Sangre de mi sangre (02: La tentación)

La convivencia diaria con su atractivo hijo hacen que la tentacion en octavio sea cada dia mayor, cuando esta con su mujer se imagina que es su hijo al que penetra, sin embargo el destino cambiaria las cosas definitivamente.

FROM: MINDMASTER (CAPRICORNIO VIERNES)

MATERIAL: "SANGRE DE MI SANGRE" MM/t True Rape NC Humil B/D Anal, Oral. MC. INCEST

DATE: 4 DE JUNIO 2004

CAPITULO II "LA TENTACION"

*Esta historia contiene situaciones que podrían resultar ofensivas para menores de edad o personas que les disgusta leer acerca de violaciones, sadomasoquismo, bondagge, sexo no consentido e incesto. Si eres menor de 18 años o te incomodan las situaciones antes descritas. NO sigas leyendo esta historia. *

CAPITULO II "LA TENTACION"

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-papá, tengo novia- me lo dijo de golpe

-¡¿cómo?!- mi cara de asombro debió extrañarle. Creí que había oído mal, pero no era así Saúl siguió contándome

-si, papá, tengo novia- me vio directamente a mi sorprendida cara- y hasta hemos pensado en casarnos, ella vendrá a vivir aquí en monterrey, en unas semanas.

Creo que en otras circunstancias me hubiera alegrado la noticia de que mi hijo tenia novia y d que pensaba casarse, pero después de haberlo recibido en el aeropuerto, muchas cosas habían cambiado definitivamente, mi propio hijo se había convertido en el blanco de sexualidad reprimida por tantos años y mi forma de ver nuestra relación había cambiado radicalmente, mi deseo por poseerlo iba en aumento, y el hecho de escuchar que tenia novia, jamás pensé que mi hijo no hubiese tenido sexo, incluso algunas novias, salía con chicas, pero una novia formal, jamás lo había sabido, y no me agrado la idea en ese momento.

-no crees que estas muy joven aun, hijo- le dije tratando de aparentemente no darle demasiada importancia al hecho de que había despertado celos en mi.

  • papa, tu te casaste mas joven que yo ¿no lo recuerdas?- me pregunta dándome un buen argumento.

-mira Saúl,-le dije mientras volvía a pasar mi brazo por su musculosa espalda, no iba dejar pasar la oportunidad de sentir el contacto directo de su piel y la mía.- tu madre y yo hemos sido felices, tenemos mas de 20 años de matrimonio, nos casamos muy jóvenes, enamorados, pero tu sabes que el motivo de hacerlo a tan temprana edad era que tu venias ya en camino, ¿acaso tu y tu novia...?- me interesaba saber si había actividad sexual entre ellos.

-jajaaj, no papá, Nadia, no esta embarazada,- me dijo tranquilizándome al menos con eso, ya sabía que no había ningún tipo de obligación moral para que Saúl se tuviera que casar con la chica.

-hijo, tu madre y yo jamás nos hemos arrepentido de lo que paso, hemos sido muy felices, pero como fuimos padre demasiado rápido, pues no pudimos disfrutarnos mas como pareja.

-¿y te arrepientes de algo? Digo que hayas dejado de hacer algo por haber sido padre.

-no es eso, pero pienso que estábamos inmaduros para serlo y tuvimos que aprender sobre la marcha. Claro que tu estas aquí y te queremos. Le dije mientras volteaba a verlo, le di un beso en la mejilla, el primero desde que llego, sentí su barba crecida bajo mis labios, y quise prolongar mas la caricia que para mi tomaba otra dimensión, otro significado, mientras que para el era el mismo afecto paternal de siempre.

-no te preocupes, papá, hemos tomado nuestras precauciones- me dijo sin duda para tranquilizarme, pero para mi fue un golpe mas a mi deseo de tenerlo, eso quería decir que estaban teniendo sexo, que ella tocaba el atractivo cuerpo de mi hijo, que lo acariciaba, pude imaginarlo a el montado en ella, sudorosos, jadeando gimiendo como locos por el deseo que despierta un macho como Saúl en cualquier mujer, incluso en algunos hombre, que como yo tenían deseos homosexuales.

-¿quieres decir que han tenido sexo?- pregunte para confirmar. Sabiendo que la respuesta seria si, y que solo me torturaría mas.

-así es papá, espero no seas de esos padres que se espantan, nunca lo has sido, por eso tengo la confianza de decírtelo.

-no, no, desde luego que no, hijo- disimule lo mas que pude- me ha dado mucho gusto que me tengas la suficiente confianza para hablar conmigo. Tú sabes que puedes confiar en mí y contar conmigo para todo. Pero si me gustaría que pensaras mas, no el casarte, sino el casarte en corto tiempo.

-bueno, es un deseo el hacerlo, pero por ahora no se puede, debo tener estabilidad económica, tu sabes, no quiero tener que vivir con ustedes o con los suegros.

-es lo mejor hijo, una casa para ustedes dos.- le reforcé esa idea , para mantenerlo lo mas lejos del compromiso del matrimonio.-bueno ahora si hay que volver a dormir, vamos- ,ambos nos levantamos, y caminamos uno al lado del otro, Saúl me permitía sin saberlo admirar su perfecto cuerpo recorrerlo detenidamente, bajo la luz era fácil apreciar lo que ya había adivinado debajo de su ropa, que su cuerpo era sensual, masculino erótico, que invitaba a la sexualidad.

Cuando regrese a la cama, sentí que en lugar de calmarme, había sido contraproducente el haber conversado con Saúl, mi hijo, ya que el haberme enterado de que el tenia novias y una vida sexual activa con ella, me hizo imaginarlo teniendo sexo, mis pensamientos estaban cada vez mas enfocados a eso, me revolvía en la cama, dando vueltas hacia uno y otro lado, sin poder conciliar el sueño, imaginándome a su novia dándole placer a Saúl, imaginaba que el gemía de placer cuando ella le chupaba los pezones o le practicaba sexo oral, podía ver en mi mente la cara de mi hijo con los ojos cerrados mientras una manos femeninas tocaban cada centímetro de su musculoso cuerpo, recorriéndolo, impregnándose con su sudor, deslizando su lengua de los pies a la cabeza. Mi miembro endurecía, pero en mi mente la rabia por lo que pensaba aumentaba, los celos habían nacido en mi y me sentí con ganas de prohibirle que volviera a verla, pero que ridículo me hubiera visto, Saúl ya no era un niño, era todo un hombre, todo un macho, y por mucho amor que nos tuviera a claudia y a mi, no iba a permitir que nosotros controláramos su vida sentimental y sexual, y tenia razón.

Por otra parte yo no estaba ya dispuesto a permitir que mi parte bisexual se mantuviera latente, tenia que satisfacerla, que darle a mi cuerpo lo que me estaba pidiendo, tenia que encontrar la forma de cogerme a mi hijo-no,¡dios mío!, ¿que estoy pensando?- me dije a mi mismo, como podía siquiera tener ese tipo de pensamientos acerca de mi hijo, como podía estar tramando alguna forma de tener contacto sexual con el, de penetrarlo, de hacerlo mío, de recorrer todo su cuerpo con mis manos y mi lengua, de meter mi miembro en sus gruesos y varoniles labios para sentir como recorrían mi dura verga, o meter mi miembro en su apretado culo, desflorarlo. Volver realidad mi reciente fantasía.

El temor siempre venia después de la imaginación sexual con hombres, sobre todo el sentimiento de culpa, mas ahora que se trataba de alguien muy especial para mi, por eso trate de forzar a mi mente a que olvidara esas negras intenciones a no dejarme dominar por ese creciente deseo, a no permitirme mas pensar, pero todas mis intenciones duraban solo algunos minutos para retomar nuevamente su objeto de deseo e iniciar de nuevo.

Recordé como toque su pezón, como sentí la dureza y el calor del botón de su pezón derecho, mientras mi brazo descansaba sobre su atlética espalda, y mi miembro estaba de nuevo duro, controlando mis pensamientos, encauzándolos nuevamente al terreno prohibido de la sangre, hacia el incesto mas degradante. Siempre había estado educado bajo estrictas normas religiosas, así que si desechaba las relaciones homosexuales, mucho mas las relaciones homosexuales e incestuosas, además jamás había tenido ni la menor insinuación de que Saúl fuera atraído por hombre alguno.

Tantos movimientos d en la cama pronto despertaron a claudia.

-¿te pasa algo Octavio?- me pregunto adormilada-¿no puedes dormir mi amor?

  • no es nada, cariño, no te preocupes, vuelve a dormir- la tranquilice mientras le di un suave beso en los labios, para que volviera dormir.

Al sentir mis labios sobre los de ella en ese tierno beso de amor, recordé los labios de Saúl más gruesos y más carnosos formando una atractiva boca varonil, así que mientras mi realidad eran los labios suaves y delgados de claudia, mi fantasía estaba besando apasionadamente los labios de Saúl.

Me obligue a dormir al menos un rato antes de levantarme antes de volver a ver de nuevo a Saúl, una parte de mi deseaba verlo lo mas pronto posible, para extasiarme con su perfecto físico y otra parte de mi, no quería hacerlo, por el sentimiento de culpa que crecía en mi a la misma velocidad que mi atracción por Saúl.

Por la mañana me desperté un poco mas tarde que de costumbre, ese día iba a descansar así que puede hacerlo, aunque no quería ir a ver a mi hijo a su habitación por fin se impuso en mi el deseo de hacerlo, por lo que con el pretexto de bajara desayunar fui hasta su recamara. Toque la puerta antes de entrar, aunque me hubiera gustado abrirla de golpe y encontrarlo desnudo o cambiándose de ropa. Nadie me contesto

-Saúl, hijo. ¿ya despertaste?- como no hubo respuesta pensé que seguía dormido, mi deseo trabajo a la velocidad de la luz, imagine que si estaba dormido quizá estaría desnudo tendido sobre la cama, así que gire la perilla de la puerta para abrirla de golpe, así lo hice, pero mi sorpresa fue mayor al ver que la cama estaba vacía, aun sin tender, y puede oír el ruido de la regadera caer, se había levantado ya y estaba bañándose, tenia a un lado de la cama su ropa interior, una bóxer con una especie de suspensorio, justificable por el tamaño de sus genitales, me senté sobre la cama, mientras me quede viendo a la ropa que estaba sobre la cama apenas pude reprimir el deseo de tomarla entre mis manos. Pero si pude sentirla, esa ropa estaría cubriendo la parte del cuerpo mas deseada por mí, el trasero de Saúl. Mi deseo erótico se impuso, y permanecí ahí pasando mi manos por el bóxer que en cuestión de minutos estaría sobre esas grandes nalgas que yo deseaba por encima de todas las cosas.

Escuche cuando se termino el ruido del agua al caer, así que supuse que Saúl saldría, en unos minutos, así que fingí que acaba de entrar colocándome al lado de la puerta, esperando su aparición ¿saldría desnudo?- me pregunte. Pero no fue así, Saúl salio con una toalla envuelta en la cintura que cubría la parte baja de su cuerpo y ora toalla sobre los hombros que le tapaba parte del musculoso pecho incluso los pezones, esas toallas me estaban privando de poder satisfacerme al menos visualmente con mi hijo. El se sorprendió al verme ahí de pie junto a la puerta.

-¡papá!, no te oí entrar- me dijo mientras avanzaba rumbo al espejo, usando la toalla que tenia en sus hombros para continuar echándose su cabello, frotando su cabello con ella.

-pensé que aun dormías- le dije- pero escuche el ruido del agua y vine por ti para que desayunemos juntos- justifique mi estancia ahí, aunque se que no era necesario, eso había pasado antes en muchas ocasiones y Saúl lo sabia, no tenia por que pensar que yo estaba en la habitación por otros motivos, pero me justificaba a mi mismo con esas frases.

-claro, yo iba ir a despertarte para lo mismo- me dijo, siempre hacíamos los mismo el que despertara primero iba por el otro para desayunar juntos.- ¿cómo esta mamá? – me pregunto.

-bien, creo que durmió bien, y aun esta dormida, no quiero despertarla.

  • es mejor que descanse, mas tarde le llevare su desayuno a la cama ¿me toca hacerlo a mi verdad?- pregunto viéndome por el espejo de su recamara, mientras terminaba de secar su cabello.

-si, es tu turno- le respondí mientras lo mire de espaldas, ya que estaba detrás de el, y pude apreciar su tórax, reflejado en el espejo. Recordé cuando mi dedo estuvo tocando su pezón y me pareció algo casi imposible ¿como pude tocarlo?, ¿qué tal si el se hubiera dado cuenta de mis intenciones? Bueno al menos eso no pasó, mi mirada estaba fija en las gotas de agua que resbalaban por su atlética espalda deteniéndose en la toalla que estaba enredada e su cintura, y bajo la cual estaban ese par de grandes nalgas, que me habían quitado el sueño durante toda la noche. Por el espejo, seguí el recorrido de las gotas que resbalaban por su pecho creo que en ese momento también sentí envidia de las gotas por estar en contacto con su piel, con su cuerpo, por poder recorrer parte de su cuerpo y yo no. Solo me limitaba a admirarlo disimuladamente.

Al recorre su espalda con mi mirada puede ver casi en su unión con su enorme trasero, una pequeña macha roja, que sin duda era un chupetón, me puse rojo de la pena por haberlo descubierto, disimule para que el no se diera cuenta ya que seguía observándome por el espejo, esa prueba me dijo que la tal Nadia era voraz con las nalgas de mi hijo. ¿Quién, no? Pensé para mis adentros, ¿qué persona teniendo ese trasero a su disposición no aprovecha la oportunidad? Yo mismo me podría pasar un día entero con mi lengua entre esas nalgas.

Saúl se acerco a la cama tomo el bóxer y se los empezó a poner sin quitarse la toalla que estaba aun enredada en la cintura, tuve la tentación de estirar mi mano y arrebatarle la toalla para ver lo que había debajo de ella, no solo para adivinarlo, sino para estar seguro de lo que intuía. Pero me tuve que conformar con solo pensar hacerlo.

Aun así después de que se puso el ajustado bóxer se quito la toalla, sus nalgas apenas estaban cubiertas y su miembro llenaba todo el suspensorio del bóxer, su abdomen definido, sus piernas de músculos largos y desarrollados, el bóxer no dejaba gran cosa a la imaginación, no por no cubrirlo sino por ajustarse a la perfecta forma del cuerpo de Saúl.

Sobre el bóxer Saúl se puso un short que apenas era un poco mas largo que el bóxer, y una camiseta de la universidad, pero para mi desgracia la camiseta no era ajustada, sino bastante holgada y evitaba adivinar la perfecta silueta de Saúl.

Yo lo observe paso a paso mientras terminaba de vestirse, sin dejar de admirar cada grupo muscular en tensión que se hinchaba cuando los flexionaba al sentarse pararse ponerse la ropa, o los tenis, en menos de 15 minutos estábamos ya en el desayunador, preparándonos algo.

Ninguno de los dos menciono algo sobre la confidencia que Saúl me había hecho respecto a su novia, hablamos de cómo le había ido en su examen, de sus planes de trabajo, pero evitamos, sobre todo yo que la conversación virara hacia su novia. Después de que terminamos de desayunar, Saúl cumplió su promesa, le llevo el desayuno a la cama a claudia.

Ese día mas tarde el ginecólogo fue a visitar a claudia a la casa y la encontró mejor, pero no autorizó que se levantara mas que para lo indispensable. Aun tenía algo de sangrado, leve pero sangrado al fin. Así que había que hacer todo lo posible para que ese riesgoso embarazo llegara a feliz término.

Tanto para claudia, como para mi, jamás nos había hecho falta otro hijo, nos habíamos resignado desde hacia muchos años a que no sucedería, de hecho claudia había dejado ya los tratamientos para embarazarse cuando resulto la fecundación. Por su parte a Saúl nunca le había hecho falta un hermano, o al menos nunca nos lo había dicho, por que desde que tuvo uso de razón nosotros le dijimos de una forma que él pudiere entenderlo que, no podíamos darle un hermanito, y así como nosotros nos resignamos el también, claudia y yo suplimos la ausencia de hermanos. Yo tuve que trabajar en la biblioteca algunos asuntos pendientes aprovechando que Saúl le hacia compañía a claudia, así que me pude dedicar a atender esos pendientes que tenia, ya por la tarde regrese a su lado, para que mi hijo descansara un poco. Y me entere de que en ese tiempo Saúl le había contado a claudia sobre su novia. Por los comentarios que ella me hizo.

-¿te dijo Saúl, que tiene una novia formal?- me pregunto, pero yo se que con ese comentario, ella sabia que Saúl me lo había confiado.

-si, anoche cuando baje por un vaso de leche a la cocina, el bajó también y estuvimos conversando un rato, ahí me lo dijo.

-¿qué opinas de eso?- me pregunto. Como padres estábamos viviendo con esa noticia algo nuevo, pues quizá en ambos estaba ahora presente el temor de perder a nuestro hijo, ya que al casarse quizá dejaría de vernos , de frecuentarnos, ambos nos imaginábamos cosas distintas, en mi se terminaba la idea de poder estar con el de poder poseerlo, de al menos estarlo viendo, de satisfacer mi mirada recorriendo con mis ojos su cuerpo y en claudia, los celos propios de todas las madres cuando ven que pierden a su "pequeño" hijo.

-pues le dije que me parece muy joven para pensar en casarse o formalizar algo- le respondí, esperando que ella me apoyara en lo que yo pensaba, ambos nos conocíamos muy bien y casi siempre estábamos de acuerdo en todo, y aun por encima de los deseos que yo tenia por mi hijo, estaba el deseo de cualquier padre de la incertidumbre de saber como le iría a los hijos en el matrimonio.- ¿qué le dijiste tu?- le pregunte

-mas o menos lo mismo, le pedí que tuviera paciencia, que tomara las cosas con mas calma con ella.

-¿y que te contestó? – pregunte ansioso por saber si lo que claudia le había dicho puedo haberlo hecho reflexionar y ser mas prudente en sus compromisos, en no casarse tan rápidamente. En que no se fuera de la casa para iniciar su vida, en tenerlo junto a nosotros más tiempo, en poder disfrutar de ver ese perfecto cuerpo de adonis que tenía mi hijo y que me enloquecía de deseo y excitación. Llevándome hasta el paroxismo de la lujuria.

-me dijo que por ahora esperara un tiempo- me contesto

Respire aliviado al saber que al menos por ahora Saúl estaría a nuestro lado, Saúl siempre, había sido un hijo modelo, así que no creo yo que en esa situación de constante amenaza de aborto de claudia, su madre, nuestro hijo saliera con que se iba de la casa por casarse, si había regresado precisamente para ayudarme en la atención de claudia.

Durante todo el resto del día me la pase en el despacho trabajando, o intentando hacerlo, pero no lograba concentrarme, siempre que lo intentaba apenas duraba unos minutos e inmediatamente venían a mi menta la imagen de Saúl , en toalla, sin camisa, o vistiendo el bóxer, o unos ajustados jeans, de solo imaginar su perfecto cuerpo de adonis, mi miembro endurecía, todo me hacia sentir culpable, ¿cómo es posible que desee, el cuerpo d mi hijo? antes pocas veces me había excitado el cuerpo d algún hombre, realmente como lo he dicho el tener sexo constante placentero y gratificante con claudia mantenía mi libido por los hombres en estado latente, oculta. El embarazo de claudia, vino a desencadenar todo esto y se agravo por la llegada de Saúl, por haber desarrollado mas músculos de los que tenia al irse, por convertiré en un macho adulto, viril y atractivo que despertó en mi una creciente excitación, que llenaba mi pensamiento y dominaba mi deseo, mi miembro endurecía varias veces al día de solo recordarlo, de imaginar esas duras nalgas, fuertes, redondas, de poder imaginar en lo mas posible que sentiría mi verga si estuviera entre esas perfectas nalgas de mi hijo.

Pero todos esos pensamientos terminaban en lo mismo, ¿como iba yo a poder cogerme a Saúl? Nunca note en el la mas mínima tendencia, siempre había sido muy noviero, y me consta que fue precoz en la actividad sexual con chicas. Así que mi deseo estaba destinado al fracaso, a morir antes de florecer. Como deseaba que la salud de claudia mejorara para poder tener una ida sexual plena y poder resistir la tentación del culo de mi hijo, la tentación de penetrarlo, de poseerlo, de querer ser el macho que lo desquinte aun en contra d su voluntad, para conducirlo a una sexualidad nueva en la que seriamos cómplices, pero todos mis castillos en el aire se venían abajo, la única vía que tenia a la mano para reducir mi deseo, era masturbarme constantemente, imaginándome escenas en las que mi miembro estaba en el culo o en la boca de Saúl, en como sus labios gruesos y varoniles recorrían todo lo largo de mi miembro, sin poder dejar de hacer, ver sus ojos cerrados contrastando con su boca abierta por la presencia de mi verga en el. ¡Dios mío! Que lejos he llegado con mis pensamientos, con mis deseos, dios no tiene nada que ver ene ellos, mas bien era algo diabólico que dominaba mi mente y anulaba mi raciocinio, nulificando mi buen criterio, para colocarme en un plan difícil del que no podía escapar, el cual se apoderaba mas y mas de mi, el saber que aun faltaban varios meses para que naciera nuestro hijo, implicaba que seria mas tiempo sin poder tener sexo con mi mujer, y en estas circunstancias, mi deseo por mi musculoso hijo Saúl, crecería, ¿podría contenerme? Tenía miedo de estirar mi mano y tocarlo, acariciarlo, recorrer su cuerpo, su pecho de músculos perfectos y bien desarrollados, de chupar sus pezones toda la noche o de tener mi lengua estrangulada por su culo, mientras yo bebo el sabor de sus entrañas. Hacerlo gemir aun contra su deseo, hacerlo mío.

A medida que avanzaban los días el deseo iba en aumento, las masturbaciones se hacían mas frecuentes, pero no eran suficientes para mantener el deseo inhibido, así que hube de agregarle las duchas de agua fría, para poder reducir la tensión, para poder afrontar la cercanía de Saúl, su cuerpo, la época era de verano , el intenso calor obligaba a Saúl a usar ropa corta, o andar sin camisa en ajustados shorts, como si hasta la temperatura ambiental se hubiera puesto en mi contra para irme guiando a es deseo enloquecedor que me aprisionaba con fuertes rejas, y mantenía mi deseo cautivo del cuerpo de mí hijo, de su musculoso físico, el sentir vergüenza cuando me veía a los ojos, la mirada de Saúl, tranquila serena, sin una mancha de culpa mientras la mía, llena de vergüenza y culpa, apenas podía sostener la mirada con la de mi hijo, pero en cuanto el me daba la espalda, mis ojos como imanes se pegaban a su imagen, recorriéndola palmo a palmo, hasta quedarme extasiado, para tener las imágenes de su perfecto cuerpo frescas, cada vez que me masturbaba. Para hacerlo mío al menos en la fantasía del cuarto de baño, cuando estaba solo y la única ayuda era mi imaginación y mi mano derecha. Cuantas masturbaciones fueron "a la salud" de, mi musculoso, hijo Saúl.

En una de esas tardes en que llegue temprano, vi. Como mi hijo Saúl estaba nadando en la alberca, así que aun sin ponerme el traje de baño, salí solo a tomar un refresco mientras deleitaba la pupila con el cuerpo de Hércules de Saúl, admire sus largas y torneadas piernas, sin vello, su redondo y abultado trasero que apenas era cubierto por el diminuto y ajustado traje de baño, su perfecto y definido abdomen dividido en paquetes musculares, su amplio tórax y sus oscuros pezones que sobresalen entre esas montañas de músculos. Las gotas de agua resbalan por su bronceada piel cuando después de dar una vuelta nadando en la alberca, ve su padre observándolo mientras toma un refresco. Nada hasta donde esta el, sale de la alberca escurriendo agua, las gotas de agua resbalan por las curvaturas de sus músculos, sentí como su miembro endurece de ver el perfecto cuerpo de Saúl caminado hacia mi.

-¡papá! No te oí llegar- me dice mientras se acerca tomando una toalla, para comenzar a secarse la espalda y el pecho

Sentí en ese momento envidia de la toalla que recorre todo el cuerpo de mi hijo, de cómo tocaba esa piel firme sobre esos músculos de acero que tenia Saúl, mi mirada estaba unida al cuerpo de Saúl, no podía despegarla, dejar de imaginar en un encuentro sexual, afortunadamente mi pantalón era holgado y podía disimular bien mi erección, sin ningún problema, aun así trate de ocultar mi turbación al ver acercarse, al tener cerca de mi a Saúl,

-acabo de llegar, y te vi en la alberca, salí a relajarme un rato- le conteste

-¿quieres nadar?- me preguntó como si me estuviera invitando a nadar junto con el, a disfrutar juntos de la alberca como lo hacíamos antes, pero el temor de no poder ocultar mi erección con el traje de baño, me detuvo de hacerlo.

-ahora no, hijo, estoy algo cansado, no tengo mucho animo. ¿Cómo esta tu madre?- le pregunte paras ver como había claudia pasado la tarde.

-creo que bien, ha comido bien y estuvo durmiendo, vino el ginecólogo y dice que quizá en unos días pueda levantarse de la cama.

-espero que así sea, claudia esta ansiosa de hacerlo.

-si, mamá es muy activa.

-espero que después del parto todo vuelva ala normalidad,- le dije refiriéndome a la vida de claudia y la mía, ya que ella era mi única salvación

-¿te sucede algo, papá? – me pregunta Saúl viéndome fijamente a la cara esperando una respuesta que le de una clara explicación de por que actúa como lo hace en las últimos días.

-nnno, ¿por qué lo preguntas, hijo?- respondo fingiendo extrañeza por la pregunta

-te he notado algo alejado, como que evitas el estar conmigo, comos antes que compartíamos muchas cosas, siento que estas lejano.

-no, no es así, hijo, pero que bueno que me lo dices, no lo he notado, quizá la situación me lo ha provocado, pero no sucede nada, ven aquí- le dije aprovechando esa oportunidad para abrazarlo, presionar su atlético cuerpo contra el mío, sentir su desnuda y húmeda espalda, bajo las palmas de mis manos, recorre su ancha espalda, sentir la dureza, lo firme de su cuerpo, que placer sentí en mis manos, no se como puedo desear el cuerpo de mi hijo, como puedo ser tan canalla de tener esos pensamientos con Saúl, de querer poseerlo, ¿por qué me sucede esto a mi?. Lo parte fuerte contra mi en una mezcla de amor y deseo, de tratar de obtener con ese fraternal abrazo el termino de mis fantasías sexuales, que me estaban consumiendo, apoderándotese de mi, invadiéndome cada vez mas.-te quiero mucho, hijo- le dije al oído y pude sentir el aroma a limpio de su cuerpo, su aroma de hombre, de macho, por ningún momento me abandonaban los deseos, no sabia hasta donde será capaz de llegar por tenerlo, por penetrarlo, quizá en algún momento dejaría de importarme que fuera mi hijo y lo tomaría por la fuerza, lo cogería hasta cansarme, olvidándome de mi moral, de mi vida recta, toda mi vida actual estaba siendo regida, por mi "cabeza" inferior, que estaba llevándome mas y mas hacia es orilla de deseo incestuoso, que tenia como objetivo, el culo de mi hijo Saúl, el perfecto redondo y duro culo, que tenia tan cerca físicamente de mi, pero tan lejos en cuanto a posibilidades de poder poseer.-¡dios mío!- que difícil prueba estaba atravesando, mi salvación era claudia, mi esposa, si ella se repone, todo volverá a ser normal, al tener sexo con claudia mis tendencias bisexuales, se inhibían totalmente, así había sido por todos estos años, así que todo volvería a ser igual, nada cambiaria, desee ene se momento que el tiempo que faltaba pasara lo mas rápido posible, para que todo regresara a la normalidad, ara volver a ser el heterosexual que siempre he sido. Para aniquilar en mi mente los deseos sexuales que mi musculoso hijo me provocaba.

Después de varios minutos de estar así abrazados reconciliándonos fraternalmente y sintiendo culpas, al menos de mi parte, sentí la necesidad de pedirle perdón.

-hijo, perdóname- le dije mientras lo veía directamente a los ojos sin dejar de abrazarlo.

Saúl me miró sorprendido, sin saber que decir no se esperaba eso, su rostro estaba igual de confundido que su mirada.

-¿perdonarte? ¿Por qué?- me pregunto extrañado aun

Trate de desviar el tema, así que dije lo mas coherente ene se momento.

-por eso que dices, que he estado distanciado de ti estos días- le dije

-papá, no digas eso, no tengo nada que perdonarte, te quiero y eres el mejor papá del mundo, lo sabes. Me dijo mientras besó mi mejilla, sentí sus labios calidos suaves varoniles rozar mi piel, como el bebe tan pequeño que yo había cargado desde que nació se había convertido ahora en un hombre en toda la extensión de la palabra, un hombre tan atractivo, tan musculoso, tan varonil. Todo lo que he deseado poder poseer en los últimos días.

Que ajeno estaba Saúl, mi hijo de que ese "perdóname" tenia otro significado, el disculparme por lo que sentía, por ese deseo creciente y diabólico que me embargaba haciéndome débil ante la perfecta carne de mi hijo, ante su cuerpo tentador y su excesiva virilidad. El hecho de seguir con mis oscuros deseos, hizo que esa frase de perdón saliera de lo mas hondo de mi alma, de que fuera mayor el amor que siempre he tenido por mi hijo, que cualquier otra cosa. De que me perdonara por no poder terminar con mis insanos deseos, y de no saber hasta done me llevarían.

Le regrese el beso en la mejilla, como acostumbrábamos hacerlo, después fingí que tenia algunos asuntos pendientes y me aleje, mientras Saúl se quedaba un rato mas en la alberca, aun de reojo puede ver su perfecto trasero cubierto únicamente por el diminuto traje de baño, que parecía apenas pintado en esos glúteos perfectos.

Suspire y di media vuelta para entrar a la casa, necesitaba terminar algunos pendientes y de paso, ver a claudia, como seguía. Por fortuna claudia estaba bien no había grandes cambios, a excepción de una leve mejoría que quizá le permitiría abandonar la cama, aunque eso no implicaba que pudiéramos volver a nuestra vida sexual, me alegre, nunca antes ni claudia ni yo habíamos, deseado otro hijo, nos habíamos acostumbrado a que eso no se repetiría, que jamás volveríamos a ser padres y ahora, después de tantos años, otra vez estábamos a la espera de un nuevo bebé, un hermano para Saúl, bastante tardío, pero en fin.

Después de la cena en la que apenas podía tener la mirada lejos de mi hijo, tuve que retirarme a descansar, estaba agotado así que tomé uno de mis tranquilizantes para poder dormir, y no pensar, no tener de nuevo esos pensamientos de querer penetrar Saúl, de desear a alguien que es sangre de mi sangre y sentirme culpable.

Esa noche apenas puede dormir, pero no quise levantarme por temor a encontrarme a Saúl en l cocina como la noche anterior, así que aunque me desperté en varias ocasiones únicamente me quede acostado, viendo dormir a claudia, mi mujer, que inocente estaba de lo que sentía, como podía ser tan bajo, tan ruin tan canalla, teniendo la familia que tengo, es como si súbitamente todo el perfecto mundo que teníamos se hubiera perdido.

Por la mañana después de llevarle el desayuno a mi mujer, le prometí que estaría mas tarde con ella, el ginecólogo la había autorizado a levantarse así que puedo dar unos pasos, sin temor, el sangrado había cesado y la progesterona, que es una hormona, había logrado fijar mejor el producto, aunque sin sexo, aun. Los días siguientes la evolución de claudia fue en ascenso, así que ya podía caminar mas, hasta por 10 minutos seguidos y todo marchaba de maravilla, aunque los deseos por Saúl estaban aun en mi cabeza. Siempre me alentaba pensar que cuando naciera el bebe, claudia y yo seriamos de nuevo la pareja sexual perfecta y mis demonios incestuosos y sexuales se irían.

Claudia tenia ese día un chequeo de rutina con el ginecólogo, yo tenia una junta muy importante pero quería acompañarla, aunque se me iba a dificultar un poco, así que acordamos que nos veríamos en el consultorio del ginecólogo, Saúl la llevaría hasta allá, y yo los estaría esperando así no tendría que ir a la casa y volver, me despedí de ella la vi. Más bella que antes. Bese a mi hijo en la mejilla y me fui al trabajo a comentar otro día de labores como siempre.

Durante todo el día anduve intranquilo como si me preocupara algo mas, aparte de la tentación del culo de Saúl, mi hijo, pero no supe a que atribuirlo, todo marchaba mejor que antes, claudia estaba mejor, ya podía levantarse caminar, así que trate de desechar esos pensamientos y entregarme a mi trabajo, no quería pensar sobre todo en Saúl, no quiere entrar de nuevo en el circulo vicioso sexual en que había caído y del que por mas esfuerzos que hacia no podía escapar, no podía dejar de llevar a cabo en mi mente las fantasías sexuales con el apretado culo de Saúl, quien se encontraba ajeno a lo que yo deseaba obtener de el, siempre al final de todo pensaba que todo se quedaría en fantasía, que jamás me atrevería a atacar a Saúl, nunca en toda mi vida había tenido sexo con otro hombre, mucho menos con mi hijo, lo podría hacer, las semanas estaban pasando lentas el embarazo de claudia, estaba ya casi en la semana numero 30, así que mi tortura estaba casi aun paso de terminar, tenia la idea de que al nacer nuestro hijo, la alegría de ser padre de nuevo, me haría olvidarme de Saúl, así como el regresar a tener mi vida sexual con claudia, sobre todo eso.

Al medio día hice algunas llamadas a la casa, para hablar con claudia y con Saúl, y terminar de ponernos de acuerdo en los detalles, Saúl usaría el auto de claudia, para llevarla al consultorio, así que yo podría estar tranquilamente en mi trabajo, todo estaba bien en casa.

Antes de la hora de salida, subí a mi auto, ya había avisado que tendría que retirarme antes de la hora de salida, así que conduje hacia el consultorio, cuando el timbre de mi celular, llamo mi atención, vi. Que era el número de la oficina, así que pensé que había dejado algo pendiente, sin ocultar algo de mal humor, conteste y recordándole a mí secretaria que iba a una consulta con mí esposa, para que no me fuera a pedir que regresara.

-¿qué sucede Ofelia?- le pregunte a mi secretaria cuando conteste.

-licenciado, no se como decirle- note que su voz estaba algo tensa.

-¿qué pasa Ofelia?, dígamelo- le dije ya un poco mas exasperado por la prisa que llevaba para poder llegar al consultorio.

-licenciado, hablaron para informar de un accidente.

-¿un accidente? ¿En la fabrica? ¿De que habla Ofelia?

-no, licenciado, se trata de su familia.

Sentí que el piso se hundía, detuve el coche inmediatamente para poder asimilar lo que Ofelia me estaba diciendo.

-¿mi familia? ¿Mi, mujer, mi hijo? ¿Qué les paso?

-no lo se bien licenciado, tuvieron un accidente automovilístico, hace unos minutos y los trasladaron al hospital

-¿a cual? ¿Están bien, verdad?- pregunte ansioso

-no lo se licenciado, me dijeron que los llevaron al hospital no me informaron mas.

-dígame la verdad, Ofelia ¿están muertos?- un enorme temor tenia yo al preguntar eso, o mas bien a que me respondieran esa pregunta.

-no, no señor, no me dijeron eso, pero si los llevaron al hospital, no creo que estén muertos. Licenciado.

El razonamiento de Ofelia era lógico, después de tomar la dirección del hospital al que los habían llevado, cambie el rumbo y me dirigí al hospital en mi mente estaban miles de temores por lo que podía encontrarme en el hospital ¿cómo pudo ser posible?

Saúl era buen conductor. Creo que en es momento rece mas que en todos los días de mi vida juntos, no sabia lo que me iba a encontrar, en unos cuantos minutos estaba ya a las puertas del hospital, me baje del auto, y me di el valor necesario para entrar y saber lo que había sucedido, como estaban mi mujer y mi hijo. Rápidamente abrí la puerta de cristal para entrar por el área de emergencias ansioso por saber, temiendo lo peor. ¿Por qué había sucedido eso? ¿Por qué?- esa pregunta taladraba en mi mente cuando empecé ver como la sala de emergencias estaba llena.

Me dirigí a la enfermera que estaba en una especia de recepción para preguntar por mi hijo y mi mujer cada paso que daba para llegar hasta ella mi corazón latía mas y mas, como si fuera a romper mis costillas y explotar mi boca estaba seca. Más aun cuando la enfermera me miro fijamente.

-¿qué necesitaba, señor?- me pregunto, estaba a punto de saber quizá la peor noticia de mi vida.

CONTINUARA

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