Sandra y la fotógrafa (6)

Continuación del relato de amor entre Sandra y Carmen

Sandra y la fotógrafa (6)

Eran las 19,30h, salimos de camino al centro de spa para estar a la hora que nos habían indicado. Esta vez tome la iniciativa y antes de que Carmen me cogiera la mano, la rodee la cintura con mi brazo, ella respondió poniendome su mano directamente sobre mi culo. Ambas nos reímos y continuamos caminando hasta el centro.

  • Buenas tardes, dijo la chica de la entrada cuando llegamos. No era la misma que me había atendido por la mañana.

Saque el bono que me habían dado y le dije:

Somos Carmen y Sandra, tenemos contratado un pack de sauna a las 20h y posterior masaje aromático.

La chica consultó el listado, se levantó y dijo:

Por favor, acompañadme. Cogió dos toallas y nos indicó una puerta, este es el vestuario, pasad, os podéis dar una ducha rápida y cuando estéis listas salid que os espero aquí y os acompaño a la sauna.

  • Gracias. Respondimos al unísono Carmen y yo.

Pasamos al vestuario, no había nadie, nos quitamos la ropa y nos pusimos cada una debajo de una ducha, había 4 duchas pero no estaban separadas por ningún biombo ni nada por lo que sí entraba alguien a ducharse lo haríamos viendonos las unas a las otras. Una vez duchadas, nos colocamos la toalla por debajo de las axilas y salimos fuera donde nos esperaba la chica que nos había atendido.

  • ¿La ropa la dejamos ahí, verdad? Preguntó Carmen.

  • Si, podéis dejarla ahí sin problemas.

Nos acompaño hasta la sauna.

Bien esta es la sauna, aquí tenéis los mandos para poner la temperatura más alta o menos, no es recomendable que estéis más de 20 minutos seguidos dentro, lo ideal es estar 15-20 minutos, salis y os dais aquí una ducha fría y volveis a entrar. Nos explicaba la chica de recepción mientras nos mostraba dos duchas que había nada más salir de la sauna.

  • ¿Es obligatoria la toalla o se puede estar desnuda? Preguntó Carmen.

  • Es decisión de ustedes los clientes, contestó la chica, pueden ustedes estar desnudas si lo desean pero teniendo en cuenta que puede haber más clientes y en caso de que alguno esté disconforme deben ponerse la toalla.

  • De acuerdo contestó Carmen mientras miraba por la puerta de cristal y veía que no había nadie dentro.

Abrí la puerta y Carmen según entró se quitó la toalla, yo hice lo mismo según cerraba la puerta.

  • Que suerte que no haya nadie, comenté.

  • ¿Te crees que no me habría quitado la toalla si hubiera habido gente? Dijo Carmen mientras colocaba la toalla y se sentaba sobre ella.

  • Se perfectamente que no te habria importado, le contesté.

Enseguida empezamos a sudar y Carmen se sentó encima de mi. Me besaba con pasión mientras sus manos se desplazaban por toda mi espalda sudada. Yo ponía las mías sobre su culo y la apretaba para estar más juntas. El contacto con la piel sudada de Carmen era una nueva sensación para mi, en ese momento se oyó un ruido, decidimos sentarnos y pasó un matrimonio a la sauna.

Hicieron un gesto de saludo al entrar y si bien es cierto que nos miraron ya que estábamos desnudas, al no hacer ningún comentario al respecto entendimos que no les molestaba que estuviéramos así y continuamos desnudas el resto de tiempo. Ya no pudimos mostrar nuestros desenfrenados sentimientos pero permaneciamos sentadas la una al lado de la otra, mi muslo derecho en contacto con el muslo izquierdo de Carmen y haciendo alguna manita cuando el matrimonio cerraba los ojos. Carmen estiró la mano y la metió entre mis piernas buscando satisfacer mi excitación y yo disfrutaba como una loca cada vez que metia y sacaba sus dedos de mi vagina. Una de las veces pude comprobar cómo el señor nos observaba con cara de satisfacción mientras la señora permanecía con los ojos cerrados.

Pasada la hora vino la chica de recepción a recogernos, haciendo un gesto desde la puerta a través del cristal para que fuéramos saliendo. Nos pusimos las toallas por encima y caminamos hacia la puerta, asentimos con la cabeza a modo de despedida al matrimonio y ellos respondieron de igual manera, pero el con una sonrisa por todo lo que había visto.

  • Bien, pueden darse una ducha fría aquí mismo o si la prefieren caliente pueden ir a los vestuarios, nos indicó la chica.

  • Nos daremos una ducha fría, respondió rápidamente Carmen, es bueno para la piel después de sudar en la sauna.

  • De acuerdo respondió la chica, aquí les dejo otras dos toallas para cuando salgan.

  • Las duchas frías eran individuales y la puerta era de cristal por lo que se veía desde el exterior aunque contenía unos vinilos en forma de franjas horizontales que tapaban a ciertas alturas (siempre pensé que eso no vale para nada pues depende de la altura de la persona de fuera tendrá una u otra visión).

Como no podía ser de otra forma y sino no habría sido mi Carmen, enseguida dijo que nos metieramos en la misma ducha, eso hicimos y la chica que nos estaba atendiendo se reía viendonos como disfrutabamos de la ducha fría mientras ella esperaba a que salieramos para llevarnos a la Sala donde recibiríamos el masaje. Enseguida salimos ya que después del calorcito de la sauna este agus fría sentaba muy mal, salí y me acerco la chica la toalla, a continuación salió Carmen y también le dio la toalla.

  • Espero que estén disfrutando de la sesión y les sirva para relajarse de sus respectivos trabajos, nos dijo muy educadamente, ahora acompañenme que les dejaré en manos de dos de nuestras mejores especialistas en masajes aromáticos.

Pasamos a la sala donde nos esperaban las dos masajistas, ambas eran de orígenes asiáticos y nos recibieron flexionando su cabeza. Posteriormente una fue hacia Carmen y la otra hacia mi, señalando las camillas para que nos acercamos a ellas, cuando estábamos al lado, nos quitaron la toalla para que nos tumbaramos lo hicimos boca abajo y cuando nos iban a poner una toalla pequeña para taparnos el culo, Carmen les dijo:

  • Por nosotras no es necesario que nos tapen, seguro que pueden darnos mejor el masaje si no hay nada que moleste.

Ambas masajistas volvieron a flexionar la cabeza en muestra de aceptación de lo que decía Carmen y guardaron las toallas.

Comenzaron el masaje por la espalda, el aceite que nos untaban se encontraba templado y al repartirlo por toda la espalda la sensación de relajación era excelente. Carmen y yo teníamos la cabeza girada cada una para un lado y nos mirábamos con cara de disfrute. Comenzaron a bajar las masajistas sus manos y en ese momento cuando comenzó a meter sus manos entre la raja del culo, mi cara reflejaba una profunda satisfacción, cuando pasó de ahí a masajear también mis labios vaginales no pude sino dar un pequeño gemido.

Carmen sonreía pero ya estaba acostumbrada a mis gemidos, ella también se va veía disfrutar con el masaje en su zona íntima.

En ese momento las masajistas nos hicieron un gesto para que nos giraramos y nos pusieramos boca arriba, fue cuando sentí un poco de vergüenza al quedar allí expuesta con mis tetas y mi coño delante de las dos masajistas. Comenzaron en ese momento el masaje por el cuello y después por el pecho, se me erizaban los pezones al recibir el aroma y después como las manos de la masajista lo expandían por mis pechos. Estaba ya en un estado de relajación tal que cuando note como me metían dos dedos en la vagina y comenzó a acariciar mi clítoris supe que tendría un orgasmo muy pronto. Así fue, momento en el que mi masajista aprovechó para quitarse la ropa, Carmen también tenía a su masajista ya desnuda y habían comenzado tocamientos entre ellas. Me levanté de la camilla y mientras chupaba el coño de mi masajista, Carmen comenzó a tocarme los pezones y yo hacia lo mismo con su masajista. Estábamos las cuatro en un momentazo cuando entró a la habitación la chica que nos atendió en la entrada.

  • Chicas, se ha acabado el tiempo del masaje.

  • Carmen y yo nos quedamos como si nos hubieran dejado a medias y nos mirábamos con cierta pena, mientras que las masajistas comenzaron a vestirse.

  • ¿No podemos contratar una hora más? Preguntó Carmen.

  • Hoy no es posible, ya son las 22h y es nuestra hora de cierre, veo que lo habéis pasado muy pero que muy bien, os aconsejo que el próximo día en vez de una hora de masaje si queréis disfrutarlo más contrateis dos horas.

Nos llevó hasta el vestuario, nos dimos una ducha rápida, nos vestimos y nos fuimos andando a casa.

Carmen me cogió del culo diciendo:

  • Me ha encantado la sorpresa que me tenias preparada Sandra, la he disfrutado muchísimo, no conocía ese puntito de atrevimiento que has demostrado y me ha encantado y me pegó un pellizco en el culo. Yo pegué un grito y un grupo de chicos que se encontraban en la otra acera lo oyeron, empezaron a reírse y a gritar: Golfasss.

Carmen y yo nos reímos, en el fondo algo de razón llevaban.

Mientras caminabamos a casa, Carmen me, dijo:

  • Se me ha olvidado comentarte Sandra, mañana vendrán a cenar a casa mis dos mejores amigas Sofía y Marta. Aun no saben que tengo pareja y quiero presentarte de la mejor manera posible, ellas no saben que me gustan las mujeres y va a ser divertido ver cómo reaccionan una vez te vean.

La agarré del culo y le dije: Carmen a partir de mañana Sofía y Marta también serán para mi unas de mis mejores amigas e inmediatamente nos besamos sin importarnos la gente que pudiera estar viendonos. Si quieres mañana por la tarde no iré al estudio y me quedo preparando la cena para las cuatro.

  • Ya sabes que odio la cocina Sandra por lo que sí te ofrecer voluntaria a cocinar no voy a poner ninguna pega, ya pensaré como te lo agradezco.

Habíamos llegado a casa, nos tomamos un vaso de leche y nos fuimos a dormir.

Al día siguiente nos costó levantarnos, a pesar de habernos acostado nada más llegar del centro de sauna y masajes, estuvimos tonteando en la cama cerca de dos horas por lo que nos dormimos a las tantas.

Como de costumbre no perdoné la ducha con Carmen, después desayunamos rápido, nos vestimos y nos fuimos para el estudio.

  • Hoy comienzas tu trabajo como limpiadora del estudio Rosas y Claveles, espero que las dueñas queden satisfechas de como haces tú trabajo, dijo Carmen y nos echamos las dos a reír.

Una vez en el estudio, fui a cambiarme adentro.

  • No quiero que lleves nada debajo de la bata Sandra, no vaya a ser que con lo ajustada que te quedaba te salte algún botón por llevar más ropa de la necesaria.

  • Lo que usted diga que es quien me ha contratado, respondí desde dentro.

Total, que como sabia que Carmen lo comprobaria y para evitar que me lo hiciera quitar después me quite el sujetador y las braguitas y me puse la bata sin nada debajo, debería llevar cuidado para que no se me viera nada.

Limpie primero el estudio y después salí a limpiar el mostrador, mientras limpiaba las estanterías y los marcos de las fotos que teníamos en la tienda entró una clienta.

  • Buenos días, buscaba un marco para poner la foto de la comunión de mi Nieto.

  • ¿Y de que tamaño es la foto?, preguntó Carmen

  • La llevo aquí espere que la saco.

La señora sacó la foto de su nieto y Carmen cuando la vió dijo:

  • Tiene usted un nieto muy guapo, le iría muy bien un marco plateado como aquel que tenemos ahí arriba, ¿que le parece?

  • Parece muy bonito, ¿es del tamaño de la foto?

  • Eso ahora mismo lo comprobamos señora, Sandra, por favor, alcanzame ese marco para que lo vea la señora.

  • Ahora mismo Carmen, respondí mientras por dentro decía esta te la guardo Carmen. Tenía que subirme a una silla para coger el marco y Carmen consciente de ello y de que no llevaba ropa interior me obligaba a subirme para que la señora pudiera tener una visión de mi que podría escandalizarse.

No me quedo más remedio que subir y cuando miré pude ver la cara de la señora de auténtico escándalo y enseguida le comentó a Carmen: como van hoy en día estas jóvenes seguro que en su casa ni lo saben, si mi Antonio levantara la cabeza.

Carmen se rio y le dijo, dejela es joven y tiene buen cuerpo, no hace nada malo, otras a su edad están sin estudiar ni trabajar y Sandra trabaja limpiando para llevar un dinero a su casa, es buena chica.

Finalmente la señora compró el marco y cuando se fue, nos miramos.

  • Te hemos visto todo tanto la señora como yo, a quien se le ocurre con esa bata tan corta ir sin ropa interior, dijo Carmen riéndose

  • Te voy a dar Carmen, has querido ese marco solo por hacerme subir a la silla y que pudierais verme todo, nunca paras de tener ocurrencias. Pero cada día estoy más enamorada de ti, tus ocurrencias me están volviendo loquita y despertando el lado más salvaje de mi.

Nada más decir esto, Carmen comenzó a desabrocharme la bata.

  • Aquí no Carmen, pasemos dentro o me verán desnuda a través del escaparate.

Pero Carmen continuo hasta que me desabrochó el último botón y me quitó la bata, en ese momento entró en la tienda una pareja joven y se quedaron todo cortados.

  • Buenas tardes, veníamos a ver cuanto nos costaría un reportaje de bodas con ustedes, dijo la chica, pero si venimos en mal momento ya pasamos más tarde.

  • Tranquilos, dijo Carmen. Sandra es una modelo que esta acostumbrada a posar desnuda y estabamos tomando un descanso en medio de una sesión de fotos para una agencia, si queréis ver cómo trabajamos podéis pasar y ver la sesión.

La pareja se miro y la chica dijo de acuerdo.

  • Perfecto, Sandra vamos a continuar.

  • De nuevo la quería matar, no se como lo hacía pero siempre se salía con la suya, ahora iba a tener que estar haciéndome una sesión de fotos desnuda con una pareja como espectadores.