Sara 2

Continuación

Tras acabar con Sara, el capitán del equipo decidió que era la hora de que los demás también la disfrutaran. Comenzaron a follársela entre dos. Ella lloraba a la vez que gemía mientras se la metían por el coño y por el culo brutalmente. La chica perdió la noción del tiempo mientras era follada por aquellos chicos. Al acabar la chica estaba tirada en el suelo abierta de piernas y un poco aturdida. Solo recordaba pollas entrando y saliendo de su culo, su coño y su boca. También recordaba como tuvo que tragar más de una corrida, y, otras, cayeron sobre sus tetas o su cara.

Se dio una ducha en los vestuarios, se vistió y fue a su casa. Al llegar a su casa saludó a sus padres y fue a su cuarto. Allí se quitó la ropa y fue al salón, donde estaban sus padres. Para ella era totalmente normal ir desnuda, todo el mundo en su casa iba así. Estaba acostumbrada a, desde pequeña, ver a sus padres follar en cualquier parte de la casa. La gente que asistía a su casa también lo veía como algo normal. Su padre le tenía inculcado que siempre hay que satisfacer a los hombres y, por ejemplo, si venía su tío, era su obligación follárselo si a él le apetecía. Su madre se dejaba tocar por todos los hombres que iban a su casa, y ella hacía lo mismo desde que tenía trece años.

Al día siguiente, su padre salió, y vino a casa uno de sus amigos, Pedro. Tenía unos 38 años. Alto, fuerte y con barba. Nada más llegar se sentó en el sofá y comenzó a tocarle el coño a Sara diciendo "Sarita me encanta cuando te afeitas el coño por completo… ni mis sobrinas ni mis hijas se lo hacen nunca…" Sara sonreía mientras hacía zapping en la tele. Él se sacó la polla y dijo "Venga Sarita cómemela un rato que después se lo tragará tu madre." Sara se la chupó como a él le gustaba y cuando su madre llegó se quitó para que ella se lo follara. Sara seguía sentada en el sofá mientras su madre y aquel hombre follaban. Su madre le pidió que con una mano le acariciara el clítoris y con la otra se masturbara y, con la mano, le diera sus fluidos en la boca a Pedro. Sarita, obediente como siempre, le tocaba el coño a su madre mientras, con la otra mano, se masturbaba. Cuando estaba más mojada, le metía la mano en la boca a Pedro, y él se la chupaba gustoso.

Para acabar, Pedro decidió que las dos se tragaran su corrida. Las dos se pusieron de rodillas y el vertió su semen en sus bocas.

Continuará.. (si quieren)