Sandra (10)
Hola que tal a todas y a todos, me llamo Sandra, tengo 27 años y si estoy aquí es porque quiero compartir con vosotros una experiencia que tuve en junio después de estar buscándola durante meses y sinceramente no es algo que se pueda ir contando por hay a amigos/as o familiares.
N: Pues... A ver déjame pensar un momento... Vale ya lo tengo... Pero necesito la colaboración Alberto.
A: Mmmm depende de lo que sea..
I: Yo me presto también eh, me podéis usar de conejillo de indias jajajaja.
N: Muchas gracias por tu solidaridad Iván, pero solo necesito de la ayuda de tu amigo, pero gracias de todas formas jajajaj. Albertito, Albertito, el reto consistiría en que durante unos cinco minutos puedas sobar a mi novia... Pero solo si Sandra acepta claro.
Estaba bebiendo justo en ese instante un sorbo a mi cerveza y por poco lo escupo cuando escuche lo que estaba diciendo Nerea. Ostia vaya zorra, cuando salimos de la cocina pensé en que reto había pensado, y se me cruzo por la mente algo por el estilo, pero ni de coña pensaba que realmente lo iba a proponer, o al menos no de la forma en la que lo había hecho, quizás algo mas sutil por su parte. Mire al pobre Alberto y se puso mas rojo de lo que ya estaba...
A: ¡¡¡¡¡¡QUÉÉÉÉÉÉ!!!
S: Que dices loca jajaja. ¿Aquí delante de todos? Se mas concreta, sobarme como...
N: Jajajaja eso depende de ti. Yo solo he propuesto el reto, si lo quieres aceptar, acéptalo y por supuesto tú eres la que pones los limites... Y Alberto cierra la boca ya que pareces tonto hijo mio jajajaja.
I: Eh eso no vale. Desde cuando los retos son así de molones... No es justo, yo me estaba conteniendo.
S: Tú eres tú y Nerea es mi novia... Ademas todavía no he dicho que si... Mmmm bueno por mi parte acepto el reto... Pero con la condición de que bajemos mas la luz. Y no os penséis que me voy a despelotar o algo así... ¿Que dices Alberto?
A: Yoo.. yoo.. Ufff no..no... se...
N: Que monoooo... Se nos ha puesto nervioso el nene. Alberto tranquilízate venga, respira hondo jajajaja
I: Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaj
-A: ..... ...... ......
Alberto seguía sin poder articular palabra, Iván aunque se descojonaba se le notaba que estaba jodido por el reto que había propuesto Nerea, se le había torcido la cara. En cualquier caso, él ya sabia lo que podría pasar esa noche y que la cosa no iba a ir con él. Como Alberto seguía sentado con cara de bobo, tome la iniciativa, me levante fui hacia la lampara y baje la intensidad de luz hasta lo mínimo que se podía poner. Casi estábamos a oscuras, solo un pequeño hilo de luz que hacia que se viera lo justo en el salón. Me acerque a la posición donde se encontraba Alberto y le cogí de las manos e hice que se levantara para que me acompañara al sofá. Ambos nos sentamos, quedando Alberto entre medias de Nerea y yo. Iván estaba con los ojos como platos y se pego todo lo que pudo con la silla a la mesa para estar mas cerca de nosotros. A Nerea la veía tranquila, quizás fuera por el alcohol que habíamos bebido o porque se había hecho a la idea, pero ambas sabíamos que esto podía ser el desencadenante de algo mucho mayor.
Alberto seguía temblando como un flan, se le notaba también en la cara, aparte de que no levantaba la mirada y la tenia centrada en las manos que no paraba de moverlas y de hacer movimientos entre ellas. Nerea me miro y no hizo falta que dijera nada mas, con su ojos me dio a entender que me daba su permiso para lo que pudiera o no suceder a partir de ese momento. Pose mi mano en el pelo de Alberto y comencé a acariciarle para ver si así lograba templar sus nervios. El chico por fin levantó la mirada y me miro. Estaba rojo como un tomate, y yo seguía acariciándole el pelo suavemente. Nadie decía nada, Nerea e Iván no perdían detalle y Alberto al fin reaccionó. De manera pausada movió el brazo que tenia mas cerca de mi y poso la mano en mi muslo y poco a poco iba recorriendo desde mi rodilla hasta la mitad de la pierna una y otra vez. Por cara vez que lo hacia parecía que se iba calmando mas, que iba cogiendo cada vez mas confianza. Ami me gustaba como lo hacia, era muy tierno y dulce a la vez.
Alberto parecía que no sabia muy bien que hacer, así que decidí darle una pequeña ayuda, me subí al sofá para estar mas cómoda y me senté cruzando las piernas pero mirando en dirección al chico y a Nerea. Volví a coger la mano de Alberto, esta vez la lleve mas o menos a la altura de mi ombligo y la deje ahí. Mientras él me acariciaba la barriga yo mire a Nerea que desde su posición parecía disfrutar a cada movimiento que hacíamos. Alberto volvió a poner la mano libre en mis piernas haciendo el mismo recorrido de antes, pero con la diferencia que ahora las tenia cruzadas y también tocaba la parte de atrás de mi pierna. Todavía nadie había roto el silencio, solo se oía la música de fondo, solo había pequeños cruces de miradas. La mano de Alberto que deje sobre mi abdomen se iba moviendo serpenteando por mi cintura, lentamente subiendo. Yo estaba bastante relajada notando como el chico tímidamente palpaba mi cuerpo, y eso junto con el punto del alcohol estaba haciendo que me encendiera.
Su mano seguía subiendo poco a poco, con un poco de miedo hasta llegar casi a la altura de uno de mis pechos. Alberto giro la cabeza y en voz bajita con un hilito de voz...
A: Pu..puedo...
N: Alberto ami no me que preguntar...
El ambiente volvía a estar cargado, la música y la poca luz que había en la sala contribuían a generar esa tensión que se podía cortar con un cuchillo. Alberto se volvió a girar y cuando me fue a preguntar, le puse varios dedos en sus labios, le sonreí y le asentí con la cabeza, dándole mi consentimiento. El chico sonrió tímidamente y quito ambas manos de mi cuerpo y rápidamente las poso encima en mis pechos por encima de la camiseta. Di un leve jadeo y Alberto comenzó a amasarlas despacito. Apretaba mis pechos con delicadeza, al contrario que la mayoría de chicos de su edad, que en ese momento estarían ansiosos y desesperados por tocar su primera teta. Mire a Nerea que me miraba sin dejar de prestar atención, no se lo que le rondaría en la cabeza pero era la primera vez que veía que alguien me tocaba los pechos. Mis pezones llevaban un rato duros, y a cada roce de las manos de Alberto con ellos me producía una descarga en la espalda. Mire de nuevo a Alberto y mordiéndome el labio...
S: ¿Te gustan mis pechos Alberto?
A: Ufff son enormes... Me encantan... Dios...
S: ¿Mas o menos grandes de las de la chica esa, a la que se las tocaste? jajajajajajaja
A: Joer Sandra, no hay comparación, las tuyas son como el doble de grandes o mas. Ademas a ella se las toque por encima del sujetador...
S: ¿Ah siii? Me encanta que sean las mas grandes que hayas tocado... Mmmm Imagino que te habrás dado cuenta de que yo no llevo...
La verdad no se el tiempo que llevaría Alberto sobándome las tetas, en teoría solo eran unos minutos, pero de momento nadie había dicho nada al respecto. Nerea seguía mirándonos callada, y por un momento me había olvidado de que también estaba Iván, que seguía con los ojos abiertos como platos y con la boca abierta babeando. Yo personalmente lo estaba disfrutando al máximo e imagino que Alberto también, por la cara que tenia en esos momentos. Tenia una cara de felicidad absoluta, parecía un niño pequeño con un juguete nuevo, eso si seguía rojo como un tomate. Extrañamente Iván estaba muy callado, pero sinceramente para mi y para todos en general que siguiera así.
Mientras le pregunte al chico solo me las tenia agarradas con las manos y cuando nos volvimos a callar, Alberto retomo el masaje de pechos que me estaba haciendo. Cada vez estaba mas excitada, por como me las estaba tocando, por quien me las estaba tocando, porque me estaban mirando y en general por toda la situación...
S: Espera Alberto, para un momento, suéltame las tetas un segundo...
N: Que pasa amor ¿no estas cómoda?
A: Mmmm joer Sandra, las tienes tan blanditas... Seguro que lo estoy haciendo mal y no te gusta...
S: Jajaja que tontos sois ambos, no es nada de eso... Pero lo mismo quizás también quieras tocarme el culo también, ¿no?
A: ¡¡¡SIIIIII!!!
I: Joder... Que suerte, cabrón... Vaya reto mas largo...
N: Iván tú a callar y no interrumpas que solo estamos de observadores... Ademas yo digo cuando se acaba el reto...
La cara que tenia Alberto de una mezcla de felicidad y incredulidad, no se podía creer que de tomar algo en un bar acabásemos en esta situación. Mire por primera vez en este rato su entrepierna para ver si notaba algo, pero con la tenue luz que había en el salón apenas se notaba nada, pero suponía que estaba cachondo, al menos yo lo estaba y cada vez mas. Alberto quito las manos de mis pechos y yo me levante del sofá y me coloque justo enfrente de él. Me incline un poquito hacia delante apoyando las manos sobre la mesita. Delante de mi tenia a Iván que seguía callado y mirándome atentamente. Primero note una mano en el culo y acto seguido la otra, cada una en un cachete. El chico empezó a sobarme bien el culo, me gustaba como lo hacia, despacito y con calma, imagino que no quería parecer un adolescente ansioso. Yo en cambio miraba a Iván mientras me mordía un labio y sonreía.
Al cabo de unos segundos esa posición se me hizo un poquito incomoda, por lo que le volví a decir a Alberto que parase que prefería cambiar de posición. El chico retiro las manos de mi culo y yo me voltee. Nerea dijo que se iba a sentar en la silla que estaba libre para que tuviéramos mas espacio para seguir realizando el reto. Quito la mesa del medio y tanto ella como Iván se acercaron mas al sofá, dejando una distancia de aproximadamente unos dos metros. Alberto se puso en la posición que ocupaba Nerea y yo me volví a subir sobre el sofá, esta vez en vez de sentarme, me coloque a cuatro patas, no era exactamente esa posición pero casi . Alberto ya había cogido un poco mas confianza y no se lo pensó dos veces y me volvió a poner las manos sobre el culo. Como llevaba los leggins puestos el culo se marcaba mas y al tacto era mas cercano a tocar mi piel.
Alberto me pasaba las manos por los cachetes del culo dándoles un buen repaso, de vez en cuando me lo apretaba y mantenía las manos apretadas y eso me gustaba. En una de las veces que estaba recorriendo mi culo con su mano, me rozo un poquito el coño.Yo gire la cabeza hacia atrás y di un pequeño suspiro. Alberto fue consciente de que me lo había rozado porque cuando suspire retiro la mano de esa zona de inmediato como si hubiera hecho algo mal o hubiera tocado un sitio prohibido...
N: Ese suspiro... Veo que has pasado la mano por una zona un poco delicada...
A: Ufff perdona, no quería pasar la mano por ahí.. Lo siento.
S: jajaja no te preocupes...
Que mono Alberto, se volvió a poner nervioso, yo estaba cada vez mas cachonda, me estaba mojando un poquito y notaba que el tanga estaba un poquito húmedo. El chico seguía sobándome bien el culo. Yo ya no me podía aguantar mas y de la forma mas discreta que pude me lleve una mano hacia mi coñito. Mire hacia el lado donde estaba Nerea e Iván y ambos se dieron cuenta perfectamente de donde estaba mi mano pero ninguno de ellos se inmuto ni dijo nada, el único que pareció no darse cuenta fue Alberto que seguía a lo suyo. Estaba deseando que Alberto pasara la mano por esa zona pero no se porque, quizás por miedo o por vergüenza no lo hacia. Así que tuve que cogerle una mano y ponérsela en todo mi coño para que reaccionara...
Alberto no dijo absolutamente nada, solo resoplo. Era el primer coño que tocaba, bueno mas o menos, porque tenia el leggins y el tanga de por medio. Empezó a mover la mano arriba y hacia abajo con movimientos torpes, pero yo cada vez estaba mas húmeda y cada vez quería mas. Le puse mi mano encima de la suya para que ejerciera un poco de presión y lo pudiera notar mejor. Alberto volvió a resoplar esta vez mas fuerte. Me imagino que la tendría que tener muy dura, seguro que le iba a reventar del pantalón. Yo daba pequeños suspiros mientras el chico me tocaba el coño por encima de los leggins. No sabría decir quien de los dos lo estaba disfrutando mas. Mire a Nerea e Iván y ambos estaban mirando la escena sin pestañear. Volví a coger la mano de Alberto esta vez para indicarle que parase. Me reincorpores y me volví a sentar en el sofá.
Todos seguíamos callados y Nerea seguía sin dar por finalizado el reto, pero imagino que poco importaba eso ya. Si me hubiera mirado en el espejo seguramente tendría los mofletes rojos y no precisamente por el alcohol. Nerea estaba mirándome fijamente y por la expresión de su cara intuía que también estaba excitada. Sus ojos miraban directamente a los míos, yo buscaba su aprobación y ella entendió sin mediar palabra lo que necesitaba, asintió con la cabeza dándome su consentimiento. Tanto Iván como Alberto me miraban. Alberto seguía a mi lado, moviendo una pierna de arriba abajo, todavía seguía un poquito nervioso por lo que acababa pasar, había pasado de solo tocar unas tetas por encima del sujetador a palpar el coño e una chica mucho mayor que él. Yo quería dar un paso mas allá. Ante la atenta mirada de todos, me agarre de los bordes de la camiseta y jugué un poco con ellos, subiéndola hasta la altura del ombligo y volviéndola a bajar. Lo hice un par de veces hasta que por fin me decidí y la fui subiendo poco a poco. Iba subiendo la camiseta despacito recreándome en cada movimiento, hasta que finalmente me la quite del todo...
I: Ostias... Ufff
A: Dios... No puede ser...
N: Ufff Sandra...
-S: Para ti amorcito...
Las palabras de los tres vinieron precedidas de un resoplido. Mire a Nerea, me reí y le tire la camiseta a la cara. Me cogí de los pechos y tímidamente empece acariciarlos. Alberto estaba flipando era la primera vez que veía unas tetas reales y tan carca de él...
S: Alberto ¿no te apetece tocar mis tetas?
A: ... ... ...
Alberto no dijo nada, solo asintió con la cabeza, pero no se atrevía tocarme, seguramente fuera porque le daría vergüenza por si decía algo mi novia o porque tanto Nerea como Iván estaban mirando. Tuve que volver coger la iniciativa y le cogí las manos y las puse sobre mis tetas. En ese momento cuando puse sus manos sobre mis pechos desnudos Alberto cerro los ojos y empezó a resoplar de nuevo y a repetir "madre mía" y "vaya tetas" "son enormes dios". El chico no las abarcaba con las manos y solo las apretaba. Yo no me pude contener mas, estaba muy cachonda, seguramente la humedad de mi coño había mojado el tanga y los leggins. Me incline un poquito hacia la dirección de Alberto y pose una de mis manos en su paquete y comencé a sobarlo ligeramente sobre los pantalones. Evidentemente el chico estaba empalmado y al roce se notaba la zona abultada aunque apenas se notaba el bulto...
S: Ufff y ¿si nos vamos al dormitorio y continuamos el reto allí? Seguramente estaremos mas cómodos todos... ¿O ya lo das por finalizado Nerea?
I: ¡¡Joder siiii!!
S: Y tu Nerea que dices...
N: El reto continua en el dormitorio ¡¡siii!!... Bufff Sandra pensaba que no lo ibas a decir nunca...
Alberto no dijo nada, seguía con sus manos en mis pechos disfrutando del momento. No me sentía nada incomoda con la presencia de Nerea e Iván, es mas me ponía mas todavía. Alberto me soltó las tetas, Nerea me paso la camiseta y me la puse por encima de mis pechos tapándomelos un poco. Nos levantamos y nos fuimos a nuestro dormitorio. Yo iba la primera por el pequeño pasillo, Alberto detrás de mi cogido de mi mano y detrás Nerea e Iván. Encendí la luz de la habitación, solté la mano de Alberto y me fui directa a la cama. La deshice por la parte de la almohada y me senté con la espalda pegada al respaldo de la cama. Alberto se sentó en el borde justo a mi lado, Nerea se puso en unos de los picos de la cama e Iván a indicación de Nerea en la silla del escritorio. Obviamente este se quejo porque se quería sentar en la cama, pero se tuvo que resignar.
Por las caras que tenían los demás, se notaba que estábamos todos excitados. Me quite la camiseta de encima y hice un gesto a Alberto para que se acercara. Se subió a la cama y se acerco a mi, tire de su camisa hacia mi y le di un pequeño pico en los labios. Después otro y poco a poco empezamos a morrearnos. Mi lengua buscaba la suya, quería que jugara con mi piercing. El beso iba volviéndose cada vez mas apasionado y el chico por primera vez por si mismo puso sus manos en mis pechos y empezó a masajearlos y a apretarlos mientras seguíamos con el beso. En la habitación solo se oía el ruido de nuestras bocas y lenguas pero yo quería mas...
S: Ufff Joder Alberto quiero que me comas las tetas ya...
A: Sandraa...
Alberto comenzó a darme pequeños besos por el cuello, yo cerré los ojos tan solo quería sentir sus labios contra mi piel. Iba bajando despacio y eso ami me volvía loca, mi respiración se iba acelerando cada vez mas conforme el chico seguía dándome besos por el cuello. Mis manos fueron palpando sus piernas hasta dar con su paquete y empece a sobarlo fuertemente. Cada vez estaba mas cerca de mi pezón. Cuando llego ami pezón me dio un tímido beso, saco la lengua y con la punta de esta empezó a hacer pequeños círculos sobre mi pezoncito. Ami se me escapo un ligero gemidito de placer y Alberto lo interpreto como que me estaba gustando porque hizo mas presión con su lengua. Pasó a continuación al otro pezón e hizo lo mismo. Cuando saboreo los dos pezones, empezó a turnárselos. Yo seguía con mi mano en su entrepierna con frotándola con desesperación...
S: Ahhh... Mmmm... Alberto me encanta... Lame mis tetas juega con ellas haz lo que quieras...
A: Me encantan tus tetas, son enormes... Mis primeras tetas... Dios... Me encantas... Sandra...
S: Mmmm ¿sii te encanta?...
Pare de sobarle el paquete, le retire la cara de mis tetas y le cogí de la camiseta para quitársela. Intercambiamos posiciones y ahora él era el que estaba apoyado en el respaldo de la cama. Abrió las piernas y me coloque en ese espacio. Me acerque a él y pase mi lengua por su pecho y fui bajando hasta llegar a los abdominales. Me incorpore de nuevo y le agarre de la hebilla del cinturón y se lo desabroche despacito mirándole a los ojos. Su mirada era de sorpresa y felicidad a partes iguales. Le desabroche el cinturón y le fui desabrochando también los botones del pantalón. Tire de ellos para que Alberto se pudiera deshacer de ellos. Por fin podía verle el bulto que había estado sobando momentos antes. Le pase la mano por encima y la tenia durísima, parecía que iba a reventar. Al tacto de mi mano no pude apreciar si la tenia muy gorda o no pero lo iba a descubrir muy pronto.
Yo estaba súper cachonda, me di la vuelta y vi a Nerea sentada en el borde de la cama, estaba tan centrada en Alberto que se me había olvidado que estaban también ella e Iván. Nerea nos miraba a ambos y su mano la tenia en uno de sus pechos. Me sonrió y entendí que todo estaba bien. Mire hacia Iván y él también tenia una de sus manos en su entrepierna, tenia los ojos como platos con la boca abierta babeando. Verlos me excito mas aun. Note que los leggins me sobraban. Me quite las zapatillas mientras seguía mirando a Nerea y despacito me los fui quitando dándole a Alberto una bonita vista de mi culo. Extendí las piernas y Nerea me ayudo a quitármelos del todo dejando a la vista mi bonito tanga rosa. Volví a girarme para centrarme en lo que me tenia que centrar. Alberto seguía con las piernas abiertas con las dos manos entre sus piernas, tocándosela por encima del boxer. ..
Me volví a acercar a él y nos fundimos en otro beso, mientras ponía mi mano encima de su polla. Alberto esta vez puso una mano sobre un pecho y la otra en mi culo. Mientras nos besábamos le sobaba bien la polla por encima de la tela. Le mordí el labio...
S: Albertito quiero ver que sorpresa tienes para mi... Estoy muy cachonda...
A: Joder... Anda que yo... Mira como me tienes...
Le cogí lo de los boxers y y se los fui retirando hasta dejar su polla a aire. Por el largo de su polla diría que la tendría de largo mas o menos como su amigo, quizás algo menos, unos diecisiete centímetros, pero... No la tenia demasiado gorda, si la comparo con la de su amigo Iván claro seria la mitad mas o menos. Bien depiladito o porque todavía no le habían salido pelo ahí abajo y creo que mas bien era lo segundo... En ese momento no pensé en la comparación con su amigo la verdad, solo quería hacer una cosa, quería hacerle la primera mamada de su vida, quería polla... Pero antes se la agarre con mi mano y empece a masturbarlo despacito mientras lo miraba, Alberto estaba en el séptimo cielo...