrumada. Cuando no iba por la mitad de su ducha ya me temblaban las manos y se me cayó la esponja varias veces (no pude mirarla por qué me sentía avergonzada por mi conducta, cuando le cogí la toalla y la sequé toda mojada se me cayó la toalla varias veces también.

Juani -Pareces muy nerviosa, pero lo comprendo, ha sido un día intenso para las dos. Mejor nos vamos a dormir-. Asentí.

Repetimos lo de ayer. Juani me esposó en la cama y me remarcó que no me moviese y empezó a frotarse contra mi espinilla. Su vaiven, sus pechitos moviéndose, la humedad de su coño y sus pelos (que noté en mi pierna) su olor, sus suspiros, gemidos y gritos finales hicieron que volviese toda la brutal excitación que tenía antes cuando ella me chupaba los pezones y yo pistoneaba mis caderas y aunque no se me había ido del todo regresó aún más fuerte el dolor vaginal.

Cayó sobre mí, me dolieron los pechos. Por cómo ella gritaba yo me asusté un poco ¿era tan doloroso un orgasmo? ¿Entonces por qué a Juani parecía gustarle tanto? ¿No se suponía que yo tenía que ser la única que se encargase del sufrimiento? No entendía nada. Solo esperaba que no doliese tanto como cuando ella me retorcía los pezones... Cuando se recompuso se puso de costado y me abrazó, me tapó la boca y lo último que me dijo es -No digas nada hasta mañana. Solo piensa en lo que has sentido por mí, lo que te he enseñado, en ser menos egoísta y en cómo tener detalles conmigo para compensarme. Hoy me has hecho muy feliz, Vaquita Mía.

La noche la pasé en vela y fue aún peor que la de anoche anterior. Estuve dolorida en los pechos y en lo profundo de mi vagina, con una excitación imposible y deseando tocarme el sexo todo el tiempo, mentalmente deseando como compensarla por todo lo que ella me daba de pura felicidad, aunque la batalla la ganó mi sobre excitación.

Continuará...