Sanguis Bibimus: el encuentro

A petición de Aroamille, aqui va la segunda parte de esta historia.

Días después de aquel funesto suceso, aquel desafortunado capricho del destino que a mi vida le dio un vuelco total, conforme los días pasan inmisericordes; mi9 humanidad poco a poco se ve amenazada a la extinción. El apetito ya casi ha desaparecido dándole paso a una extraña sed que me ahoga, no importa lo que beba puesto que no es el vino ni el agua lo que mi garganta implora, sino la vida de los inocentes que por sus venas fluye.

//… el néctar escarlata

En las noches, mis sueños son profanados por la dulce voz de aquel demonio cuyas curvas tan agraciadas solo lleva la muerte en sus labios. Me llama una y otra vez aclamándome mientras se mueve cadenciosamente en las brumas de mi delirio. Siento el olor de su piel, de su cabello, su sexo hambriento de mí. – Venid, venid a mi esclavo y satisface a tu ama – Me ordena con acento provocador, no puedo moverme solo puedo escuchar su voz haciendo eco por mi mente, sus suspiros, sus clamores y de repente bañado en sudor y respirando agitadamente despierto hecho un mar de dudas

//…salid de mi cabeza

Sentado en mí lecho tratando de conciliar el poco sueño que tengo me pongo a recordar las palabras del anciano que me recogió después de que ella me atacase: - Buscadla mientras seas humano ya que, después, no habrá salvación para vos- y aquí en la revoltosa ciudad de Paris mi gesta se llevaba a cabo. Os preguntareis porque habré dejado mi natal Londres para estar aquí en una ciudad desconocida para mí…y yo os contesto: Instinto, el instinto me conduce como si fuera una fuerza invisible que me guiara o, tal vez, es ella quien me guía para encontrarla. Sin duda alguna me he convertido en una marioneta suya.

//..Solo para su diversión….

Mi búsqueda se volvía cada vez difícil puesto que me hallaba en medio de una Paris azotada por revoluciones, conflictos internos, revueltas y transformaciones de todo tipo, al igual que yo. En poco tiempo pude notar que la luz me molestaba y ya el apetito lo había perdido casi totalmente, no había comido en 4 días y la piel me empezaba a palidecer y podría jurar que mi pulso se debilitaba. En las calles parisinas no se encontraba mucha gente, muchos en busca de protección, se fueron de aquí dejando todo lo que tenían, otros no corrieron con la suerte de huir y ahora se encuentran literalmente extintos. Así que, mis posibilidades de encontrarla como también de salir de esta maldición eran escasas.

//…muero poco a poco

Mirando hacia atrás me di cuenta que mi vida se había vuelto mas oscura. Deje mi trabajo, mi familia, mi hogar, mi orgullo. Todo por buscare mi egoísta redención, mi libertad espiritual; no hay tiempo para añorar el pasado. Nada mas queda mi sentimiento de desagravio hacia ella y solo pensando en eso, ando con rumbo desconocido por las calles de la ciudad envuelto bajo el velo de la noche deseando encontrarla y acabar con su pérfida existencia.

//…y la he de hallar

Llegando desalentado a un cuarto que alquilé en una vieja posada para descansar un poco, me recosté y meditando en mis problemas, ideales y demás. Quedándome zambullido entre estos y tantos pensamientos, fui interrumpido abruptamente cuando un golpe seco en la puerta de mi cuarto se oyó. Le levante de golpe y decidí abrir la puerta pensando que era el posadero que iba tal vez a cobrarme el diario óbolo para su sustento, pero al abrir ni una sombra se colaba por el corredor, solo el viento helado de invierno se paseaba por allí. Entonces al voltear y cerrar la puerta me di cuenta que una nota estaba clavada en la puerta con una daga, tal vez ese era el sonido que me había despertado. La caligrafía era menuda y delicada: - Venid en una hora al ¨Château Leblanc

¨, no tardes – no cabía duda sobre la identidad del remitente y con decisión y motivado me vestí y saque una hoz que me había dado el anciano con el fin de decapitarla.

//…al fin la tengo

Aquel lugar era un hermoso chalet que se encontraba a unas manzanas mas adelante, en medio de la oscuridad que ahora ya no me levantaba ahora ni el más mínimo sentimiento de temor encontré su ubicación. Un lugar con unos magníficos y formidables jardines que podría decirse que allí viviría algún noble o algo similar. Al golpear la puerta esta se abrió lentamente y rechinando, entrando sin vacilar me senté en un sillón de piel muy grande; quitándome la capa para ocultar mi arma me quede inmóvil esperando lo que pudiera pasar simulando que me estaba frotando las manos frente a la chimenea.

//…pronto aparecerá

Repentinamente unos brazos delicados y femeninos rodearon mi cuello desde atrás y un rostro temiblemente conocido se hizo junto al mío.- Os estaba esperando amado mío, mi amante, sabía que vendrías a mí…llevo mucho tiempo esperándoos- me decía mientras acariciaba mi pecho y besaba mis mejillas. Yo en cambio me quedaba inmóvil no solo por un temor inconsciente e instintivo sino también esperando algún momento para aprovechar, era lógico que no me enfrentara a algo de este mundo, así que intentar algo repentino y tonto seria fatal. Finalmente se ubico frente a mí mirándome inseparablemente con esos ojos verdes de gata, no podía evitar ver su hermoso cuerpo desnudo vestida solamente con un corsé negro de satín, solo eso tenia puesto; mientras se movía cadenciosamente como mecida por el viento. Frente a mí, inmóvil y sonriente se situó.

//…en verdad que es un demoño bello

-¡Que demonios me pasa! He venido aquí para destruirla no para admirar su impía belleza- me decía en mis adentros. Pero era casi imposible evitar ese deseo de besarla, acariciar su cuerpo centímetro a centímetro, beber de esos labios hermosamente letales como la última vez. Estoy seguro que ella lo sabe y por eso juega con mis apetitos dominados por ella acercándose gateando hacia mí; me desviste lentamente dejando mi torso desnudo para después divertirse acariciando mi pecho o mordiendo suavemente mis pezones. Montada sobre mí llena de osadía y desafío recorría con sus besos mi cuello y mis labios sin freno alguno. No había titubeo en pensar que después de todo soy un esclavo para sus apetencias más oscuras y necesitaría mucha fuerza y voluntad para poder llevar a cabo mi valerosa empresa.

//…esclavo de sus deseos

Pero esa voluntad se desvaneció rápidamente y con avidez, mordía también sus rosados y pequeños pezones ya duro y firmes, a comparación de la noche en que desafortunadamente la conocí mi deseo físico hacia ella se mostraba más y más fuerte. Esa piel tan suave que daba gusto al tacto lo rozaba con deleite fervoroso y ameno su cintura, sus pechos, su espalda mis manos recorrían indómitas por su cuerpo mientras ella solamente pegaba mi cabeza hacia ella como no queriendo dejarme ir. – Que delicia- gemía – Mortal, recuerdas muy bien las palabras que te dije, seguid así, muérdelas, lamedlas, bésalas, satisfáceme mi amado mortal – el calor de nuestros cuerpos se comparaba con el fuego de la chimenea que alejaba el frio de la estancia y que chispeaba como reaccionando a nuestras sensaciones. En esa sala, los dos solos, recorriendo nuestros cuerpos desnudos…fueron suficientes razones para que mi propósito se disipara dando paso a un primitivo y desenfrenado goce.

//…una lujuria que mata

Recostándola sobre el sillón acariciaba con vehemencia su entrepierna colando mis dedos índice y anular por su cueva moviéndolos lentamente y con ritmo constante. Pareciera que mis manos o mejor dicho todo mi cuerpo tuviera una voluntad propia concedida por mi ama, los besos las caricias, los mimos y demás eran minuto a minuto mas intensas. Disfrutaba pasando mi lengua a través de su abdomen, pellizcando sus pezones e irónicamente besar su cuello. Como única respuesta por parte de mi ama era mordiéndose los labios o arañando mi espalda como también besándome profundamente haciendo que su lengua ponzoñosa jugara con la mía.

//…eres una blasfemia hecha carne

Entonces tumbado sobre una fina alfombra junto al sillón, aquella mujer mirándome de pies a cabeza como mirando su más preciado tesoro, su presa recién atrapada, se sentó a mi lado y con mirada picara se agachó para posar su boca en mi miembro metiéndosela toda en su boca. Moviéndose lentamente hacia arriba y hacia abajo, desde la punta de mi glande hasta la raíz de mi polla aprisionándolo con sus colmillos; en verdad que es muy buena usándolos no solo para morder y matar sino también para esto. Alternaba la mamada con unos pequeños mordiscos por el tallo de mi falo que por un momento me despertaron cierto morbo sobre ella. Corriéndome desenfrenadamente dentro de su boca y bañando parte de sus pechos respire airosamente mientras la veía tragándose mi esperma y pasándose los dedos por su coño mirándome gustosa.

//…me devoras lentamente

- Mortal, es vuestro turno ahora para darme placer- me decía mientras se montaba sobre mi rostro con el propósito de beberla. Mi lengua inquieta recorrió los rincones más sensibles y recónditos de su entrepierna, sus jugos bañaban mi rostro como un rio mientras ella hacia su cabeza hacía atrás mientas se apretaba sus pechos y gemía. Me alcé y la recosté sobre el suelo alfombrado y levantando su cintura a la altura de mi rostro seguí comiéndome su coño con gusto y sin compasión, estaba a mi merced mordiéndose un dedo y sonrojada presa del placer.

//…ahora ¿Quién es el cazador y quien es la presa?...

Fornicando a ritmo frenético con posturas sexuales dignas del marques de Sade la noche paso rápidamente como un suspiro, como el viento de agosto. A lo lejos se oía al gallo cantar anunciando la llegada del alba de un nuevo día, la vampiresa se había corrido tantas veces pero aun así no daba señas de cansancio. Solo disfrutaba del placer que mi cuerpo le proporcionaba hasta quedar satisfecha, un gran gemido y arqueando su espalda fue la señal inequívoca de su clímax para finalmente descansarse sobre mi regazo. Y así quietos y cansados quedamos.

//…el amanecer se acerca

Quedándome estático con mi cordura recuperada me di cuenta de la gran oportunidad que tenia para matarla. Se encontraba sobre mí descansando pacíficamente, además estaba amaneciendo así que no había oportunidad para ella de escapar. Estire mi mano hacia mi capa sobre el piso a un lado del sillón para alcanzar la hoz que estaba debajo de esta.- ya falta poco- me decía- solo un poco más- pero, con gran velocidad la mujer bajo mi mano estirada y con sus ojos ahora de color rojo me miraba con expresión asesina: -¿ Acaso que pretendes con esto? ¿Tratar de matarme? – me decía mientras sacaba la hoz de debajo de la capa y aun ella encima de mí lo situó en mi cuello con una sonrisa macabra.

//…es el fin

- Que esclavo tan ingrato sois- me increpaba- te libere del yugo efímero de la humanidad y decidí convertiros en ser poderoso como yo y ahora ¿os atrevéis a asesinarme? – con sonrisa cómplice y muy confiada siguió diciéndome: - Muchos antes que tu han intentado esto pero han fallado, así que, ¿que os puede asegurar que puedes lograrlo sin morir en el intento? Por esas palabras pude deducir que seria la última vez que la oiría. Impávido aun, la mire fijamente y con valor le grite. – Maldita seas, engendro del averno acabare contigo aunque me mates- intente levantarme forcejeando pero su fuerza me sorprendió, sin el mas mínimo esfuerzo me tomo del cuello y me levanto con un solo brazo pegándome a la pared.- ¿Matarte? – me decía sonriente- tal vez haga eso pero no seria conveniente para mi, para ser sincera, la pase muy bien con vuestra compañía así que sería una pena darte muerte, así que solo hare esto. Y sin más titubeos me clavo la hoz en el pecho perforando mi pulmón, un chorro de sangre por mi garganta subió a borbotones y saliendo por mis labios mientras el dolor punzante y la asfixia me iban haciendo agonizar. Ella solo lamio la sangre que brotaba de mis labios, me tiro a una esquina – nos volveremos a ver, mortal.- me dijo y riéndose a carcajadas se desvaneció frente a mis ojos. Allí tirado como un muñeco viejo, con la mirada perdida, convulsionando por mi hemorragia irremediablemente expiré.

//…es mi ultimo suspiro

Todo era oscuridad y silencio, frio y dolor. Miles de imágenes se proyectaban en mi mente a una gran velocidad, Madre, Padre, Hermanos, todos…he fallado, he fallado y ahora estoy muerto (o eso pensaba ) ahora solo me queda descender al infierno. Pero, el infierno me esperaba en vida; si a eso se le llama vida. Estuve muerto por varias horas o tal vez días hasta cuando la misma oscuridad inundo la estancia y paradójicamente dándome la bienvenida a mi nueva vida como un no muerto. Me incorporé lentamente con lentitud y esfuerzo, a pesar de tener la hoz traspasando mi pecho el dolor ya no existía en mi cuerpo. Salí del chalet con pasos torpes y la luna, la bella luna tan brillante y redonda que adornaba el despejado cielo de la noche miraba a este desdichado ser de la oscuridad.

//…ahora soy un hijo de ella

Caminando entre los jardines de la casa, me quite la hoz sin problema y latiré lejos. Me impresiono la velocidad con la que mi herida se cerro sin siquiera dejar una cicatriz. Allí, en medio de un hermoso rosal de color blanco lloré como ningún vampiro osaría hacerlo ( incluso el demonio también llora) invadido por la impotencia y el dolor de mi decadente situación me puse a pensar el porque no estoy muerto pero tampoco estoy vivo; ¿Acaso mi transformación era ineludible? ¿Acaso lo único que hizo ella fue acelerar este asunto? ¿Que hare de ahora en adelante? Ahora soy igual que ella eso significa que ¿debo matar para sobrevivir?

//…es mi trágico destino

Pero, una leve sonrisa se esbozo en mi rostro, - ahora somos iguales…- me decía- estamos en igualdad de condiciones. Mirando a la luna vociferé- Ama, ahora soy como vos, y mientras la eternidad me guarde disfrutare el plato frio de mi venganza cuando te atrape, nos volveremos a encontrar y entonces la s cosas serán mas iguales. El tiempo ya no significa nada para mí, nada. Después de decir eso me perdí entre la oscuridad de la ciudad sin ninguna idea hacia donde ir. Al principio, fue realmente duro luchar contra mi sed, durante unos meses me alimentaba de la sangre de los animales de granja y cadáveres de personas asesinadas por la época del terror en Francia. No era lo mismo pero prefiero eso a tener que matar a un inocente, a lo largo de mi vida vampírica desarrollé ciertas habilidades que venían con ella: mi oído y mi olfato se habían vuelto mas agudos, podía detectar el aroma de una persona sana o enferma a varios metros de distancia, una fuerza y agilidad únicas, ahora podía entender tantas cosas de los vampiros; el porque son escurridizos o muy fuertes como también podían perseguir a su presa desde muy lejos sin ser vistos. Me sentía como un niño que acababa de recibir un juguete nuevo, descubriendo experimentando, sintiendo. Después de varios años de mi ¨muerte¨ se me presento uno de los dilemas que aun hoy me ponen a pensar.

//…¿habré hecho lo correcto?

Una noche vagando por la iluminada y nueva Paris llena de adelantos y avances en todo aspecto, escuche a lo lejos las risas de unos hombres acompañados por los gritos suplicantes de una mujer. El origen de aquel ruido provenía desde varias calles adelante y me dirigí hacia allá rápidamente. Metiéndome entre callejuelas, saltando por los techos de las casas y deslizándome por las oscuras esquinas de los suburbios parisinos logre llegar para solamente encontrarme con el cuerpo de una bella joven tirada en el suelo, inmóvil, muy malherida y sus ropas totalmente rasgadas. A lo lejos tres hombres los vi que se alejaban, pude escuchar lo que decían a lo lejos- James, tío, vas a tener que buscarte otra novia tan guapa para que te puedas casar con ella- decía uno de ellos- pues ya ves, la próxima vez creo que seré más paciente y aguardaré a la noche de bodas- decía el hombre de en medio. Al escucharlos sentí ganas de ir tras ellos y acabarlos fue como si por un momento sintiera asco de los humanos. ¿Seria posible que el que le hubiera hecho esto a esta linda muchacha fuera su propio novio? Me acerque a ella y haciendo uso de los conocimientos de medicina que una vez en vida me hicieran notar como un estudiante sobresaliente y un medico talentoso; la levante y la ubiqué sobre un viejo bastidor para revisarla y ver la gravedad de sus heridas. Toque cada parte de su lacerado cuerpo y las cosas no daban buena pinta para ella, tenia muchos moretones, huesos rotos, heridas de gravedad y su entrepierna estaba bañada en sangre. Era indudable que se trataba de una violación pero ¿Por qué era necesario golpearla de forma tan brutal?

//…miserables humanos

Con la mirada perdida, la bella joven musitaba con esfuerzos unas cuantas palabras: - Padre mío…tu esmeralda…James…Porque….- Era un hecho que ella no sobreviviría, me arrodillé junto a ella y mordazmente recé por su alma. Pero algo me detenía, ¿porque ese rencor hacia unos desconocidos tan grande con el grado de matarlos sin piedad? .moví mi cabeza como haciéndome razonar, al verla allí la sed empezó a dominarme- si hago esto tal vez ella se convierta al igual que yo- me infería- pero, la sed…no puedo controlarme. Sin mas que pensar me deje llevar por mi naturaleza maligna y bebí de ella para después como si se tratara de una burla le bese los labios. La joven se retorcía levemente y con lágrimas en los ojos murió en mis brazos. Decidí entonces al darme cuenta de lo que hice llevarla conmigo por si llegara a despertar como un vampiro. Pasaron dos días cuando mi invitada despertó del mundo de los muertos. – ¿ Don…donde estoy?- decía algo desorientada- ¿Qué me paso? Cuando la vi levantarse pude ver la belleza de esa muchacha, una señorita de tal vez 17 o 18 años, de cabello rubio, ojos verdes y una figura esbelta típicas de una adolescente. Me pareció haberla visto antes en una fiesta cuando pasaba por allí pero al final me dije que no podía ser. – al fin despiertas, pensaba que estarías muerta- le dije como bienvenida- estabas en muy mal estado, creí que no lo lograríais. –¿Quién eres?- me pregunto tapándose asustada puesto que se encontraba desnuda cubierta con la sabana de mi cama únicamente.

//…¿Quién soy? Buena pregunta

Después de aquella pregunta se me revolvieron las entrañas, -¿Quién soy?- le conteste- soy alguien que te saco de la muerte y te trajo aquí, me llamo….Henry y tu, ¿Cuál es vuestro nombre?- le pregunte a mi vez. La chica no contesto nada por un momento hasta que me preguntó: ¡ que hago aquí creí que yo estaba….-¿muerta?- le interrumpí- podría decirse que si, pero también puedo decir que no, es una historia algo larga que contar niña mía, pero antes de contártela dime vuestro nombre. A lo que ella solamente con timidez contesto: - Emily, mi nombre es Emily.

//…Emily, Emily es su nombre

Dedicado a Aroamille