Sandra y la fotógrafa.

Sandra de encuentra sin trabajo. Decide acudir a una oferta de trabajo para realizar una sesión fotográfica donde encontrará sentido a su vida.

Sandra y la fotógrafa.

Hola a todos, para los que no me conocéis mi nombre es Sandra. Tengo 27 años y vivo en una habitación en un piso compartido con otras 2 chicas en Madrid. Hace 3 años que me vine a Madrid a trabajar ya que las posibilidades que había en el pueblo eran muy pequeñas.

¿Que os puedo contar sobre mi? Me gusta cuidarme, sigo una alimentación muy estricta y hago mucho ejercicio, principalmente running en las calles y parques de Madrid debido a que mi situación económica no me permite actualmente seguir pagando las cuotas del gimnasio. Hace tres meses que fui despedida de mi último trabajo de administrativa en un despacho de abogados y con el paro a duras penas tengo para continuar pagando la habitación y los gastos del día a día.

Revisando ofertas laborales en un portal de Internet encontré una en la que buscaban una chica joven para una sesión de fotos, interesados llamar al siguiente teléfono. En un primer momento pensé que sería fotografía erótica y por supuesto no iba a aceptar un trabajo así pero por dentro pensaba ¿y si simplemente buscan una chica para alguna sesión de fotos de alguna cadena de ropa juvenil?

Cogí el teléfono y marque el número de la oferta, me contestó una mujer.

  • Hola, soy Sandra, llamaba para interesarme por la oferta para la sesión de fotos.

  • Hola Sandra, soy Carmen fotógrafa encargada del estudio fotográfico Rosas y Claveles, no se si nos conoces.

  • No, no os conozco, respondí

  • No importa, te cuento, Sandra. Queremos hacer un reportaje con una chica joven en el estudio para promocionarnos pero no tenemos un presupuesto elevado por ello buscamos una chica que no sea profesional ya que no podemos pagar unas tarifas elevadas. El tipo de fotos que buscamos son poses en distintos ambientes pero siempre buscando la creatividad y familiaridad, no es fotografía sexual, remarcó Carmen.

  • Precisamente ese era mi temor, le dije ya más tranquila.

  • Bien Sandra, en ese caso si quieres pasate por el estudio esta tarde, nos conocemos en persona y si eres el tipo de persona que buscamos para el reportaje y estas de acuerdo en las condiciones podremos comenzar a trabajar en breve.

Nada más colgar el teléfono busqué en Internet el estudio fotográfico Rosas y Claveles, pude ver que se dedicaban principalmente a hacer reportajes de bodas, comuniones, también tenían una sección para gente que quería realizarse sus books en busca de un futuro en el mundo de la moda.

Después de comer y descansar un poco, me di una ducha y me vestí, me puse deportiva, camiseta de tirantes y un Jersey deportivo encima y unos leggings en los que se me marcaban ligeramente las bragas pero como el Jersey me tapaba todo el culo no había ningún problema. Me puse las deportivas y me fui al metro. El estudio se encontraba relativamente cerca de mi casa a sólo 6 paradas, una vez llegué me asomé por la puerta y vi a una mujer de unos 50 años atendiendo a una pareja, supuse que era Carmen, respiré profundo, abrí la puerta y dije: Buenas tardes.

  • Buenas tardes, contestó amablemente quien suponía que era Carmen, en seguida le atiendo, ya estamos acabando.

La verdad que así fue, vi como la pareja se despedía y quedaban en volver el próximo Lunes sobre la misma hora.

  • Hola soy Sandra, llamé esta mañana para la oferta de trabajo.

  • Hola Sandra, soy Carmen y salió del mostrador y me dio dos besos.

Carmen tendría alrededor de 50 años pero tenía un cuerpo muy cuidado, espectacular para su edad, llevaba un vestido ajustado que le quedaba por encima de las rodillas y unas medias color visón que le favorecían muchos las piernas. Los zapatos que calzaba tendrían un tacón de no menos de 8 centímetros por lo que a pesar de mis 175cm de altura, Carmen era un poco más alta que yo.

  • Ven Sandra, pasemos al estudio y te cuento lo que necesitamos, a primera vista tienes un tipo perfecto para el reportaje, súbete un poco el jersey.

Me subi el jersey quedando mis bragas marcadas en los leggings, enseguida me lo volví a bajar.

  • Las condiciones económicas no son nada del otro mundo. Por cada sesión de fotos que duran unas 4 horas, te podría pagar 60€ pero eso si necesitaría que trajeras tu propio vestuario, ya que si tengo que comprar yo la ropa, no dispondría de presupuesto para pagarte y tendría que buscar chicas dispuestas a trabajar gratis a cambio de promocionarse en este mundillo.

¿Has trabajado alguna vez como modelo? Percha veo que no te falta para ello, preguntó Carmen

  • No, nunca sería mi primera experiencia. Me encuentro en paro y necesito tener algún ingreso extra

  • Como te digo no te puedo ofrecer mucho a cambio, pero si aceptas trabajar conmigo podrás sacarte unas perras durante varios días.

La verdad es que Carmen me pareció una mujer sería y aunque no era mucho dinero me vendría muy bien mientras encontraba otro trabajo, por lo que sin pensarmelo dos veces, le dije.

  • Y bien Carmen ¿cuando empezamos con el reportaje?

Carmen sonrió y me dijo, si estas de acuerdo mañana mismo. Pasate sobre las 18h y comenzaremos con la primera toma de contacto. Necesitaré que traigas al menos 3 modelos distintos para las fotografías.

Nos dimos dos besos y me volví a casa. La verdad que volví muy contenta ya que Carmen daba la sensación de ser una profesional de la fotografía y el trato que me había dado era muy bueno. La noche dormí regular con los nervios del día siguiente pero aún así me levanté tarde cerca de las 11 de la mañana, salí a correr cerca de hora y media y me metí a la ducha, me depile y me di aceite corporal pensando en ir con mis mejores galas como si de una cita se tratase. Me puse unas bragas viejas para estar por casa y una camiseta larga haciendo las veces de vestido y sin sujetador ni nada y me preparé algo de comer. Mis dos compañeras de piso no estaban ya que ambas tenían trabajo actualmente y volvían tarde por lo que la noche anterior casi no hablé con ellas ni les conté que iba a realizar un reportaje fotográfico.

Después de comer elegí que llevaría al estudio, cogí un vestido verde de encaje ajustado que me encantaba y que solía sacar los fines de semana cuando salíamos de fiesta las tres. Una minifalda vaquera con una camiseta con mangas con la palabra love escrita dentro de un corazón y por último un mono largo estampado de flores. Me puse unos shorts y una camiseta de tirantes y guarde la ropa en una bolsa junto con unos zapatos de tacón de unos 6 cm y unas sandalias de no más de 3 cm de tacón que me había comprado días atrás en Zara.

Cuando llegué al estudio, Carmen no tenía a ningún cliente, en cuanto me vio aparecer por la puerta se acercó a mi y me dio dos besos.

  • Hola Sandra, no te esperaba tan pronto.

  • Estaba nerviosa en casa y salí con tiempo.

  • Bien, pues aprovechando que no hay ningún cliente en la tienda si quieres pasamos dentro al estudio y comenzamos.

Pasamos dentro del estudio, allí tenía varios fondos y las cámaras preparadas, también cierto mobiliario para según que tipo de fotos un sofá, silla, un tronco, varias macetas con plantas,...

  • Veamos que ropa has traído Sandra, dijo Carmen.

Al ver el vestido verde de encaje, Carmen exclamó: me encanta, van a salir unas fotos impresionantes.

Después le mostré la minifalda y la camiseta y el mono largo estampado con flores.

  • Tienes buen gusto Sandra, dijo Carmen creo que vamos a poder hacer una primera sesión de fotos muy lograda. Si te parece tomaremos unas primeras fotos con los pantaloncitos que traes puestos como look más casual.

Allí estaba yo convertida en modelo. Carmen me colocaba según las fotos, de espaldas, de perfil, a contraluz, tumbada en el sofá.

Ahora por favor ponte el vestido verde y continuaremos con la sesión, dijo Carmen.

Miré hacia los lados y como no vi ninguna puerta, pregunté ¿donde puedo cambiarme?

  • Aquí mismo dijo Carmen. El estudio es pequeño y no hay ninguna otra sala, solo un pequeño servicio, estamos solas tu tranquila.

Me puse un poco colorada pero al final pensé. Podría ser mi madre, además es una profesional y seguro que ha hecho todo tipo de reportajes.

Me quite la camiseta, me desaté las deportivas y me bajé los shorts. En ese momento me quedé en ropa interior delante de Carmen. Como no había pensado en ello allí estaba yo con unas bragas blancas altas de algodón con un lacito delante igual que las que me compraba mi madre cuando era una niña y el sujetador de color carne igual que los que usaba mi madre.

  • Vaya cuerpo de escándalo que tienes, exclamó Carmen.

Yo me encogí un poco y contesté gracias Carmen. La verdad es que a pesar de estar en ropa interior delante de ella nunca me sentí violenta ya que el trato era como el de una madre y su hija.

Me puse el vestido verde y los zapatos de tacón y continuamos con las fotos, la sesión estaba transcurriendo muy distendida.

  • Ponte ahora la minifalda vaquera Sandra.

Me quite el vestido y en ese momento me entraron ganas de orinar, fui al baño antes de ponerme el siguiente modelo, la verdad Carmen era tan formal y estaba tan pendiente de mi que ya no tenía vergüenza a pesar de estar en ropa interior delante de ella.

Estaba orinando cuando oi que entró alguien a la tienda. Por la voz ers una mujer que venía a hacerse unas fotos para un certificado oficial.

Fui a salir del baño, pero según abrí la puerta vi que estaban en el estudio por lo que preferí esperar.

Carmen que oyó el ruido de la puerta, dijo: sal Sandra, mientras yo le hago las fotos a esta Señora puedes ir vistiendote o se nos hará tarde.

Con un poco de apuro, salí del servicio y dije buenas tardes. La señora me miró al verme en ropa interior pero rápidamente Carmen ñe explicó

  • Estamos haciendo un reportaje fotográfico y Sandra que es nuestra modelo va a ir cambiándose mientras te tomo las fotos, no te preocupes que ella está habituada a estas situaciones.

Yo para mis adentros me reía y pensaba en la situación, de haberlo sabido me habría puesto unas braguitas y un sujetador más bonitos y no que allí estaba con unas bragas altas que eran lo menos sexy que una podía llevar.

Una vez acabó la mujer. Yo ya me había puesto la minifalda y la camiseta y continuamos con la sesión.

  • Venga quitate la minifalda y ponte el mono y así acabamos por hoy.

Me quite la ropa y mientras me vestía continuabamos hablando Carmen y yo, había algo especial entre las dos.

Despues de hacer las fotos con el mono y las sandalias que había traído, Carmen me dijo que habíamos acabado por el Día de hoy.

  • Toma 65€ ya que la sesión se ha alargado un poco, cambiate y mañana continuamos.

No hace falta, contesté me iré con esta ropa a casa. Gracias Carmen por todo, me vendrá muy bien este dinero para pagar la habitación este mes.

  • Mañana Sandra te puedo ofrecer otra sesión pero sería de ropa interior, ya has visto que estamos las dos solas y yo te apoyaré para que no te sientas mal.

La verdad es que me daba bastante corte, pero conseguir otros 60€ más me venían muy bien por lo que ni corta ni perezosa le dije:

  • ¿Pero no tendré que enseñar más de la cuenta Carmen?

  • No tranquila, hoy has estado en ropa interior delante de mí, la sesión será igual.

  • De acuerdo, necesito ese dinero, le dije.

Nos dimos nuevamente dos besos, nos despedimos y me fui para casa.

Al día siguiente elegí varios modelos de ropa interior: un sujetador de encaje a juego con unas braguitas brasileñas en color café que no dejaban nada a la imaginación, un tanga negro básico de los que usaba muy a menudo junto con un sujetador también negro con un ribete de encaje y por último un culotte de encaje de talle alto junto con un sujetador a juego en tono rojizo que tenía sin estrenar al no haber encontrado ocasión para utilizarlo.

Me di una ducha, me puse unas braguitas tipo bikini de algodón lisas en color rojo y un sujetar negro push up, en esta ocasión era una ropa interior más visible que la que había llevado el día anterior. Cogí un vestido ligero ya que hacia bastante calor de los que llevamos en verano con la falda que hacia algo de vuelo y que quedaba por encima de las rodillas. Me calce unas sandalias planas de esas que llevan una tira entre el dedo gordo y el segundo y acaban rodeando el tobillo que me había comprado el año anterior en el Primark y me fui para el estudio.

Cuando llegué allí estaba Carmen esperándome, me dio dos besos como todos los días.

  • Que guapa has venido hoy Sandra, cuando quieras comenzamos la sesión

Pasamos al estudio y saqué los conjuntos que había traído.

  • Sabía que no tenía que decirte nada Sandra porque con el buen gusto que tienes ibas a traer algo acorde contigo.

Según me decía esto acarició mi espalda con su mano, notaba que cada vez había una mayor complicidad entre las dos.

Me quite el vestido y las primeras fotos de la tarde me las hizo con la ropa interior que había traído puesta.

La sesión transcurría muy distendida y gracias a Carmen en ningún momento me sentía mal por estar en ropa interior.

  • Perfecto, Sandra, quiero que ahora te pongas el conjunto de encaje, el de las braguitas brasileñas.

En ese momento me dije para mi misma, piensa que estas en el gimnasio en el vestuario, además aquí solo está Carmen.

Me desabroche el sujetador y lo deje encima de una silla y metí los dedos de mi manos entre las braguitas y mi cuerpo y las deslicé hacia abajo cayendo hasta los tobillos, me agaché a cogerlas y lo deje en la silla junto al sujetador.

  • Se ve que te cuidas un montón Sandra, tienes un cuerpo espectacular.

La verdad que me encontraba desnuda delante de Carmen pero ella lo hacia muy fácil y no sentí en ningún momento vergüenza.

Cogí las braguitas brasileñas y me las subí. Sabía que me marcaban un culo digno de la sesión de fotos que íbamos a tener. Despues me coloqué el sujetador y me lo abroche. Comenzamos la sesión y después de múltiples fotos, Carmen me colocó de espaldas y noté como desabrochaba mi sujetador.

  • Una foto un poco más sensual, dijo

Con mis manos apretaba el sujetador contra mis pechos para que no se cayera.

  • Sandra, solo haremos fotos hasta donde tu te veas confortable, dijo Carmen intentando que me relajara.

Tras unas fotos de espalda me pidió que me diera la vuelta y dejara caer el sujetador. Yo accedí a ello, Carmen conseguía que me encontrará a gusto durante la sesión. A continuación Carmen se me acerco y cogió mis braguitas y las deslizó suavemente, estaba desnuda delante de la cámara y parecía que era una experta. En ese momento Carmen se desabrochó la cremallera trasera que llevaba su vestido y se lo quito, sin tiempo a reaccionar por mi parte vi como se desabrochaba el sujetador y se bajaba las bragas quedando ambas completamente desnudas.

  • Ahora nos haremos unas fotos las dos juntas corazón, me dijo Carmen y activo la Cámara automática y pego sus pechos son los míos poniendo sus manos en mi culo.

  • Pegate a mi Sandra.

Inmediatamente después me agarro del cuello con su mano y me beso en la boca. Era la primera vez que besaba a otra mujer y fue una, sensación increíble. Seguimos jugueteando cada vez más intensamente hasta que sonó la puerta del estudio, venia algún cliente. Carmen deprisa y corriendo se puso el vestido sin ponerse ni el sujetador ni las bragas y salió rápidamente a atenderle. Venía a recoger unas fotografías por lo que pagó rápido y se fue.

Yo continuaba desnuda dentro esperando a que Carmen volviera.

  • Es hora de cerrar dijo Carmen

Al ver mi cara de desilusión dijo:

Sandra, vente a mi casa está noche puedes quedarte conmigo y mientras lo decía se quitó el vestido para ponerse el sujetador y las bragas.

Yo me pusé el tanga que había traído y el vestido verde sin sujetador ni nada, cerró Carmen la tienda y nos fuimos andando hasta su casa.

No podía creer lo que estaba haciendo, una chica joven como yo de 27 años acompañando a una mujer de cerca de 50 años que bien podría ser mi madre pero habíamos congeniado desde el primer momento.

Una vez llegamos a su casa, se quitó el vestido.

Quitate la ropa, estarás mas cómoda me dijo.

Yo me desnude y enseguida nos metimos en la cama a disfrutar de nuestros cuerpos.

  • Desde el primer momento que te vi Sandra, sabía que serias mia.

  • En ese momento respondí, eres lo mejor que me ha podido pasar en mi vida Carmen a partir de ahora nuestro destino sera uno.

Y a partir de este momento supe que no volvería a juntarme jamás con un chico ya que una mujer podía darme todo lo que necesitaba.