Samuel y Jeremy VI

Después de un día tan largo... algo inesperado

Muchas gracias a  todos los lectores y sobre todo a aquellos que os animais y me dais vuestra opinión. Espero que os guste. Un saludo

  1. 6.Después de un día tan largo... algo inesperado

Nos metemos los dos en mi cama, no creo que a mis padres les importe dada la situación. Quiero abrazarle. No quiero dejarle solo. Es la primera vez que duerme en casa, por muy tarde que acabemos siempre se va, dice que prefiere estar allí cuando se levanta. Así puede encargarse de Alicia.

Yo también me desvisto, como hace calor estamos los dos en calzoncillos. Se mete en la cama y se tapa las piernas con las sábanas. También yo, le abrazo y comenzamos a besarnos. Primero suave, después con más intensidad, nuestras manos exploran el cuerpo del otro. Esta vez Jeremy no se detiene, noto como recorre todo mi cuerpo. Estamos muy juntos, abrazándonos todo el rato, solo nos separamos para quitarnos los gayumbos. Es lo único que os queda puesto.

Jeremy está sobre mí. Se incorpora. ¿Qué hace? ¡No! Así no. Tiene mi polla en la mano y tantea su agujero. ¿Creo qué quiere que se la meta? La mía no es tan grande como la suya pero, ¡No, le va a doler! ¡Así no! No sé qué pretende, pero yo ya sé lo que duele eso. No quiero que me interprete mal, estoy deseando hacerlo, pero así no. Después de tanto tiempo yendo despacio no la vamos a cagar ahora. No es el momento de tener pisa. Le miro y veo su cara iluminada por la tenue luz que entra por la ventana. Está llorando. ¡No puedo soportarlo!

Le abrazo y me giro, quedando encima de él. Forcejea un poco, pero le cojo las manos por encima de la cabeza para que no se mueva. ¡Espero que no le moleste! No quiero hacerle daño, solo quiero que esto salga bien.

  • Tranquilo. No quiero hacerte daño. -Me mira fijamente y asiente- Déjame hacerlo a mí, despacio...

Relajo un poco la presión de mis manos y se las sujeto solo con una. Con la otra le acaricio el pecho. Me muevo un poco y quedo tumbado junto a él. Le beso, le beso mucho, intensamente, el me responde con ansia. Abandono su boca, aunque seguiría besándolo toda noche. Quiero avanzar, bajo por su cuello, me detengo en su oreja y la muerdo suavemente. Sigo con mi camino, despacio, besando cada rincón de su cuerpo. Llego a uno de los pezones, lo acaricio con los labios, lo lamo.

Sus pelillos me hacen cosquillas en la nariz. Sigo hasta el otro. También me entretengo un rato con él. Con la mano acaricio su ingle. Rozo su polla, está totalmente empalmado, espero que lo esté disfrutando tanto como yo. Sigo bajando hasta que mi boca queda por debajo de su cadera. Le beso en los pelillos que hay debajo del ombligo, continúo. Huele a Jeremy pero más intenso. Me encanta. Ese olor me vuelve loco. Quiero chuparlo. ¿Y qué me lo impide? Nada. Con mi lengua voy humedeciendo toda la zona. En mi camino me encuentro con uno de sus huevos. Es increíble la sensación de tenerlo en la boca. Juego con mi lengua haciendo círculos sobre su piel. Por fin me atrevo con su polla. Comienzo a besar desde la base hasta la punta y cuando llego allí saco la lengua para lamer todo el capullo. La ensalivo y con la mano la rodeo y comienzo un movimiento muy despacio de arriba a abajo, noto como mis dedos se mojan, en parte por mi propia saliva y también por el liquidillo que él está expulsando. Intento introducir un poco más en la boca. Pero no puedo, ¡no quiero hacerle daño con los dientes! ¡No sé cómo lo hacen en las pelis!

Ya hace un buen rato que solté las manos a Jeremy pero ha debido dejarlas sobre su cabeza porque no me ha tocado hasta ahora, pone una mano sobre mi hombro. Le miro y le pregunto.

  • ¿Seguro que quieres esto? ¿No prefieres que yo...? Vamos, ¿qué tú me hagas a mí...?-No sé por qué, pero siempre había pensado que en esta relación el que daría sería él.-
  • No podría. -Un gesto de dolor se refleja en su cara, creo que se está acordando de aquella vez...-
  • No me importa, ¿seguro qué no quieres?
  • No, hazlo tú, por favor. Necesito sentirte dentro de mí. -Esto me despeja todas las dudas, realmente quiere... Puff... ¡qué nervios!

Yo vuelvo a lo que estaba, no quiero que se enfríe. La conversación me ha dejado un poco mosqueado, cuando todo esto pase tengo que hablar con él. No quiero que piense que estoy resentido. En el fondo me encantaría que me follara, que me hiciera el amor como voy a hacérselo yo… Beso su muslo, poco a poco voy bajando hasta donde se acaba su pierna. Vuelvo a chupar sus huevos, pero esta vez no me detengo, sigo hacia abajo lamiendo la zona que hay hasta su agujero. El suelta un suspiro, oigo su respiración alterada. Está todo mojado, acerco mi mano acariciando una de sus piernas, la que está más alejada de mí. La tiene doblada por la rodilla. Mientas que yo estoy recostado sobre la otra.

Unto uno de mis dedos con todo el exceso de saliva que hay en la zona y presiono un poco en su agujero. Jeremy gime, y noto como sus músculos se contraen alrededor de mi dedo. Aprieto un poco más y lo introduzco del todo. Lo dejo dentro. Con la lengua voy recorriendo toda la longitud de su polla. Muevo el dedo en su interior, muy despacio, haciendo círculos y noto como se contrae de nuevo. Gime, esta vez más fuerte, desde lo más profundo de su garganta. Creo que le gusta. Introduzco otro dedo sin dejar de jugar con mi lengua en su polla. Entra bien. Noto cómo su cuerpo me acepta. Después lo muevo un poco. Como hice antes. Pero como su reacción es buena introduzco uno más. Espero que ya esté listo. ¡Que nervios! Nunca lo he hecho. ¡Voy a hacerle el amor a Jeremy! ¡Es increíble!

Sin sacar los dedos comienzo a subir por su cuerpo. Como una serpiente reptando hasta que llego a su boca. Le beso. Fuerte, con ganas. Le miro. Está con los ojos cerrados. Pero al dejar de sentir mis labios los abre. Le pregunto:

  • ¿Estás seguro? -Abre mucho los ojos-
  • Hazlo, por favor. -Su súplica me da el impulso que necesitaba-

Saco los dedos que tengo en su interior. Me coloco sobre él. Entre sus piernas. De rodillas, cojo sus tobillos y los pongo sobre mis hombros. Él se recoloca en la cama. Le miro. No puedo apartar la mirada de sus ojos. Está tranquilo. Me sonríe y se lleva una mano a la boca. Deposita un poco de saliva en sus dedos y los lleva hasta mi polla. Su contacto me hace darme cuenta de lo cachondo que estoy. Como siga así me voy a correr antes de entrar. Con la otra mano sobre mi culo me empuja para que me acerque. Coloca la punta de mi polla en su entrada y yo aprieto un poco. ¡Qué sensación! Solo ha entrado la punta y un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Me quedo parado un segundo para asimilar lo que estoy sintiendo. Noto como de nuevo me presiona las caderas. Esta vez con las dos manos. Voy entrando en él muy despacio, hasta que mis huevos chocan contra él.

¡Esto es increíble! ¡Y solo he entrado! Me encanta lo que estoy sintiendo.

De nuevo tengo que parar. Si no me voy a correr. Le miro. Me sonríe y me acerco para besarle. Primero un solo beso, que se convierte en una maraña de labios, lenguas y hasta dientes... No sé ni cómo empiezo a moverme. Despacio, muy lento. No quiero hacerle daño. Voy acelerando hasta que ya no puedo más. Todo mi cuerpo se estremece ¡creo que me voy a desmallar! Me desplomo sobre él y le beso, acaricio su pelo. ¡Ha sido increíble!

Noto como nuestros cuerpos están pringosos, él también se ha corrido. ¡Es increíble! Nos miramos y a los dos nos entra la risa. Después del día que hemos tenido... Explotamos. No sé de qué no reímos. Pero me gusta verle reír. Estamos abrazados. Todavía estoy dentro de él. ¡Quiero pasar el resto de mi vida así, aquí en una burbuja! Vuelvo a la realidad porque Jeremy se mueve debajo mío.

  • Anda levanta y vamos a limpiarnos, ¡qué como llegue tu padre y nos vea así, me muero de vergüenza!
  • ¡Ummm! -No puedo ni hablar. Pero le hago caso y me levanto-.

Oigo a mi padre entrar. Tiene que ser muy tarde. Menos mal que me han ayudado con esto. No quiero ni pensar como estaría Jeremy si no hubiéramos estado con él. Ahora duerme, en calzoncillos como yo. Me está abrazando, noto su respiración en mi nuca. Estamos medio tapados con la sábana. Mi padre se acerca. No puede verme la cara porque estoy de espaldas a la ventana. Pero yo si le veo a él. Abre un poco la puerta. Nos ve. ¡Mierda!, ¿qué va a decir?, sonríe y cierra la puerta con cuidado.

Me despierto. Están llamando a la puerta. Supongo que será mi padre. Jeremy también se ha despertado. Se incorpora nervios y se tapa con la sábana. Le miro y le sonrío, pero en su cara se ve la preocupación.

  • Samuel, Jeremy. Tenéis que levantaros. Tenemos que ir a comisaria. -A Jeremy se le ve sorprendido, está alucinando, creo que tiene demasiadas cosas que procesar en su cabeza-.
  • Ya vamos papá.

Nos vestimos rápidamente y antes de salir Jeremy me sonríe y me da un beso en los labios. Yo quiero más pero él se separa y se detiene junto a la puerta. Salgo al salón. Mi padre está en la cocina tomando café. Nos ofrece uno. Jeremy está detrás de mí. Parece avergonzado. Yo prefiero no pensar lo que hicimos anoche. Si no me voy a poner colorado.

Mi padre se acerca con dos tazas de café con leche hasta la mesa donde nos hemos sentado. Pone una mano sobre el hombro de Jeremy y le aprieta diciendo:

  • ¡Chico! Tienes que ser fuerte. Vamos a hacer todo lo posible para solucionar esto.
  • Gracias. ¡Muchas gracias! -Veo como sus ojos se humedecen-.

Por debajo de la mesa cojo su rodilla y la aprieto. ¿Por qué ha sucedido esto? Si lo pienso es horrible. ¡Pobre Jeremy! Vamos en coche hasta la comisaría. Mi padre y Jeremy entran y yo me quedo en una sala de espera. Les veo irse. Jeremy está muy nervioso. No hace más que mover las manos. Mi padre por el contrario esta serio, muy profesional pero se le ve más tranquilo.

¡Esto es una agonía! No sé cuánto tiempo llevan ahí dentro. Yo no aguanto más. ¡Tengo que ser fuerte! Si yo estoy así. ¿Cómo estará Jeremy? Sale, va cabizbajo pero al verme en la sala de espera sonríe. Pero la sonrisa no le llega a los ojos. Se le ve tan cansado y triste.

  • No he podido verla. ¡No me han dejado!
  • ¿Estás bien? -Y le abrazo, me da igual que nos vean-.
  • Si... -pero sus lágrimas dicen otra cosa-.
  • Tranquilo. -Sigo abrazándole, pero le aprieto con más fuerza y tiro de él hasta una fila de asientos-.
  • No pasa nada. Ya se me pasa. -Se sorbe lo mocos de una forma muy graciosa, y no puedo reprimir una media sonrisa. El me la devuelve y parece relajarse un poco-.
  • Tranquilo, tomate tú tiempo.
  • Ya está... Me han tomado declaración y me han dicho que mi madre está a disposición del juez, que esta tarde o mañana podrá verle, pero que la cosa pinta mal.
  • ¿Cómo qué pinta mal?
  • La van a acusar de homicidio porque la casa estaba a nombre de él y a ella no la agredió.
  • Tranquilo, ya verás como mi padre puede hacer algo. ¿Dónde está mi padre ahora?
  • Ha pasado a verla. A mí no me han dejado. Pero como él va a ser su abogado... Gracias Samuel. ¡Gracias a toda tu familia! Si no fuera por vosotros estaría perdido.
  • No te preocupes, todos te queremos, ¿qué otra cosa podemos hacer?
  • Quiero ver a Alicia. Tu padre me ha dicho que hoy la darán el alta. Cuando salgamos de aquí vamos para el hospital.

Sale mi padre, pero no cuenta nada nuevo. Nos pide paciencia, y dice que Julia, la madre de Jeremy está bien, que le manda un beso y que sea fuerte. Que cuide de su hermana. Cogemos el coche hasta el hospital y al llegar a la habitación encontramos a mi madre jugando con Alicia. Se la ve bien, aunque con ese pijama de hospital que le han puesto parece enferma. Salimos y dejamos a Jeremy un rato con su hermana a solas.

Fuera mis padres se sientan uno a cada lado de mí, en la sala de espera. Estamos solos. Cada uno de ellos coge una de mis manos y las aprietan.

  • Samuel, tienes que ser fuerte y estar a su lado en estos momentos. Te necesita. -Dice mi madre-
  • Lo sé. Muchas gracias a los dos por todo lo que estáis haciendo, Jeremy también os lo agradece.
  • No te preocupes. Es bueno contigo y a ti se te ve feliz cuando está cerca. Es lo que cualquier madre quería para su hijo.
  • ¿Y ahora qué? ¿Sabéis algo más?
  • No te preocupes. Hemos pensado... que si a ti te parece bien..., y si a Jeremy también... se vengan unos días a casa. Por lo menos hasta que se tranquilicen las cosas.
  • Os quiero. Y los tres nos damos un abrazo.

Jeremy se levanta de la cama cuando entra una enfermera que deja la puerta abierta. Trae unos papeles en la mano y se los entrega a mi madre que acaba de colarse en la habitación. Le dan el alta a Alicia y ya podemos irnos. Nos vamos para casa. Todos necesitamos descansar.