Sandra y la fotógrafa (3)
Continúa la visita de Sandra y su novia Carmen al pueblo de sus padres
Sandra y la fotógrafa (3)
La puerta de casa de mis padres estaba abierta, me asome y grite
Hola papis!, Carmen me seguía justo detrás
Hija! Se oyó la voz de mi madre al fondo y en un momento apareció en la puerta.
Me abrazó y nos dimos dos besos, mientras se nos escapa alguna lágrima a ambas.
Mira mamá, esta es mi amiga Carmen
Encantada, dijo Carmen.
Yo soy Marisol la madre de Sandra. Y se dieron un abrazo y dos besos.
Tu padre esta echando la partida en el bar, pasad y vamos dejando las maletas en vuestros cuartos dijo mi madre.
Nos llevó en primer lugar a la habitación de invitados.
Carmen, tu dormirás aquí
No quiero causar molestias, replicó Carmen si a Sandra no le importa podemos compartir habitación. Carmen me miro y me guiño el ojo.
Si mamá, no ensuciemos la habitación de invitados, Carmen y yo algún día hemos tenido que compartir habitación cuando hemos tenido invitados en casa y no tenemos ningún problema en dormir juntas.
Como vosotras queráis, pero no es ninguna molestia, replicó mi madre. Ya sabes hija que la cama de tu habitación no es muy grande y vais a dormir un poco apretadas.
¿Nos apañaremos a que si Carmen?
Carmen sonrió y confirmó que así sería
Si, Marisol, dormiré en la habitación de Sandra para evitaros molestias.
Y en ese momento nos dirigimos detrás de mi madre hacia mi habitación.
Bueno hijas, os dejo que saqueis tranquilamente el equipaje y os espero en el salón.
Has estado genial cariño, le dije a Carmen, nunca se me habría ocurrido lo que hiciste para poder dormir juntas.
Gracias hermosa, además veo que vamos a dormir muy recogidas, es una cama muy pequeña para dos.
Ambas nos echamos a reír y nos dimos un abrazo y nos besamos en la boca.
Sacamos la ropa que habíamos traido que tampoco era mucha pues sólo serían dos noches. Un par de mudas, un par de camisetas, pantalones y unos vestidos.
Salimos al salón y allí estaba mamá esperandonos.
Ven, Carmen, acompañame que te voy a enseñar el patio que tenemos y mi madre se llevó a Carmen al patio y yo me quedé en el Salón para que pudieran ir cogiendo confianza.
Cuando volvieron al salón venían ambas hablando como si se conocieran de toda la vida.
Le estaba diciendo a tu madre, empezó Carmen, que tenéis un patio que esta genial para tomar el sol... Ya sabes que a mí me encanta tomar el sol así que mañana buscaré un hueco para ello.
En ese momento apareció papá. Hola papá y le agarré dándole dos besos, Papá está es mi amiga Carmen. Carmen este es mi padre, Antonio
Encantado Antonio, dijo Carmen mientras se acercaba y le daba dos besos.
Espero que disfrutes del fin de semana, le dijo mi padre a Carmen. Siéntete como si estuvieras en tu casa.
El primer contacto de Carmen con mis padres había salido muy bien, de hecho con mi madre parecía haber conectado desde el primer momento, a fin de cuentas eran de la misma edad.
Mama se fue a la cocina y yo la seguí.
¿Que tal mamá?
Bien, creía que tus compañeras de piso eran jovencitas como tú.
En Madrid es difícil pagar un piso mamá, hay gente de todas las edades pero ¿verdad que es muy maja?
Si, es muy simpática y muy cariñosa. Me alegro que tengas unas amigas así.
Yo también me alegro mamá, Carmen tiene exactamente la misma edad que tú pero congeniamos muy bien.
Salí de nuevo al salón y allí estaba Carmen hablando con mi padre como si se conocieran de toda la vida.
Carmen, ¿nos vamos a dar un paseo? Necesito estirar las piernas y así te enseño un poco el pueblo.
No vengáis muy tarde, os esperaremos para cenar.
Mamá, que no tenemos 15 años.
Y todos nos reímos juntos.
Nos fuimos calle arriba hasta las afueras del pueblo.
Paseemos por este camino que no nos verá nadie Carmen. En cuanto salimos del pueblo Carmen puso su mano sobre mi culo y yo con mi brazo la agarré por la cintura.
¿Que te han parecido mis padres Carmen?
La verdad, geniales, ambos me han tratado muy bien, tu madre tiene muchas cosas en común conmigo.
Seguimos caminando y llegamos hasta el río nos sentamos al borde y las dos nos desabrochamos las sandalias, nos las quitamos y metimos los pies en el agua. Aprovechamos la intimidad del paraje y nos besamos como si no hubiera mañana.
Cariñito, dijo Carmen
Uy que romántica te estás volviendo bomboncito, que quieres le contesté.
¿Y si nos damos un baño en el río antes de volver ya que no hay nadie por aquí?
Sin contestarla me quite el vestido, enseguida ella me desabrocho el sujetador y me baje las braguitas, levante su camiseta y ella subió los brazos, le desabroché el sujetador y después el botón del pantalón, como eran ajustados según tire para abajo las bragas también se bajaron, se sentó y subió las piernas y yo le saqué pantalones y bragas. Nos cogimos de la mano y nos metimos al agua las dos, el agua estaba bastante fría nos abrazamos y aprovechamos para tocarnos un poco. Poco a poco nos fuimos acostumbrando a la temperatura del agua, de repente se oyó un ruido, nos quedamos las dos quietas en el agua era un señor paseando que afortunadamente no nos vió. Una vez paso nos reímos las dos
Por los pelos, comentó entre risas Carmen
Si, será mejor que vayamos saliendo del agua, el sol está ya bajo y tendremos que secarnos antes de poder vestirnos. Salimos del agua y nos pusimos a hacer un poco de ejercicio para no quedarnos frías y secarnos más rápido. Carmen corría por el camino y yo intentaba seguirla pero tenía un fondo físico impresionante. Una vez secas fuimos a ponernos la ropa.
Intercambiemos la ropa, dijo excitada Carmen.
Como vamos a hacer eso, mi madre se dará cuenta.
Te creía más valiente Cari, dijo Carmen en tono desafiante.
Cogí sus bragas y sujetador y me los puse después los pantalones ajustados que a mí me quedaban incluso un poco más ajustados que a ella y por último me puse su camiseta y sandalias. Ya puedes ponerte mi ropa, le dije
Sabía que no me fallarias, dijo Carmen y me beso. Inmediatamente después se puso mis braguitas, el sujetador y el vestido, a la vista de todos quedaban las piernas de una mujer que parecía tener mucha menos edad que la que realmente tenía.
Nos cogimos de la cintura una a la otra y comenzamos a caminar hacia el pueblo. Cuando nos acercamos al pueblo, soltamos nuestras cinturas y anduvimos como dos amigas hasta casa de mis padres.
Mamá ya tenía preparada la cena, cenamos y luego estuvimos los cuatro hablando un rato.
Mañana tu padre y yo iremos a primera hora a comprar a Molina, vosotras levantaros cuando queráis, aprovechad para descansar.
De acuerdo mami, le contesté, no te preocupes por nosotras.
Y dicho esto les dije que me iba a la cama ya que estaba muy cansada.
Enseguida iré yo también dijo Carmen.
Me metí en la habitación me desnude y sabiendo que no tardaría mucho la espere encima de la cama.
Ni diez minutos más tarde allí estaba Carmen, rápidamente se desnudo y comenzamos a jugar encima de la cama, al rato desde el pasillo se oyó a mi madre: buenas noches, que descanses.
Las dos nos reímos, seguro que había, escuchado ruido ya que la cama era algo vieja y en cuanto te movias hacia ruido. Aun así seguimos jugando un rato hasta que caímos rendidas.
A la mañana siguiente Carmen se levantó y se fue directa al baño, sin ponerse nada encima, menos mal que mis padres se habrían ido ya a comprar y no habría nadie en casa.
Me levanté yo y cuando la vi en la bañera me metí inmediatamente con ella. Nos sentamos una frente a la otra y con mi pie comencé a jugar con su clítoris. Después de un rato de juegos salimos de la bañera.
Tomemos un rato el sol en el patio, dijo Carmen, ahora que todavía no, esta muy alto.
Y sin vestirnos ni nada, solo con las toallas con las que nos habíamos secado salimos al patio, colocamos las toallas sobre el suelo y nos pusimos a tomar el sol tal como Dios nos trajo al mundo. Era tal el relax que teníamos que ninguna de las dos oímos que mis padres habían vuelto de la compra, en eso que mi madre salió al patio y sin que nos diera tiempo a taparnos pudo verme a mi tumbada boca arriba y a Carmen tumbada boca abajo.
Perdona mamá, dije tras ponerme colorada.
No, perdonad vosotros que pasé sin llamar. No os quiero molestar. Y rápidamente se metió dentro de la casa.
Carmen y yo nos miramos y nos pusimos a reír.
Mañana le diré a tu madre que si le apetece tomar el sol con nosotras, dijo Carmen muy seria. Yo me eché a reír.
Nos pusimos la toalla y entramos dentro de casa. Perdona mamá no queríamos haberte hecho pasar vergüenza.
Nada hija, si vosotras estais a gusto por mi parte no hay problema, respondió mi madre. E inmediatamente después se disculpó con Carmen, perdona hija no fue mi intención el verte así.
Marisol, no hay de que disculparse, en mi casa siempre me enseñaron a ver la desnudez como algo natural y nunca he tenido problemas con ello, con mi madre no tengo problemas en estar desnuda y aquí si por vuestra parte no lo hay me gustaría mañana poder tomar otra vez el sol. Por supuesto, Marisol, te puedes unir a nosotras.
No podía creerlo pero Carmen le estaba invitando a mi madre a tomar el sol desnuda con nosotras en el patio.
Caminamos hacia la habitación para vestirnos. Nos quitamos las toallas y yo andaba muy caliente con todo lo que había sucedido y empecé a coger a Carmen del culo ella reaccionó lamiendome los pechos.
Veo que estas juguetona Sandra, vamos a ver si te atreves a seguir con el juego. Abrió el cajón y sacó dos camisetas largas iguales. Las compré el otro día antes de venir vistamonos con ellas las dos iguales y no está permitido llevar ropa interior. Mire la talla y las camisetas eran unas XS
Esto me va a quedar muy justo Carmen.
Tu pontelo y ahora lo vemos.
Me puse la camiseta y efectivamente me quedaba muy ajustada, los pezones se marcaban en ella de manera bastante evidente y al ser de color blanca se notaban sobremanera por debajo de los pechos tenía un dibujo de una isla paradisíaca y debajo del dibujo la inscripción Hawaii!! El culo también quedaba muy marcado al ser bastante estrecha la camiseta en los bajos y además no era muy alargada por lo que tenía que llevar cuidado de no mostrar nada de más.
Estas perfecta Sandra, esta tarde saldremos a pasear así, decía Carmen mientras se ponía su camiseta. En su caso también se marcaban de manera clara los pezones y el culo.
Estas imponente, Carmen.
Vayamos al salón seguro que tu madre nos está esperando para comer.
Efectivamente mamá estaba preparando la comida. Cuando nos vio vestidas iguales sonrió y dijo: que monas estáis, da gusto veros con esa alegría en la cara, os queda muy bien ese vestido.
Yo comencé a poner la mesa en el Salón mientras Carmen se fue a la cocina a ayudar a mi madre. En ese momento mi madre comenzó a preguntar a Carmen temas personales.
¿Tu familia vive en Madrid o está lejos? ¿Tienes pareja o hijos?
Carmen no se cortó a la hora de responder, había hecho muy buenas migas con mi madre.
Si, mi familia vive en Asturias y voy a verles muy de vez en cuando porque es un viaje largo. Sobre mi vida sentimental, he sido una persona que no he tenido muchas parejas a lo largo de mi vida al dedicarme en cuerpo y alma al trabajo pero en este momento he encontrado una persona que me ha robado el corazón y me tiene completamente loquita.
Lo importante es que os respeteis y puedas disfrutar la vida con esa persona. Yo estoy deseando que Sandra encuentre también con quien compartir su vida.
Quien sabe Marisol, igual Sandra tiene algo por Madrid y aún no os lo ha contado, dijo Carmen.
A pesar de estar en el Salón, Sandra pudo escuchar perfectamente la conversación entre Carmen y su madre. Se empezaba a poner nerviosa por si surgía alguna pregunta incómoda durante la comida.
Llegó la hora de comer y mamá empezó a preguntar...
Hija mia, ¿que tal te va la vida por Madrid? ¿Has conocido algún chico que te haga tilin?
En ese momento me entraron unos calores y me puse un poco roja, mire a Carmen y vi como me hacía un gesto intentando decirme: Vamos, díselo.
Bueno mamá, pues la verdad es que llevo unas semanas saliendo con una persona.
Que bien hija mía, dijo Marisol, mientras se levantaba del asiento y le daba un beso en la frente a su hija.
El próximo día que vengas anímate y que venga contigo.
Yo miré a Carmen y las dos dibujamos una pequeña sonrisa.
Marisol continuo haciendo algunas preguntas pero no fui capaz de decirles a mis padres que allí delante de ellos estaba mi pareja.
Terminamos de comer mi madre comenzó su recoger la mesa y Carmen rápidamente se puso su ayudarla y se quedaron en la cocina fregando los platos. Papá se fue a echar la partida con los amigos como todos los días.
Cuando volvieron mamá y Carmen, mamá dijo: bueno, reposemos un poco la comida y echemonos una siesta.
Yo si no os importa saldré al patio a tomar un poco el sol replicó Carmen. ¿Te apetece Sandra? ¿Marisol te animas?
Yo asentí con la cabeza y me fui para el patio, mi madre como era de esperar le dijo que prefería quedarse descansando en el sofá.
Salimos al patio y Carmen se quitó la camiseta quedándose desnuda nuevamente. Vamos Sandra quitate eso.
¿Y si sale mi madre y nos ve nuevamente desnudas?
Sandra, tu madre ya dijo que no le importara que tomáramos el sol desnudas. Y diciendo esto me levanto la camiseta, yo subi los brazos y me la sacó por encima de la cabeza.
Extendimos las camisetas sobre el patio y nos tumbamos encima de ellas.
Lo estoy pasando genial, dijo Carmen. Me quedaría durante horas aquí tomando el sol y se abalanzó sobre mi y comenzó a besarme. Me incorporé y una vez sentada Carmen se, sentó encima mia. Era una delicia el sentir su hermoso culo sobre mis muslos, sus piernas y sus manos me rodeaban y nuestros pechos se rozaban suavemente. Continuabamos besándonos apasionadamente, estábamos disfrutando de la situación cuando de repente por el rabillo del ojo pude ver con cara de sorpresa a mi madre que había salido al patio y nos había pillado nuevamente desnudas pero ahora en actitud muy cariñosa.
Mamá, todo tiene una explicación.
Mi madre no decía ni una palabra, continuaba con cara de sorpresa.
Marisol, dijo Carmen, como has podido comprobar tu hija Sandra y yo somos pareja, espero que nos entendais. Y se levantó y abrazó a mi madre. Yo me tapé echándome por encima la camiseta, Carmen continuó hablando de pie, desnuda al lado de mi madre.
Se que será difícil para vosotros el saber que vuestra hija está con una mujer, pero una vez que lo sabéis así podremos disfrutar de nuestro amor sin necesidad de ir escondiendolo.
Las madres tenemos un sexto sentido y desde el momento en que llegasteis ayer algo me imaginé y tras pedir compartir habitación me figuré lo que pasaba. Si vosotras sois felices yo también lo seré.
En ese momento me levanté, eche a un lado la camiseta y di un abrazo a mamá, gracias mamá, mientras se nos caían unas lágrimas a las dos. Quédate un rato con nosotras aquí tomando el sol y charlemos.
Mi madre cogió una, silla y se sentó con nosotras que nos volvimos a tumbar sobre las camisetas. No podía creer que todo sería tan fácil y que pudiéramos estar Carmen y yo desnudas tomando el sol delante de mí madre y hablando sobre nuestra relación.
Tenemos que ver cómo explicárselo a tu padre, seguro que su reacción no es buena, dijo mamá. Pero dejadmelo a mi igual es mejor que este fin de semana no le digamos nada aún y yo vaya preparandole poco a poco para el próximo fin de semana que volvais.
Me levante y me abracé a mi madre. Gracias mamá. Carmen también se levantó y se nos abrazó.
Mañana si salis a tomar el sol por la mañana igual me ánimo y lo tomó con vosotras, dijo mi madre en ese momento. Yo me reí pero Carmen enseguida dijo: me parece fenomenal Marisol, tengo una suegra que no me la merezco.
Nos pusimos la camiseta y entramos a la casa.
Vamos a dar un paseo cariño, me dijo Carmen.
De acuerdo, contesté, mamá ¿quieres venirte?
No hija, os dejo que vayáis solas para que podáis hablar de vuestras cosas.
Carmen y yo salimos de casa y enseguida dijo Carmen, vayamos a bañarnos al río como ayer además hoy tenemos poca ropa que quitarnos. Pasamos por medio de la plaza y tres abuelos que estaban sentado en uno de los bancos no dejaban de mirarnos. Las camisetas nos quedaban muy ajustadas y no dejaban nada a la imaginación.
Espero que con el sol no se transparente nada y vean más de la cuenta, le dije a Carmen riendo.
Salimos al camino y ya nos pudimos agarrar y caminar en actitud más cariñosa. Llegamos al río nos quitamos las sandalias y las camisetas y nos metimos al agua.
Ves Sandra, todo ha salido a pedir de boca. En cuanto se lo contemos a tu padre ya no tendremos que andar con tonterías.
Si no te importa Carmen, como ha dicho mi madre, será mejor esperar a la próxima visita.
No hay problema cariño tomate tu tiempo, pero mientras tanto para esta noche te he preparado una sorpresa.
Nos besamos y Carmen bajo su brazo buscando mi clítoris y comenzó a acariciarmelo.