Sara cd mi vecina II
Siguen las aventuras de Santi y Sara, una invitación a una cena y una buena sesión de sexo.
2º entrega de Sara cd mi vecina
Siguen las aventuras de Santi y Sara,
Si quieres puedes leer la primera parte:
https://www.todorelatos.com/relato/145171/
Llegué a casa y en el suelo de mi puerta había un sobre con mi nombre, lo recogí y entré en casa, al abrirlo de dentro saqué un pequeño tanga y una nota “seguro que también un tanga te sienta bien ¿cenamos?” firmado por Santi.
Así que pasé un buen rato de aquella tarde para prepararme para la cena, ducha, depilación, maquillaje, me puse el maldito tanga, era negro, liso y bueno... y ya, porque apenas tenía tres hilos y un poco de tela, salí del baño y me fui a la habitación a vestirme, lo primero que me puse fue el maldito tanga, el hilo trasero se metía en mi culo y la diminuta tela apenas alojaba mi polla y mis huevos, o encerraba una cosa o encerraba a la otra, las dos cosas dentro no se sostenían. Me puse un sujetador negro que hiciera juego con el tanga, unos vaqueros muy ajustados, una blusa oscura y unos zapatos de tacón altísimo que iban cerrados por la parte trasera con una cremallera, acabé de maquillarme y salí hacía, bueno en realidad a la puerta de al lado que era donde Santi me había invitado a cenar.
Llame a la puerta y Santi me recibió con dos besos,
-Qué guapa?
-Tu tampoco estas nada mal, jajaja.
Santi iba vestido con unos pantalones vaqueros y una camisa como de leñador, todo un poco hípster pero estaba guapo como siempre.
Había preparado la mesa del comedor con velas, platos, cubiertos, parecía un restaurante de lujo, me hizo sentar y me sirvió una copa de vino, después de toda una parafernalia anunciando el menú, sirviendo los platos, retirando el servicio como él decía y de una cena con una charla y una comida excelente todo hay que decirlo pasamos a tomar una copa al sofá, el mismo sofá que había propiciado nuestro primer encuentro sexual.
Creo que me sentía algo nerviosa, no sé si había complicidad entre nosotros o simplemente estábamos cumpliendo unas pautas que nos hacían llegar a lo que estábamos esperando los dos, era como unos requisitos a cumplir antes de lo que los dos andábamos esperando, follar.
Yo había ido a la cena con la esperanza de que el nivel de excitación sexual fuera igual o similar al que experimente la primera vez, ser capaz de correrme mientras practicaba una felación a un tío que acababa de conocer no era una cosa que me sucediera muchas veces, así que mi mente estaba ocupada toda la velada en procurarme una satisfacción sexual similar.
Nos sentamos en el sofá en la misma posición que la primera vez, encendí un cigarrillo y Santi sirvió dos copas de licor.
-Para esta vez he comprado un Limoncello no sé si te gusta, ya te dije que soy bastante negado para estas cosas de los licores y el alcohol.
La verdad es que el Limoncello es mi licor favorito así que de un trago me bebí el chupito que Santi me había servido y entre eso y el vino de la cena ya iba bien servida.
-Tienes cama o siempre follas en el sofá?
Así que Santi me cogió de la mano y me llevó directamente a su habitación, una habitación blanca, con un armario y una puerta que daba a un baño.
-Ponte cómoda voy al servicio un momento.
Hice lo que me había indicado, me puse cómoda, me quité la ropa y me quedé simplemente con el tanga que Santi me había regalado, me tumbé en la cama y procuré que nada sobresaliera del pequeño trozo de tela, cosa casi imposible.
Tras oír grifos de agua, sonidos, muebles de baño abriéndose y cerrándose, por fin salió Santi del baño, completamente desnudo, al verme se sorprendió,
-Bueno te me has adelantado.
Santi se tumbó a mi lado en la cama, me miraba, se acercó a mí y me beso, primero suave, despacio y luego simplemente me comió la boca, su lengua se enzarzó con la mía, cerramos los ojos y nos comimos la una al otro, sin parar, mordía mis labios, los besaba, metía su lengua, bajaba a mi barbilla y la mordía, note su mano encima de mí, subía desde mi vientre hasta mis pechos, me tocaba una teta, me la masajeaba, me la sobaba, dejo de comerme la boca y fue bajando poco a poco, mi cuello, bajando hasta mis pechos, al tiempo que también bajaba su mano, de mis pechos a mi vientre y de mi vientre a mi cintura. Besaba mis pezones, me los mordía con suavidad, eso me volvía loca, me encantaba.
Mi polla empezaba a reaccionar y por supuesto se salió enseguida del tanga, me dio la risa,
-Lo ves? Se me sale enseguida.
Así que Santi bajo su mano y me quitó el tanga dejándome completamente desnuda en su cama, los dos desnudos en su cama. Sus besos pasaron de mis pechos a mi vientre, me ponía cachonda su juego, mi polla estaba a medio gas y le estaba esperando, noté cómo me la cogía con la mano, como me la sobaba, la metía entre sus dedos y bajaba hasta agarrarme los huevos, mi polla reaccionó del todo y me empalmé, mi polla se puso todo lo dura que se podía poner. Santi bajo su cara hasta mi pubis, me la agarraba con una mano y me pajeaba justo al lado de su cara, lo hacía suave, me acariciaba, recorría mi polla con sus uñas suavemente, desde la punta del glande hasta llegar a mis huevos, yo suspiraba con esa especie de cosquillas que me producía.
-Date la vuelta.
Me dijo, me extrañó su orden pero me di la vuelta, mi polla erecta quedó enterrada entre mi cuerpo y la cama y mi culo se quedó al aire al lado de su cara.
-Tu culo es precioso, estoy enamorado de tu culo.
Y empezó a acariciar mis nalgas con los dedos, con las manos, lo sobaba, lo masajeaba, acercó su cara y empezó a besarlo, primero besos suaves como cuando me empezó a besar en la boca, besaba las nalgas, una, la otra, empecé a notar cómo su lengua recorría la raja de mi culo, abrí las piernas entonces el con las dos manos abrió mis nalgas y hundió su lengua dentro de mi culo.
Humm esa sensación de notar a alguien ahí, de notar una lengua caliente y húmeda recorriéndome, su lengua subía y bajaba y se detenía en la entrada de mi ano, notaba cómo lo babeaba, cómo su lengua trabajaba la entrada y cómo poco a poco empezaba a hacer fuerza para entrar en mi culo. Santi cogió un cojín y lo acomodó bajo mi cuerpo dejando mi culo al aire, levantado.
Yo cerraba los ojos y estaba totalmente relajada, me dejaba hacer totalmente, Santi abrió mis nalgas y enterró de nuevo su lengua en mi culo, esta vez en la entrada de mi ano, lo babeó enteró, empezó a follarme con la lengua, notaba cómo entraba y salía tímidamente.
Salió de mi culo y su lengua recorrió mi espalda subiendo hasta mi cuello por la columna, humm un escalofrío me subió de arriba abajo al mismo tiempo que noté la polla de Santi, empalmada, acomodarse entre mis nalgas.
-Ahora voy a follarte.
Me dijo Santi a la oreja y no pude contestar, lo estaba deseando, estaba totalmente rendida a su placer.
Cogió de la mesilla un lubricante y noté cómo lo extendía por mi culo, cómo sus dedos lo abrían y lo impregnaban todo, note uno de sus dedos entrando por mi ano, poco a poco, apreté mis párpados y lo dejé entrar, lentamente, con suavidad. Los dedos de Santi fueron preparando mi entrada, lo confieso, siento placer cuando alguien estimula la entrada de mi ano, cuando alguien lo abre, cuando alguien fuerza mis músculos y se abre paso dentro de mí.
De los dedos pasó su polla, la notaba caliente, dura, noté cómo me recorría el culo, cómo se acercaba a la entrada de mi ano, el lubricante hacía ruiditos entre mi piel y su piel, me relajé esperando la embestida.
Santi apoyó su polla en mi ano, buscando hueco, apretó lentamente y su polla se fue abriendo paso dentro de mí. Note dolor al principio, de ese dolor que da placer, cómo entraba su polla dentro poco a poco, cómo mi coño se iba amoldando a ella, notaba calor, mi coño se iba amoldando y el metía y metía lentamente pero sin parar hasta que estuvo toda dentro.
Dolía, si, dolía, mi ano ardía por dentro y notaba la sangre en mis músculos, notaba cómo mi cuerpo se amoldaba a su polla, notaba cómo su polla latía dentro de mí y gemí, humm, un gemido largo y hondo salió de mis labios, un gemido de placer, de gusto, Santi se movió un poco y noté cómo su polla estaba ya dentro.
Pudimos pasar así varios minutos, no lo sé, mi cuerpo se amoldaba al suyo, mi polla dejó de estar empalmada del todo y se acomodaba entre nuestros cuerpos y el cojín, entonces Santi empezó a moverse, levantó mi cuerpo para ponerme a cuatro patas y su polla empezó a entrar y salir de mi coño, su polla taladraba mi culo sin salirse nunca de él.
El ano me ardía y me daba placer, Santi asía mis nalgas y me cabalgaba a su gusto, fuerte, más fuerte, su cuerpo explotaba contra el mío, su piel y mi piel se encontraban en cada embestida, plac, plac, plac, yo gemía cada vez que su polla entraba hasta el fondo y el gemía con cada embestida, como animales.
Varias veces sacó su polla de mi coño para lubricarse, imagino ver mi ano abierto y su polla saliendo de dentro mi culo rojo y las marcas de sus manos en mis nalgas.
Se lubricaba y volvía a la carga, volvía a meterla y mi cuerpo le recibía con un gemido, su polla abría mi ano una y otra vez en cada embestida, mi polla y mis huevos rebotaban contra mi cuerpo y Santi gemía y gemía en cada embestida.
Perdí la noción del tiempo pero a mí me pareció una follada larguísima, no por aburrida ni por mala todo lo contrario, me pareció que Santi y su polla se ocuparon de darme placer un buen rato, sin apenas parar, un mete saca continuo, con sus altibajos, sus parones y sus acelerones pero un mete saca digno de una buena peli porno.
En una de estas y sin previo aviso Santi gimió más de lo normal, su polla se paró dentro de mí, apretando hasta el fondo y gimió varias veces mientras sus manos apretaban mis nalgas hasta el punto de hacerme daño.
-Aarghh, arrghh, arrghh. Lo siento, me he corrido, lo siento me he corrido.
La verdad no noté cómo su polla explotaba en mi coño pero si noté líquido saliendo de él, caliente, cómo su polla salía de dentro de mí y su semen resbalaba de dentro bajando hasta pringar mis huevos al aire, notaba calor en mi ano, notaba cómo estaba abierto y el líquido se escapaba de él.
Me di la vuelta mirando a Santi, su polla tiesa, manchada en semen y lubricante.
-No lo sientas.
Y agarrando mi polla empecé a masturbarme mientras Santi me miraba, poco duró mi paja, en tres o cuatro embestidas mi polla explotó, unos disparos de semen salieron disparados de ella manchando mi vientre mientras Santi me miraba y se tocaba su polla cada vez más flácida.
Una vez que me había corrido Santi acercó su cara a mi polla y la engulló manchada en mi semen, la lamió degustando mi líquido y caímos los dos rendidos en la cama.
Espero que os guste, cualquier sugerencia o agradecimiento será bien recibido.
Gracias Sara CD