Sangre primigenia alianza

La historia sigue

Sangre primigenia alianza

Casandra y yo llegamos al castillo de Elminster, ya estaba anocheciendo. Nos dispusimos a estudiar el terreno para ver cuál sería la mejor forma de entrar. Enseguida nos dimos cuenta de que había pocos guardias protegiendo la fortaleza, todos eran vampiros y de bajo nivel.

Casandra se dispuso a acabar con ellos, pero la detuve.

• ¿Qué haces Eve?

• Tengo otra idea, nos podría venir bien para que nos digan donde tienen exactamente a las chicas.

• ¿Y como piensas hacerlo?

• ¿Olvidas que soy una vampiresa?

Casandra enseguida supo que era lo que pretendía y sonrió con la idea. Mi nivel como vampiro era mucho mayor que el de estos guerreros, no me costaría nada obligarlos a decirnos donde tenían encerradas a las chicas. Nos acercamos a dos de ellos y cogiéndoles desprevenidos, les pasamos los brazos por el cuello haciendo fuerza hasta que perdieron el conocimiento.

Los llevamos a un sitio apartado donde podría obligarles con mis poderes y después nos desharíamos de ellos. Cuando encontramos una pequeña cueva, vimos que era el sitio perfecto. Los metimos dentro y echándoles agua encima los despertamos, según se despertaron los obligue en ese instante. El oído de un vampiro y un licántropo es muy sensible y podrían oír el sonido de un alfiler cayendo al suelo a kilómetros de distancia.

Una vez que los tuvimos obligados, Casandra empezó a hacer las preguntas.

• Queremos saber donde tenéis a las hechiceras guerreras.

• En las mazmorras del castillo – dijo uno de ellos intentando resistirse.

Cuando un vampiro superior te obliga, intentar oponerte te provoca dolores inimaginables, por eso todos terminaban hablando. De esa forma dejan de sufrir.

• Sabéis que mi poder es superior al vuestro, contestad no tenéis otra opción o sufriréis.

• Bien, ¿por qué hay tan poca vigilancia? – pregunto Casandra.

• Los tres líderes han convocado una reunión, ahora mismo están celebrándola en el gran salón del castillo – dijo uno de los vampiros.

Casandra les ordeno que nos hicieran un plano del castillo, los vampiros lo hicieron y después acabamos con ellos. Nos dirigimos al castillo y nos introducimos por las alcantarillas, ese era el punto más débil del castillo. Los vampiros nos avisaron que allí adentro abría trampas y donde estarían.

Aunque sabíamos donde estarían las trampas, no fue nada fácil pasar ese pasadizo. Eran trampas especialmente diseñadas para matar vampiros y licántropos, Casandra se sintió enfadada y aliviada a la vez. A ella la plata, la verbena o elaconito, no le hacían nada, pero se sentía frustrada por el poco valor que le daban los seres sobrenaturales a los humanos. Yo después recordé que la sabia Silf me había eliminado todas mis debilidades, pasamos el pasadizo y eso nos llevó hasta el baño de una estancia que estaba abandonada. Rompimos el techo sin hacer mucho ruido y nos introducimos dentro de la fortaleza.

Como teníamos un plano muy detallado, Casandra decidió que espiáramos durante un ratito esa reunión, a mí al principio no me pareció una buena idea, pero al final mereció la pena espiarles. Llegamos a una especie de anfiteatro, allí podríamos escuchar sin ser vistas. Lo que vimos nos dejó atónitas, Elminster estaba metido en una especie de barrera, según parecía una hechicera como Sayfa había sido la que lo había conjurado.

Era evidente que esa mujer había sido obligada por Ilon, la familia de Ilon eran los únicos que tenían un poder para obligar casi tan poderoso como la familia Tepes. Muy pocos seres sobrenaturales, podrían resistirse a él, empezamos a escuchar la conversación con mucha atención.

• ¿Qué creías Elminster?, que no nos daríamos cuenta de que el poder que nos otorgaste era tóxico – dijo Risk.

• Al principio sentíamos todo el poder, pero después no sobrevenía un cansancio muy fuerte, ¿qué hace tú puedes drenar él nuestra verdad? – pregunto Ilon.

• ¡No intentes mentirnos!, Ilon obligo a uno de tus sirvientes y nos lo contó todo – dijo Risk.

• Lo admito dijo – dijo Elminster.

La barrera era en forma de jaula y parecía que cada vez que la tocaba Elminster sufría de forma atroz.

• No intentes escapar Elminster, esta barrera esta hacha con una magia que es tóxica para ti – dijo Ilon.

• ¿Qué queréis de mí? – pregunto Elminster.

• Lo primero que nos otorgues ese poder sin restricciones para poder acabar con, Eve Tepes, Casandra Van Helsing y Shayera, después te ayudaremos a capturar a la sabia Silf.

• ¿Me estáis proponiendo una alianza? – pregunto Elminster.

• Se podría decir que si, ¿aceptas? – pregunto Risk.

• ¿Qué ganáis vosotros con esta alianza? – pregunto con mucha curiosidad Elminster.

• Acabar con nuestros enemigos y si todo va bien, nos repartiremos el mundo – dijo Ilon.

Parecía que a Elminster le gustaba la idea de una alianza, de esa forma tendría aliados poderosos para deshacerse de Silf y su facción. Ya habíamos escuchado suficiente, bajamos a las mazmorras y matamos a los licántropos que las custodiaban. Los poderes que la sabia Silf nos había otorgado eran increíbles, a dos licántropos adultos no les dio ni tiempo para defenderse. Mi espada se hundió en el corazón de uno de ellos, el látigo de Casandra inmovilizo al otro y de un rápido movimiento le clavo una daga de plata en el cuello.

Las chicas nos miraban entre asombradas y asustadas, Casandra les dio una carta que Sayfa escribió para que supieran que estábamos de su parte, una vez leída la carta, rompimos las puertas que las aprisionaban y salimos por el mismo lugar donde habíamos entrado.

Llegamos al todoterreno y entramos muy justitas, cuando estaba encendiendo el motor para salir pitando de allí, sonó una especie de alarma. Se habían percatado muy pronto, pero por lo menos estábamos fuera del castillo, encendí el motor y salimos de allí como alma que lleva el diablo.

MIENTRAS TANTO EN EL POBLADO

La herida no dejaba de sangrar, mire la hoja de la espada y me di cuenta de que estaba impregnada con acónito amarillo. Una versión muy difícil de encontrar y que es letal para cualquier licántropo, Sayfa se acercó corriendo e intento taponar la herida. Viendo que no dejaba de sangrar intento todo lo que sabía en medicina, pero fue inútil.

Aunque consiguiera cerrar la herida, el acónito amarillo terminaría envenenando mi cuerpo y moriría sin remedio. Sayfa no era tonta y sabia perfectamente que me quedaba poco tiempo de vida, lo intento con todas sus fuerzas, pero no pudo contener sus lágrimas. Yo le sonreía e intentaba tranquilizar a la mujer que me había robado el corazón.

Ahora que había encontrado al amor de mi vida, esta se me acababa sin remedio. Entonces lo noté, como una mano se posó sobre mi herida, esa mano estaba cubierta por una luz cegadora y el calor que desprendía, me hacía sentirme en paz, el dolor, el miedo y la tristeza estaban desapareciendo.

No entendía nada, cuando esa mano se separó de mi herida, está sano completamente y no solo eso. El acónito que circulaba por mi cuerpo fue expulsado de este antes de que la herida se cerrase, con la herida recuperada me di la vuelta y allí estaba, era la sabia Silf. Ya no era un bebe, era una muchacha de unos dieciocho años.

• ¿Cómo es posible? – Pregunte yo.

• No podía dejar que mi madre muriera, tuve que acelerar mi crecimiento – dijo Silf.

• ¿Tu madre? – pregunté yo con un rostro lleno de alegría.

• Quiero mucho a Eve y Casandra, pero la conexión que sentí contigo, no la he sentido con nadie – dijo Silf.

Me quede mirándola, era una hermosa mujer de dieciocho años, desprendía una luz cegadora y su poder era realmente enorme. No había duda de que era la Sabia Silf, Sayfa la miraba sin poder cerrar la boca y llorando de alegría. Silf se acercó a ella y le toco el rostro.

• Sayfa, siento que hayas tenido que presenciar este horror – dijo Silf.

• No se preocupe mi reina, con su vuelta, todo ira mejor – dijo Sayfa.

• Háblame de tú, por favor Sayfa – dijo Silf

• Así lo haré – dijo Sayfa.

Entonces Sayfa se acercó a Silf y le entrego una especie de manto para cubrirse, yo no entendía nada. ¿Cómo era posible que esa mujer fuera Silf?, hace un instante no era más que un bebe.

• Te preguntas como es posible que ahora sea una mujer de dieciocho años, ¿no es así? – pregunto Silf

• Así es, dijo Shayera.

Silf nos llevó hacia el bosque, andamos durante un rato y entonces lo vi, era un árbol gigantesco, jamás en mi larga vida había vito un árbol semejante. Silf se acercó a el y lo toco, su poder y el que desprendía ese árbol se unieron en armonía, ese árbol reconocía a Silf.

Me contó que ella nació del poder de ese árbol, el árbol era conocido como el árbol de la sabiduría, de hay el título que ostentaba ella. Este árbol llevaba en este mundo desde los albores del tiempo y todo ese conocimiento fue pasado a Silf, por eso es tan poderosa además de muy sabia.

Sayfa entro en la conversación y dijo que era el poder de este árbol lo que codiciaba Elmister. Con su poder unido al suyo, sería invencible, las guerreras que se había llevado. No solo tenían el deber de defender el poblado, sino al árbol por encima de todo.

• No os preocupéis por eso, Eve y Casandra han ido a rescatarlas y esas dos son muy fuertes – dije yo.

Silf recogió un poco de sabía que desprendía ese árbol y me la dio de beber, era amarga y espesa, pero cuando entro en mi cuerpo empecé notar un calor que me envolvía.

• ¿Qué me has dado de beber Silf? – pregunta.

• Ni la plata ni ningún tipo de acónito volverán a hacerte daño – dijo Silf

Entonces me abrazo, el abrazo era distinto al que me solía dar con Sayfa, era como cuando una hija abraza a su madre. Cuando su rostro se despegó de mi cuerpo, pude ver como brotaban lágrimas de sus ojos.

• Porque lloras – pregunte.

• Porque estoy feliz de que sigas con vida, pero a la vez estoy triste, porque te he privado de eso que tanto anhelabas – dijo Silf.

• ¿Qué era eso que tanto anhelaba? – dije yo.

• Poder ser madre durante un tiempo más – dijo Silf con lágrimas en su rostro.

Abrace a la que consideraba mi hija y mirándole a los ojos le dije.

• Siempre seré tu madre.

Silf me abrazo más fuerte y esta vez lloro de alegría, después felicito a Sayfa por haberse enamorado de mí. Entonces escuché el coche que se acercaba, las chicas habían conseguido rescatar a las guerreras. Estaba ansiosa de saber que habían averiguado, Todas bajaron del coche y fueron a saludar y abrazar a Sayfa, entonces notaron el grandísimo poder que emanaba de la chiquilla de dieciocho años. Todas al percatarse de quien se traba se arrodillaron delante de ella y dijeron, mi reina. Silf le pidió que por favor se levantaran, que ella no necesitara eso. Se alegraba de verdad que estuvieran bien y de vuelta.

Entonces las abrazo a todas y estas no pudieron contener el llanto, el poblado había sido destruido, pero la facción podía salvarse. Yo mire a Eve y Casandra, estas traían una cara de total preocupación, me moví hasta ellas y les pregunte.

• ¿Qué ocurre chicas?

• Ilon, Risk y Elminster han hecho una alianza, pronto estarán aquí y vendrán a masacrarnos.

• Esto es lo que busca, dijo Silf.

Entonces señalo el gran árbol que momentos antes yo había visto. Eve y Casandra se quedaron con la boca abierta, ellas tampoco habían visto un árbol tan grande en sus vidas. Entonces las dos se quedaron mirando a la muchacha que les estaba hablando, cuando esta les dijo que era Silf. Casi se caen de culo al suelo.

• ¿Cómo es posible?, si cuando nos hemos ido era un bebe – dijo Casandra.

• Es por el poder de este gran árbol, es el que le dio la vida y el poder a Silf – les dije.

Las dos se acercaron a Silf y la abrazaron, las quería mucho también. No en vano arriesgaron sus vidas por ella. Los momentos felices se habían terminado, Ilon, Risk y Elminster aparecerían en cualquier momento y teníamos que montar las defensas, escogimos una casa que estaba pegando a la montaña, y construimos un solidó muro alrededor de ella.

La única manera que tendrían de entrar seria por la parte de adelante y les estaríamos esperando, Sayfa creo unas fuertes barreras que reforzaron el muro, las chicas probaron la valía de las hechiceras guerreras. Eran buenas guerreras, además podían reforzar sus armas usando los distintos elementos. Para ello usaban unos hechizos, en total estábamos ocho guerreras y Silf que portaba un poder realmente monstruoso. Cuando lo activo para comprobar en que punto se encontraba, tembló todo a su alrededor.

Yo me encargaría de acabar con Risk, Eve lo haría de Ilon y Silf se enfrentaría a Elminster siendo escoltada por Casandra y Sayfa. Las guerreras se encargarían de dar su merecido a las legiones que traerían estos tres, después de un duro día de trabajo cenamos copiosamente. Entonces vi que Silf estaba alegre y se reía, me acerque a ella y le dije.

• Muy feliz te veo, más con la que senos viene encima.

• Estoy segura de que venceremos.

• ¿Tienes visiones del futuro o algo así?

• No, pero he hecho un poco de trampa.

• ¿Un poco de trampa?

• Usando mi poder, le he otorgado a mis guerreras, la destreza que las tres habéis adquirido con el pasar de los años y los combates.

• Vale, ¿ahora ellas son tan diestras como nosotras vedad?

• Así es – mientras Silf se reía.

Abrace a la que consideraba mi hija, esa noche podía ser la última. Silf se fue a acostar pronto, las guerreras se irían turnando para proteger a la sabia Silf, Yo me fui a dormir con Sayfa, Eve hizo lo propio con Casandra.

Según entrábamos en la cabaña de Sayfa, esta se fue desnudando, su cabello rojo era aún más hermoso con el brillo que le otorgaba la luz de la luna. Me quede mirando el cuerpo de esa mujer, era lo más hermoso que había visto en mi vida. Mire hacia abajo y pude ver su coñito pelirrojo brillante, el mío estaba de la misma manera.

No perdí el tiempo y me fui desvistiendo, me fijé que la cicatriz que me había quedado. No me afeaba nada y la verdad es que me gustaba, Sayfa la acaricio haciéndome cosquillas, mientras me besaba. Entonces ambas metimos dos dedos en el coño de la otra, los jadeos se producían entre beso y beso.

Las dos estábamos rojas de excitación, nuestros pechos chocaban unos con otros y la sensación era indescriptible. Sayfa me cogió de la mano y me llevo a su cama, allí se tumbó abriendo bien las piernas y ofreciéndome un primer plano de su pelirrojo coñito. No me hice de rogar y me metí entre sus piernas para degustar el postre.

Sayfa se metió la mano en la boca, decía que le daba vergüenza que la sabia Silf le oyera gritar de placer. Yo le hice una maldad y me esmeré más en darle placer, no tardo en correrse y para que no le oyeran mordió la almohada, cuando se recuperó me miro con una mirada que me dio miedo. Me lo haría pagar seguro y así fue, si Sayfa era buena en el sexo oral, esa noche se superó. A mí de repente me dio la misma vergüenza, pero en mi caso era mi hija la que me iba a escuchar. Yo directamente me metí la almohada en la boca y disfrute del orgasmo más fuerte que había tenido jamás.

Hubiéramos seguido, pero había que descansar, todas temíamos que al alba sería el ataque y teníamos que estar descansadas. La verdad que después de nuestros orgasmos nos dormimos rápido y con una gran sonrisa y abrazadas.

MIENTRAS TANTO EN OTRA DE LAS CABAÑAS

Hace un tiempo compré un arnés para usar con Casandra, hasta ahora no me había atrevido a decirle nada, pero esta podía ser nuestra última noche y pensaba aprovecharla. Según me explico el del la tienda este aparato da placer a la que se le introduce el dildo y a la que lo lleva puesto, pues tiene una protuberancia que estimulan el clítoris.

Cuando lo saque y se lo enseñe a Casandra, esta puso cara rara, pero pronto se recuperó y puso cara de salida. Se desvistió y se puso a cuatro patas meneando su increíble culo, yo me coloque el arnés y me lo ajuste bien. Me acerqué a ella y el dildo entro en su coñito como cuchillo en mantequilla, Casandra jadeaba sin parar pidiendo que la penetrara más profundo.

La protuberancia me proporcionaba un placer enorme, mi intención era correrme a la vez que Casandra, pero no sabía si sería capaz. Al final apreté los dientes y aguante hasta que gritamos nuestros orgasmos al unísono, estuvimos un tiempo tumbadas recuperándonos y después de limpiar bien el arnés, Casandra me dijo que quería probar. Le ayude a ponérselo y la imite a ella, poniéndome a cuatro patas mientras meneaba mi culito, cuando Casandra empezó a penetrarme, la sensación fue increíble. No podía dejar de jadear mientras le pedía que me la metiera más rápido y fuerte, me di cuenta de que a Casandra le estaba pasando lo mismo que a mí. Quería que llegáramos juntas al orgasmo y le estaba costando aguantar.

Las protuberancias vibraban dándote una sensación de placer constante, Casandra apretando los dientes aguanto y esta vez el grito se oyó hasta en Madagascar, si no despertamos a todas habría faltado poco. Después de que la euforia pasara, nos entró una vergüenza muy grande y nos empezamos a reír, después de eso decidimos que lo mejor seria descansar un poco, al alba atacarían seguro y teníamos que estar listas y despejadas.

Cuando el primer rayo del sol toco el suelo, todas estábamos levantadas y listas para el combate, mire a Casandra y Sayfa que escoltaban a Silf que se encontraba atrás del todo, en medio se encontraban las guerreras, todas preparadas y listas para derramar sangre y delante nos encontrábamos Shayera y yo.

Los ojos de Shayera estaban más encendidos que nunca, la batalla final se aproximaba, podíamos notar como el suelo temblaba al paso del ejército enemigo. Cuando eso ocurrió, todas nos pusimos en guardia y con mirada decidida.

Continuará.