Samuel y Jeremy VII

La familia crece...

Gracias a todos los lectores y a los que valoráis y comentáis. Espero que os guste.

La familia crece

Ha pasado un mes desde aquel horrible día. Hicimos selectividad y aunque nuestras notas no han sido tan altas cómo se esperaba por nuestros resultados de bachillerato, los dos hemos aprobado. Jeremy y Alicia siguen en casa. Su madre entro en prisión a espera de juicio pero han podido ir a verla dos veces. La cosa es más complicada de lo que parece. No creo que se solucione pronto.

En casa nos organizamos bien. Alicia tiene su propia habitación y está encantada con mi madre. La vedad es que la da todos los caprichos. Yo estoy yendo a un curso de inglés por las mañanas y Jeremy acompaña a mi padre al bufete, dice que va a estudiar derecho para ayudar a gente que se encuentre en la situación de su madre. Aunque las matemáticas me cuesten un poco estoy pensando estudiar arquitectura. Siempre me ha gustado.  Jeremy y yo compartimos habitación aunque dormimos en camas separadas..., cuando están mis padres en casa. Pero el otro día les oí hablar de que iban a compararnos una cama grande ¡Eso sería genial! Me encanta dormir abrazado a Jeremy.

Ya estamos a mediados de julio y a mis padres les van a dar las vacaciones. Quieren que nos vayamos los cinco a la playa a despejarnos un poco. La verdad es que a mí sí que me apetece, pero no sé qué dirá Jeremy.

–        Cariñó, me ha dicho mi madre que la semana que viene van a ir a la playa.

–        El mar. Nunca he visto el mar de cerca, solo desde el avión cuando vine para España.

–        Pues si quieres... me han dicho que vayamos los cinco.

–        ¡Genial! Bueno... no quiero abusar, ya han hecho mucho por Alicia y por mí. No quiero que piensen...

–        ¡Pero estás tonto! Si han sido ellos los que lo han propuesto.

Nos vamos a la playa ¡Que ganas tengo! Después de este año... y con todo lo que ha pasado va a ser genial pasar unos días junto al mar. Desconectando de todo. ¡Y encima viene Jeremy! Es perfecto.

Mi madre se lo ha currado, ha pillado un apartamento de tres habitaciones, con dos camas de  matrimonio y  una para Alicia. Hace calor pero se está genial en Almería. Estoy deseando bañarme.

–        Chicos, nos vamos a la playa. ¿Os venís?

–        Por mí sí. -Miro a Jeremy que me está sonriendo, parece más joven, últimamente ha estado tan serio que parecía mayor.

–        Que ganas tengo de tocar el agua ¡Alicia que os vamos a bañar en el mar!

Después de un refrescante baño volvemos a casa y cenamos unas pizzas en la terraza. Mi madre también está de vacaciones y no le apetece cocinar. Nos reímos todos juntos como no lo hemos hecho en mucho tiempo y después de cenar Jeremy y yo nos vamos a dar un paseo por la playa.

–        ¡Qué calor!

–        ¿Por qué no nos damos un baño?

–        Venga. Jeremy, te echo una carrera... -salgo corriendo y me paro junto a la orilla-

Estamos solos en esta zona de la arena, a lo lejos se ve la luz de algún barco y en la otra parte de la playa de vez en cuando brilla algún flash de una cámara de fotos o un móvil. No hay nadie a la vista. Comienzo a desnudarme muy despacio, intento que parezca sexy, aunque no sé si lo consigo porque cuando Jeremy llega hasta mí no puede ocultar su risa. No sé si es por la situación o por el medio baile que me estoy marcando. Me abraza, y nos ayudamos a quitarnos la ropa, primero las camisetas y luego los pantalones. Nos besamos y la tiramos junto a nosotros. Mientras le quito los gayumbos noto que está empalmado. Me restriego contra él ¡Tiene que ser increíble follar en el agua!, y ¿por qué no?

Me quito los calzoncillos y los dejo en el montón de ropa revuelta que hay bajo nosotros y Jeremy tira de mi hacia el agua ¡está buenisima! Refrescante en este caluroso día de verano. Nos salpicamos, nadamos un poco y nos abrazamos. La verdad es que me da un poco de miedillo el agua, tan negra. No se ve lo que hay debajo. Pero pronto me olvido. Jeremy me besa, primero despacio, luego con más pasión. Podría venir un tiburón ahora mismo y yo seguiría aquí.

Nos acariciamos por todo el cuerpo, nos abrazamos, exploramos cada centímetro de piel como si fuera la primera vez, con ansia, como si no lo conociéramos aunque en este último mes he tenido la oportunidad de disfrutar de esa belleza latina que es Jeremy, si mi novio. ¡Todavía no me lo creo!

De repente Jeremy no está, se ha escurrido entre mis brazos, por un momento entro en pánico hasta que noto como me agarra desde delante el culo y con su boca busca con ansia traga mi polla. La sensación es increíble. El contraste ente el agua más fresca y el calor de su boca. ¡Qué sensación! Rápidamente Jeremy vuelve a la superficie, cojo su cara entre mis manos y le besos. Me ha encantado, me he quedado con ganas de que siguiera, pero el agua no le deja respirar.

Cambio de táctica, agarro fuertemente su culo y resbalo las manos por sus muslos a la vez que le levanto. Seguimos besándonos, ahora de forma incluso agresiva, su lengua entra en mi boca y la mía en la suya de forma frenética. Sus brazos se agarran fuertemente a mi cuello y gracias a la ayuda del agua no me cuesta mantenerlo en esta posición.  Además Jeremy ha entrelazado sus piernas tras mi espalda, nuestras pollas se restriegan a causa del movimiento de su cuerpo y al mecer de las olas. ¡Estoy super cachondo! Y por la presión que siento en mi abdomen Jeremy está igual.

Acerco mi mano a su agujero, primero hago círculos con un dedo alrededor de él y luego presiono suavemente, no es que lo hayamos hecho todos los días, pero ya no me pongo tan nervioso como la primera vez. Me centro en disfrutar y en que Jeremy disfrute. Por ahora siempre he sido yo la parte activa, todavía no he tenido el valor de hablar con él, no quiero que tenga más cosas de las que preocuparse, ya se verá más adelante.

Tengo dos dedos dentro de Jeremy, juego con ellos muy despacio, haciendo que desespere un poco, el acompaña el movimiento mientras nuestras pollas se restriegan sobre el cuerpo del otro. ¡No aguanto más! Espero que esté preparado, saco los dedos y tiro de él hacía arriba, ¡me encanta estar en el agua! Es fantástico moverlo con tanta facilidad.

Mi polla está en su agujero y de repente el presiona hacia abajo, grito, -Ahhhh- ¡INCREIBLE!, casi me desmayo, pierdo el equilibrio y por poco nos caemos los dos. ¡Qué sensación! Toda mi polla acaba de traspasar su cuerpo, de un empujón se la ha clavado hasta los huevos. Ahora me aprieta contra él y despacio sin yo moverme comienza a balancear sus caderas, de arriba a abajo. Muy despacio, desesperadamente despacio, se está vengando de mí por lo que le he hecho antes.

No puedo aguantar, espero no hacerle daño, pero después de la demostración que acaba de hacer creo que está preparado. Cojo su culo entre mis manos, ese maravilloso tan durito por la postura y lo aprieto hacia mí a la vez que empujo con mis caderas. Gime,  y vuelvo a repetir, ahora más fuerte y su respuesta es más intensa. Aquí podemos gritar todo lo fuerte que queramos, el ruido de las olas amortigua el sonido. Me paro, ahora voy a hacerle de rabiar yo.

Oigo su respiración alterada junto a mi oído, con mis manos aprieto fuertemente su cuerpo, no puede moverse, está a mi merced. Pero tampoco aguanto demasiado, quiero seguir follándolo. Quiero hacerlo ya, así que aflojo la presión que mis manos ejercen sobre él, y de inmediato comienza a balancearse de nuevo. Despacio, muy despacio, ya no estamos follando, estamos haciendo el amor. Nos besamos, también suavemente, -gracias por todo, mi amor- Me dice con la respiración entrecortada. Pero esta vez no está llorando. Le miro y su cara iluminada por la luna me devuelve una sonrisa. -Te quiero- Me dice separándose solo un poco de mis labios. - Yo también- Y de nuevo nos besamos con más intensidad. Las olas nos han empujado hacia la orilla. Estoy como en una nube, pero a medida que el nivel del agua baja Jeremy pesa más. No puedo con él. Lo nota y baja. Nuestro contacto se rompe. ¡NO! No quiero separarme. Ahora aguanto un poco más que la primera vez que lo hicimos, pero no quiero terminar así.

Jeremy parece que me lee el pensamiento y tira de mí. Cuando el agua nos llega a la altura del tobillo se arrodilla y se pone a cuatro patas. Yo me arrodillo tras de él y como antes me clavo hasta el fondo. Su espalda se arquea y grita, pero no es un grito de dolor, es puro placer el sale por su boca, el mismo que sale por la mía. Le cojo por debajo de los sobacos y tiro de él hacia mí. Ahora estamos los dos de rodillas en la orilla. Su culo está sentado sobre mis piernas atravesado por mi polla. ¡Es increíble lo profundo que me siento dentro de él!

De nuevo comienza a subir y a bajar, yo cojo su polla con una de mis manos y la otra la apoyo en su cadera para marcar el ritmo. Los dos jadeamos por el esfuerzo, lo sé estamos cerca. Le masturbo todo lo rápido que puedo, yo estoy a punto de correrme y quiero que él también lo haga. Su culo se aprieta alrededor de mi polla, es la señal. Noto el calor de su semen en mi mano en contaste con el agua que nos salpica y me dejo ir. Todo mi cuerpo se contrae y siento que exploto, o que encojo, hasta ser solo una polla, la mía, no lo sé.

Estamos en la orilla, las olas nos mojan. Parece que acabo de despertar de un coma profundo, miro a Jeremy. Sus ojos se cruzan con los míos. Me mira con preocupación.

–        Te caíste hacía atrás. ¡Me he asustado!

–        Yooo... -No puedo ni hablar- Esto...

–        ¿Estás bien?

–        ¡Esto ha sido increíble!

Se ríe, todo rastro de preocupación desaparece de su cara. Nos besamos de nuevo hasta que el frío nos hace levantarnos. Y ahora, ¿dónde está la ropa? Tardamos más de una hora en encontrarla. No sé cuánto tiempo hace que salimos de casa. ¡Da igual! Estamos de vacaciones.