Sangre primigenia

Una nueva historia comienza.

Sangre primigenia

Hace eones había cuatro razas que Vivían en el planeta tierra. Estas eran vampiros, licántropos, Hechiceros/as y por último los humanos. En los vampiros el primero y más fuerte vampiro era Vlad Tepes Dracul, rey de Valaquia, él era el rey de reyes y los demás terratenientes eran sus generales.

Había de todo, generales realmente leales a Vlad hasta la muerte, pero también había generales que codiciaban el lugar que este último poseía. Drácula tenía una hija llamada Eve Tepes, por desgracia la madre de Eve murió en el parto. Vlad amaba a su mujer más que a nada en el mundo, su nombre era Elizabeth Báthory. Su muerte no hizo que Vlad amara menos a su hija, Eve era el vivo retrato de su madre.

Eve era casi tan poderosa como su padre, además de compartir un gran hambre de conocimiento. Eve fue entrenada en el arte del combate por su propio padre y por los mejores espadachines de su ejército, aprendió matemáticas, filosofía, historia y distintos idiomas.

Eve fue nombrada mano derecha de Vlad Tepes Dracul, muchos generales no estaban de acuerdo. Creían que todo era debido a que Eve era la hija de Vlad, Eve se plantó en mitad de la sala de guerra y desafió a los generales que no la creían capaz de dirigirlos.

Uno de los Generales llamado Ilon se levantó y mirando a Eve.

• Niñita insolente, jamás seguiría en batalla a una mujer – mientras reía.

Eve sonrió, su velocidad, fuerza, agilidad y sentidos eran superiores a los vampiros corrientes. Antes de que Ilon dejara de reírse, Eve ya le había golpeado con la palma de la mano en el pecho de Ilon y este había traspasado la pared del castillo de Drácula. Terminando incrustado en uno de los árboles del bosque que rodeaba el castillo.

Eve se acercó al agujero que había hecho el cuerpo de Ilon al impactar y después de ver al general inconsciente, se dio la vuelta y miro a los demás generales y les dijo.

• ¿Alguno más tiene alguna queja o duda?

Drácula miraba a su hija con orgullo de padre, sabía que haberla elegido había sido lo correcto, todos creían que era una damisela en apuros. Lo que desconocían que en sus combates Eve estuvo a punto de ganarle en más de una ocasión, los demás generales aunque a regañadientes respetaron la decisión de su monarca y después de lo visto decidieron que era mejor no tentar a la suerte.

De esa forma Eve lidero los ejércitos de Drácula, ganando una gran reputación. Era tal la reputación que para todos los cazadores de vampiros se convirtió en algo personal el darle caza y desafiarla, entre ellos estaba Abraham Van Helsing y su hija Casandra “Casa” Van Helsing.

Las luchas entre Eve y Casa fueron legendarias, al igual que las luchas de Drácula y Abraham Van Helsing.

La familia van Helsing era la más fuerte de toda la humanidad, sin tener ninguna clase de poder eran capaces de cazar y matar a los vampiros y poder mantener una lucha reñida contra seres tan poderosos como Drácula y Eve. Abraham siempre quiso un hijo y en cierta forma no quería que su hija se involucrara con vampiros, creía que ese trabajo era cosa de hombres.

Aunque quería con locura a su hija, era un hombre lleno de prejuicios. Casandra no se dio por rendida y pidiendo ayuda a distintos cazadores de vampiros fue adiestrándose en el oficio poco a poco. Abraham sabía que los humanos tenían un enemigo al que jamás podrían vencer, el tiempo. El cada día se hacía más lento y menos fuerte, mientras Drácula seguía siendo igual de poderoso siempre.

Escucho que en algún lugar del planeta había un hechizo que podía hacerlo inmortal, de esa manera podría combatir contra Drácula hasta vencerlo. Casandra cansada de que su padre la viera como una damisela en apuros, aprovecho que su padre había salido a investigar eso tan importante que lo tenía tan obsesionado.

Casandra decidió salir a cazar a la gran presa de su vida, Eve Tepes. La había estudiado muy bien y sabía por donde se movía, solo tuvo que ponerse a favor del viento y hacerse un corte en el brazo. Podría aparecer otro vampiro, pero sabían que ese era el territorio de caza de Eve y ningún vampiro inferior se atrevería a cazar en él.

Todo paso como lo había planeado, Eve no tardo en aparecer. Eve al ver a Casandra se quedó quieta, reconocía el olor de los Van Helsing y si algo había aprendido era a tener respeto a esta familia. Cuando Casandra tuvo en frente a Eve, no pudo evitar sonrojarse, la belleza de esa mujer era casi divina.

Su cabello rubio brillante hasta la mitad de la espalda, esos ojos verdes esmeralda que se convertían en carmesí cuando activaba sus poderes y ese cuerpo perfecto que se adivinaba bajo esa ropa ajustada. Lo que Casandra no se percató es que ella tuvo un efecto similar en Eve, por primera vez Eve no tuvo unas ganas de beber sangre irrefrenables, su cuerpo reacciono de otra forma muy distinta.

Las dos mujeres notaron que en su entrepierna crecía un calor y una humedad que jamás habían sentido, pero eso no cambiaba, eran enemigas mortales. Eve puso sus ojos rojos y valiéndose de su velocidad, ataco a Casandra que estaba preparada y activo una de las trampas que había preparado. Eve cayó en ella de lleno, de repente aparecieron estacas de madera de todas direcciones.

Eve pudo esquivarlas casi todas, pero dos de ellas se clavaron en su cuerpo. Estaban impregnadas en verbena, daba igual el rango del vampiro, la verbena era un veneno para ellos como la plata. Casandra se relajó al ver los gestos de intenso dolor de Eve, se acercó convencida de darle el golpe de gracia, pero algo había que se lo impedía.

Eve aprovecho esto y le golpeo con las fuerzas que le quedaban, Casanda se estampó contra un muro, Eve se arrancó las estacas y se lanzó a por ella con la intención de morderla. A Eve le paso lo mismo que a Casandra en el último momento no pudo hacerlo.

Esa noche nació algo especial entre estas dos mujeres, algo de lo que las dos se darían cuenta un tiempo más adelante. De repente las dos vieron como dos grandes brazos las cogían, levantándolas sin ningún esfuerzo. Era Wolf que en su forma de licántropo era un ser intimidante además de muy poderoso.

Wolf era el hermano de Drácula y el único ser que podía plantarle cara, teniendo posibilidades de vencerlo. Los dos hermanos fueron infectados por un virus, uno mordido por un murciélago y el otro por un lobo, Wolf era el rey de la comunidad licántropa. Como su hermano tenía generales leales, pero algunos codiciaban su posición.

Uno de estos era Risk, Wolf puso una norma. Si alguno creía que podía ser mejor rey que él podía desafiarlo, si este ganaba el combate, se convertiría en el nuevo monarca. Risk jamás desafió a Wolf. Sabía que este era mucho más poderoso que él y que tenía todas las de perder.

Utilizo su labia para empezar a poner muchos licántropos en contra de Wolf, Además saber que Wolf y Drácula eran hermanos no ayudaba mucho, algunos pensaban que no luchaba con él por eso mismo. Otros como Risk insinuaban que no lo hacía por cobardía, lo que no sabía era que ese combate ya se había dado, a puerta cerrada. Nadie exceptuando a Eve vio lo que ocurrió aquella noche.

Eve fue consciente de la diferencia de poder que había, Su padre y tío la superaban por muchísimo. ¿Quién gano?, eso se quedará oculto para siempre. Solo tres personas lo saben.

• ¿Qué ocurre tío Wolf? – pregunto Eve.

Wolf no contesto, solo hizo mirar a las dos muchachas a una dirección exacta. En ella se encontraban Drácula y Van Helsing, este último miro a Drácula y le dijo.

• Tenías razón, subestime a mi hija, ha luchado muy bien.

• Así es Abraham, Eve no es un adversario fácil, sin tener su fuerza, velocidad y reflejos, tu hija ha nivelado la contienda usando el ingenio.

• ¿Qué opinas hermano?

• Están preparadas.

Wolf las soltó y se dirigieron a un coche negro que los estaba esperando, este les llevo hasta el castillo Tepes. Los vampiros allí presentes al ver entras a Abraham y Casandra se pusieron furiosos, una mirada de su amo y señor fue suficiente para hacerlos callar y agachar la cabeza.

Wolf entro con su forma de licántropo y esta vez todos decidieron que lo mejor seria dar marcha atrás. Subieron las escaleras y llegaron al cuarto de invitados, un cuarto que no se usaba desde tiempos inmemoriales. Estaba limpio y además estaba preparado para recibir a alguien.

• ¿Padre quien es el invitado? – pregunto Eve

• Una mujer muy especial Eve.

Antes de terminar la frase, Drácula y Wolf se pusieron tensos, eso vasto a Van Helsing para ponerse en guardia.

• ¿Qué ocurre? – Pregunto Van Helsing.

• Ya está llegando- contesto Wolf.

Los tres bajaron a recibir a esa misteriosa mujer, Casandra y Eve bajaron con ellos por mera curiosidad. Un coche blanco se detuvo delante de la entrada del castillo de Drácula, de él descendió una mujer increíblemente hermosa, Eve y Casandra no podían dejar de mirarla y se dieron cuenta de que se sonrojaron.

No solo era su belleza, era el aura que desprendía, su poder era abrumador, pero a la vez era cálido y benevolente. Esa mujer no era otra que la sabia Silf, reina de los hechiceros/as y posiblemente el ser más poderoso sobre la faz de la tierra. Drácula, Van Helsing y Wolf la saludaron con mucho respeto.

Casandra y Eve estaban superadas, jamás en su vida habían visto a sus padres agachar la cabeza. No fue un acto humillante, no tenía que ver con eso. Silf era más poderosa, pero había algo más que no sé sabía y pronto descubrirían, Silf fue directa a su habitación, ninguno de los vampiros allí presentes osaron mover un dedo.

La sabia Silf tomo un baño y se puso cómoda para recibir a sus grandes aliados y porque no decirlo sus amigos. Drácula y Wolf llevaban cientos de años protegiéndola y Van Helsing unos veinte.

La raza de Silf era la más antigua de todas, ni ellos sabían cuantos años tenían en realidad. Silf era la más antigua de ellos y eso que tenía el aspecto de una mujer de unos veinticuatro años, Silf nació de la misma madre tierra, como una extensión de ella. Por eso era tan poderosa, el poder era tan grande que cada cientos miles de años su cuerpo moría y volvía a renacer.

Eso era lo que estaba a punto de ocurrir, por eso estaba en el castillo de Drácula. Ese momento era el momento más vulnerable de la sabia Silf, normalmente este ritual se daba en los bosques donde Vivían los hechiceros/as, pero Silf había sido traicionada con una facción que se había aliado con Ilon y Risk.

Drácula y Wolf percibieron que una horda se acercaba al castillo, los vampiros que se encontraban dentro de él salieron junto a su amo para defenderlo. Cuando la horda llego liderada por Ilon, Risk y la facción traidora de Silf. Estos pudieron percibir que algo había cambiado.

El poder de Ilon y Risk se había incrementado muchísimo, ahora mismo estaba pareja a la de sus propios reyes. De repente todos los vampiros que guardaban el castillo se movieron alineándose con Ileon.

• ¿Vosotros también vais a traicionarme?

• Que esperabas Vlad, la mujer que escondes en tu castillo es el poder definitivo, si no han hecho nada hasta ahora es porque no podían hacer nada contra ti y Wolf.

• Gracias por no incluirme – dijo Van Helsing.

• Para ti tenemos un castigo especial – dijo Ilon.

Ilon les ofreció un cáliz lleno de sangre de los hechiceros, esta sangre no era tan fuerte como la de Silf, pero los convertía en enemigos muy poderosos.

• Casandra, Eve, vosotras encargaros que nadie toque a la sabia Silf. Si alguien se acerca a ella, sea quien sea lo aplastáis, ¿me habéis entendido? – dijo Drácula.

• Bien- Contestaron las dos.

La batalla fue encarnizada, Casandra y Eve veían la batalla desde una ventana. Apretaban los puños de rabia, una promesa era una promesa y la iban a cumplir. Eve saco de la vaina la espada que su padre le había legado. Una espada de una hoja de una aleación capaz de matar tanto licántropos como vampiros.

La hoja fue forjada usando la sangre de Drácula y Wolf, los dos seres sobrenaturales más poderosos, brillaba como la plata. Eve no sabía si sería efectiva contra esos vampiros y licántropos enemigos con su nuevo poder.

Casandra a su vez, llevaba el látigo de su padre, forjado por el mismo que forjo la espada de Drácula. El látigo estaba repleto de escamas del mismo material de la espada de Drácula y también había sido bañada en la sangre de estos dos.

El primero en caer fue Van Helsing, esos no eran vampiros corrientes, su velocidad, fuerza, pero sobre todo su resistencia había aumentado en demasía. La plata y la verbena apenas les hacían retroceder un poco, lo mismo pasaba con los licántropos, la plata y el acónito no les herían lo suficiente.

Pero lo que marco la diferencia era que Van Helsing, siempre había sido capaz de adivinar los movimientos de los vampiros y adelantarse a ellos. En esta ocasión, también los adivinaba, pero eran demasiado rápidos. Uno de los vampiros atravesó el pecho de van Helsing con su puño, mientras otro le chupaba la sangre y todos se reían.

Casandra vio la muerte de su padre y monto en cólera, intento bajar para vengarse. Fue detenida por Eve, esta sabía que si bajaban allí, solo serian un estorbo. Drácula y Wolf aguantaban bien con los vampiros rasos, nunca habían tenido que utilizar todo su poder y fuerza. Los estaban conteniendo, pero por cuanto tiempo, Ilon y Risk empezaron a impacientarse y decidieron intervenir.

La lucha terminó ahí, Drácula y Wolf se veían totalmente superados y solo podían defenderse, por suerte consiguieron hacerlo hasta que salió el sol. Ilon y los demás vampiros no eran inmunes al sol y no podían pelear bajo este. Risk estaba frustrado, pero sabía que si Drácula y Wolf habían aguantado todos la noche contra los dos ejércitos, Wolf podría contenerlos.

Decidieron retirarse hasta que se hiciera de noche, cuando Drácula y Wolf entraron en el cuarto de la sabia Silf, estaban muy malheridos. Su condición sobrenatural les permitía sanar muy deprisa, cuando vieron a Casandra hecha un mar de lágrimas la abrazaron como ya lo estaba haciendo Eve.

• Tu padre era un verdadero guerrero Casanda, puedes estar orgullosa de él – dijo Drácula.

Wolf lo traía en brazos envueltos en una especie de capa, entre todos limpiaron su cuerpo y lo velaron hasta que volvió a llegar la noche.

• Bien Silf, ya sabes lo que tienes que hacer.

• Que tiene que hacer padre – dijo Eve.

• Pronto lo verás.

La sabia Silf estaba muy débil y se puso en pie a duras penas, puso una de sus manos en cada uno de los hombros de las muchachas y empezó a recitar algo en un idioma que nadie comprendía. Ese hechizo fue del que hablaba Abraham Van Helsing, el cuerpo de Silf se empezó a iluminar y esa luz envolvió a las chicas.

Drácula y Wolf lo rechazaron en su día, llevados por su orgullo y exceso de confianza. Por suerte sus hijas no eran como ellos, la primera en ser envuelta en esa luz fue Eve. Silf le otorgo mayor fuerza, velocidad y agudizo sus sentidos al máximo. También erradico cualquier debilidad de su cuerpo, ni el sol, ni la plata, ni tan siquiera la verbena volverían a hacerla daño.

La segunda fue Casandra, desarrollo el cuerpo, fuerza, velocidad y reflejos al máximo de la capacidad humana. Además de eso le otorgo una invulnerabilidad igual a la de Eve y la hizo inmortal, esto sumado a su gran ingenio la convirtió en una guerrera temible. Wolf y Drácula enseguida se dieron cuenta de que ya no eran rivales para ellas.

La sabia Silf tenía a sus nuevas guardianas, más fuertes, rápidas y feroces que sus propios padres. Las dos mujeres tuvieron que dormir para completar la transformación, Drácula y Wolf esperaban que estas despertaran antes de que llegara la noche. Hacer ese hechizo gasto todas las fuerzas de Silf.

La noche llego y las chicas seguían durmiendo, Ilon y Risk atacaron, Drácula y Wolf volvieron a estar superados. Entonces lo notaron, a la sabia Silf no le quedaba mucho tiempo y decidieron atrincherarse en su habitación. Por suerte toda la estancia tenía puertas gruesas, los hechiceros traidores lanzaron un conjuro de fuego que destruyo la puerta.

La llama estaba a punto de alcanzar a Silf y los dos se pusieron delante para protegerla. En ese momento las chicas despertaron y vieron como Drácula y Wolf se convertían en cenizas, uno de los hechiceros se acercó a la sabia Silf para secuestrarla, pero no le dio tiempo de llagar. Dos sombras se pusieron delante de este y le impidieron el paso, viendo que Wolf y Drácula no fueron suficientes, cortándose en la palma de la mano de cada una impregnaron tanto la espada como el látigo.

Las armas absorbieron la sangre y empezaron a brillar, Un licántropo y un vampiro las atacaron, las chicas eran tan veloces que partiera por la mitad a sus oponentes sin darse cuenta.

• Eve, yo me quedo protegiendo a la sabia Silf, tú abre camino.

• Sí.

Eve salió de la habitación despedazando a todo el que se cruzaba en su camino, no paro hasta que se presentó delante de Ilon y Risk. Este último decidió dar una lección a la muchacha, pero Eve esquivo sus ataques con suma facilidad, golpeando a Risk con tal fuerza que este quedo incrustado en la montaña que había detrás de ellos, antes de que Ilon pudiera hacer algo. Eve ya le había cortado un brazo a Risk y le había puesto la espada en el cuello a él.

• ¡La sabia Silf esta bajo nuestra protección!

Cuando Eve estaba dispuesta a darle el golpe de gracia a Ilon, uno de los hechiceros creo una luz cegadora y un portal por el que huyeron. Mientras tanto en la habitación de Silf, estaba ocurriendo algo maravilloso. Silf se cubrió de llamas tal fénix y ardió hasta convertirse en cenizas.

Todo eso delante de la mirada de una asustada Casandra, cuando las cenizas se enfriaron de ellas emergió una niña. La sabia Silf se había reencarnado y sería la labor de Casandra y Eve ser sus guardianas y sus madres.

Eve volvió a la habitación lamentándose de la oportunidad perdida por hacerse la chula. Entonces se encontró la escena, viendo a Casandra acunando a una niña que según le explico Casandra era la Sabia Silf, tumbaron a la niña en la cama y le pusieron una vieja camiseta como un improvisado pañal.

La niña se durmió y mientras la miraban dormir, Casandra y Eve se cogieron de las manos de forma instintiva. Se miraron y entonces se dio, para cuando se dieron cuenta se estaban besando.

Continuará.