Sara (2)

Después de que acababa de tener un orgasmo fenomenal, Sara, reaccionó se dio cuenta de que había hecho algo que no iba con su forma de vida.

Antes de iniciar la segunda parte de mi relato, quiero agradecerles los comentarios realizados a la primera. Si me permiten hacerles unas observaciones.

Toda critica es admitida y tomada en cuenta, la idea de plasmar por escrito una experiencia conlleva a escribir ciertas fantasías, aunque no entiendo eso de que exageré con los 25 centímetros de pene, lo siento en eso fui, ¿no sé?, talvez privilegiado, de veras que lo siento. Así las cosas, dichas fantasías, como la de imaginar estar con la esposa o novia de tu amigo, hasta llegar a la propia violación, acto por demás inadmitido y condenado por toda sociedad que se luzca de ser civilizada, sin embargo, en este caso, no deja de ser una fantasía, y se plasma en un escrito que permita no ser un ejemplo, pero si por lo menos masturbarse al leer estos relatos.

Por lo anterior, es menester recordarles que "no hagan esto en su casa niños".

Gracias.

SARA, LA ESPOSA DE MI AMIGO (SEGUNDA PARTE)

Después de que acababa de tener un orgasmo fenomenal, Sara, reaccionó se dio cuenta de que había hecho algo que no iba con su forma de vida, vamos cayó en cuenta que la calentura la había llevado a acostarse con Rafael, y que eso no podía haber pasado. Por lo que tenía que terminar con esto.

Hijo de la chingada, ¿Qué me haz hecho?, esto no puede quedarse así, llamaré a la policía.- Gritó Sara e intentó tomar el teléfono.

Justo cuando estaba levantando el auricular, sintió un fuerte golpe en la cara, que la hizo no sólo no alcanzar el teléfono, sino caer de la cama.

Vaya, perrita, veo que vas a querer que además que te siga cogiendo, lo haga en forma violenta, ¿no?.

Sara, se estaba tallando la cara con su mano, no cabía en sí, no alcanzaba a saber como había iniciado esto. Allí junto a la cama en el suelo, desnuda, podía apreciarse su hermoso cuerpo, esas tetas bien formadas y levantadas ayudada por una cirugía años atrás, su vientre perfecto, amen de sus embarazos se movía incesantemente, dando muestra de su nerviosismo. No decía nada, no podía hablar. Acaba de ser violada, pero ella sabía que había ayudado en mucho, es más jamás había sentido placer como el de esta noche.

Por su parte Rafael, no era él, no estaba en sus cabales, pero tampoco era su culpa, si bien es cierto, él había dado el paso allanando la casa y violando a Sara, la hermosa y presumida esposa de su amigo, ésta había gozado y hasta había cooperado con extrema facilidad a que se consumara el acto.

Miles de cosas pasaban por su cabeza, pero no dejaba de ver a Sara en el suelo desnuda, inconscientemente él continuaba masturbando, sus 25 centímetros de pene, sabía que ese era su punto fuerte con las mujeres y envidia de muchos hombres.

Se acercó a Sara, la levantó, ella vio su pene erecto y se lo agarró y continuó sobándoselo y lo besó, se fundieron en un beso, él la cargo, ella inmediatamente paso sus piernas sobre su cintura y de inmediato centro su vagina en la verga de Rafael.

Aaaahhhh, si, que ricura de verga tienes Fallo, sigue, por favor.

No era el momento de pensar con los cambios de actitud de Sara, por lo que Rafael, fue incapaz de despreciar lo que le estaban pidiendo.

Con sus manos en sus perfectas nalgas, y las de ella sobre su cuello y dentro de un beso por demás erótico, alcanzó Rafael a verse en el reflejo del espejo del cuarto y la escena que vio lo hizo acelerar los movimientos, en cada salto de ella sobre el pene, Sara sentía miles de sensaciones desconocidas por ella hasta ese entonces, tenía su mente en blanco, no pensaba, era un animal salvaje que solo quería aparearse, aunque en este caso no precisamente para procreación.

Rafael sabía que en esa posición iba a cansarse rápidamente por lo que estando tan cerca de la cama se dio la vuelta y se sentó al borde de la misma, lo que ocasionó que sus movimientos fueran más y más fuerte.

Sintiendo completamente dentro de ella, la verga de Rafael, Sara lo empujó hasta que quedó este acostado, así se dio la vuelta sin salirse de la verga y de espaldas a él, continúo cabalgándolo, mientras se agarraba sus tetas y gritaba.

Sara, sentía sensaciones que no conocía, estaba gozando y experimentando una vez más orgasmos continuos lo que le ocasionaba un rubor en su cara, que por su tez blanca le resaltaba en exceso ese gozo que se le demostraba fehacientemente.

Rafael, la acostó en la cama y sin salirse ambos continúo cojiéndosela en esa posición que lo hacía gozar, pues sentía sus huevos chocar con el culo de Sara, mientras la besaba por el cuello, y le pasaba sus manos por todo el cuerpo.

Rafael comenzó a penetrarla con mucha velocidad que evidenciaba que se iba a venir, Sara, por su parte gritaba sin cesar, la estaban gozando ambos, Rafael se vino de tal forma que terminó acostado sobre Sara y así se quedaron por un buen tiempo.

Ya habían pasado algunos minutos, la flacidez de la verga de Rafael, le evidencio que debía salirse de la vagina de Sara, por lo que se recostó a un lado de ella, observando su hermoso cuerpo que aún lleno de excitación y del cansancio provocaban que Rafael, lo tocara como un tesoro.

Sara se incorporó y le sonrió a él, diciéndole que sería bueno que se tomaran una ducha antes de continuar. . .